TRATAMIENTO CON
PROBIOTICOS DE LAS INFECCIONES URINARIAS Y VAGINALES
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Columnista
Experto de SIIC
Dr. Gregor Reid
Profesor de Microbiología e Inmunología, University of
Western Ontario y Lawson Health Research Institute, London,
Ontario, Canadá
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London, Canadá (especial para SIIC)
En un mundo que asiste preocupado al
avance de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos, los probióticos
se perfilan como una alternativa promisoria.
RESUMEN
Los siguientes comentarios son la continuación de una publicación
anterior que, a modo de revisión, abordaba el tema de los probióticos
y los alimentos funcionales para la salud urinaria. Estas son mis
percepciones de los adelantos más significativos logrados desde su
publicación, así como mis impresiones personales acerca del futuro
de este campo de la ciencia. He intentado dar a estas líneas una
perspectiva sudamericana ya que será leído por muchos lectores de
esa región. En síntesis, el desarrollo de probióticos destinados
a la salud urinaria y vaginal está progresando satisfactoriamente,
y se han identificado cepas con propiedades adecuadas para reducir
la recurrencia de las infecciones.
Palabras clave: probióticos, infecciones vaginales y
urinarias, Lactobacillus.
ABSTRACT
The following comments are made as a follow up to previous
publication of a review on probiotics and functional foods for
urinary health. These are my perceptions of significant advances
made since the publication, as well as my personal impressions of
where the field is going. I have attempted to give a South American
perspective as many readers of this article will be based there. In
summary, the development of probiotics for urinary and vaginal
health is progressing well, and strains have been identified with
properties designed to reduce recurrence of infections.
Key words: probiotics, urinary, vaginal infections, Lactobacillus.
COMENTARIO
Desde la publicación de mi trabajo acerca de la terapia probiótica
y las comidas funcionales para la prevención de las infecciones del
tracto urinario (1) se han publicado varios estudios importantes
sobre este tema. La revisión original documentó los fundamentos
racionales para el empleo de probióticos contra los uropatógenos,
la mayor parte de los cuales provienen, siguiendo una vía
ascendente, desde un origen intestinal/rectal hacia la vagina, y
desde allí por la uretra hasta la vejiga. Nosotros teorizamos que
estas infecciones podrían reducirse interfiriendo con su emergencia
del intestino y posterior dominio del medio vaginal. Por ello hemos
propuesto que la ingesta de probióticos («microorganismos vivos
que administrados en cantidades adecuadas confieren un beneficio
para la salud del huésped») (2) puede conducir a que éstos no sólo
compitan con la ascensión de patógenos intestinales sino también
se abran paso hacia la vagina desde el recto, ayudando a proteger al
huésped.
Dos estudios han mostrado ahora que el uso de tales probióticos
orales puede lograr, de hecho, un grado de restauración y
mantenimiento de la flora vaginal normal e, incluso en algunos
casos, erradicar la vaginosis bacteriana asintomática (3,4). Estos
resultados han sido confirmados por un extenso estudio aleatorizado
con control placebo, el cual también mostró una disminución
significativa de levaduras y coliformes en la vagina (inédito).
Estos son hallazgos importantes, y la tipificación molecular ha
verificado que las dos cepas, Lactobacillus rhamnosus GR-1 y Lactobacillus
fermentum RC-14, colonizaron la vagina en varias mujeres. Desde
mi punto de vista, el punto crítico no es que estas dos cepas
colonicen en todos los casos, sino el que su ingestión ayuda a que
la propia flora de la persona despliegue sus propias defensas, quizás
a través de citoquinas inflamatorias y de la sIgA para prevenir la
infección. No todas las cepas de probióticos pueden hacer esto,
por cierto; el L. rhamnosus GG, una cepa que ha demostrado
ser eficaz para reducir la morbilidad del tracto intestinal, fue
incapaz de reducir la tasa de recurrencia de infecciones del tracto
urinario, tal como fue mostrado en un estudio de tres brazos,
mientras que el jugo de arándano agrio sí lo logró (5).
Yo había propuesto que, en algunos pacientes, los patógenos
necesitan «sembrar» continuamente la vejiga para que la infección
permanezca, y que una vez que el «el suministro» o «los refuerzos»
vaginales se agotan, la infección puede resolverse. No he visto
respuesta alguna a esta propuesta, pero será interesante observar
si puede explicar algunos de los casos conocidos de resolución de
infecciones del tracto urinario sin tratamiento antibiótico.
En cuanto a los antibióticos, está surgiendo más evidencia
acerca de la resistencia a las drogas mayores, entre las que se
encuentran las fluoroquinolonas y la trimetoprima- sulfametoxazol.
Esto hace imperativo que se usen éstos y otros agentes sabiamente,
por el tiempo más corto posible para lograr el éxito, y no para
profilaxis. Ese último uso nunca me ha gustado particularmente,
aunque entiendo que puede ser eficaz para detener los ciclos
repetidos de infecciones. Dado el inmenso número de personas
afectado por esta enfermedad, es una vergüenza que no se hayan
hecho más esfuerzos para encontrar regímenes alternativos para su
manejo. La publicación de un estudio cuya conclusión es que la
infección urinaria tiene un impacto perjudicial significativo sobre
la calidad de vida (6) demuestra más acabadamente la severidad de
este problema. Con centenares de millones de mujeres padeciendo
infecciones urinarias cada año, es casi criminal que las agencias
gubernamentales no hayan apoyado la investigación y que las compañías
farmacéuticas no hayan puesto su atención sobre las estrategias
alternativas para su tratamiento.
Otro problema crítico es el ambiente regulador. Si una
substancia es un alimento no se permiten, en esencia, reclamos de
salud. Y si es una droga, las oportunidades de comercializarlo y
recuperar el dinero invertido son muy escasas. Así, muchas de las
innovaciones caen por la borda porque los que poseen recursos de
capital no pueden desarrollarlos y venderlos. Los probióticos son
principalmente provistos en la actualidad a través de los productos
lácteos, así como en píldoras o cápsulas de suplemento dietético.
En el último caso, pertecen a una zona intermedia entre la definición
de alimento y la de droga. Por ejemplo, los óvulos vaginales que
contienen cepas aprobadas para utilización oral como alimento, no
lo son realmente cuando recubren el epitelio vaginal, y tampoco son
agentes farmacéuticos.
Nosotros hemos demostrado categóricamente que la inserción de L.
rhamnosus GR-1 y una segunda cepa como el L. fermentum B-54
o RC-14 conduce a la colonización vaginal y a una flora saludable
mejorada. De hecho, un estudio reciente mostró que los GR-1 y
RC-14, aplicados mediante una cápsula vaginal, podrían colonizar a
la huésped (7) y desplazar a los patógenos de la vaginosis
bacteriana (inédito). Estas cepas también produjeron metabolitos
que matan a los virus en cuestión de minutos (7). Otros
lactobacilos aislados que poseen utilidad urogenital han sido
investigados en Tucumán, Argentina. ¿Por qué estas cepas
vaginales naturales siguen siendo consideradas como una droga cuando
constituyen una terapia natural vaginal? La respuesta podría ser
que es más fácil para la burocracia tener dos secciones (alimentos
y drogas) que tres (en la tercera se ubicarían los probióticos)
dentro del organismo de control.
Si los probióticos realmente funcionan, ¿por qué no pueden ser
considerados como un suplemento para la salud que reduce el riesgo
de infecciones urinarias y vaginales? Las razones por las cuales
este último punto es importante son dobles. ¿Se debe informar a
los consumidores qué cepas de probióticos han demostrado efectos
sobre la salud? En este mismo momento, los reclamos son tan vagos y
los datos de respaldo inexistentes para la mayoría de los productos
que los consumidores no pueden decir cuáles son buenos a menos que
hagan una búsqueda en Medline. ¿Cuántos pacientes tienen el
tiempo y las herramientas para hacer esto? La segunda razón es que
los fabricantes o distribuidores prefieren tener un producto único
en lugar de uno igual al de la competencia, por lo que las
oportunidades de que las cepas eficaces estén disponibles para una
población amplia son remotas. Odio involucrar al dinero en esta
situación, pero con toda seguridad los consumidores no verán los
productos a menos que alguien invierta el dinero y obtenga algún
tipo de ganancia. Así, las pérdidas en la industria farmacéutica
debidas a productos fallidos y procesos regulatorios caros implican
que, cuando los laboratorios efectivamente obtienen un producto para
comercializar, su precio se encuentra habitualmente muy por encima
del costo de la propia droga como modo de resarcimiento. Siendo
optimista, creo que los probióticos de precio razonable estarán
disponibles en el futuro, y que las industrias farmacéutica y
alimentaria tratarán de conseguir esas nuevas oportunidades de
negocio. Como consumidor, espero que esto suceda pronto para que las
personas puedan beneficiarse con el acceso a las cepas eficaces.
Los aspectos regulatorios y científicos de los probióticos están
alcanzando finalmente la atención de varios gobiernos y agencias,
incluso la FDA, los centros para el control de enfermedades, la
Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas. Una de las
razones es el problema de la resistencia antibiótica, y la presión
de Europa sobre América para dejar de usar antibióticos en los
alimentos para el ganado. Tal práctica ha provocado mucha
controversia durante años, y tiene justificativos científicos
tenues.
Probablemente tal empleo de antibióticos cesará en Canadá
dentro de unos años, excepto para el tratamiento de las
infecciones. El que los probióticos puedan o no usarse para
reemplazar a estas drogas y adquirir el peso que los productores
parecen necesitar, es algo que está por verse. Pero la resistencia
a las drogas y el ganado no son los únicos motores del cambio. Los
consumidores están claramente interesados en las formas naturales
de retener y restaurar la salud, y los gobiernos están desesperados
por encontrar medidas para reducir la escalada en los gastos de
salud.
En octubre de 2001, el gobierno argentino tuvo éxito al ejercer
presión sobre la Organización de Agricultura y Alimentación (FAO)
de los Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud para
organizar un encuentro de expertos en probióticos. Es raro que un
panel así pudiera reunirse fuera de Italia o Suiza, pero la
Argentina claramente reconoció la importancia de los probióticos
para sus intereses económicos agrícolas y alimentarios, así como
para su sistema médico y la salud de su pueblo. La reunión produjo
el primero de varios documentos sobre la base científica, la
evidencia clínica y las recomendaciones para futuros estudios sobre
probióticos (2). Es de destacar que el panel advirtió que, a menos
que una cepa específica haya sido examinada, se le demuestren
propiedades de los probióticos y se evidencie que confiere
beneficios clínicos al huésped, no debe ser considerada como probiótico.
Esto debe ser considerado como un mensaje para las compañías que
venden productos con cepas no probadas en laboratorio alguno o en
experimentos con humanos. No es suficiente sugerir que la literatura
acerca de otras cepas se aplica a las contenidas en el propio
producto. El panel también manifestó que no deben considerarse a
los enterococos como organismos probióticos convenientes,
principalmente porque puede transferir resistencia a los antibióticos
e infecciones, tal como sucede en el tracto urinario. Muchos
productos probióticos para uso humano contienen enterococos en la
actualidad.
El resultado de la reunión para los investigadores locales y
para la Nación Argentina es menos claro. Hay algunos científicos
excelentes en el país trabajando en probióticos, particularmente
en Tucumán. Aunque Argentina está sufriendo económicamente y debe
ser difícil invertir en algo, ésta es una área que podría
aportar muchos beneficios en lo que se refiere a la salud de la
población y el desarrollo de compañías y productos para la
exportación. SanCor ha sido ya autorizada para comercializar una
cepa, la cual está disponible en varias bebidas lácteas. Como
dicen, «usted invierte cuando los mercados están en su punto bajo».
Dejar pasar esta oportunidad sería un error.
Si un médico o un consumidor desean adquirir probióticos en
Sudamérica, deben hacerse algunas preguntas básicas. ¿Qué cepas
están presentes en el producto y cuánto tiempo lleva en el estante
(no cuándo salió de la fábrica) al momento de usarse? ¿Dónde
está la evidencia clínica de que exactamente las cepas presentes
en este producto tienen un efecto beneficioso sobre las enfermedades
o el uso para el cual se lo compra? ¿Dónde están las
publicaciones revisadas por profesionales que delinean los
mecanismos de acción de estas cepas en la forma en que son vendidas
(en otras palabras, como la fórmula del producto)? ¿Qué tan a
menudo el producto debe ser utilizado y qué contraindicaciones
existen? Si estas preguntas pueden ser contestadas yo me sorprendería,
pero también tendría interés por averiguar cómo ayuda su uso a
las personas que los toman. En definitiva, es la salud de las
personas lo que cuenta más.
CONCLUSION
Si una mujer sufre en la actualidad episodios reiterados de
infecciones urinarias hay pocas alternativas a largo plazo para el
uso de antibióticos. Dos tazas pequeñas de jugo de arándano agrio
por día, asumiendo que posee tantas proantocianadinas como el
producto «Rocío del Océano», podrían evitar algunas infecciones
por Escherichia coli. Una reciente Revisión Cochrane declaró
que no había prueba concluyente alguna para recomendar el jugo del
arándano agrio para la prevención de infecciones urinarias, por lo
que se requieren ensayos adecuadamente diseñados que aclaren la
cuestión. Yo sería el primero en agradecer que se reconozca la
necesidad de mayores estudios para verificar la prevención de las
infecciones urinarias mediante la utilización de lactobacilos, y de
hecho tales estudios deben ser proseguidos para comprender los
mecanismos de acción involucrados. No obstante, creo que los probióticos
vaginales desarrollados tales como nuestras cepas y las estudiadas
en Tucumán (8) podrían restaurar adecuadamente la flora vaginal y
evitar la recidiva de las infecciones urinarias, las vaginitis micóticas
y la vaginosis bacteriana en un número significativo de mujeres que
actualmente las sufren en silencio. Se requieren estudios clínicos
para las cepas de Tucumán, y ellos merecen el apoyo del gobierno
argentino. Nuestras cepas tienen evidentemente un mayor cúmulo de
datos para refrendar su efectividad, pero siempre se puede hacer más.
Es de esperar que nuestras cepas se distribuyan como productos
vaginales y suplementos dietéticos orales cuando se localicen las
empresas apropiadas. De esta manera, otros centros podrán confirmar
nuestros resultados y los consumidores podrán acceder a cepas científicamente
probadas en lugar de la mayoría de los probióticos actualmente
presentes en el mercado. Sin embargo, aún queda por ver si alcanzarán
el mercado sudamericano o cualquier otro y si los organismos de
control gubernamentales mostrarán una buena predisposición para
permitirlas.
Varios eventos importantes tendrán lugar en el período
comprendido entre el 30 de abril al 10 de mayo en Canadá (London,
Ontario, 30 de abril al 5 de mayo; Halifax, Nova Scotia, del 5 al 10
de mayo). Grupos de trabajo de la FAO y la OMS se encontrarán para
redactar un informe técnico acerca de los métodos para identificar
a los organismos probióticos. El 2 de mayo se llevará a cabo un
foro internacional para lanzar el Centro de Investigación y
Desarrollo Canadiense para Probióticos, y para efectuar una discusión
abierta sobre temas como los usos dietéticos, aplicaciones para
ganadería y la ciencia del futuro (
www.crdc- probiotics.ca). Entre el 3 y 5 de mayo tendrá lugar una
reunión, sólo por invitación, para lanzar la Asociación Científica
Internacional para Probióticos y Prebióticos, una organización
diseñada por científicos para científicos, con el fin de aportar
una «voz» creíble al campo de estudio y a su progreso a través
de la excelencia científica y clínica. Por último, del 5 al 10 de
mayo, Codex se reunirá para discutir reclamos sobre salud
alimentaria y probablemente los probióticos sean incorporados a las
discusiones.
Para abreviar, éstos son tiempos excitantes para la investigación
y desarrollo de probióticos. Cada vez más excelentes informes
científicos muestran buenos resultados clínicos. El tiempo dirá
hasta qué punto los organismos probióticos pueden contener la
marea de enfermedad en el planeta. Pero, dada la vastedad de efectos
colaterales que presentan muchos agentes farmacéuticos, los
esfuerzos realizados en cuanto a la investigación e inversión
valen la pena.
ADVERTENCIA
El Dr. Reid advierte sobre potenciales conflictos de interés porque
la propiedad intelectual asociada con la cepas GR-1, B-54 y RC-14 de
Lactobacillus mencionadas en este artículo es de su pertenencia.
Estas cepas no han sido comercializadas.
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PARAGANGLIOMAS NO FUNCIONANTES DE RIÑÓN
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Columnista
Experto de SIIC
Dr. José Luis Guate Ortiz
Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Urología.
Jefe de Servicio de Urología del Hospital «San Agustín»,
Avilés, Asturias, España
en colaboración con
José Antonio Alvarez Pérez (Doctor en
Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía General
y del Aparato Digestivo), Julio Velasco Alonso
(Doctor en Medicina y Cirugía, Jefe de Sección de
Anatomía Patológica), Juan González Tuero
(Licenciado en Medicina y Cirugía, Especialista en
Urología), Ricardo Baldonedo Cernuda (Doctor
en Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía
General y del Aparato Digestivo), José Manuel
Lanzas Prieto (Licenciado en Medicina y Cirugía,
Especialista en Urología), Francisco Javier Pérez
García (Licenciado en Medicina y Cirugía,
Especialista en Urología) y Ricardo Gutiérrez
García (Licenciado en Medicina y Cirugía,
Especialista en Urología), del Hospital «San Agustín»,
Avilés
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Avilés, España (especial para SIIC)
La diferenciación entre un
paraganglioma funcionante y uno no funcionante es fundamentalmente
clínica. El tratamiento de elección es la resección amplia del
tumor y el seguimiento debe hacerse durante un largo período de
tiempo.
RESUMEN
Los paragangliomas son tumores poco frecuentes derivados de las células
de la cresta neural. Los paragangliomas no funcionantes se localizan
con más frecuencia en la cabeza y el cuello seguido del
retroperitoneo. La localización renal es excepcional, ya que en una
revisión de la literatura sólo hemos encontrado tres casos
publicados. Presentamos el caso de un paraganglioma no funcionante
localizado en riñón, que fue un hallazgo casual al estudiar un
mucocele apendicular. Posteriormente a la extirpación del
paraganglioma renal, la paciente fue diagnosticada de un
paraganglioma carotídeo. Los paragangliomas pueden invadir el riñón
por contigüidad a partir de un paraganglioma originado en el hilio
renal, o pueden afectarlo como metástasis de un paraganglioma
localizado en otro lugar o pueden tener su origen en tejido adrenal
ectópico que se localiza a nivel subcortical. El trabajo estudia
los aspectos relacionados con la histología, inmunohistoquímica,
clínica y radiología. La diferenciación entre un paraganglioma
funcionante y uno no funcionante es fundamentalmente clínica. Los
criterios principales de malignidad son la invasión local y las metástasis
a distancia. El tratamiento de elección es la resección amplia del
tumor y el seguimiento debe hacerse durante un largo período de
tiempo.
Palabras clave: paraganglioma no funcionante, riñón,
paraganglioma carotídeo, mucocele apendicular, adrenal ectópica.
SUMMARY
Paragangliomas are uncommon tumors arising from neural crest cells.
Nonfunctional paragangliomas are firstly more frecuently located in
head and neck and secondly in the retroperitoneum. Renal location is
exceptional, as only three cases have been reported in the
literature (to our knowledge). We present a case of a nonfunctional
paraganglioma located within the kidney, it was an incidental
finding when searching an appendicular mucocele. A diagnosis of a
carotid paraganglioma was made after the surgical excision of the
renal paraganglioma. We can find renal paragangliomas arising from
the renal hilum or metastatic from other place or arising from the
ectopic adrenal tissue within the kidney. Histologic,
immunohistochemical, clinical and radiologic aspects are studied in
this work. The difference between functional and nonfunctional
paraganglioma is specifically clinical. The diagnosis of malignancy
can be made with confidence only by demonstrating distant metastasis
and local invasion. Aggresive excision is the treatment of choice
and the patient should be followed carefully during a long period of
time.
Key words: nonfunctional paraganglioma, kidney, carotid
paraganglioma, appendicular mucocele, ectopic adrenal.
INTRODUCCION
Los paragangliomas son tumores poco frecuentes derivados de las células
de la cresta neural. Estos tumores están compuestos por dos tipos
de células, las células principales o tipo I (de origen neuroectodérmico,
que contienen gránulos secretorios y pueden secretar catecolaminas)
y las células sustentaculares o tipo II (que son como las células
satélites de los ganglios autonómicos las cuales pierden los gránulos
secretorios y no secretan ni contienen catecolaminas) (1). No hay
opinión unánime sobre la nomenclatura y clasificación de los
tumores de los paraganglios (2), lo cual ha dado lugar a diversos
criterios: funcionantes y no funcionantes, únicos o múltiples, etc
(3). Actualmente, el criterio más extendido es el de denominar
paragangliomas a todos los tumores que tienen su origen en los
paraganglios; los paragangliomas funcionantes también reciben el
nombre de feocromocitomas y pueden localizarse en la glándula
adrenal o en los paraganglios extraadrenales.
Los paragangliomas no funcionantes se localizan en el sistema de
los paraganglios que se sitúan a lo largo de la aorta y los grandes
vasos, siguiendo una distribución segmental paralela a la de los
ganglios del sistema autónomo, desde la base del cráneo hasta la
vejiga (3). La localización más frecuente es en la cabeza y el
cuello, seguida del retroperitoneo. En el riñón se han descrito
tres casos (4,5,6). La asociación de un paraganglioma
retroperitoneal con un paraganglioma carotídeo es muy poco
frecuente (7).
Presentamos un caso de paraganglioma renal no funcionante
asociado con un paraganglioma carotídeo diagnosticado casualmente
al estudiar a una paciente por un mucocele apendicular.
CASO CLINICO
Mujer de 64 años que acudió al Servicio de Urgencias por cuadro de
dolor abdominal, diarrea y 38 ºC de temperatura. La mujer era obesa
con una tensión arterial de 140/80 mm Hg. El examen físico reveló
fiebre y dolor a la palpación en fosa ilíaca derecha. La analítica
de rutina fue normal; incluyó hemograma y los estudios de coagulación,
bioquímica sanguínea y sistemático de orina. La radiografía de tórax
fue normal y la ecografía mostró una masa de 7?2 cms. comprimiendo
el colon ascendente. La citología mediante aspiración con aguja
fina mostró células benignas. El resto de la historia clínica no
presentó datos de interés excepto hipertensión, diagnosticada 3 años
antes y que era controlada con 50 mg de hidroclorotiazida cada 24
horas. Clínicamente evolucionó de forma favorable y fue dada de
alta.
Dos años más tarde la paciente acudió de nuevo al hospital
refiriendo un cuadro clínico similar. La ecografía y la TAC
mostraron una masa de similar tamaño y disposición que la
observada dos años antes, además se vio una masa localizada en la
periferia del riñón derecho de 4 cm de diámetro (figura 1).
Se intervino quirúrgicamente realizando apendicectomía y
nefrectomía radical derecha. Macroscópicamente el tumor era de
color grisáceo, encapsulado encontrándose la cápsula muy
vascularizada. El tumor medía 4.5 cm, pesaba 30 g y estaba
localizado en situación postero-superior. Anatomopatológicamente
el tumor tenía una cápsula de 1 mm de espesor y estaba formado por
nidos de células poligonales de citoplasma granular separadas por
un rico estroma fibrovascular. Las células mostraban núcleos
grandes e irregulares con ausencia de figuras mitóticas (figura 2).
El apéndice mostraba un cistoadenoma mucinoso. La glándula
adrenal era normal. El estudio inmunohistoquímico del tumor reveló
inmunorreactividad para la NSE en un pequeño porcentaje de células,
la cromogranina A fue débilmente positiva y la inmunorreacción
para el TrkA fue positiva en el 80% de las células (8). La S100 y
las queratinas (AE1/AE3) fueron negativas, así
como también fue negativa la inmunorreacción para la p75, TrkB,
TRC, NGF, BDNF, NT-3, SyP, TH y NFP (8).
En el posoperatorio, las catecolaminas plasmáticas y la excreción
urinaria durante 24 horas de ácido vanidilmandélico, metanefrinas
y normetanefrinas fueron normales. No hubo modificaciones en el
control de la tensión arterial. Ocho meses más tarde, la paciente
consultó por el crecimiento de una masa cervicofacial izquierda. En
el TAC se vio una masa localizada a nivel intercarotídeo izquierdo
de 8?6?6.5 cm. La masa fue extirpada en otro hospital, y el diagnóstico
fue paraganglioma de cuerpo carotídeo. El estudio inmunohistoquímico
reveló que las células principales eran positivas para la
cromogranina A y las células sustentaculares eran positivas para la
S100. La NSE fue negativa.
Diez años más tarde el seguimiento mediante TAC, radiografía
de tórax y scan óseo son normales.
COMENTARIOS
Los paragangliomas, al igual que los ganglioneuromas y
neuroblastomas, son tumores poco frecuentes que tienen su origen en
las células derivadas de la cresta neural. Las simpatogonias, células
que derivan de la cresta neural a nivel aorto-simpático, dan lugar
a dos tipos celulares distintos: por una parte al simpatoblasto,
origen del sistema simpático ganglionar, y por otra al
feocromoblasto, que en realidad es un simpatoblasto que ha perdido
su diferenciación nerviosa en beneficio de una diferenciación
glandular. En el feto los feocromocitos se reagrupan en órganos
encapsulados en la vecindad de los ganglios simpáticos. A nivel del
plexo celíaco y hacia la 7ma semana, algunos de estos ganglios
entran en contacto con el esbozo de la corteza suprarrenal y darán
lugar a la médula adrenal. Los otros se distribuyen en la vecindad
de la aorta y de los gruesos troncos arteriales y quedan como grupos
histológicos vestigiales que involucionan durante la última parte
de la gestación, excepto el grupo más importante (el órgano de
Zuckerkandl), que se sitúa en vecindad con la arteria mesentérica
inferior y sufre atrofia y fibrosis a partir de la edad de tres años
(3,9). En el adulto podemos encontrar tejido cromafín en muchos
lugares diferentes de la médula adrenal, como en el órgano de
Zuckerkandl, en asociación con plexos nerviosos simpáticos celíacos
mesentéricos, renales, adrenales, hipogástrico, testicular y
paravertebral. Asimismo, también se pueden encontrar en la vejiga,
próstata, epidídimo (10) y otros órganos, encontrándose a veces
en lugares ectópicos como en el riñón (11).
Basados en la distribución anatómica, inervación y estructura
microscópica, los paragangliomas se pueden clasificar en
- bronquioméricos, asociados con los vasos craneales y los
nervios craneales
- intravagales
- aorto-simpáticos, asociados con la cadena simpática
ganglionar retroperitoneal
- viscerales autonómicos (3).
Han sido publicados más de 95 casos de paragangliomas
retroperitoneales no funcionantes (9). La localización renal es
rara, estos tumores pueden infiltrar el riñón a través del hilio
(12,13), originándose seguramente del tejido paraganglionar que se
encuentra con el plexo nervioso simpático que acompaña a la
arteria renal; o ser metastásicos (14,15,16); o localizarse en el
parénquima renal subcapsularmente. La localización subcapsular
probablemente tiene su origen en tejido adrenal ectópico y da lugar
a paragangliomas funcionantes (11,17,18,19,20) y no funcionantes
(4,5,6).
Pocos casos publicados de paragangliomas han sido multicéntricos.
Así se publicaron (9) ocho casos de paragangliomas
retroperitoneales multicéntricos; la asociación con un
paraganglioma carotídeo es excepcional (7). En algunos casos se han
descrito paragangliomas con incidencia familiar probablemente debida
a un gen autosómico dominante (21).
Los paragangliomas retroperitoneales no funcionantes tienen una
predominancia discreta en varones; la edad media es de 40 años
(5-79 años) (9). Clínicamente se caracterizan por dolor abdominal
o lumbar y a menudo se puede palpar una masa en el abdomen.
Debido a la sintomatología, los paragangliomas funcionantes se
diagnostican cuando son más pequeños mientras que los
paragangliomas no funcionantes se suelen diagnosticar cuando son más
grandes (2,22). El descubrimiento incidental de nuestro caso ha
hecho que el tumor haya tenido un tamaño pequeño a pesar de ser un
paraganglioma no funcionante.
Radiológicamente se han utilizado en el diagnóstico de los
paragangliomas la TAC, RNM, 131I-MIBG
(meta-iodobenzil-guanidina) y la arteriografía. Hasta el momento,
la TAC es la técnica de imagen de elección especialmente si la 131I-MIBG
no está disponible en el centro donde se estudia al paciente (2).
Histológicamente los paragangliomas se caracterizan por la
presencia de gránulos almacenados en sus células principales, las
cuales están separadas por células sustentaculares. Los
paragangliomas no funcionantes son similares histológicamente a los
funcionantes: al microscopio electrónico ambos tienen gránulos
secretorios, pero en cambio, en muchos casos, en los funcionantes se
pueden ver numerosos perfiles mitocondriales dilatados (23).
Inmunohistoquímicamente, las células principales contienen
habitualmente NSE y cromogranina A, y las células sustentaculares
S100. Una tinción negativa para estas sustancias no excluye el
diagnóstico de paraganglioma; en cambio la tinción negativa para
las queratinas sí excluye el diagnóstico de un adenocarcinoma
renal. Hasta 1989 todos los paragangliomas estudiados tenían
positiva la inmunorreacción para la sinaptofisina (24), un
anticuerpo que no es específico para los tumores neuroendocrinos.
En el caso presentado, la inmunorreacción para la sinaptofisina
ha sido negativa al contrario que en otros tumores neuroendocrinos
como el ganglioneuroma, el neuroblastoma y el feocromocitoma (8). El
receptor para el NGF ha estado presente en las células
sustentaculares (24), lo mismo que el TrkA en las células
principales (8).
En los tumores neuroendocrinos, los criterios habituales para
diferenciar los tumores en benignos o malignos no se pueden aplicar,
como la atipia nuclear o la relación núcleo/citoplasma, y por lo
tanto una precisa diferenciación entre un tumor metastásico o una
enfermedad multicéntrica es difícil. No obstante, la disminución
o ausencia de células tipo II o sustentaculares se ha relacionado
con la transformación maligna del tumor (24).
Inmunohistoquímicamente, en muchos casos los paragangliomas
malignos no tienen inmunorreacción positiva para la S100 (1,25).
Por otra parte, mediante estudios con citometría de flujo, el
hallazgo de células diploides se relaciona con la benignidad de los
paragangliomas (26).
En el TAC, los tumores neuroendocrinos malignos no presentan
ninguna característica especial, aunque las masas grandes de
densidad heterogénea y márgenes irregulares incrementan las
posibilidades de que nos encontremos con un tumor maligno (22). El
diagnóstico de malignidad puede ser hecho, con reservas, por la
demostración de células tumorales en los lugares donde el tejido
de los paraganglios está ausente (como, por ejemplo, en los
ganglios linfáticos, hueso, hígado y pulmón) (2), aunque los
verdaderos criterios de malignización en estos tumores son la
invasión local y las metástasis a distancia (22).
En los paragangliomas retroperitoneales no funcionantes, el diagnóstico
se realiza habitualmente después de la extirpación quirúrgica. La
escisión amplia del tumor constituye el tratamiento de elección, y
ello está justificado por la historia natural de estos tumores. Los
paragangliomas malignos son sensibles a la radioterapia, pero su
efectividad es limitada (2). La quimioterapia con ciclofosfamida,
doxorubicina y dacarbacina es activa, aunque también de una manera
limitada en los pacientes con paragangliomas malignos (27). El
tiempo desde la extirpación del tumor hasta la aparición de metástasis
es muy variable y oscila entre 0 y 12 años (12, 6); por esta razón
estos pacientes deben ser seguidos cuidadosamente durante períodos
de tiempo prolongados para detectar la eventual recurrencia. Al
igual que otros autores, nosotros estamos haciendo un seguimiento
mediante TAC, radiografía de tórax y scan óseo (2).
En conclusión, los paragangliomas son tumores poco frecuentes,
en su mayor parte benignos. La diferenciación entre funcionantes y
no funcionantes es básicamente clínica.
La localización a nivel renal es casi excepcional y sólo se han
publicados cinco casos de paragangliomas funcionantes y tres de
paragangliomas no funcionantes. Los criterios de malignidad son la
invasión local y las metástasis a distancia. El tratamiento de
elección es el quirúrgico y el seguimiento debe de hacerse durante
muchos años.
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EVALUACION
DE METODOS DIAGNOSTICOS DE LA INFECCION DEL TRACTO URINARIO EN EL
LACTANTE
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Dr.
Javier Benito Fernández
Médico Pediatra, Especializado en Pediatría de
Urgencias, Jefe de la Sección de Urgencias de
Pediatría, Hospital de Cruces, Baracaldo,
Vizcaya, España
en colaboración con el doctor
Santiago Mintegui Raso, Médico Pediatra,
Especializado en Pediatría de Urgencias, Médico
Adjunto de Urgencias de Pediatría, Hospital de
Cruces
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Baracaldo, España (especial
para SIIC)
En la experiencia diaria, aun
siendo importante el test diagnóstico que se utilice, la
clave en el diagnóstico de infección del tracto urinario
en el lactante está en utilizar un método de recogida de
orina fiable, sondaje uretral o punción suprapúbica.
RESUMEN
Se realiza una síntesis del estudio titulado «Tinción de
Gram y tira reactiva como métodos diagnósticos de la
infección urinaria en el lactante con fiebre», publicado
el año 2000 en la revista Anales Españoles de Pediatría.
En dicho artículo se estudiaron 175 lactantes con fiebre,
en los que se recogió la orina mediante sondaje uretral
para descartar la presencia de una infección del tracto
urinario (ITU). Se investigó el rendimiento de la tira
reactiva (TR) y la tinción de Gram (G), por separado y en
conjunto, utilizando como estándar el resultado del
urocultivo. La conclusión principal fue que el test de
mayor rendimiento resultó ser la combinación de los
resultados de la TR y la G, que mostró una sensibilidad del
93,1%, especificidad 98,4%, valor predictivo positivo 98,5%
y valor predictivo negativo 92,5%. Los trabajos publicados
posteriormente, sobre el mismo tema, han llegado a
conclusiones semejantes. Las limitaciones fundamentales de
la G son de origen logístico, disponibilidad las 24 horas
del día y técnico, siendo necesaria cierta experiencia
para su correcta interpretación.
Los recuentos bajos de colonias (50-100.000/ml),
considerados como cultivos positivos en el lactante, en
manos inexpertas pueden ser interpretados como falsos
negativos. En la experiencia diaria, aun siendo importante
el test diagnóstico que se utilice (TR, sedimento o G) la
clave en el diagnóstico de ITU en el lactante está en
utilizar un método de recogida de orina fiable, sondaje
uretral o punción suprapúbica.
Palabras clave: infección del tracto urinario,
lactante, tinción de Gram, tira reactiva, sondaje uretral.
ABSTRACT
A synthesis of our article titled “Urinary Gram stain and
dipstick for detecting urinary tract infection in febrile
infants” is presented. This study was published in Anales
Españoles de Pediatría two years ago. Prospective
series of one hundred seventy-five infants who had a urine
specimen obtained by urethral catheterization (UC) were
studied to detect urinary tract infection (UTI). Results of
dipstick (D) and Gram stain (G) separately or as a whole
were compared with urine cultive results. Combination of D
and G had the best outcome: sensitivity 93,1%, specificity
98,4%, positive predictive value 98,5% and negative
predictive value 92,5%.
The same conclusions have been reported in subsequent
studies over the same topic. Gram stain shows logistical and
technical difficulties in the clinical arena. Only a few
emergency department offers this test twenty-four hours a
day and an experienced laboratory staff is needed to avoid
mistakes. Bacterial counts under 100.000 col/ml, which are
considered positive in infants, could be interpreted as
negative false by unexperienced people. Although the
diagnostic test chosen is important (D, microscopic
urinalysis or G) the method to obtain the urinary specimen
appears as the most important clue in the UTI diagnosis in
infants.
Key words: urinary tract infection, infant, Gram
stain, urethral catheterization.
INTRODUCCION
El diagnóstico de sospecha de infección del tracto
urinario (ITU), en el lactante febril, se establece
habitualmente por la presencia de alteraciones del sedimento
urinario, presencia de leucocitos y gérmenes. El método
ideal para realizar el sedimento urinario es el análisis de
orina fresca sin centrifugar en un hemocitómetro,
realizando el recuento de leucocitos por mm3 y
llevando a cabo la tinción de Gram para visualizar gérmenes
(1). Este método es muy laborioso y requiere personal
calificado, que no está al alcance de muchos centros y ni
disponible todos los momentos del día. Las tiras reactivas
(TR), para la detección de nitritos y leucocitos (esterasa
leucocitaria), son el método más rápido y asequible para
el diagnóstico en urgencias, con resultados muy aceptables
(2-4). A la vista de recientes investigaciones sobre el
papel de la tinción de Gram dentro del estudio de los
lactantes con sospecha de ITU (1,2,5), decidimos realizar un
estudio combinando este último test con el método de
sospecha diagnóstica practicado habitualmente en nuestro
servicio de urgencias, es decir la TR.
PACIENTES, METODO Y RESULTADOS
El estudio se realizó de forma prospectiva en 175 niños
con fiebre sin focalidad, con edades comprendidas entre 1 y
24 meses, utilizando como método de recogida de orina el
sondaje uretral (SU). La edad media de los pacientes fue de
9.8 meses (mediana 8 meses), de los que 60 eran niños
(34.3%) y 115 niñas (65.7%), con antecedentes personales de
ITU y/o uropatía en 35 casos (20%). Tuvieron leucocituria
en la TR 105 lactantes (60%) y nitrituria 43 (24.6%), el
urocultivo resultó positivo en 87 pacientes (49.5%), y la
tinción de Gram positiva en 70 de ellos (80.4%). El diagnóstico
de ITU se estableció en 91 pacientes (51.9%); se
hospitalizaron 74 con sospecha clínica de pielonefritis
(81.3%). El test más sensible fue la leucocituria (90.8%) y
el más específico la tinción de Gram (98.9%). Se destacó
como prueba de mayor rendimiento global la suma de aplicar
como método diagnóstico la leucocituria más la tinción
de Gram: sensibilidad (S) 93.1%, especificidad (E) 98.4%,
valor predictivo positivo (VPP) 98.5% y valor predictivo
negativo (VPN) 92.5% (tabla I).
En 75 pacientes en los que se pudo contrastar la orina
recogida mediante bolsa perineal (BP) y la tomada por SU, se
puso de manifiesto que la presencia de leucocituria no se
confirmó en 19 casos (25.3%).
DISCUSION Y CONCLUSIONES
Si bien es cierto que la presencia de leucocituria en la TR
nos permite seleccionar un grupo de pacientes con mayor
probabilidad de presentar una ITU, su baja especificidad
(2-4) en nuestra serie (70.5%) es un obstáculo para su
utilización como único test en la toma de decisiones tan
importantes como el inicio de tratamiento antibiótico u
hospitalización del paciente. Aunque la presencia de
nitrituria mejora estos resultados, es un hallazgo muy poco
constante. En nuestro estudio menos de la mitad de los niños
con urocultivo positivo tenía nitrituria, y no puede
utilizarse como método diagnóstico fiable para descartar o
confirmar ITU. Por otro lado, el VPN y el VPP de la tinción
de Gram (83.7% y 98.6% respectivamente) fueron superiores al
resultado obtenido con la TR. El principal incoveniente de
la tinción de Gram es que en la práctica clínica diaria
es difícil y poco rentable aplicar la técnica como método
diagnóstico inicial a la gran cantidad de lactantes con
fiebre en los que estudiamos la orina para descartar ITU.
Por este motivo, la detección de leucocituria mediante TR
parece, por su sencillez y accesibilidad, ser el método de
rastreo ideal para seleccionar qué pacientes podrían tener
mayor riesgo de presentar ITU y, por lo tanto, en cuáles
sería preciso analizar la orina con más detalle (tinción
de Gram, urocultivo).
El método de recogida de orina en el lactante modifica
de forma muy significativa la interpretación de los
resultados del sedimento, TR y cultivo urinarios (3). En
este estudio únicamente se incluyeron aquellos niños en
los que se decidió realizar el SU como método para recoger
una muestra de orina. La decisión de recoger la orina de
esta manera se estableció valorando diferentes factores de
riesgo que hicieron sospechar mayor probabilidad de ITU
(edad, antecedentes urológicos y alteración de la TR en la
orina recogida previamente por BP). Por este motivo, el
porcentaje de niños con ITU fue muy alto, cerca del 50%.
Salvo en los pacientes arriba citados (alto riesgo), el método
inicial de recogida de orina en los lactantes con fiebre
suele ser la BP. Este método es aceptable, con una
sensibilidad para detectar un urocultivo positivo del 100%
(3,4), siempre y cuando se confirmen por SU o punción
suprapúbica (PS) los resultados patológicos del sedimento
o cuando, aunque exista un sedimento o TR normal, se decida
iniciar antibioticoterapia.
En resumen, dos aspectos se pueden destacar en el
presente estudio:
- La utilización de la tira reactiva como método diagnóstico
inicial en orina recogida por sondaje uretral es una
buena alternativa para establecer la sospecha de ITU.
- La tinción de Gram en orina es un método diagnóstico
de mayor rendimiento que la tira reactiva pero debe ser
interpretado junto con los resultados de esta última.
ACTUALIZACION
Han pasado 2 años desde la finalización del estudio motivo
de estos comentarios. Los pocos trabajos que se han
publicado desde entonces sobre el rendimiento de la tinción
de Gram en el diagnóstico de ITU en el lactante (6-8) han
llegado a conclusiones semejantes. Nosotros hemos incluido,
desde entonces, este test en la rutina diagnóstica de ITU
en el lactante, pero siguiendo el esquema que proponíamos
en la discusión y conclusiones del estudio (figura 1).
Figura 1. Esquema de diagnóstico
de ITU en el lactante con fiebre. (TR: tira reactiva.
BP: bolsa perineal. SU: sondaje uretral. ITU:
infección del tracto urinario)
Aunque el test diagnóstico utilizado en urgencias tiene
su importancia, para nosotros la clave está en el método
de recogida de orina. Como ya han informado otros
investigadores y nosotros hemos comprobado en este estudio y
uno anterior (3,9,10), tanto los resultados de la TR como
del urocultivo recogidos mediante BP tienen una tasa
inaceptable de falsos positivos.
Con la inclusión del sondaje
urinario (realizamos alrededor de 500 al año sin
complicaciones de reseñar) hemos reducido el porcentaje de
urocultivos informados como contaminados de un 5% a menos
del 1% y el de urocultivos informados como positivos de un
30 a un 20%. Estos datos, junto a la obligación de
comprobar los resultados alterados de la TR en BP mediante
recogida de orina por SU, han hecho disminuir de forma
sensible el número de lactantes diagnosticados y tratados
de ITU.
En nuestra experiencia, existen aspectos técnicos
importantes en la realización de la tinción de Gram. No
todos los técnicos de laboratorio obtienen los mismos
resultados con la técnica, lo que habla de la necesidad de
cierto grado de experiencia con ella. En general, a menor
experiencia mayor número de resultados falsos negativos.
Esto es especialmente cierto en el lactante, ya que
consideramos como resultado de cultivo positivo los
recuentos de 50 a 100.000 col/ml. Esto condiciona que en el
Gram se vea un menor número de gérmenes (menos de un
germen por campo) y pueda ser informado como test negativo.
La tinción de Gram nos resulta de especial interés en
aquellos niños en los que la decisión de continuar
realizando tests diagnósticos en la investigación de la
causa de la fiebre (LCR, Rx tórax, etc.) o decidir la
hospitalización y/o inicio de antibioterapia depende en
gran medida de la certeza en el diagnóstico de ITU. Por
ejemplo, en un lactante de 2 meses de edad con fiebre, parámetros
analíticos sanguíneos que orienten a infección bacteriana
(leucocitosis, neutrofilia, proteína C reactiva o
procalcitonina elevadas), aunque presente leucocituria en la
TR, si en la tinción de Gram no hay gérmenes, es preciso
continuar la investigación de la causa de su proceso para
iniciar la antibioterapia más adecuada. En otras ocasiones,
especialmente en los lactantes menores de 2 meses, la TR en
orina puede ser negativa y sin embargo visualizarse gérmenes
en el Gram, con las implicaciones diagnóstico-terapéuticas
que este hallazgo conlleva. En definitiva, permanecen
vigentes las conclusiones del estudio:
- Es importante una técnica de recogida fiable
- La tira reactiva es un buen método para establecer un
diagnóstico inicial
- La tinción de Gram tiene mayor rendimiento para
confirmar la sospecha diagnóstica
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DIETA
Y SINTOMATOLOGIA DEL TRACTO URINARIO INFERIOR EN VARONES
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Columnista
Experto de SIIC
Dr. Juha Koskimäki
Consultor en Urología, Departamento of Urología, Hospital
Universitario de Tampere y Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Tampere, Finlandia
|
Tampere, Finlandia (especial
para SIIC)
El consumo de vegetales y manteca
afecta favorablemente la prevalencia de síntomas urinarios bajos.
En cambio, la ingesta regular de carne representaría un elemento
de riesgo de desarrollo de tales síntomas.
Resumen
Objetivo: El propósito del trabajo fue establecer la relación
de distintos elementos de la dieta con síntomas del tracto
urinario inferior (STUI) en hombres y, por ende, con enfermedades
que son causa de STUI.
Material y métodos: El estudio poblacional se realizó
en 1994. Se envió un cuestionario a todos los hombres nacidos en
1924, 1934 o 1944, residentes en Tampere u once municipalidades
rurales o semirurales del mismo condado. La cohorte estuvo
integrada por 3143 hombres, 68% de los cuales fueron
incluidos en el análisis final. Se utilizó la escala DAN-PSS-1
modificada (diez de las preguntas de la DAN-PSS-1 original) para
determinar la presencia de síntomas urinarios y las molestias
originadas por ellas. Se calculó el índice sintomático al
multiplicar los puntajes de síntomas y molestias, como titubeo,
vaciado incompleto, sensación de urgencia e incontinencia,
nocturia y frecuencia diaria y la suma de los productos. Los
participantes refirieron sus antecedentes clínicos y la
frecuencia con que ingerían verduras y carne. Asimismo, indicaron
si consumían manteca, margarina o acetite vegetal en las comidas
y cuánto alcohol o café ingerían.
Se conoció la historia de tabaquismo, peso y talla. El riesgo
de STUI se estimó en relación con la frecuencia de incorporación
de carne y vegetales y el tipo de grasa utilizado.
Resultados: El riesgo de STUI, ajustado según factores
de confusión, fue de 0.68 (IC 95%, 0.54 a 0.86) en hombres que
consumían verduras en forma diaria en comparación con aquellos
que lo hacían menos frecuentemente. En varones que consumían
carne semanalmente, el riesgo fue de 2.08 (IC 95%, 1.0 a 4.1) y de
2.56 (IC 95%, 1.3 a 5.02) en los que ingerían carne diariamente,
en relación con los que comían carne con menor frecuencia. El
riesgo ajustado fue de 0.73 (IC 95% 0.58-0.93) en hombres que
utilizaban manteca en comparación con los que no lo hacían.
Conclusiones: Los elementos de la dieta también pueden
participar en forma importante en el desarrollo de enfermedades
que causan STUI. El efecto de algunos componentes de la comida
pueden, así, influir en el desarrollo de STUI.
ABSTRACT
Objective: The purpose of the study was to establish
whether dietary elements are related to lower urinary tract
symptoms (LUTS) and thus to diseases causing LUTS.
Materials and methods: This population-based study was
carried out in 1994; a questionnaire was mailed to all men born
1924, 1934 or 1944 living in Tampere or eleven rural or semirural
municipalities in the same county, altogether 3143 men. Of this
population 68% were ultimately included in the study. A modified
DAN-PSS-1 ( ten of the questions of DAN-PSS-1) was used to assess
urinary symptoms and bother arising from them. A symptom index was
formed by multiplying the symptom and bother scores of hesitancy,
incomplete emptying, urge, urge incontinence, nocturia and daytime
frequency, and totaling the products. The men were also asked to
report their medical history, how often they ate vegetables and
meat and whether they used butter, margarine or vegetable oil in
food, how much alcohol and coffee they used, what was their
smoking history and what was their weight and height. The risk of
LUTS was estimated according to the frequency of meat and
vegetable intake and the kind of fat used.
Results: The counfounder-adjusted risk of LUTS was 0.68
(with 95% CI 0.54-0.86) among men using vegetables daily compared
with men using vegetables less frequently. Among men who were
eating meat weekly the confounder adjusted risk of LUTS was 2.08
(with 95% CI 1.00-4.10), and among men eating meat daily it was
2.56 (with 95% CI 1.30-5.02) compared to men with less frequent
consumption.
The confounder adjusted risk of LUTS was 0.73 (with 95% CI
0.58-0.93) among men who used butter compared to those who did
not.
Conclusions: Dietary elements may also have an important
role in the development of diseases causing LUTS. Direct effects
of components of food may likewise influence the occurrence of
LUTS.
INTRODUCCION
Cualquier proceso que afecte la estructura y los mecanismos que
controlan el almacenamiento o el vaciado de la vejiga pueden ser
causa de STUI. Sin embargo, las enfermedades prostáticas se han
considerado la principal etiología en la disfunción urinaria en
hombres. Entre ellas, el agrandamiento prostático benigno (APB),
la prostatitis crónica y el cáncer de próstata (CP) son las más
comunes.
El CP es una de las neoplasias malignas más frecuentes en los
países occidentales, con una incidencia que aumenta entre un 2% a
un 3% cada año.1,2 Los estudios posmortem
revelaron que la prevalencia de CP es igual en Asia y en Norteamérica.
No obstante, la variación geográfica en la incidencia de
enfermedad maligna es amplia: 30 veces más alta en negros
norteamericanos en comparación con varones de Japón y 120 veces
más alta que en los hombres de China.3 En japoneses
que migran a Norteamérica, la incidencia aumenta a casi la mitad
de la que muestra la población autóctona en una o dos
generaciones. El fenómeno aparece con tal velocidad que se piensa
que intervienen factores ambientales y dietéticos más que genéticos.4
En estudios de prevalencia en todo el mundo se ha encontrado que
los STUI son frecuentes en todas partes en hombres de más de 50 años.5
El número de pacientes con CP y el conocimiento acerca de la
amplitud de los STUI aumentaron considerablemente durante los últimos
años. Desde el punto de vista de prevención de la enfermedad, el
conocimiento sobre factores de riesgo representa el primer paso.
Sin embargo, la etiología se desconoce casi por completo aún y sólo
se tienen unos pocos datos acerca de los factores de riesgo,
especialmente en el caso de factores nutricionales.
OBJETIVO
El objetivo del estudio fue establecer cuáles elementos de la
dieta están relacionados con STUI y, por lo tanto, con
enfermedades que causan STUI.
MATERIALES Y METODOS
La experiencia tuvo carácter poblacional y se llevó a cabo en
1994. Se envió un cuestionario a todos los hombres nacidos en
1924, 1934 y 1944, residentes en Tampere u once municipios rurales
o semirurales del mismo condado, en conjunto 3143 varones. El
68% de dicha población fue incluida en el análisis.
Se utilizó la escala DAN-PSS-1 modificada (diez de las
preguntas de la DAN-PSS-1 original) para determinar la presencia
de síntomas urinarios y las molestias originadas por ellas. Se
calculó el índice sintomático al multiplicar los puntajes de síntomas
y molestias, como titubeo, vaciado incompleto, sensación de
urgencia e incontinencia, nocturia y frecuencia diaria, y la suma
de los productos. El paciente que presentaba 7 puntos o más se
definió como STUI positivo y se comparó con aquellos que tenína
menor puntaje.
Los participantes refirieron sus antecedentes clínicos y la
frecuencia con que ingerían verduras y carne. Asimismo, indicaron
si consumían manteca, margarina o acetite vegetal en las comidas
y cuánto alcohol o café ingerían. Se conoció historia de
tabaquismo, peso y talla.
Se definió a los fumadores actuales como aquellos cuya
historia de tabaquismo había durado al menos un año, fumadores
previos en caso de que hubieran fumado al menos un año en sus
vidas pero no en la actualidad, y no fumadores a los que nunca
fumaron o los que sólo lo hicieron durante menos de un año. El
consumo de alcohol se estimó en gramos por semana y se clasificó
en tres grupos: no bebedores, consumidores de 1 a 150 g por semana
y consumidores de más de 150 g semanales. El consumo de café se
definió en tres categorías: ningún consumo, ingesta de 1 a 5
tazas por día y de 6 o más tazas por día. El índice de masa
corporal (IMC) permitió establecer tres grupos: el 10% de los
varones con el IMC más bajo, el 10% de los hombres con el IMC más
alto y el resto (80%, valores intermedios). El consumo de verduras
y carne se estableció según la frecuencia de ingesta: diaria,
semanal u ocasional. En relación con el consumo de grasas, los
participantes respondieron acerca del uso de manteca, margarina,
aceites vegetales o ninguno de estos productos.
La asociación entre los elementos de la dieta y los STUI se
estimó por regresión logística como riesgo relativo (RR) con
95% de intervalo de confianza (IC). En el caso de ingesta de
verduras, se compararon los hombres que consumían vegetales en
forma diaria con aquellos que lo hacían con menos frecuencia
(semanalmente u ocasionalmente). En relación con el consumo de
carne se eligieron los varones que lo hacían esporádicamente
como parámetro basal y se estimaron los riesgos para aquellos que
lo hacían diaria o semanalmente. El consumo de grasas se evaluó
en dos grupos: varones que utilizaban manteca en comparación con
los que no lo hacían. En primer lugar se estimaron los riesgos
según ajuste por edad y posteriormente se incorporaron en el
modelo los restantes factores posibles de confusión: consumo de
alcohol y café, tabaquismo, IMC, ingesta de carnes, verduras y
grasas y antecedente de cirugía prostática, intervención
pelviana, cáncer de próstata y cáncer de vejiga.
RESULTADOS
Un total de 2 198 de los 3 143 varones respondió el
cuestionario.
Después de las exclusiones por falta de información en
ciertas preguntas, cuestionarios completados por las esposas, diálisis
renal o enfermos internados por patologías crónicas, quedaron 2
128 (68%) participantes.
En forma global, el 17% de los sujetos no tenía ninguno de los
síntomas incluidos en el índice de STUI, el 59% presentaba entre
1 y 6 puntos y el 24% alcanzó 7 puntos o más.
Entre los que respondieron el primer cuestionario, el 25%
presentó un puntaje de 7 o superior. El porcentaje fue del 23%
entre los que respondieron el segundo cuestionario. La proporción
de varones con 7 o más puntos aumentó en relación con la edad:
fue sólo del 13% en sujetos de 50 años, del 28% en individuos de
60 años y 2.5 veces más alta (32%) en los de 70 años en
comparación con los de 50 años.
El consumo de alcohol y café disminuyó según la edad, al
igual que el tabaquismo. El punto inferior y superior de corte del
IMC fue de 23.0 y de 31.0, respectivamente. En forma global, 88
hombres habían sido sometidos a cirugía de la próstata, de
vejiga o pelviana. Trece enfermos refirieron estrechez uretral y 8
tenían historia de cáncer de próstata o vejiga.
La mayoría de los hombres (55%) refirió consumo de verduras
frescas todos los días. Unos pocos informaron consumo de
vegetales ocasionalmente. Todos los grupos etarios con ingesta
diaria de verduras tuvieron menos prevalencia de STUI en comparación
con aquellos que tenían consumo menos frecuente. El RR ajustado
según edad fue de 0.7 (IC 95%, 0.56 a 0.87) en varones que consumían
veduras en forma diaria respecto de los consumidores menos
frecuentes. Después del ajuste según otros factores de confusión,
el RR de STUI persistió y fue de 0.68 (IC 95%, 0.54 a 0.86).
Casi el 53% de los sujetos que respondieron refirieron ingesta
diaria de carne. La prevalencia de STUI aumentó en relación con
mayor consumo de este producto en todos los grupos etarios. El RR
ajustado por edad fue de 2.18 (IC 95%, 1.12 a 4.23) entre varones
que consumían carne semanalmente y de 2.61 (IC 95%, 1.34 a 5.05)
en aquellos que lo hacían diariamente. Después del control según
otros factores de confusión, el riesgo de STUI fue de 2.08 (IC
95%, 1.0-4.1) para varones con ingesta semanal de carne y de 2.56
(IC 95%, 1.3 a 5.02) para los consumidores diarios.
En todas las edades, la prevalencia de STUI fue inferior en
sujetos que refirieron consumo de manteca en comparación con
otros tipos de grasas. Después del ajuste por edad, el RR de STUI
disminuyó en varones que empleaban manteca en relación con otros
elementos. La significación estadística se mantuvo aun después
del ajuste según otros variables de confusión.
DISCUSION DE LOS HALLAZGOS DEL ESTUDIO Y REVISION DE LA LITERATURA
Debido a que sólo unos pocos hombres refirieron consumo de
verduras ocasionalmente, en la evaluación de la asociación entre
ingesta de vegetales y STUI se consideraron sólo dos grupos. El
RR de STUI descendió en forma estadísticamente significativa en
hombres que consumían vegetales frescos en forma diaria en
comparación con aquellos que lo hacían menos frecuentemente. Por
lo tanto, las verduras parecen contener elementos naturales con
acción terapéutica o preventiva sobre enfermedades que causan
STUI; deberían usarse a menudo y en forma regular para que se
obtenga dicho efecto. Es bien sabido que los extractos de plantas
se han utilizado durante mucho tiempo con la finalidad de aliviar
los síntomas urinarios.6 Están enteramente
disponibles y carecen de efectos adversos por lo que son muy
populares y probablemente utilizados sin un diagnóstico urológico
específico. Los extractos de plantas están formados por varias
sustancias cuyo mecanismo de acción es difícil de definir y, en
la mayoría de los casos, comprender.7 Sin embargo, se
reconoció la presencia de sustancias no esteroideas con actividad
estrogénica y muchas plantas tienen algún grado de actividad
estrogénica.8 Además de dicha actividad, los
compuestos vegetales influyen sobre la biología celular por
inhibición de la 5-alfa-reductasa, inhibición de la aromatasa,
inhibición de tirosinquinasas, inhibición de topoisomerasas de
ADN, inhibición de angiogénesis, inhibición del desarrollo
tumoral y actividad antioxidante.8 Los compuestos más
conocidos son los isoflavonoides (fuentes: soja, trébol rojo),
lignanos (fuentes: cereales, granos, frutas y verduras) y
flavonoides (fuentes: cebollas, manzanas, té, vinos rojos y
muchas hierbas).
Se desconocen en qué cantidades están presentes en la dieta
natural pero, las observaciones del trabajo actual claramente
implican a dichas sustancias en el alivio de los STUI.
La relación entre la incorporación de carne y STUI es muy
diferente de la de vegetales: el RR ajustado según edad aumentó
en varones que consumían carne o embutidos semanalmente o más
frecuentemente en comparación con aquellos que sólo lo hacían
ocasionalmente. Después del ajuste según posibles factores de
confusión, el RR prevaleció entre los participantes que
refirieron ingesta diaria de carne. La fuerte asociación entre
dicho consumo y STUI sugiere la participación en el desarrollo de
enfermedades que causan STUI. Los hallazgos del trabajo actual
coinciden con los de Chyou y colaboradores, quienes refirieron que
la ingesta de carne de vaca era un indicador de riesgo de
prostatectomía por APB sintomático.9 Además, las
observaciones del estudio avalan resultados de trabajos previos en
los cuales el elevado consumo de grasas y carne se había asociado
con un incremento en el riesgo de cáncer de próstata,10
mientras que el consumo alto de frutas y verduras podría
constituir un elemento de prevención en este contexto.11
PREVENCION DE LAS ENFERMEDADES PROSTATICAS
El avance en el manejo de la patología prostática fue rápido.12
Sin embargo, se ha avanzado menos en el terreno profiláctico. Los
elementos de la dieta tienen un papel esencial en la prevención
de enfermedades cardiovasculares y, especialmente, la reducción
del colesterol demostró ser de suma importancia.13 Se
ha sugerido que cualquier agente que pueda reducir los niveles de
colesterol en la próstata también inhibiría su crecimiento.
Esto conduciría a una reducción en el tamaño de la glándula
con mejoría de los síntomas en el APB.11 Por ejemplo,
la sustitución de sitostanol/éster, el cual se vio que era
eficaz en el descenso del colesterol total y del colesterol
asociado con lipoproteínas de baja densidad (LDLc)14
como parte de la dieta diaria de grasas en pacientes con
hipercolesterolemia leve, podría reducir el riesgo de
agrandamiento benigno y de cáncer de próstata. Nos hubiera
complacido poder demostrar que el uso de manteca (una fuente
importante de colesterol) aumentaba notablemente el riesgo de
STUI. Sin embargo, el resultado fue completamente opuesto: la
manteca confirió protección frente al desarrollo de los síntomas.
El colesterol en las comidas no necesariamente se asocia con
aumento de la concentración plasmática de colesterol; múltiples
factores también pueden incidir en ello.15 Por otra
parte, Field y colegas demostraron que la ingesta de grasas
vegetales se asociaba estadísticametne con los niveles séricos
de dihidrotestosterona (DHT), pero no ocurría lo mismo con la
incorporación de grasas de origen animal.16 Sin
embargo, el RR de STUI inferior al esperado entre varones que
refirieron elevado consumo de verduras y manteca y el mayor RR
entre aquellos con alta ingesta de carne podría deberse a otros
componentes de la dieta además del elevado contenido en
colesterol. Posiblemente, todos los elementos de la dieta tienen
su propio componente de acción.
Los resultados del estudio no permiten distinguir APB de otras
causas de STUI, pero es obvio que el APB fue una de las causas más
comunes de síntomas. Los hallazgos del estudio y los registros de
investigaciones anteriores sugieren que la dieta tiene un efecto
general importante sobre el desarrollo de STUI, directa o
indirectamente. Los hábitos dietarios, por lo tanto, tienen
influencia decisiva en las causas de STUI.
Desde el punto de vista de la prevención, los hábitos
correctos también son apropiados para enfermedades que causan
STUI. Sin embargo, para definir una «dieta urinaria saludable» aún
se requiere más investigación.
BIBLIOGRAFIA
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relation of smoking, age, relative weight, and dietary intake to
serum adrenal steroids, sex hormones, and sex hormone-binding
globulin in middle-aged men», J Clin Endocrin Metab 79:1310-1316.
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PAPEL DE LA
CITOMETRIA DE FLUJO DE PARTICULAS AUTOMATIZADA EN LA PRACTICA
CLINICA
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Columnista
Experto de SIIC
Prof. Dr. Joris R. Delanghe
Profesor de Química Clínica, Departamento de Química Clínica,
Universidad de Gante, Bélgica
Otro trabajo publicado: Delanghe J, Kouri Y, Huber A, et al:
«The role of utomated urine particle flow cytometry in
clinical practice», Clinica Chimica Acta 300:1-18,
2000
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Gante, Bélgica (especial para SIIC)
La citometría de flujo de orina se
caracteriza por su elevada sensibilidad, mejor desempeño analítico
y rápida disponibilidad
INTRODUCCION
El examen de la orina permanece como una de las pruebas realizadas
con mayor frecuencia en el laboratorio clínico. Por más de un
siglo, el análisis convencional de la orina se consideró como el
patrón de referencia. Sin embargo, la evaluación crítica del análisis
del sedimento reveló cierta cantidad de defectos significativos,
particularmente en relación a la centrifugación, la
transferencia de error del tubo de centrifugación al miscroscopio
y la cantidad relativamente elevada de errores de recuento debido
a la cantidad relativamente baja de elementos contados.
Recientemente, la citometría de flujo de partículas en orina
(CFU) está disponible como un método alternativo en el uroanálisis.
El presente artículo revisa el desempeño analítico de la CFU y
la utilidad de esta nueva técnica analítica en el laboratorio clínico
de rutina.
DESCRIPCION
La citometría de flujo urinaria puede identificar glóbulos rojos
(GR), glóbulos blancos (GB), células epiteliales escamosas, células
redondas pequeñas (esta categoría incluye células tubulares
renales y células epiteliales transicionales), cilindros
hialinos, cilindros patológicos (inclusionales), bacterias, células
tipo levadura, espermatozoides y cristales. La naturaleza exacta
de los cristales urinarios no puede ser tipificada por el
instrumento. Partículas no identificadas (tricomonas), son
denominadas «otras células». Los resultados se presentan como
gráficos de «nubes de puntos» e histogramas con informe de
valores numéricos (como partículas por microlitro).
Adicionalmente, el sistema provee un señalizador para la
distribución del tamaño de los GR. El análisis completo puede
efectuarse con sólo 800 microlitros de muestra. La muestra es
diluida por el instrumento. El estabilizador de dilución
estabiliza la presión osmótica de la orina dentro de un rango
definido que permite la medición de la impedancia. La muestra de
orina es calentada a 37 °C para disolver los uratos amorfos, y,
luego de su tinción con carbocianina y fenantridina, ingresa a la
celda de flujo. La carbocianina tiñe la membrana celular y la
fenantridina tiñe los ácidos nucleicos. Las partículas son
hidrodinámicamente enfocadas; un láser de argón (longitud de
onda 488 nm) es dirigido hacia éstas con emisión de señales de
dispersión frontal (forward scatter) y de fluorescencia
específica de partículas. En base a las características físicas
de la dispersión frontal, amplitud de pulso de la dispersión
frontal, fluorescencia, amplitud de pulso de la fluorescencia e
impedancia, las partículas urinarias son clasificadas. La
conductividad es medida simultáneamente como indicador del estado
de hidratación del paciente. La conductividad puede ayudar en la
interpretación, especialmente cuando el resultado revela
hallazgos en el límite de la normalidad o levemente al margen del
rango de referencia. El instrumento UF-100 (Sysmex) puede manejar
100 muestras de orina por hora. Viene calibrado de fábrica pero
esto es verificado en la instalación mediante procedimientos de
recuento total de GR y GB utilizando partículas de látex
provistas por fabricante.
DESEMPEÑO TECNICO
El instrumento se caracteriza por su alta sensibilidad: el límite
inferior para la detección de GR fue 2.3x106/l, para
GB 3.2x106/l, para células epiteliales 0.3x106/l.
La linealidad se estableció hasta 4.5x109 GB/l, 3.5x1010
GR/l y 2.5x1011 para partículas totales por litro. La
precisión en el mismo día y entre días para los varios
recuentos de partículas mostró que la CFU es constante y
significativamente menos imprecisa que la microscopia del
sedimento. El sobrante de muestra es insignificante debido a los
pasos de enjuague realizados automáticamente. La correlación con
el análisis de la cámara de recuento de la orina es excelente.
La adición de agentes preservantes como formaldehído y ácido bórico
no interfiere con el funcionaiento del instrumento.
LOCALIZACIÓN DE LOS LUGARES DE HEMATURIA
En algunos casos, la localización de la hematuria puede ser
sugerida por el tamaño y forma de los eritrocitos. Sin embargo,
relativamente pocos estudios clínicos validaron el empleo de la
CFU para la diferenciación entre eritrocitos eumórficos y dismórficos.
ESTRATEGIAS DE APLICACION
En la actualidad existen varias estrategias para el examen de
orina. La CFU es apropiada para la pesquisa primaria. Los
procedimientos de CFU producen recuentos más precisos y exactos
que la química de reflectancia utilizada en la lectura de tiras
reactivas atomatizada. Todavía existe la necesidad de revisión
microscópica en una discreta minoría de casos. En numerosos
laboratorios de microbiología, la CFU se implementó como primer
estudio de exploración para el diagnóstico y monitoreo de las
infecciones del aparato urinario. Este enfoque provee información
al clínico rápidamente y reduce de manera notable la cantidad de
cultivos de orina a realizarse en el laboratorio.
OTRAS APLICACIONES CLINICAS DE LA TECNICA
Siguiente al uso en orina, los citómetros de flujo urinarios
también pueden utilizarse con éxito para el análisis del líquido
de la diálisis peritoneal en pacientes sometidos a diálisis
peritoneal ambulatoria continua (detección de peritonitis).
Incluso pueden efectuarse análisis del líquido cefalorraquídeo
con el mismo equipamiento.2
UTILIDAD CLINICA DE LA CFU
El mejor desempeño analítico es la principal ventaja de la técnica.
Al no requerir centrifugación durante el análisis, menos
material celular es destruido durante la manipulación de la
muestra que produce en consecuencia un recuento más exacto de los
elementos frágiles (cilindros). Las tricomonas no son reconocidas
por el instrumento, sin embargo indicadores de infecciones por
tricomonas para otros campos generalmente captan la atención del
operador. Aunque el instrumento no es capaz de definir la
naturaleza exacta de los cristales urinarios, la utilidad clínica
de la diferenciación de cristales en el sedimento urinario es
generalmente discreta. El menor volumen de muestra requerido
constituye una ventaja importante en pediatría, donde la obtención
del volumen requerido para la microscopia estandarizada (10 ml) no
siempre es posible. La disponibilidad rápida de la información
es otra ventaja de la técnica. La experiencia en la interpretación
del gráfico de «nubes de puntos» es útil en la reducción de
errores. La introducción económica de la CFU reduce los costos
de trabajo en los laboratorios medianos y grandes.
SISTEMAS EXPERTOS
Los sistemas expertos se desarrollaron para el control de los
resultados del uroanálisis. Las reglas del sistema experto
verifican sistemáticamente la información del instrumento y
comparan los resultados de la CFU con los de las tiras reactivas
urinarias (recuento GR con concentración de hemoglobina, recuento
de GB con leucocitoesterasa). La ventaja principal de la aplicación
de sistemas expertos radica en la reducción notable de la tasa de
error y el mantenimiento de la tasa de revisión al mínimo. Los
sistemas expertos también son capaces de detectar muestras de
escasa calidad preanalítica (mediante el análisis de la razón
GB:bacterias). A pesar de la existencia de estos sistemas
expertos, la microscopia visual todavía será necesaria en una
discreta cantidad de casos. Estos incluyen la diferenciación de
cilindros, células epiteliales del túbulo renal, GR dismórficos,
ciertos microorganismos (hongos, tricomonas y otros parásitos).
También la presencia de cristales patológicos raros (cisteína,
tirosina) en el sedimento todavía requiere de la microscopia
visual. En el futuro cercano, la disponibilidad comercial de
lectores de tiras reactivas que también proveen lecturas de
reflectancia permitirán mayor perfeccionamiento del proceso de
revisión del sistema experto.
IMPACTO EN EL MOVIMIENTO DE TRABAJO
Varios estudios confirmaron reducciones importantes en la
necesidad de microscopia comparado con el movimiento de trabajo
previo. La tasa de microscopia desciende al 15%-50% de la tasa
previa a la introducción de la CFU.
FUTUROS DESARROLLOS EN EL UROANALISIS
La CFU está probando que es una tecnología interesante e
informativa que produjo una revolución en el análisis de las
partículas urinarias. La precisión analítica de la CFU es
superior a la de los métodos visuales debido al proceso
totalmente automatizado y por ende estandarizado. La calidad analítica
superior de la CFU debe sin embargo estar acompañada por mayor
atención en el cuidado preanalítico de la muestra de orina. La
mayor contribución al error total indudablemente se produce
durante la fase preanalítica. La combinación de la información
diagnóstica de la CFU con la provista por las tiras reactivas
urinarias y la determinación de proteínas urinarias específicas
(como microalbúmina, alfa-1 microglobulina, alfa-2
microglobulina) le proveerán al clínico información adicional.
Nuevos estudios clínicos futuros serán necesarios para explorar
las posibilidades de la CFU para el diagnóstico de enfermedades
nefrológicas y urológicas.
BIBLIOGRAFIA
- Delanghe J, Kouri T, Huber A, et
al: The role of automated urine particle flow cytometry in
clinical practice, Clin Chim Acta 2000; 301:1-18
- Van Acker J, Delanghe J,
Langlois M, Taes Y, De Buyzere M, Verstraete A: Automated flow
cytometric analysis of cerebrospinal fluid, Clin Chem 2001;
47:556-560
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Trabajos Distinguidos,
Serie Urología, integra el Programa
SIIC de Educación Médica Continuada
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