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SINDROME DE DESGASTE PROFESIONAL O BURNOUT EN MEDICOS Y PERSONAL SANITARIO
(especial para SIIC © Derechos reservados)
Autor:
Antonio Pérez Urdániz
Columnista Experto de SIIC

Artículos publicados por Antonio Pérez Urdániz 
Recepción del artículo: 30 de abril, 2000
Aprobación: 13 de julio, 2000
Conclusión breve
Estudio del síndrome caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización, falta de realización, con síntomas asociados psicosomáticos, conductales, emocionales y defensivos.

Resumen



Clasificación en siicsalud
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Especialidades
Principal: Medicina del Trabajo
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SINDROME DE DESGASTE PROFESIONAL O BURNOUT EN MEDICOS Y PERSONAL SANITARIO

(especial para SIIC © Derechos reservados)
Artículo completo
1. IntroducciónEn las sociedades desarrolladas, la alta mecanización de la agricultura y la industria hacen que más del 50% de la población laboral trabaje en el sector servicios, lo que está dando lugar a nuevas formas de patología laboral todavía no bien conocidas.El llamado síndrome de burnout, o de desgaste profesional, se conoce desde hace unos 25 años y ha sido más estudiado en docentes y sanitaristas, pero en realidad se puede dar en abogados, policías, sacerdotes, jueces, trabajadores sociales, personal de ventas, administrativos, políticos, periodistas etc.; es decir, en un alto porcentaje de trabajadores del sector servicios, en «gente que trabaja con gente».2. Definición del término y rasgos esencialesEl término burnout fue utilizado por primera vez por Freudenberger, en 1974, para definir el estado de jóvenes e idealistas voluntarios de los años 60 que trabajaban en organizaciones de ayuda y que tras unos meses de trabajo se encontraban más cansados, desesperados, apáticos y necesitados de ayuda que aquellos sujetos a los que trataban de ayudar. En los Estados Unidos empezaron a aparecer numerosas publicaciones sobre el tema en los años 70, en Europa en los 80 y en España en los 90.La definición más aceptada del burnout es la elaborada por Maslach y Jackson en 1981.1 Estos autores dicen que el síndrome de burnout, o de desgaste profesional, es una respuesta inapropiada a un estrés emocional crónico que se caracteriza por: Agotamiento emocional y sentimientos de cansancio físico y/o psicológico, de falta de recursos emocionales y de que no se tiene nada que ofrecer a las personas destinatarias de los servicios que se prestan. Despersonalización, distanciamiento emocional de los destinatarios de los servicios que se prestan, hacia los que se desarrollan actitudes negativas, hostiles, críticas y distantes. Falta de realización, o vivencia de fracaso personal, con sentimientos de fracaso y pérdida de la autoestima. El individuo no se ve capaz de satisfacer las demandas que se le hacen, ni cree tener unas posibilidades razonables de promoción o realización personal.El sCíndrome de dgaste profesional no es ni estrés agudo, ni tedio o aburrimiento, ni depresión u otra patología psiquiátrica (aunque puede conducir a ella), ni insatisfacción laboral, ni simplemente pocas ganas de trabajar.3. Factores que influyen en el desgaste profesionalFactores individuales del trabajadorPersonalidad, eventos vitales, edad y años de ejercicio profesional, sexo, familia y apoyo social. Una personalidad madura y una situación vital favorable serían factores protectores ante el desgaste profesional.Factores laboralesProfesiones de gente que trabaja con gente. Condiciones laborales deficitarias en cuanto a medio físico, entorno humano, organización laboral, sueldos bajos, sobrecarga de trabajo.En medicina son más propensos al desgaste los médicos y enfermeras que trabajan en unidades de pacientes crónicos, graves, irrecuperables, terminales y peligrosos.Factores sociales La extensión del síndrome de desgaste profesional hace pensar que el burnout puede ser un síntoma de problemas sociales más amplios, propios de una sociedad que evoluciona aceleradamente. En Estados Unidos, a comienzos del siglo XIX, el 80% de la población trabajaba para sí misma. A comienzos de la Revolución Industrial, a finales del siglo, el porcentaje disminuyó a un tercio. En 1940 solo un 20% de la población estadounidense trabajaba para sí misma y en 1970 el porcentaje había bajado al 10%; probablemente hoy en día sea todavía menor.Como resultado de esta evolución del modelo económico imperante, los trabajadores cada vez están más fragmentados y despersonalizados dentro de una gigantesca maquinaria económica y burocrática. Incluso en las actividades profesionales como la medicina, docencia etc. El alto nivel de autonomía que se adjudica a estas dos profesiones no es tal, y tienen que enfrentarse al mismo nivel de fragmentación y despersonalización que el conjunto de la sociedad.4. Evolución del cuadro y sintomatología asociadaEl cuadro de desgaste profesional va surgiendo de manera paulatina. Se pueden considerar varias etapas:1” Etapa. Se percibe un desequilibrio entre demandas laborales y recursos materiales y humanos de forma que los primeros exceden a los segundos, lo que provoca una situación de estrés agudo.2” Etapa. El individuo realiza un sobreesfuerzo o «aprieta el acelerador» para adaptarse a las demandas. Pero esto solo funciona transitoriamente, empieza a perder el control de la situación y van apareciendo síntomas como menor compromiso con el trabajo, egoísmo, menos responsabilidad en el resultado de su trabajo, alienación y reducción de las metas laborales. Sin embargo, hasta aquí el cuadro es reversible.3” Etapa. Aparece realmente el síndrome de desgaste profesional con los síntomas ya descriptos de: Agotamiento emocional Despersonalización Falta de realización, a los que se añaden los siguientes síntomas asociados: a) Psicosomáticos, como cefaleas, dolores osteomusculares, molestias gastrointestinales, úlceras, pérdida de peso, obesidad, cansancio crónico, insomnio, hipertensión arterial y alteraciones menstruales. b) Conductales, como ausentismo laboral, abuso y dependencia del alcohol, café y otras sustancias tóxicas, consumo elevado de cigarrillos, problemas conyugales y familiares, y conductas de alto riesgo tales como conducción temeraria. c) Emocionales. El rasgo más característico es el distanciamiento afectivo hacia las personas a las que ha de atender. Ansiedad que disminuye la concentración y rendimiento, impaciencia, irritabilidad, actitudes recelosas e incluso paranoides hacia clientes, compañeros y jefes. Pueden volverse insensibles, crueles y cínicos. d) Defensivos. El individuo «desgastado» niega las emociones y conductas mencionadas y culpa a los clientes, compañeros, jefes, de su situación; no hace, o no puede hacer, nada para salir de ella.4” Etapa. El individuo deteriorado. El cuadro mencionado acaba provocando un deterioro psicofísico que hace que el individuo tenga bajas frecuentes, ausentismos laborales y falta de eficacia en su tarea, que lo convierte en un peligro más que en una ayuda para los destinatarios de sus servicios.5. Estudios realizados Realizamos un estudio sobre el síndrome de desgaste profesional en médicos de un hospital universitario español.2 De los 298 médicos de la plantilla del hospital encuestados respondieron 179, de los cuales 93 pertenecían a especialidades médicas, 61 a especialidades quirúrgicas y 25 a especialidades de laboratorio-imagen.La metodología utilizada consistió en un cuestionario sociodemográfico, el Maslach Burnout Inventory, y el GMQ-28 versión de 28 ítems del Goldberg Health Questionnaire.Las principales conclusiones fueron que la muestra estudiada presenta un nivel medio de desgaste profesional caracterizado por niveles medios de despersonalización, niveles moderadamente altos de autoestima profesional y moderadamente altos de agotamiento profesional.Un 20% de la muestra estudiada mostraba alteraciones somáticas o psíquicas de origen psicológico.Las variables demográficas, edad, sexo, estado civil, número de hijos y profesión del cónyuge no tuvieron relación con el grado de desgaste en la muestra estudiada.Los jefes de servicio y sección de las especialidades quirúrgicas presentaban el menor grado de desgaste profesional y los adjuntos de áreas quirúrgicas el grado mayor. En otro estudio realizado3 en un hospital general con la misma metodología, de un total de 134 médicos de plantilla (Cat A) 104 respondieron válidamente los custionarios. De los 292 diplomados en enfermería (Cat B) respondieron 168 y de los 220 auxiliares de clínica (Cat C), 93. Las principales conclusiones alcanzadas fueron las siguientes: 1. Los profesionales sanitarios del Hospital de Salamanca presentan un grado medio de burnout, caracterizado por niveles medios de despersonalización, medio-bajos de agotamiento emocional y medio-altos de autoestima profesional. La categoría profesional no está relacionada con el grado de desgaste profesional. 2. Un 29.25% de los profesionales sanitarios estudiados presenta síntomas físicos o psíquicos de origen psicológico que podrían requerir atención especializada. Con peor salud general está la categoría C, con 33,3% de «casos»; en situación intermedia la categoría B con un 30.72% y por último, con mejor salud general, está la categoría A, con un 23%; además, la categoría profesional presenta menos molestias somáticas. 3. En nuestra población, los factores sociodemográficos explorados (sexo, estado civil, tener hijos o no, y cónyuge con trabajo o sin él) no estuvieron vinculados con el grado de burnout. 4. La antigüedad profesional está relacionada con el grado de burnout; de tal forma, presentan niveles más elevados de agotamiento emocional los trabajadores de la salud que tienen una mayor antigüedad laboral. Además, al aumentar el número de años de ejercicio profesional o bien aumenta y se consolida la autoestima profesional o, por el contrario, se produce una disminución de sus niveles. 5. El ocio diario está relacionado con el grado de burnout y con el estado de salud general de estas personas, de tal forma que los individuos que disfrutan de más de cuatro y menos de dos horas de ocio al día sufren un mayor nivel de despersonalización y consecuentemente mayor grado de burnout. Además un período diario de dos a cuatro horas de ocio se correlaciona con una mejor salud general. 6. El consumo de analgésicos, tranquilizantes y tabaco está relacionado con el grado de burnout. Los profesionales sanitarios que consumen analgésicos y tranquilizantes presentan un nivel más elevado de agotamiento emocional, así como peor salud general. Para el consumo de tabaco y aunque los resultados sólo rocen la significación estadística se tiene que a mayor consumo (más de 20 cigarrillos/día) existe mayor probabilidad de padecer altos niveles de despersonalización. Además, en nuestro estudio los varones tuvieron más probabilidad que las mujeres de sufrir problemas con el tabaco y con el alcohol.Bibliografía1. Maslach C, Jackson SE. «Maslach Burnout Inventory», Ed. Consulting Psychological Press, Palo Alto, California, 1981.2. Daniel Vega E, Pérez Urdániz A, Fernández Canti G. «Burnout Syndrome in General Hospital Doctors», European Journal of Psyquiatry 10(4):207-213, 1996.3. Da Silva Sobral de Matos H, Daniel Vega E, Pérez Urdániz A. «Estudio del síndrome de desgaste profesional entre los profesionales sanitarios de un hospital general», Actas Españolas de Psiquiatría 27(5):310-320, 1999.

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