RECUENTO PREOPERATORIO DE PLAQUETAS EN EL CANCER DE PANCREAS Y SU VALOR
PRONOSTICO. ACTUALIZACIÓN
|
|
|
Columnista Experto de SIIC
Dr. Miguel Echenique
Elizondo
Cirujano General. Profesor Titular de Cirugía, Unidad Docente
de Medicina, Universidad del País Vasco, San Sebastián, España
Otro trabajo publicado: Echenique Elizondo M: «Linfangiomas
quísticos intraabdominales», Revista Española de Enfermedades
Digestivas 93(11):741-743, 2001
|
|
San
Sebastián, España (especial para SIIC)
Impedir el crecimiento de la enfermedad
micrometastásica con terapia antiangiogénica a largo plazo
representa una estrategia válida para tumores sólidos refractarios
a terapias sistémicas.
INTRODUCCION
La opinión de Folkmann de 1971 «el crecimiento tumoral es
angiogénesis dependiente» ha sido ampliamente aceptada dos
décadas más tarde. Muchos factores se encuentran envueltos
en la formación de nuevos vasos y los modelos experimentales
no son lo suficientemente complejos y adecuados para valorar
todos y cada uno de ellos. Recientes trabajos tratan de correlacionar
la expresión del VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular)
con el pronóstico en diversos tipos de cánceres. Werheul y
Pinedo (1) han encontrado que las concentraciones de VEGF
se relacionan con el recuento plaquetario durante el tratamiento.
No encuentran relación con la masa tumoral, al indicar que
las tasas de VEGF no dependen de las células tumorales, y
sí en cambio con las tasas de plaquetas (2,3). Parece que
las plaquetas juegan un papel esencial en la angiogénesis
(1).
En clínica se ha encontrado
que el recuento plaquetario tiene valor pronóstico en los
pacientes con algunos tipos de cáncer y que anomalías de
coagulación se encuentran con frecuencia en ellos (4-9).
En estudios preclínicos las interacciones tumor-plaqueta
han sido ampliamente estudiadas y relacionadas con el crecimiento
tumoral y la formación de metástasis. Especialmente la relación
entre los recuentos plaquetarios y factores que afectan
a la angiogénesis han sido revisados por Pinedo y cols (10).
El cáncer de páncreas está asociado con el peor pronóstico
de todos los cánceres humanos, con rápido crecimiento tumoral
que hace esperar la presencia de potentes mecanismos de
angiogénesis.
La hipótesis del presente
trabajo ha consistido en determinar si la valoración de
la tasa de plaquetas realizada de manera preoperatoria puede
representar una variable pronóstica en el cáncer de páncreas
intervenido que justifique acciones posteriores sobre los
mecanismos de angiogénesis.
MATERIAL Y METODOS
Hemos revisado retrospectivamente 144 casos de adenocarcinoma
de páncreas tratados entre 1978 y 1998. Fueron considerados
operables 35 pacientes y susceptibles de resección curativa
21 de ellos. Fueron resecables con intención curativa 49
pacientes (grupo A). Se realizó resección paliativa ó algún
procedimiento derivativo en 86 pacientes y en nueve se optó
por obstención quirúrgica tras laparotomía debido a los
hallazgos operatorios (tabla1).
Se determinó la tasa preoperatoria
de plaquetas en todos los casos dentro de la valoración
analítica general preoperatoria (tabla 2).
Ambos grupos (A y B) fueron divididos en dos subgrupos:
a) < 200 000 plaquetas/mm3, y b) > 200 000 plaquetas/mm3.
Se analizaron las supervivencias de ambos subgrupos. Se
realizó un nuevo corte a nivel de 300 000 plaquetas/mm3
y también se estudió la supervivencia. El análisis de datos
se realizó con un programa SPSS 8.0.
RESULTADOS
La valoración de esta serie se realizó retrospectivamente
y de manera no homogénea, lo que debe ser tenido en cuenta
a la hora de valorar el grado de evidencia. Los resultados
permiten observar diferencias significativas de supervivencia
(p < 0.05) con el corte realizado a nivel de 200 000 plaquetas/mm3
(figura 1)
Figura 1. Supervivencia.
y muy significativas (p <
0,01) con el corte de 300 000 plaquetas/mm3 (figura
2) en los pacientes resecados. De ello puede deducirse que
una variación en el estudio de esta variable supone un factor
pronóstico en relación a la tasa plaquetaria preoperatoria.
Figura 2. Supervivencia.
No se observaron diferencias
significativas de supervivencia en pacientes con resección
paliativa ó procedimiento derivativo.
DISCUSION
Aunque los estudios translacionales no tienen un impacto
directo en el tratamiento del cáncer, oncólogos y cirujanos
deben conocer el papel potencial de las plaquetas en el
crecimiento tumoral. La investigación clínica y preclínica
confirman que el crecimiento tumoral depende de la angiogénesis
(11). La activación de la cascada de la coagulación es frecuente
en los pacientes cancerosos, y entre ellos en el cáncer
de páncreas. Las plaquetas constituyen elementos a considerar
en la angiogénesis tumoral (12,13). Son una fuente rica
en estimuladores e inhibidores de la angiogénesis y su interacción
con el endotelio (14). De aquí se deducen los beneficiosos
efectos de la anticoagulación en el paciente canceroso y
que la inhibición de la acción de las plaquetas en el endotelio
inhibe a su vez la angiogénesis.
Es sabido que las plaquetas
sintetizan un gran número de factores angiogénicos, que
incluyen VEGF (15). Se estima que existe una activación
intratumoral de las plaquetas que liberan VEGF (con aumento
de la angiogénesis y de la permeabilidad vascular) debido
al enlentecimiento vascular a ese nivel y la fijación plaquetaria
por proteínas activadas tales como el factor von Willebrand
(16).
La angiogénesis no es un proceso.
Depende de la activación en el tumor o estructuras del huésped
de factores angiogénicos. Uno de ellos es el VEGF, un mitógeno
endotelial potente y selectivo. Ha sido asociado con crecimiento
y progresión tumoral en una serie de neoplasias. La angiogénesis
es esencial para la progresión tumoral y de las metástasis
(17-19), así como crecimientos tumorales superiores a 1-2
mm de diámetro (20). Un aumento de la vascularidad aumenta
el riesgo de diseminación hematógena. El recuento microvascular
es una medida indirecta de la angiogénesis. Weidner y cols
(8) demostraron la correlación entre el número de microvasos
y metástasis a distancia en el carcinoma invasivo de mama.
Se ha demostrado lo mismo en otras neoplasias localizadas
en riñón (7), pulmón (21), próstata (9), cérvix (22), colon
(23), cara y cuello (24). Del mismo modo, se ha observado
que factores que disminuyen la expresión de factores angiogénicos
y por lo tanto la neovascularización tumoral disminuyen
el crecimiento primario y el de las metástasis (25,26).
Tanto estudios in vitro como
in vivo y experimentales han demostrado que la angiogénesis
secundaria a expresión elevada de factores angiogénicos
incrementa el crecimiento primario tumoral y el desarrollo
de metástasis (27). En sentido contrario, mecanismos que
regulan a la baja la expresión de factores angiogénicos
y, en consecuencia, la neovascularización tumoral hacen
disminuir el tumor primario y el crecimiento mestástasico
(28,29). El factor más comúnmente asociado con la angiogénesis
tumoral es el VEGF. En el cáncer de colon, pulmón y mama,
la expresión elevada de este se asocia con aumento del recuento
vascular en las piezas de resección quirúrgicas. Recientes
avances en el tratamiento multimodal del cáncer de páncreas
localizado, potencialmente resecable, ha modificado las
pautas terapéuticas con descenso de las tasas de recidiva
locorregional (30). Sin embargo, las tasas de metástasis
hepáticas han permanecido inalterables.
Se ha demostrado un efecto
perjudicial para la supervivencia en pacientes con cáncer
de riñón y recuentos plaquetarios superiores a 338.000/mm3
(7) y similares resultados se han observado en pacientes
con cáncer cervical, endometrial, ovárico y de pulmón. En
tumores renales se ha encontrado una correlación entre el
recuento microvascular y el pronóstico.
El factor de crecimiento vascular
endotelial (VEGF) es una citoquina homodimérica codificada
por el cromosoma 6p21.3. Se han descrito cuatro formas diferentes,
de 121, 165, 189 y 206 aminoácidos. El VEGF es un potente
estimulador de la angiogénesis tanto in vivo como in vitro
(13). En pacientes con neoplasias renales se ha encontrado
una correlación entre los niveles séricos de VEGF y la progresión
de la enfermedad (7). El VEGF, según se ha demostrado, aumenta
la permeabilidad y tiene actividad mitogénica y quimiotáctica
en las células endoteliales y actividad procoagulante. Las
plaquetas también juegan un papel esencial en la cicatrización,
y si están activadas liberan tras la misma, además del VEGF,
otros factores activos en la angiogénesis (13). Asimismo,
parece jugar un papel en la diferenciación en el crecimiento
y diferenciación del epitelio ductal pancreático (31).
El adenocarcinoma de páncreas
es una enfermedad agresiva caracterizada por una alta frecuencia
de recidivas locales y metástasis a distancia (32,33). VEGF
se ha descripto en todas las líneas celulares de cáncer
de páncreas estudiados (34).
En contraste con otros tumores
sólidos, el recuento microvascular y la expresión del factor
de crecimiento endotelial vascular (VEGF) no ha sido relacionado
con el pronóstico en el cáncer de páncreas (34). Se ha registrado
que existe un aumento de recuento plaquetario con mejor
supervivencia por las propiedades antiangiogénicas de las
plaquetas en esta enfermedad; si el descenso plaquetario
indica inhibición de los megacariocitos, como expresión
de mala función, enfermedad avanzada no detectable, o ambos
mecanismos, permanece por aclarar (35). La relación entre
trombopenia e hiperesplenismo debido a la afectación de
la vena esplénica no ha podido ser establecida. Es conocido
y recientemente descripto por Schwartz y cols que la esplenectomía
realizada en el momento de la resección pancreática se traduce
en un peor pronóstico (5).
Asimismo se ha demostrado
que la activación de la trombina libera VEGF (36,37).
Es clásicamente conocida la
existencia de alteraciones de la coagulación en enfermos
cancerosos y característicamente en el de páncreas, con
signos clínicos característicos: tromboflebitis migratoria
(signo de Trousseau) (38), y otros como eritema necrolítico
migratorio (39,40), opsoclonus (41), eosinofilia (42) y
coagulopatía de consumo (39).
Algunos estudios recientes
cuestionan que el recuento vascular predice de forma adecuada
la formación de metástasis (34). Ellis y cols (34) no encuentran
que la expresión del VEGF sea predictiva de la recidiva
tumoral y supervivencia en el cáncer de páncreas. Se piensa
(35) que el recuento plaquetario preoperatorio en el cáncer
de páncreas tiene implicaciones pronósticas diferentes de
las que tiene en otros tumores. Es improbable que un único
agente angiogénico sea responsable de la angiogénesis tumoral
en todos los tumores. Tal vez el VEGF no sea el único agente
angiogénico - principal en el cáncer de páncreas como parece
serlo en el cáncer de colon (23). Algunos estudios recientes
parecen cuestionar la creencia anterior de que el recuento
microvascular predice la formación de metástasis. Parece
que ello es lo más descripto en el cáncer de páncreas (34).
Otra posibilidad es que cada tumor tenga un índice angiogénico
específico, con un perfil peculiar de factores angiogénicos-antiangiogénicos.
Por ello tal vez el VEGF no sea el factor angiogénico dominante
en el cáncer de páncreas.
El recuento plaquetario preoperatorio
debe ser incluido en los índices clínicos y patológicos
de análisis en pacientes con cáncer de páncreas. Ha sido
estudiada en el cáncer de páncreas la expresión del VEGF
y el recuento microvascular con la intención de determinar
la recidiva tumoral y la supervivencia, con resultados dispares
(34). Se han encontrado elevadas expresiones de VEGF en
todas las líneas de cáncer de páncreas estudiados. Otra
posibilidad es que cada tumor tenga un índice angiogénico
específico, con un perfil peculiar de factores angiogénicos-antiangiogénicos.
Por ello tal vez el VEGF no sea el factor angiogénico dominante
en el cáncer de páncreas.
Existen dos posibles explicaciones
para ello:
- Es posible que el desarrollo
de las metástasis sea menos angiogénico dependiente en
algunos tipos de tumores. Por ejemplo, se ha visto que
en el cáncer gástrico de tipo intestinal (habitualmente
asociado a grandes metástasis) el recuento vascular se
correlaciona con el estadio y la formación de metástasis
(20,43). Por el contrario, en los adenocarcinomas tipo
gástrico, que tienden a dar metástasis peritoneales y
más pequeñas, el recuento vascular es menor que en el
tipo intestinal. Ello sugiere que el adenocarcinoma tipo
gástrico difuso puede no requerir un alto grado de angiogénesis
para la diseminación vascular. Tal vez suceda lo mismo
con el adenocarcinoma de páncreas. Las recidivas del cáncer
de páncreas pueden ser localizadas, distantes o de ambos
tipos. Las mestástasis son en general múltiples y pequeñas,
probablemente por una baja actividad angiogénica, especialmente
cuando se las compara con otros tumores metastásicos como
las metástasis hepáticas del cáncer colorrectal.
- Es posible que la angiogénesis
sea sólo una etapa en el proceso secuencial de la formación
de metástasis (44). Por ello un alto grado de neovascularidad
y elevada expresión de factores angiogénicos pueden ser
necesarios, pero no suficientes, para producir metástasis.
Así si un tumor tiene un alto índice angiogénico y no
expresa otros elementos necesarios para la formación de
metástasis (moléculas de adhesión/cohesión, factores de
motilidad, receptores de factores de crecimiento, etc).
En dichos casos un estudio multiparamétrico puede ser
necesario para determinar que combinación de factores
es necesaria en cada caso para predecir el desarrollo
de metástasis y/o recidiva tumoral (20). En contraste,
otras células pueden tener elevación de la expresión de
otros factores que regulan la cascada metastásica, pero
carecen de los mecanismos de inicio para el desarrollo
de la actividad angiogénica necesaria para facilitar el
desarrollo de dichas metástasis (34).
La falta de correlación del recuento
vascular y expresión del VEGF no debe ser impedimento para
el estudio de terapias antiangiogénicas en el cáncer de páncreas.
Estas terapias antiangiogénicas pueden ser más efectivas cuando
se usan en combinación con tratamientos adyuvantes en pacientes
con enfermedad residual estimada pequeña para prevenir su
conversión a un tipo angiogénico fenotípicamente. Es improbable
que estas terapias antiangiogénicas tengan gran impacto en
pacientes con enfermedad metastásica de gran volumen (47-49).
La trombopenia asociada al cáncer de páncreas es un hecho
conocido (50) y que responde a los esteroides (51), aunque
en algunas ocasiones sea refractaria a ellos e incluso a otros
tratamientos como la PGD2, tal vez como expresión de malfunción
de los megacariocitos, así como tasas bajas de hemoglobina
se han relacionado con elevados niveles de VEGF (52). Puede
representar una activación medular con buena función de los
megacariocitos.
Impedir el crecimiento de
la enfermedad micrometastásica con terapia antiangiogénica
a largo plazo representa una estrategia válida para tumores
sólidos refractarios a terapias sistémicas. A pesar del
aumento del conocimiento de la angiogénesis tumoral inducida,
el mecanismo por el que los agentes antiangiogénicos inhiben
el crecimiento permanece desconocido. Algunos ensayos clínicos
con terapias antiangiogénicas se encuentran actualmente
en curso (29,53,54). Parecen existir concentraciones elevadas
de VEGF en el suero de los pacientes cancerosos con relación
a los controles sanos.
Continúan los progresos, durante
los últimos años, en el intento de aplicar terapias alternativas
a las habitualmente empleadas como tratamiento complementario
y multimodal en el cáncer de páncreas avanzado, conocido
por su mal pronóstico (55-60).
BIBLIOGRAFIA
- Verheul, H.m.; Pinedo, H.m.
Tumor growth: A putative role for platelets? Oncologist
1.998. 3(2).II
- Salgado, R.; Vermeulen,
P.B.; Benoy, I.; Weytjens, R.; Huguet, P.; Van Marck,
E.; Dirix, L.Y. Platelet number and interleukin-6 correlate
with VEGF but not with bFGF serum levels of advanced cancer
patients. Br J Cancer 1.999.80(5).892-897
- Alcalde, R.E.; Terakado,
N.; Otsuki, K.; Matsumura, T. Angiogenesis and expression
of platelet-rerived andothelial cell growth factor in
oral squamous carcinoma. Oncology 1.997. 54(4).324-328
- Schwartz, R.E.; Harrison,
L.E.; Conlon, K.C. The impact of splenectomy on outcomes
after resection of pancreatic adenocarcinoma. J Am coll
Surg 1.999.188.516-521
- Hernández, E., Lavine, M.;
Dunton, C..J. Poor prognosis associated with thrombocytosis
in patientes with cervical cancer. Cancer 1.992. 69.2975-2977.
- O´Byrne, K.J.; Dobbs, N.;
Propper, D. Vascular endothelial growth factor platelet
counts and prognosis in renal cancer. Lancet 1.999.353.1494-1495
- Weidner, N.; Semple, J.P.;
Welch, W.R.; Folkmann, J. Tumor angiogenesis and metastasis-correlation
in invasive breast cancer. N Engl J Med 1.991.32. 1- 8
- Weidner, N.; Carroll, P.R.;
Flax, J.; Blumenfeld, W.; Folkman, J. Tumor angiogenesis
correlates with metastasis in invasive prostatic carcinoma.
Am J Pathol 1.993.143.401-401.
- Pinedo, H.M.; Verheul, H.M.;
D´Amato, R.J.; Folkmann, J. Involvement of platelets in
tumor angiogenesis?. Lancet 1.998.352.1775-1777.
- Kisker O, Becker CM, Prox
D, Fannon M, D'Amato R, Flynn E, Fogler WE, Sim BK, Allred
EN, Pirie-Shepherd SR, Folkman JContinuous administration
of endostatin by intraperitoneally implanted osmotic pump
improves the efficacy and potency of therapy in a mouse
xenograft tumor model. Cancer Res. 2001 .5;61(20):7669-74.
- Baker CH, Solorzano CC,
Fidler IJ. Angiogenesis and cancer metastasis: antiangiogenic
therapy of human pancreatic adenocarcinoma. Int J Clin
Oncol. 2001 ;6(2):59-65.
- Banks, R.E.; Forbes, M.A;
Kinsey, S.E.; Stanley, A.; Ingham, E.; Walters, C.; Selby,
P.J. Release of angiogenic cytokine vascular endothelial
growth factor (VEGF) from platelets: significance for
VEGF measurements and cancer biology. Br J Cancer 1.998.
77(6).956-964
- Wartiovaara, U.; Salven,
P.; Mikkola, H.; Lassila, R.; Kaukonen, J.; Joukov, V.;
Orpana, A.; Ristimaki, A.; Heikinheimo, M.; Joensuu, H.;
Alitalo, K.; Palotie, A. Peripheral blood platelets express
VEGF-C and VEGF wich are released during platelet activation.
Thromb Haemost 1.998.80(1).171-175.
- Gannon G, Mandriota SJ,
Cui L, Baetens D, Pepper MS, Christofori G. Overexpression
of vascular endothelial growth factor-A165 enhances tumor
angiogenesis but not metastasis during beta-cell carcinogenesis.
Cancer Res.2002 .15;62(2):603-8.
- Bloomston M, Shafii A, Zervos
EE, Rosemurgy AS. TIMP-1 overexpression in pancreatic
cancer attenuates tumor growth, decreases implantation
and metastasis, and inhibits angiogenesis. J Surg Res.
2002 ;102(1):39-44.
- Nagy K, Palfia Z, Rez GQuantitative
microvascular changes during azaserine-initiated pancreatic
carcinogenesis. Acta Biol Hung. 2001;52(4):403- 9.
- Tomioka D, Maehara N, Kuba
K, Mizumoto K, Tanaka M, Matsumoto K, Nakamura T. Inhibition
of growth, invasion, and metastasis of human pancreatic
carcinoma cells by NK4 in an orthotopic mouse model. Cancer
Res. 2001.15;61(20):7518-24.
- Salven, P.; Orpana, A.;
Joensuu, H. Leukocytes and platelets of patients with
cancer contain high levels of vascular endothelial growth
factor. Clin Cancer Res 1.999 5(3).487-491
- Ellis, L.M.; Fidler, I.J.
Angiogenesis and metastasis. Eur J Cancer 1.996.32.2451-2460.
- Macchirianni, P.; Fontanini,
G.; Hardin, M.; Squartini, F.; Angeletti, C. Relation
of neovascularization to metastasis of non-small-cell
lun cancer. Lancet
1.992.340.145-146
- Smith-McCune, K.K.; Weidner,
N. Demonstration and charecterization of angiogenic properties
of cervical displasia. Cancer Res 1.994.54.800-804.
- Takahasi, Y.; Kitadai, Y.;
Bucana, C.D.; Clary, K.R.; Ellis, L.M. Expression of vacular
endothelial growth factor and its receptor KDR, correlates
with vascularity, metastasis and proliferation in human
colon cancer.. Cancer Res 1.995.55.3964-3968.
- Sauter, E.R.; Nesbit, M.;
Watson, J.C.; Klein-Szanto, A.; Litwin, S.; Herlyn, M.
Vascular endothelial growth factor is a marker of tumor
invasion and metastasis in squamous cell carcinomas of
the head and neck. Clin Cancer Res 1.999.5(4).775-782
- Benjamin, L.E.; Golijanin,
D.; Itin, A.; Pode, D.; Keshet, E. Selective ablation
of immature blood vessels in stablished human tumors follows
vascular endothelial growth factor withdrawal. J Clin
Invest 1.999 103(2).159- 165
- Okamoto, K.; Oshika, Y.;
Fukushima, Y.; Yoshimura, M.; Ohnishi, Y.; Tokunaga, T.;
Hashimoto, T.; Hatanaka, H.; Tomii.; Yoshida Y.; Miura,
S.; Tsuchida, T.; Kijima, H.; Yamazaki, H.; Nakamura,
M.; Ueyama, Y. Inhibition of liver metastasis of colon
cancer by in vivo administration of anti-vascular endothelial
growth factor antibody. Oncol Rep 1.999.6(3).553-556
- Yoon DY, Buchler P, Saarikoski
ST, Hines OJ, Reber HA, Hankinson OIdentification of genes
differentially induced by hypoxia in pancreatic cancer
cells. Biochem Biophys Res Commun. 2001 .;288(4):882-6.
- Asano, M.; Yukita, A.; Suzuki,
H. Wide spectrum of antitumor activity of a neutralizing
monoclonal antibody to human vascular endothelial growth
factor. Jpn J Cancer
Res 1.999.90(1) 93-100
- Tomioka D, Maehara N, Kuba
K, Mizumoto K, Tanaka M, Matsumoto K, Nakamura T. Inhibition
of growth, invasion, and metastasis of human pancreatic
carcinoma cells by NK4 in an orthotopic mouse model. Cancer
Res.2001.15;61(20):7518-24.
- Itakura, J.; Ishiwata, T.;
Friess, H.; Fujii, H.; Matsumoto, Y.; Buchler, M.W.; Korc,
M. Enhanced expression of vascular endothelial growth
factor in human pancreatic cancer correlates with local
disease progression. Clin Cancer Res 1.997.3(8).1309-1316
- Rooman, I.; Schuit, F.;
Bouwens, L. Effect of vascular endothelial growth factor
on growth and differentiiation of pancreatic ductal epithelium.
Lab Invest 1.997.76(2).225-232
- Evans, D.B.; Abbruzzese,
J.L.; Rich, T.A.; Cancer of the páncreas. En DeVita, V.T.;
Hellman, S. y Rosenberg, S.A., eds. Principles and Practice
of Oncology. Philadelphia. J.B. Lippincott 1.997.1054-1087.
- Staley, C.A.; Lee, J.E.;
Cleary, K.R. Preoperative chemoradiation, pancreaticoduodenectomy,
and intraoperative radiation therapy for adenocarcinoma
of the pancreatic head. Am J Surg 1.996.171.118-125.
- Ellis, L.M., Takahashi,
C.J.; Fenoglio, C.J.; Clary, K.R.; Bucana, C.D.; Evans,
D.B. Vessel count
and vascular endothelial growth factor expression in pancreatic
adenocarcinoma. Eur J Cancer 1.998.34.337-340.
- Echenique Elizondo, M. Recuento
preoperatorio de plaquetas en el cáncer de páncreas: ¿un
factor pronóstico). Rev Esp Enf Ap Dig. 2.00o0.92(11).748-
752.
- Chinswangwatanakul, V.;
Worthington, T.; Lemoine, N.R.; Williamson, R.C.; Kakkar,
A.C. Circulataing vascular endothelial growth factor correlates
with systemic thrombin generation in patients with pancreatic
carcinoma. Thrmb Haemost
1.999. 81(5).851
- Verheul, H.M.; Hoeckman,
K.; Luyks-de Bakker, S.; Eekman, C.A.; Fohman, CC, Beoxtermann,
H.J.; Pinedo, H.M.. Platelet: transporter of vascular
endothelial growth factor. Clin Cancer Res 1.997.3(12)2187-2190
- Pinzon, R.; Drewinko, B.;
Trujillo, J.M.; Guineee, V.; Giacco, G. Pancreatic carcinoma
and the Trousseau´s syndrome: experience at a large cancer
center. J Clin Oncol 1.986.4(4).509-514.
- Holub, G.; Fisher, M. Comsumption
coagulopathy in pancreatic carcinoma. Med
Welt 1.972.11. 23(11).370-373.
- Wilkinson, D.S. Necrolytic
migratory erythema with pancreatic carcinoma.
Proc R Soc Med 1.971.64(12).1197-1198
- Aggarwal, A.; Williams,
D. Opsoclonus as a paraneoplastic manifestation of pancreatic
carcinoma. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1.997.63(5).687-688.
- Hirata, J.; Koga, T.; Nishimura,
J.; Ibayashi, H. Pancreatic carcinoma ssociated with marked
eosinophilia: a case report. Eur J Hematol 1.987.39(5).462-466
- Takahashi, Y.; Clary, K.R.;
Mai, M.; Kitadai, Y.; Bucana, C.D.; Ellis, L.M.
Significance of vessel count
and vascular endothelial growth factor and its receptor
(KDR) in intestinal type gastric cancer. Clin Cancer Res
1.996.2.1679- 1684.
- Fidler, I.J., Ellkis, L.M.
The implications of angiogenesis to the biology and therapy
of cancer metastasis Cell 1.994.79.185-188
- Yamamoto, Y.; Toi, M.; Kondo,S;
Matsumoto, T.; Suzuki, H., Kiyamura, M.; Tsuruta, K.;
Taniguchi, T.; Okamoto, A.; Mori, T.; Yoshida, M.; Ikeda,
T.; Tominaga, T. Concentrations of vascular endothelial
growth factor in the sera of normal controls and cancer
patients. Clin Cancer Res 1.996.2(5).821-826.
- Kisker O, Onizuka S, Banyard
J, Komiyama T, Becker CM, Achilles EG, Barnes CM, O'Reilly
MS, Folkman J, Pirie-Shepherd SR. Generation of multiple
angiogenesis inhibitors by human pancreatic cancer. Cancer
Res.2001.;61(19):7298-304.
- Itakura, J.; Ishiwata, T.;
Fujii, H.. Enhaced expression of vascular entothelial
growth factor in human pancreatic cancer. Pancreas 1.996.13.44(A)
- Ikeda, N., Adachi, M.; Taki,
T.; Huang, C.; Hashida, H.; Takabayashi, A.; Sho, M.;
Nakajima, Y.; Kanehiro, H.; Hisanaga, M.; Nakano, H.;
Mikaye, M. Prognostic
significance of angiogenesis in human pancreatic cancer.
Br J Cancer 1.999.79(9).1553-1563
- Kuehn, R.; Lelkes, P.I.;
Bloechle, C.; Niendorf, A.; Izbicki, J.R. Angiogenesis,
angiogenic growth factors, and cell adhesion molecules
are upregulated en chronic pancreatic diseases: angiogenesis
in chronic pancreatitis and in pancreatic cancer. Pancreas
1.999.18(1).96-103
- Schwartz, K.A.; Slichter,
S.J.; Harker, L.A. Immune-mediated platelet destruction
and thrombocytopenia in patients with solid tumors. Br
J Hematol 1.982.51(1).17-24
- Swenney, C.J.; Witte, R.S.
Thrombocytopenia and pancreatic carcinoma Wis
Med J 1.995.94(11).611-615
- Dunst, J.; Pigorsch, S.;
Hangsgen, G.; Hintner, I.; Lautenschaleger, C.; Becker,
A. Low hemoglobin is associted with increased serum levels
of vascular endothelial growth factor (VEGF) in cancer
patientes. Does anemia stimulates angiogenesis?. Strahlenther
Onkol 1.999.175(3).93-96
- Kariya, T.; Suzuki, H.;
Saito, H.; Higashihara, M.; Yamanaka, M. Platelet abnormality
with no response to PGD2 in a patient with metastatic
pancreas carcinoma and myeloproliferative disorder.. Nippon
Ketsuei Gakkai Zasshi 1.987.50(1).168-174
- Tsuzuki Y, Carreira CM,
Bockhorn M, Xu L, Jain RK, Fukumura D. Pancreas
microenvironment promotes VEGF expression and tumor growth:
novel window models for pancreatic tumor angiogenesis
and microcirculation.Lab Invest. 2001 ;81(10):1439-51.
- Sunamura M, Motoi F, Oonuma
M, Hoshida T, Matsuno S. Gene therapy for pancreatic cancer.
Gan To Kagaku Ryoho. 2002 ;29(3):398-404.
- Yang M, Baranov E, Wang
JW, Jiang P, Wang X, Sun FX, Bouvet M, Moossa AR, Penman
S, Hoffman RM. Direct external imaging of nascent cancer,
tumor progression, angiogenesis, and metastasis on internal
organs in the fluorescent orthotopic model. Proc Natl
Acad Sci U S A.2002.19;99(6):3824-9.
- Duda DG, Sunamura M, Lozonschi
L, Yokoyama T, Yatsuoka T, Motoi F, Horii A, Tani K, Asano
S, Nakamura Y, Matsuno S. Overexpression of the p53- inducible
brain-specific angiogenesis inhibitor 1 suppresses efficiently
tumour angiogenesis. Br J Cancer. 2002 .1;86(3):490-6.
- Moore MJ. Pancreatic cancer:
what the oncologist can offer for palliation.
Can J Gastroenterol. 2002
;16(2):121-4.
- Diaz VM, Planaguma J, Thomson
TM, Reventos J, Paciucci R. Tissue plasminogen activator
is required for the growth, invasion, and angiogenesis
of pancreatic tumor cells. Gastroenterology. 2002 ;122(3):806-19.
- Ryschich E, Schmidt J,
Hammerling GJ, Klar E, Ganss R. Transformation of the
microvascular system during multistage tumorigenesis.
Int J Cancer. 2002
.20;97(6):719-25.
- Hodgson G, Hager JH, Volik
S, Hariono S, Wernick M, Moore D, Nowak N, Albertson DG,
Pinkel D, Collins C, Hanahan D, Gray JWGenome scanning
with array CGH delineates regional alterations in mouse
islet carcinomas. Nat Genet. 2001;29(4):459-64.
- Bloomston M, Shafii A, Zervos
EE, Rosemurgy AS. TIMP-1 overexpression in pancreatic
cancer attenuates tumor growth, decreases implantation
and metastasis, and inhibits angiogenesis. J Surg Res.
2002 ;102(1):39-44.
- Fujioka S, Yoshida K, Yanagisawa
S, Kawakami M, Aoki T, Yamazaki YAngiogenesis in pancreatic
carcinoma: thymidine phosphorylase expression in stromal
cells and intratumoral microvessel density as independent
predictors of overall and relapse-free survival. Cancer.
2001.1;92(7):1788-97
|
|
ANEURISMA DE ARTÉRIA POPLÍTEA |
|
|
Columnista Experto de SIIC
Dr. Joaquim Maurício
da Motta-Leal-Filho
Diplomado pela Faculdade de Medicina de Teresópolis. Centro
de Ciências Biomédicas, Fundação Educacional Serra dos Órgãos,Teresópolis,
Brasil,
en colaboración con
Adbeel Franco-Barbosa, Fabiano Alves Squeff (Diplomados
pela Faculdade de Medicina de Teresópolis. Centro de Ciências
Biomédicas, Fundação Educacional Serra dos Órgãos. Columnistas
Médicos Expertos de la Sociedad Iberoamericana de Información
Científica) y Leandro José Correia da Silva (Médico
Assistente do Serviço de Angiologia e Cirurgia Vascular, Hospital
Santa Izabel. Salvador, Bahia Brasil . Especialista em Cirurgia
Vascular, Universidade de São Paulo. Especialista em Cirurgia
Vascular, Sociedade Brasileira de Angiologia e Cirurgia Vascular.
Especialista em Cirurgia Endovascular, Arizona Heart Institute
and Foundation, Phoenix, EE.UU.)
Otro trabajo publicado: Motta-Leal-Filho JM, Nacif MS, Franco-Barbosa
A, Squeff FA, Tavares RH, Moura-Lopes LG, Pessoa-Júnior VP,
Gomes AP, Igreja RP: «Infecções por Echinococcus: As
Hidatidoses Humanas», Jornal Brasileiro de Medicina
2002 (in press).
|
|
Teresópolis,
Brasil (especial para SIIC)
Por ser o aneurisma de maior incidência
entre os aneurismas periféricos, e com uma morbidade significativa,
é importante o seu diagnóstico precoce para a realização dos procedimentos
cirúrgicos necessários para a evolução favorável desta enfermidade.
RESUMO
O aneurisma de artéria poplítea é o de maior incidência entre os
aneurismas periféricos. É uma importante doença, devido à sua morbidade
significativa, haja visto promover alterações clínicas súbitas que,
se não conduzidas adequadamente, poderão evoluir de forma desfavorável,
até com perda do membro. Em muitos casos (em média, 34.8%, na maior
série estudada), estão relacionados com aneurisma de artéria aorta
abdominal. Com efeito, alterações como a aterosclerose, principal
fator desencadeante, lesões cardiovasculares e hipertensão, são
associações comuns. No presente artigo os autores realizam uma ampla
revisão da literatura, evidenciando-se aspectos clínicos, epidemiológicos,
etiopatogênicos dos aneurismas de artéria poplítea ressaltando a
importância do diagnóstico precoce e do procedimento cirúrgico na
evolução favorável desta enfermidade.
Unitermos: aneurismas, artéria poplítea, aspectos clínicos,
etiopatogenia.
ABSTRACT
The popliteal artery aneurysm represents the highest incidence
among peripherals aneurysms.
Since it has significant morbility, it is an important disease.
The popliteal artery aneurysm can cause sudden clinicals changes,
that if not treated in an appropriate form, will evolue in an
desfavorable way, even, with a loss of a limb. In most of cases
(nearly 34.8% in the highest serie) they are related with abdominal
aorta aneurysm. In addition, conditions like atherosclerosis,
mainly factor envolved, cardiovascularies lesions and hypertension
are commonly associated. In the present paper a literature review
was made, with, evidence, in clinicals, epidemiologics, etiopathogenics
of popliteal artery aneurysms. They also enphasas the importance
of an early diagnosis and the use of surgery procedures to reach
a favorable evolution.
Key words: aneurysms, popliteal artery, clinicals aspects,
ethiopatogenics.
INTRODUÇÃO
O aneurisma da artéria poplítea é o mais freqüente dos aneurismas
periféricos, correspondendo a 70% dos casos.1-3 representando
risco importante para o membro acometido, devido às complicações
que pode acarretar. Estão sendo reconhecidos com freqüência cada
vez maior, como resultado da maior expectativa de vida para os
pacientes dos grupos etários mais avançados, que são mais propensos
a doença aterosclerótica, etiologia mais comum dos aneurismas.2,4,5
É uma enfermidade quase que exclusiva do sexo masculino, acometendo
principalmente pacientes idosos, ocorrendo raramente em mulheres.
A bilateralidade é comum, variando de 44% a 68%, nas séries de
Whitehouse e colaboradores (1983) e Vermilion e colaboradores
(1981), respectivamente. Quando a bilateralidade está presente,
existe um aumento da prevalência de aneurismas extra-poplíteos,
dentre os quais a mais comum é a associação com aneurisma de aorta
abdominal infra-renal — 62% na série de Whitehouse e colaboradores
(1983) e em 40% dos casos de Vermilion e colaboradores (1981).
O aneurisma da artéria poplítea costuma evoluir assintomático
por tempo prolongado e, na maioria das vezes o paciente só procura
o médico quando surge alguma complicação. O tratamento do aneurisma
da poplítea é eminentemente cirúrgico e, quanto mais precocemente
for realizado, antes que ocorram as complicações, tanto melhores
serão os resultados.
CONSIDERAÇÕES GERAIS
O termo aneurisma é derivado do grego e significa dilatação. É
considerado verdadeiro quando todas as paredes da artéria estão
envolvidas na dilatação.5,6 Quanto ao formato, poderá
ser fusiforme — quando a dilatação guarda harmonia com a conformação
original da artéria — e saciforme ou sacular (forma de saco),
se a dilatação envolver predominantemente uma face da artéria.
O aneurisma é considerado falso, também chamado pseudo-aneurisma,
quando for decorrente de uma dilatação perivascular em forma de
um hematoma pulsátil, resultante da rotura espontânea ou traumática
(causa mais comum) da parede arterial. O hematoma gera uma reação
fibrosa, que, ao se desfazer, formará, então, a nova parede do
pseudo-aneurisma. A dilatação da luz arterial deverá ter um diâmetro
pelo menos uma vez e meia maior que o esperado para esta artéria.7,8
Alguns autores, através de estudos angiográficos e/ou tomográficos,
obtiveram medidas de diâmetros arteriais que consideramos como
parâmetro normal. Segundo Hollier e colaboradores, o diâmetro
máximo normal da artéria poplítea é de seis milímetros.7
Já para Rizzo e colaboradores, o diâmetro máximo a ser considerado
é de sete milímetros.8 Ainda com relação ao diâmetro,
é importante considerarmos outras definições que fazem diagnósticos
diferenciais com os aneurismas, como a ectasia, que é definida
como uma dilatação além do normal, porém, sem atingir 150% do
valor normal; e a arteriomegalia, definida como uma ectasia difusa
das artérias.
Os aneurismas poplíteos podem ser
divididos morfologicamente em três tipos, de acordo com a sua
localização: a) proximal, na maioria das vezes, multilobular,
habitualmente volumoso e ocupando a área atrás dos côndilos femorais;
é mais facilmente palpado, tanto na parte medial, quanto na parte
posterior do terço inferior da coxa (é a apresentação mais comum);
b) médio, estendendo-se, tanto proximal, quanto distalmente, ao
redor do espaço articular do joelho; c) distal, habitualmente
menor que as duas formas precedentes e mais dificilmente encontrado.
Estes dois últimos somente podem
ser palpados na face posterior do oco poplíteo.
Dentro da variedade de etiologias
que podem apresentar os aneurismas arteriais periféricos, observa-se
um nítido aumento da incidência dos degenerativos, de origem aterosclerótica.
O termo ateroma origina-se da palavra grega usada para descrever
caldo grosso (ou mingau), enquanto esclerose significa endurecimento
ou enduração.9 Os aneurismas de artérias poplíteas
despertam grande interesse clínico, haja visto ser o aneurisma
periférico encontrado com maior freqüência, além de apresentar-se
com diferentes manifestações clínicas e complicações.
HISTÓRICO
Em épocas remotas, as complicações geradas pelos aneurismas de
artéria poplítea resultavam, muitas vezes, em mutilações e incapacitação
do indivíduo acometido. A história natural do aneurisma de poplítea
foi primeiramente estudada, através de trabalhos publicados antes
do advento da cirurgia restauradora, tendo, como parâmetro, o
índice elevado de amputações.
Inicialmente, o estudo clássico
realizado na Clínica Mayo, por Gifford e colaboradores (que acompanharam
69 pacientes com 100 aneurismas), em 1953, demonstrou que 33%
apresentaram complicações ao longo do mesmo, em sua maioria, tromboembólicas,
resultando em 16% de amputações.10 Da mesma forma,
na série relatada por Linton, citada por Inahara, em 1978, que
fez acompanhamento de 22 membros, num período de 18 anos, observou
a perda de 77% dos membros.11 Nas décadas de setenta
e oitenta, novos estudos, com casuísticas expressivas, de aneurismas
diagnosticados e não tratados cirurgicamente (por ordem médica
ou recusa dos pacientes), trouxeram novas e significativas informações.
Em 1970, Wychulis e colaboradores relataram o acompanhamento de
94 aneurismas não complicados em membros assintomáticos. A evolução
mostrou que não houve qualquer complicação em 69% dos casos, num
período de observação que variou de duas semanas até oito anos.
Nos restantes 31% que desenvolveram complicações, a perda do membro
ocorreu em 3%.12 Em 1981, Vermilion e colaboradores
publicaram sua experiência com 147 aneurismas, dentre os quais
26 receberam tratamento conservador e cuja evolução se superpõe
à série de Wychulis.13 Eastcott, comentando os resultados
de Vermilion, admitiu que o aneurisma poplíteo pode seguir em
alguns pacientes com uma evolução benigna.14 Schellack
e colaboradores, em 1978, divulgaram os resultados da conduta
não operatória em 32 aneurismas poplíteos selecionados, sendo
seis sintomáticos e 26 assintomáticos. Observaram duas amputações
maiores (33%), entre os sintomáticos, e duas complicações importantes
(trombose), entre os assintomáticos.15 Na literatura
brasileira encontramos poucos estudiosos no assunto, dentre os
quais podemos destacar o pioneirismo de Campos-Christo (Tese em
1977)16, Vieira, em 1980, pela descrição detalhada dos casos e
extensa revisão bibliográfica.17 Merece igualmente
destaque o Prof. Paulo Kauffman, grande estudioso no assunto,
e colaboradores, que, em 1984, publicaram a maior casuística,
até então, de aneurismas aterosclerótico da artéria poplítea,
num total de 37 casos. Todos receberam tratamento cirúrgico, sendo
em três enfermos somente realizada a simpatectomia e desse total
somente quatro não evoluíram bem com o tratamento.18
Em 1987, o Prof. Telmo Bonamigo publicou sua estatística, que
constava de 38 aneurismas, sendo que 80% encontravam- se complicados
no momento do atendimento. Destes, 90% foram tratados cirurgicamente
e houve 10,5% de amputação em toda a série.6 Se comparados
às estatísticas mais antigas (tratamento conservador), observa-se
um número significativamente menor de amputações nos casos mais
recentes (tratamento cirúrgico).
EPIDEMIOLOGIA
É sabido que, dentre os aneurismas periféricos, o aneurisma de
artéria poplítea é o mais freqüente, sendo responsável por cerca
de 70%, em algumas séries, do total de casos de aneurismas periféricos.1-3
Sua incidência vem aumentando ao longo dos anos, devido ao aumento
da expectativa de vida da população, pois esta doença acomete
principalmente pacientes do sexo masculino (91% a 95%, em algumas
séries) na sétima e oitava décadas de vida, e tem, como principal
mecanismo fisiopatológico, a aterosclerose.19,20 E
também ao maior número de diagnósticos feitos por parte dos médicos,
devido ao maior conhecimento sobre esta enfermidade e ainda devido
a melhoria dos métodos diagnósticos. Apesar de se apresentar,
preferencialmente, nesta faixa etária, não exclui faixas etárias
inferiores ou superiores.
Uma curiosidade é que raramente
acomete o sexo feminino. Outro aspecto importante observado nesta
enfermidade é o grande número de casos em que há concomitância
no acometimento de outro sítio arterial, dentre os quais pode-se
destacar a artéria poplítea contra-lateral (bilateralidade) e
a porção infra-renal da aorta abdominal.2,5,12,13,21
Quando está presente a doença aneurismática bilateral, aumenta-se
a chance, ainda mais, da ocorrência de aneurismas em outros sítios,
dentre os quais os mais acometidos são a artéria aorta abdominal,
as artérias ilíacas e as artérias femorais.2 Segundo
Whitehouse e colaboradores, em 1983, a associação entre aneurisma
de artéria poplítea e aneurisma de aorta abdominal foi de 62%
e a bilateralidade ocorreu em 44%.21 Vermilion e colaboradores
obtiveram em seus resultados a associação (a. poplítea e a. aorta
abdominal infra-renal) em 40% e bilateralidade em 68%.13
Rogge e colaboradores, em 1993, publicaram um estudo de 27 anos,
com 252 aneurismas em 167 pacientes, no qual havia bilateralidade
em 51% dos casos e associação com aneurismas em outros sítios
em 38% dos casos.17 Em 1995, Davidovic e colaboradores
publicaram um estudo de 36 anos com casuística de 45 pacientes,
no qual evidenciou-se uma incidência de bilateralidade de 28%.20
Na maior série, pesquisada e publicada por Haimovici, em 1999,
foram reunidos trabalhos de vários autores, totalizando 576 aneurismas
poplíteos, dos quais 258 (44,8%) estavam associados com aneurismas
extra-poplíteos. Nesta série, os locais mais acometidos foram
a artéria aorta abdominal, com 90 casos (34,8%), artéria femoral
comum, com 61 casos, (22,8%), e, artéria ilíaca comum, com 40
casos (16%) (Quadro 1).5 Pode-se observar, através
dessas estatísticas, que, apesar de altamente variável, há uma
grande incidência do acometimento bilateral e da associação com
aneurismas extra-poplíteos.
Os aneurismas de artéria poplítea estão relacionados a uma alta
incidência de lesões cardiovasculares, sendo a hipertensão arterial
a mais representativa, presente em quase 50% dos casos.5
ETIOPATOGENIA
O aneurisma arterial possui etiologia multifatorial, como as lesões
ateroscleróticas, micóticas, sifilíticas, traumáticas ou dissecantes.
Contudo, têm em comum a fraqueza da parede arterial. A doença
aterosclerótica é a causa mais comum (muitas vezes, quase que
exclusiva) e está associada a diversos fatores de risco desencadeantes,
ou, até mesmo, a precursores da aterosclerose, como a hiperlipidemia,
a hipertensão arterial, o diabetes mellitus, o tabagismo, idade,
sexo e etnia, além do componente hereditário. A Organização Mundial
de Saúde (OMS) define a doença aterosclerótica como sendo “uma
variável combinação de alterações da íntima das artérias, consistindo
em aumento de lípides, complexo de carboidratos, sangue e produtos
sangüíneos, tecidos fibrosos, depósitos de cálcio associados com
alterações da camada média”.
O principal substrato patológico
é a presença da placa de ateroma na luz arterial. A patogênese
da doença aterosclerótica vem sendo estudada, na tentativa de
ser elucidada, há mais de dois séculos. As teorias pioneiras foram
a de Rokitansky (1852), modificada, em 1957, por Duguid & Robertson
(1957) — Teoria da Incrustação — que sugeria que “o espessamento
intimal resultava da deposição de fibrina com a organização subseqüente
de fibroblastos e acúmulo secundário de lípides”.22 Foi
modificada quando sugeriu-se que a lesão endotelial celular, com
associação da deposição de lípides, inicia a proliferação intimal.
A outra teoria — Teoria da Embebição — sugerida por Virchow, em
1856, e modificada posteriormente dizia que “o acúmulo arterial
ocorre devido à perda do mecanismo de remoção de lípides”.24
Com o passar dos anos, houve uma tendência a fundir essas duas
teorias pioneiras e acrescê-las, ainda, da participação da interação
de plaquetas com a parede arterial, resultando numa seqüência
de eventos assim dispostos:
- alterações hemodinâmicas – lesão
endotelial e interação parede arterial-plaquetas
- proliferação de células musculares
lisas
- acúmulo de lípides e lipoproteínas
- mecanismo alterado de remoção
de lípides
- fibrose e desenvolvimento de trombos
- ulceração, calcificação e formação
de aneurisma25
Os fatores de risco, portanto, assumem
papel crucial nesta seqüência de eventos. A hiperlipidemia é um
distúrbio associado à falta ou à anormalidade dos receptores das
LDL nos hepatócitos, incapacitando-os de reter e metabolizar essas
lipoproteínas. Normalmente, nesses indivíduos, os níveis séricos
de colesterol encontram-se habitualmente elevados, desde a idade
mais jovem. É mais precoce a aterosclerose nesses pacientes. Os
indivíduos homozigotos, com esse distúrbio, raramente vivem mais
do que 26 anos. A hipertensão é o fator de risco de maior gravidade
da doença aterosclerótica, já que predispõe a constantes lesões
hemodinâmicas da placa, podendo agravar os distúrbios já inerentes
àquela. Além disso, a hipertensão relaciona-se à doença aterosclerótica
mais prematura, independentemente da existência dos outros fatores
de risco.9,26 O diabetes mellitus, segundo estudo realizado
por Haimovici, em 1961, tanto aumenta a incidência da doença, quanto
antecipa o seu aparecimento, se comparados àqueles não portadores
de diabetes mellitus.27 Não só as manifestações clínicas
do diabetes mellitus, mas a manutenção de níveis glicêmicos elevados,
favorecem a aterosclerose. Esse mecanismo patogênico ainda não é
consenso na literatura. O tabagismo, independente dos fatores de
risco mais importantes, como hipercolesterolemia e hipertensão,
relaciona-se com a doença aterosclerótica mais precoce, principalmente
em indivíduos mais jovens. Há um risco maior, de doença aterosclerótica
das extremidades inferiores, e mais precoce, nos homens e mulheres
que fumam, do que naqueles que não fumam, até a sexta e sétima décadas
de vida.
Com efeito, o tabagismo age também
na reatividade das plaquetas, promove vasoconstrição e diminuição
do HDL, agravando ainda mais o processo aterosclerótico.9
Dentre outros fatores de risco para a doença aterosclerótica,
tem-se ainda a hereditariedade, que, não menos importante, tem
pouco esclarecimento em relação aos mecanismos fisiopatológicos
e bioquímicos de favorecimento à instalação da doença. Com relação
aos fatores como sexo e idade, é sabido que predomina na faixa
etária acima dos 40 anos, sendo mais freqüente entre 50-70 anos.
No entanto, atinge preferencialmente o sexo masculino, na proporção
de 4-6:1.25 Por outro lado, no que se refere ao fator
raça, não se tem consenso sobre a sua influência no desenvolvimento
da doença, sendo, portanto, fruto de inúmeros estudos. É evidente
que a doença aterosclerótica é a mais importante etiologia para
os aneurismas; no entanto, não podemos esquecer das outras etiologias,
haja visto possuírem características ímpares no que se refere
à abordagem clínica e terapêutica.
Outra causa de aneurismas periféricos
são os chamados aneurismas micóticos — termo empregado pela primeira
vez por Osler, em 1885, para descrever aneurismas resultantes
de infecção bacteriana28 — causados principalmente
por bactérias, dentre as quais destacam-se Staphylococcus aureus,
Streptococcus spp e Streptococcus pneumoniae. Das artérias
de membros inferiores, a artéria poplítea é a mais acometida29
Podem ter as seguintes origens:
- embolização das endocardites bacterianas
— responsável por 50% dos casos
- infecção de um aneurisma preexistente
devido a sepse
- disseminação direta (contigüidade)
ou indireta (linfática) a partir de um abscesso, ou de uma celulite
- a partir de uma lesão traumática
e contaminação da parede arterial. Este tipo de aneurisma tem
uma chance maior de ruptura30
A sífilis, que possuía um papel importante
antes da era antimicrobiana, é bastante incomum na atualidade. A
formação aneurismática produzida por trauma agudo, na verdade, é
habitualmente um pseudo-aneurisma, ou, até mesmo, uma fístula arterio-venosa,
em vez de um aneurisma típico. O traumatismo também pode levar à
formação dos chamados aneurismas dissecantes primários, condição
extremamente rara.
ASPECTOS CLÍNICOS
As apresentações clínicas do aneurisma da artéria poplítea podem
ou não se manifestar facilmente, dependendo do estágio de evolução
da doença. Normalmente, costuma evoluir assintomaticamente por
tempo prolongado e sua sintomatologia, na maioria das vezes, está
relacionada ao diâmetro do aneurisma, que passará a comprometer
as estruturas adjacentes.
Quando cresce, atingindo maiores
dimensões, pode comprimir estruturas vizinhas, como a veia ou
o nervo homônimos, ocorrendo, então, edema, parestesia e/ou dor
no membro. A compressão da veia poplítea poderá simular a trombose
venosa profunda. A rotura é um evento pouco freqüente no aneurisma
da poplítea, diferentemente do que ocorre com os aneurismas da
artéria aorta.
Manifesta-se por dor súbita e aumento
do volume local, revestindo-se de extrema gravidade, pondo em
risco o membro e, no caso de haver infecção, inclusive a vida
do paciente. No entanto, são os episódios isquêmicos, por embolização
distal ou trombose aguda severa, as complicações mais graves e
mais freqüentes que levam o paciente a procurar o atendimento
médico. As manifestações clínicas mais comumente encontradas dessa
complicação são dor intensa, ausência de pulsos distais, seguida
de palidez, cianose, esfriamento do membro, parestesia da extremidade
e incapacidade de movimento. Nesse contexto, a inviabilidade do
membro é diagnosticada por alguns parâmetros clínicos, como a
sensibilidade e a motricidade, que traduzirão a gravidade da isquemia.
Se estes estiverem ausentes, significará perda iminente do membro,
devido à morte biológica dos tecidos. Os aneurismas de maiores
dimensões têm uma tendência a embolizar, enquanto que nos de menores
dimensões a trombose é o evento mais frequente6,9,31
CONCLUSÃO
O moti da presente revisão sobre aneurisma de artéria poplítea
deve-se ao aumento da sua incidência, já que esta entidade possui
íntima relação com o envelhecimento (aumento da expectativa de
vida) e a doença aterosclerótica. Podem variar de sintomáticos
a assintomáticos, dependendo do estágio de evolução da doença.
Outro aspecto importante é a sua etiologia, que é multifatorial,
como lesões ateroscleróticas, micóticas, sifilíticas, traumáticas
e dissecantes tornando ainda mais importante o seu conhecimento
para que possa ser conduzido de forma adequada e no menor tempo
possível, diminuindo assim suas complicações e conseqüente perda
do membro, que no passado, antes do advento da cirurgia, representava
um percentual importante de casos.
BIBLIOGRAFIAS RECOMENDADAS
- Jackson B. Surgery of acquired
vascular disorders. Springfield, I11. Thomas, p.92, 1969.
- Vieira GN, Luz NW. Aneurismas
das Artérias dos Membros Inferiores. In: Bonamigo TP, Burihan
E, Cinelli Jr M, Ristow AV. Doenças da Aorta e Seus Ramos. Diagnóstico
e Tratamento. São Paulo:
BYK, 1991. p.59-71.
- Trejo JMR, López JR, Cum SDE,
Cum GE, Ramírez NR, Sánchez IE. Manejo endovascular para aneurisma
poplíteo. Revista Mexicana de Angiologia; 28(4):103-110, 2000.
- Bonamigo TP, Frankini AD. Aneurisma
da artéria poplítea. Cirurgia Vascular e Angiologia; 3(2):22-25,
1987.
- Haimovici H. Aneurismas Arteriais
Periféricos. In: Haimovici H, Ascer E, Hollier LH, Strandness
Jr DE, Towne JB. HAIMOVICI. Cirurgia Vascular. Princípios e
Técnicas. Rio de Janeiro: DiLivros, 2000. p.893-909.
- Bonamigo TP. Aneurismas Arteriais.
In: Lane JC, Bellen BV. O Exame do Paciente Vascular.
São Paulo: BYK, 1995. p.68-74.
- Hollier LH, Stanson AW, Gloviczhi
P e Cols. Arteriomegaly: classification and morbid implications
of diffuse aneurysmal disease. Surgery, 93:700-708, 1983.
- Rizzo RJ, Flinn WR, Yao JST e
Cols. Computed tomography for evaluation of arterial disease
in the popliteal fossa. Journal Vascular of Surgery, 11:112-119,
1990.
- Haimovici H, DePalma RG. Aterosclerose:
Considerações Biológicas e Cirúrgicas. In: Haimovici H, Ascer
E, Hollier LH, Strandness Jr DE, Towne JB. HAIMOVICI. Cirurgia
Vascular. Princípios e Técnicas.
Rio de Janeiro: DiLivros, 2000. p.125-156.
- Gifford RW Jr, Hines EA JR, Janes
JM. An analysis and follow-up study of one hundred popliteal
aneurysms. Surgery, 33(2):284, 1953.
- Inahara T, Toledo AC. Complications
and treatment of popliteal aneurysms. Surgery, 84:775- 783,
1978.
- Wychulis AR, Spittel JR JA, Wallace
RB. Popliteal aneurysms. Surgery, 68:942-952, 1970.
- Vermilion BD, Kimmins SA, Pace
WG e Cols. A review of one hundred forty-seven popliteal aneurysms
with long-term follow-up. Surgery, 90:1009-1014, 1981.
- Eastcott HHG. Discussion. In:
Vermilion BD, Kimmins SA, Pace WG et al. A review of one hundred
forty-seven popliteal aneurysms with long-term follow-up. Surgery,
90:1009-1014, 1981.
- Schellack J, Smith III RB, Perdue
GD. Nonoperative management of selected popliteal aneurysms.
Archive of Surgery, 122:372-375, 1987.
- Campos-Christo MB, Figueroa CS,
Souza JM, Stortini MJ, Santana GP. Exclusão e “by-pass”, com
veia safena, dos aneurismas da artéria poplítea. Revista Brasileira
de Cirurgia, 67:17, 1977.
- Vieira GN. Aneurismas ateroscleróticos
da artéria poplítea. Arg Cat Med 9(2):57, 1980.
- Kauffman P, Cinelli JR M, Langer
B, Aun R, Leão LE. Aneurismas arterioesclerótico da artéria
poplítea. Revista Paulista de Medicina, 102(4):145-150, 1984.
- Rogge A, Brunner U, Ottinger LW,
Largiader F. The continuing challenge of aneurysms of the popliteal
artery. Surgery of Gynecology and Obstetric; 177(6):565-572,
1993.
- Davidovic L, Lotina S, Kostic
D, Cinara I, Cvetkovic S, Zivanovic N. Aneurysms of the popliteal
artery. Acta Chir Iugosl; 42(1):41-7, 1995.
- Whitehouse Jr WM, Wawefield TW,
Graham LM e Cols. Limb. Threatening potential of arterioesclerotic
popliteal artery aneurysms. Surgery, 93:694-699, 1983.
- Rokitansky C. A manual of pathological
anatomy (Translated by G.E.P.Ag) London. The Sydeham Society,
1852, Vol.4. p.398.
- Duguid JB, Robertson WB. Mechanical
factors in atherosclerosis. Lancet, 1:1705-1709, 1957.
- Virchow R. Cellular pathology:
as based upon physicologycal and pathological hystology (Translated
from the second German edition by F. Chance). New York, Dover
Publications, 1971.
- Burihan E. Etiologia e Patogenia
das Lesões: Localização. In: Bonamigo TP, Burihan E, Cinelli
Jr M, Ristow AV. Doenças da Aorta e Seus Ramos. Diagnóstico
e Tratamento. São Paulo: BYK, 1991. p.191-198.
- Siqueira-Batista, R. Nutrição
e Saúde. Novas Perspectivas. Jornal Brasileiro de Medicina,
69 (2):136-144, 1995.
- Haimovici H. Peripheral arterial
disease in diabetes. New York State Journal of Medicine, 1961;
61:2988.
- Osler W. Gulistonian lectures
on malignant endocarditis. Britsh Medical Journal, 1:467, 1885.
- Dickman FN, Moore IB: Mycotic
aneurysm: A case report of a popliteal mycotic aneurysm.
Annals of Surgery, 167:590, 1968.
- Cooley DA, Wukasch DC. Aneurismas
periféricos. In: Cooley DA, Wukasch DC. Técnicas en Cirugia
Vascular. Buenos Aires: Panamericana, 1982. p.144-148.
- Silva LF, Murad H, Kapiche HR.
Aneurismas. In: Vieira OM, Chaves CP, Manso JEF, Eulálio JMR.
Clínica Cirúrgica. Fundamentos Teóricos e Práticos. São Paulo:
Atheneu, 2000. p.839-852.
|
FACTORES ASOCIADOS CON EL AUMENTO DE LA INCIDENCIA DEL CARCINOMA
HEPATOCELULAR |
Dr. Hashem B. El-Serag
Profesor Asistente de Medicina del Baylor College of Medicine;
y Médico del Houston Veterans Affairs Medical Center.
Ultimo trabajo publicado: Trends in survival of patients
with hepatocellular carcinoma, Hepatology 33:62-65, 2001.
|
|
Houston, EE.UU. (especial
para SIIC)
La incidencia del carcinoma hepatocelular
está en aumento en la población de los Estados Unidos. La infección
por el virus de la hepatitis C parece ser la causa más importante
de este fenómeno.
Varios estudios han mostrado en los últimos años una tendencia
al aumento en la incidencia del carcinoma hepatocelular, especialmente
entre los hombres. Investigadores del Houston Veterans Affairs
Medical Center analizaron los factores asociados con este fenómeno
entre los pacientes atendidos en ese centro.
El doctor Hashem El-Serag,
perteneciente a ese centro de atención, dirigió el trabajo. El
mismo incluyó a más de 1600 pacientes atendidos entre 1993 y
1998, y demostró que la tasa de internaciones por esa causa aumentó
de 36.4 por cada 100000 entre 1993 y 1995, hasta 47.4 por 100000
entre 1996 y 1998. La edad promedio de los afectados, por otra
parte, mostró una tendencia a la reducción.
El principal factor asociado con
este fenómeno, según explicó el doctor El-Serag
en una entrevista con SIIC, es la infección por el virus
de la hepatitis C.
El experto publicó anteriormente
trabajos en revistas como Archives of Internal Medicine,
New England Journal of Medicine y Hepatology.
SIIC: Doctor El-Serag, ¿cuáles
son los principales factores de riesgo para el carcinoma primario
de hígado? ¿Cuáles de ellos se analizaron en el estudio?
Dr. Hashem El-Serag: El carcinoma
hepatocelular constituye la mayoría de los casos de cáncer primario.
En Europa y el América del Norte, esta patología se presenta principalmente
entre pacientes con cirrosis hepática, y los principales factores
de riesgo para esta enfermedad son la infección por el virus de
la hepatitis C o el de la hepatitis B, y las enfermedades hepáticas
causadas por el consumo de alcohol.
En las regiones del mundo en las
cuales el carcinoma hepatocelular es endémico, la infección por
el virus de la hepatitis B adquirida en el período neonatal o
poco después del nacimiento se ha asociado con este tipo de tumor
en el hígado no cirrótico.
Otros factores de riesgo mucho menos
comunes para la cirrosis y el carcinoma hepatocelular son la hemocromatosis,
la tirosinemia y las porfirias. Sin embargo, cualquier causa de
la cirrosis, incluyendo la criptogénica, se asocia con un riesgo
aumentado de carcinoma hepatocelular.
En nuestro estudio examinamos como
factores de riesgo a la infección por hepatitis C y B, el alcohol,
la hemocromatosis y la cirrosis criptogénica.
SIIC: Su trabajo se desarrolló
entre veteranos de guerra, y entre ellos se detectó un aumento
de la incidencia de este tipo de tumor. ¿Se observó el mismo efecto
en la población general?
H.E.: Sí, en nuestro estudio previo,
publicado en la revista New England Journal of Medicine,
informamos la detección de un aumento en la incidencia ajustada
por edades y en las tasas de mortalidad debida al carcinoma hepatocelular
en la población general de los Estados Unidos en las últimas dos
décadas. Este aumento se ha registrado en hombres más que en mujeres,
y todos los grupos étnicos han sido afectados.
SIIC: ¿Cómo explica el aumento
en las tasas de cáncer asociado con la infección por el virus
de la hepatitis C?
H.E.: Nosotros creemos que hubo
un aumento del número de individuos que se infectaron con este
virus a una edad temprana (20 o 30 años) durante las décadas de
1960 y 1970, debido al uso de drogas endovenosas, las transfusiones
de sangre y las prácticas sexuales de alto riesgo. Estos individuos
han portado el virus durante 20 a 30 años, el tiempo requerido
para que la infección progrese a una cirrosis, y ahora presentan
carcinoma hepatocelular. Otros factores de riesgo adicionales,
como la coinfección por el virus de la hepatitis B y el consumo
de alcohol, pueden haber acelerado la evolución hacia la cirrosis.
SIIC: ¿Por qué cree que la
mayor incidencia de este tipo de cáncer ha pasado a registrarse
entre pacientes más jóvenes?
H.E.: Este fenómeno puede estar
relacionado con la adquisición más temprana de la infección por
el virus de la hepatitis C, a los 20 o 30 años, mediante la inyección
de drogas endovenosas. La coinfección por el virus B y el consumo
excesivo de alcohol pueden haber tenido algún papel en la aceleración
de la evolución a cirrosis y cáncer. Esta evolución es diferente
de la de la persona que adquiere su factor de riesgo (el virus
C o el B) durante el transcurso de una transfusión, relativamente
más tarde en su vida, y no tiene otras enfermedades acompañantes.
SIIC: Las tasas de cáncer
hepático asociado con el virus de la hepatitis B y con la cirrosis
alcohólica también aumentaron, aunque no de manera significativa.
¿Considera que esta relación puede cambiar en el futuro?
H.E.: Es poco probable que eso pase,
sobre la base de las tendencias actuales de las enfermedades relacionadas
con el consumo de alcohol y la epidemiología de la hepatitis B.
Las internaciones relacionadas con el consumo de alcohol (por
todas las enfermedades) y la mortalidad han disminuido levemente
en las últimas dos décadas. La incidencia de la hepatitis B se
ha reducido de manera considerable desde la década de 1980, y
el porcentaje de personas crónicamente infectadas por este virus
es mucho menor que el de portadores del virus C.
Los inmigrantes recientes de las
áreas en las cuales la hepatitis B es endémica continuarán significando
un pequeño pero constante ingreso de infectados crónicos, pero
es poco probable que éste hecho afecte las tendencias nacionales
con respecto al carcinoma hepatocelular.
SIIC: ¿Cuáles son las consecuencias
de estos hallazgos para la salud pública?
H.E.: Se estima
que aproximadamente 4 millones de personas están infectadas
por el virus de la hepatitis C en los Estados Unidos, y que la
mitad de ellos tienen una viremia activa. La mayor prevalencia
se ha registrado entre las personas de 30 a 40 años, especialmente
de raza negra o ascendencia hispana.
Estos
individuos, a menos que se produzca un avance importante en el
tratamiento de la hepatitis C, constituyen un numeroso grupo de
candidatos potenciales para desarrollar carcinoma hepatocelular
en las próximas décadas. Además, dada la
falta de una vacuna eficaz y la continuación del uso de
drogas inyectables entre los jóvenes, es de esperarse que
la transmisión del virus de la hepatitis C continúe,
en tasas pequeñas ro detectables.
El
aumento de las tasas de infección por el virus de la hepatitis
C es la principal causa de los cambios registrados en la epidemiología
del carcinoma hepatocelular, según las conclusiones del
doctor El-Serag. El tratamiento de esta infección será
un paso importante para revertir la tendencia en el futuro.
|
|