Introducción
La expresión calidad de vida (CDV) se utiliza cada día más en diferentes
ámbitos de la vida cotidiana: política, turismo, economía, etc. Denominada
en inglés quality of life (QOL), se ha desarrollado en las últimas
décadas abriéndose paso a caballo entre varias disciplinas: la psicología,
la sociología, la economía, la salud, etc. Ha encontrado gran eco entre
los médicos por constituir tanto una sofisticada manera de estudiar la salud
de individuos y grupos como un moderno modo de descubrir las ventajas y
desventajas de nuevas medicaciones y tecnologías. Es en este ámbito más
concreto de la evaluación clínica y la toma de decisiones donde surge el
tema bajo la denominación calidad de vida relacionada con la salud (CVRS).
La utilización básica del concepto se inicia en los EE.UU. hace más de
25 años, con la confluencia de dos líneas de investigación: (a) la investigación
clínica de la medición del estado funcional de los pacientes y (b) la
investigación psicológica del bienestar y de la salud mental. Con la unión
de medidas de función física y bienestar psíquico, habida cuenta de los
progresos metodológicos de la psicometría, nació la moderna investigación
clínica de la calidad de vida.
El desarrollo de las medidas de CVRS ha aumentado considerablemente en
los últimos años debido a su inclusión en los ensayos clínicos y en la
investigación de los servicios sanitarios como una variable de resultado
más refinada que los indicadores tradicionales (morbilidad, expectativa
de vida, etc).
Desde estos indicadores -que describen grados y severidad de las patologías
valiéndose de informes patológicos (por ejemplo, fracciones de eyección
en las enfermedades cardíacas) o de laboratorio (por ejemplo, mg/dl de
azúcar en sangre de los diabéticos)- se ha pasado a la evaluación de cómo
perciben los pacientes su estado general de salud y cuál es su capacidad
de actuación para seguir haciendo "lo de siempre".
Así, las medidas del estado de salud autocumplimentadas por el paciente
se han transformado en herramientas de investigación de los servicios
sanitarios.
Los importantes avances metodológicos en este campo intentan, en este
sentido, satisfacer la demanda creciente de diversos sectores sanitarios.
Por su medio, están disponibles para el médico nuevos métodos de medida
bien documentados psicométricamente.
Las siguientes líneas pretenden acercar al médico el novedoso tema de
la medición de la CVRS con fines de práctica clínica, respondiendo e informando
sobre cuatro grandes cuestiones:
- ¿Por
qué es importante medir calidad de vida?
- ¿Qué
entendemos por un concepto tan vago y cómo podemos medirlo de manera
fiable?
- Descripción
del método de medida PECVEC/PLC.
- ¿Qué
consideraciones prácticas debemos tener en cuenta a la hora de medir
calidad de vida relacionada con la salud en nuestro quehacer clínico?
1.
¿Por qué es importante medir la calidad de vida?
Los sistemas de apreciación de la salud individual o colectiva tienden
a considerar a cada persona como un órgano o una entidad independiente
y reactiva sólo en sí misma. Todos los sistemas ignoran las influencias
de la enfermedad o del tratamiento sobre el desarrollo de las actividades
diarias con la familia, los amigos, los compañeros o la comunidad. Sin
embargo, mantener o restablecer la normalidad en estos elementos es el
propósito fundamental de los cuidados médicos. Por ello, son varias las
razones por las cuales la medición de la calidad de vida es una actividad
importante tanto en la investigación orientada a la clínica como en la
política sanitaria.
Hay, al menos, cuatro respuestas a esta pregunta. A modo ilustrativo,
a la hora de responder a esta cuestión, hacemos especial énfasis en las
predominantes enfermedades cardiovasculares.
-
Primero, la evaluación de la calidad de vida es, cada día más, un importante
criterio para la toma de decisiones de los médicos. Esto es particularmente
evidente cuando se consideran avances en la investigación médica y en
la tecnología. En muchos casos, dos técnicas terapéuticas diferentes
o dos medicaciones distintas tienen idénticos resultados en términos
biomédicos y, sin embargo, pueden tener un impacto diferente sobre el
bienestar y el funcionalismo del paciente. Si estos aspectos últimos
se monitorizan en la clínica práctica, habrá consecuencias obvias para
la toma de decisiones de los médicos. Tomar en cuenta la opinión
de los pacientes acerca de su estado de salud supone un cambio filosófico
en el modo de practicar la medicina. Afortunadamente, cada vez más y
más médicos prestan atención a este hecho.
- Segundo,
la medición de la calidad de vida en los pacientes les posibilita para
definir, ellos mismos, su propia situación en un diálogo centrado por
el médico y dominado por términos biomédicos. De esta manera, se refuerza
el rol del enfermo en el proceso terapéutico. Los médicos, a menudo,
hablan de la relación médico-paciente pero fracasan, habitualmente,
a la hora de apoyar y reforzar tal aproximación. La evaluación de la
CVRS ofrece una herramienta prometedora para dar más énfasis a las propias
percepciones del paciente, a la definición de su situación personal
y a las opciones en la interacción médico- paciente.
-
Tercero, en un nivel más global, la medición de la calidad de vida permite
la identificación de necesidad de cuidados que de otra manera permanecerían
sin identificar y articular. En particular, de terapias psicosociales
y de intervenciones médicas conductuales que apoyen los tratamientos
biomédicos.
En los últimos años, la investigación pionera a partir de estudios
de intervención ha documentado efectos beneficiosos inherentes a tales
métodos terapéuticos adicionales, particularmente en los pacientes
cardiovasculares, en el cáncer y en otros grupos.
- Finalmente,
con la expansión de los costos sanitarios, la creciente presión para
justificar las inversiones en salud y la necesidad de una investigación
evaluativa y práctica de la medicina basada en la evidencia, la evaluación
de la calidad de vida progresivamente se convierte en un criterio final
para la evaluación de resultados de los servicios sanitarios. Estas
razones de importancia se resumen detalladamente (cuadro 1).
Si bien estas cuatro respuestas tienen influencia
en los cuidados médicos en general, son, sin embargo, especialmente importantes
en el caso de los pacientes cardiovasculares ¿Por qué es esto así?
En primer lugar, las enfermedades
cardiovasculares juegan un papel prominente en términos de prevalencia
e incidencia en las sociedades económicamente avanzadas y envejecidas.
Son más importantes, todavía, como determinantes de mortalidad general
en adultos jóvenes y en mayores.
Un monto tremendo en los
costos directos e indirectos de la asistencia sanitaria se atribuye a
las enfermedades cardiovasculares, con crecimiento desproporcionado de
los carísimos tratamientos con alta tecnología y, también, con incremento
de los costos indirectos: por ejemplo, el debido al ausentismo de larga
enfermedad, a la incapacidad o la jubilación anticipada y a la mortalidad
prematura.
A pesar de los múltiples
avances en los tratamientos médicos, la manifestación de las enfermedades
cardiovasculares va, a menudo, acompañada de reducciones significativas
en la calidad de vida, como en caso de accidente cerebrovascular, infarto
agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca congestiva u otras condiciones
limitantes. Por ejemplo, las manifestaciones del infarto agudo de miocardio
en el adulto de edad media amenazan, frecuentemente, el estado socioeconómico
del paciente, su rol laboral y, de esta manera, pueden provocar privación
social relativa y movilidad social descendente. Del mismo modo, el rango
de actividades interpersonales, incluida la vida familiar y sexual, puede
resultar restringido y producirse alteraciones severas del humor, las
motivaciones y la energía.
Importantes investigaciones
recientes en el campo de la medicina psicosocial y del comportamiento
han demostrado los efectos adversos de una reducción de la calidad de
vida sobre la salud cardiovascular, especialmente sobre los riesgos de
reestenosis (después de cirugía de revascularización coronaria) y de reinfarto
o muerte cardíaca. No es éste el momento de extendernos más sobre estos
extremos; sólo dar, a modo ejemplo, el hecho de la depresión que sigue
al infarto agudo de miocardio. Varios estudios recientes han documentado
un incremento del doble al cuádruple en la mortalidad de pacientes deprimidos
vs. no deprimidos después de un infarto de miocardio agudo.1-2
Es claro que este aspecto
tan importante de la reducción de la calidad de vida en los pacientes
cardiovasculares pide con urgencia un método terapéutico interdisciplinario
más comprensivo de la realidad.
2. ¿Qué
entendemos por un concepto tan vago como el de calidad de vida y cómo
podemos medirlo de manera fiable?
2.1.
Nuevas conceptualizaciones
Se ha dicho que calidad
de vida comprende todo aquello que una persona pueda imaginar. A pesar
de la relativa indefinición de la expresión, existe un acuerdo entre los
investigadores en cuanto a que el concepto ha de comprender, al menos,
lo relativo a los aspectos interrelacionados de la vida humana: físico,
emocional y social. Se trata, pues, de un constructo latente multidimensional,
no observable directamente, que sólo puede deducirse de modo indirecto
a través de indicadores.3-6 Con la expresión "calidad de vida
relacionada con la salud" (CVRS) nos referimos aquí, de manera resumida,
a la capacidad de actuación (funcionalismo) y a la sensación de bienestar
de los pacientes afectados de forma crónica, tal y cómo la experimentan
de modo subjetivo. Por esta razón, algunos autores proponen llamarla "salud
subjetiva".7 Para nosotros ambos conceptos son intercambiables
y conllevan dos propósitos esenciales:
- permitir que el paciente
dé su opinión (la calidad de vida es algo que sólo el propio paciente
puede comentar y que no se puede medir desde afuera)
- descubrir diferencias
individuales cualitativas gracias a un instrumento de medida estandarizado
y usarlas con fines científicos y prácticos.
En la aproximación conceptual
del grupo alemán que dirige el Prof. Johannes Siegrist del Instituto de
Medicina Sociológica de la Universidad Heinrich-Heine de Düsseldorf, que
nosotros seguimos, se define la calidad de vida en términos de dos dimensiones
básicas de la salud subjetiva:8
- La dimensión del bienestar
(humor, emociones positivas y negativas, motivaciones y cognición),
de acuerdo con la definición de salud establecida por la OMS hace más
de 50 años.9
- En segundo lugar, una
dimensión de igual importancia, desde nuestro punto de vista, es la
capacidad de actuación del paciente, como la habilidad para alcanzar
objetivos definidos como propios o ajenos. Fue el eminente investigador
médico René Dubos quien definió la salud como la capacidad para lograr
los objetivos propios o impuestos más que como una mera norma fisiológica
o funcional.10 En el cuadro 2 se resumen estas bases conceptuales.
Para medir adecuadamente la calidad de
vida se precisa un método que sea fácilmente comprensible y aplicable
en el contexto de la clínica diaria. Un método de medida tal es el llamado
método PLC (Profil der Lebensqualität Cronischkranken / Profile
of quality Life for Chronically ill) y fue desarrollado por el grupo
alemán a principios de los años 90 sobre la base de la concepción teórica
descripta anteriormente.8
Además, en este método se enfatiza en
la comprensión de la salud bio-psico- social, la cual incluye los tres
niveles de funcionalismo biológico (organismo), de funcionamiento psicológico
y de funcionamiento interpersonal/social. Estos supuestos básicos están
demostrados en el esquema siguiente, el cual subraya la definición operacional
de la calidad de vida en términos del Perfil de Calidad de Vida en Enfermos
Crónicos (PECVEC) (cuadro 3).
En
1990 fuimos invitamos por el equipo de investigadores alemanes a probar
en nuestro medio el instrumento de medición de la calidad de vida (PLC)
que habían desarrollado y probado con éxito en Alemania y otros países
europeos.
Nuestro grupo aceptó gustoso el ofrecimiento por tres razones fundamentales:
- El
instrumento conceptualmente abarca, por igual, las tres esferas interrelacionadas
de la vida humana: la física, la emocional y la social. Nuestra revisión
de los instrumentos adaptados al castellano hasta entonces comprobó
que estos focalizaban más en los aspectos físico-psicológicos, en
tanto que los aspectos sociales estaban más descuidados.
- La
estructura modular del cuestionario permite un uso tanto en población
general como en grupos diferentes de pacientes crónicos.
-
El instrumento había demostrado tener un sólido modelo conceptual,
baja carga o molestia, buena aceptabilidad y excelentes propiedades
psicométricas: validez, fiabilidad y capacidad de respuesta al cambio.8,
11-15.
El
proceso de adaptación transcultural y validación del cuestionario alemán
en lengua española ha culminado con éxito y la versión adaptada se denomina
Perfil de Calidad de Vida en Enfermos Crónicos (PECVEC).16-18
2.2.
Metodología de la medición
Los constructos latentes, como el de la calidad de vida, no pueden medirse
por medio de unidades de observación. Su registro resulta de la operación
de agregar indicadores. Los indicadores están formados por la construcción
de ítems, los cuales representan autodescripciones del bienestar y de
la capacidad de actuación de las personas investigadas. La idoneidad de
los grupos de items para reflejar las dimensiones básicas se controla
por medio de métodos estadísticos. Así se configura un cuestionario.
Los ítems representan preguntas o afirmaciones que buscan una reacción
en el encuestado. Esta reacción o respuesta puede representarse mediante
escalas de categorías (por ejemplo, respuestas sí-no), escalas ordinales
(mejor-peor) o se pueden intentar medir los datos con escalas de intervalo
de tipo Likert. La medición con escalas de intervalo es el objetivo de
la mayoría de los métodos psicométricos, al menos en este campo que nos
interesa. La razón es simple: de ninguna otra manera se pueden registrar
más exactamente la frecuencia y la intensidad de los hechos y de ningún
otro modo se pueden aplicar estadísticamente las operaciones matemáticas
básicas en el análisis de datos.
Cuando evaluamos salud subjetiva debemos elegir el cuestionario más adecuado
a nuestras necesidades y, para ello, hemos de comprobar si cumple los
requisitos metodológicos más importantes ampliamente aceptados por la
comunidad científica.7,19-20 A continuación se describen brevemente
los criterios evaluativos más importantes en la medición de la calidad
de vida:
- Modelo
conceptual y de la medida
Todo instrumento de medida ha de tener bien definido el marco conceptual
en el que opera. Esta elemental evidencia de validez de contenido se
echa, muchas veces, en falta en la investigación de la calidad de vida
en la práctica clínica, donde se encuentran métodos de medida surgidos
espontáneamente de la experiencia clínica diaria (ad hoc).
Deben proporcionarse las bases conceptuales y empíricas para combinar
múltiples ítems en una única y/o múltiples puntuaciones, incluyendo
información sobre la formación de las escalas y descripción del nivel
deseado de medida, por ejemplo ordinal, intervalo o razón de escalas
junto con las evidencias de apoyo disponibles.
- Adaptaciones
culturales y de lenguaje
Es un procedimiento imprescindible cuando queremos utilizar un instrumento
de medida desarrollado en otra lengua o cultura. El objetivo que se
persigue es lograr la equivalencia conceptual, y no sólo lingüística,
de la versión adaptada con respecto a la versión original. Existe suficiente
literatura acerca del proceso a seguir en estos casos.21
A modo de resumen, el proceso incluye traducciones-retrotraducciones
independientes por, al menos, dos traductores bilingües. Tras comparar
las versiones resultantes con la original, los desacuerdos deben ser
discutidos entre ambos equipos de trabajo (autores y adaptadores). Un
grupo de personas de diferentes clases sociales ha de ser invitada a
valorar el cuestionario resultante y a referir los inconvenientes encontrados.
Tomando en cuenta las sugerencias propuestas se obtiene una versión
última del cuestionario, con la cual se debe realizar una prueba piloto
con 20 sujetos o más de la población a la que el instrumento va dirigido.
- Carga
o molestia
Se define como el tiempo, la energía y demás requerimientos pedidos
a la persona encuestada. Se debe conocer si el instrumento ha de ser
aplicado como autocumplimentado o a través de un entrevistador entrenado.
Se debe considerar si el esfuerzo físico o emocional requerido lo hacen
operativo en nuestro medio y si se precisa algún tipo de ayuda. Lo ideal
es que el instrumento sea fácilmente comprendido y aceptado por la mayoría
de los pacientes con nivel de instrucción mínimo y que sea económico,
tanto en tiempo (<15 minutos) como en dinero.
- Fiabilidad:
consistencia interna y reproducibilidad test-retest
La fiabilidad de las escalas proporciona información acerca de cuán
buena o segura resulta la medición de la dimensión latente (escala)
por medio de las variables indicadoras (ítems) contenidas en ella. El
método de medida es seguro si es exacto, es decir, si después de la
aplicación repetida en intervalos cortos de tiempo conduce a resultados
idénticos. Se distinguen dos enfoques para comprobar la fiabilidad:
el cálculo de la consistencia interna (coeficiente de fiabilidad alfa
de Cronbach) de los resultados de la medición en un momento del tiempo
y la verificación de los valores medidos en dos encuestas idénticas
en momentos distintos (fiabilidad test-retest o reproducibilidad). Los
valores de estos coeficientes varían entre 0 y 1. La exactitud de la
medición se establece conforme a la aproximación a 1. En general, se
considera satisfactorio un valor alfa de Cronbach > 0.70. Es importante
hacer constar aquí que la magnitud de un coeficiente de fiabilidad depende
del número de ítems. Para escalas con menos de 4 ítems, los coeficientes
correspondientes son poco estables.
- Validez
relacionada con el contenido, con el constructo y con el criterio
La validez se define como el grado en que un instrumento mide aquello
que pretende medir. Los resultados obtenidos condicionados por el método
deben ser comparados, en un siguiente paso, con criterios externos independientes.
Un criterio externo sería, a modo de ejemplo, el comportamiento real
de los sujetos investigados en comparación con los recogidos en el
cuestionario. Sin embargo, para un constructo latente como el de la
calidad de vida, no existen inequívocos y completos criterios externos
que puedan servir como "patrón" de una medición. Por eso, las ciencias
sociales y el examen de la validez de los tests psicológicos tienen
que valerse de una serie de métodos aproximativos para la valoración
de la validez de una medida.
Si bien no existe todavía un consenso internacional acerca de la clasificación
de los criterios de validez de los instrumentos de medida en las ciencias
sociales, nosotros podemos adherir a las directrices elaboradas por
la American Psychological Association, en asociación con la
American Educational research Association y el National
Council on Measurement in Education. Conforme a ello, parece oportuno
distinguir los tres aspectos siguientes de la validez: la validez
relacionada con el contenido, la relacionada con el criterio y la
relacionada con el constructo. La validez de contenido se considera
principalmente un criterio cualitativo en el examen de la validez,
mientras que la validez de criterio y de constructo enfoca aspectos
empírico- cuantitativos.7,21
Validez
de contenido. Se refiere a la cuestión de si, con la formulación
de los ítems y las informaciones obtenidas por ellos, puede establecerse
una relación plausible, en cuanto al contenido, con las variables
latentes postuladas en las consideraciones teóricas. Expresado de
otro modo, ¿están los ítems explícitamente operacionalizados respecto
de los supuestos teóricos? Para examinar la cuestión de si la respectiva
escala o dimensión está representada, de manera inequívoca, por los
ítems contenidos en ella, se emplea habitualmente el método estadístico
del análisis factorial, según el método de los componentes principales.
Se parte de un conocimiento previo de la cuantificación de las categorías
de respuesta posibles de los ítems o, más claramente, se da por supuesto
que la distancia entre las categorías de respuesta de los ítems son
iguales.
Validez
de constructo. Este concepto se refiere a la comprobación empírico-cuantitativa
de la relación entre la medición y la estructura teórica representado
por ella mediante el conjunto de datos. Esta comprobación se basa
en la hipótesis de que la información contenida en las variables medidas
puede ser representada por una o varias dimensiones, a menudo no observables
directamente (latentes). Estas dimensiones pueden ser denominadas
factores. El método estadístico más importante que se adopta para
este objetivo es el análisis factorial. La relación entre los factores
verificados y las correspondientes variables explicadas es expresada
por la matriz factorial, que indica para todas las variables del modelo
factorial los coeficientes de los factores, es decir, la carga factorial.
Las cargas factoriales de las variables individuales pueden tomar
un valor entre 0 y 1. Cuanto más alto es este valor, mejor representada
está la variable respectiva por medio del factor. En general, las
cargas factoriales entre 0.5 y 0.9 son buenos.
En general, los análisis sobre la validación de constructo, consistentes
en las valoraciones del análisis factorial, están completados además
con los aspectos de una comprobación de la validez convergente.
Aparece entonces la cuestión de hasta qué punto en un instrumento
nuevo los resultados de medición de una escala se correlacionan con
los resultados de medición de una escala ya existente, que puede representar
el mismo factor o uno muy semejante.
En este apartado, cabe incluir también la validez relativa a grupos
mediante las influencias de los parámetros sociodemográficos, edad,
sexo, etc, sobre las dimensiones de la calidad de vida. Desde nuestro
punto de vista, es indispensable aclarar, en cada caso, la propia
influencia de las variables sociodemográficas sobre la magnitud de
la calidad de vida. Por ello, se deberían intentar depurar los efectos
encontrados, por ejemplo, con diferentes medicaciones sobre los indicadores
de calidad de vida, de las tal vez existentes y a menudo también esperables
influencias de las variables sociodemográficas.
Bajo el concepto genérico de validez de criterio se resumen
dos procedimientos diferentes: uno el llamado validez relacionada
con el criterio y otro la validez predictiva. La comprobación de la
validez relacionada con el criterio consiste en la comparación entre
la medición por medio de la versión extensa de un instrumento (de
validez ya alcanzada) y la medición llevada a cabo con una versión
abreviada del mismo instrumento. Este aspecto, sin embargo, es de
mucha menos importancia que el denominado con el término validez
predictiva. La capacidad pronóstica o de interpretación de la
información del test es una cuestión esencial en el campo de aplicación
de la investigación sobre calidad de vida. En este epígrafe debe contestarse
la cuestión de si el instrumento evaluado logra representar de forma
clara las diferencias en el bienestar subjetivo de los pacientes que
pueden deberse a distintas formas de terapia o a distintas medicaciones.
Este es uno de los conocimientos centrales de interés para una aplicación
clínica de las investigaciones en calidad de vida, como muestran un
gran número de estudios publicados en este campo.22-25
- Sensibilidad
a los cambios a lo largo del tiempo
Dada la necesidad de aplicar las medidas de la calidad de vida en los
ensayos clínicos y en la clínica práctica, éstas han de ser sensibles
al cambio a lo largo del tiempo. La sensibilidad se refiere a la habilidad
de un instrumento para detectar cambios. La sensibilidad a los cambios
o la capacidad de respuesta al cambio (responsiveness) puede
considerarse una parte importante del proceso de validación de constructo.
La pregunta que debe uno hacerse es si el instrumento puede detectar
diferencias en resultados que son importantes, incluso aunque sean pequeñas.
Debemos tener en cuenta la comparación de puntuaciones de escala antes
y después de una intervención que esperamos afecte al constructo. Esto
supone la estimación del tamaño del efecto, entendido éste como un estimador
de la magnitud del cambio en el estado de salud y traducido en una medida
estándar. Un resumen de los fundamentales criterios de evaluación de
las medidas de CVRS aparece en el cuadro 4.
3.
Descripción del método de medida PECVEC/PLC
El PECVEC es un cuestionario alemán estandarizado y autocumplimentable
orientado a la medición de la CVRS en enfermos crónicos y en personas
sanas, que ha sido adaptado al español. Fundamentado en el sistema modular
multidimensional, consiste en un módulo central genérico, no específico
e invariable, que mide las tres dimensiones definidas del funcionalismo
y del bienestar mediante 40 ítems con un escalamiento tipo Likert. Otro
módulo específico de enfermedad y variable recoge síntomas y limitaciones
específicas de la enfermedad diana y/o del tratamiento (entre 10 y 20
ítems). Hemos probado satisfactoriamente un módulo específico para población
general sana, salud bucodental y otros para las principales enfermedades
crónicas: hipertensión arterial, diabetes, infarto agudo de miocardio,
insuficiencia cardíaca, coronariopatía, cirrosis hepática, epilepsia,
artritis reumatoide, artrosis, lupus eritematoso y fibromialgia26. Adicionalmente,
el cuestionario recoge aspectos sociodemográficos y los factores mayores
de confusión en CVRS (11 ítems).
La versión original, Profil der Lebensqualität Chronischkranker
(PLC) 8 ha sido probada con éxito en diferentes países de Europa,
incluida España. La versión adaptada al español se denomina Perfil de
Calidad de Vida para Enfermos Crónicos, PECVEC16-18, 27 y la
versión inglesa Profil of Quality of Life for Chronically ill (PLC).28
Aplicando a los datos recogidos con el cuestionario un análisis de los
componentes principales tanto exploratorio como confirmatorio, hemos observado
6 factores unidimensionales que definen las 6 escalas tal como se representan
conceptualmente en el cuadro 3:
- Capacidad
física (8 ítems). Capacidad de rendimiento corporal e intelectual, tanto
en la vida privada como en la profesional.
- Función
psicológica (8 ítems). Capacidad de disfrute y relajación, esto es,
capacidad de regeneración psíquica, apetito, calidad del sueño, etc.,
y capacidad de compensación de disgustos y decepciones.
- Estado
de ánimo positivo (5 ítems). Comprende la animosidad positiva: atención,
buen humor, optimismo, equilibrio emocional, etc.
- Estado
de ánimo negativo (8 ítems). Se refiere a los aspectos esenciales de
la animosidad negativa: tristeza, nerviosismo, irritabilidad, sentimiento
de amenaza, de desesperación, etc.
(Las escalas III y IV constituyen lo que entendemos por bienestar psicológico).
- Funcionamiento
social (6 ítems). Capacidad de relación, esto es, capacidad para establecer
y mantener relaciones y comunicación con otras personas. Capacidad para
interesarse y abrirse a otros.
- Bienestar
social (5 ítems). Abarca lo relativo a la pertenencia a un grupo: apoyo
socioemocional expresado como proximidad a otras personas, prestación
de ayuda ,y sentimientos de soledad y autoexclusión.
Por
ello, con el PECVEC los cambios relevantes en la calidad de vida no resultan
de una puntuación general, sino que son medidos en cada escala mediante
una puntuación media de sus ítems respectivos. La aplicación autoadministrada
del PECVEC requiere de 10 a 15 minutos y en grupos específicos (incapacitados,
con problemas de visión, analfabetos, etc.) puede aplicarse mediante entrevista
personal. No se han observado porcentajes significativos de rechazo ni diferencias
en la aceptación según el sexo, la edad y/o el nivel socioeconómico, tanto
en sanos como en diferentes grupos de pacientes afectados de enfermedades
crónicas.18 El cuestionario PECVEC puede ser ampliamente aplicado
tanto en personas sanas como en enfermos crónicos, con tres restricciones
importantes:
- No
se recomienda su uso en enfermos con pronóstico infausto, porque la
negación o el rechazo de la enfermedad puede no ser registrado por el
instrumento de medida.
- Tampoco
se recomienda su uso en pacientes con enfermedad psiquiátrica grave,
así como en pacientes muy ancianos, dado que en estos supuestos la validez
de las medidas autocumplimentables es limitada.
- El
cuestionario está diseñado para ser utilizado en poblaciones adultas,
incluidos los adolescentes, lo que excluye niños menores de 12 años.
El
cuestionario PECVEC se presenta en una carpeta que contiene el Manual del
Test, 10 cuestionarios, 10 hojas de resultados, un juego de plantillas para
el análisis manual y 1 disquete con instrucciones de uso para realizar una
base de datos y el análisis con el programa SPSS (este programa debe estar
instalado).18
3.1.
Recomendaciones para el análisis y la interpretación de los
datos recogidos con el PECVEC/PLC
El rango de puntuación de todos los ítems del PECVEC es de 0 a 4. Se obtiene
una puntuación media de cada escala, de modo que una mayor puntuación
corresponde siempre a una mejor calidad de vida y viceversa. Para ayuda
del equipo investigador, el cuestionario dispone de un paquete informático
específico PECVEC?.29 Se trata de una carpeta con el CD-ROM
del programa y su manual de usuario que ayuda a la intoducción y al análisis
de los datos recogidos con el cuestionario y que facilita la elaboración
y presentación de los resultados: puntuaciones de las escalas, comparación
entre grupos bajo estudio, seguimiento individual de los pacientes a lo
largo del tiempo, cálculo de la fiabilidad, análisis sociodemográfico,
elaboración de gráficos, etc.; este procedimiento mecanizado es especialmente
recomendable en ámbitos clínicos y en casos de grandes muestras. Información
sobre CVRS, la Carpeta del PECVEC?, el Programa PECVEC?, y bibliografía
al respecto pueden encontrarse en <http://www.pecvec.es>.
4.
¿Qué consideraciones prácticas debemos tener en cuenta a la hora
de medir CVRS en nuestro quehacer clínico?
Como norma general, los
cuestionarios de uso clínico deben ser autocumplimentables, para así evitar
al máximo el sesgo de respuesta inducido por el entrevistador. En la hoja
de la cubierta del cuestionario se han de dar las instrucciones necesarias
para evitar errores a la hora de cumplimentarlo. En casos justificados,
de manera excepcional, la recolección de la información puede llevarse
a cabo por medio de entrevista. Esto se refiere, sobre todo, a grupos
de pacientes, en los que cabe esperar dificultades de comprensión para
autocumplimentarlo (pacientes geriátricos o pacientes con determinadas
enfermedades psiquiátricas, etc.). Según nuestras observaciones, es preferible
el autocumplimentado del cuestionario a la entrevista realizada por el
médico en cada uno de los casos. La razón es que en éste último supuesto
la objetividad de la medición es comparativamente menor y tiende más a
reflejar lo deseado que la realidad (deseabilidad social). Por medio de
entrevista, los mejores resultados se obtienen si éstas se llevan a cabo
por un colaborador no médico, convenientemente adiestrado, por ejemplo
del campo del cuidado de enfermos, asistentes técnicos sanitarios, asistentes
sociales, etc.
Para la calidad de la
medición es decisiva, en ambos casos (cuestionario autocumplimentado o
entrevista estandarizada), la observación de las siguientes normas relativas
al contexto de la medición.8, 18
-
La medición debe realizarse
en condiciones controlables. Esto significa que el escenario de la
recolección de la información debe ser lo más uniforme posible. Lugares
ideales para la recolección son, entre otros, los espacios aislados
dentro de instituciones sanitarias. Las encuestas efectuadas por correo
y realizadas por los pacientes en sus casas están justificadas en
casos excepcionales, por ejemplo si en un estudio de diseño longitudinal
las primeras mediciones se hacen en la clínica y no parece justificada
la citación del paciente con el único objetivo de continuar la medición
de la calidad de vida.
-
La medición de la calidad
de vida debe ser parte de un programa de trabajo.
Esto es, debe realizarse
en el contexto de una relación institucionalizada entre pacientes
y miembros de los equipos terapéuticos. Si se hace así, se contrarresta
la impersonalidad tan común en los procesos de medición en los escenarios
clínicos a la vez que aumenta la calidad de la medición, ya que una
persona adiestrada puede observar el proceso de autocumplimentado
y hacerse cargo del cuestionario una vez cubierto. De ser posible,
esta supervisión debe integrarse en las actividades rutinarias del
personal. Las tareas que forman parte de esta supervisión son:
-
Distribuir los
cuestionarios e instruir y motivar a los pacientes. Hemos de contar
con la conformidad del paciente para cumplimentar el cuestionario.
-
Ayudar a la cumplimentación
si se le presentan dificultades o dudas al paciente (pacientes
con problemas de visión o dificultades de escritura, etc.).
-
Hacerse cargo de
los cuestionarios una vez cubiertos y comprobar si todas las preguntas
han sido contestadas y son valorables. Si existe un gran número
de preguntas sin respuesta (más de 10-15%) no se puede incluir
el cuestionario en el análisis estadístico. Este límite es una
medida aproximada y puede variar conforme al tamaño de la muestra.
Con muestras más grandes, el límite puede ser un poco más alto.
-
Marcar los cuestionarios
con el correspondiente número de código. Con la fínalidad de preservar
los derechos a la protección de la información, los cuestionarios
no pueden contener datos personales del encuestado, tales como
los de identificación (nombre, número de teléfono, dirección,
fecha de nacimiento, iniciales y otros por el estilo). Como norma,
cada cuestionario cumplimentado se dotará de un número de código.
La relación que contiene el orden de los números de código y los
nombres de los pacientes estará guardada a buen recaudo por los
responsables médicos o investigadores.
-
Explicación al
paciente del proceso ulterior: desarrollo del estudio o análisis
de los resultados individuales y discusión.
-
Todo el proceso de
recolección de datos sobre la calidad de vida debe efectuarse en un
ambiente agradable y relajado que minimice la incomodidad, la distracción,
las interrupciones, etc. y que fomente la concentración de los pacientes.
Debe garantizarse la confidencialidad (no realizar entrevistas en
habitaciones de hospital con varias camas, en salas de espera de las
consultas médicas, etc.).
-
La medición de la calidad
de vida se hará siempre antes de las correspondientes exploraciones
clínicas.
En algunos pacientes,
con los correspondientes conocimientos previos, resulta muy útil realizar
la medición mediante un ordenador personal. Esto tiene considerables ventajas
ya que se puede efectuar, a través del ordenador y de manera estandarizada,
la instrucción del test, el control de errores, la comprobación de si
el cuestionario se rellenó completamente, etc. Con los datos a la vista,
se pueden calcular, de inmediato, los resultados individuales del cuestionario,
imprimirlos y compararlos con mediciones anteriores o con valores establecidos
de grupos de referencia.28
5. Conclusión
La evaluación de resultados
de la práctica clínica incluye, cada vez con más frecuencia, el punto
de vista de los enfermos acerca de su capacidad funcional y su sensación
de bienestar además de los parámetros biomédicos tradicionales. La información
basada en la valoración subjetiva de la calidad de vida es útil tanto
con fines epidemiológicos como clínicos. En este contexto, los médicos
disponen de criterios adicionales para sopesar la toma de decisiones clínicas.
Ya no es sólo el médico quien dice si el paciente está bien o mal. Este
hecho tiene una gran trascendencia sobre la forma de practicar la medicina.
Sin duda, se puede afirmar
que es uno de los mayores desarrollos de la medicina en las últimas décadas,
pues implica un cambio filosófico en la praxis médica. Hoy se dispone
de un importante número de instrumentos de medida de la calidad de vida
adaptados a nuestro medio.29-31 Ahora bien, antes de incorporarlos a nuestra
práctica clínica o investigadora debemos evaluarlos críticamente conforme
a las recomendaciones metodológicas expuestas anteriormente.
La selección de la herramienta
de medida idónea a nuestros propósitos es el momento más delicado de todo
el proceso evaluativo, pues de ella va a depender la validez de la medición
efectuada.
A través del presente
artículo, hemos intentado aproximar al médico clínico a este innovador
campo de la evaluación terapéutica facilitándole las recomendaciones metodológicas
y prácticas más importantes para llevar a cabo exitosamente la medición
de la calidad de vida. Hemos también desarrollado en detalle el constructo
teórico de uno de los cuestionarios europeos más novedosos y prometedores.
El método PECVEC/PLC es fácil de aplicar tanto en personas sanas como
en pacientes crónicos, y en estudios epidemiológicos de población y especialmente
en la práctica clínica o en ensayos clínicos. Ha resultado, hasta la fecha,
muy satisfactorio respecto de un importante número de criterios de comprobación
estadística.
Confiamos con todo ello
contribuir a acercar las bases de la medición de la calidad de vida a
los clínicos, para así mejorar su calidad asistencial y, por ende, el
estado de salud de sus pacientes.
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