Sociedad Iberoamericana
de Información Científica |
Volumen 6, Número 3, 2002 |
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Hallazgos
Científicos
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EL
RESURGIMIENTO DE LA TRIQUINOSIS ASOCIADO CON NUEVAS ESPECIES DE TRICHINELLA
Pisa, Italia.
El resurgimiento de esta
zoonosis condujo a integrar las experiencias de diferentes epidemias
producidas en diversas regiones con el fin de ofrecer un abordaje
integral para su diagnóstico y tratamiento.
Postgraduate
Medical Journal 78:15-22, 2002
Autores:
Bruschi F, Murrell KD.
Institución/es participante/s en la investigación:
Università di Pisa, Pisa, Italia.
Título
original:
[New Aspects of Human Trichinellosis: The
Impact of New Trichinella Species]
Título en castellano:
Nuevos Aspectos de la Triquinosis Humana: El Impacto de
Nuevas Especies de Trichinella
Introducción
La triquinosis es una infección parasitaria causada por un nematodo
perteneciente al género Trichinella. Durante la última década
se ha registrado un incremento considerable de casos en todo el
mundo, reflejando un paradigma epidemiológico cambiante.
La descripción de nuevas especies, como T. murrelli y T.
papuae, y la aparición de brotes epidémicos causados por
especies no reconocidas anteriormente como infecciosas para el ser
humano, complicaron la identificación del cuadro clínico de esta
enfermedad. Los autores presentan los cambios producidos en la
epidemiología de esta zoonosis y sugieren algunos nuevos enfoques
para su diagnóstico y tratamiento.
Sistemática
La T. spiralis ha sido observada en más de 100 huéspedes
mamíferos diferentes. Anteriormente se creía que se trataba de una
única especie con baja especificidad por el huésped que se
propagaba por todo el mundo con el desplazamiento de los cerdos domésticos.
Sin embargo, en la última década, la utilización de métodos de
diagnóstico moleculares y bioquímicos condujo a la identificación
de siete especies de Trichinella, con diferentes
distribuciones epidemiológicas y geográficas.
Ciclo vital
Todas las etapas del ciclo vital de la triquinela se cumplen en huéspedes
mamíferos. Cuando el músculo esquelético que contiene las larvas
infectantes es ingerido por otro mamífero, las larvas son liberadas
por la acción de los jugos gástricos y alcanzan el intestino
delgado. A ese nivel, los parásitos invaden el epitelio y mudan
cuatro veces antes de alcanzar la madurez sexual. Las hembras
expelen las larvas entre 6 y 7 días después de la infección. La
mayoría de las larvas recién nacidas penetran en la submucosa y
son transportadas por el sistema circulatorio a diversos órganos;
en gran parte de las especies se enquistan gradualmente y alcanzan
la fase infecciosa entre 21 y 30 días después de la infección.
Epidemiología
La característica más sobresaliente de la epidemiología de este
parásito es su transmisión obligatoria por la ingestión de carne.
Una segunda característica cardinal es la existencia de dos
sistemas ecológicos normalmente separados: el selvático y el doméstico.
La especie con mayor frecuencia asociada a la infección humana es
la T. spiralis, habitualmente hallada en los cerdos domésticos.
Hasta hace poco tiempo, las epidemias se producían
predominantemente por el consumo de carne de cerdo infectada con T.
spiralis. En la actualidad, la comercialización masiva de carne
puede diseminar el parásito en grandes poblaciones. También ha
adquirido importancia la proporción creciente de brotes causados
por especies selváticas de Trichinella, sea directamente por
la ingestión de carne de animales salvajes o por el contagio de
animales domésticos.
Patogenia
Fase enteral
La diarrea prolongada observada en algunas epidemias sugiere que los
gusanos adultos persisten en el intestino de personas expuestas
frecuentemente a la infección.
En la mucosa del yeyuno de pacientes infectados con T.
spiralis se observa aumento de mastocitos. La diarrea durante la
infección es consecuencia de un proceso inducido por el parásito,
que conduce a la secreción activa de iones y agua, como ocurre en
el cólera.
Fase parenteral
Esta etapa se asocia con respuestas alérgicas e inflamatorias
causadas por la invasión del tejido muscular por las larvas
migrantes, que dañan directamente las células musculares o
indirectamente, mediante la estimulación de la infiltración de células
inflamatorias, en especial eosinófilos.
El compromiso del sistema nervioso central durante la infección
(neurotriquinosis) se debe, esencialmente, a la vasculitis y a las
reacciones granulomatosas inflamatorias que rodean a las larvas
invasoras. Las células nerviosas también pueden ser dañadas por
los productos de la degranulación de los eosinófilos.
La miocarditis inicialmente es secundaria a la invasión del músculo
cardíaco por las larvas y, posteriormente, a procesos inmunopatológicos
como la infiltración por eosinófilos y la desgranulación de
mastocitos.
Aspectos inmunológicos
Recientemente se observó que la interleuquina-5 (IL-5) protegería
a los eosinófilos de la apoptosis. Estas células son citotóxicas
para las larvas recién nacidas. Los pocos datos disponibles acerca
de las especies no encapsuladas sugieren que la T.
pseudospiralis sería menos virulenta y generaría menos
inflamación a nivel intestinal y muscular.
Manifestaciones clínicas
La gravedad del curso clínico depende de la especie infectante, el
número de larvas vivas ingeridas, el sexo, la edad y el grupo étnico
del huésped. El estado inmunológico también influye
considerablemente (los tratamientos inmunosupresivos prolongan la
sobrevida de los gusanos adultos en el intestino). El período de
incubación de la enfermedad varía entre 7 y 30 días, según la
gravedad de la infección.
El curso clínico del período agudo se caracteriza por dos
estadios: una fase enteral en la cual el parásito altera la
función intestinal y una fase parenteral, que se asocia con
la respuesta inflamatoria y alérgica a la invasión muscular por
las larvas. Aunque la fase aguda suele ser asintomática, las
primeras manifestaciones gastrointestinales son secundarias a la
invasión por las larvas ingeridas en el estadio 1 (L1).
Los signos persisten entre 2 y 7 días, aunque en ocasiones duran
semanas.
Luego se inicia el síndrome triquinósico o de triquinosis
generalizada. Pueden producirse malestar general, anorexia, náuseas,
vómitos, dolor abdominal, fiebre, diarrea o constipación. La
diarrea es más persistente que los vómitos, puede durar hasta 3
meses y cuando es excesiva causa deshidratación.
Los músculos, incluyendo el miocardio, se ven afectados durante
la fase parenteral. También pueden estar afectados el sistema
nervioso central, pulmones, riñones y la piel. El síndrome triquinósico
se caracteriza por edema facial, dolor y tumefacción musculares,
debilidad y a menudo fiebre. Con menor frecuencia se observan
anorexia, cefaleas, conjuntivitis y urticaria. En esta etapa, los
signos oculares pueden ayudar al diagnóstico. El edema
periorbitario es peculiar de esta infección y sería secundario a
la respuesta alérgica. Toda la cara puede estar afectada, dando al
paciente un aspecto característico. Los músculos afectados con
mayor frecuencia son los extraoculares, maseteros, de la lengua y la
laringe, cervicales e intercostales. El dolor puede ser tan intenso
que limita la función de brazos y piernas. Los músculos están
endurecidos, rígidos y edematosos. El edema persiste una semana o
dos y desaparece con aumento de la diuresis. Las manifestaciones
neurológicas son frecuentes en las infecciones graves; suelen
comprobarse signos de compromiso meningoencefálico, seguidos por
parálisis o paresias focales y delirio.
La miocarditis, la complicación cardiovascular más común y, en
ocasiones, produce insuficiencia cardíaca o bronconeumonía; también
se han informado arritmias. Las alteraciones electrocardiográficas
más comunes son extrasístoles, prolongación del intervalo P-R,
complejos QRS pequeños y aplanamiento o inversión de las ondas T,
en especial en las derivaciones precordiales y en DII.
La presión arterial puede estar disminuida durante la fase
temprana de la infección y mantenerse así durante la
convalecencia. Manifestaciones menos frecuentes son las hemorragias
subungueales petequiales, la roséola y los exantemas
maculopapulares morbiliformes.
Cumplido el período agudo sigue la fase de convalecencia, por lo
general con recuperación completa. Durante los años siguientes,
las larvas musculares son destruidas progresivamente; este proceso
es seguido de calcificación. Aunque la muerte es infrecuente debido
a los avances en el tratamiento, puede sobrevenir como consecuencia
de insuficiencia cardíaca congestiva por miocarditis, encefalitis,
neumonitis, hipopotasemia o insuficiencia suprarrenal.
Diagnóstico
Cuando la infección se produce en brotes epidémicos, el diagnóstico
es más sencillo, pero es difícil en las infecciones esporádicas.
Es necesario obtener la historia clínica, prestando particular
atención a los hábitos alimentarios en las semanas previas al
comienzo de los síntomas. La exposición a carne potencialmente
infectada (cruda o poco cocida), la presencia de gastroenteritis,
mialgias, edema facial, eosinofilia y hemorragias conjuntivales y
subungueales sugieren el diagnóstico.
El electromiograma es útil en las infecciones moderadas y
severas durante el período agudo.
El diagnóstico definitivo se establece cuando se detectan larvas
L1 en la biopsia muscular. Es importante señalar que el
aislamiento de larvas en el músculo no se realiza antes de los 17 a
21 días de la infección porque hasta entonces no son resistentes a
la digestión. Los exámenes histológicos pueden revelar
modificaciones de los músculos esqueléticos, incluyendo degeneración
basófila de las fibras, metamorfosis grasa, degeneración hialina o
hidrópica e inflamación intersticial.
El diagnóstico de triquinosis es difícil en las infecciones
esporádicas, pero lo es aún más cuando hay compromiso del sistema
nervioso central. La neurotriquinosis en ocasiones se acompaña de
lesiones multifocales, nodulares o en anillo, que a menudo exhiben
refuerzo del contraste. No obstante, también se han obtenido imágenes
cerebrales normales en las tomografías computadas a pesar de
registrarse manifestaciones neurológicas.
Hallazgos de laboratorio
Inespecíficos
Las enzimas musculares (creatinfosfoquinasa [CPK] y lactato
deshidrogenasa [LDH]) pueden mantenerse elevadas durante más de 4
meses. Cuando ambas están aumentadas, es necesario realizar el
diagnóstico diferencial con las miopatías.
También pueden producirse cambios en los niveles de
inmunoglobulinas; el más característico es el aumento de la IgE
total, aunque no es constante.
Específicos (inmunodiagnóstico)
El inmunodiagnóstico tiene tres objetivos: 1) reconocer la infección
aguda para indicar tempranamente el tratamiento antihelmíntico; 2)
establecer el diagnóstico retrospectivo; y 3) agregar información
sobre la epidemiología de la infección. La seroconversión suele
producirse entre la tercera y quinta semana de la infección y el
suero se mantiene positivo hasta más de 1 año después de la
finalización de los síntomas clínicos.
Las pruebas más utilizadas son hemaglutinación indirecta,
floculación en bentonita, inmunofluorescencia indirecta, aglutinación
del látex y enzimoinmunoensayo (ELISA).
Tratamiento
Las infecciones leves no requieren tratamiento. El objetivo terapéutico
en las fases iniciales es limitar la invasión muscular por las
larvas. Cuando ésta ya se ha producido, se intenta reducir el daño
muscular. Los niveles plasmáticos de los fármacos se deben
mantener durante períodos prolongados. Durante una epidemia
reciente, mebendazol y tiabendazol fueron más efectivos que el
placebo o fluconazol; no obstante, se registró una elevada
incidencia de efectos adversos con tiabendazol (30%).
Cuando las larvas ya están encapsuladas, disminuye la eficacia
de drogas como mebendazol. En las infecciones por T.
pseudospiralis, albendazol es particularmente efectivo, sin
efectos colaterales importantes.
Pronóstico
El pronóstico suele ser bueno excepto en los pacientes con
infecciones severas. La gravedad de la infección depende del número
de larvas ingeridas y del tiempo transcurrido desde la infección
hasta el inicio del tratamiento
Autoevaluación de Lectura
¿Cuál de los siguientes factores
influye sobre la gravedad del curso clínico de la triquinosis?
A. La infección con especies
salvajes.
B.El número de larvas ingeridas.
C.Las reinfecciones frecuentes.
D.Los tratamientos antihelmínticos previos.
Respuesta
Correcta
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CARACTERISTICAS
DE LA NEUMONIA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD EN INFANTES
Boston, EE.UU.
La neumonía en la
infancia es una de las infecciones más frecuentes y, en
algunas regiones, reviste una gravedad especial. Dada la
complejidad etiológica y diagnóstica no existen
recomendaciones particulares pero, algunos elementos clínicos
y epidemiológicos pueden ser de ayuda en la decisión terapéutica.
The New
England Journal of Medicine 346(6): 429-437, Feb
2002
Autor:
McIntosh K.
Institución/es participante/s en la investigación:
Division of Infectious Diseases,
Children's Hospital, Boston, EE.UU.
Título
original:
[Community-Acquired Pneumonia in
Children]
Título en castellano:
Neumonía Adquirida en la Comunidad en Niños.
Introducción
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es una infección
muy frecuente en niños de todo el mundo y puede tener
evolución desfavorable en este grupo etario. La incidencia
anual de NAC en niños de menos de 5 años es de 34 a 40
casos por mil en Europa y Norteamérica, mucho más alta que
la que se registra en cualquier otra etapa de la vida, con
excepción quizás de los adultos de más de 75 u 80 años
de edad. En los países en vías de desarrollo, la NAC en niños
no sólo es más frecuente sino también más grave, agrega
el autor.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido
criterios diagnósticos en base a los hallazgos clínicos
pero, su aplicación es compleja en niños muy pequeños en
quienes la bronquiolitis y la neumonía -comunes en este
grupo etario- a menudo tienen manifestaciones clínicas
superpuestas. De hecho, muchos denominan infección del
tracto respiratorio inferior sin hacer distinción entre los
dos procesos. En este artículo, el autor se refiere a
neumonía basada en el diagnóstico clínico -fiebre o síntomas
respiratorios agudos e infiltrados parenquimatosos en la
radiografía de tórax-.
Etiología
Un amplio número de microorganismos puede ser causa de NAC
pero identificar la etiología en un determinado enfermo no
siempre es posible. A su vez, en estos pacientes no es fácil
la obtención de buenas muestras de esputo.
Múltiples investigaciones sobre el tema, efectuadas en
la década del 60 y del 70, recalcaron la importancia de las
infecciones por virus respiratorios: virus sincicial,
influenza, parainfluenza y adenovirus en niños con edad
preescolar como así también la importancia de M.
pneumoniae en niños de edad escolar y de C.
trachomatis en infantes de dos semanas a 4 meses de
vida.
Más recientemente se ha aislado C. pneumoniae en
niños en edad escolar con neumonía; sin embargo la conexión
causal precisa entre estos hallazgos es difícil por la
frecuencia de infecciones asintomáticas. En forma similar,
el papel del citomegalovirus, P.carinii y U.
urealyticum aún es controvertido.
La importancia de bacterias como agentes etiológicos en
casos graves se documenta mejor cuando se dispone de
muestras de parénquima pulmonar. Así, se ha confirmado el
papel de S.
pneumoniae, S. aureus y H. influenzae,
inclusive de cepas no tipificables, como agentes etiológicos
de neumonía grave en niños. En cambio, su participación
en enfermedad leve aún se discute. El valor de las pruebas
microbiológicas directas e indirectas y de estudios genéticos
para confirmar infección por un determinado agente es
cuestionable, añade el experto.
Más aún, estudios previos han demostrado la presencia
de dos patógenos en casi la mitad de los casos de NAC. Sin
embargo, aún no se sabe cuál es el valor de dicha
observación. Por ejemplo, agrega, a pesar de la posible
participación del neumococo en el 39% de los niños
internados por infección por virus respiratorio sincicial,
la experiencia indica que rara vez estos pacientes son
tratados con antibióticos.
Aunque el daño de la vía aérea por un virus o por M.
pneumoniae puede, en teoría, facilitar la aspiración
de bacterias a los pulmones o hacia el torrente circulatorio
y estimular la síntesis de anticuerpos específicos, el fenómeno
no implica necesariamente que la bacteria en sí misma sea
la causa del cuadro clínico. En cambio, desde un punto de
vista más práctico, la reducción en la incidencia de
neumonía en relación con la administración de la nueva
vacuna antineumocócica brinda evidencia indirecta de la
importancia de este microorganismo en la NAC infantil.
En países en vías de desarrollo, las bacterias,
particularmente S. pneumoniae, H. influenzae y
S. aureus intervienen en forma crítica en NAC grave
con consolidación lobar. Asimismo, las bacterias son causa
importante de neumonía complicada o grave en niños de
Europa y Norteamérica aunque la difusión de vacunas específicas
redujo casi por completo las afecciones por H.influenzae
tipo b.
Algunos virus respiratorios, C. trachomatis y M.
penumoniae también son causa de NAC en niños en edad
preescolar y escolar. A su vez, la evidencia reciente indica
que la infección por C.pneumoniae puede ser
importante en niños en edad escolar y adolescentes.
Diagnóstico
El diagnóstico microbiológico, a pesar de las limitaciones
comentadas, es importante en niños con patología
respiratoria grave. Sin embargo, desde el punto de vista clínico,
los signos y síntomas, las características epidemiológicas
y los hallazgos radiológicos más algunas pruebas simples
de laboratorio son suficientes para realizar el diagnóstico
y comenzar el tratamiento adecuado.
Aunque la distinción entre neumonía típica
(bacteriana) y atípica (viral o por micoplasma) puede ser
de utilidad en adolescentes y adultos, las diferencias no
son tan marcadas en infantes y niños en edad preescolar. En
un estudio, la neumonía bacteriana y viral sólo se
diferenció clínicamente por la incidencia de conjuntivitis
y otitis asociadas. Otro estudio reveló que las sibilancias
eran más frecuentes en pacientes con neumonía viral.
En cambio, los fenómenos que habitualmente se relacionan
con enfermedades virales -rinorrea, enfermedad en los
familiares y mialgias, no fueron más frecuentes en la NAC
de etiología viral.
Por su parte, los estudios radiográficos a menudo no
permiten diferenciar NAC bacteriana o viral. Incluso,
algunas investigaciones sugirieron que las observaciones
radiológicas son de menos valor que la determinación de la
proteína C reactiva, velocidad de eritrosedimentación o
recuento de glóbulos blancos. En cambio, un estudio de
Finlandia concluyó que el infiltrado alveolar o lobar es un
hallazgo poco sensible pero relativamente específico de NAC
bacteriana. Existen numerosas series que describen el
espectro y la frecuencia de diversos hallazgos radiográficos
en pacientes con NAC por neumococo, virus, micoplasmas o
clamidias. Las pruebas de laboratorio no microbiológicas
tampoco son de valor diferencial. El nivel de proteína C
reactiva y el recuento de neutrófilos serían los parámetros
de más ayuda.
Tratamiento
Probablemente debido a las numerosas controversias que se
han planteado en relación con la etiología de estas
infecciones en la infancia, pocos grupos establecieron guías
específicas, en clara divergencia con lo que ocurre en la
población adulta.
La OMS ha puntualizado los aspectos del tratamiento en
1980. Sin embargo, estas pautas están destinadas a los países
en los cuales la neumonía representa una infección de suma
gravedad, donde las neumonías bacterianas son más
frecuentes y donde las herramientas diagnósticas son
escasas.
Las decisiones terapéuticas deben basarse en algoritmos
diagnósticos que incluyen la edad del paciente, los
factores clínicos y epidemiológicos y los hallazgos radiológicos.
El consenso de Canadá se basa primariamente en la edad del
paciente y es uno de los mejores modelos de abordaje,
recuerda el especialista.
La NAC durante las primeras tres semanas de vida es
infrecuente; cuando ocurre suele obedecer a infecciones
perinatales. Entre las tres semanas y los 3 meses, los
microorganismos sensibles a los antibióticos macrólidos
son los más comúnmente involucrados. C.
trachomatis es una causa frecuente y Bordetella
pertussis, aunque infrecuente, puede ser causa de NAC
grave. Habitualmente dichas infecciones se asocian con
infiltrados intersticiales y la tos es el síntoma
principal. En niños de más de 5 años de edad, otros dos gérmenes
sensibles a macrólidos -M. pneumoniae y C.
penumoniae- originan NAC. Radiográficamente no
suelen mostrar imágenes diferentes de las neumonías
bacterianas pero clínicamente se expresan con tos, fiebre
moderada y, a veces, sibilancias. M. pneumoniae es el
agente más comúnmente identificado en NAC en niños de 5 a
15 años.
A pesar de las limitaciones, la información epidemiológica
y clínica puede ser de utilidad. La presencia de signos de
sepsis, aún en ausencia de síntomas respiratorios graves,
sugiere NAC bacteriana. El dolor precordial localizado (a
diferencia del dolor retroesternal en la traqueítis en
infecciones por micoplasma o virales) por lo general refleja
irritación pleural, que casi exclusivamente se observa en
NAC bacteriana.
Un niño con neumonía y sibilancias probablemente tenga
una infección de naturaleza viral, por M. pneumoniae
o C. pneumoniae. En la mayoría de las series, la
conjuntivitis no ha sido un elemento útil de orientación
con excepción de los niños de menos de 3 meses de vida: en
ellos, el diagnóstico diferencial debe incluir infección
por C. trachomatis.
Los factores epidemiológicos también contribuyen con el
diagnóstico. Así, en regiones de clima templado, la
estacionalidad es uno de los factores determinantes de mayor
importancia. El virus respiratorio sincicial y el virus
influenza son infrecuentes fuera del invierno y primavera.
Asimismo, aunque la estacionalidad en infección por M.
pneumoniae es menos predecible, suelen registrarse
brotes durante el invierno.
La radiografía de tórax es de gran valor en el diagnóstico
de NAC. De hecho, numerosas investigaciones señalaron la
escasa sensibilidad y especificidad de las manifestaciones
clínicas: los signos con elevada sensibilidad (fiebre y
taquipnea) carecen de especificidad y, a la inversa,
aquellos muy específicos -como rales y dolor pleural- son
muy poco sensibles. La presencia de consolidación lobar,
particularmente cuando se asocia con derrame pleural, es
indicadora de NAC de etiología bacteriana. Asimismo, la
anormalidad en el recuento de blancos, el porcentaje de
neutrófilos y la concentración de proteína C reactiva
sugiere NAC bacteriana.
Todas las consideraciones comentadas, en combinación con
los patrones de susceptibilidad antimicrobiana, pueden
utilizarse en la elección del antibiótico más adecuado,
en caso de que esté indicado el tratamiento empírico.
En niños de 3 semanas a 3 meses de vida, señala el
experto, como así también en los pacientes de 5 a 15 años,
un macrólido es la mejor opción a menos que haya evidencia
de sepsis o de infiltrados lobares. La elección del macrólido
se debe basar en el costo, tolerancia y adherencia ya que
todos han mostrado una eficacia similar. En niños con
sepsis está indicada una cefalosporina de segunda o tercera
generación con excepción de los infantes, en quienes está
indicada la combinación de ampicilina y gentamicina o una
cefalosporina de tercera generación, en casos de mayor
gravedad. Aunque la NAC por S. aureus es infrecuente
en Europa y Norteamérica aún puede presentarse y, en este
caso, el tratamiento indicado es oxacilina o vancomicina en
cepas resistentes a la meticilina.
El tratamiento de la NAC por S. pneumoniae ha sido
motivo de amplio debate y de numerosos consensos de la Academia
Americana de Pediatría. La aparición de cepas
resistentes a la penicilina no es tan importante en el caso
de NAC, como lo es en menigitis.
De hecho, en la primera situación suele ser
satisfactorio el tratamiento con altas dosis de beta lactámicos.
La mayoría de las cepas no susceptibles pueden tratarse con
cefalosporinas de segunda o tercera generación (cefuroxima
o cefotaxima, respectivamente) o con dosis altas de
amoxicilina (80 a 100 mg/kg/día). El agregado de un
inhibidor de las beta lactamasas no está indicado en estos
casos, ya que este no es el mecanismo de resistencia.
El uso de la vacuna recientemente aprobada parece útil
en la prevención de la mayoría de los casos de NAC por
neumococo en los Estados Unidos. Sin embargo, su costo
elevado probablemente sea un obstáculo importante para su
difusión en otras partes del mundo, incluso en regiones en
donde la infección suele ser grave.
Asimismo, existe evidencia de que algunos serotipos no
presentes en la vacuna y causales de otitis media están
aumentando en prevalencia. En este contexto, el desarrollo
de una vacuna con espectro más amplio es una de las
prioridades sanitarias en el futuro inmediato
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Autoevaluación
de Lectura
¿Cuál es la causa más
común de neumonía en niños de 5 a 15 años?
A. Virus respiratorio
sincicial.
B.Virus parainfluenza.
C.C. trachomatis
D.S. pneumoniae
Respuesta
Correcta
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ACERCA DEL
USO DE FLUOROQUINOLONAS EN PEDIATRIA
Evidencias
sobre la seguridad de estos fármacos en niños.
El uso de quinolonas en pediatría
se vio limitado por los efectos adversos observados en animales.
Sin embargo, la evidencia -aunque todavía escasa- parece indicar
que estos antibióticos son seguros en niños.
Infect Urol
15(3): 3-8, 2002
Autores:
Mormile R, Cuzzolin L y Fanos V.
Título
original:
[Fluoroquinolones in Complicated Pediatric
Urinary Tract Infections: A Review of the Literature]
Título en castellano:
Fluoroquinolonas en Infecciones Complicadas del Tracto Urinario
en Pediatría: Revisión de la Literatura
Introducción
Hasta la fecha, el uso de las fluoroquinolonas (FQ) en pediatría se
limitó a pacientes con fibrosis quística e infecciones pulmonares
y a enfermos con shigelosis y salmonelosis epidémica en países en
vías de desarrollo. Aunque la terapia prolongada se toleró bien y
no hubo evidencia de condrotoxicidad, su uso ha sido muy cauteloso
por la observación de artropatía en animales jóvenes.
La Sociedad Internacional de Quimioterapia sugiere que
las FQ podrían utilizarse en niños con exacerbaciones broncopulmonares
de la fibrosis quística causadas por Pseudomonas aeruginosa,
en infecciones del tracto urinario, en otitis media supurativa,
en shigelosis o salmonelosis epidémica, en osteomielitis, en la
profilaxis antibacteriana en pacientes con neutropenia e infecciones
por meningococo y en enfermedad por micobacterias resistentes a
los fármacos.
En la revisión, los autores analizan la información disponible
en relación con el uso de FQ en infecciones del tracto urinario
(ITU) en pediatría. Asimismo, comunican su experiencia con la administración
de ciprofloxacina en 3 infantes con infecciones complicadas por
P. aeruginosa.
Seguridad de las FQ en la población pediátrica
Los principales efectos adversos asociados con el uso de FQ en pediatría
incluyen alteraciones del tracto gastrointestinal y de la piel.
Sin embargo, las artralgias y las artropatías son las situaciones
que más preocupan.
Todas las FQ analizadas producen efectos artropáticos en animales
inmaduros en forma dependiente de la dosis. Hasta la fecha, el daño
cartilaginoso inducido experimentalmente no se ha reproducido en
las articulaciones inmaduras humanas. Hay más de 30 trabajos que
describen el uso de ácido nalidíxico, ciprofloxacina, norfloxacina
u ofloxacina en más de 7000 niños sin evidencia de efectos negativos
sobre el crecimiento lineal.
Las únicas excepciones ocurrieron en pacientes con fibrosis quística
en quienes es difícil separar el efecto de la medicación del inherente
a la enfermedad de base.
El ácido nalidíxico se ha utilizado en infantes durante más de
2 décadas, habitualmente en tratamientos prolongados. Sin embargo,
el seguimiento no reveló desarrollo de artropatías. En un estudio
que comparó el efecto del ácido nalidíxico con el de la norfloxacina
en 59 niños con shigelosis tampoco se registró ningún efecto secundario
a nivel de las articulaciones.
Los estudios con ciprofloxacina comenzaron a principios de la
década del ochenta. Una revisión que abarcó a 202 pacientes (de
menos de 1 año a 17 años) sólo puso de manifiesto artralgias en
5 enfermos. Empero, cuatro de ellos tenían fibrosis quística. Por
su parte, Hampel y colaboradores y otros grupos confirmaron el excelente
perfil de seguridad de las FQ. Una rigurosa investigación de vigilancia
en 13 pacientes prepuberales que recibieron 30 mg/kg/día de ciprofloxacina
durante 3 meses indicó, 4 a 6 meses más tarde, la falta de efecto
sobre el crecimiento o de artropatía.
Asimismo, Loebstein y colegas evaluaron la toxicidad fetal de
las FQ administradas a 200 mujeres embarazadas. Los autores concluyeron
que estos antibióticos, utilizados durante la embriogénesis, no
se asocian con mayor riesgo de malformaciones o de alteraciones
musculoesqueléticas. En el contexto de infecciones urinarias complicadas
durante la gestación o en presencia de micropatógenos resistentes,
los beneficios de las FQ parecen superar los riesgos.
Uso racional de las FQ en ITU en pediatría
Las ITU en pediatría son problemas importantes ya que pueden originar
daño del parénquima renal e insuficiencia renal crónica.
El tratamiento de niños con ITU (cistitis o pielonefritis) obliga
a la rápida administración de antibióticos, a la valoración de posibles
anormalidades estrucutrales de la vía urinaria y a la prevención
de las recurrencias. De hecho se ha visto que el retardo en la administración
de antibiióticos se asocia con mayor riesgo de defectos corticales.
Una vez curada la infección aguda, en pacientes con anormalidades
anatómicas del tracto urinario, como reflujo vesicoureteral u obstrucción,
está indicada la profilaxis. El agente ideal no debería ser costoso
y debería mantener una buena concentración en orina con bajo nivel
en sangre. El desarrollo de resistencia bacteriana y de alergia
limita las posibilidades terapéuticas, fenómenos que obligan a contar
con otras opciones.
Dado su espectro antibacteriano y sus propiedades farmacocinéticas,
las FQ pueden considerarse candidatos potenciales en niños con infecciones
por organismos con múltiple resistencia o en pacientes con menor
funcionalidad renal. Más del 90% de los patógenos de las ITU son
gramnegativos y las FQ tienen excelente actividad frente a ellos.
Asimismo, las infecciones por P. aeruginosa y por especies
de Staphylococcus, frente a las cuales los antibióticos beta
lactámicos y las cefalosporinas de tercera generación no son eficaces,
constituyen una excelente indicación para el uso de FQ. La ciprofloxacina
es particularmente eficaz frente a P. aeruginosa. Asimismo,
en infecciones complicadas por bacterias resistentes a múltiples
drogas, la combinación de rifampicina, ceftazidima o cefotaxima
puede asociarse con un efecto sinérgico frente a S aureus,
especies de Pseudomonas y E. coli, respectivamente.
Las FQ por vía oral, por su excelente biodisponibilidad, son particularmente
útiles en niños ya que permiten una actividad normal y evitan la
internación. Muchas de ellas tienen una vida media larga por lo
que pueden administrarse una o dos veces por día. Tienen, además,
buena penetración en los sitios purulentos y alcanzan una adecuada
concentración en orina. Con excepción de la trovafloxacina que se
excreta primariamente por bilis, las restantes se eliminan esencialmente
por orina. Finalmente, por su mecanismo de acción, parece más difícil
el desarrollo de resistencia.
Revisión de los estudios clínicos de tratamiento de las ITU
en pediatría Sólo se han publicado unos pocos estudios retrospectivos.
En una investigación japonesa, la eficacia de la norfloxacina oral,
en dosis de 6 a 16 mg/kg/día, fue del 98% en 108 pacientes con ITU
documentada. Otro estudio de los Países Bajos encontró que, en 40
enfermos de 5 meses a 19 años, la norfloxacina en dosis de 9 a 14
mg/kg/día seguida de la profilaxis con 2.6 mg/kg/día se asoció con
evolución exitosa a pesar de que en el 18% de los casos se produjo
sobreinfección por Enterococcus durante la etapa de profilaxis.
Una revisión de la literatura acerca del uso de ciprofloxacina
en 28 neonatos pretérmino mostró que la droga fue capaz de erradicar
microorganismos de varias localizaciones, incluyendo orina en 16
neonatos con muy bajo peso al nacer e infección por gérmenes resistentes
a múltiples fármacos.
En forma más reciente, los autores publicaron su experiencia en
3 niños de 15 meses a 4 años de vida con infección recurrente por
P. aeruginosa resistente a múltiples drogas. Después del
tratamiento con ciprofloxacina oral en dosis de 25 mg/kg por día,
los microorganismos fueron erradicados en todos los pacientes, sin
que se registraran efectos adversos.
En conclusióm, las FQ aparecen como una buena opción terapéutica
en distintas situaciones aunque por ahora su uso se limitó fundamentalmente
a pacientes con fibrosis quística o infecciones digestivas. Sólo
las investigaciones a mayor escala pondrán de manifiesto su papel
en el manejo de otras afecciones, como las ITU en pediatría.
Comentario editorial: Seguridad de las FQ en Niños
A pesar de que las FQ se han asociado con el riesgo de desarrollo
de efectos adversos en infantes, su uso en situaciones clínicas
particulares es cada vez mayor. Las mismas incluyen pacientes con
FQ y predisposición a infección por P. aeruginosa; niños
inmunocomprometidos por quimioterapia o inmunosupresión por trasplante,
infantes con anomalías complejas del tracto urinario, niños con
infecciones por Salmonella y enfermos con infecciones por
otras bacterias que no responden al tratamiento antimicrobiano inicial.
Asimismo, por su alta eficacia en infecciones por P. aeruginosa,
las FQ también fueron empleadas en estas infecciones en pacientes
normales.
Los estudios en animales revelaron toxicidad articular, especialmente
a nivel del cartílago.
En los últimos 15 años aumentó considerablemente el número de
niños tratado con FQ. El ácido nalidíxico fue la primer quinolona
desarrollada y, en animales, el fármaco se asoció con toxicidad
articular. Desde entonces, las restantes FQ mostraron el mismo perfil
de toxicidad en animales. Sin embargo, en 1989, la Administración
de Drogas y Alimentos permitió el uso de la ciprofloxacina en 2
subpoblaciones de enfermos -pacientes con fibrosis quística y sujetos
con neutropenia asociada con quimioterapia antineoplásica. Hampel
y colaboradores comunicaron la evidencia a partir de 1795 niños
que recibieron un total de 2030 cursos de tratamiento con ciprofloxacina.
Más recientemente se dispuso de información de más de 4.5 millones
de niños de menos de 18 años tratados con FQ. La evidencia en conjunto
mostró una incidencia de efectos adversos similar a la que se observa
en sujetos adultos y semejante a la de los controles. La ciprofloxacina
fue utilizada en el tratamiento de enfermedades diarreicas, infecciones
broncopulmonares asociadas con fibrosis quística, infecciones bacterianas
en pacientes neutropénicos, infantes con neumonía y en niños portadores
asintomáticos de meningococo.
Por lo tanto, afirma el doctor Richard Grady, a pesar del temor
relacionado con la posible toxicidad musculoesquelética de las FQ,
estos antibióticos se han utilizado en diversas situaciones clínicas
y los resultados, en conjunto, parecen sugerir que el perfil de
seguridad es mayor en niños que en animales.
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Autoevaluación de
Lectura
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¿Cuál de las siguientes
es una indicación de uso de fluoroquinolonas en pediatría?
A. Fibrosis quística.
B. Salmonelosis.
C. Anomalías complejas del tracto urinario.
D. Todas ellas.
Respuesta Correcta
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IMPACTO MEDICO Y
SOCIAL DE LA GUERRA BIOLOGICA Y DEL BIOTERRORISMO
Liverpool, Reino Unido.
Comentario acerca de las
propiedades biológicas de los agentes que pueden aplicarse con
fines bélicos, la forma de diseminación y las manifestaciones clínicas
de la infección.
British Medical
Journal 324:336-339, Feb 2002
Autores:
Beeching NJ, Dance DA, Miller AR y colaboradores.
Institución/es participante/s en la investigación:
Division of Tropical Medicine, Liverpool,
Reino Unido.
Título
original:
[Biological Warfare and Bioterrorism]
Título en castellano:
Guerra Biológica y Bioterrorismo
Introducción
Desde el ataque terrorista en EE.UU. en septiembre de 2001 se
considera con máxima atención el peligro de una guerra biológica.
El enorme impacto de la deliberada diseminación del bacilo del
ántrax ha sido perfectamente documentado. Otros múltiples agentes
podrían ser utilizados con el mismo fin. En este trabajo se
analizan las características de estos agentes y la respuesta médica
y logística ante un eventual ataque biológico.
Agentes infecciosos como armas de guerra
Los agentes biológicos utilizables con finalidad bélica son
organismos vivientes, cualquiera sea su naturaleza, o materiales
infectados por ellos que pueden usarse con fines hostiles y con el
propósito de ocasionar enfermedad o muerte en el hombre, animales o
plantas. Muchos de estos microorganismos son zoonóticos, tienen un
enorme impacto sobre la agricultura y la salud humana, y son
pasibles de ser utilizados en una guerra biológica por países más
pobres en contra de los más ricos (métodos asimétricos de
ataque), dado que son económicos y fáciles de obtener y esparcir
aunque su empleo a gran escala puede ser complejo.
Los agentes infecciosos siempre han cumplido un papel esencial en
la limitación de las campañas militares. Las potencias
occidentales -como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y la
anterior Unión Soviética- tienen progamas de investigación biológica
tanto con fines ofensivos como de defensa; y se cree que muchos
otros países disponen de estas armas letales. El bioterrorismo se
ha transformado en un peligro real tanto en los Estados Unidos como
en Japón.
Aspectos esenciales para la liberación de agentes biológicos
bélicos Los microorganismos potencialmente aplicables como
armas biológicas pueden clasificarse según las características clínicas
y el impacto en salud pública. La mortalidad (viruela, plaga neumónica)
y la prolongada incapacidad (encefalitis equina venezolana) son
efectos extremos posibles.
A nivel de civilización, la disrupción logística y económica
y el inmenso y prolongado impacto psicológico sobre la población
general pueden superar, incluso, las consecuencias médicas
directas, tal como se observara con la reciente liberación del
bacilo del ántrax en EE.UU.
En la práctica militar, los agentes biológicos empleados con
fines bélicos suelen diseminarse mediante aerosoles. El tamaño óptimo
de las partículas es de 0.3 a 5 g, diámetro
lo suficientemente pequeño como para llegar hasta los alvéolos
pulmonares después de su inhalación. Este objetivo se puede lograr
con generadores de aerosol montados en forma fija o en autos, botes
y misiles como así también en tanques y aerosoles pulverizadores.
Múltiples factores climáticos, como la velocidad y dirección
del viento, humedad, grado de protección solar por las nubes y la
lluvia afectan la eficiencia de los métodos de liberación. En
circunstancias óptimas, la distribución del agente biológico
debería cubrir un área lo suficientemente extensa y causar un
efecto equivalente al de un dispositivo nuclear.
En el contexto bioterrorista, los aerosoles pueden liberarse de
igual forma por sistemas directos de ventilación o de aire
acondicionado como así también por sobres y paquetes. Los ataques
suicidas son altamente eficaces para difundir enfermedades como la
viruela. Por último, el agua y los alimentos constituyen vehículos
apropiados para la diseminación local de patógenos.
Efectos de la liberación
El impacto puede ser evidente cuando un gran número de personas se
enferma en forma simultánea y desarrolla manifestaciones clínicas
similares. Sin embargo, puede ser menos notable, salvo que el período
de incubación sea breve y que despierte sospecha en el personal médico
y sanitario. Los afectados pueden vivir en áreas distantes y ser
atendidos por médicos diferentes, lo cual complica enormemente la
capacidad de detección.
Muchos agentes bélicos biológicos generan síntomas fácilmente
confundibles con los de enfermedades comunes, como influenza. En
este caso, el ataque durante la época natural de epidemia retarda aún
más la posibilidad de detección. Cuando el período de incubación
es largo y existe la posibilidad de transmisión de un enfermo a
otro, puede ocurrir una muy amplia diseminación antes que se
reconozca la verdadera causa. Este fenómeno quedó perfectamente
reflejado en la epidemia catastrófica de enfermedad de pies y boca
en animales de granjas de Gran Bretaña. Lo mismo podría ocurrir en
el caso se la diseminación del virus de la viruela en una población
no inmunizada. La manipulación genética puede modificar la
virulencia de los microorganismos, los tiempos de incubación e
incluso la expresión clínica. También la resistencia a los
antimicrobianos puede ser inducida o aumentada y generarse cepas con
especial capacidad para evadir los mecanismos normales de defensa
del huésped.
Manifestaciones clínicas
La mayoría de los síndromes clínicos atribuibles a agentes biológicos
utilizados con fines bélicos comienzan como una enfermedad febril
inespecífica. Las manifestaciones pulmonares o digestivas pueden
hacer pensar en infecciones comunes esporádicas o epidémicas.
Pocos médicos han tenido la oportunidad de ver pacientes víctimas
de ataques biológicos y los síndromes inducidos pueden ser
totalmente atípicos. Se considera que la consolidación pulmonar y
el derrame pleural son infrecuentes en el ántrax por inhalación,
el cual se asocia con mortalidad superior al 90% en ausencia de
diagnóstico y tratamiento rápidos.En el ataque reciente en los
Estados Unidos fallecieron cuatro de los 10 infectados con el
bacilo.
Antrax
El ántrax es una zoonosis causada por el Bacillus anthracis,
al cual el hombre es relativamente resistente. Sin embargo, la
inspiración profunda de un elemento contaminado puede permitir el
ingreso al organismo de un gran número de esporas. El ántrax
respiratorio habitualmente se desarrolla dentro de la semana
siguiente a la exposición pero se han reportado casos con período
de incubación de hasta 43 días después de la liberación
accidental en Sverdlovsk en 1979.
La septicemia y la evolución rápida a insuficiencia
respiratoria son comunes y la mortalidad es muy elevada, aun cuando
se dispongan unidades de cuidados intensivos, las cuales no pueden
estar disponibles para uso a gran escala.
Existen múltiples diagnósticos diferenciales; el hallazgo
radiológico de linfadenopatía hiliar -considerado patognomónico-
puede estar ausente. A diferencia de la plaga pulmonar, no ocurre
diseminación del bacilo de persona a persona, por lo que no es
necesaria la protección para evitar casos secundarios. El derrame
de sangre y otros fluidos corporales contaminados puede ser de
riesgo.
El ántrax cutáneo, ocasionado por la inoculación local de
esporas a través de lesiones en la piel, con muy poca frecuencia
progresa a septicemia y muerte. También existe una gran variedad de
diagnósticos diferenciales. La infección cutánea natural es común
en regiones tropicales y responde a la penicilina. Pero la cepa Iowa
del B. anthracis usada en los ataques recientes a los EE.UU.
produce una betalactamasa y una cefalosporinasa. Por este motivo,
son preferibles otros fármacos, como ciprofloxacina o doxiciclina,
en prevención tras la exposición y particularmente después del
contacto con un inóculo grande.
La penicilina no es adecuada después de la exposición a un
aerosol desconocido, ya que no brinda protección frente a plaga o
tularemia. Los enfermos recientes fueron tratados con una combinación
de antibióticos; el tratamiento empírico de un síndrome pulmonar
de esta etiología debería incluir aminoglucósidos, tetraciclinas
o fluoroquinolonas para cubrir las infecciones mencionadas. En el
Reino Unido y los EE.UU. hay vacunas que protegen contra el ántrax
cuando son aplicadas antes de la exposición, aunque es preocupante
la posibilidad de efectos adversos.
Viruela
El virus de la viruela es otro posible agente bélico. Aunque se
considera que la infección ha sido erradicada en 1980, se cree que
existen depósitos de virus en laboratorios no específicamente
designados en Rusia y EE.UU.
El tiempo común de incubación es aproximadamente de 12 días,
pero las cepas producidas por el programa biológico bélico de
Rusia se asocian con un período de incubación mucho más corto en
primates.
El inicio abrupto con fiebre y cefalea puede inicialmente
confundirse con influenza; dos a tres días más tarde aparece un
exantema eritematoso inespecífico. En huéspedes sin inmunidad,
esta puede ser la única manifestación cutánea y la infección
puede rápidamente evolucionar a falla multiorgánica y muerte. En
la mayoría de los pacientes, las lesiones dermatológicas
evolucionan a pústulas que aparecen al mismo tiempo y en la misma
forma, más concentradas en la cara y extremidades inferiores que en
el tronco. Los ojos y la faringe también pueden estar afectados. No
existe tratamiento antiviral y alrededor del 30% de los infectados
fallece, según la población y la cepa infectante.
La vacunación antes de la exposición es eficaz, pero se asocia
con manifestaciones adversas considerables y la inmunidad inducida
se desvanece después de 10 a 20 años o incluso antes. La vacunación
posexposición es moderadamente eficaz cuando se la administra
dentro de los primeros cuatro días. La infección es sumamente
contagiosa. La disponibilidad internacional de vacunas no es
adecuada, por lo que la Organización Mundial de la Salud ha
motivado a los distintos países a considerar la forma para aumentar
su producción.
Respuesta y preparación
En la década pasada los organismos gubernamentales de occidente han
considerado muy seriamente la posibilidad de una guerra biológica y
del bioterrorismo. Los modelos teóricos de diseminación de
aerosoles han demostrado que las infraestructuras regionales serían
fácilmente superadas por un eventual ataque.
Las experiencias recientes revelaron la debilidad logística y
conductas erróneas en las estrategias de prevención y formas de
tratamiento. Se requiere una programación especial de coordinación
horizontal y vertical entre la comunidad médica, autoridades de
salud pública y agencias veterinarias. La cooperación
intersectorial e internacional es esencial. Se deben preparar depósitos
de vacunas y antibióticos para que ante la necesidad se pueda
disponer de ellos con rapidez. El entrenamiento simulado es muy útil
para detectar errores y corregirlos.
El estado de alerta continuo es imprescindible. Los médicos,
microbiólogos y personal de salud pública deben vigilar
permanentemente la aparición de patógenos inusuales en sitios
habitualmente estériles y de manifestaciones clínicas
infrecuentes. El estado de alerta debe ser particularmente alto en
personas jóvenes previamente sanas. La inmediata notificación de
los casos sospechosos debe motivar la consecuente y rápida
investigación epidemiológica. Las medidas preventivas precoces
deben tener en cuenta la relación riesgo beneficio del uso de
vacunas y antibióticos sin licencia. Cada vez hay más
recomendaciones al alcance del público, tanto en EE.UU. como en el
Reino Unido.
Mientras tanto, concluyen los autores, los acuerdos
internacionales deben estar destinados a limitar el uso de agentes
biológicos potencialmente bélicos con métodos de verificación
acordados entre las naciones
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Autoevaluación de
Lectura
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¿Cuál es el período de
incubación del ántrax en caso de ser utilizado como arma
biológica con fines bélicos?
A. 20 días.
B.60 días.
C.180 días.
D.Una semana hasta 43 días.
Respuesta
Correcta
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LA AZITROMICINA ES INEFICAZ EN EL TRATAMIENTO DE LA
BRONQUITIS AGUDA DEL ADULTO
Pittsburgh, EE.UU.
La terapia con azitromicina
no es mejor al régimen de bajas dosis de vitamica C en el
tratamiento de la bronquitis aguda del adulto.
The Lancet 359:1648-1654,
2002
Autores:
Evans AT, Husain S, Durairaj L y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Collaborative Research Unit, Department of
Medicine, Cook County Hospital and Rush Medical College, Chicago;
Division of Infectious Diseases, University of Pittsburgh Medical
Center, Pittsburgh, EE.UU.
Título
original:
[Azithromycin for Acute Bronchitis: A
Randomised, Double-Blind, Controlled Trial]
Título en castellano:
Empleo de Azitromicina en la Bronquitis Aguda. Estudio
Aleatorizado, Doble Ciego, Controlado con Placebo
Introducción
Anualmente, más de 10 millones de norteamericanos consultan por
bronquitis aguda, y la mayoría recibe antibióticos. Sin embargo,
señalan los autores, muchos expertos critican la conducta debido a
la falta de evidencia sobre los beneficios clínicos de la
antibioticoterapia y a la preocupación por el desarrollo de
resistencia a los antimicrobianos. La azitromicina es un macrólido
prescripto con frecuencia para el tratamiento de la bronquitis
aguda, que se caracteriza por un amplio espectro de actividad,
efectos adversos infrecuentes y fácil administración.
Sin embargo, sus costos son elevados y la evidencia de eficacia
es insuficiente. En la presente experiencia, los autores evaluaron
la rapidez en el retorno a las actividades cotidianas de pacientes
con bronquitis aguda tratados con azitromicina o bajas dosis de
vitamina C.
Métodos
Se incluyeron en la investigación, pacientes adultos sin
antecedentes de enfermedad pulmonar crónica que presentaran tos de
2 a 14 días de evolución, con o sin expectoración y que habían
sido diagnosticados como bronquitis aguda en la consulta
ambulatoria.
Los 220 participantes que conformaron la muestra final fueron
distribuidos de manera aleatoria para recibir azitromicina (dosis
total de 1.5 g) o vitamina C (dosis total de 1.5 g) en el lapso de 5
días. Cada cápsula de azitromicina contenía 250 mg del
antimicrobiano en tanto cada cápsula de vitamina C contenía también
250 mg. Además, todos los pacientes recibieron terapia sintomática
convencional con inclusión de dextrometorfán como sedante de la
tos, en solución, a la dosis de 10 mL por vía oral cada 6 horas y
15 mL al acostarse; y albuterol en forma inhalatoria, en dosis de 2
aplicaciones cada 6 horas.
La calidad de vida relacionada con la salud al séptimo día
constituyó el parámetro de valoración primario.
Las medidas secundarias incluyeron retorno a las actividades
cotidianas y desarrollo de efectos adversos. Al inicio se
registraron las mediciones de calidad de vida asociada con la salud,
las limitaciones de las actividades diarias atribuidas a la
sintomatología, la historia clínica, el examen físico, la
evaluación clínica y los datos bioquímicos. Al tercer día los
pacientes fueron contactados con el objetivo de recabar información
sobre el retorno a la actividad habitual, evaluar la calidad de vida
y determinar el desarrollo de efectos adversos.
Al séptimo día la entrevista se repitió, con preguntas
adicionales dirigidas a conocer las impresiones subjetivas del
paciente sobre la eficacia del tratamiento. La entrevista para
determinar la calidad de vida comprendió 22 puntos que
representan 4 dominios (efectos en las actividades cotidianas,
impacto de la tos, síntomas generales y funcionamiento emocional).
Resultados
El análisis reveló que los grupos presentaron puntajes similares
en los cuestionarios de calidad de vida a los 3 y 7 días, con la
misma tasa de mejoría. Un paciente tratado con vitamina C desarrolló
neumonía. Al tercer día, el grupo de azitromicina presentó menos
dificultad para efectuar sus actividades cotidianas y menores
molestias asociadas con la tos, aunque la diferencia con el otro
grupo no fue significativa. Al séptimo día, las diferencias entre
los grupos para todos los dominios de calidad de vida fueron
menores. La proporción de pacientes que retomó sus actividades
habituales al tercer o séptimo día fue similar en los 2 grupos de
estudio. Entre los sujetos contactados al tercer día, el 19% del
grupo azitromicina y el 21% de los enfermos tratados con la vitamina
refirieron la aparición de efectos adversos (diarrea y náuseas).
Al séptimo día, los valores correspondientes ascendieron al 25% y
21%. Sólo 3 participantes, todos tratados con vitamina C,
suspendieron el tratamiento debido al desarrollo de reacciones
adversas. Por otra parte, el 81%, 10% y 9% de los pacientes consideró
al tratamiento con albuterol como eficaz, ineficaz y de valor
incierto, respectivamente, y al séptimo día el 44% seguía
utilizando la droga.
Conclusiones
Los resultados de este estudio, afirman los autores, revelan que la
azitromicina no es mas efectiva que bajas dosis de vitamina C en el
tratamiento de la bronquitis aguda del adulto. Ante la falta de
evidencia sobre la eficacia de las bajas dosis de vitamina C, los
autores consideran que la azitromicina es ineficaz y no debería ser
utilizada en esta patología. Por lo tanto, se requieren nuevos
estudios que permitan la identificación de estrategias terapéuticas
útiles.
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Autoevaluación de Lectura
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¿Qué porcentaje de pacientes con
bronquitis aguda tratado con azitromicina desarrolla efectos
adversos?
A. 25%
B. 5%
C. 35%
D. 11%
Respuesta Correcta
|
Trabajos Distinguidos, Serie Pediatría, integra
el Programa SIIC de Educación Médica Continuada
Trabajos
Distinguidos
Acerca
de SIIC Estructura
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