La parotiditis, aunque raramente es fatal, puede causar considerable morbilidad y tiene
el potencial de causar gran efecto económico a la sociedad. Las complicaciones de la parotiditis
incluyen orquitis, que es un factor de riesgo para el cáncer testicular que ocurre en el 25% al
50% de la población masculina pospuberal, y un amplio espectro de trastornos neurológicos.
Estos últimos incluyen la meningitis aséptica (hasta 15% de los casos) y la sordera (en 4%), que
puede ser permanente. De forma aun más grave, la parotiditis se asocia con encefalitis, lo que es
muy infrecuente (0.02% a 0.3% de los casos) pero que puede llevar a la incapacidad o la muerte.
La infección por parotiditis también puede llevar a abortos espontáneos en hasta el 25% de las
mujeres que contraen la enfermedad en el primer trimestre del embarazo.1,2 Por
ello es esencial que se mantenga una cobertura óptima mediante la vacunación.
Para optimizar la cobertura ofrecida por la vacunación, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) recomienda que se vacune contra la parotiditis al mismo tiempo que se lo hace para
sarampión y rubéola por medio de una vacuna combinada contra estas tres enfermedades (vacuna
triple viral, MMR). La OMS también recomienda que los programas de eliminación deberían
constar de por lo menos 2 dosis en países donde la cobertura con la primera dosis es insuficiente
(< 95%).2 Para aumentar esta cobertura en la segunda dosis, Suiza, Austria y
Alemania han modificado recientemente sus esquemas de vacunación con MMR de tal forma
que la segunda dosis se otorga como máximo el primer mes luego de la primera, en vez de a los
4 a 6 años de edad.3-5
Todas las vacunas disponibles en el mercado incorporan cepas de virus vivos atenuados y por lo
tanto se pueden asociar con bajas tasas de efectos adversos. Los archivos de vigilancia sugieren
que las vacunas que contienen cierta cepa del virus de parotiditis causan tasas más altas de
meningitis aséptica que otras, y la OMS recomienda tomar esto en cuenta cuando se selecciona
una vacuna específica.2 Para las vacunas que contienen la cepa Urabe se
publicaron tasas de incidencia de meningitis aséptica con un margen entre 0.8 a 15 casos por
100 000 dosis administradas, aunque en Japón también se informaron tasas tan altas como de 32
a 166 casos por 100 000 dosis.6-12 En contraste, nunca se asoció claramente la
meningitis aséptica con la cepa Jeryl Lynn de parotiditis. Las tasas de incidencia informadas
estuvieron dentro del marco de los 0.05 a 1.0 casos cada 100 000 dosis.13-15 La
ausencia de casos asociados en el Reino Unido llevó a las autoridades sanitarias nacionales a
utilizar exclusivamente vacunas que contenían la cepa Jeryl Lynn en ese país.8 Es
de notar que, aunque en algunos países se encuentran a disposición vacunas que contienen la
cepa Rubini del virus de la parotiditis, la OMS no la recomienda debido a su baja efectividad
contra la infección.2
Para establecer una provisión alternativa de la ya efectiva vacuna M-M-R II, GlaxoSmithKline
Biologicals lanzó al mercado Priorix, que contiene la cepa RIT 4385 de parotiditis, un clon puro
del virus dominante de los dos virus de la cepa Jeryl Lynn.16 Anteriormente se
demostró que Priorix induce la respuesta inmune en contra de cada uno de los tres componentes
de manera similar a la vacuna M-M-R II.17 Para confirmar la persistencia de la
inmunogenicidad de Priorix contra los virus de parotiditis se realizó un seguimiento a lo largo de
un año del estudio anterior, en el cual se valoró la actividad neutralizante contra una cepa salvaje
de parotiditis y la persistencia de su actividad en comparación con la vacuna M-M-R
II.18
En ese estudio de seguimiento, se les extrajo a 62 niños lituanos de entre 12 y 24 meses de edad
previamente vacunados con una de las dos vacunas, Priorix o M-M-R II, una muestra de sangre
aproximadamente 18.5 meses luego de la vacunación para determinar la persistencia de los
anticuerpos.18 Estos se determinaron utilizando el método de
enzimoinmunoanálisis (ELISA) con un punto de corte de 231 U/ml. La actividad neutralizante se
midió usando la técnica de reducción de placas. El título de anticuerpos neutralizantes se definió
como el correspondiente a la dilución del suero que producía disminución del 50% en el número
de placas virales. La dilución 1/64 se utilizó como el punto de corte.
Dos meses luego de la vacunación no se encontraron diferencias en las tasas de seroconversión
entre los grupos de Priorix y de M-M-R II cuando se los analizó con ELISA (86% contra 93%;
respectivamente, p = 0.237) o con el ensayo de neutralización (94% contra 87%; p = 0.492). La
seropositividad también fue similar entre los grupos a los 18.5 meses de vacunación respecto de
los títulos de anticuerpos medidos por ELISA (80% contra 81%; p = 0.257) y por la actividad
neutralizante (94% contra 96%; p = 0.094).
Como resultado de este estudio se concluyó que Priorix y M-M-R II eran equivalentes en función
de la protección contra los virus de parotiditis en el período de 18 meses.
Como Priorix contiene la cepa RIT 4385 de parotiditis que es un clon del virus dominante de uno
de dos virus de la cepa Jeryl Lynn, es de esperarse que el uso de Priorix se asocie con apariciones
mínimas o nulas de meningitis aséptica. En dos grandes estudios de vigilancia, de los cuales se
publicaron los detalles el año pasado, no se informaron casos de meningitis aséptica. Schlipköter
y col. vigilaron casos de meningitis aséptica relacionada con dosis de todas las vacunas MMR
administradas en Alemania en un período de 2 años (1998-2000).19 En ese
período se administraron 1 575 936 dosis de Priorix y 1 907 875 de otras vacunas que contenían
la cepa Jeryl Lynn. No se informaron casos confirmados de meningitis aséptica que se asociaran
con cualquiera de las vacunas. Los autores por lo tanto concluyeron que el perfil de seguridad de
Priorix era similar al de otras vacunas con cepas Jeryl Lynn disponibles en Alemania.
El segundo estudio de vigilancia se realizó en el Reino Unido.20 Todos los
informes de casos de infecciones confirmadas de meningitis aséptica en Inglaterra y Gales se
revisaron para identificar casos de meningitis aséptica en el lapso 1998-2000. Sumado a esto, se
analizaron datos de hospitales de niños de 1 a 2 años en las antiguas regiones de Inglaterra al
norte y al sur del Támesis (una cohorte total de 100 000, aproximadamente) con diagnósticos al
alta de "meningitis viral", "paperas", "meningitis acompañando otras infecciones clasificadas por
otro motivo" o "meningitis debida a otras causas no especificadas" en el período 1998-2000.
Dentro del período del estudio no se encontraron casos de meningitis aséptica confirmada por
laboratorio seguidos a la vacunación con MMR en Inglaterra y Gales, y en ninguna de las dos
antiguas regiones hubo un ingreso hospitalario de un niño con meningitis dentro de las 6
semanas posteriores a la vacunación. El intervalo de confianza superior de 95% alrededor del
riesgo para Priorix de cero (1 en 227 000) fue inferior al riesgo anteriormente observado para la
vacuna Urabe en el Reino Unido antes de su retiro del mercado (1 en 143 000).
De estos dos estudios de vigilancia se puede concluir que el riesgo de contraer meningitis
aséptica seguida a la inoculación de Priorix es muy bajo y que el perfil de seguridad de esta
vacuna es similar al de la vacuna M-M-R II que contiene la cepa Jeryl Lynn.
Para maximizar una amplia cobertura de vacunación (con cualquiera de estas dos vacunas
altamente efectivas) es esencial que el dolor asociado con la inyección sea mínimo. El
metaanálisis retrospectivo de 8 estudios aleatorizados que incluyó más de 4 700 niños de 6 países
demostró que los síntomas del sitio de la inyección (dolor durante la inyección o inmediatamente
después, y dolor, rubor y tumefacción dentro de los 4 primeros días) fueron notificados de forma
significativamente menos frecuente luego de la inyección con Priorix que con M-M-R II (p <
0.0001).21 Estos resultados fueron confirmados mediante un estudio de
observador ciego que involucraba 623 niños franceses de 4 a 6 años que recibían su segunda
dosis de MMR.22 En este estudio, el dolor comunicado inmediatamente luego de
la inyección, valorado con la escala validada de dolor Faces Pain Scale-Revised (escala
de dolor según el rostro), fue notoriamente menos frecuente en los vacunados con Priorix que en
los que recibieron la M-M-R II (17.8% contra 44.7%; p < 0.001). El puntaje otorgado por los
padres, utilizando la misma escala, mostró una correlación importante con los puntajes obtenidos
por los niños (r = 0.71 y r = 0.84, respectivamente). Aunque la incidencia de tumefacción y rubor
no fue trascendente entre los diferentes grupos, el dolor registrado por los padres dentro de los 4
días de vacunación también fue menos frecuente en los vacunados con Priorix que en los que se
aplicó M-M-R II (21.3% contra 32.7%; p < 0.006).
En un segundo estudio a simple ciego realizado en 500 infantes taiwaneses de entre 12 y 18
meses de edad se encontró que, aunque Priorix fue muy similar a la M-M-R II al momento de
inducir rubor en el sitio de inyección (5.7% contra 7.9%; p = 0.383), el dolor local valorado por
la aplicación de presión digital (5.7% contra 15.8%; p < 0.001) y la tumefacción (3.4% contra
8.8%; p = 0.038) fueron notoriamente menos frecuentes en los niños a los que se les aplicó la
vacuna Priorix.23
Los resultados de estos estudios han sido respaldados por informes preliminares de dos ensayos
independientes, aleatorizados, a doble ciego que fueron realizados por Ipp y col.: uno, en 49
niños de 12 meses con 26 vacunaciones con Priorix y 23 con M-M-R II,24 y el
otro, en 50 niños de 54 meses, de los cuales 25 se vacunaron con Priorix y 25 con M-M-R
II.25 En ambos estudios, el dolor de la inyección se cuantificó usando escalas
analógicas visuales (VAS; 0-100), completadas por uno de los familiares e independientemente
por un pediatra, y por una escala de dolor modificada según el comportamiento (modified
behavioral pain scale, MBPS, 0-10) que incluía análisis de cintas de videos segundo a
segundo y puntaje de expresiones faciales. En el estudio de los infantes también se anotó la
aparición de llanto y el tiempo de latencia en que éste ocurría. En el otro estudio la escala de
dolor Oucher la completó el niño y se tomó nota de la duración del llanto.
Estos estudios demostraron que la inyección de Priorix resultó ser menos dolorosa que la
correspondiente a la M-M-R II; los puntaje de dolor prevacunación difirieron en forma
insignificante. En el estudio de los infantes, la media de los puntajes de dolor medidos por VAS
luego de la vacunación (Priorix contra M-M-R II) fue 15 contra 58 según el puntaje otorgado por
los pediatras (p = 0.001) y 22 contra 53 (p = 0.007) según los padres y la media de los puntajes
MBPS fue 6 contra 8 (p = 0.018). Hubo menos infantes que lloraron en el grupo de Priorix que
en el de M-M-R II (77% contra 96%) aunque esto no acarreó una diferencia importante (p =
0.103). El tiempo de latencia hasta el llanto fue notoriamente más largo en el grupo vacunado
con Priorix (2.5 contra 1.0 segundos; p = 0.023).24
En el estudio de niños preescolares, los valores medios de la escala de dolor VAS comparando
Priorix con M-M-R II fueron 3 contra 15 según el puntaje otorgado por los pediatras (p = 0.04) y
10 contra 20 (p = 0.11) según lo realizado por los padres. El puntaje de los análisis de videos (3
contra 8; p = 0.02), los puntajes Oucher (2.5 contra 40.0; p = 0.02) y la duración del tiempo de
llanto (0 contra 5 segundos; p = 0.06) también fueron menores en el grupo Priorix que en el
correspondiente a M-M-R II.25
En conclusión, Priorix, que ha establecido una equivalencia con la M-M-R II para la protección
contra sarampión y rubéola, es también similar en lo que respecta a la protección contra el virus
de la parotiditis y su seguridad, mientras que a la vez es mejor tolerada.
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