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Los cambios asociados a la edad en los humanos, aparecen como consecuencia del envejecimiento fisiológico y de procesos fisiopatológicos. El estrés oxidativo, causado por un desequilibrio entre la producción de radicales y el potencial antioxidante, se incrementa con la edad.La actividad física regular puede reforzar las defensas potenciales personales contra las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.Investigadores del Departamento de Higiene de la Escuela Universitaria de Educación Física, en Polonia, desarrollaron un estudio para la evaluación de los marcadores de estrés oxidativo y del sistema sanguíneo antioxidante, en grupos de hombres con edades >/= 65 años, diferenciados por el nivel de actividad física habitual.Los participantes del estudio fueron 31 sujetos bien nutridos y saludables, >/= 65 años, residentes en una misma comunidad.Se registraron datos demográficos de las respuestas a un cuestionario, referidos a los hábitos dietéticos, consumo de alcohol y de tabaco.Los sujetos con alteraciones inflamatorias, infecciones recientes, insuficiencia hepática y renal, enfermedad coronaria activa, diabetes, hipertensión (>/= 160/ 100mmHg), insuficiencia cardíaca, deficiencias nutricionales y uso prolongado de corticoides fueron excluidos de la investigación.Para la estimación de la actividad física se midió semanalmente el gasto energético en reposo, medido en kilocalorías y el relacionado con la actividad física habitual.Los sujetos fueron divididos en dos grupos según la menor actividad (< 1600 kcal/semana) y más activos (>1600 kcal/semana).En todos los participantes se midió en plasma el estado total antioxidante, la concentración de sustancias reactivas y los niveles de peróxido de hidrógeno. Otros parámetros que se determinaron fue la actividad del glutatión y glutatión peroxidasa en las células rojas hemolizadas.Los hallazgos de las mediciones comprobaron que no existieron diferencias significativas en las concentraciones de metabolitos plasmáticos antioxidantes y en la actividad del glutatión peroxidasa.En el grupo de hombres con mayor actividad los niveles de glutatión fueron más elevados y la concentración de sustancias reactivas fue más reducida en comparación con el grupo de hombres menos activos.Las concentraciones del glutatión se correlacionaron positivamente con el nivel de actividad física.Los resultados del estudio, en relación con el incremento en los niveles de glutatión en el grupo más activo confirmaron el papel esencial del glutatión como un antioxidante intracelular. Las limitaciones de la investigación se adjudicaron al uso de ciertos metabolitos poco específicos para la detección de la peroxidación de los lípidos; sin embargo a pesar que el estrés oxidativo fue el resultado de fenómenos complejos, los dosajes de estas sustancias fueron ampliamente utilizados por diferentes investigadores.Los autores concluyeron que la actividad física habitual puede influenciar favorablemente el desarrollo de mecanismos antioxidantes y evitar en los ancianos la peroxidación de las grasas.