Volumen 10, Número 4, Julio 2003 |
Expertos Invitados |
TRATAMIENTO
DEL DOLOR POR METASTASIS OSEAS CON RADIOFARMACOS
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Columnista Experto de SIIC Dr. Knut Liepe Especialista en Medicina Nuclear, Departamento de Medicina Nuclear, University Hospital Dresden, Dresden, Alemania en colaboración con los doctores Reiner Hliscs, Roswitha Runge y Joachim Kropp, del Departamento de Medicina Nuclear, University Hospital Dresden, y Furn F (Russ) Knapp Jr, del Nuclear Medicine Group, Oak Ridge National Laboratiry, Oak Ridge, Tenessee, EE.UU |
Dresden, Alemania (especial para SIIC) Aunque el 186Re, el 188Re y el 89Sr son eficaces para aliviar el dolor por metástasis óseas del cáncer prostático, la calidad de vida luego de la terapia con 188Re es estadísticamente superior. RESUMEN Propósito: fueron investigados varios radiofármacos, respecto de su eficacia y toxicidad, en el tratamiento paliativo del dolor por metástasis óseas. Método: se analizó el efecto del 188Re-HEDP, del 186Re-HEDP y del 89Sr sobre los síntomas dolorosos, calidad de vida y función de la médula ósea en 49 pacientes con cáncer prostático. Se trataron 24 pacientes con 188Re-HEDP (3 034 ± 402 MBq), 12 con 186Re- HEDP (1 366 ± 156 MBq) y los 13 restantes con 89Sr (151 ± 18 MBq). Resultados: se obtuvo alivio del dolor después de administrarse 188Re-HEDP en el 83% de los pacientes, así como en el 75% de los casos tratados con 186Re-HEDP y en el 77% en los que aplicó 89Sr. El índice de desempeño de Karnofsky (KI) aumentó desde 73 ± 9% a 85 ± 9% ´después del uso de 188Re-HEDP,desde 71 ± 12% a 79 ± 13% después de administrar 186Re-HEDP y de 65 ± 12% a 74 ± 11% posterior a la aplicación de 89Sr. Se observó una disminución en el conteo de plaquetas de 33 ± 16% después de 2.9 ± 0.7 semanas por paciente tratado con 188Re-HEDP, de 37 ± 19% después de 3.6 ± 1.0 semanas en pacientes tratados con 186Re-HEDP y de 38 ± 27% después de 4.4 ± 1.0 semanas para los pacientes tratados con 89Sr, en relación a los valores que presentaban los enfermos antes de la aplicación del tratamiento. Solamente 3 pacientes después del uso de 89Sr, así como en un caso después de la utilización de 188Re-HEDP y 186Re-HEDP, presentaron trombocitopenia por debajo de 100 x 103/µl. Pero la diferencia no fue significativa entre los diferentes grupos de pacientes (p = 0.042 a 0.287). Conclusión: todos los radiofármacos evaluados fueron efectivos en el alivio del dolor sin inducir efectos secundarios severos. Solamente el incremento del IK después del uso de 186Re-HEDP parece ser estadísticamente significativo (p = 0.001). Palabras clave: tratamiento con radionúclidos, 188Re-HEDP, 186Re- HEDP, 89Sr, metástasis óseas. ABSTRACT Key words: radionuclide therapy, 188Re-HEDP, 186Re-HEDP, 89Sr, bone metastases INTRODUCCIÓN Aunque la radiación de medio cuerpo puede ser útil en pacientes con recurrencias difusas o rápidas del dolor, esta terapia se acompaña de efectos colaterales serios. La terapia sistémica con radionúclidos emisores beta parece ser una mejor estrategia para la eliminación o alivio del dolor por metástasis múltiples. Entre los radiofármacos utilizados para el tratamiento paliativo de las metástasis óseas se incluyen 89SrCl3, Na2H32PO4, 131I- BDP3, 90Y, 186Re-HEDP y 153Sm-EDTMP [2-7]. Más recientemente se ha informado que el 85SrCl3, 117mSn-DTPA, 188Re-HEDP y el 188Re-DMSA son eficaces para aliviar el dolor [8-11]. Actualmente, el 89Sr y el 186Re-HEDP son los radiofármacos más utilizados en Europa con este propósito. El 89Sr, un análogo del calcio, es un emisor beta puro con una energía máxima de 1.49 MeV y una vida media física de 50.5 días. El estroncio reemplaza al calcio en la matriz inorgánica del hueso y se acumula en forma proporcional a la formación de hueso. El 186Re es un emisor beta con una energía máxima de 1.07 MeV y una emisión gamma de 137 keV. Su vida media física es de 89.3 horas. El renio es complejado con hidroxietiliden difosfonato (HEDP), el cual se localiza en el hueso por la formación de puentes en la hidroxiapatita. Por su parte, el 188Re-HEDP es un radionúclido nuevo en el área terapéutica, con una vida media física de 16.9 horas, una energía beta máxima de 2.1 MeV y un 15% de componente gamma de 155 keV. Por ser un productor del generador 188W/188Re, tiene una relación costo-beneficio favorable y es una herramienta conveniente para el uso clínico. La corta vida media del 188Re-HEDP permite aplicar dosis de mayor actividad que la utilizada con radion{uclidos de mayor vida media [9]. MÉTODOS Entre las semanas 6 y 12 se tomaron semanalmente muestras de sangre para evaluar mediante estudios hematológicos el deterioro de la función de la médula ósea. Los criterios de inclusión en el estudio fueron una imagen positiva por 99mTc-HMDP que mostrara al menos 3 metástasis, dolor óseo refractario a toda otra terapia analgésica y función suficiente de la médula ósea con recuento plaquetario de al menos 105/µl, recuento leucocitario igual o mayor a 3.0 x 103/µl y hemoglobina de al menos 6.0 mmol/l. La quimioterapia y el tratamiento con bisfosfonatos fueron interrumpidos 6 semanas antes de la inyección del radiofármaco. No se incluyeron en el estudios pacientes con dolor por fracturas óseas patológicas, compresión de la médula espinal, columna vertebral inestable, tumores de tejidos blandos que comprimieran los nervios, o cuya expectativa de vida no superara los 4 meses. Se trataron en total 49 pacientes de entre 45 y 87 años (media 61 años) con metástasis óseas diseminadas a partir de una cáncer prostático. Se utilizó 188Re-HEDP (3 034 ± 402 MBq) en 24 casos, 186Re-HEDP (1 366 ± 156 MBq) en 12 casos y 89Sr (151 ± 18 MBq) en 13 casos. Para la terapia con 186Re-HEDP y 188Re-HEDP los pacientes fueron hospitalizados por 2 días debido a las normas sobre protección radiactiva vigentes en Alemania. La terapia con 89Sr se realizó en consultorios externos. Los participantes fueron sometidos a imagenología con 99mTc-HMDP dentro de las 5 semanas previas al estudio y también a las 3 semanas postratamiento para evaluar posibles reducciones en la masa de las metástasis óseas. En cumplimiento con la declaración de Helsinki, todos los pacientes fueron exhaustivamente informados acerca del estudio y los posibles efectos secundarios, y proveyeron consentimiento escrito. El comité local de ética aprobó el estudio. El 188Re-HEDP fue obtenido a partir de un generador 188W/188Re-HEDP basado en alúmina, tal como fue descripto previamente [12]. El 89Sr y el 186Re-HEDP son radiofármacos disponibles comercialmente. La significación de la mejoría en el IK y en la trombocitopenia y la leucopenia fue calculada con una prueba t apareada con un valor alfa de 0.01. RESULTADOS
Como se muestra en la tabla 1, al cabo de 12 semanas el IK se incrementó un 12% luego de la terapia con 188Re-HEDP, un 8% luego del 186Re-HEDP y un 9% luego del 89Sr. Sin embargo, la diferencia sólo fue significativa para la terapia con 188Re-HEDP. En cuanto a la toxicidad hematológica, la trombocitopenia limitó la dosis aplicada. El hemograma reveló una recuperación lenta, pero no siempre completa, al cabo de 12 semanas en todos los pacientes. Ningún participante tuvo una reducción del recuento leucocitario por debajo de 3.0 x 103/µl. Sólo 5 enfermos sufrieron una reducción del recuento plaquetario por debajo de 105/µl (trombocitopenia grado 1 o grado 2 según la OMS [13]). Tal grado de reducción se registró en 3 pacientes tratados con 89Sr, uno tratado con 188Re-HEDP (figura 1) y uno tratado con 186Re-HEDP.
Figura 1. Deterioro de la médula ósea por la terapia con 188Re-HEDP por alrededor de 6 semanas, expresado como declinación del recuento plaquetario en muestras seriadas de sangre. El nadir del recuento plaquetario se registró a las 2.9 ± 0.7 semanas del tratamiento con 188Re-HEDP, a las 3.6 ± 1.0 semanas de la terapia con 186Re-HEDP y a las 4.4 ± 1.0 semanas del tratamiento con 89Sr (tabla 2).
Las diferencias máximas entre los recuentos plaquetarios antes y después de la terapia no fueron estadísticamente significativas (p = 0.021 y p = 0.094). Las imágenes óseas con 99mTc-HMDP no mostraron reducciones obvias de las metástasis óseas al cabo de 12 semanas de tratamiento en comparación con las imágenes obtenidas antes de la terapia. Sin embargo, un paciente tratado con 186Re-HEDP tuvo una disminución en el número de metástasis un año después del tratamiento (figuras 2 y 3). El paciente relató un alivio significativo del dolor e interrumpió el consumo de analgésicos 5 semanas después del tratamiento. El IK aumentó de 63% a 75% en 12 semanas. Durante un seguimiento de aproximadamente 2 años el paciente se hallaba libre de dolor.
Figura 2. Imagen de 99mTc de un hombre de 59 años con cáncer prostático, 5 semanas antes de iniciarse el tratamiento con 186Re-HEDP (metástasis óseas múltiples en costillas, esternón, columna vertebral, pelvis, hombros y fémures).
Figura 3. Imagen de 99mTc del mismo paciente un año después de la terapia con 186Re-HEDP (reducción del número de metástasis óseas en costillas, columna, pelvis, hombros y fémures e incremento en el esternón).
DISCUSIÓN CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA
Geelong, Australia (especial para SIIC) La terapia con estatinas se asocia con un menor riesgo de fracturas en las mujeres, según explicó a SIIC la doctora Julie Pasco, en un diálogo exclusivo. La investigadora señaló que ”la comprensión de los mecanismos que están detrás de estos efectos... podría llevar al desarrollo de nuevas aproximaciones para la prevención de las fracturas osteoporóticas”. Algunos estudios recientes han asociado a los fármacos de la familia de las estatinas con un menor riesgo de fracturas y un aumento de la densidad mineral ósea. La doctora Pasco y su equipo de investigadores evaluaron esta posibilidad, en un estudio que incluyó a más de 1 300 mujeres residentes en el sudeste de Australia. En cada caso, explicó la investigadora, se confirmó el diagnóstico de fractura mediante radiografías. En un cuestionario respondido por cada participante, se determinaron las características del estilo de vida, y la medicación recibida. Aún después de considerar la influencia de factores tales como la edad, el peso, la administración de otros fármacos, y otras características del estilo de vida, la terapia con estatinas se asoció con un riesgo significativamente menor de padecer fracturas. Los cambios observados en la densidad mineral ósea, explicó la doctora Pasco, no son suficientes como para explicar este resultado, indicando que existen otros mecanismos participantes. La experta ahondó en estos aspectos en su diálogo con SIIC. Sus trabajos anteriores han sido publicados en revistas como Archives of Internal Medicine, American Journal of Obstetrics and Gynecology, y Journal of Bone Mineral Research, entre otras. SIIC: Doctora Pasco, ¿qué hallazgos anteriores se habían publicado con respecto a la relación entre el uso de estatinas y el riesgo de fracturas? Dra. Julie Pasco: Se han conducido en forma retrospectiva algunos estudios observacionales para probar la asociación entre el uso de las estatinas y la salud ósea de los seres humanos. Durante el año 2000, tres estudios fueron publicados en el Journal of the American Medical Association por los equipos de los doctores Wang, Meier, y Cummings y Bauer, y dos en The Lancet, de los doctores Chan y Edwards, que concuerdan con el nuestro en que las estatinas tienen un efecto beneficioso en la tasa de fracturas y en la densidad mineral ósea. Sin embargo, un trabajo más reciente, publicado el año último en el Journal of the American Medical Association por el equipo del doctor van Staa, informó que el uso de las estatinas, en la forma en la cual se las prescribe actualmente en la práctica clínica, no se asoció con una reducción en el riesgo de fracturas. El significado de los hallazgos de estos estudios es controvertido; la crítica más común de los estudios observacionales es que los factores de confusión no pueden controlarse. La única forma de resolver este tema es mediante estudios de casos y controles asignados al azar. SIIC: ¿De qué forma se reunió al grupo estudiado? J.P.: El grupo evaluado participó del trabajo Geelong Osteoporosis Study, una investigación poblacional diseñada para analizar la epidemiología de las fracturas y de la osteoporosis en las mujeres australianas. El uso de estatinas se evaluó en 573 mujeres con fracturas incidentes no patológicas, identificadas mediante los servicios de radiología de la región, y en una muestra de similar edad de 802 mujeres sin fracturas incidentes, que fueron seleccionadas al azar de las listas electorales. Había 16 mujeres que recibían estatinas en el grupo que presentaba fracturas, y 53 en el grupo control. Las usuarias de estos fármacos no diferían de las no usuarias en cuanto a su edad, peso, altura o ingesta de calcio en la dieta. Tampoco observamos diferencias entre los grupos en la proporción de mujeres que consumían alcohol, fumaban cigarrillos, eran activas o recibían una terapia de reemplazo hormonal, glucocorticoides o suplementos de calcio y vitamina D. SIIC: ¿Cómo se identificaron los casos de fracturas? J.P.: Las fracturas incidentes fueron identificadas mediante una búsqueda semanal por computadora, con palabras clave, de todos los informes radiológicos de los dos servicios que existen en la región estudiada. Se buscó la radiografía original, que mostraba la fractura, y se consideró que ésta había ocurrido en la fecha que constaba en el diagnóstico radiológico. Los informes que se referían a fracturas “probables” o “posibles” no se incluyeron en el análisis, a menos que la fractura hubiese sido confirmada en una fecha posterior. Este método para evaluar las fracturas fue validado antes del inicio del estudio. SIIC: ¿Cuál es el mecanismo que explica la relación entre la administración de estatinas y una mayor densidad mineral ósea? J.P.: Otros investigadores han mostrado que las estatinas actúan en los mecanismos bioquímicos que influyen en la formación del hueso, aumentándola en los modelos animales. Es probable que estos fármacos generen el efecto mediante el aumento de la expresión de la proteína de la morfogénesis ósea 2 (BMP-2, por su sigla en inglés). Esta proteína favorece la diferenciación de los osteoblastos y la formación de hueso. A pesar de que se ha demostrado que las estatinas también pueden inhibir la función de los osteoclastos, al parecer su mayor influencia está dada a nivel de la formación de tejido óseo. SIIC: ¿Se observaron diferencias asociadas con el uso de distintos fármacos de este grupo? J.P.: El número de pacientes que recibían estatinas en la población que nosotros estudiamos es demasiado baja como para permitirnos hacer un subanálisis de los distintos fármacos. Otros investigadores han mostrado que los efectos de algunas de las estatinas más nuevas, como el atorvastatin, parecen ser más potentes sobre el hueso que los agentes más antiguos, como el lovastatin. Las estatinas sintéticas, como el pravastatin, son más hidrosolubles que liposolubles, y no tiene efecto sobre el tejido óseo in vitro. SIIC: Ustedes informaron que la reducción del riesgo de fracturas observada era mayor a la que podía esperarse a partir del aumento en la densidad mineral ósea. ¿Qué otros factores o mecanismos podrían explicar el resultado? J.P.: Nosotros observamos una reducción en el riesgo de fracturas más importante que el que hubiésemos esperado a partir de los aumentos observados en la densidad mineral ósea solamente. Los datos más recientes sostienen que las estatinas tienen un papel en la prevención de la degeneración macular asociada con la edad. También se ha informado que las estatinas protegen frente a la demencia. Dado que la pérdida de la visión y las alteraciones en las funciones cognitivas se asocian independientemente con el riesgo aumentado de caídas y fracturas, podría ser que las estatinas redujesen el riesgo de estas últimas protegiendo frente a las patologías mencionadas. Actualmente, se están investigando otras explicaciones alternativas para la reducción en la tasa de fracturas. SIIC: ¿Cómo afectarán estos resultados a las prácticas actuales de uso de las estatinas? J.P.: Los medicamentos utilizados para tratar la hipercolesterolemia pueden tener efectos beneficiosos adicionales en lo que atañe al esqueleto. Actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos para comprobar si estas observaciones pueden confirmarse utilizando las drogas que son usadas comúnmente para la reducción del colesterol, al igual que investigaciones adicionales enfocadas en la manera de modificar estos agentes, a fin de aumentar cualquier efecto protector sobre el hueso. La comprensión de los mecanismos que están detrás de los efectos protectores para la salud ósea de estos medicamentos podría llevar al desarrollo de nuevas aproximaciones para la prevención de las fracturas osteoporóticas. Las observaciones de la doctora Pasco y sus colaboradores confirman que las estatinas tienen un efecto beneficioso en la modificación del riesgo de padecer fracturas. En el futuro deberán identificarse los mecanismos que determinan esta asociación, y su utilidad clínica
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Trabajos Distinguidos, Serie Osteoporosis y Osteopatías Médicas, integra el Programa SIIC de Educación Médica Continuada
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