Resúmenes amplios

ANORMALIDADES PLACENTARIAS EN COVID-19


Chicago, EE.UU.
En comparación con placentas de controles, las placentas de pacientes con COVID-19 tienen, con mayor frecuencia, arteriopatía de la decidua y otros hallazgos sugestivos de perfusión vascular materna anormal. Este patrón de daño refleja anormalidades en la oxigenación en el espacio intervelloso, las cuales han sido asociadas con evolución perinatal desfavorable. Los trastornos podrían ser indicadores de inflamación sistémica o de un estado de hipercoagulabilidad que influyen en la fisiología placentaria.

American Journal of Clinical Pathology 1-10

Autores:
Goldstein JA

Institución/es participante/s en la investigación:
Northwestern University

Título original:
Placental Pathology in COVID-19

Título en castellano:
Patología Placentaria en COVID-19

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2 páginas impresas en papel A4

Introducción

Las consecuencias de la enfermedad por el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19), ocasionada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS] CoV-2), en embarazadas y lactantes todavía no se conocen con precisión. Los coronavirus son virus encapsulados con ARN de cadena única; la mayoría de los coronavirus circulantes son causa de infecciones del tracto respiratorio superior, aunque en pacientes con compromiso del estado inmunológico pueden ocasionar enfermedad grave.

El coronavirus SARS-CoV fue causa de la epidemia de síndrome respiratorio agudo grave entre 2002 y 2004, en tanto que el coronavirus del síndrome respiratorio de Medio Oriente (Middle East Respiratory Syndrome [MERS]) fue causa de la epidemia de 2012 y en la actualidad es endémico en ciertas regiones del mundo.

La epidemia por SARS (oficialmente terminada en 2003) afectó a alrededor de 100 embarazadas en todo el mundo; diversos estudios refirieron que la infección por SARS durante la gestación se asocia con infección materna grave, riesgo aumentado de mortalidad materna y mayor riesgo de aborto espontáneo. En embarazadas con MERS también se refirió evolución adversa.

Algunos estudios describieron los hallazgos clínicos y la evolución de embarazadas con COVID-19 en Wuhan, China, el epicentro original de la infección por SARS-CoV-2. A diferencia de lo observado con SARS y MERS, la información en conjunto para SARS-CoV2 no sugiere que las embarazadas tengan mayor riesgo de presentar enfermedad grave. Sin embargo, se han referido complicaciones perinatales, incluido un mayor riesgo de aborto espontáneo, preeclampsia, parto pretérmino y nacido de feto muerto.

El examen histopatológico del tejido placentario podría brindar información muy importante, en términos de la salud materna y fetal en el contexto de COVID-19. Diversas infecciones virales, por ejemplo en la infección por citomegalovirus, por virus Zika y por el virus del dengue, se asocian con anormalidades específicas en la placenta.

En el presente estudio se refieren los hallazgos placentarios de 16 mujeres con infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo; los resultados se comparan con los de controles históricos.

Pacientes y métodos

A partir de una base electrónica se identificaron embarazadas con COVID-19 que dieron a luz entre el 18 de marzo y el 5 de mayo de 2020. Entre el 18 de marzo y el 7 de abril, sólo las pacientes con síntomas moderados a graves de COVID-19 fueron sometidas a pruebas diagnósticas confirmatorias; luego de esa fecha, todas las embarazadas que dieron a luz en ese período fueron sometidas a hisopado nasofaríngeo para la detección de SARS-CoV-2 por reacción en cadena de la polimerasa por transcriptasa reversa (RT-PCR por su sigla en inglés).

Los controles históricos fueron mujeres con nacimientos únicos a término y con indicación de estudio placentario, entre enero de 2011 y junio de 2018. La evaluación placentaria se indicó, entre otros motivos, por presencia de anormalidades macroscópicas de la placenta o el cordón umbilical en la sala de parto, nacimiento de feto  muerto, restricción del crecimiento intrauterino (< percentil 10), parto en la semana 34 de la gestación o antes, preeclampsia grave, diagnóstico presuntivo de infección viral o corioamnionitis, desprendimiento prematuro de placenta, antecedente de enfermedad trofoblástica, neonatos con complicaciones y antecedente materno de cánceres, incluido melanoma. Las comparaciones entre los grupos se realizaron con pruebas de Fisher o de chi cuadrado, según el caso.

Se analizaron 16 placentas de pacientes con infección por SARS-CoV-2 (14 enfermas dieron a término entre las semanas 37 y 40, una paciente, en la semana 34 y la última paciente tuvo muerte fetal intrauterina en la semana 16).

Cinco placentas fueron pequeñas para la edad gestacional y una fue ligeramente grande para la edad gestacional. Las indicaciones para el estudio de la placenta incluyeron confirmación de SARS-CoV-2 en 13 de 16 casos; las restantes pacientes presentaban antecedente de colestasis del embarazo, diabetes gestacional, hipertensión inducida por la gestación y muerte fetal intrauterina.

Cuatro pacientes tenían antecedente de COVID-19 diagnosticada entre 25 y 34 días antes del parto, en dos, el diagnóstico se estableció en el sexto y séptimo días antes del parto, respectivamente, y en los 10 casos restantes, el diagnóstico se realizó en el momento del parto.

Resultados

En comparación con los controles, las placentas obtenidas durante el tercer trimestre presentaron, con mayor frecuencia, al menos un hallazgo de perfusión vascular materna anómala, en especial por vasos maternos anormales o dañados, y trombos intervellosos. En cambio, respecto de los controles, la incidencia de inflamación aguda y crónica no estuvo aumentada. La placenta de la paciente con muerte fetal intrauterina mostró edema de vellosidades y un hematoma retroplacentario.

Conclusión

Los resultados del presente estudio indican que las placentas de embarazadas con infección por SARS-CoV-2 presentan índices más altos de arteriopatía de la decidua y otras anormalidades sugestivas de perfusión vascular materna anómala; sin embargo, no se observaron indicios de inflamación aguda o crónica. Las anormalidades histopatológicas reproducibles en pacientes con infección por SARS-CoV-2 sugieren la necesidad de acentuar la vigilancia prenatal en las pacientes con COVID-19.



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