Sociedad Iberoamericana
de Información Científica |
Volumen 11, Número 3, 2003
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IMPORTANCIA DE LAS LIPOPROTEINAS DE ALTA DENSIDAD EN LA ATEROGENESIS
Londres, Reino Unido.
El reciente descubrimiento
de dos proteínas esenciales en el metabolismo de las lipoproteínas
de alta densidad permitirá comprender mejor su participación en
aterogénesis y diseñar nuevas estrategias de tratamiento.
Science & Medicine 76-85, 2002
Autor:
Mulcahy JV y Owen JS
Institución/es participante/s en la investigación:
Department of Medicine, Royal Free and University
College Medical School, Londres, Reino Unido
Título original:
[HDL-C Transport and Atheroprotection]
Título en castellano:
Transporte del Colesterol Asociado con Lipoproteínas de Alta Densidad
y Protección de la Arteriosclerosis
Introducción
La evidencia global ha avalado el papel protector
de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) en aterogénesis. Sin embargo,
los descubrimientos recientes revelan una función crucial de las mismas
en el metabolismo del colesterol.
El colesterol, señalan los autores, es un constituyente esencial
de las membranas celulares y el precursor de ácidos biliares y hormonas
esteroides. También participa en la fisiopatología de diversas entidades
patológicas: enfermedad coronaria, litiasis vesicular y enfermedad
de Alzheimer, entre otras.
Recientemente se han conocido nuevas facetas de la participación
del colesterol en la biología celular. De hecho, se comprobó que
existen algunas proteínas con un dominio especial que regulan su
actividad. Otro proceso destacable es el tráfico intracelular del
colesterol. En este artículo los autores focalizan el papel de las
HDL en el transporte invertido del colesterol.
Subclases
de HDL
Las lipoproteínas son una familia de partículas macromoleculares
interrelacionadas desde el punto de vista funcional y metabólico.
Esencialmente sirven para transportar lípidos insolubles en agua
por el torrente circulatorio.
Los quilomicrones y las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL)
se sintetizan en el intestino e hígado, respectivamente, como grandes
partículas de transporte de triglicéridos hacia el músculo y tejido
adiposo. Las lipoproteínas de baja densidad (LDL), producto del
catabolismo de las VLDL, liberan colesterol a las células periféricas,
mientras que las HDL lo devuelven al hígado para su posterior excreción.
Estas lipoproteínas comparten una estructura común: un centro de
triglicéridos y ésteres de colesterol rodeado por una cubierta superficial
con varios polipéptidos anfipáticos (apolipoproteínas), fosfolípidos
y colesterol libre. En el caso de las HDL, esta composición relativamente
simple enmascara considerable heterogeneidad; de hecho, las HDL
pueden subdividirse según su movilidad electroforética, densidad,
tamaño y contenido de apolipoproteínas.
Tradicionalmente, las lipoproteínas se clasificaron por su movilidad
electroforética en a (HDL), pre-b (VLDL) y b (LDL).
Luego, en la década del '60, se reconoció la heterogeneidad de las
HDL por sus características de flotación en ultracentrifugación:
aquellas relativamente pobres en colesterol (HDL3) representan el
70% del total de las HDL; las HDL2 y HDL1, más grandes, constituyen
el 25% y 5% del total, respectivamente.
Sin embargo, simultáneamente con el desarrollo de nuevas técnicas
de separación fue evidente la existencia de otras subpoblaciones
menores de HDL.
Participación
de las HDL en el transporte invertido de colesterol Las células
obtienen colesterol, un componente estructural esencial de la membrana,
a partir de su síntesis y de las partículas de LDL, con la participación
de receptores específicos en la superficie celular. Se ha observado
que diversas mutaciones en el gen de dicho receptor son causa de
la hipercolesterolemia familiar.
Las LDL humanas tienen una vida media de 2.5 días. Una vez unidas
al receptor sufren endocitosis y son degradadas en lisosomas para
liberar el colesterol. La síntesis endógena de colesterol y la cantidad
de receptores de LDL están controlados por un mecanismo de retroalimentación
negativa: cuando la concentración de colesterol en las células aumenta,
se suprime la transcripción del gen del receptor de LDL, con lo
cual se retarda la depuración plasmática de LDL. En cambio, con
la reducción del nivel de colesterol celular se induce la transcripción
génica del receptor para incrementar la captación celular de colesterol
a partir del compartimiento circulante. Este proceso explica la
acción de las estatinas que bloquean la síntesis de colesterol.
La principal pérdida ocurre a nivel digestivo por excreción del
colesterol de la bilis en materia fecal. Las células periféricas,
incapaces de degradar el colesterol, deben pasarlo nuevamente a
la circulación para que sea transportado al hígado: transporte invertido
de colesterol llevado a cabo esencialmente por las HDL.
Los desequilibrios en la homeostatis del metabolismo del colesterol
son comunes en las sociedades occidentales. Los macrófagos cargados
de colesterol (células espumosas) representan el evento más precoz
de la lesión arteriosclerótica; se considera que casi la mitad de
los pacientes con enfermedad coronaria tiene un bajo nivel de HDL.
Producción
de HDL maduras
Las HDL (HDL3, HDL1 y HDL2) no se secretan directamente, sino que
se forman en el plasma y en el espacio intercelular a partir de
partículas nativas de HDL en presencia de la lecitil colesterol
acil transferasa (LCAT).
Las HDL primarias son partículas discoides formadas por apolipoproteína
(apo) AI y fosfolípidos. Estas HDL inmaduras capturan con avidez
el colesterol libre en la superficie de las células, que será metabolizado
por la LCAT. El proceso da lugar a la formación de HDL3 esféricas,
HDL2 y HDL1. De esta manera, la LCAT colabora con el transporte
invertido de colesterol.
Nuevas
proteínas en el metabolismo de las HDL
Hacia principios de la década del '80 se suponía que las HDL1, relativamente
ricas en apoE, podrían liberar sus ésteres de colesterol (EC) en
el hígado mediante endocitosis, de manera similar a lo que ocurre
con las LDL. Sin embargo, más tarde se comprobó que en el proceso
de liberación de EC no había captación y degradación de la partícula
entera de HDL.
En 1996 se identificó un receptor de depuración (clase B tipo I
o SR-BI), el cual se unía a las HDL con elevada afinidad. Si bien
el SR-BI también se une a las LDL primarias, su participación crucial
en el metabolismo de las HDL está avalada por la abundante expresión
en hígado, adrenales y testículos, tejidos que selectivamente toman
EC a partir de las partículas de HDL maduras y esféricas. El SR-BI
es una glicoproteína de 509 aminoácidos anclada a la membrana celular
por el extremo carboxiterminal y aminoterminal.
Transportador
de colesterol
La salida de colesterol es un proceso complejo en el que pueden
intervenir múltiples mecanismos según el tipo particular de célula
y su estado metabólico. El mecanismo más simple es el de difusión
acuosa, en el cual el colesterol migra por la membrana plasmática
para ser capturado por las HDL. El SR-BI también parece mediar en
el flujo externo de colesterol hacia las HDL, aunque la relevancia
clínica de este hecho aún es incierta. Un tercer mecanismo involucra
la liberación de colesterol hacia apolipoproteínas sin lípidos o
con pocos lípidos, particularmente apoAI.
En 1995 se comprobó que en la enfermedad de Tangier -un raro trastorno
de transmisión autosómica recesiva en el cual las HDL y la apoAI
son muy bajas- la liberación de colesterol y fosfolípidos a las
apoAI es defectuosa. Cuatro años más tarde, diversos grupos demostraron
que la enfermedad de Tangier es causada por mutaciones en el gen
del transportador de unión a adenosín trifostafo (ATP), ABCA1; la
cual pertenece a la familia de proteínas de transporte transmembrana
que utilizan la energía proveniente de la hidrólisis de ATP. Las
mutaciones en otras proteínas de transporte son causa de diversas
enfermedades, como fibrosis quística, colestasis intrahepática y
adrenoleucodistrofia.
Los transportadores ABC son receptores con 6 dominios transmembrana;
en el ABCA1, las dos subunidades están unidas por un largo segmento
hidrofóbico. El colesterol movilizado por el sistema del ABCA1 es
captado por las HDL nativas. Cuando el ABCA1 es defectuoso, como
ocurre en la enfermedad de Tangier, el colesterol disponible para
formar cantidades normales de HDL es insuficiente. Sin embargo,
los estudios más nuevos sugieren que los fosfolípidos, y no el colesterol,
son los sustratos principales del ABCA1. Este último, a diferencia
de los fosfolípidos, se equilibra rápidamente a ambos lados de la
membrana celular y no parece depender tanto del transporte por el
ABCA1.
La transcripción del gen de ABCA1 y la expresión superficial de
la proteína están estrictamente controladas. La respuesta a la acumulación
intracelular de colesterol está mediada por un receptor hormonal
nuclear, receptor hepático X o LXR. Los receptores nucleares, comentan
los expertos, son factores transcripcionales intracelulares que
activan determinados genes.
Los oxiesteroles, presentes en hígado y adrenales, son ligandos
naturales del LXR y permiten su unión a una secuencia de reconocimiento
del gen de ABCA1, con lo cual se incrementa la expresión del transportador.
No obstante, la expresión del gen de ABCA1 es aún más compleja y
podrían participar otras secuencias específicas de reconocimiento.
Modificación
de las HDL en el tratamiento de la arteriosclerosis
Durante mucho tiempo el interés de los investigadores estuvo focalizado
en el metabolismo de las LDL. Se conocía muy poco acerca de la participación
de las HDL, fundamentalmente porque no se había identificado un
receptor específico. Sin embargo, la posterior caracterización de
las proteínas SR-BI y ABCA1 modificó enormemente la visión anterior.
En la actualidad se considera que las HDL son igual o más importantes
que las LDL en el metabolismo del colesterol y en el desarrollo
de enfermedad arteriosclerótica. Los estudios epidemiológicos recientes
confirmaron que las HDL constituyen un marcador de enfermedad aterosclerótica
y que el colesterol asociado con las HDL es un indicador importante
de riesgo cardiovascular.
Diversas compañías farmacéuticas aprovecharon estos nuevos descubrimientos
y se encuentran avocadas al desarrollo de nuevas drogas que selectivamente
aumenten la expresión o actividad del ABCA1. Mediante este mecanismo
sería posible acelerar la salida de colesterol de los macrófagos
espumosos, con la consiguiente regresión de las lesiones aterogénicas
incipientes.
Los hallazgos en animales son importantes en este contexto. En este
sentido, se ha observado que los ratones transgénicos con sobreexpresión
de ABCA1 en el hígado y macrófagos tienen mayor nivel de HDL en
suero y no desarrollan arteriosclerosis a pesar de ser alimentados
con una dieta rica en colesterol. Al contrario, en ratones Knockout
sin expresión de ABCA1, los niveles plasmáticos de HDL son bajos
y el colesterol se acumula en macrófagos.
Las observaciones experimentales en conjunto avalan la idea de que
el transporte invertido de colesterol es un proceso crucial en la
protección vascular de la aterogénesis. Los descubrimientos en relación
con el SR-BI y con el ABCA1 revolucionaron el conocimiento acerca
del metabolismo de las HDL. Los datos constituirán la base de nuevas
estrategias terapéuticas destinadas no sólo a la prevención de la
enfermedad arteriosclerótica sino también a la regresión de las
lesiones ya establecidas.
¿Qué
anticuerpo se detecta habitualmente en pacientes con Síndrome
de Miller Fisher?
A. Antigangliósido GQ1b.
B. GQ1c.
C. GQ5e.
D. GQ4b.
Respuesta
Correcta
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EL REMODELADO INTERSTICIAL ES IMPORTANTE PARA LA RECUPERACION
FUNCIONAL DEL MIOCARDIO HIBERNANTE
Houston, EE.UU.
El remodelado activo en el
intersticio del miocardio hibernante parece ser importante para
la recuperación de la función de los segmentos afectados luego de
la revascularización.
Journal of
the American College of Cardiology 39(9):1468-1474,
2002
Autores:
Frangogiannis NG, Shimoni S, Chang SM y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Section of Cardiovascular Services and Section
of Cardiology, Departments of Medicine and Surgery, Baylor College
of Medicine, and DeBakey Heart Center, Houston, EE.UU.
Título
original:
[Active Interstitial Remodeling: An Important
Process in the Hibernating Human Myocardium]
Título en castellano:
Remodelado Intersticial Activo: Un Proceso Importante en
el Miocardio Humano Hibernante
Introducción
Se conoce como hibernación miocárdica la función ventricular izquierda
deteriorada que mejora luego de la revascularización, explican los
autores. Las alteraciones estructurales que afectan los cardiomiocitos
en la áreas hibernantes incluyen depleción de elementos contráctiles,
acumulación de glucógeno y depleción de retículo sarcoplásmico. Recientemente
se ha sugerido que también podrían existir defectos estructurales
en la matriz extracelular miocárdica. Los fibroblastos tienen un papel
central en la regulación del remodelado de la matriz extracelular.
En la fibrosis tisular, estas células se diferencian en miofibroblastos
que expresan marcadores citoesqueléticos de músculo liso, como la
actina alfa de músculo liso (a-SMAc). Estudios
recientes indican que los miofibroblastos de las áreas miocárdicas
reperfundidas expresan la isoforma embrionaria de la cadena pesada
de la miosina de músculo liso (SMemb). Tal expresión podría servir
como marcadora de la activación de los fibroblastos, identificando
las células involucradas en el remodelado de la matriz. Otro marcador
de este proceso es la tenascina, una proteína de la matriz extracelular.
En el presente estudio se evaluaron las características fenotípicas
de los fibroblastos intersticiales en el miocardio hibernante, junto
con la expresión de SMemb y de tenascina en el intersticio.
Métodos
El estudio incluyó pacientes con cirugía de bypass coronario
programada, que tenían enfermedad isquémica cardíaca y disfunción
sistólica del ventrículo izquierdo en reposo. Durante la cirugía
se obtuvieron biopsias transmurales de segmentos miocárdicos normales
y disfuncionantes identificados por ecocardiografía transesofágica.
Las muestras fueron fijadas con rojo de picrosirio para identificar
las áreas de depósito de colágeno, y fueron evaluadas por inmunohistoquímica
con anticuerpos contra a-SMAc, SMemb,
tenascina y vinculina, y contra los marcadores SM1 y SM2 de músculo
liso maduro. Antes de la cirugía se realizaron estudios de tomografía
por emisión fotónica única (SPECT) con 201Tl en reposo
y a las 4 horas de redistribución. Se utilizó la prueba t no apareada
para comparar las variables patológicas entre los segmentos normales
y disfuncionantes y entre los segmentos que recuperaron o no recuperaron
su función luego de la revascularización.
Resultados
El estudio incluyó 15 pacientes con una fracción de eyección ventricular
izquierda media de 29.4 ± 2%. De
los 24 segmentos disfuncionantes intervenidos, 12 recuperaron su
función luego de la revascularización. Se observaron anomalías estructurales
significativas en los cardiomiocitos de los segmentos disfuncionantes.
Los segmentos que no recuperaron su función luego de la cirugía
exhibieron alteraciones más notorias, incluyendo pérdida de sarcómeros
y desorganización del material contráctil. La tinción para colágeno,
expresada como porcentaje del área total examinada, fue significativamente
mayor en los 24 segmentos disfuncionantes que en los 5 segmentos
normales usados como comparación (24.99 ±
3.42% Vs. 11.12 ± 1.11%).
Se observaron células intersticiales que expresaban SMemb en los
segmentos disfuncionantes, predominantemente en las áreas marginales
entre regiones fibróticas y en áreas con miocitos de arquitectura
relativamente conservada. Estas células fueron negativas para SM1
y SM2. Se notó una tendencia a una mayor expresión de a-SMAc
en los segmentos disfuncionantes que en aquellos con función sistólica
normal (2.49 ± 0.5% Vs. 1.25
± 0.47%). Los miofibroblastos expresaban
también vinculina, una proteína involucrada en la adherencia a la
matriz extracelular.
En los segmentos disfuncionantes se observaron cardiomiocitos
con expresión citoplásmica desorganizada de vinculina. La captación
de 201Tl no fue significativamente diferente entre los
segmentos que recuperaron su función luego de la cirugía y los que
no lo hicieron. El porcentaje de tinción para colágeno y para a-SMAc
tampoco difirió significativamente entre ambos grupos. En cambio,
los segmentos con mejoría funcional exhibieron cambios fibróticos
menos avanzados, caracterizados por un espacio intersticial con
mayor contenido de células en relación con el depósito de colágeno.
Por ello, el cociente a-SMAc/colágeno
fue significativamente mayor en los segmentos con mejoría funcional
(0.14 ± 0.026 Vs. 0.07 ±
0.01). La expresión de SMemb fue significativamente mayor en los
segmentos que recuperaron su función luego de la cirugía que en
los que no lo hicieron (0.46 ± 0.16%
Vs. 0.10 ± 0.02%). Para evaluar
si existe un remodelado activo de la matriz en el miocardio disfuncionante
se midió la expresión de tenascina, la cual fue significativamente
mayor en los segmentos disfuncionantes que en aquellos con función
normal (1.29 ± 0.28% Vs. 0.32
± 0.23%). A su vez, los segmentos
con mejoría funcional posquirúrgica tuvieron un mayor cociente tenascina/colágeno
que aquellos con disfunción persistente (0.074 ±
0.018 Vs. 0.028 ± 0.01), lo
cual indica un proceso más activo de remodelado. El análisis de
regresión múltiple demostró que el porcentaje de tinción para SMemb
y el cociente a-SMAc/colágeno se asociaban
significativamente con la recuperación funcional luego de la revascularización.
Discusión
El presente estudio, señalan los autores, subraya la importancia
de las características morfológicas del intersticio miocárdico para
determinar la recuperación funcional luego de la revascularización.
Por primera vez se demuestra el depósito de tenascina, una proteína
expresada en tejidos bajo remodelado activo, en el intersticio de
los segmentos hibernantes. Se describe además la infiltración del
miocardio hibernante con miofibroblastos que producen SMemb, un
marcador de activación.
Estos hallazgos sustentan el concepto de que la disfunción miocárdica
de origen isquémico puede estar asociada con un proceso fibrótico
progresivo en el que los fibroblastos intersticiales activados pueden
tener un papel central a través de la producción de componentes
de la matriz extracelular. La presencia de remodelado activo del
intersticio en el miocardio hibernante parece ser importante para
la recuperación de la función luego de la revascularización en segmentos
miocárdicos que conservan la viabilidad, concluyen.
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ANALIZAN EL IMPACTO DE LA PREVENCION DE LA FIBRILACION AURICULAR
DESPUES DE LA CIRUGIA CARDIACA
Hamilton, Canadá
Los beta bloqueantes, sotalol
y amiodarona reducen en forma semejante el riesgo de fibrilación
auricular posquirúrgica. Asimismo, su uso impactaría favorablemente
en el tiempo de permanencia en el hospital.
Circulation 106:75-80, 2002
Autores:
Crystal E, Connolly SJ, Sleik K y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Division of Cardiology, Faculty of Health
Sciences, McMaster University, Ontario, Hamilton, Canadá
Título original:
[Interventions on Prevention of Postoperative Atrial Fibrillation
in Patients Undergoing Heart Surgery. A Meta-analysis]
Título en castellano:
Intervenciones en Prevención de Fibrilación Auricular Posquirúrgica
en Pacientes Sometidos a Cirugía Cardíaca. Un Metaanálisis
Introducción
La fibrilación auricular (FA) posquirúrgica es una complicación frecuente
en cirugía de corazón; ocurre en el 25% al 40% de los pacientes. La
arritmia se ha asociado con prolongación del tiempo de internación
(TI), mayor incidencia de accidente cerebrovascular (ACV) posoperatorio
y, por ende, mayor costo total.
No existen dudas de que la FA crónica es causa de ACV. Así, evitar
su desarrollo podría, en teoría, reducir el riesgo de ACV.
Sin embargo, el índice de ACV y de ataque isquémico transitorio
después de la cirugía cardíaca es muy bajo, inferior al 3%. Es por
ello que ha sido difícil demostrar la utilidad del tratamiento profiláctico
en un único estudio. Diversos ensayos clínicos evaluaron la eficacia
de medidas farmacológicas y no farmacológicas destinadas a disminuir
la incidencia de FA, pero ninguno de ellos tuvo suficiente poder
estadístico; así, los resultados son difíciles de aceptar.
Dado que la FA posquirúrgica suele ser de corta duración y se asocia
con escasa morbilidad, los objetivos principales del tratamiento
profiláctico son reducir el TI y la incidencia de ACV. En el trabajo,
los autores comunican los resultados de una revisión sistemática
de estudios controlados y aleatorizados que estimaron el efecto
de determinadas medidas preventivas sobre la ocurrencia de FA, el
TI y el desarrollo de ACV.
Métodos
Se identificaron los trabajos correspondientes a partir de la base
de datos Cochrane CENTRAL, Medline, Embase y Cinhal hasta abril
de 2001. También se evaluaron libros de resúmenes y otras fuentes
de información de reuniones científicas anuales.
Los estudios debían analizar la influencia del tratamiento con beta
bloqueantes (BB), amiodarona y marcapasos en más de 3 estudios.
El uso de digoxina y verapamilo no fue analizado recientemente,
por lo que ninguno de los agentes se incluyó en el metaanálisis
actual.
Debido a que la actividad antiarrítmica y el perfil de seguridad
del sotalol difieren de los restantes BB, los ensayos con el fármaco
fueron analizados en forma separada. Los trabajos incluidos debían
ser aleatorizados y controlados con placebo o con medidas convencionales,
y debían evaluar el impacto de la prevención primaria en receptores
de cirugía de revascularización coronaria o cirugía de derivación
y valvular simultáneas.
El El tratamiento debía haber comenzado inmediatamente antes
de la intervención, durante su transcurso o en la permanencia
del enfermo en la sala de cuidados intensivos. El protocolo de tratamiento
debía estar correctamente establecido y el estudio debía
brindar información adecuada de la eficacia de la terapia
sobre la incidencia de arritmia supraventricular.
Se
incluyeron estudios no ciego y doble ciego. El parámetro
primario de evolución fue la incidencia de FA o aleteo auricular
después de la cirugía. Asimismo se consideró
la influencia de la intervención sobre el TI e incidencia
de ACV. Los cuatro estudios que compararon sotalol y otros BB se
analizaron en forma separada.
Resultados
Cuarenta y dos ensayos evaluaron la prevención farmacológica
de FA posquirúrgica con BB, sotalol o amiodarona. El número
de participantes osciló entre 36 y 1000 por estudio. Todos
incluyeron enfermos receptores de revascularización coronaria,
y 3 de ellos también evaluaron pacientes sometidos a cirugía
valvular. Hubo predominio de sexo masculino en todos los trabajos
y en la mayoría fueron excluidos quienes presentaban alteración
grave de la función del ventrículo izquierdo. La fracción
de eyección promedio referida en los estudios osciló
entre 43% y 68%.
El
antecedente de infarto de miocardio estaba presente en el 26% al
85% de los enfermos. La prevalencia de uso de BB antes de la cirugía
varió considerablemente de un estudio a otro. En aquellos
publicados después de 1995, la proporción de pacientes
tratados con BB osciló entre el 61% y el 80%. El período
de seguimiento se extendió, por lo general, hasta el momento
del alta, aunque en algunos ensayos el monitoreo continuó
durante los 30 a 90 días posquirúrgicos.
Efecto sobre la incidencia de FA posoperatoria
Veintisiete estudios analizaron el impacto de los BB en la prevención
de la FA posquirúrgica, con un total de 3 840 pacientes (41
a 1 000 por estudio). Los BB redujeron el porcentaje de FA: 33%
en el grupo control y 19% en el grupo con BB (índice de riesgo
[OR] = 0.39). Sin embargo, se constató heterogeneidad significativa
entre los ensayos que no pudo explicarse por el tamaño de
la muestra, la forma de registro y el porcentaje de enfermos medicado
antes de la intervención.
Ocho
estudios evaluaron la influencia del sotalol en la prevención
de la FA, con 1294 pacientes en total (36 a 300 por trabajo). El
sotalol redujo la proporción de FA del 37% al 17% (OR = 0.35).
No hubo heterogeneidad significativa.
El
efecto de la amiodarona se analizó en 9 ensayos que abarcaron
1384 pacientes. El tamaño individual osciló entre
77 y 300. La amiodarona redujo el porcentaje de enfermos con FA
del 37% al 22.5% (OR = 0.48), sin heterogeneidad significativa.
Sotalol versus BB convencionales
La comparación se realizó en 4 ensayos con 900 pacientes.
El
porcentaje de pacientes con FA fue de 22% (otros BB) y de 12% (grupo
sotalol); el OR fue de 0.5, sin heterogeneidad significativa.
Marcapasos
Diez estudios analizaron el efecto del marcapasos transitorio en
la ocurrencia de FA posquirúrgica. Los trabajos fueron pequeños
(9 a 100 enfermos por estudio). Los protocolos de tratamiento fueron
distintos en relación con la localización de los electrodos
y el algoritmo de colocación. Sin embargo, las tres localizaciones
-biauricular, en aurícula derecha y en aurícula izquierda-
disminuyeron la incidencia de FA.
El
marcapasos biauricular se asoció con mayor beneficio (OR
= 0.46). Los dos algoritmos de sobreconducción mostraron
eficacia similar (OR = 0.58).
Prevención
de la FA posoperatoria e impacto sobre el TI
Dos investigaciones con BB comunicaron el efecto del tratamiento
sobre el TI. Los BB no redujeron significativamente el TI.
Los
cinco trabajos con sotalol mostraron un efecto similar. Otros 5
trabajos evaluaron el impacto de la amiodarona en 944 pacientes.
El efecto fue de -0.66, -0.4 y -0.91 para BB, sotalol y amiodarona,
respectivamente.
Un
análisis separado de los 12 ensayos que evaluaron este parámetro
(2946 pacientes) mostró que el tratamiento farmacológico
redujo significativamente el porcentaje de enfermos con FA de 40%
a 25% (OR = 0.39) y el TI en 0.54 días. El marcapasos biauricular
redujo el TI en 1.54 días (significativo).
FA
posquirúrgica y riesgo de ACV
La incidencia de ACV se determinó en 14 de 52 trabajos (35%
del global de los pacientes aleatorizados). La proporción
de enfermos con FA se redujo de un 38.6% a un 23.7% en relación
con el tratamiento (OR = 0.38). Sin embargo, la incidencia de ACV
fue de 1.4% y de 1.2% en el grupo control y activo, respectivamente
(OR = 0.90).
Discusión
Resultados principales
Los autores recuerdan que se han publicado 23 nuevos estudios desde
la última revisión, doce años atrás.
En su opinión, el estudio es importante porque es el primero
que evalúa los efectos del sotalol, amiodarona y marcapasos.
Además, es el primero que determina el impacto del tratamiento
profiláctico en el TI.
Cada
una de las intervenciones analizadas redujo el índice de
FA después de la cirugía cardíaca. La eficacia
de los fármacos analizados fue semejante, aunque la del sotalol
parece algo superior en comparación con los restantes BB.
Sin embargo, el potencial efecto adverso proarritmógeno puede
contrarrestar el beneficio encontrado. La colocación de un
marcapaso también fue eficaz, pero el número de pacientes
estudiados fue escaso.
El
metaanálisis indicó que la terapia farmacológica
que reduce la incidencia de FA también reduce el TI en aproximadamente
medio día. En cambio, la información disponible no
parece sustentar un beneficio notable de la profilaxis en la reducción
de la incidencia de ACV.
Aunque
la amiodarona es superior al sotalol en la FA crónica, su
acción es semejante a la de los BB en la prevención
de la FA posquirúrgica. Además, la amiodarona es una
interesante alternativa en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva,
una de las contraindicaciones más frecuentes para el uso
de BB. Los marcapasos, independientemente de su localización
y algoritmo de colocación, son útiles en la prevención
de la FA después de la cirugía cardiovascular.
Duración
de la internación
Habitualmente se acepta que uno de los principales objetivos
de la prevención de FA es reducir el TI y, por ende, el gasto
médico. En el metaanálisis, el TI se redujo en aproximadamente
medio día. Aunque el efecto parece pequeño, el resultado
global es consecuencia de una disminución en la incidencia
de FA y de un aumento en los efectos adversos, como broncoespasmo
y menor volumen minuto, complicaciones que tienden a prolongar la
internación. Sin embargo, aun la reducción de casi
medio día de internación con el uso de medicación
no costosa puede generar importante contracción en el gasto
médico global.
ACV
Debido a la baja incidencia de ACV poscirugía cardíaca,
es difícil que cualquier estudio individual tenga poder estadístico
suficiente como para detectar un cambio favorable significativo.
Limitaciones
El índice de ACV y el efecto sobre el TI no fueron puntos
preestablecidos de valoración en la mayoría de los
estudios incluidos. Además, estos fueron realizados a lo
largo de tres décadas, durante las cuales se produjeron cambios
significativos en las técnicas de cirugía. A pesar
de ello, el beneficio del tratamiento pareció similar en
este amplio período.
Consideraciones
prácticas
La evidencia en conjunto avala el uso de BB como terapia de
primera línea en la prevención de la FA poscirugía
cardíaca. El sotalol y la amiodarona son alternativas posibles.
Aunque pequeño, el impacto sobre el TI podría reflejarse
en una reducción considerable del gasto en el sistema de
salud, comentan por último los expertos.
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Autoevaluación de Lectura
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¿Cuál es la droga de primera
línea en la prevención de fibrilación auricular
(FA) en pacientes sometidos a revascularización coronaria
o cirugía valvular?
A. Amiodarona.
B. Sotalol.
C. Beta bloqueantes.
D. Digoxina.
Respuesta
Correcta
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REDUCCION DEL ESTRES OXIDATIVO Y EFECTOS ANTIHIPERTENSIVOS
DEL SIMVASTATIN EN PRESENCIA DE ANGIOTENSINA II
Montpellier,
Francia
Las estatinas tendrían un
efecto beneficioso sobre las alteraciones cardiovasculares y metabólicas
asociadas con la acción prolongada de la angiotensina II.
Hypertension
40:142-147, 2002
Autores:
Delbosc S, Cristol JP, Descomps B y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Groupe Rein Hypertension and Laboratoire de
Nutrition Humaine et Athérogénèse, Institute Universitaire de Recherche
Clinique, Université de Montpellier, Francia
Título
original:
[Simvastatin Prevents Angiotensin-II Induced Cardiac Alteration
and Oxidative Stress]
Título en castellano:
El Simvastatín Evita las Alteraciones Cardíacas y el Estrés Oxidativo
Inducidos por la Angiotensina-II
Introducción
En el sistema cardiovascular la angiotensina II (Ang II) ejerce diversos
efectos que incluyen hipertensión e hipertrofia cardiovascular. Por
otra parte, señalan los autores, la producción de radicales libres
está propuesta como mecanismo participante en las alteraciones cardiovasculares
inducidas por la Ang II. A través de su receptor tipo I, la Ang II
está asociada con sobreexpresión de proteínas citosólicas que participan
en la activación de la NAD(P)H oxidasa de las células del endotelio
vascular, músculo liso y leucocitos. En estas células, la Ang II favorece
la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) como aniones
superóxido, peróxido de hidrógeno y radicales hidroxilos. En combinación
con la adhesión de leucocitos y la proliferación y migración de varios
tipos celulares, estos eventos podrían producir transformaciones de
la pared arterial e hipertrofia vascular. La evidencia experimental
y los estudios clínicos indican que las estatinas tendrían efectos
antiateroscleróticos que son independientes de la reducción del colesterol
asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDLc). Entre sus acciones
se encuentran la inhibición de la proliferación de las células de
músculo liso, la reducción de la expresión de la metaloproteinasa
en matriz y la estimulación del sistema antitrombótico. En la presente
experiencia los autores evaluaron la influencia de la administración
prolongada de simvastatín en la generación de ROS por leucocitos polimorfonucleares
(PMN) y tejido aórtico, estimulada por la Ang II, así como el desarrollo
de hipertensión e hipertrofia cardiovascular asociado con la intervención.
Métodos
La población de estudio incluyó 32 ratas Sprague-Dawley que fueron
asignadas a 4 grupos experimentales. Las intervenciones comprendieron
la administración de Ang II sola o en combinación con simvastatín,
agua destilada y simvastatín solo. La Ang II fue administrada por
vía subcutánea a una dosis de 200 ng/kg por minuto durante 10 días.
Los 60 mg/kg de la estatina fueron administrados por vía oral en
una toma diaria 24 horas antes y durante la infusión de Ang II.
Diariamente se determinaron peso, consumo de alimentos y agua, volumen
urinario, sodio y potasio.
El aclaramiento de creatinina se calculó al final de la experiencia
como índice de la función renal. Por otra parte, la
presión arterial y la excreción urinaria de albúmina
fueron determinadas antes y después del período terapéutico.
Finalizado el tratamiento se procedió a la extracción
de sangre y a la remoción de aorta, corazón y carótida.
La evaluación del perfil lipídico incluyó la
medición de colesterol, triglicéridos, colesterol
asociado a lipoproteínas de alta densidad y fosfolípidos.
Por otra parte, los marcadores de estrés oxidativo incluyeron
las concentraciones plasmáticas de sustancias reactivas al
ácido tiobarbitúrico (TBARS), índice de peroxidación
lipídica, y de los productos de la oxidación avanzada
de proteínas (AOPP). Finalmente, la generación de
ROS se evaluó a partir de la producción de anión
superóxido por parte de PMN y de peróxido de hidrógeno
en PMN y aorta.
Resultados
El análisis reveló que la producción de peróxido
de hidrógeno fue similar en las ratas que no recibieron Ang
II y en los animales tratados con bajas dosis (1 y 3 mg/kg), mientras
que los valores descendieron significativamente con el simvastatín.
Los niveles de creatín fosfoquinasa (CPK) fueron similares
en los animales no tratados y en las ratas que recibieron 60 mg/kg
de simvastatín; desafortunadamente, la enzima aumentó
notablemente en el grupo tratado con 120 mg/kg diarios. Por otra
parte, el simvastatín no ejerció ningún efecto
en la presión arterial de los controles. El aumento de la
presión arterial inducido por la Ang II (58 mm Hg en el día
10) fue mitigado en un 67% en las ratas tratadas con Ang II y la
estatina (19 mm Hg). Asimismo, el simvastatín evitó
el desarrollo de hipertrofia cardíaca y el remodelado carotídeo.
Cabe
destacar que la estatina no afectó el efecto dipsogénico
de la Ang II. La excreción urinaria de sodio fue similar
en los grupos que recibieron Ang II. Al final de la experiencia,
la creatinina plasmática y su aclaramiento fueron similares
en los grupos. El incremento en la excreción urinaria de
albúmina asociada con la infusión de Ang II se vio
mitigada en un 78% por la estatina. Además, la dosis de simvastatín
empleada no tuvo efectos detectables en los niveles del colesterol
plasmático. Con respecto a la producción de ROS por
parte de los PMN, la estatina evitó el incremento del 50%
en la producción del anión superóxido, así
como el incremento al triple en la síntesis del peróxido
de hidrógeno asociados con la infusión de Ang II.
Asimismo,
el simvastatín evitó el aumento del 50% en la producción
de peróxido de hidrógeno inducido por la Ang II en
los segmentos aórticos. Por otra parte, las concentraciones
plasmáticas de TBARS y AOPP fueron similares en los controles
y en los animales tratados con la estatina. La Ang II se asoció
con un incremento en ambos marcadores de oxidación, y el
tratamiento con simvastatín evitó el efecto de la
Ang II.
Conclusión
La experiencia demostró que el simvastatín evitó
el desarrollo de hipertensión, hipertrofia vascular y cardíaca
y proteinuria asociado a la infusión por tiempo prolongado
de angiotensina II.
Asimismo,
afectó la producción de ROS inducida por la angiotensina
II, con disminución de los niveles circulantes de marcadores
de estrés oxidativo. Los autores consideran que la relevancia
clínica de los presentes hallazgos obtenidos con una dosis
elevada de simvastatín merece mayor profundización.
Autoevaluación de
Lectura
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¿En qué porcentaje el
simvastatín reduce el incremento de presión
arterial inducido por la angiotensina II?
A. 67%.
B. 55%.
C. 10%.
D. 33%.
Respuesta
Correcta
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