DIAGNOSTICO
PRENATAL EN LA NEUROFIBROMATOSIS TIPO 1 - ANALISIS
MOLECULAR Y ASPECTOS PSICOLOGICOS
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Columnista
Experta de SIIC
Dra. Paola
Origone, PhD
Asistente técnica, Especialista en Genética
Médica, Sezione di Biologia e Genetica,
Dipartimento de Oncologia, Biologia y
Genetica, Universitá degli Studi di
Genova, Génova, Italia
Otro trabajo publicado: «Ten novel
mutations in the human neurofibromatosis
type 1 (NF1) gene in Italian patients», Human
Mutation in Brief (Online), Nº 510,
2002 |
Génova,
Italia (especial para
SIIC)
La
neurofibromatosis tipo 1 es un
trastorno de penetración
completa, pero su expresión varía
entre los miembros de una misma
familia, lo que complica el
asesoramiento genético. Ahora es
posible establecer el diagnóstico
molecular y realizar el diagnóstico
prenatal.
RESUMEN
La neurofibromatosis tipo 1 (NF1)
es uno de los trastornos genéticos
más comunes en el ser humano, con
una incidencia de 1 en 3 500. La
NF1 se caracteriza por manchas café
con leche, neurofibromas cutáneos,
pecas axilares o inguinales y nódulos
de Lisch. Aunque la NF1 es un
trastorno de penetración
completa, su expresión varía
entre los miembros de una misma
familia, lo que complica aún más
el asesoramiento genético. Es
posible establecer el diagnóstico
molecular utilizando dos abordajes
diferentes: la investigación
directa de la mutación que causa
la enfermedad o el diagnóstico
indirecto mediante el empleo de
marcadores polimórficos para
identificar el cromosoma afectado.
La gran heterogeneidad molecular
de la NF1 y la elevada tasa de
mutación del locus NF1 limitan el
diagnóstico prenatal a los casos
familiares o a los que presentan
mutaciones identificadas.
Realizamos cinco diagnósticos
prenatales. En cuatro casos se
realizó análisis de ligamiento
utilizando marcadores informativos
-el abordaje directo- con la
prueba de corte de la proteína
(PTT, protein truncation
testing); en un caso se
determinó la secuencia. Las
características clínicas de la
enfermedad y su impacto psicológico
hacen muy difíciles las
decisiones acerca de la conducta
reproductiva. Observamos que las
mujeres participan más que los
hombres en el asesoramiento genético
y el diagnóstico prenatal y que
la presencia de enfermedad en la
madre influye en la decisión
prenatal más que otros factores
como la gravedad de la enfermedad
y la experiencia familiar.
Palabras clave: neurofibromatosis
tipo 1, diagnóstico prenatal, análisis
molecular, asesoramiento genético.
ABSTRACT
Neurofibromatosis type 1 (NF1) is
one of the most common genetic
disorders in humans, with an
incidence of 1 in 3 500. NF1 is
characterized by café au lait
spots, cutaneous neurofibromas,
axillary or inguinal freckling and
Lisch nodules. Although NF1 is a
fully penetrant disorder, its
expression varies even among
members of the same family, which
further complicates genetic
counseling. Molecular diagnosis
can be made using two different
approaches: direct investigation
of the disease-causing mutation,
or indirect diagnosis using
polymorphic markers to identify
the affected chromosome. The great
molecular heterogeneity of NF1 and
the high mutation rate of the NF1
locus limit prenatal diagnosis to
familial cases or to those with
identified mutations. We performed
five prenatal diagnoses. In four
cases linkage analysis was carried
out using informative markers, the
direct approach, by means of
protein truncation testing (PTT);
sequencing was performed in one
case. The clinical characteristics
of the disease and its
psychological impact make
reproductive decisions very
difficult. We observed that women
are more involved than men in
genetic counseling and prenatal
diagnosis, and that the presence
of the disease in the mother
influences the prenatal choice
more than other factors such as
disease severity and familial
experience.
Key words: neurofibromatosis
type 1, prenatal diagnosis,
molecular analysis, genetic
counseling.
INTRODUCCION
La neurofibromatosis es una afección
clínica con síntomas, severidad
y progresión extremadamente
variables. Se caracteriza por
manchas café con leche,
neurofibromas cutáneos, pecas
axilares o inguinales y nódulos
de Lisch. La expresión fenotípica
de la NF1 es bastante variable;
algunos pacientes apenas reúnen
los criterios necesarios para el
diagnóstico, mientras que otros
están gravemente afectados por
las manifestaciones cutáneas o de
otro tipo. Alrededor de un tercio
de los pacientes afectados
presenta diversas complicaciones médicas,
desde retardo mental y trastornos
del aprendizaje hasta aumento del
riesgo de transformación maligna
(1).
Se han informado pacientes y
familias con NF1 en todo el mundo.
No existe ninguna población en la
que no se haya manifestado la
enfermedad, y la mayoría de las
complicaciones graves exhiben
frecuencias similares en los
diferentes grupos étnicos.
Se estima que la incidencia de
NF1 es de 1 en 3 500
aproximadamente y la tasa de
mutación es muy elevada:
alrededor de 50% de los casos son
esporádicos. Aunque la NF1 es una
afección de penetración
completa, su expresión varía
incluso entre los miembros de una
misma familia, complicando aún más
el asesoramiento genético.
El diagnóstico de NF1 se basa
en los hallazgos clínicos; en
general se aceptan los criterios
diagnósticos desarrollados por la
Conferencia de Consenso de los National
Institutes of Health para el
uso clínico de rutina (2). El
diagnóstico clínico suele ser
inequívoco en todos los niños
excepto en los más pequeños, en
quienes el desarrollo de múltiples
manchas café con leche sin
antecedentes familiares no es
suficiente para establecer el
diagnóstico de NF1 cuando no se
observan otros signos de
enfermedad.
El gen NF1 está ubicado en el
cromosoma 17q11.2 y consiste en 60
exones, que abarcan 350 kb de ADN
genómico (3). El producto genético,
la neurofibromina, se expresa
ampliamente en numerosos tejidos
(4). Aunque el diagnóstico
molecular es relativamente
complejo por el tamaño del gen y
la heterogeneidad de las
mutaciones (5), el estudio
molecular del ADN es una
herramienta poderosa para
establecer el diagnóstico de NF1
en pacientes escasamente sintomáticos
y en los casos esporádicos. No
obstante, es esencial diagnosticar
el trastorno antes del nacimiento.
El diagnóstico molecular se
lleva a cabo utilizando dos
abordajes diferentes: la
investigación directa de la
mutación que causa la enfermedad
o el diagnóstico indirecto
utilizando marcadores polimórficos
para identificar al cromosoma
afectado.
DIAGNÓSTICO MOLECULAR
El diagnóstico directo sólo nos
permite analizar el ADN del
paciente con el fin de verificar
la presencia de la mutación. Este
método puede ser utilizado en
casos familiares y esporádicos.
Se han utilizado diversas técnicas
para detectar mutaciones en el gen
de la NF1; la mayoría consiste en
la exploración del ADN exón por
exón. Las mutaciones que afectan
al gen de la NF1 son de diferentes
tipos, incluyendo translocaciones,
inserciones grandes o pequeñas,
deleciones grandes o pequeñas y
sustituciones de nucleótidos (6).
Alrededor de 70% de las mutaciones
de la línea germinal
identificadas conducen a la
obtención de un producto genético
trunco. El gran número de exones
en el gen, junto con la aparición
de un elevado porcentaje de
mutaciones truncas, hacen posible
la pesquisa genética mediante la
prueba de corte de la proteína
(PTT, protein truncation test)
(6,7). El diagnóstico prenatal
directo es muy conveniente y
sencillo cuando la mutación específica
ya ha sido caracterizada en los
miembros de la familia afectados
(9,10). En este caso, sólo se
necesita ADN del feto para
verificar la presencia de la
mutación.
El diagnóstico indirecto se
realiza mediante el análisis de
ligamiento, que requiere al menos
dos sujetos afectados de
generaciones diferentes, como en
cualquier otra afección
dominante, para determinar el
haplotipo asociado con la
enfermedad. El análisis de
ligamiento se basa en el estudio
de los marcadores asociados al ADN
y el estado de los familiares
afectados; por lo tanto, el diagnóstico
clínico es crucial. Este análisis
utiliza nueve marcadores intragénicos
que cubren alrededor de 50 kb del
gen (15%) (11-18), así como también
tres marcadores extragénicos a
cada lado del gen para detectar
las recombinaciones posibles
(19,20). Además, los microsatélites
son altamente polimórficos y
también son útiles para detectar
deleciones de novo en los
casos esporádicos.
EXPERIENCIA PERSONAL
Se brindó asesoramiento genético
a 80 casos de NF1, 50 de los
cuales eran familiares y 30, esporádicos.
Los primeros se caracterizaron con
marcadores polimórficos para
evaluar las posibilidades diagnósticas
en embarazos futuros y 30 de ellos
resultaron adecuados para el método
indirecto. Con la prueba PTT
identificamos las mutaciones
causantes de la enfermedad en 27
pacientes con NF1 (13 casos
familiares y 14 esporádicos).
Debido a que 11 de ellos se
encontraban en su edad
reproductiva, será posible
realizar el diagnóstico prenatal
directo en caso de solicitarlo.
Realizamos cinco diagnósticos
prenatales en cuatro de nuestras
familias. Una de ellas solicitó
el diagnóstico prenatal en dos
embarazos sucesivos. Todas tenían
alto riesgo de tener un niño
afectado. Todos los diagnósticos
prenatales se realizaron sobre
muestras de vellosidades coriónicas,
debido a que esta técnica permite
obtener cantidades de ADN
suficientes para el análisis en
una etapa temprana de la gestación.
Cuatro diagnósticos se
establecieron con el análisis de
ligamiento y en uno se identificó
la mutación.
En la familia que solicitó dos
diagnósticos prenatales, la
pesquisa resultó informativa para
un marcador intragénico y otro
extragénico. En ambos casos, el
examen demostró que los fetos
eran portadores del cromosoma de
alto riesgo y la pareja decidió
interrumpir el embarazo. En la
segunda familia, el diagnóstico
prenatal fue informativo para seis
marcadores intragénicos y dos
extragénicos. El genotipo del
feto era igual al de la madre
afectada y el embarazo también
fue interrumpido en este caso.
En la tercera familia, el diagnóstico
prenatal no fue informativo para
marcadores polimórficos. En la
PTT, los sujetos afectados clínicamente
presentaban un polipéptido
anormal en la condición
heterocigota. La determinación
directa de la secuencia del
fragmento anormal permitió
identificar la mutación causante
de la enfermedad en la familia. El
feto era portador de la mutación
del gen NF1 de origen paterno,
pero la pareja decidió continuar
el embarazo; el producto fue un niño
afectado.
En la cuarta familia, el diagnóstico
prenatal resultó informativo para
tres marcadores intragénicos y
dos extragénicos. El genotipo del
feto fue igual al del padre sano;
el embarazo prosiguió y nació un
niño sano.
ASESORAMIENTO GENETICO
El asesoramiento genético es el
proceso mediante el cual los
individuos y las familias reciben
información acerca de la
naturaleza, herencia y
consecuencias de los trastornos
genéticos. El asesoramiento genético
para el diagnóstico prenatal es
un proceso prolongado y complejo
en el cual los futuros padres son
informados acerca de su riesgo
reproductivo, la posibilidad de
realizar una caracterización
molecular con el fin de acceder al
diagnóstico prenatal y las
limitaciones y posibilidades del
abordaje molecular. Las características
clínicas de la enfermedad y su
impacto psicológico sugieren la
necesidad de incluir un psicólogo
en el equipo que brinda el
asesoramiento, tanto antes como
después del estudio molecular,
para ayudar a la pareja en sus
decisiones. Si bien el diagnóstico
de los casos familiares es
certero, en los casos esporádicos
el diagnóstico prenatal es muy
limitado; la considerable
heterogeneidad clínica de la NF1
y la elevada tasa de mutación del
locus de NF1 limitan el diagnóstico
prenatal directo a los que
presentan mutaciones
identificadas.
Se debe recomendar a las
familias con NF1 que reciban el
asesoramiento genético antes de
comenzar un nuevo embarazo. De
esta manera, las decisiones se
adoptarán sobre la base de la
factibilidad del abordaje directo
o indirecto para el diagnóstico
prenatal. Aunque la amplia
heterogeneidad en la presentación
clínica de la enfermedad y la
ausencia de correlación entre
genotipo y fenotipo hacen
imposible predecir la severidad de
la afección en el niño, un número
creciente de parejas con riesgo de
dar a luz un niño afectado está
solicitando el diagnóstico
prenatal. El motivo de esta
solicitud no es tanto la gravedad
de la enfermedad sino la percepción
subjetiva de una situación grave
que deben conocer para estar
emocionalmente preparados para
enfrentarla (21).
La presencia del antecedente
familiar no tiene un efecto
significativo sobre la percepción
de la severidad, y las decisiones
de los padres son influidas, entre
otros factores, por el sexo del
progenitor afectado. Aunque los
aspectos médicos y psicológicos
relacionados con el diagnóstico
prenatal afectan a la pareja, es
la mujer quien debe decidir la
continuación del embarazo o su
interrupción. Las mujeres se
involucran más en las decisiones
que atañen a la reproducción y
lo hacen aún más directamente en
el proceso del diagnóstico
prenatal y el aborto (22). Las
mujeres suelen solicitar un
asesoramiento genético antes de
comenzar un embarazo o el diagnóstico
prenatal al comienzo de la gestación
porque no pueden aceptar dar a luz
un niño afectado.
En nuestra experiencia, tanto
las mujeres sanas como las
afectadas solicitan el diagnóstico
prenatal al comienzo de la gestación
para poder interrumpir el embarazo
si se demuestra que el feto está
afectado. No obstante, en
ocasiones las madres sanas deciden
continuar con la gestación aun
cuando el feto esté afectado y su
primer hijo presente características
clínicas muy severas. Por el
contrario, las madres afectadas en
ocasiones no cambian de opinión y
deciden realizar un aborto aun
cuando un niño afectado anterior
sólo presente características clínicas
leves. Estas madres, por lo
general, no están preocupadas por
el grado de afección del feto
sino sólo por el hecho de que éste
sea afectado. Estas mujeres
probablemente consideran a su
enfermedad como una especie de
crimen y no aceptan el riesgo de
transmitirla a sus hijos, aun
cuando su experiencia con la
enfermedad no haya sido tan traumática.
CONCLUSIONES
La variabilidad extrema de la
expresión fenotípica del gen de
la NF1 hace muy difíciles las
decisiones reproductivas en las
familias afectadas. Ha aumentado
la conciencia de riesgo de
transmisión de la enfermedad y,
en los últimos 5 años, el
asesoramiento genético así como
el diagnóstico prental han sido
utilizados con frecuencia
creciente por médicos y
pacientes; esto ha planteado
importantes problemas éticos y
psicológicos.
Actualmente ofrecemos
asesoramiento genético
preconcepcional y sugerimos la
caracterización molecular en los
casos familiares y esporádicos. A
medida que obtengamos más
información acerca de los
mecanismos moleculares que
intervienen en la variabilidad clínica
de la NF1, estaremos en
condiciones de establecer una
correlación entre genotipo y
fenotipo y de ofrecer
asesoramiento genético y diagnóstico
prenatal más completos.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a la Prof. Cecilia Garrè
sus útiles comentarios.
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MENINGITIS
NEUMOCOCICA EN LA INFANCIA. PATOGENIA, CLINICA Y MEDIDAS
DE PREVENCION
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Columnista
Experto de SIIC
Dr. Juan Antonio Soult
Rubio
Doctor en Medicina, especialista en Pediatría.
Facultativo especialista de Area, Unidad de
Cuidados Intensivos Pediatricos. Colaborador
docente en Pediatría. Hospital Infantil
Universitario «Virgen del Rocío», Sevilla, España
Otro trabajo publicado: «Meningitis neumocócica:
características epidemiológicas, clínicas y
bacteriológicas», Anales Españoles de
Pediatría 55(4):315-320, 2001
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Seviilla,
España (especial
para SIIC)
La
enfermedad invasora neumocócica
tiene un elevado costo socioeconómico,
por lo que adquiere mayor
importancia el uso de medidas de
prevención de la enfermedad. La
gran cobertura, seguridad y
eficacia de las nuevas vacunas
conjugadas justifican su uso
generalizado en nuestra población
infantil.
RESUMEN
Streptococcus pneumoniae es
un patógeno exclusivo del hombre,
que ocupa un lugar muy importante
en la patología infecciosa pediátrica
por su elevada prevalencia. Además
de infecciones respiratorias,
puede dar lugar a enfermedades
graves tales como la meningitis,
cuya alta morbimortalidad es mayor
que la de otras meningitis
bacterianas. La incidencia de
meningitis neumocócica varía según
las distintas áreas geográficas,
y es el germen más frecuente en
EE.UU. En Europa ocupa el segundo
lugar tras Neisseria
meningitidis B.
En los últimos años, la aparición
de cepas resistentes a las
cefalosporinas de tercera generación
ha planteado un importante
problema terapéutico. Por este
motivo, el tratamiento empírico
inicial debe asociar cefotaxima y
vancomicina en aquellas áreas
geográficas con cepas
resistentes. Todas estas
circunstancias ocasionan mayor
gasto sanitario y un mayor costo
socioeconómico. El desarrollo de
vacunas conjugadas frente a S.
pneumoniae supone un
importante avance en la prevención
de la enfermedad neumocócica.
Actualmente, está justificado que
se plantee el uso generalizado de
las nuevas vacunas conjugadas
antineumocócicas en nuestra
población infantil.
Palabras
clave: meningitis
bacteriana, Streptococcus
pneumoniae, prevención,
vacunas, niños.
ABSTRACT
Streptococcus pneumoniae was
associated with numerous important
infections in children, including
meningitis. Despite advances in
therapeutics, high mortality rates
remain associated with
pneumococcal meningitis., The
relative importance of S.
pneumoniae as an aetiological
factor for bacterial meningitis in
the U.S. and Europe was increased
after the introduction of the Haemophilus
influenzae type b conjugate
vaccine. The past decade marked a
global increase in penicillin and
third-generation
cephalosporins-resistant strains
of S. pneumoniae.
Combination therapy with
cefotaxime plus vancomycin is
currently recommended. The
pneumococcal conjugate vaccine is
protective against invasive
pneumococcal infection. Therefore,
all children aged < 2 years
should receive the pneumococcal
conjugate vaccine.
Key words: bacterial meningitis,
Streptococcus pneumoniae,
prevention, vaccine, children.
Streptococcus pneumoniae es un
coco grampositivo que se agrupa en parejas
formando cadenas. Según su polisacárido
capsular, se han identificado hasta 90
serotipos distintos. Es un patógeno
exclusivo del hombre, que se transmite de
persona a persona por contacto directo a
través de la vía aérea. Cuando el
germen coloniza la nasofaringe, se adhiere
a la mucosa y puede habitar en ella,
durante un tiempo determinado, sin
provocar enfermedad alguna (portador
asintomático), o dar lugar a una infección
de la vía aérea (enfermedad no
invasora). La forma clínica más
frecuente de enfermedad no invasora es la
otitis media aguda, aunque también pude
dar lugar a sinusitis, bronquitis y neumonía.
En ocasiones, cuando fallan los mecanismos
de defensa local, el germen pasa a la
sangre y da lugar a una bacteriemia.
Una vez en la sangre, el neumococo puede
permanecer en ella durante un tiempo
limitado sin provocar clínica
(bacteriemia oculta), o dar lugar a una
enfermedad grave (enfermedad invasora).
Existen factores que predisponen a padecer
enfermedad neumocócica invasora, tales
como la malnutrición, las
inmunodeficiencias (infección por HIV,
asplenia, anemia drepanocítica, déficit
del complemento, tratamientos
inmunosupresores), las enfermedades crónicas
(cardiopatías, nefropatías) y los
defectos anatómicos, congénitos o
secundarios a traumatismo craneoencefálico,
con fístula de líquido cefalorraquídeo
(1,2). Además, es preciso recordar que la
patogenicidad de S. pneumoniae radica
en su polisacárido capsular y que los antígenos
de esta naturaleza originan en el
organismo una respuesta inmune T-
independiente. Esta respuesta inmune no es
eficaz en menores de 2 años de edad,
debido a la «inmadurez» fisiológica de
su sistema inmunológico. Por este motivo,
todos los niños menores de 2 años son
una población en riesgo de padecer
enfermedad neumocócica invasora.
S. pneumoniae ocupa un lugar muy
importante en la patología infecciosa
pediátrica por su elevada prevalencia,
siendo el germen causante de la mayoría
de las infecciones respiratorias de origen
bacteriano en la infancia. En niños
menores de 2 años o si existe alguna
patología predisponente, puede dar lugar
a bacteriemia y enfermedades graves que
requieren la hospitalización del niño.
La neumonía invasora suele presentar
complicaciones, como derrame pleural,
empiema y/o bullas (figura 1), siendo
preciso el empleo de medidas terapéuticas
agresivas: toracocentesis, toracoscopia e,
incluso, toracotomía.
Figura 1. Rx. de
tórax. Empiema y bullas en paciente con
neumonía neumocócica invasora.
Otras formas de enfermedad neumocócica
invasora, que precisan ingreso
hospitalario y tratamiento antibiótico
por vía intravenosa, son: artritis,
osteomielitis, celulitis, endocarditis y
meningitis. Sin duda, la meningitis es la
forma clínica más grave, con una elevada
morbimortalidad mayor que la de otras
meningitis bacterianas. La incidencia de
meningitis neumocócica es variable, según
las distintas áreas geográficas, siendo
el germen más frecuente en EE.UU. (3). En
Europa ocupaba el tercer lugar, tras Neisseria
meningitidis y Haemophilus
influenzae b (4,5). En los últimos años,
el uso generalizado de nuevas vacunas
conjugadas de alta eficacia frente a N.
meningitidis C y H. influenzae b
ha cambiado este orden de incidencias y
actualmente S. pneumoniae ocupa el
segundo lugar, tras N. meningitidis B
(6-8). Las tasas anuales de incidencia de
meningitis neumocócica en España oscilan
entre 7 y 15 casos por 100.000 niños
menores de 2 años, según las diferentes
zonas geográficas (9). No existe una
clara incidencia estacional en nuestro
medio, ya que se presenta con similar
frecuencia tanto en meses fríos como en
meses cálidos.
El mayor porcentaje de casos (65%) ocurre
en los 2 primeros años de la vida (figura
2), con un predominio del sexo masculino
en una proporción 2:1 (7,9).
Figura 2. Gráfico
de edad. Número de casos por grupos de
edad, en tantos por ciento (7).
La mayoría de los niños mayores de 2
años que sufren enfermedad neumocócica
invasora presentan alguna patología
predisponente para padecer la enfermedad.
La clínica de la meningitis neumocócica
en los menores de 2 años suele ser
inespecífica, no observándose de forma
habitual la triada clásica: fiebre, vómitos
y cefaleas. Son más frecuentes otros síntomas
y signos clínicos: afectación del estado
general y del nivel de conciencia,
irritabilidad, hipertonía, rechazo del
alimento, etc. y con frecuencia los signos
meníngeos no son positivos en esa edad
(7,10). Por ello es fundamental sospechar
la enfermedad ante estos síntomas y
signos clínicos inespecíficos e iniciar
el tratamiento precozmente, ya que la
meningitis neumocócica tiene una alta
morbimortalidad y la precocidad de la
terapia antimicrobiana específica
disminuye el número de células
inflamatorias y las unidades formadoras de
colonias de neumococos (11). Son
frecuentes las complicaciones en el
transcurso de la enfermedad.
Suelen presentar episodios convulsivos
en mayor porcentaje que otras meningitis
bacterianas (7,10). Además, es habitual
la aparición de complicaciones que
requieren intervenciones neuroquirúrgicas,
como hidrocefalia (figura 3), higroma
subdural y absceso cerebral.
Figura 3. TAC de
cráneo. Izquierda, hidrocefalia
masiva en niño afectado de meningitis
neumocócica. Derecha, hidrocefalia
tabicada en lactante con meningitis neumocócica.
Las secuelas neurológicas son también
más habituales que en meningitis de otra
etiología.
S. pneumoniae es el germen que con
mayor frecuencia produce sordera
neurosensorial (12). Otras secuelas neurológicas
que pueden observarse son: retraso
psicomotor, hidrocefalia, epilepsia, déficits
motores, de la marcha y de la coordinación,
trastornos del lenguaje, de la conducta,
del aprendizaje, etc. En los países
desarrollados las secuelas neurológicas
llegan hasta el 57% de los casos (12-14) y
la mortalidad también es mayor que en
otras meningitis bacterianas: en nuestro
medio oscila entre el 4% y el 14%
(7,8,10).
Desde que en 1967 se describieron las
primeras cepas de neumococo resistente a
penicilina (15), han ido apareciendo
nuevas resistencias, siendo España uno de
los países con más alta prevalencia de
neumococos resistentes (16). En los últimos
años, la aparición de cepas resistentes
a las cefalosporinas de tercera generación
ha planteado un importante problema terapéutico.
Por este motivo, el tratamiento empírico
inicial debe asociar cefotaxima y
vancomicina en aquellas áreas geográficas
con cepas resistentes a antibióticos
betalactámicos (17,18). Esta asociación
de antimicrobianos presenta además un
efecto sinérgico, muy beneficioso para
combatir la enfermedad (19). A pesar del
empleo de estos antimicrobianos y de que
se ha demostrado que el tratamiento con
corticoides sistémicos disminuye la
incidencia de secuelas y la mortalidad
(20), la meningitis neumocócica sigue
teniendo una alta morbi-mortalidad que
justifica el ingreso prolongado de los
pacientes (7,8,21) y ocasiona un mayor
gasto sanitario. Todas estas
circunstancias hacen que la enfermedad
invasora neumocócica suponga un elevado
coste emocional para las familias que la
padecen y un alto costo económico para la
sociedad, por lo que adquiere mayor
importancia el uso de medidas de prevención
de la enfermedad.
El desarrollo de nuevas vacunas conjugadas
frente a S. pneumoniae supone un
importante avance en la prevención de la
enfermedad neumocócica, ya que la
anterior vacuna de polisacárido, al
inducir una respuesta inmune
T-independiente, no es eficaz en menores
de 2 años, grupo de edad en mayor riesgo
de padecer la enfermedad. Las vacunas
conjugadas, al unir el polisacárido
capsular del neumococo con una proteína
transportadora, inducen una potente
respuesta inmune T-dependiente, eficaz
desde los 2 meses de edad, reforzable
mediante la revacunación y con
anticuerpos de tipo IgG de larga duración
y específicos frente al polisacárido
neumocócico. Actualmente disponemos de
una vacuna conjugada anti- neumocócica
heptavalente, que incluye 7 serotipos de S.
pneumoniae: 4, 6B, 9V, 14, 18C, 19F y
23F. La protección inducida por la vacuna
depende de la concentración de
anticuerpos séricos específicos. La
concentración mínima de anticuerpos
después de la serie primaria asociada con
protección frente a la enfermedad
invasora es de 0.15 a 0.5 µg/ml.
Diversos estudios han demostrado títulos
de anticuerpos específicos iguales o
superiores a 0.15 µg/ml después de la
serie primaria de vacunación en el 92% al
99% de los niños vacunados, y
concentraciones superiores a 1 µg/ml tras
la dosis de recuerdo en el 100% de los
vacunados (22,23). Las vacunas conjugadas
inducen también la síntesis de
anticuerpos de tipo IgA, implicados en la
inmunidad de las mucosas, que tienen un
papel muy importante en la transmisión de
la enfermedad al evitar la colonización
nasofaríngea. Se ha demostrado una
reducción en la colonización nasofaríngea
por serotipos incluidos en las vacunas
conjugadas antineumocócicas (24,25). Este
hecho contribuye a disminuir el estado de
portador nasofaríngeo y por tanto reduce
la transmisión y propagación de la
enfermedad. Aunque sólo contiene 7
serotipos, la cobertura de la vacuna
heptavalente es muy amplia. En España, el
83% de las enfermedades invasoras en niños
menores de 2 años están producidas por
los serotipos incluidos en la vacuna (26).
En el grupo de edad entre 2 y 5 años la
cobertura vacunal es del 65%, ya que en
este grupo de edad tienen más incidencia
los serotipos 1 y 5, no incluidos en la
vacuna. La futura comercialización de las
vacunas 9 y 11-valentes aumentará esta
cobertura hasta el 90% de los serotipos
causantes de enfermedad invasora en todos
los grupos de edad.
La vacuna conjugada heptavalente ha
demostrado ser segura y muy eficaz en la
prevención de enfermedad invasora neumocócica
(22). Se recomienda iniciar la vacunación
a los 2 meses de vida, dado que los
menores de 6 meses son la población en
mayor riesgo de padecer la enfermedad
(figura 2). La Academia Americana de
Pediatría la incluye en el calendario
vacunal recomendado para los niños
norteamericanos desde enero de 2001 (27).
Todos estos datos justifican el uso
generalizado de las nuevas vacunas neumocócicas
conjugadas en todos los niños menores de
2 años y en niños mayores con alguna
patología predisponente.
En resumen, la enfermedad neumocócica
invasora es una enfermedad grave, que
suele afectar a niños menores de 2 años
y a niños mayores con patología
predisponente. La meningitis neumocócica
tiene mayor morbimortalidad que otras
meningitis bacterianas y está adquiriendo
mayor importancia en nuestro medio debido
a que el uso de vacunas conjugadas ha dado
lugar a una disminución en la incidencia
de otras meningitis bacterianas. El
tratamiento empírico inicial debe incluir
vancomicina, dada la existencia de cepas
resistentes a los antibióticos betalactámicos.
Estas circunstancias, junto al ingreso
prolongado de los pacientes, ocasionan un
mayor gasto sanitario y hacen que la
enfermedad invasora neumocócica suponga
un elevado costo socioeconómico, por lo
que adquiere mayor importancia el uso de
medidas de prevención de la enfermedad.
Actualmente, la gran cobertura, seguridad
y eficacia de las nuevas vacunas
conjugadas justifican su uso generalizado
en nuestra población infantil.
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LOS CENTROS DE ATENCION PRIMARIA Y LA LACTANCIA MATERNA. OPINIONES
Y CONOCIMIENTOS DEL PERSONAL SANITARIO.
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Columnista
Experto de SIIC
Dr. Carlos
Labordena Barceló
Médico
Pediatra, Equipo de Atención Primaria,
Centro de Salud Casalduch, Castellón, España
en colaboración con
Amalia Nacher Fernández, María José
Palomares Gimeno, Felicidad Sanantonio
Valdearcos, Guadalupe Palau Fuster (Pediatras
del Equipo de Atención Primaria), Isabel
Barreda Simó (Matrona de Atención
Primaria), Gema Agramunt Soler e
Inmaculada Fabregat Julve (Enfermeras de
Atención Primaria), del Area 02 de Castellón,
España
Otro trabajo publicado: «Los centros de
Atención Primaria y la lactancia materna»,
Anales Españoles de Pediatría 55(3):225-229,
2001
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Castellón,
España (especial para
SIIC)
Sería
necesario tener un protocolo básico relativo a la lactancia
materna y divulgarlo entre todo el personal sanitario de los
centros de salud, para corregir conocimientos erróneos
ampliamente extendidos.
RESUMEN
Objetivo: estudiar el estado de las actividades de
promoción, protección y apoyo a la lactancia materna en
los centros de atención primaria (AP) de nuestra área de
salud y el compromiso y conocimientos sobre la alimentación
al pecho de los responsables de dichos centros y de los
programas implicados en la promoción de la lactancia
natural. Asimismo, valorar los conocimientos básicos y las
opiniones sobre la lactancia materna existentes en el
personal sanitario de un centro de salud. Material y métodos:
se realiza un estudio transversal mediante encuesta
dirigida a los responsables de los centros y a los
responsables de enfermería, así como a los responsables de
los programas del niño y de la mujer embarazada. Igualmente
se pasa una encuesta remitida a todos los profesionales
sanitarios del área 02 de la Comunidad Valenciana. Resultados:
una encuesta se realizó entre responsables de centros y
programas (n = 80), y se recibieron respuestas en el 66.2%
de los casos. Se observa que en el 56.9% de los centros no
se dispone de programa o de protocolo de promoción y de
protección de la lactancia materna ni se busca la cooperación
con grupos de apoyo. Unicamente el 28.8% realiza actividades
de apoyo especial a las madres que presentan dificultades
con la lactancia. En cambio, el 80.4% tiene un adecuado
registro sobre incidencias de la lactancia. En el 74.5% de
los centros no se facilita formación específica sobre este
tema a los profesionales. Sólo en el 14.9% existen normas
para evitar la presencia visible de folletos, carteles o
muestras de leche de fórmula. En el 84.6% de los centros no
se dispone de un lugar para poder alimentar al pecho,
observar la lactancia y corregir los posibles problemas que
existan. Otra encuesta realizada entre personal sanitario (n
= 311) reveló que el 95% de los entrevistados está de
acuerdo con el hecho de que la lactancia materna es el mejor
alimento para los lactantes. Sin embargo, el 20% de los
encuestados aún piensa que la leche materna puede ser de
mala calidad, el 36 % opina que hay que educar a los recién
nacidos en un horario de alimentación, en contra de una
lactancia a demanda, y el 29% cree que las tetinas y los
chupetes relajan al bebé favoreciendo la lactancia materna.
Conclusiones: la mayoría de los centros de AP
consultados no realizan actividades programadas que
favorezcan la protección y la promoción de la lactancia
natural. Aún así las futuras madres reciben consejo sobre
aspectos de la lactancia materna en muchos centros. No se
busca, en general, la cooperación de grupos de apoyo mutuo
u otros recursos que pueden existir en la población.
Tampoco
se ha facilitado a los profesionales formación específica
sobre los aspectos relacionados con la lactancia materna. La
minoría de los centros de AP dispone de un lugar adecuado
donde las madres que lo deseen puedan amamantar y ser
observadas para modificar los aspectos que lo requieran. Se
desprende de los resultados que no se dan todos los apoyos
necesarios para poder amamantar con éxito en los centros de
AP, y que dichos centros tienen importantes carencias para
conseguir este objetivo. Del estudio de la encuesta que se
realiza al personal sanitario se concluye que sería
necesario tener un protocolo básico relativo a la lactancia
materna y divulgarlo entre todo el personal sanitario de los
centros de salud, para corregir conocimientos erróneos
ampliamente extendidos.
Palabras
clave: lactancia
materna, centros de atención primaria, actitud del personal
sanitario, organización sanitaria, conocimientos,
responsables sanitarios, cuestionario.
ABSTRACT
Objective: To study the state of promotional
activities, protection and support of breast-feeding in
primary care centers in our health area, as well as managers
of such centers commitment and their knowledge about
breast-feeding and of the programs involved in the promotion
of natural breast-feeding. At the same time we intended to
determine the common knowledge and opinions about
breast-feeding shown by medical staff in primary care
centers.
Material and Methods: A descriptive transversal
study was carried out through interviews directed to center
managers, nursing staff managers and managers of baby and
antenatal programs, a survey was also submitted to the
Health Service staff of Health District 02 (Comunidad
Valenciana, Spain).
Results: A total of 80 surveys directed to
the center and program managers were sent, from which 66.2%
of them were answered. It has been observed that 56.9% of
the centers included in the survey do not have a program or
a protocol for the promotion and protection of
breast-feeding. They also do not look for cooperation with
support groups. Only 28.8% of the centers surveyed carry out
activities that give special support to mothers who have
difficulties breast- feeding. On the other hand 80.4%
possess an adequate file about the breast- feeding
incidents. 74,5% of the centers do not give a specific
traininig about this subject to their professionals. Only
14.9% of the centers have rules to avoid the presence of
visible leaflets, posters or samples of formulated milk.
84.6% of the centers do not have a place where
breast-feeding can be carried out, observed and corrected in
the case of any possible problem. The survey submitted to
the Health Service staff found that 95% of the personnel
interviewed agree with the fact that breast milk is the best
food for babies. However 20% of the interviewed still think
that brest milk can be of bad quality, 36% of the
professionals interviewed think that mothers should educate
the new-born child into a feeding timetable instead of
feeding on request and 29% think that teats and pacifiers
calm and relax the baby, favouring breast-feeding.
Conclusions: The majority of the primary care
centers surveyed do not promote programmed activities that
favor the protection and promotion of natural
breast-feeding. Nevertheless, mothers-to-be give advice
about aspects of breast- feeding in many centers.
Cooperation with support groups or other resources that
might exist in the community are generally not sought. A
specific training about aspects related to breast-feeding is
not given to professionals. Only a minority of the centers
possess an adequate place where mothers can breast-feed if
they want to and where the process of breast-feeding can be
observed and modified in the aspects required. It is clear
from these results that all the support necessary for
successful brest-feeding is not given in primary health care
centers and that these centers are deficient; these facts
impede them from reaching this objective. From the study of
this survey submitted to Health Service staff we conclude
that it would be necessary to have a basic protocol program
concerning breast feeding which should be issued to everyone
involved in the health care system in order to correct
extended misconceptions.
Key words: Breast-feeding, primary care
centers, attitude of health personnel,
organizational-policy, knowledge, health staff ,
survey.
INTRODUCCIÓN
Un objetivo en la promoción de la salud infantil de las últimas
décadas ha sido el conseguir que el mayor número posible
de niños puedan ser alimentados a pecho por su madre,
manteniendo esta forma natural de alimentación hasta los 4
a 6 meses de modo exclusivo si es posible.1-4 El motivo de
esta recomendación es que la lactancia materna es la mejor
forma de nutrición en el primer año de vida.5,6
Muchos son los estudios que demuestran que los niños
amamantados presentan menor número de ingresos
hospitalarios, menor número de infecciones del tracto
respiratorio y de oído, menor incidencia de dermatítis atópica
y menor número procesos diarreicos.7 Sin
embargo, en una encuesta realizada en 1997 sobre alimentación
del lactante en la Comunidad Valenciana8
observamos que el 51% de los bebés recibió lactancia
materna exclusiva durante el primer mes de vida, el 38%
durante tres meses y sólo el 15% durante 5 meses. Otro
informe de expertos del comité de la lactancia materna de
la Asociación Española de Pediatría9 corrobora
que, en la provincia de Castellón, el tiempo medio de
lactancia materna exclusiva o mixta es de 3.4 meses. Estos
datos de prevalencia de la lactancia materna siguen la
tendencia que se observa a nivel mundial de abandono masivo
de la lactancia natural, durante el siglo XX; la tendencia
se inicio en los países con mayor potencial industrial y se
fue propagando progresivamente al resto de los países.10
Para ello es imprescindible que los participantes en el
cuidado de la madre y de su hijo sean capaces de transmitir
la conveniencia de la lactancia natural, facilitar su inicio
y su mantenimiento, ayudando a soslayar las frecuentes
dificultades que surgen, entre las cuales existen las
derivadas de la estructura y modo de funcionamiento de las
instituciones sanitarias.
Estas
acciones han sido recogidas en la iniciativa de los Diez
Pasos para una Lactancia Natural con Exito para los
hospitales, preconizada por la OMS/UNICEF,11 que
con mínimas adaptaciones se pueden adoptar desde la AP.12
Ya ha sido estudiado el impacto de los hábitos de las
maternidades en el inicio de la lactancia natural,13,14 así
como la actitud ante esta modalidad de alimentación que
tienen los profesionales de la AP.15,16 También
se ha observado la insuficiente formación en alimentación
al pecho proporcionada por las instituciones a sus
profesionales.15 En nuestro país hay pocos estudios sobre
las condiciones estructurales de los centros de AP y sobre
la actitud de los profesionales responsables de dichos
centros, del personal sanitario que trabaja en estos
establecimientos y de las actividades relacionadas con la
promoción la lactancia materna.17,18 Por los
datos obtenidos en otros países y por información anecdótica
suponemos que deben existir importantes carencias en estos
aspectos relativos a la promoción de la lactancia natural
en los centros de AP de nuestro entorno.17-19
Este estudio pretende analizar estos aspectos en el ámbito
de la AP de nuestra área de salud y conocer nuestra situación
respecto de la capacidad de realizar una eficaz promoción
de la alimentación al pecho.
MATERIAL
Y METODOS
Este estudio transversal toma los resultados de dos
encuestas realizadas en 29 centros de salud y consultorios
de AP del área de salud 02 de la Comunidad Valenciana. De
ellos, 5 son consultorios tradicionales, correspondientes a
la ciudad de Castellón y poblaciones cercanas.
La
primera encuesta estaba dirigida a coordinadores de los
centros de AP, responsables de enfermería y responsables de
los programas de salud del niño y de la mujer embarazada.
De los 80 encuestados se recibieron 53 (66.2%) respuestas.
Consistía en un cuestionario de 14 preguntas, con varias
opciones de respuesta. La encuesta era anónima y no
constaban tampoco los datos del tipo de profesional o lugar
de trabajo. Con el fin de facilitar la cumplimentación se
remitió y se recogió el cuestionario personalmente por algún
miembro del equipo investigador. Dado el pequeño tamaño de
la muestra, no se la estratificó, por lo que fue analizada
globalmente. Se realizó el análisis descriptivo con el
programa informático SPSS PC+, eliminando del análisis las
preguntas no contestadas o inválidas (2.8%). Las variables
fueron las referentes a disposición en el centro de AP de
actividades de promoción de la lactancia materna, recolección
de datos sobre dicho sistema de alimentación, evaluación
de la actividad, trabajo con la comunidad, conocimiento del
programa entre el personal del centro, actividades de
formación dirigidas a los profesionales, registro de estas
actividades y tipo de lactancia en el historial clínico,
apoyo a las madres con dificultades en lactancia natural,
normas de favorecer la lactancia artificial, existencia de
una primera visita de apoyo, si había en el centro un lugar
para amamantar cómodamente en la adecuada intimidad, con un
mobiliario mínimo, y si la lactancia era observada. En las
tablas 1, 2 y 3 se detallan las preguntas realizadas y las
respuestas.
La
segunda encuesta fue dirigida al personal sanitario del área
02 de la Comunidad Valenciana: médicos generales,
pediatras, diplomados en enfermería, matronas y auxiliares
de enfermería. Para ello se envió una carta de presentación
del «grupo de apoyo de lactancia materna de Castellón» a
24 equipos de atención primaria y 5 consultorios del área
02 de la Comunidad Valenciana, solicitando la colaboración
del personal sanitario. Fueron remitidos en total 311
formularios con las preguntas y recogidos personalmente por
miembros del grupo. Se recuperaron 264 cuestionarios, 85% de
las remitidos. Cada cuestionario contenía 22 preguntas
sencillas sobre lactancia materna. El mismo cuestionario se
distribuyó entre todos los sanitarios sin distinción del
grupo profesional. Cada pregunta tenía opción a sólo una
respuesta válida. El cuestionario fue cumplimentado de
manera voluntaria y totalmente anónima.
RESULTADOS
Primera encuesta dirigida a responsables de centros y
programas
El total de los cuestionarios distribuidos entre los
responsables de los centros y de los programas relacionados,
del niño y la embarazada, alcanzó a 80 y se recibieron 53
(66.2%) respuestas. El 2.8% no fue contestado o tuvo
respuesta inválida. Podemos analizar las preguntas de la
encuesta agrupándolas en tres apartados:
- Actividades
de promoción de la lactancia materna. Podemos ver que la mayoría de los centros (56.9%) no
dispone de programas o protocolos de protección,
promoción y apoyo de la lactancia materna. Tampoco se
evalúan las actividades de promoción que puedan
realizarse en el centro (27.5%). Igualmente, señalamos
el escaso apoyo (28.8%) que se otorga a las madres que
no han dado de mamar a hijos anteriores o han tenido
dificultades previas con la lactancia. Es de señalar
que en opinión del 68.6% de los encuestados se aconseja
a las futuras madres sobre nutrición y medicamentos
durante el embarazo y la lactancia, y el 86.5% contesta
que se da cita para una primera visita de control a
todas las madres y sus hijos. En el 84.6% de los centros
no había un lugar adecuado para poder amamantar. En la
tabla 1 se muestran los datos referentes a las
actividades de promoción de la lactancia materna.
- Registros
de las actividades de promoción de la lactancia
materna. Por lo que respecta a este ítem, el 80.4% de
los profesionales respondió que en la historia clínica
se consigna información sobre el inicio la lactancia a
pecho tras el parto, y su duración. No se preguntó
sobre registro de datos adicionales acerca de
dificultades de la lactancia. El 36.5% afirmó que se
asentaba en la historia si se hablaba sobre lactancia
materna con la embarazada; y el 88.5% dijo que se hace
constar en la historia clínica del niño la lactancia
recibida, características y duración, motivo de los
cambios, problemas surgidos y su manejo (tabla 2).
- Actividades
internas del equipo de atención primaria cuya finalidad
es la promoción de la lactancia materna. Se observa que según la opinión de los responsables de los
centros y de los programas, el 48.1% de los trabajadores
sanitarios son conscientes de la importancia y ventajas
de la alimentación a pecho y están al corriente del
programa o de las actividades de promoción y apoyo a la
alimentación mediante el pecho que se realizan en su
centro. En cambio, en el 74.5% de los centros no se ha
facilitado información especial sobre este tipo de
lactancia a su personal (tabla 3). Sólo en el 50% se
daba información escrita a las madres sobre la
lactancia. Es de destacar que únicamente en el 49%
existe la norma de no tener a la vista folletos,
carteles o muestras de leche de fórmula. Sólo en el
39.2% de los centros se busca cooperación con grupos de
apoyo mutuo o autoayuda, aunque no formen parte de un
programa protocolizado.
Segunda encuesta dirigida al personal sanitario
La encuesta remitida al personal sanitario ofrece los
siguientes resultados. La primera pregunta y fundamental se
refiere al tipo de alimentación que considera más completo
y adecuado para el lactante: el 95% del personal sanitario
respondió la leche materna, el 3.1% la leche adaptada y el
1.1% la lactancia mixta.
- Calidad
y composición de la leche materna (figura
1). La encuesta sorprende con un 20% del personal
sanitario que piensa todavía que hay leche materna de
mala calidad, un 80% piensa que la dieta de la madre
influye en la calidad de la leche y el 46% de los
entrevistados cree que una dieta laxante en la madre
altera las deposiciones del hijo. Como podemos observar,
estas creencias populares erróneas todavía están
ampliamente extendidas dentro de la cultura sanitaria.
Sin embargo, el 90% del personal entrevistado piensa
correctamente que la leche materna no tiene la misma
composición que la leche adaptada. Como respuesta a qué
tipo de leche es la más adecuada para el lactante
prematuro, el 80% opina que es la leche materna, pero el
13% no sabe qué responder a esta pregunta.
- Ventajas
e inconvenientes de la lactancia materna. Casi el 90% de los entrevistados piensa que la
lactancia materna es beneficiosa para ambos: madre e
hijo (figura 2). Sin embargo el 36.4% opina que para la
madre es más cómodo el biberón como ayuda o como
alimentación exclusiva (figura 3).
Destacamos
también que el 15% de personal sanitario piensa que la
lactancia materna impide el embarazo. Otras ventajas en que
coincide la gran mayoría del personal sanitario (90%) son
que el niño no puede deshidratarse tomando exclusivamente
leche materna sin líquidos adicionales, y que la lactancia
materna favorece la relación psicoemocional entre madre e
hijo. Asimismo, el 92% piensa que la lactancia materna
protege al niño frente a las infecciones (figura 4).
- Técnica
de amamantamiento. Se
ha publicado «Diez pasos hacia una feliz lactancia
natural», elaborado por OMS/UNICEF.10 Se transcriben
algunos:
- No
dar a los recién nacidos más que leche materna sin
ningún otro alimento o bebida a no ser que estén médicamente
indicados.
- Facilitar
la cohabitación de las madres y los niños durante
las 24 horas del día.
- Fomentar
la lactancia natural cada vez que se solicite.
- No
dar a los niños alimentados a pecho chupadores o
chupetes artificiales.
Este decálogo
ha sido ampliamente difundido pero se puede observar que un
número considerable de sanitarios no lo conoce. El 36% de
los entrevistados piensa que hay que educar a los recién
nacidos acostumbrándolos a un horario de alimentación en
contra de la lactancia a demanda. El 29% opina que los
chupetes y tetinas relajan al bebé favoreciendo la
lactancia materna frente el 56% que piensa que la dificulta
(figura 5).
Sobre
si es conveniente ofrecer solución glucosada o agua entre
tomas cuando el niño llora, el 18% de los sanitarios piensa
que sí y el 12% no sabe qué responder. Sobre si hay que
ofrecer un suplemento de leche adaptada a los niños que
parecen insatisfechos sin profundizar más en el tema, el
10% piensa que sí y el 8% no sabe. Es para destacar que el
33% de los sanitarios opina que el método de la «doble
pesada» es fiable para detectar un déficit de alimentación
y el 19% no sabe si es o no es fiable (figura 6).
4-Información
y medidas legales de apoyo a la madre (figura 7). El decálogo de los «Diez
pasos hacia una feliz
lactancia natural» de OMS/UNICEF11 también
dice:
Informar
a todas las embarazadas de los beneficios que ofrece
la lactancia natural y la forma de ponerla en práctica.
frente a esto, el 66% del personal sanitario opina que la madre
no tiene información suficiente para decidir el tipo de
lactancia para su hijo, el 68% piensa que las madres con
ansiedad frente a la lactancia no están bien informadas
y el 83% de los entrevistados coincide en que las
medidas legales de apoyo a la madre trabajadora no son
suficientes.
.
5- Actitudes
del Centro para promocionar la lactancia (figura 8). El 81% del personal sanitario está
dispuesto a aceptar cambios en su centro de salud para
favorecer la lactancia natural, y el 76% piensa que sería
interesante disponer de una sala de lactancia para
intentar resolver los problemas que se puedan presentar
durante el amamantamiento.
DISCUSION
Organismos internacionales, tales como la Academia Americana
de Pediatría (AAP) y la OMS,1-3,20 y expertos e
institucionales en nuestro país recomiendan la lactancia
materna exclusiva como la forma natural de la alimentación
del lactante en sus primeros meses de vida.4 En
estudios realizados en otros países14,15,19 y en
el ámbito hospitalario de nuestro entorno18 se han
observado, sin embargo, importantes problemas que dificultan
la puesta en práctica de estas recomendaciones. En efecto,
se ha objetivado una insuficiencia en la motivación y
conocimientos del tema entre los responsables de la atención
sanitaria que tienen a su cargo facilitar los medios
adecuados para la consecución de este objetivo, así como
carencias en las estructuras de los centros sanitarios que
se añaden a los impedimentos que existen para extender la
lactancia natural.
Existe además una obligación legal de las
administraciones públicas de promocionar la modalidad de
lactancia a pecho respecto de la utilización de leches de fórmula,
siempre que ello sea posible, recogido en el Real Decreto de
1992, publicado en el BOE en 1993.21 El análisis de las
encuestas que pudimos recoger nos muestra que la mayoría de
los centros de AP consultados no realizan actividades
programadas que favorezcan la protección, la promoción y
el apoyo a la lactancia natural. Aún así constatamos que
en dichos centros se efectúan actividades aisladas
tendientes a favorecer esta forma de alimentación.
Las futuras madres reciben consejo sobre sus necesidades
nutricionales y sobre el uso de medicamentos durante el
embarazo y la lactancia. Igualmente, se les facilita en
muchos centros información escrita sobre la lactancia. En
lo referente al registro de la información relacionada con
la lactancia materna, tenemos que en la mayoría de ellos
recogen datos sobre prevalencia y sus características e
incidencias en la alimentación del lactante. Del mismo modo
se da una cita a todas las madres y a sus hijos en los
primeros días de vida, en la cual se puede actuar sobre los
problemas que surgen en estas etapas tempranas.
Desafortunadamente no se busca, en general, la cooperación
de otros profesionales sanitarios ni de grupos de apoyo
mutuo u otros recursos presentes en la población, que en
otros campos de la salud han sido de gran utilidad.22-24
Tampoco se ha facilitado a los profesionales del centro
formación específica sobre los aspectos relacionados con
la lactancia natural. La opinión de los responsables
sanitarios es que una parte importante (30.8%) de los
profesionales del centro no parece tener motivación para el
apoyo de la lactancia materna, y que sólo el 15.7% piensa
que se da formación suficiente en los aspectos de promoción
y protección de la alimentación a pecho que pueda cambiar
esta preocupante situación.
En muchos centros no existen normas sobre la presencia a la
vista de folletos, carteles o leche de fórmula. Sólo una
minoría dispone de un lugar adecuado para que amamanten las
madres que lo deseen (un espacio que respete la intimidad,
sea tranquilo y con un mobiliario mínimo adecuado, mesa y
silla) y donde se pueda observar la lactancia y modificar
los aspectos que lo requieran.
En el presente estudio hemos observado que se confirman los
datos obtenidos en el ámbito de la AP en otros países y en
el medio hospitalario en nuestro país.14-16,18,19
Vemos así que el objetivo de extender la lactancia materna
y favorecer su duración no recibe todos los apoyos
necesarios. Esa es la impresión de los responsables de los
centros sanitarios de la AP así como de los responsables de
los programas relacionados con la promoción de la lactancia
natural, como pueden ser los referentes al niño, enfermería
o la embarazada en nuestra área de salud. En otros estudios
el pediatra es la persona implicada con mayor frecuencia en
la decisión de abandonar la lactancia materna (54.2% de las
ocasiones),25 aunque es también el profesional más
influyente en el posparto para favorecer la alimentación a
pecho.26 Igualmente, el equipo de atención
primaria y el hospital (especialmente los pediatras) son un
factor fundamental en el mantenimiento de la lactancia
materna.27 En otro estudio se muestra el papel
importante (en el 82%) de la visita domiciliaria de la
enfermera o matrona.14 Por ello, los responsables
de estas áreas tienen un campo de actuación para conseguir
de todos los profesionales una actitud más positiva ante la
lactancia natural. Asimismo pueden modificar las condiciones
de trabajo de modo que sea posible dedicar más recursos a
la consecución del objetivo de amamantar con éxito y
vencer las deficiencias organizativas de los centros que no
permiten dedicar todo el esfuerzo requerido para el fomento
de esta modalidad de alimentación. También deben disponer
más tiempo de atención, más formación de los
profesionales responsables de atender al niño y a la madre,
más eficiente utilización de los profesionales del área y
habilitación de espacios adecuados en los que se pueda
observar e intervenir sobre la lactancia. Estos directivos
tienen también la responsabilidad de organizar campañas
entre la población para lograr actuar incluso antes del
parto, momento en el que se puede influir más en la decisión
de amamantar.22 En la segunda encuesta se
observa, respecto de los conocimientos del personal
sanitario, que la gran mayoría de estos profesionales cree
que la leche materna es el mejor alimento para el lactante.
Sin embargo, hay todavía un número considerable de
profesionales que piensa equivocadamente que hay leche
materna de mala calidad y que la dieta de la madre puede
alterar la calidad de la leche.
También se coincide en las numerosas ventajas que ofrece
la lactancia materna (favorece la relación psicoemocional
entre madre e hijo, protege frente a infecciones y evita
posibles deshidrataciones); pero algunos piensan que el
biberón puede ser más cómodo para la madre, y un pequeño
porcentaje cree erróneamente que la lactancia materna
impide el embarazo de un modo eficaz.
Probablemente no se han divulgado suficientemente los «Diez
pasos para una feliz lactancia natural» (de la OMS/UNICEF)
en los centros de salud. Sobre cuestiones técnicas aquí
descriptas todavía hay conocimientos erróneos, suponemos
que trasmitidos por tradición popular incluso al personal
sanitario, tales como el uso habitual de chupetes, el
horario fijo de alimentación, el ofrecer líquidos entre
tomas… Creemos que es interesante disponer por escrito de
protocolos básicos en atención primaria relativos a la
lactancia materna, que se divulguen a todo el personal
sanitario para contribuir de manera consensuada a la promoción
de la lactancia natural desde los centros de salud.
Programas elaborados puntualmente con este motivo ya han
demostrado con éxito un aumento de las tasas de
amamantamiento.28,29 No debemos olvidar la
existencia de otros recursos en la población, entre los que
se destacan por su importancia los grupos de apoyo que van
surgiendo, como ya ha sido recomendado por la AAP,3
y que nos ayudarán a conseguir aumentar la lactancia
materna y prolongar su duración en los próximos años.10
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|
LA EXPOSICION AL RUIDO AFECTA LA SALUD MENTAL DE LOS
NIÑOS |
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|
Dr.
Peter Lercher
Profesor Adjunto. Instituto de Higiene y
Medicina Social. Universidad de Innsbruck.
Miembro de la International Commission on
the Biological Effects of Noise, Team 3.
Ultimo trabajo publicado: Ambient
neighborhood noise and children’s mental
health, Occupational and Environmental
Medicine 59:380-386, 2002 – SIIC]
|
|
Innsbruck,
Austria (especial para
SIIC)
La
exposición a ruidos ambientales se
asocia con alteraciones en el
desempeño escolar, informó el doctor
Peter Lercher. El experto
manifestó, en un diálogo con SIIC,
que “los efectos más
importantes sobre la salud mental se
verifican en niños nacidos con bajo
peso o prematuramente” .
El doctor Lercher dirige uno
de los grupos de trabajo de la
International Commission on the
Biological Effects of Noise, abocado
al estudio de los efectos no
auditivos de la exposición a los
sonidos fuertes. En su última
investigación, el experto evaluó
la relación entre la exposición crónica
al ruido ambiental y la salud mental
de los niños en edad escolar.
Para ello, evaluó a un grupo de
escolares. En cada caso, el nivel de
exposición a los ruidos en el hogar
se relacionó con dos índices: uno
que describía la percepción del niño
sobre su salud mental, y uno que
consideraba la evaluación de su
maestro sobre el desempeño en el
aula.
Los resultados, según el doctor
Lercher, indicaron que el ruido
afecta significativamente la salud
mental de los niños. Los resultados
fueron más marcados al considerar a
los que habían nacido
prematuramente, o con bajo peso. El
especialista, que publicó numerosos
trabajos en revistas como
International Archives of
Occupational and Environmental
Health y European Respiratory
Journal, explicó estas conclusiones
a SIIC.
SIIC: Doctor Lercher, ¿cuáles
son las principales fuentes de ruido
ambiental, a las cuales puede estar
expuesto un niño?
Dr. Peter Lercher: Las
exposiciones agudas a ruidos surgen
de varias fuentes (teléfonos de
juguete, otros juguetes que emiten
sonidos, armas de juguete, petardos,
reproductores personales de música);
todas estas fuentes son tema de
preocupación en lo que atañe a los
efectos agudos y crónicos sobre la
audición de los niños.
El ruido del tránsito vehicular
es la fuente más importante de
exposición a los ruidos, en lo que
concierne a los efectos sobre la
salud diferentes de los auditivos.
El ruido de las rutas es el más
prevalente. En general, en la región
europea de la OMS, aproximadamente
el veinte por ciento de la población
está expuesta a niveles de ruido
superiores a los 65 decibeles. El
ruido de los aviones y de los trenes
contribuye con un cinco por ciento
adicional de exposición a esos
niveles.
Estos porcentajes pueden variar
significativamente de una región a
otra. Cerca de los grandes
aeropuertos, el ruido de los aviones
puede ser el dominante, y en la
mayor parte de los casos, es una
combinación de las fuentes la que
tiene un impacto sobre los niños.
SIIC: ¿Cómo se
seleccionaron y reunieron las dos
muestras analizadas?
P.L.: El grupo poblacional
estudiado se obtuvo a partir de un
muestreo de un área geográfica
definida previamente, el cual incluyó
a todos los niños de tercer y
cuarto grado, luego de que se les
enviara a sus padres una carta y el
estudio fuese aprobado por las
autoridades escolares locales.
La muestra incluyó a 1 280 niños,
el 79% de ellos participó del
trabajo.
Con la ayuda de un sistema de
información geográfica, luego de
tres meses, extrajimos al azar una
nueva muestra estratificada en dos
pasos, de niños de cuarto grado
ubicados en los extremos de la
distribución obtenida de exposición
(menos de 50 decibeles y más de
60), y con cuatro niveles de educación
de la madre. Esta muestra incluyó a
125 niños, con una participación
del 65%.
SIIC: ¿Cómo se determinó
el nivel de exposición al ruido
ambiental en cada caso?
P.L.: El nivel de exposición al
ruido se evaluó en un procedimiento
de dos etapas. En primer lugar, con
un modelo (denominado Soundplan) de
las tres fuentes principales
(autopistas, vías, calles
principales de la localidad) de
acuerdo con las guías de
procedimiento austríacas, en el
sistema de información geográfica.
En un segundo paso, se aplicaron
correcciones al modelo, resultantes
de un cuidadoso estudio de calibración
basado en 31 puntos de medida del
sonido, con lecturas diurnas y
nocturnas. Los niveles de ruido
diurnos y nocturnos corregidos
fueron luego vinculados
individualmente mediante el sistema
de información geográfica con el
hogar del niño participante.
SIIC: ¿Cómo se evaluó el
estado de salud mental informado por
los propios niños? ¿Qué validez
tiene esta medida?
P.L.: La salud mental percibida
por cada niño fue evaluada mediante
una escala de 22 puntos, que se formó
a partir de dos subescalas del KINDL
y cuatro ítems de una escala para
las alteraciones del sueño. El análisis
de la intercorrelación de las tres
escalas reveló la posibilidad de
combinar todas ellas, lo cual llevó
a un índice internamente
consistente de salud mental (con un
valor de alfa de Cronbach de 0.87).
La escala KINDL es un instrumento
genérico y modular confiable y válido,
para evaluar la calidad de vida
relacionada con la salud en los niños,
y ahora está disponible en una
versión corta (de 12 ítems), para
varios grupos etarios y traducida a
varios idiomas.
SIIC: ¿Cómo definiría la
“adaptación al aula”, y cómo
la afecta la exposición al ruido?
P.L.: La “adaptación al
aula” es el resultado general de
la evaluación del maestro de las
funciones del niño en la escuela, a
partir de una escala de once
variables dicotómicas (sí o no),
que tiene una confiabilidad
razonable (alfa de Cronbach de
0.80).
Originalmente, el doctor
Needleman utilizó esta escala para
medir los efectos inducidos por el
plomo en el comportamiento de los niños.
La escala cubre varios índices del
comportamiento (distracción,
hiperactividad), cognitivos
(organización, capacidad para
trabajar de manera independiente),
motivacionales (persistencia,
frustración rápida) y emocionales
(impulsividad, irritación).
En nuestro estudio, la exposición
al ruido se asoció de manera
dependiente de la dosis con la
escala de “adaptación al aula”:
cuanto mayor era la exposición en
el hogar, peor era el desempeño y
el comportamiento en clase. Los
efectos ajustados del ruido fueron
significativos; sin embargo, en
general menores que los efectos
sobre la escala KINDL.
SIIC: ¿Cuál es la
importancia de estos hallazgos para
la salud pública?
P.L.: En primer lugar, nuestro
estudio apoya la hipótesis de que
la exposición crónica a los ruidos
tiene efectos sutiles sobre la salud
mental de los niños. Las evidencias
de las investigaciones previas sobre
este tema han sido poco
coincidentes. Tiene especial
importancia el hecho de que los
efectos más grandes sobre la salud
mental se verifican en niños
nacidos con bajo peso o
prematuramente. Por lo tanto, parece
que hay niños que tiene un riesgo
mayor, lo cual no ha sido
suficientemente considerado en
estudios anteriores.
En segundo lugar, los efectos
fueron observados a niveles típicos
de la comunidad, a los cuales la
mayoría de la población europea
(el 55%) está expuesta.
Sin embargo, debemos ser cautos
al generalizar estos resultados. El
entorno geográfico específico de
un valle alpino, con la propagación
de los sonidos por las laderas con
niveles bajos de ruido de fondo,
podría crear un contraste de
exposición que es único para estas
características topográficas, y
los resultados no pueden
transferirse fácilmente a zonas
llanas o a las ciudades que están
en un desfiladero.
SIIC: ¿Cómo debería
considerarse este factor en la
evaluación de un niño con
problemas de conducta?
P.L.: Dados que los posibles
efectos del ruido pueden variar en
los niños debido a sus características
genéticas, sus susceptibilidades
adquiridas, su entorno hogareño y
su apoyo educativo, es necesaria la
evaluación detallada del problema
de conducta y del contexto social y
del entorno en el cual ocurre.
De ninguna forma es una pérdida
de tiempo considerar que el ruido es
una fuente potencial de
interferencia en las actividades
diarias, y el niño debería poder
tener un cuarto silencioso para
dormir y para realizar sus tareas
escolares. Todos los niños pueden
beneficiarse con un mejor entorno,
que fomente el desarrollo de sus
capacidades lingüísticas y que no
dificulte la comunicación, no
reduzca su motivación y no induzca
distracciones cuando se debe
desarrollar una tarea. El ruido actúa
como un factor estresante, y la
adaptación a un entorno perturbado
resta energías que pueden ser
necesarias para enfrentar los desafíos
de las tareas de todos los días.
Las observaciones del doctor
Lercher muestran que los niños
expuestos a niveles elevados de
ruido ambiental tienen dificultades
en su desempeño escolar, y ven
alterada su salud mental. Este hecho
debería tenerse en cuenta, a fin de
mejorar la calidad de vida de los
pequeños.
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|
|
EVALUAN LAS CONSECUENCIAS DEL SOBREPESO INFANTIL
SOBRE LA SALUD EN LA VIDA ADULTA
|
Dra.
Charlotte M. Wright
Profesora y Consultora en Salud Infantil
Comunitaria, Glasgow University.
Ultimo trabajo publicado: Implications of
childhood obesity for adult health: findings
from thousand families cohort study,
British Medical Journal 323:1280-1284, 2001.
|
|
Glasgow,
Reino Unido (especial
para SIIC)
En una
entrevista concedida el doctor
Mauro Fisberg, la doctora
Charlotte Wright presentó los
resultados de su estudio sobre la
relación entre la obesidad infantil
y la registrada en la vida adulta.
El doctor Mauro Fisberg es
Jefe del Servicio de Adolescencia de
la Universidade Federal de São
Paulo, Director del Centro de
Investigaciones Aplicadas a la Salud
de la Universidade São Marcos, en
Brasil, y Columnista Experto de SIIC.
Es coautor del trabajo “Influencia
da ingestão alimentar nos niveis de
zinco e cobre plasmãticos e
superoxido-dismutase eritrocitaria
em crianças fenilcetonúricas”
(http://www.siicsalud.com/dato/dat018/00718005a.htm).
La doctora Wright demostró,
en una investigación reciente, que
no existe una relación directa
entre la obesidad en la niñez y la
registrada en la vida adulta. De
acuerdo con su trabajo, solamente el
sobrepeso en la pubertad predice el
riesgo posterior.
El estudio se realizó entre más
de 900 miembros de una cohorte
nacida en 1947, que fue evaluada
periódicamente hasta los 50 años.
Según explicó la doctora Wright,
el índice de masa corporal a los 9
años se correlacionó de manera
significativa con el mismo parámetro
a los 50 años, pero no con el
porcentaje de masa grasa. Los
participantes que habían sido
delgados durante la niñez no
presentaron un riesgo menor de ser
adultos obesos.
La doctora Wright explicó
estos conceptos en su diálogo con SIIC.
La experta es autora de numerosos
trabajos científicos, publicados en
revistas como Archives of Disease in
Childhood, British Medical Journal y
The Lancet.
SIIC: Doctora Wright, ¿cuáles
fueron los hallazgos de los estudios
previos sobre la relación entre la
obesidad infantil y la salud en la
etapa adulta?
Dra. Charlotte Wright: Nosotros
encontramos dos estudios previos
similares al nuestro, que examinaban
las consecuencias del sobrepeso
infantil para la salud del adulto.
Un estudio halló tasas más
elevadas de síndrome metabólico en
los adultos que habían padecido
sobrepeso en la niñez1, pero otro,
con una muestra mucho mayor, no
encontró un riesgo en exceso entre
los adultos dado por el hecho de
haber sido obesos cuando niños2.
Los estudios de mortalidad3-5,
6-8 han mostrado en general un
aumento en el riesgo de muerte
prematura en las personas con mucho
sobrepeso durante la adolescencia,
pero el número absoluto de muertes
estudiadas fue pequeño. Los dos
estudios con poblaciones mayores5,3
también mostraron una mortalidad más
elevada entre los sujetos con peso
menor.
SIIC: ¿Cómo se examinó a
los participantes durante la niñez?
C.W.: Los niños fueron medidos
en forma rutinaria en las escuelas,
por las enfermeras de las mismas,
como parte de las actividades
normales de vigilancia, y estas
medidas fueron transmitidas al
equipo de investigadores.
SIIC: ¿Cómo explica el
hecho de que la obesidad a la edad
de 13 años fuese predictora de la
obesidad adulta?
C.W.: Es un hecho conocido que la
obesidad en la adolescencia se
continúa más en la edad adulta que
cuando ocurre más temprano, en la
niñez. La idea que intentábamos
discutir en nuestro trabajo es la de
que mientras la contextura (el tamaño
y forma de la masa muscular y ósea)
parece trasladarse de la niñez a la
edad adulta, la obesidad (la
cantidad elevada de tejido adiposo)
no lo hace.
SIIC: Ustedes informaron
que los participantes que eran más
delgados durante la niñez tenían
el mayor riesgo de ser adultos
obesos. ¿Cómo explica esto?
C.W.: No, nosotros no sugerimos
esa idea. Lo que mostramos nosotros
es que aquellos individuos que eran
más delgados en la niñez y que
posteriormente se transformaban en
adultos con sobrepeso sufrían un
mayor riesgo relacionado con la
obesidad.
SIIC: Las tasas de obesidad
en niños y adultos son más
elevadas en los países que destinan
más fondos a los proyectos
educativos y programas contra la
obesidad, como los Estados Unidos.
En los países latinoamericanos,
donde la dieta norteamericana está
cobrando popularidad, la incidencia
de la obesidad está en aumento. ¿Cómo
podría revertirse esta tendencia?
C.W.: Las tasas de incidencia de
la obesidad aumentan en forma
consistente a medida que los países
se transforman en más ricos e
industrializados. Esto parece ser
resultado principalmente de la
disminución de los niveles de
actividad física, con un consumo de
energía que no se reduce en una
medida similar.
En los niños, la aproximación más
promisoria es la limitación de las
actividades sedentarias, como mirar
televisión y usar la computadora.
En los adultos, la promoción de la
ingesta de dietas con bajo contenido
de grasas y mayor cantidad de energía
es más realista, y es más probable
que tenga éxito.
SIIC: ¿Cuál es el mejor método
para la evaluación de la obesidad
en los niños? ¿Es importante aún
la relación entre el peso y la
altura, con la introducción de las
nuevas tablas del NCHS? ¿Cómo
puede un médico explicar la
variabilidad de la relación entre
el índice de masa corporal y la
edad a un paciente y a su familia?
C.W.: Las tablas de índice de
masa corporal son extremadamente útiles
y necesarias, y actualmente están
bien estandarizadas. El índice de
masa corporal varía mucho con la
edad. Yo habitualmente explico que
los niños se estilizan desde los años
de la infancia hasta justo antes de
la pubertad, cuando son más
delgados, con un gran y a menudo rápido
aumento durante la pubertad. Estos
cambios rápidos son los que hacen más
difícil predecir si un niño
rollizo será un adolescente con
sobrepeso, o por el contrario, se
estilizará.
El índice de masa corporal también
es muy útil para controlar a los niños
a lo largo del tiempo, ya que un niño
que se está estilizando podría
aumentar su peso, mientras en
realidad su índice de masa corporal
se reduce.
SIIC: ¿Considera que es
necesario tener tablas de índice de
masa corporal de acuerdo con la
madurez sexual o los estadíos de
Tanner para la adolescencia?
C.W.: No creo que esto sea
posible. Los datos estandarizados
que se necesitarían para construir
tablas de este tipo no han sido
obtenidos hasta el momento, de
acuerdo con mis conocimientos, y
recolectarlos sería muy difícil y
costoso. Además, la mayoría de los
médicos determina en forma
imprecisa el estadío puberal, lo
cual haría poco confiables a estas
tablas.
Las observaciones de la
doctora Wright confirman que la
relación entre el sobrepeso y la
obesidad en la niñez y adolescencia
y las registradas en la vida adulta
es compleja, y no puede predecirse
con certeza.
Referencias:
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BMJ 1999; 318: 427-431
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Trabajos Distinguidos, Serie Pediatría, integra
el Programa SIIC de Educación Médica Continuada
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