Informes periodísticos

ACTUALIZAN EL MANEJO DEL DOLOR EN PACIENTES CON CEFALEA CERVICOGÉNICA

Análisis de sus criterios diagnósticos y de las diferentes intervenciones terapéuticas

Nueva Orleans, EE.UU.


Existen ciertos criterios que permiten establecer el diagnóstico de cefalea cervicogénica, una vez que se ha excluido la presencia de enfermedades estructurales. En su tratamiento, las principales intervenciones farmacológicas comprenden los antidepresivos tricíclicos, los anticonvulsivantes y los relajantes musculares.

 Fuente científica:  Topics in Pain Management 21(10):1-5 aSNC

 Autores:  Gevirtz C

 Palabras clave:  Manejo del dolor, cefalea cervicogénica, intervenciones farmacológicas

 Key Words:  Pain management, cervicogenic headache, pharmacologic interventions

flecha azul.gif (828 bytes) Institución principal:  Department of Anesthesiology, Louisiana State University
flecha azul.gif (828 bytes) Correspondencia:  C Gevirtz, Somnia Pain Management, NY 10528, Harrison EE.UU.
flecha azul.gif (828 bytes) Los autores no manifiestan conflicto de intereses


La cefalea cervicogénica (CCG) representa un síndrome que puede ser tratado en forma efectiva cuando es correctamente diagnosticado. Al respecto, existen varias intervenciones efectivas disponibles, para cuya aplicación apropiada se requiere de un considerable juicio clínico. El síndrome clínico de CCG ha sido reconocido por más de un siglo. Sin embargo, fue en el año 1993 cuando se publicaron sus criterios de diagnóstico. De acuerdo al autor de éstos, la CCG es desencadenada a partir de movimientos de la cabeza y el cuello, por la postura, o por presión sobre el cuello, y se esparce sobre éste y el hombro homolateral. La organización Internacional Association for the Study of Pain (IASP) define a la CCG por los mismos criterios, pero requiere el bloqueo nervioso para la confirmación diagnóstica, ya sea de un nervio occipital o de los nervios espinales C2-C3. En la consideración de los diagnósticos diferenciales, resulta de gran importancia descartar varias enfermedades estructurales que pueden ser diagnosticadas a través de imágenes por resonancia magnética o por tomografía computada del cerebro y cuello. Estas entidades comprenden un tumor de fosa posterior, la malformación de Chiari, una malformación arteriovenosa de la médula espinal o intracraneal, la disección arterial vertebral, la espondilosis cervical, la hernia de disco cervical, y la compresión nerviosa espinal. Las tres intervenciones farmacológicas que deben ser indicadas en los pacientes afectados por CCG comprenden los antidepresivos tricíclicos, los anticonvulsivantes y los relajantes musculares. Ninguno de éstos ha sido evaluado en ensayos rigurosos, prospectivos, aleatorizados y controlados por placebo. Los antidepresivos tricíclicos han sido empleados durante mucho tiempo en el manejo de los síndromes neuropáticos de cabeza y rostro. Sin embargo, debido a sus efectos adversos asociados (taquicardia, sequedad bucal y retención urinaria), su utilidad resulta limitada. La gabapentina es indicada para el manejo de la neuralgia posherpética, y ha sido empleada para el tratamiento de numerosos síndromes neuropáticos. En forma anecdótica, se ha reportado su efectividad en estos casos. Por su parte, la tizanidina y el baclofeno podrían presentar alguna utilidad, en la relajación de la musculatura nucal y en la provisión de alguna actividad analgésica mediada en forma central. Sin embargo, no se han realizado ensayos formales sobre el uso de estas medicaciones en la CCG. Como se mencionó anteriormente, el bloqueo del nervio occipital mayor forma parte del criterio diagnóstico de la IASP. Esta intervención se realiza a través de la colocación de un bloqueo a pocos centímetros de la protuberancia occipital, a partir de la aplicación de 3 mL de anestésico local durante un episodio de dolor. Los pacientes deben ser controlados durante 30 minutos luego del bloqueo para identificar posibles efectos adversos y cuantificar el grado de alivio del dolor, usualmente a través de escalas visuales análogas. El bloqueo se considera diagnóstico si, ante la presencia de una deficiencia sensitiva en el área inervada, el puntaje del dolor se reduce en un 50%. Luego del diagnóstico, se administra un bloqueo terapéutico, con la incorporación de un anestésico local de larga duración y un corticosteroide como la metilprednisolona. Una alternativa del bloqueo occipital para la confirmación diagnóstica de la CCG es el bloqueo selectivo de los nervios espinales C2 y C3. La CCG representa un síndrome clínico para cuya diagnóstico deben descartarse otras patologías estructurales. Para su tratamiento, existen diferentes alternativas, como la administración de antidepresivos, anticonvulsivantes o relajantes musculares, y el bloqueo nervioso regional.
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