PAPEL DE
LAS BACTERIAS ANAEROBIAS EN LAS INFECCIONES POR PERFORACION
CORPORAL CON FINES ESTETICOS
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Itzhak
Brook MD
Columnista Experto de SIIC
Profesor de Pediatría, Departamento de
Pediatría, Georgetown University School of Medicine
Institución:
Georgetown University School of Medicine, Washington
DC, EE.UU.
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El body
piercing o perforación corporal ha ganado
popularidad y aceptación social en los últimos años.
Con el incremento de la esta práctica, es probable
que los profesionales de la salud enfrenten un número
creciente de complicaciones asociadas. Estas pueden
incluir la transmisión de virus de la hepatitis y
bacterias en el momento de la perforación o durante
el cuidado de la herida. La aplicación invasiva de
adornos como agujas, aros, barras de acero y de otros
elementos a través de superficies cutáneas y mucosas
permite la penetración de diversos patógenos hacia
el tejido subcutáneo. La perforación corporal que
penetra en la piel y las membranas mucosas incrementa
el riesgo de infecciones locales en los sitios del
cuerpo perforado.1 Staphylococcus
aureus, Pseudomonas aeruginosa y estreptococos
betahemolíticos del Grupo A (EBHGA) son las bacterias
predominantemente aisladas en estas infecciones.2-4
En estudios previos no se había registrado la
recuperación de bacterias anaerobias en este tipo de
infecciones.
Describimos 3 pacientes que presentaron infecciones
por anaerobios en sitios del cuerpo perforados: pezón,
ombligo y tabique nasal.5
• El primer paciente, una
adolescente de 15 años con perforaciones en sus
pezones y adornos tipo aro colocados 4 semanas atrás,
presentó infección en el pezón derecho en el lugar
de la perforación. La temperatura de la paciente
ascendió a 36.9 °C, la evaluación física fue
normal, excepto por la presencia de induración,
enrojecimiento y tumefacción de 3x5 cm en el lugar de
la perforación adyacente al pezón derecho. El adorno
fue retirado, seguido por compresiones tibias tópicas.
En el lapso de 48 horas se desarrolló un absceso
local, que fue evacuado e irrigado. El pus fue enviado
para cultivo de bacterias aerobias y anaerobias. La
tinción Gram mostró cocos grampositivos en cadenas.
En el cultivo bacteriano se produjo crecimiento
importante de Prevotella intermedia y Peptostreptococcus
anaerobius. La infección mejoró y finalmente se
resolvió luego del tratamiento oral con 300 mg de
clindamicina cada 8 horas durante 10 días. La
paciente no continuó con el uso de los adornos y no
experimentó recurrencia en 2 años de seguimiento.
• El segundo paciente, un
adolescente de 16 años que perforó su tabique nasal
y lengua con colocación de adornos 3 meses antes,
experimentó tumefacción durante 8 días, presentó
enrojecimiento y temperatura de 38.3 °C durante 24
horas. El recuento de glóbulos blancos ascendió a 16
000/mm3 (75% neutrófilos, 18% linfocitos,
7 bandas). El paciente tenía 37.8 °C de temperatura,
enrojecimiento facial y nasal y tumefacción alrededor
del sitio de la perforación nasal. El área afectada
estaba dolorosa y eliminaba una secreción purulenta.
El resto del examen físico resultó normal. Luego de
la desinfección de la mucosa nasal con betadina y
alcohol el absceso fue aspirado, con extracción de
2.5 ml de líquido purulento. Los materiales fueron
enviados para el cultivo de bacterias aerobias y
anaerobias. La tinción gram reveló cocos
grampositivos grandes en racimos y cocos grampositivos
pequeños en cadenas. Los cultivos mostraron flora
bacteriana mixta de Staphyulococcus aureus,
Peptostreptococcus micros y Prevotella
melaninogenica. La terapia oral con 250 mg de
dicloxacilina 4 veces al día y 250 mg de metronidazol
3 veces diarias se extendió durante 14 días. Los síntomas
del paciente mejoraron y reolvieron completamente en
el lapso de 5 días, sin recurrencia en los 2 años de
seguimiento.
• El tercer paciente, una
adolescente de 17 años que perforó su área
umbilical con la colocación de un adorno 3 semanas
antes, acudió a la clínica con enrojecimiento,
dolor, edema e induración de 3 días de evolución.
La temperatura ascendió a 38.2 °C y la evaluación física
fue normal excepto por la presencia de induración,
enrojecimiento y tumefacción del área umbilical
alredor del sitio perforado. Presentó además
material purulento maloliente que fue utilizado para
cultivo de bacterias aerobias y anaerobias. En el
cultivo se desarrollaron Bacteroides fragilis y
Enterococcus faecalis. La tinción Gram mostró cocos
grampositivos en cadena, bacilos gramnegativos débilmente
teñidos y numerosos leucocitos polimorfonucleares. El
adorno fue removido, y en el lugar de la infección se
aplicaron compresas tópicas con betadina. La paciente
recibió 500 mg de amoxicilina clavulánico oral 2
veces diarias por 14 días y la lesión resolvió.
En los 18 meses de seguimiento no se produjeron
recurrencias.
Describimos por primera vez la recuperación de
bacterias anaerobias de lugares del cuerpo perforados
como único aislamiento clínico en un paciente, y de
bacterias aerobias y anaerobias en los otros 2.5
La fuente de estos microorganismos endógenos
encontrados en infecciones de pezón, tabique nasal y
área umbilical perforados podría corresponder a la
flora bacteriana endógena del paciente o de un
contacto. Las especies Peptostreptococcus y Prevotella
forman parte de la flora orofaríngea, y han sido
recuperadas de abscesos mamarios8 y del
tabique nasal.9 De manera similar, B.
fragilis así como Enterococcus son parte
de la flora gastrointestinal,10 presentes
en infecciones umbilicales en neonatos.11
En infecciones por cuerpos extraños se recuperaron
especies de Peptostreptococcus.12
Parecería, por lo tanto, que los organismos que
residen en las membranas mucosas cercanas a las
lesiones predominaron en las infecciones próximas a
estas membranas. Estos hallazgos también fueron
evidentes en otras infecciones de piel y tejido
blando.13 Así, Enterococcus y
Bacteroides sp. se recuperaron con mayor
frecuencia en lesiones de glúteos y piernas. El
origen más verosímil de estos organismos son el
recto y vagina, donde normalmente residen.10
Los estreptococos betahemolíticos del grupo A, Prevotella
sp. y Porphyromonas sp. productoras de
pigmentos, y Fusobacterium sp. fueron
recuperados con mayor frecuencia en lesiones faciales,
de cuello y dedos. Los microorganismos probablemente
alcanzaron esas localizaciones desde la cavidad oral,
donde integran la flora normal.
La recuperación de múltiples microorganismos en
estos pacientes ilustra la naturaleza polimicrobiana
de las áreas del cuerpo perforadas y la posibilidad
de sinergia bacteriana entre los distintos
aislamientos microbianos. Diversos estudios
documentaron el efecto sinérgico de mezclas de
bacterias aerobias y anaerobias en infecciones
experimentales.14 Varias hipótesis se han
propuesto para explicar tal sinergia microbiana. Podría
ser el resultado de la protección de la fagocitosis y
muerte intracelular, producción de factores de
crecimiento esenciales o reducción de los potenciales
de oxidación-reducción en el tejido del huésped.
Todavía no se determinó el papel patogénico exacto
de los gérmenes detectados en sitios del cuerpo
perforados e infectados. El aislamiento de organismos
aerobios y anaerobios en este tipo de lesiones genera
interrogantes respecto de su papel patogénico. Sin
embargo, estos agentes son patógenos conocidos en
ciertos tipos de infecciones en piel y tejidos
blandos. Estas incluyen infecciones en pie diabético,
úlceras de decúbito e infecciones de lesiones por
mordedura. Por lo tanto, es posible que tengan un
papel patogénico en las infecciones asociadas a la
perforación corporal.
Las muestras de estas infecciones para cultivo deben
ser procesadas para la recuperación de bacterias
anaerobias y aerobias.
Es altamente recomendable que las muestras obtenidas a
partir de infecciones en áreas del cuerpo perforadas
sean cultivadas para bacterias aerobias y anaerobias.
Esto asegurará que la cobertura frente a estos
microorganismos sea la apropiada ante el empleo de
agentes antimicrobianos sistémicos. Para el
aislamiento de bacterias anaerobias, las muestras no
deben provenir de mucosa ni piel (donde están
normalmente presentes), ya que la eventual recuperación
no posee significado clínico respecto del potencial
papel patológico y los métodos microbiológicos
requieren mucho trabajo. Las muestras deben ser extraídas
de las heridas luego de la descontaminación enérgica
de la superficie son iodopovidona. Es preferible la
aspiración del exudado o pus de la lesión o absceso
con aguja y jeringa. Las muestras obtenidas mediante
hisopado son inferiores para el aislamiento de
bacterias anaerobias debido a los efectos de la
exposición al aire, tinción e insuficiencia
cuantitativa para cultivo y tinción Gram. El método
óptimo para el transporte de las muestras contempla
el envío al laboratorio para su procesamiento en 30
minutos. Se han puesto en práctica diversos sistemas
de transporte para muestras de hisopado o aspirados
anaerobios, útiles en ciertos ámbitos. La elección
del sistemas dependerá del costo o convenciencia para
el tipo de muestra.
Aunque la mayoría de las infecciones producidas en
lugares del cuerpo perforados se resuelve con la
extracción del adorno y el empleo de terapia tópica,1
en caso de infecciones graves puede ser necesaria la
administración de antimicrobianos sistémicos. Hay
que intentar la identificación de los microorganismos
causantes con inclusión de anaerobios, ya que muchos
de los aislamientos aerobios y anaerobios producen
betalactamasa y son resistentes a las penicilinas.16
Muchos de los antimicrobianos eficaces contra S
aureus, EBHGA y P.
aeruginosa no lo son frente a bacterias
anaerobias. Los bacilos gramnegativos anaerobios
pueden ser resistentes a las penicilinas mediante la
producción de betalactamasa.13 La
presencia de organismos anaerobios resistentes a los
antibióticos betalactámicos puede requerir el empleo
de antibióticos eficaces contra estas bacterias. Ante
la presencia de organismos anaerobios, metronidazol,
clindamicina, cloramfenicol, un carbapenem (por
ejemplo, imipenem), cefotixina o la combinación de
una penicilina y un inhibidor de la betalactamasa son
las drogas de elección. En caso de infección por
bacterias entéricas gramnegativas, deben adicionarse
un aminoglucósido, una quinolona (en adultos) o una
cefalosporina de tercera o cuarta generación, y
utilizarse agentes antiestafilocócicos si S.
aureus está presente. Los agentes
antimicrobianos, especialmente cuando son empleados
sin drenaje quirúrgico, deben ser administrados por
un período mínimo de 10 a 14 días.
El tratamiento apropiado de infecciones mixtas con
aerobios y anaerobios requiere la administración de
antibióticos eficaces frente a los componentes
aerobios y anaerobios de la infección en adición a
la corrección quirúrgica y drenaje del pus. Cuando
tal terapia no es proporcionada, la infección puede
persistir, con desarrollo de complicaciones más
graves. Diversos factores tienen que ser considerados
en la elección de los agentes antimicrobianos
apropiados. Deben ser eficaces contra el
microorganismo o patógenos aislados, inducir escasa
resistencia o no inducirla, alcanzar niveles
suficientes en el sitio infectado, producir toxicidad
mínima y poseer máxima estabilidad y longevidad.
La investigación del papel de las bacterias
anaerobias en las infecciones asociadas a
perforaciones corporales requiere la implementación
de estudios prospectivos.
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ESTUDIAN
LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL EN
TRABAJADORES DEL SEXO EN JAPON
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Autor:
Kazuhisa Ishi
Columnista Experto de SIIC
Profesor de Patología Ginecológica, Departamento de
Patología Clínica, Juntendo University Urayasu Hospital
Institución:
Juntendo University Urayasu Hospital, Urayasu-shi Chiba, Japón
|
En Japón, debido a la creciente industria relacionada con el sexo y
la práctica sexual en personas jóvenes, las enfermedades de transmisión
sexual, especialmente las infecciones asintomáticas ocasionadas por
clamidias y virus, se están diseminando por toda la sociedad (1,2). Más
aún, los trabajadores del sexo (TS) son una importante fuente de ETS lo
cual implica una elevada probabilidad de contagio de ETS a familias
comunes (2).
En este trabajo estudiamos la prevalencia de infección por
papilomavirus humano (HPV), C.
trachomatis, N. gonorrhoeae, virus de hepatitis B (HBV), virus de
hepatitis C (HCV) y virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) en TS del
Japón, asistidos en una clínica de ETS en el área de entretenimiento
de Tokyo. Esta serie forma parte de un proyecto a largo plazo, iniciado
con el propósito de estudiar el estado de las ETS en la comunidad
japonesa.
Enfermedades de transmisión sexual en Japón
Las ETS se refieren a todas las infecciones transmisibles a través de
la práctica del sexo e incluyen una diversidad de enfermedades. La
urtetritis no gonocócica en hombres y mujeres y la cervicitis son las
ETS más prevalentes en la comunidad japonesa, muchas de ellas
originadas por infección por Chlamydia trachomatis. La segunda
causa más prevalente es la infección por Neisseria gonorrhoeae en
hombres y la infección por virus herpes simplex en mujeres (1,2). Además,
las infecciones asintomáticas originadas por una variedad de patógenos
tales como C.
trachomatis y HPV son comunes en Japón; la infección por el HIV
está en aumento. La infección por el HBV y el HCV son a menudo asintomáticas
en las etapas precoces y no es infrecuente el contagio inconsciente a
las parejas sexuales. Más aún, hay informes sobre la elevada
prevalencia de antígeno del HBV y anticuerpos contra el HBV y el HCV en
homosexuales y TS (2).
La proporción de varones con ETS a partir de infección por la práctica
comercial del sexo varía según el grupo etario. Trabajos publicados
revelaron que aproximadamente el 70% de las uretritis gonocócicas y el
40% de las uretritis por clamidias en individuos de más de 25 años
(3), el 64.3% de la uretritis gonocócica y el 54.3% de la uretritis por
clamidias (4) así como el 85% de todas las ETS en hombres (5) podían
relacionarse con la práctica comercial del sexo. Aunque las cifras varían
de un servicio a otro, el índice de portador de ETS en los TS se asocia
ampliamente con la incidencia de ETS en hombres (2).
En nuestro estudio (8), el índice de positividad de infección por HPV
tipo A de bajo riesgo oncogénico, por HPV B de riesgo oncogénico
intermedio y alto, por C. trachomatis y por N. gonorrhoeae fue
significativamente más alto en TS que en el grupo control (6). Entre
los cuatro microorganismos, el índice de infección por el HPV tipo B
fue el más alto (tabla 1). La tendencia fue, además, más prominente
en los TS que en los controles. Ichinose (7) estudió pacientes
japonesas que asistieron a clínicas ginecológicas generales de Tokio
con síntomas sospechosos de ETS y reportaron un índice de infección
por C. trachomatis y N.
gonorrhoeae del 10.4% (1987 a 1997, n = 50 535, por
enzimoinmunoensayo o estudio de ADN) y del 3.7% (1992 a 1997, n = 5 872
por estudio de ADN), respectivamente. En comparación con estas cifras,
el índice de positividad en nuestros controles (3% en el caso de
infección por C.
trachomatis y 0.4% en infección por N. gonorrhoeae) fue
inferior mientras que la prevalencia de infección en TS (13% en el caso
de C. trachomatis y 4.1% en infección por N. gonorrhoeae)
fue más alta (tabla 1).
Nuestro informe (8) indica que el índice de positividad de antígeno de
HBV y antiHBV era de 0.6% y del 23.4%, respectivamente, en el grupo de
TS, y del 0.4% y del 71.8% en el grupo control. Se detectaron
anticuerpos contra el HBV en el 23.4% de los TS y en el 71.8% de los
sujetos control, ambos índices elevados (tabla 2). El índice en el
grupo control fue particularmente elevado, lo cual probablemente refleja
el alto índice de vacunación. Un porcentaje de los TS también estaba
posiblemente vacunado. Se encontraron antiHCV en el 3.2% de los TS y en
el 0.4% de los controles (p < 0.01). No se detectaron anticuerpos
antiHIV en ninguno de los pacientes asistidos en los distintos centros
de ETS (TS) y controles (tabla 2).
Métodos de detección de las ETS
Los sujetos participantes en nuestro estudio fueron todos TS japoneses,
que habían tenido esa ocupación durante 6 meses a 15 años. No todos
trabajaban en la misma área en forma constante; algunos se habían
movido recientemente de un área a otra en Japón.
Se requiere de un método simple, rápido y confiable para establecer el
diagnóstico preciso e iniciar el tratamiento. Nosotros usamos el método
de captura de híbridos (9,10,11,12), una nueva técnica de identificación
de ADN que permite detectar el HPV, N. gonorrhoeae y C.
trachomatis. En el procedimiento se utilizan sondas de ARN de cadena
larga y los híbridos formados de ADN/ARN se detectan inmunológicamente
por medio de anticuerpos específicos.
Debido a que una molécula de ADN se une a muchos anticuerpos, las señales
se amplifican con lo cual la sensibilidad de detección es elevada. El método
es esencialmente un inmunoensayo por lo que no se requiere de equipos
especiales y los procedimientos son simples. Se ha sugerido que el método
de captura de híbridos tiene casi la misma sensibilidad y especificidad
que la reacción de cadena de polimerasa (PCR) para el diagnóstico de
HPV y el mismo rendimiento que el cultivo y la PCR en la detección de N.
gonorrhoeae. En la detección de C. trachomatis, el método
de captura de híbridos tiene la misma sensibilidad y especificidad que
la PCR pero es más sensible que el cultivo (10,11,12). La infección
por HPV a menudo ocurre simultáneamente con la infección por clamidias
y gonococos.
El rastreo de HIV, HBV y HCV consistió en enzimoinmunoensayo
quimioluminiscente (Lumipulse f; Fujirebio Inc. Japón) con el uso de
antígeno recombinante del HIV (tercera generación; Ortho Inc., Japón),
antígeno de superficie y anticuerpo antiHBV (Fujirebio Inc. Japan). El
sistema Lumipalse f es un método comercial de enzimoinmunoensayo
quimioluminiscente (13), el segundo más ampliamente usado en Japón.
Papilomavirus humano
Entre los organismos responsables de ETS testeados, el índice de
positividad del HPV B fue el más alto tanto en TS como en controles
(6). No se registraron diferencias en el índice de positividad del HPV
A en los distintos grupos etarios en los TS. La infección por el HPV B,
asociada con el desarrollo de cáncer cervical, es un problema clínico
de importancia creciente (14). Hasta hace poco no se disponía de un método
simple y confiable para la detección de infección por lo que los datos
diagnósticos y epidemiológicos no están bien documentados en Japón.
Además de muestro reporte, no encontramos ningún otro trabajo sobre la
incidencia de HPV en la población general o en los TS.
En cambio, se ha reportado un elevado índice de detección del HPV en
pacientes asistidos en clínicas de ETS en otros países. Horn y cols
(15) y Figueroa y cols (16) encontraron índices de infección del 12% y
del 28.7% al utilizar análisis de hibridización Southern blot mientras
que Borg y cols (17) reportaron un índice del 12% con análisis de
hibridización dot blot. En comparación con estos registros,
nuestro índice de detección de HPV en TS fue más alto (48.4%), fenómeno
que obedece a que el método de captura de híbridos tiene mayor
sensibilidad y especificidad que los métodos Southern blot o dot
blot. Además, las sondas que utilizamos detectan más tipos de HPV.
En nuestro trabajo (6) se constató infección por HPV B en casi la
mitad de los TS estudiados y el índice de positividad en los TS fue
significativamente más elevado que el registrado en controles (48.4% versus
6%). Más aún, el índice de detección de HPV B (6%) fue también
más alto que el de N. gonorrhoeae (0.4%) y de C. trachomatis (3%)
en los individuos del grupo control. Por lo tanto, se puede asumir que
la infección por HPV es la ETS más prevalente en Japón. La infección
por HPV ha suscitado recientemente atención por su asociación con el cáncer
cervical. El diagnóstico es importante en la predicción de riesgo de
neoplasia intraepitelial cervical (NCIE) y cáncer cervical. Nuestros
hallazgos sugieren que, a las mujeres que asisten a clínicas de ETS,
debería recomendarse la búsqueda de HPV para establecer el riesgo
futuro de NCIE y cáncer cervical. Se ha observado que el 16% de las
NCIE estadio 1 progresan a estadio 2 o 3 en el transcurso del año y que
el 26% evoluciona a NCIE estadio 3 en dos años. Encontramos que el índice
de detección del HPV en TS con hallazgos citológicos de clase IIIa o
superiores era significativamente más alto que en el grupo control
(18).
N. gonorrhoeae y C. trachomatis
La incidencia reportada de infección por N. gonorrhoeae y C.
trachomatis en los TS en Japón varía según los grupos y los métodos
diagnósticos empleados. Se reportó una incidencia de N. gonorrhoeae
de 3.8% (19), 5.9% (3) y 13.3% (4) mientras que la de C.
trachomatis fue de 9.8% (19), 15.1% (3) y 17.4% (4).
Detectamos ADN de C. trachomatis y de N. gonorrhoeae en el
13% y 4.1% de las muestras provenientes de TS, respectivamente. Los
valores son significativamente más altos que el índice de positividad
encontrado en controles (3% y 0.5%, respectivamente) y los referidos en
la población femenina de Japón (6). El índice de positividad fue del
0% para N. gonorrhoeae (2,3) y cercano al 10% para C.
trachomatis (2,7) en las mujeres casadas embarazadas de Japón. En
comparación con estas cifras, los índices de positividad en TS son
marcadamente elevados.
Virus de la inmunodeficiencia humana
En Japón, el índice de infección por HIV sigue siendo relativamente
bajo entre los TS. La estadística publicada (20) en julio de 2000 mostró
un número relativamente más pequeño de casos: 2 367 pacientes con
sida y 5 059 individuos infectados, incluyendo 1 673 infectados por
contacto heterosexual. Sin embargo se supone que existe un número
importante de sujetos infectados sin detección. El número de
transmisiones heterosexuales en varones japoneses aumentó desde 1993
(2,20). Una vez que el virus se establece en la población, la
posibilidad de que la infección se una a otras ETS epidémicas es
elevada, tal como courre con la infección por C. trachomatis,
con diseminación amplia y rápida. Si bien en nuestra serie (8) no
encontramos sujetos con serología positiva para el HIV, la vigilancia
continua es necesaria.
Virus de hepatitis B
La posibilidad de transmisión del HBV se confirmó en un amplio estudio
epidemiológicos en varones homosexuales en Nueva York (21,22) y la
infección por el HBV se ha establecido como una ETS. El factor de
riesgo más importante es el número de parejas sexuales (22,23). Es difícil
establecer con precisión qué porcentaje de casos de hepatitis aguda
por HBV puede considerarse ETS. Según la información del Centro para
el Control de Enfermedades de los Estados Unidos, el 40% al 50% de las
hepatitis agudas por HBV en el país ocurridas entre 1994 y 1998 fueron
ETS por contacto heterosexual (24).
La prevalencia de antígeno de superficie en la población general de
Japón se estimó entre un 0.67% a un 2% (25,26). Aunque la mayoría de
los casos de hepatitis aguda en adultos se considera ETS,
desafortunadamente el número actual y la incidencia de infección por
el virus, como consecuencia de contacto sexual, se desconocen. El antígeno
de superficie positivo y la falta de anticuerpos representa estado de
portador o infección precoz. En nuestros datos, no se comprobaron
diferencias significativas en el índice de positividad del antígeno
entre los TS y los controles (0.4% vs. 0.5%).
Virus C de hepatitis
La hepatitis por virus C se manifiesta clínicamente en forma menos
grave que la hepatitis por virus B pero el índice de desarrollo a un
estado de cronicidad es marcadamente elevado, con riesgo alto de
progresión a cirrosis y carcinoma de hígado. Es importante dilucidar
la vía de infección pero lamentablemente aún se tienen múltiples
interrogantes (25,26). Si bien la transfusión de sangre es una ruta
establecida de infección, sólo parece responsable del 40% de los casos
en Japón (25,26).
Se está investigando la posibilidad de transmisión perinatal,
transmisión iatrogénica, contagio a través de la diálisis, transmisión
doméstica, contagio por accidente con agujas, tatuajes, agujas
compartidas por drogadictos por vía intravenosa y contagio por vía
sexual. En Japón, la seroprevalencia en la población general es
cercana al 1% (25,26). La transmisión del HCV en el matrimonio es
infrecuente pero el índice de seropositividad en TS es 8 a 10 veces más
alto que en las mujeres de la misma edad en la población general
(25-29). En un estudio nuestro anterior (30), el índice de positividad
de anticuerpos en 203 individuos con riesgo elevado de ETS fue del 2.9%.
En nuestra reciente publicación, la prevalencia fue del 3.2% en los TS,
significativamente superior a la registrada en el grupo control (0.4%).
Aunque el índice de positividad varía de un estudio a otro por las
distintas pruebas diagnósticas empleadas, región y medioambiente,
queda demostrada una diferencia significativa en comparación con el
grupo control, en forma coincidente con otros trabajos realizados en Japón
(28,29,30).
Conclusión
Los TS en Japón no utilizan preservativos en forma regular y tienen un
elevado número de parejas sexuales, lo cual los hace muy vulnerables a
una amplia variedad de ETS. Se dice que los individuos infectados por C.
trachomatis son 3 a 4 veces más susceptibles a infección por HIV.
Nuestros resultados también demostraron que los sujetos con lesiones en
los órganos genitales son más vulnerables a la infección por virus de
hepatitis B y C. Aunque el índice de infección por el HIV en TS sigue
siendo bajo en Japón, la aprobación del uso de anticonceptivos orales
en 1999 generó preocupación ante la posible diseminación de las ETS,
razón por lo cual es imprescindible adoptar medidas de control para
infección por HIV y ETS. El rastreo de ETS exclusivamente en TS no es
adecuado, la educación en prevención de ETS y su rastreo también
deben estar orientadas a la población general.
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