Informes periodísticos

EVALÚAN EFICACIA DE NUEVO REGIMEN TERAPÉUTICO PARA EL LINFOMA PRIMARIO DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Ensayo multicéntrico sobre la eficacia de la quimioterapia y el trasplante de células madre, seguidos de radioterapia

Tours, Francia


La combinación de quimioterapia en altas dosis y trasplante autólogo de células madre, seguida de radioterapia craneal, mostró eficacia como tratamiento inicial para el linfoma primario del sistema nervioso central en pacientes menores de 60 años, 64% de los cuales alcanzaron una sobrevida de 4 años.

 Fuente científica:  Bone Marrow Transplantation 38(6):417-420 aSNC

 Autores:  Colombat PH, Lemevel A, Lamy T

 Palabras clave:  Linfoma primario, sistema nervioso central, células madre, eficacia

 Key Words:  Primary lymphoma, central nervous system, stem cells, efficacy

flecha azul.gif (828 bytes) Correspondencia:  PH Colombat, CHU Tours Hématologie, 37044, Tours Francia
flecha azul.gif (828 bytes) Patrocinio:  Ministerio de Salud de Francia y Schering-Plough
flecha azul.gif (828 bytes) Los autores no manifiestan conflicto de intereses
flecha azul.gif (828 bytes) Agradecimientos:  Ministerio de Salud de Francia y Schering-Plough


La quimioterapia en altas dosis, junto con el trasplante autólogo de células madre (TACM), mostró efectividad como tratamiento inicial para el linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC), en pacientes menores de 60 años. El tratamiento estándar actual para el LPSNC incluye la administración de metotrexato en atas dosis y radioterapia (RT) craneal, con el cual los enfermos con menos de 60 años alcanzan una supervivencia de 4 años. La toxicidad tardía de la RT ha motivado la investigación de alternativas terapéuticas. Recientemente, se obtuvieron resultados promisorios al combinar la quimioterapia en altas dosis con el TACM, en pacientes que habían presentado recaída. Este artículo presenta las conclusiones de un ensayo prospectivo, multicéntrico, que evaluó el papel de esa combinación de quimioterapia, seguida de RT, como tratamiento de primera línea para el LPSNC. La población de estudio estuvo constituida por 25 pacientes menores de 60 años, con diagnóstico reciente (< 3 meses) de LPSNC, confirmado mediante biopsia cerebral o citología del líquido cefalorraquídeo. Solamente se incluyeron los linfomas constituidos por células B. La edad promedio de los enfermos fue 51 años (intervalo de 21 a 60 años) y en ninguno de ellos las pruebas serológicas fueron positivas para el VIH. Todos los participantes recibieron 2 ciclos de quimioterapia inicial con metotrexato, etopósido, carmustina y metilprednisolona, y un ciclo basado en ifosfamida y citarabina. Se procedió luego a obtener una muestra de células madre de la circulación periférica. En aquellos sujetos (n = 17) en quienes se constató respuesta clínica, se administró quimioterapia de inducción, en altas dosis (carmustina, etopósido, citarabina y melfalán) y se procedió al TACM. Cuando la enfermedad no logró estabilizarse o mostró progresión, se realizó tratamiento de rescate con etopósido y citarabina. Todos los sujetos recibieron quimioterapia intratecal. Con posterioridad al TACM, o a la terapia de rescate, los enfermos recibieron RT, con irradiación completa del cráneo, a una dosis total de 30 Gy. Como parte del seguimiento, se realizaron controles mediante tomografía computarizada cada 6 meses durante los 2 primeros años, y cada 12 meses, los 3 años subsiguientes. Durante la fase del TACM fallecieron 2 participantes; en un caso se produjo shock séptico durante la terapia de inducción y en el otro, toxicidad grave a nivel del sistema nervioso central, con crisis epilépticas y coma. De los 16 pacientes que recibieron TACM, 13 de ellos alcanzaron la remisión completa de la enfermedad. Seis sujetos que mostraron remisión parcial luego de la quimioterapia convencional, continuaban en remisión parcial postrasplante. Los pacientes que no recibieron TACM debido a negativa personal o a la presencia de toxicidad farmacológica, alcanzaron también la remisión parcial al finalizar la RT. A los 34 meses de seguimiento, 5 de los 20 pacientes que habían alcanzado la remisión completa con el tratamiento (25%), sufrieron recaída: 2 pertenecientes al grupo que no había sido trasplantado y 3 de aquellos a quienes se había realizado el TACM. El cálculo de la tasa de supervivencia a los 4 años correspondió a 64%. La supervivencia promedio libre de eventos fue 40 meses, es decir, 46% a los 4 años. Respecto de los 17 pacientes cuyo tratamiento incluyó el TACM, a los 3 años, las tasas de supervivencia libre de eventos y libre de enfermedad fueron 66% y 75%, respectivamente. Hasta el momento, no se ha observado leucoencefalopatía en los estudios por neuroimágenes en ninguno de los participantes, pero el período de seguimiento aún no está completo. Los autores argumentan que, de acuerdo con los hallazgos de su trabajo, el TACM debería considerarse solamente para los casos de LPSNC inicialmente refractario, en remisión parcial después de la quimioterapia convencional o que presenta recaída. En conclusión, para los pacientes jóvenes, con LPSNC, la quimioterapia en altas dosis y el TACM, seguidos de RT craneal, mostraron eficacia y seguridad a corto plazo.
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