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LAS CELULAS POSITIVAS PARA CITOQUERATINA EN MEDULA OSEA EN LOS PACIENTES TRATADOS POR CANCER DE PROSTATA LOCALIZADO PARECEN SER DE MAL PRONOSTICO
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
Lilleby, Wolfgang
Columnista Experto de SIIC

Institución:
Department of Oncology Norwegian Radium Hospital Oslo, Norway

Artículos publicados por Lilleby, Wolfgang  
Recepción del artículo: 26 de marzo, 2004
Aprobación: 11 de junio, 2004
Conclusión breve
Luego de un estudio inmunocitoquímico en pacientes con cáncer de próstata localizado en quienes se había realizado radioterapia, la presencia de células positivas para citoqueratina en médula ósea luego del tratamiento parece ser un factor pronóstico desfavorable.

Resumen

Antecedentes: El pronóstico de los pacientes con cáncer de próstata localizado depende del estadio clínico, el grado histológico y los niveles séricos de antígeno prostático específico (APE) previos al tratamiento. Evaluamos si el parámetro adicional de la presencia de células prostáticas neoplásicas circulantes en médula ósea (MO) o en sangre periférica (SP) se asocia con disminución en la supervivencia libre de enfermedad en los pacientes con cáncer de próstata pasible de tratamiento curativo local. Material y métodos: Evaluamos muestras de MO y SP anteriores al tratamiento en 66 pacientes con cáncer de próstata en estadio T1-3pN0M0, para detectar la presencia de células tumorales aisladas. Los pacientes fueron sometidos a radioterapia definitiva. La presencia de células positivas para citoqueratina (CQ+) se estableció mediante la técnica APAAP que utiliza tinción inmunocitoquímica de los anticuerpos citoqueratínicos AE1/AE3 contra epitopes epiteliales. Se realizó tinción positiva de control mediante el uso de anticuerpos monoclonales MOPC-21 en todas las muestras de MO y SP. La mediana de la duración del seguimiento en el presente estudio fue de 65 meses (intervalo: 46-78 meses). Resultados: Catorce pacientes (21%) tenían células CQ+ en la muestra de MO y SP antes del tratamiento. En 12 de 60 pacientes (20%) se observaron de 1 a 400 células CQ+ en MO (mediana: 2 células). La presencia de células CQ+ en la muestra de médula ósea posterior al tratamiento tuvo una correlación significativa con la supervivencia libre de progresión de la enfermedad (p = 0.02), en tanto que ése no fue el caso para la presencia de las mencionadas células en las muestras de MO pretratamiento. Conclusión: En resumen, la presencia de células CQ+ (20%) en médula ósea más de 18 meses después de radioterapia definitiva en pacientes con cáncer de próstata localizado está asociada con menor supervivencia libre de progresión de la enfermedad. Estos pacientes podrían ser candidatos para ensayos clínicos que estiman el valor de tratamientos sistémicos complementarios. Sin embargo, nuestros resultados deben ser confirmados en una cohorte más grande de pacientes antes de que puedan ser utilizados rutinariamente en la práctica médica.

Palabras clave
Cancer de próstata, micrometástasis, médula ósea, inmunocitoquímica, supervivencia

Clasificación en siicsalud
Artículos originales> Expertos del Mundo>
página www.siicsalud.com/des/expertos.php/68339

Especialidades
Principal: OncologíaUrología
Relacionadas: Anatomía PatológicaHematologíaMedicina Interna

Enviar correspondencia a:
Wolfgang Lilleby, MD PhD. Department of Medical Oncology and Radiotherapy. Norwegian Radium Hospital. Montebello, 0310 Oslo. Noruega Lilleby, Wolfgang


THE PROGNOSTIC IMPACT OF CYTOKERATIN-POSITIVE CELLS IN BONE MARROW OF PATIENTS WITH LOCALIZED PROSTATE CANCER

Abstract
Background: The prognosis of patients with localized prostate cancer depends on clinical stage, histological grade, and pretreatment serum PSA level. We evaluated whether the additional parameter of the presence of circulating prostate cancer cells in the bone marrow (BM) or peripheral blood (PB) is associated with failure-free survival in patients with prostate cancer suitable for curative local treatment. Material and methods: We evaluated pre-treatment BM/PB samples of 66 patients with T1-3pN0M0 prostate cancer for the presence of isolated tumor cells. The patients underwent definitive radiotherapy. The presence of cytokeratin-positive cells (CK+) cells was based on APAAP-technique using the immunocytochemical staining of AE1/AE3 cytokeratin antibodies against epithelial epitopes. Positive control staining was carried out with MOPC-21 monoclonal antibody in all BM/PB samples. Median folllow-up duration in the present study was 65 months (range: 46-78 months). Results: A total of 14 patients (21%) had CK+ cells in the BM/PB pre-treatment sample. In 12 of 60 patients (20%) 1-400 CK+ cells were observed in BM (median 2 cells). The presence of CK+ cells in the posttreatment BM sample was significantly correlated with progression-free survival (p = 0.02), whereas this was not the case for the presence of such cells in the pretreatment BM sample. Conclusion: In summary, the presence of CK+ cells (20%) in bone marrow > 18 months after definitive radiotherapy in patients with localized prostate cancer is associated with decreased progression-free survival. These patients may be candidates for clinical trials assessing adjuvant systemic treatment. However, our results need confirmation in a larger cohort of patients before it can be routinely used in the clinic.


Key words
Prostate cancer, micrometastases, bone marrow, immunocytochemistry


LAS CELULAS POSITIVAS PARA CITOQUERATINA EN MEDULA OSEA EN LOS PACIENTES TRATADOS POR CANCER DE PROSTATA LOCALIZADO PARECEN SER DE MAL PRONOSTICO

(especial para SIIC © Derechos reservados)
Artículo completo
Introducción
No existe un tratamiento único que sea reconocido como el mejor para el cáncer de próstata localizado (CPL). Las opciones actuales para el tratamiento del CPL son la cirugía, la terapia por radiación y la observación, así como la combinación de ellas.1
Sin embargo, se lograrán 5 años de supervivencia libre de parámetros bioquímicos de enfermedad en 70% a 80% de pacientes tratados radicalmente mediante prostatectomía o con radioterapia definitiva para CPL (T1-3pN0M0).2,3 De este modo, 20% a 30% de estos pacientes habrán sufrido una recidiva durante cinco años de seguimiento. A diferencia de lo que sucede con el tratamiento quirúrgico, los niveles séricos del antígeno prostático específico (APE) luego de la radioterapia no siempre caen a valores indetectables, aun después de un tratamiento exitoso.4 Por lo tanto, es difícil realizar comparaciones precisas entre los resultados de la cirugía y los de la radioterapia. La falta de control local del tumor primario puede ser una de las razones de estos resultados desfavorables. La diseminación a distancia, no reconocida en el momento del diagnóstico, puede ser otra explicación.5 Dado que el esqueleto es el sitio más frecuentemente afectado por la diseminación a distancia del CP, la médula ósea (MO, figura 1) es propensa a convertirse en un lugar importante de diseminación temprana a distancia, mediada por la circulación periférica (SP).6



Figura 1. Colonia de células positivas para citoqueratina detectada en médula ósea.
Pacientes y métodos
En nuestro estudio reciente aplicamos un método de enriquecimiento inmunocitoquímico (ICC) utilizando anticuerpos monoclonales pancitoqueratínicos (AE1/ AE3, Sanbio, Uden, Países Bajos) y técnicas de tinción antifosfatasa alcalina para detectar células tumorales correspondientes a micrometástasis ocultas en MO y SP.7 Brevemente, se resuspendieron muestras de 1-2x107 MO/SP CMN (células mononucleares) a 2x107 CMN/ml y se incubaron con granos inmunomagnéticos cubiertos con anticuerpos monoclonales anti-CD45 (Dynal, Oslo, Nouega). El Grupo de Trabajo Europeo ISHAGE para la Estandarización en la Detección de Células Tumorales estableció lineamientos para el análisis y la evaluación de las células positivas para citoqueratina (CQ+) en MO y SP.8,9 Estos lineamientos han sido la base para la detección de células CQ+ en MO y SP en el Norwegian Radium Hospital (NRH).
Los pacientes fueron derivados al NRH para recibir radioterapia definitiva. A todos los pacientes se les administró radioterpapia, mediante técnica en caja con 4 campos (2 campos opuestos anteroposteriores y 2 portales laterales) que utiliza un acelerador lineal con fotones de 10 a 15 megavoltios. La dosis prescrita para el volumen blanco fue generalmente de 66 Gy de acuerdo con el punto de referencia ICRU (International Commission on Radiation Units and Measurements). Ningún paciente recibió tratamiento hormonal previo o durante la radioterapia y cualquier manipulación hormonal ulterior fue diferida hasta la evaluación de la progresión clínica.
La mediana de edad de los 66 pacientes fue 66 años (intervalo 52-74). En más de dos tercios de los pacientes la clasificación clínica correspondió a tumores en estadio T3 (67%). La inmensa mayoría de los pacientes habían tenido niveles serológicos de APE > 10 ng/ml antes del tratamiento. El puntaje biescalonado de Gleason asignó 31 pacientes al grupo de bajo riesgo y 35 pacientes al grupo de alto riesgo. Durante la mediana de observación de 65 meses, 30 pacientes de la cohorte completa evolucionaron con progresión de su enfermedad, en tanto que 36 pacientes estaban sin signos de recurrencia de la enfermedad en la última observación.
Resultados
Sesenta y seis pacientes consintieron someterse a la toma de muestra de MO y SP para la determinación de células CQ+ antes del tratamiento y 60 pacientes acordaron una segunda evaluación MO y SP por lo menos 2 años después de éste. El principal criterio de valoración de nuestro análisis fue la progresión, definida como el crecimiento detectable del tumor intrapélvico o la aparición de metástasis a distancia.
Antes de la radioterapia, 21% de los pacientes tenían células CQ+ en MO y 8 de 66 pacientes (12%) tenían CQ+ en SP. No se encontró asociación entre la presencia de células CQ+ en MO o SP previa a la radioterapia y la supervivencia libre de progresión de la enfermedad. Por otra parte, la presencia de células CQ+ en MO en 12 de los 60 pacientes (20%) al momento de la segunda aspiración de MO tuvo una relación significativa con menor supervivencia libre de progresión (p = 0.02).
Adicionalmente, el hallazgo postratamiento tanto de células CQ+ en MO como de niveles de APE > 10 ng/ml se asoció con reducción en la supervivencia libre de progresión (p = 0.0007, figura 2). La presencia de células CQ+ antes del tratamiento no se asoció con variables pronósticas establecidas, como el puntaje biescalonado de Gleason, niveles séricos pretratamiento de APE o estadio T.



Figura 2. Supervivencia libre de progresión en los pacientes con células CQ+ y sin células CQ+ en MO.
Discusión
El papel de las células CQ+ en MO y SP no se investigó antes en pacientes con CP sometidos a radioterapia definitiva. Nuestros resultados se corresponden con los hallazgos en los pacientes con cáncer de mama en estadio pN0, en quienes la presencia de células CQ+ en MO luego del tratamiento se asoció con mal pronóstico.10
La presencia de células CQ+ en MO en el momento del diagnóstico se asocia con malos resultados en CPL tratado quirúrgicamente.11 Weckermann y col. mostraron en un estudio reciente que la células CQ+ en MO podrían ser relevantes en el pronóstico y podrían incluso constituir un factor pronóstico independiente de la recidiva bioquímica.12
Nuestros resultados contrastan con esos hallazgos. Ellos indican que la presencia de células CQ+ en MO antes del tratamiento y especialmente en SP en el momento del diagnóstico, podrían representar un acontecimiento transitorio, erradicado por el propio sistema inmune del paciente o posiblemente por apoptosis.13
El American Society for Therapeutic Radilogy and Oncology Consensus Panel (ASTRO) publicó lineamientos para la identificación de pacientes con recidiva bioquímica posterior a un tratamiento definitivo con radioterapia.14 Nosotros no hemos podido aplicar esos lineamientos a nuestro estudio debido a que no contábamos con los valores séricos de APE antes y durante el seguimiento de nuestros pacientes. Sin embargo, un incremento en los valores de APE señala la progresión de la enfermedad luego de una terapia con intención curativa, aunque esos hallazgos no distinguen el fracaso del tratamiento local del de la enfermedad a distancia.
Suponemos que la detección de micrometástasis en médula ósea más probablemente indica recidiva sistémica que fracaso local. De acuerdo con ello, recientemente iniciamos un nuevo seguimiento a largo plazo que fue aprobado por el comité de ética local para pacientes con CPL. Sólo series más extensas pueden confirmar nuestros hallazgos y la utilidad para los resultados de la detección de proteínas marcadoras epiteliales. Deberían realizarse intentos adicionales para identificar el papel de las micrometástasis. La caracterización exhaustiva de las células CQ+ podría identificar subgrupos de pacientes en quienes podría aplicarse terapia dirigida. De este modo, este conocimiento podría ser implementado en el tratamiento sistémico temprano de pacientes con células CQ+ en MO para aumentar su supervivencia a largo plazo. Existen algunas indicaciones de que la supervivencia específica al cáncer en pacientes con CP avanzado aumenta si se administra terapia de supresión androgénica (SA) temprana, incluso en pacientes asintomáticos.15,16 La SA resulta en cambios citológicos y en una reducción en la proporción de células tumorales que evolucionan hacia el estado latente y la apoptosis.17 Pantel y col. pudieron demostrar que mediante SA administrada a pacientes con cáncer de próstata en estadio C se erradicaron micrometástasis diseminadas en MO en la mayoría de los casos.18 La aplicación de una terapia de vacuna dendrítica por pulsaciones podría ser otro abordaje promisorio. Murphy y col. demostraron que células dendríticas autólogas con péptidos antigénicos de membrana específicos de próstata podrían ser administrados a los pacientes en forma segura y comunicaron un índice de respuesta del 30% en los pacientes con enfermedad metastásica refractaria a la terapia hormonal.19 Nuestro grupo está investigando los efectos de la terapia de vacuna dendrítica en los pacientes con CP refractario a la terapia hormonal en un ensayo de fase I/II. Especialmente los pacientes con niveles séricos de APE < 100 ng/ml parecen responder a la inmunoterapia (Kvalheim G, comunicación personal). Hasta el momento, no se encontraron efectos adversos serios adjudicables a la vacuna. La familia de genes MAGE se expresa frecuentemente en las células positivas para citoqueratina, pero no en los tejidos normales excepto por el testículo y la placenta. Considerar el receptor MAGE como blanco del tratamiento podría ser un abordaje interesante. De todos modos, aún existen aspectos desconocidos en relación con las vacunas. Por ejemplo, la vacuna contra el cáncer debe demostrar una respuesta inmune antitumoral sostenida para que sea aplicable a los tumores en todas sus localizaciones.
Conclusión
En resumen, en nuestra limitada serie de pacientes con CPL en estadio pN0M0, se encontró asociación significativa entre la presencia de células CQ+ en MO luego del tratamiento y la supervivencia libre de progresión tumoral, en tanto que la presencia de células CQ+ en MO antes del tratamiento no se asoció con los resultados. Se detectaron células CQ+ en 16% de las MO después del tratamiento, a pesar de que había niveles séricos de APE < 10 ng/ml. El método de enriquecimiento inmunocitoquímico (ICC) de MO es un método estandarizado de gran sensibilidad, superior a los métodos radiológicos actuales como la centellografía o las imágenes por RMN. Sin embargo, nuestros resultados deben ser confirmados en una cohorte más grande de pacientes, antes de que puedan ser utilizados rutinariamente en la práctica médica.
El autor no manifiesta conflictos.
Bibliografía del artículo
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