ANALIZAN LOS FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA EVOLUCION DE LA INFECCION POR VIRUS C DE HEPATITIS Título
original:
Introducción El beneficio de una vacuna se ha cuestionado básicamente en función
de las observaciones en animales. En monos, la vacunación o la infección
previa no genera inmunidad de protección frente a la reinfección. En el
hombre también se ha descripto la reinfección, comentan los autores. Sin
embargo, los estudios en monos revelaron que los animales vacunados o
infectados en forma previa tenían riesgo significativamente más bajo de
persistencia viral y de desarrollo de lesiones graves. La posibilidad
de generar una inmunidad similar en el hombre se presenta como una alternativa
de gran interés.
En el trabajo se analizan los factores que pueden brindar protección
frente a la persistencia de la infección, en una cohorte de adictos a
drogas intravenosas.
Participantes y métodos En el contexto de dicho estudio, los autores evaluaron 1 344 personas
con serología positiva para HCV en el momento de inclusión que fueron
seguidos hasta 1996. En ese año se efectuaron pruebas para la detección
de HCV-ARN. Los autores detectaron HCV-RNA en al menos una muestra en
1246 individuos y la prueba resultó negativa en 2 determinaciones consecutivas
en 98, subgrupo que fue considerado con infección previa (IP).
Excepto uno de estos enfermos, 97 tenían niveles de alanina aminotransferasa
inferiores a 50 U/l y viremia indetectable, por lo que fueron considerados
como no infectados por HCV. Se estudió también un subgrupo de 164 sujetos
con serología inicial negativa: grupo sin IP. El estudio serológico incluyó
la detección de anticuerpos mediante enzimoinmunoensayo (ELISA) de segunda
o tercera generación e Inmunoblot. La viremia se valoró mediante
estudio de amplificación con equipos comerciales. Se analizaron muestras
hepáticas conservadas para detectar HCV y actividad hepática según el
índice Ishak modificado.
Resultados En sujetos HIV negativos, la frecuencia de persistencia viral del HCV
fue inferior en los individuos con IP en comparación con los que adquirieron
la infección durante el estudio (33% versus 84%).
En cambio, todos los pacientes HIV positivos (n: 6) en quienes se detectó
infección por HCV desarrollaron infección persistente, independientemente
de que tuvieran o no IP. Por este motivo, los enfermos HIV positivos fueron
excluidos del análisis posterior.
Después del control según edad, sexo y origen étnico, en los sujetos
con IP por HCV fue 12 veces menos probable la evolución hacia la infección
persistente en comparación con los que presentaron infección reciente.
En enfermos HIV negativos, la concentración pico de viremia por HCV fue
significativamente más baja en personas con IP en relación con los que
adquirieron la infección durante el estudio.
Para descartar la posibilidad de que algunos episodios de viremia fueran
reflejo de recrudescencia de una IP, se analizaron muestras hepáticas
de 21 pacientes, encontrándose HCV RNA en sólo una de ellas.
Discusión
En opinión de los autores, los resultados sugieren que en el hombre,
la inmunidad adquirida protege frente a la persistencia de infección,
tal como se ha comprobado en monos.
Las recomendaciones de no tratar la infección por HCV en adictos a drogas
intravensoas surgen de la suposición de que la reinfección podría disminuir
el beneficio del tratamiento pero aún no hay información suficiente en
relación con la ocurrencia de reinfección luego de la recuperación asociada
con la terapia antiviral. El elevado índice de infección en adictos revela
la importancia de considerar todas las posibles formas de prevención y,
en este sentido, el desarrollo de una vacuna parece la mejor alternativa
para personas de alto riesgo, agregan finalmente los expertos.
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CLINICA Y TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD ESOFAGICA POR REFLUJO
Título
original:
Las complicaciones más importantes están representadas por el esófago de Barrett (EB) y el adenocarcinoma. Esta posible evolución impone un algoritmo de tratamiento y un rastreo especial en estos enfermos.
Etiopatogenia Asimismo, la reproducción epitelial, el trofismo de la mucosa, la neutralización por la saliva rica en bicarbonato y la depuración que ejerce el peristaltismo esofágico representan mecanismos normales de defensa que contrarrestan el reflujo que pudiera existir. La existencia de un EEI con menor presión (por debajo de los 6 mmHg) y con mayor frecuencia y duración de las relajaciones transitorias favorece el reflujo que, en caso de persistir, induce primero esofagitis y posteriormente displasia. El epitelio mucoso del esófago distal se lesiona y se destruye y es gradualmente reemplazado por epitelio cilíndrico glandular, más resistente. El proceso de reepitelización se cumple a partir de células basales no diferenciadas y pluripotenciales y culmina con la metaplasia columnar -fúndica (con células parietales y principales), cardial o de transición (acúmulos de glándulas mucosas sin células parietales) o intestinal (epitelio columnar especializado con glándulas mucosas y células caliciformes pero sin células parietales y principales). El último tipo de metaplasia -intestinal- se conoce como EB y es la única que se asocia con mayor riesgo de desarrollo de adenocarcinoma.
Factores fisiopatológicos en el desarrollo de EB La calidad del reflujo es el segundo factor que interviene en el desarrollo de EB. La secreción ácida es nociva para la mucosa esofágica pero no es el único elemento determinante, ya que el EB también puede ocurrir en sujetos sometidos a gastrectomía. Cada vez es mayor la evidencia acerca de la importancia del contenido duodenal y de las sales biliares en el desarrollo de la metaplasia intestinal. De hecho, los pacientes con reflujo mixto tienen mayor riesgo de desarrollar EB. El reflujo de ácido y bilis y el tiempo de exposición a las sales biliares y a la bilirrubina son significativamente mayores en el EB en comparación con los enfermos con esofagitis sin metaplasia intestinal. A pH 7, situación difícil de lograr aun con el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP), más del 90% de las sales biliares están en solución y son completamente iónicas. En cambio, con un pH de 3 a 5 se disocian parcialmente y pueden atravesar rápidamente la membrana celular. Finalmente, el ácido y las sales biliares inducen una mayor expresión de la ciclooxigenasa 2. El aumento progresivo de dicha enzima se relaciona con la gravedad del EB.
Secuencia de evolución histológica
Incidencia El adenocarcinoma representa aproximadamente el 10% de los cánceres de esófago y su incidencia aumentó en forma considerable en el transcurso de las últimas décadas, fundamentalmente en el norte de Europa, EE.UU y Argentina. Casi el 90% de estos tumores se desarrolla sobre un EB.
La prevalencia de adenocarcinoma en el EB oscila entre un 10% a un 15%, lo cual representa un riesgo entre 25 y 125 veces más alto en comparación con la población general. La gran mayoría de estos cánceres se diagnostica en una etapa tardía y, por lo general, se asocian con pronóstico desfavorable.
Diagnóstico Tampoco hay correlación entre la longitud de la metaplasia intestinal especializada y la presencia o la duración de los síntomas. Esta falta de concordancia podría atribuirse a la menor sensibilidad al ácido que tiene el EB. Tradicionalmemte sólo se considera EB cuando se observan más de 3 cm de mucosa columnar de tipo intestinal por encima del cardias. Los autores recuerdan que una porción del cardias normalmente está tapizada por epitelio columnar. Actualmente se admite también como EB las lengüetas y los segmentos cortos (de menos de 3 cm) de metaplasia intestinal. La prevalencia de estos segmentos cortos se incrementa con la edad, hasta los 70 años de vida. El diagnóstico correcto requiere la realización de biopsias escalonadas y sistemáticas de la mucosa esofágica con aspecto anormal. En algunas situaciones están indicados estudios adicionales. La medición del pH esofágico de 24 horas es el método más importante para diagnosticar ERGE. Es altamente específico y sensible. En el EB hay retardo del vaciamiento esofágico y el reflujo es más importante. Por ello, el tiempo de exposición al ácido es mayor que en los sujetos en quienes se comprueba esofagitis sin metaplasia. La manometría esofágica (ME) no tiene suficiente sensibilidad y no influye en la elección del tratamiento ni en el seguimiento de los enfermos con EB. En cambio es útil para evaluar el EEI y comprobar la existencia de trastornos motores que alteran el vaciamiento del esófago. En el EB, la manometría muestra una reducción significativa de la presión del EEI (0 a 10 mmHg) en comparación con individuos sanos y en sujetos con esofagitis sin metaplasia. La hipotonía muy marcada del EEI habitualmente se asocia con evolución desfavorable de la ERGE. El estudio radiológico esofagogastroduodenal no es de gran ayuda en el diagnóstico del EB. Cada vez se lo utiliza con menos frecuencia en la detección de una hernia hiatal o de una estenosis. En cambio, puede ser útil en las hernias parahiatales o mixtas y en pacientes que serán reintervenidos. La centellografía con Tc99 sirve para valorar la evacuación gástrica, ya que un número importante de pacientes tiene una estenosis pilórica que retarda el vaciamiento gástrico y favorece el reflujo.
La ecoendoscopia permitiría distinguir el EB por el mayor grosor de la pared del esófago y es de gran utilidad en el diagnóstico de adenocarcinoma intramucoso.
Seguimiento de los pacientes con EB Por este motivo se han buscado otros marcadores que revelen alteraciones biológicas o morfológicas con mayor poder predictivo de riesgo de adenocarcinoma. Las mutaciones en la p53 y la expresión excesiva del factor transformante de crecimiento alfa y su receptor son algunos posibles indicadores.
Tratamiento El abordaje, en el servicio de los autores, incluye intervención en todos los enfermos con EB y en pacientes con ERGE que no responden favorablemente al tratamiento médico adecuado. Asimismo, operan a los pacientes con regurgitación y a los individuos jóvenes con marcada hipotonía del EEI, aun cuando la esofagitis sea leve. El procedimiento quirúrgico antirreflujo más utilizado es la funduplicatura de Nissen que, en la actualidad, se realiza por vía laparoscópica. La intervención se asocia con resultados comparables a los que se obtienen con la cirugía convencional y se logra el control del reflujo en el 90% de los enfermos. El índice de morbilidad es muy bajo y los pacientes pueden reintegrarse al trabajo en forma rápida. Previa cirugía, algunos grupos sostienen la utilidad de la ME para comprobar la existencia de algún trastorno motor primario que contraindique la funduplicatura completa de 360º por el riesgo de disfagia posoperatoria grave y persistente. En estos casos, ciertos grupos recomiendan la funduplicatura parcial (procedimiento de Toupet). Sin embargo, las publicaciones más recientes sostienen que los trastornos de la motilidad del esófago no condicionan el tipo de cirugía antirreflujo. El abordaje médico y quirúrgico tienen una eficacia comprobada para controlar los síntomas pero no logran la regresión del EB ni evitan el desarrollo de displasia o de cáncer. Por lo tanto, los enfermos con EB requerirían ser sometidos a vigilancia endoscópica periódica con estudio anatomopatológico.
En virtud del pronóstico adverso del adenocarcinoma que surge en el EB algunos grupos proponen la ablación endoscópica de la mucosa con metaplasia intestinal para permitir el crecimiento de un nuevo epitelio escamoso. Para ello se han utilizado diversos procedimientos térmicos (electrocoagulación multipolar, láser) y no térmicos (terapia fotodinámica). Sin embargo, aún se requiere mayor investigación para establecer con certeza la utilidad de estas modalidades. Finalmente, agregan los autores, los pacientes en quienes se comprueba EB con displasia de alto grado, confirmada por una nueva endoscopia y biopsia, o un adenocarcinoma temprano deben ser sometidos a la extirpación del esófago.
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¿Cuál de los siguientes factores no interviene en el desarrollo del esófago de Barrett? A.
Erosión ácida de la mucosa. |
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DETERMINAN LA IMPORTANCIA DE LA ANGIOGENESIS EN EL EPITELIO DE BARRETT
Título
original:
La mucosa de Barrett es completamente diferente de la mucosa esofágica normal y puede dar lugar al desarrollo de adenocarcinoma, el cual habitualmente metastatiza por vía linfática. El EB se diagnostica en el 20% de los pacientes con enfermedad crónica por reflujo gastroesofágico. Los estudios epidemiológicos revelaron que los sujetos con EB tienen entre 30 y 125 veces más riesgo de desarrollar adenocarcinoma, cuya incidencia es de uno cada 100 paciente años. A su vez, el adenocarcinoma del EB es una de las neoplasias que más aumentó en las últimas décadas en los países occidentales. Lamentablemente, el diagnóstico por lo general es tardío y la evolución suele ser desfavorable. Luego de la cirugía, la sobrevida a 5 años es sólo de un 20% a un 30%, aproximadamente. La formación de nuevos capilares a partir de los preexistentes, angiogénesis, es un fenómeno que ocurre en la progresión del tumor y desde hace tiempo se reconoce la importancia de la revascularización en el crecimiento de los tumores sólidos. En los cánceres de origen epitelial, los linfáticos son una ruta importante de colonización ganglionar. La linfangiogénesis, el crecimiento de nuevos vasos linfáticos, puede ser también un proceso importante. La imagen endoscópica típica del EB es una mucosa de color rosado salmón. El borde entre el epitelio normal y el patológico suele verse ardiente. Aunque se ha sugerido que este efecto es consecuencia de la erosión crónica por el ácido gástrico también existe la posibidad de que esta mucosa "ardiente" refleje angiogénesis precoz, fenómeno que los autores investigan en el trabajo actual.
Pacientes y métodos Resultados Los capilares y los microvasos fueron contados separadamente en la mucosa y en la submucosa. La cantidad promedio de capilares no fue mayor en el EB, pero su densidad fue el doble de la observada en la mucosa normal del esófago. En las muestras de adenocarcinoma de Barrett avanzado, la densidad microvascular fue dos a tres veces más alta que en la mucosa esofágica normal. Sin embargo, el número de capilares permaneció sin cambios. Al utilizar un anticuerpo específico de microvasos humanos se constató que sólo unos pocos vasos preexistentes penetraban en la mucosa, mientras que los vasos nuevos infiltraban el epitelio de Barrett por completo. El factor de crecimiento endotelial (VEGF)-A, regulador primario de la angiogénesis, se expresó en el EB mientras que su receptor (VEGFR-2) se expresó fuertemente en las células endoteliales de nuevos vasos angiogénicos, particularmente en aquellos vasos que alimentan la mucosa intestinal especializada del EB. Las metaloproteinasas de la matriz extracelular (MMP) también están involucradas en la angiogénesis y se comprobó que la MMP-2 se expresaba en mucosa normal del esófago así como en el EB. En cambio, la MMP-9 se expresó más en el EB que en el epitelio esofágico normal. La maduración vascular puede ser un hallazgo para distinguir entre vasos preexistentes y nuevos. La observación de actina de músculo liso (SMA) puede ser útil en este contexto, señalan los autores. De hecho, la capa muscular de la mucosa mostró una fijación intensa en las muestras de esófago normal, de EB, displasia y adenocarcinoma. Sin embargo, la estructura global de esta capa se vio más fragmentada en el adenocarcinoma de esófago. Al comparar el patrón de fijación de EN4 (marca todos los vasos) y de SMA (marca la actina de los vasos maduros) fue evidente que los vasos tumorales de reciente formación eran inmaduros y sin SMA. La cuantificación de este fenómeno mostró que los vasos SMA-/EN4+ representaron el 5%, 25% y 40% en EB, en displasia y en adenocarcinoma, respectivamente. En cambio, los vasos de la mucosa normal fueron todos SMA+. Una característica particular del cáncer de esófago es su diseminación linfática precoz en comparación con otras neoplasias del tracto gastrointestinal. El VEGF-C no se expresó en la mucosa normal del esófago pero su expresión aumentó durante la evolución del EB a displasia y a adenocarcinoma. A su vez, el VEGFR-3 (receptor linfangiogénico) fue mayor, particularmente en la displasia y en el adenocarcinoma. Además, los ganglios linfáticos metastásicos también fueron VEGF-C+ y VEGFR-3+. Discusión |
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¿Cuál de los siguientes fenómenos parece crucial en la progresión del epitelio de Barrett y en la capacidad de metastatizar a distancia? A.
Erosión ácida de la mucosa.
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PROGRAMAS DE RASTREO E INTERVENCION DE CORTA DURACION EN INDIVIDUOS CON CONSUMO EXCESIVO DE ALCOHOL
Título original:
Introducción
Métodos Para la evaluación de las experiencias médicas se eligió el método de la entrevista grupal; para validar los resultados fueron consultados individualmente 5 profesionales con distintos puntos de vista sobre la efectividad del programa. Las entrevistas fueron registradas en audio y las grabaciones evaluadas mediante un software de análisis cualitativo. Fueron entrevistados 24 profesionales seleccionados como representativos de la muestra total en lo que se refiere a edad, sexo, años de práctica profesional y número de pacientes detectados durante el período en estudio.
Resultados Fueron muchas las dificultades para establecer comunicación con el paciente y generar acuerdo sobre las intervenciones destinadas a reducir el riesgo del consumo de alcohol o para concertar futuras consultas. Los clínicos también se mostraron muy escépticos acerca del efecto de la intervención sobre el comportamiento de los pacientes, lo que se confirmó con la pérdida de interés de los individuos por realizar una nueva consulta médica. Los profesionales señalaron que no resulta conveniente el desarrollo de programas de rastreo e intervención breve respecto del consumo excesivo de alcohol, aunque sí es adecuado aconsejar a los pacientes. Por un lado, es dificultosa la implementación de estos programas durante el desarrollo normal de la consulta. Por otro, debido al temario impuesto por el programa, los médicos trabajan de modo distinto al habitual, por lo que deben dejar de lado otras funciones de la práctica general para realizar este tipo de experiencia.
Discusión Es probable que los profesionales que formaron parte de esta investigación hayan tenido una intervención mayor en el estilo de vida de los sujetos en estudio que la que habitualmente tienen los médicos clínicos. El carácter general de los resultados puede ser cuestionado, pero no la actitud de los especialistas que formaron parte de la intervención. Los resultados del presente trabajo destacan el valor de los estudios pragmáticos de programas aparentemente eficaces antes de que sean implementados a gran escala. Asimismo, señalan que la detección e intervención breve puede crear más problemas que soluciones, con resultados poco satisfactorios. Estos programas originan en los profesionales participantes una sensación de comunicación insuficiente y de falta de confianza con el paciente, lo cual no concuerda con la tendencia actual de acercamiento de los médicos generalistas al estilo de vida del individuo.
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Trabajos Distinguidos, Serie Gastroenterología, integra
el Programa SIIC-Sociedad Argentina
de Gastroenterología (SAGE) de Educación Médica Continuada
Sociedad
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