Informes periodísticos

PRESENTAN UNA CASUÍSTICA DE MIASIS INTESTINAL

Enteric myiasis, intestinal myiasis, Megaselia, Muscina stabulans, Enteric myiasis, intestinal myiasis, Megaselia, Muscina stabulans,

Maharashtra, India


La miasis intestinal se diagnostica a partir de la presencia de larvas en las heces o en el contenido del vómito. Las larvas suelen confundirse con la infestación por otros organismos, pero no responden a la administración de antihelmínticos convencionales. Se advierte la necesidad de un elevado índice de sospecha para el diagnóstico clínico.

 Fuente científica:  Indian Journal of Medical Microbiology 30(3):332-337 aSNC

 Autores:  Udgaonkar US, Dharamsi R, Mohite RS

 Palabras clave:  miasis entérica, miasis intestinal, Megaselia, Muscina stabulans, Sarcophaga haemorrhoidalis

 Key Words:  enteric myiasis, intestinal myiasis, Megaselia, Muscina stabulans, Sarcophaga haemorrhoidalis

flecha azul.gif (828 bytes) Institución principal:  Bharati Vidyapeeth Deemed University Medical College and Hospital
flecha azul.gif (828 bytes) Correspondencia:  US Udgaonkar, Bharati Vidyapeeth Deemed University Medical College and Hospital Department of Microbiology, Maharashtra India
flecha azul.gif (828 bytes) Patrocinio:  No declarado.
flecha azul.gif (828 bytes) Conflicto de interés:  No declarado.
flecha azul.gif (828 bytes) Agradecimientos:  No declarado.


La miasis consiste en la invasión tisular por parte de larvas de dípteros. Desde el punto de vista clínico, se describen formas cutáneas (sobre heridas, cavidades, ojos, conducto auditivo) y variantes con compromisos de órganos internos, como el árbol urinario y la luz del tubo digestivo. La miasis intestinal se diagnostica a partir de la presencia de larvas en las heces o en el contenido del vómito; las especies de dípteros que provocan esta afección son parásitos facultativos o accidentales, cuyos huevos son ingeridos de modo fortuito con las comidas y sobreviven a lo largo del paso por el tubo digestivo. Las larvas suelen confundirse con la infestación por otros organismos, pero no responden a la administración de antihelmínticos convencionales. Por consiguiente, el diagnóstico correcto por laboratorio requiere la evaluación macroscópica cuidadosa de muestras fecales en fresco y sin contaminación.
En esta casuística, los autores describen 7 pacientes con miasis intestinal, correspondientes a 6 varones y una mujer con una media de edad de entre 25 y 38 años. La eliminación de larvas llevaba desde pocos meses a varios años, con una frecuencia intermitente. Se instruyó a los enfermos para la recolección de muestras en un dispositivo especial de boca ancha durante los períodos de eliminación de estos agentes. Pese a una observación macroscópica y microscópica inicial normal, las larvas emergían hacia la superficie después de mantener el contenedor abierto. Se trataba de organismos de 3 mm por 1 mm, con 12 segmentos cuantificados bajo el microscopio óptico, con la presencia de ganchos oscuros en el extremo anterior. Algunos ejemplares se preservaron vivos, para demostrar su metamorfosis hasta el estado adulto en condiciones adecuadas (medio de Udgaonkar).
Según señalan los investigadores, Sarcophaga haemorrhoidalis fue la especie más frecuente (n = 5), mientras que los dos casos restantes correspondían a sendas infestaciones por Muscina stabulans y Megaselia spp. Todos los pacientes fueron tratados con lavado colónico mediante la administración de 137.15 g de polietilenglicol administrados en 2 litros de agua e ingeridos durante 2 h. Se aconsejó a los enfermos evitar la ingesta de alimentos expuestos a la acción de las moscas adultas.
En la bibliografía se ha informado que unas 50 especies diferentes de larvas de moscas pueden provocar miasis entérica, a predominio de ejemplares de las familias Muscidae, Calliphoridae y Sarcophagidae. Estos insectos suelen depositar sus huevos en carne fresca, quesos y otros productos de consumo humano, por lo cual tantos estos huevos como las larvas pueden ser ingeridos y atravesar el tubo digestivo, para su posterior eliminación fecal. La evaluación del espiráculo posterior resulta relevante para la identificación de la especie; sin embargo, la manipulación del extremo distal puede provocar lesiones en la larva. La posibilidad de preservar algunos ejemplares vivos en el contenedor inicial hasta alcanzar un mayor tamaño podría asegurar un aumento de tamaño, con mejor capacidad para disecar el extremo posterior y evaluar los espiráculos. Asimismo, la identificación de la especie puede realizarse al mantener vivos los ejemplares hasta alcanzar la edad adulta en un medio de Udgaonkar modificado, integrado por arena y carne cocida.
Se advierte la necesidad de un elevado índice de sospecha para el diagnóstico clínico de la miasis intestinal cuando un paciente describe la eliminación intermitente de parásitos por períodos prolongados y sin respuesta al uso de antihelmínticos. El lavado colónico se considera la terapia más adecuada, pero las medidas de prevención se definen como la estrategia de mayor relevancia en el abordaje de estos enfermos.
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