Sociedad Iberoamericana
de Información Científica
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Volumen 14, Número 3, 2003
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Asociación
Argentina
del Cáncer
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Hallazgos
Científicos
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CAMBIO EN EL RIESGO DE CARCINOMA RENAL CONTRALATERAL METACRONICO:
FACTORES TUMORALES Y DEMOGRAFICOS
Nueva
York, EE.UU.
La
incidencia de tumor metacrónico contralateral es relativamente constante
en el tiempo, salvo en los varones de raza negra, quienes presentan
mayor incidencia en los primeros 5 años de seguimiento.
Journal of Clinical Oncology
20(9):2370-2375, May 2002
Autores:
Rabbani F, Herr HW, Almahmeed T y Russo P
Institución/es participante/s en la investigación:
Departments of Urology and Surgery, Memorial Sloan-Kettering Cancer
Center, Nueva York, EE.UU.
Título original:
[Temporal Change in Risk of Metachronous Contralateral Renal Cell
Carcinoma: Influence of Tumor Characteristics and Demographic Factors]
Título en castellano:
Cambio Temporal en el Riesgo de Carcinoma Renal Contralateral Metacrónico:
Influencia de las Características Tumorales y de los Factores Demográficos
Introducción
En la última década se ha producido un cambio en el tratamiento
de los pacientes con tumor renal solitario de bajo grado y un riñón
contralateral normal. Mientras que anteriormente se recomendaba
la nefrectomía total, actualmente se prefiere la resección parcial.
El argumento en favor de este cambio es que el riesgo de desarrollar
un tumor metacrónico en el riñón contralateral no es despreciable,
mientras que el riesgo de recurrencia ipsilateral es bajo. Sin embargo,
existen pocos datos acerca de los factores de riesgo que influyen
sobre el desarrollo de tumores contralaterales, lo cual podría ayudar
a seleccionar pacientes de alto riesgo para los cuales sería más
adecuada la nefrectomía parcial. En el presente estudio se revisó
una base de datos para determinar el riesgo temporal de desarrollar
un carcinoma de células renales (CCR) contralateral metacrónico
en pacientes con diagnóstico inicial de CCR, con estratificación
según el estadio tumoral y los factores demográficos.
Métodos
La base de datos incluía 43 483 casos de CCR diagnosticados entre
enero de 1973 y diciembre de 1997. Luego de excluir los pacientes
con CCR bilateral sincrónico y aquellos sin datos de seguimiento,
la cohorte a analizar quedó conformada por 40 049 pacientes (63%
varones, 86.3% de raza blanca, edad promedio 65 años). Los datos
del diagnóstico inicial fueron utilizados para calcular las tasas
de incidencia específicas por edad, sexo, raza y año calendario.
El número esperado
de CCR contralaterales fue calculado multiplicando esas tasas por
el número de personas en riesgo cada año. El riesgo relativo (RR)
de tumor contralateral se calculó como el cociente entre los casos
observados y los esperados.
Resultados
Se registraron tumores contralaterales metacrónicos en 155 (0.4%)
de las personas con seguimiento. El número de CCR contralaterales
esperados en función del seguimiento total (166059 personas-año)
era de 10.8, por lo que el RR general fue de 14.3. Los datos fueron
estratificados por raza, sexo y duración del seguimiento.
El RR de CCR contralateral
metacrónico en los primeros 2 años fue significativamente mayor
en los hombres negros que en los de raza blanca (95.3 Vs.
16.0), y lo mismo sucedió con el RR entre los 2 y los 5 años de
seguimiento (41.9 Vs. 8.8). El poder estadístico sólo fue
suficiente para analizar el cambio de RR con el tiempo en los pacientes
de raza blanca. El RR se mantuvo relativamente constante a lo largo
del seguimiento, tanto en los hombres (16.0 hasta 2 años, 13.0 a
más de 10 años) como en las mujeres (13.7 hasta 2 años, 13.7 a más
de 10 años). En la cohorte analizada no se incluyeron 357 casos
de individuos con tumores bilaterales sincrónicos. La incidencia
de este tipo de tumores fue significativamente más elevada en los
varones de raza negra que en los de raza blanca (2.1% Vs.
0.8%). La incidencia en las mujeres no difirió según la raza (0.9%
para las de raza negra, 0.6% para las de raza blanca).
Discusión
Aunque en el presente estudio la duración media del seguimiento
fue de 2.25 años, destacan los autores, el 29% de los pacientes
fue seguido por más de 5 años, lo cual le confiere a la investigación
la capacidad de detectar cambios de RR a largo plazo. Salvo el mayor
RR de CCR contralateral metacrónico en los hombres negros seguidos
por menos de 5 años, los RR fueron relativamente constantes a lo
largo del tiempo. La mayor incidencia de CCR en los hombres negros
no había sido informada previamente. El hecho de que la incidencia
de tumores bilaterales sincrónicos fuera mayor en este grupo sugiere
que el elevado RR de tumores contralaterales en los primeros 5 años
podría deberse a una vigilancia más estrecha de esos pacientes mediante
estudios por imágenes. Aunque podría especularse sobre la existencia
de factores ambientales o genéticos que contribuyan a esta diferencia
racial en el riesgo de CCR bilateral, ningún dato sugiere el involucramiento
de algún factor en especial. La enfermedad quística renal adquirida
es más común en los individuos de raza negra, pero es una causa
infrecuente de tumores renales. Este estudio, concluyen los autores,
demuestra que la incidencia de tumor metacrónico contralateral es
relativamente constante en el tiempo, salvo en los varones de raza
negra en los primeros 5 años de seguimiento, en los que se registra
una incidencia mayor. Esta última observación no había sido informada
con anterioridad, por lo que debe confirmarse con bases de datos
independientes. Si tal observación se confirma, implicaría que debe
continuarse el seguimiento por imágenes del riñón contralateral
más allá de los 10 años de hallado el tumor inicial, con una mayor
frecuencia en los primeros 5 años en los varones de raza negra.
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Autoevaluación de Lectura
¿Qué pacientes con tumor renal
unilateral tienen mayor riesgo de desarrollar un tumor contralateral
en los 5 años siguientes?
A.
Los varones de raza blanca.
B. Los varones de raza negra.
C. Las mujeres de raza blanca.
D. Las mujeres de raza negra.
Respuesta
Correcta
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RELACION ENTRE ANTIGENOS DE HISTOCOMPATIBILIDAD Y CANCER
Nueva York, EE.UU.
La expresión ineficaz de
antígenos del sistema mayor de histocompatibilidad parece ser uno
de los motivos esenciales por los cuales las células tumorales escapan
a los mecanismos inmunes.
Science and
Medicine 86-95, 2002
Autor:
Hicklin DJ y Ferrone S
Institución/es participante/s en la investigación:
Immunology Research at ImClone Systems Inc.,
Nueva York, EE.UU.
Título original:
[HLA Class I Antigen Loss in Cancer]
Título en castellano:
Pérdida de Antígenos de Histocompatibilidad Clase I y Cáncer
Introducción
El reconocimiento de la interacción entre las células neoplásicas
y las inmunológicas y también la caracterización de los antígenos
asociados a tumores (AAT) brindaron la base para el desarrollo de
estrategias de inmunoterapia para el tratamiento de las enfermedades
malignas.
La inducción o aumento de la actividad de linfocitos T citotóxicos
ha sido uno de los objetivos esenciales desde que se aceptó la participación
crucial de estas células en los mecanismos de defensa antitumoral.
De hecho, numerosos estudios actualmente evalúan el impacto de vacunas
de ADN que codifican AAT. Sin embargo, a pesar de los resultados
sumamente alentadores en modelos animales, en el hombre la inmunoterapia
sólo se ha asociado con estabilización del tumor y regresión de
las metástasis en un pequeño porcentaje de pacientes. Además, en
un número considerable las lesiones metastásicas recidivaron luego
de una respuesta inicial aparentemente satisfactoria.
Una de las razones esenciales que permitiría explicar los hallazgos
desalentadores se refiere a la posibilidad de que las células neoplásicas
evadan los mecanismos inmunes de defensa destinados a su destrucción.
Este escape puede atribuirse a pérdida de AAT, defectos en la expresión
de antígenos de clase I del sistema mayor de histocompatibilidad
(HLA-A, HLA-B y HLA-C), alteraciones en el procesamiento de los
antígenos, ausencia de señales accesorias de estimulación y producción
de señales inmunosupresoras por las células tumorales. Cualquiera
de los mecanismos comentados hace que las células malignas dejen
de ser susceptibles a la destrucción mediada por mecanismos inmunológicos,
fenómeno semejante al desarrollo de resistencia a las drogas quimioterápicas.
Casi con seguridad, la expresión anormal de los antígenos HLA es
uno de los factores esenciales en el escape inmunológico, dado que
estas moléculas son muy importantes en la presentación de los AAT
a los linfocitos T citotóxicos.
Importancia
del polimorfismo del sistema HLA
Las moléculas HLA clase I, señalan los autores, son glicoproteínas
polimórficas transmembrana que se expresan en forma constitutiva
en casi todas las células nucleadas. Son heterodímeros con una cadena
sumamente variable o polimórfica unida a una cadena monomórfica
de menor peso molecular: beta 2 microglobulina (B2M). En el hombre
hay tres loci en el cromosoma 6 que codifican las cadenas
polimórficas del sistema HLA-A, HLA-B y HLA-C. En cambio, la B2M
es codificada por un gen en el cromosoma 15. El polimorfismo del
sistema HLA es central en la función de unión y presentación de
péptidos.
Importancia
de los péptidos de unión al HLA en la correcta expresión de antígenos
de histocompatibilidad La síntesis de las moléculas HLA es un
proceso complejo cuyo resultado final es la formación de una molécula
madura de HLA clase I con un péptido unido a ella. El plegamiento
adecuado sólo puede tener lugar cuando el péptido está unido; de
lo contrario, las partículas HLA "vacías o sin plegar" son inestables
y rápidamente degradadas.
Las cadenas polimórficas y la B2M se sintetizan en los ribosomas
del retículo endoplásmico (RE) donde determinadas proteínas aseguran
el ensamblaje apropiado. Aun en el RE, los heterodímeros fijan péptidos
de 8 a 10 aminoácidos y la molécula de HLA y péptido migra y se
expresa a nivel de la membrana para presentar el péptido antigénico
a los linfocitos T específicos.
Los péptidos que se unen a las moléculas HLA derivan de proteínas
degradadas en el núcleo y citoplasma de la célula, proceso controlado
por los proteasomas. Los péptidos destinados a ensamblarse con las
moléculas HLA son llevados hacia el RE por transportadores especiales
asociados con el procesamiento antigénico, TAP. Dentro del RE, el
clivaje de proteínas por enzimas especiales puede asociarse con
la liberación de secuencias peptídicas.
En las células normales estos péptidos se originan a partir de proteínas
normalmente expresadas por la célula. En cambio, en células malignas
o infectadas se presentan tanto péptidos propios como extraños.
Cada uno de ellos se une a una hendidura particular formada por
los dos dominios alfa polimórficos de los antígenos HLA clase I.
Cada molécula de HLA clase I puede unirse a un gran número de péptidos
con secuencias estructurales compartidas pero con distinta secuencia
de aminoácidos.
Se han descripto más de 600 alelos de antígenos HLA clase I y al
menos unos 10 mil péptidos diferentes pueden ser presentados por
cada alelo.
Reconocimiento
de los antígenos HLA clase I por las células inmunes Los linfocitos
T, CD8 citotóxicos, reconocen péptidos presentados en el contexto
de antígenos de histocompatibilidad clase I, señalan los autores.
Durante el desarrollo, las variantes de receptores de linfocitos
T con capacidad de reaccionar fuertemente con péptidos propios son
eliminadas de manera tal que sólo se generen linfocitos T con capacidad
de reconocer proteínas extrañas. Por ejemplo, el rechazo de órganos
trasplantados se debe, básicamente, al reconocimiento de péptidos
alogénicos por parte de los CD8 citotóxicos. Lo mismo ocurre con
células infectadas por virus y con células con transformación maligna.
Los antígenos HLA clase I también participan en la regulación de
la actividad de las células asesinas naturales (NK), involucradas
en la inmunidad innata. Las células NK lisan células anormales que
no expresan o expresan menos antígenos HLA clase I. La actividad
lítica de estas células está controlada por el balance entre señales
provenientes de receptores de activación y de inhibición. Los primeros
pueden depender o no de los antígenos HLA clase I. Los receptores
dependientes pertenecen a la superfamilia de las inmunoglobulinas
o de las lectinas tipo C, se unen a alelos específicos HLA y transmiten
señales que inician la lisis celular. Los receptores inhibitorios,
por el contrario, reducen la citotoxicidad en distintos subgrupos
de células NK.
Expresión
de HLA clase I por células tumorales
La transformación celular maligna se acompaña con frecuencia de
alteración en la expresión y función de antígenos HLA de clase I.
Así, las células malignas se tornan resistentes a los mecanismos
de citotoxicidad.
El desarrollo de anticuerpos monoclonales antiHLA clase I facilitó
enormemente la comprensión de los mecanismos de presentación antigénica
y destrucción celular. Actualmente se emplean múltiples anticuerpos
monoclonales para determinar el fenotipo HLA de las células neoplásicas.
Mediante inmunohistoquímica se analizó la expresión de moléculas
HLA clase I en células tumorales removidas quirúrgicamente. De esta
manera se comprobó que el panorama de las células malignas, en relación
con la expresión de HLA clase I, es más complejo de lo que se suponía.
De hecho, se han identificado numerosas anormalidades en la expresión
de HLA clase I en células neoplásicas: pérdida total o selectiva
de un haplotipo, pérdida selectiva de productos génicos particulares
y pérdida selectiva de un alelo. Varios fenotipos pueden coexistir
en una misma célula tumoral, a consecuencia de lo cual el patrón
de expresión de HLA clase I es sumamente heterogéneo.
La frecuencia con que las células anormales pierden antígenos HLA
clase I oscila entre un 16% a 50%, y es mayor en células de cáncer
de mama y de próstata en comparación con las de carcinoma de cabeza
y cuello y de melanoma.
Mutaciones
de la B2M y de los TAP
La base molecular en la pérdida de expresión de antígenos HLA clase
I es diversa. Sin embargo, las mutaciones en el gen de la B2M y
de los TAP parecen ser algunos de los mecanismos más comunes. Las
primeras han sido descriptas más a menudo en carcinoma de colon
y en melanoma. Debido a que la falla ocurre a nivel postranscripcional,
la B2M aunque se exprese en las células malignas no es funcional.
En cambio, los defectos en la maquinaria que interviene en el procesamiento
antigénico -como alteraciones en el gen de los TAP- se asocian con
menor expresión de moléculas clase I en la membrana celular por
falla en el ensamblaje entre las cadenas polimórficas y la B2M.
No obstante, la evidencia a la fecha sugiere que las anormalidades
señaladas participarían más en las metástasis que en los tumores
primarios, lo cual supone una asociación entre dichas alteraciones
y la progresión del tumor. Las mutaciones se han relacionado con
marcadores de pronóstico adverso en melanoma y cáncer de cuello
uterino, aunque no en cáncer de mama, colon, pulmón u ovario. En
algunas neoplasias -como melanoma ocular- la expresión anormal de
moléculas de clase I se asoció con pronóstico más favorable.
Papel
de la inmunoterapia en la selección inmune
La evidencia clínica y experimental sugiere que las células tumorales
que no expresan HLA clase I surgen por presión inmunológica. Se
ha observado que algunos tumores recurrentes tienen pérdida progresiva
de antígenos HLA clase I después de la aparición de linfocitos T
citotóxicos contra AAT. El fenómeno avalaría el hecho de que la
presión inmunológica aplicada sobre las células tumorales conduce
finalmente a la falta de expresión adecuada de moléculas clase I.
Este mecanismo, que participaría tanto en los tumores primarios
como en las metástasis, se ha documentado en pacientes con melanoma
maligno que recibieron inmunoterapia basada en células T específicas
para AAT. Las células de lesiones recidivantes se caracterizaron
por la pérdida total de expresión de HLA clase I, causada por mutaciones
del gen de la B2M. Sorprendentemente, las células de melanoma que
no expresaron HLA clase I tampoco fueron lisadas por las NK. Esta
y otras observaciones similares apuntan a la aparición, por selección,
de clones de células neoplásicas con expresión defectuosa de HLA
clase I.
Se ha observado que las anormalidades en la expresión de estas moléculas
se correlacionan con el curso clínico de la enfermedad independientemente
de factores pronósticos conocidos. Esto sugiere que el rastreo y
monitoreo de moléculas de clase I en células malignas podría utilizarse
en la selección de pacientes pasibles de beneficiarse con la inmunoterpaia
basada en linfocitos T. Los distintos métodos disponibles para identificar
células tumorales con expresión defectuosa de HLA clase I permitirán
conocer el efecto de citoquinas o el impacto de diversos inmunógenos
en inmunoterapia. Por último, que la presentación antigénica en
células neoplásicas obedezca a alteraciones genéticas abre la posibilidad
de utilizar con éxito inmunoterapia para otros mecanismos efectores
no restringidos por la expresión de HLA clase I, como citotoxicidad
dependiente de complemento y citotoxicidad dependiente de anticuerpos,
entre otros.
Las células tumorales tienen la capacidad inherente de mutar y alterar
la expresión antigénica, lo que les permite evitar los mecanismos
inmunes normales de defensa. Tal vez este sea uno de los principales
obstáculos con los que tropezó la intervención inmune antitumoral.
Sin embargo, concluyen los expertos, la investigación futura seguramente
brindará nuevas estrategias para el tratamiento de pacientes con
neoplasias.
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Autoevaluación de Lectura
¿Cuál de los siguientes tumores
se asocia con mayor pérdida de la expresión celular
de antígenos de histocompatibilidad (HLA) clase I?
A.
Cáncer de colon.
B. Melanoma.
C. Carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello.
D. Carcinoma de mama y próstata.
Respuesta
Correcta
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LA EDAD NO CONSTITUYE CONTRAINDICACION PARA LA TERAPIA CONSERVADORA
EN EL CARCINOMA DUCTAL IN SITU
Boston, EE.UU.
La influencia de la edad al momento diagnóstico del carcinoma
ductal in situ no es concluyente debido a los hallazgos clínicos
y patológicos limitados.
Journal of Clinical Oncology 20(11):2736-2744, Jun 2002
Autor:
Vicini FA y Recht A
Institución/es
participante/s en la investigación:
Department of Radiation Oncology, William Beaumont Hospital, Royal
Oak; Beth Israel Deaconess Medical Center, Harvard Medical School,
Boston, EE.UU.
Título original:
[Age at Diagnosis and Outcome for Women with Ductal Carcinoma In-Situ
of the Breast: A Critical Review of the Literature]
Título en castellano:
Edad al Momento Diagnóstico y Evolución de Mujeres
con Carcinoma Ductal In Situ de Mama: Revisión Crítica
de la Bibliografía
Introducción
Las pacientes con edad inferior al rango comprendido entre los 35
y los 45 años al momento diagnóstico de cáncer
de mama invasivo experimentan peor pronóstico respecto de
las de mayor edad. Sin embargo, el impacto de la edad en el tratamiento
mediante lumpectomía y radioterapia (RT) o por medio de mastectomía
en mujeres con carcinoma ductal in situ (CDIS) de mama todavía
no fue ampliamente analizado. Información reciente de varias
instituciones indica que las pacientes con CDIS más jóvenes
tratadas mediante lumpectomía y RT presentan mayor riesgo
de recurrencia local que las de mayor edad. Sin embargo, se ignora
si el fenómeno se debe al comportamiento biológico
de la neoplasia, a factores asociados con el tratamiento o a ambas
posibilidades. En la presente exposición los autores revisan
la bibliografía referida a la edad en la respuesta a la lumpectomía
con radioterapia y a la mastectomía.
Impacto
de la edad en las características clínicas y patológicas
del CDIS
En 117 pacientes del William Beaumont Hospital, el 69% de las
menores de 45 años presentó tumores de grado nuclear
3, con valores del 60% y del 39% en los grupos de hasta 45 años
y de mayores de 60 años, respectivamente. Asimismo, la necrosis
nuclear fue más común en las neoplasias de las más
jóvenes (72%, 62% y 44%). Las menores de 45 años también
tendieron a presentar subtipo comedo con mayor frecuencia, aunque
la diferencia no fue significativa. Por otra parte, los grupos de
Van Zee y Bijker no encontraron correlación estadísticamente
significativa entre la edad y los factores histológicos del
tumor. Imamura y colaboradores encontraron que las menores de 39
años presentaron mayor distancia máxima de diseminación
intraductal comparadas con pacientes de mayor edad. Asimismo, la
actividad proliferativa en las más jóvenes con CDIS
de alto grado fue significativamente superior. Por último,
las enfermas de menor edad también podrían experimentar
mayor carga tumoral residual de acuerdo con los márgenes
quirúrgicos.
Edad
y resultados luego de la terapia de conservación de mama
Uno de lo estudios más importantes que evaluó la relación
entre el tratamiento y la edad al momento del diagnóstico
fue el National Surgical Adyuvant Breast and Bowel Project B-24.
Las participantes fueron tratadas mediante lumpectomía, RT
y placebo o con lumpectomía, RT y 20 mg diarios de tamoxifeno
durante 5 años. Las menores de 49 años evidenciaron
mayor riesgo de recurrencia en la mama ipsilateral. En el grupo
placebo, la tasa de recurrencia local en las más jóvenes
ascendió al 16%, con valores del 6.5% en el grupo de mayor
edad. En el grupo tamoxifeno las tasas respectivas alcanzaron el
11% y el 5.2%. La administración de tamoxifeno redujo en
un 38% la incidencia de tumor ipsilateral en las menores de 50 años
y en un 22% en las mayores de 50 años. La presencia de márgenes
quirúrgicos positivos y de comedonecrosis, así como
el método de detección también se asociaron
con mayor riesgo de recurrencia en esta experiencia.
Por
otra parte, el ensayo European Organization for Research and Treatment
of Cancer incluyó mujeres sometidas a escisión microscópica
completa de la lesión combinada con RT o sin ella.
Los
factores asociados con riesgo superior de recurrencia local comprendieron
edad menor de 40 años, detección sintomática
del tumor, patrón de crecimiento sólido y cribiforme,
márgenes positivos y tratamiento mediante escisión
local. Durante el seguimiento de 5 años, las más jóvenes
tratadas mediante escisión local y RT presentaron una tasa
de recurrencia local del 23%, comparada con el 12% en pacientes
mayores. Las tasas en los grupos que no recibieron RT ascendieron
al 45% y al 18%, respectivamente. Por otra parte, una base de datos
de enfermas tratadas mediante lumpectomía y RT en 11 instituciones
norteamericanas y europeas incluye la información de 422
neoplasias. Con un seguimiento medio de 9.4 años, las tasas
de fracaso local ascendieron al 31% en menores de 39 años,
13% entre los 40 y los 49 años, 8% entre los 50 y los 59
años, y 6% en las mayores de 60 años. También
se comprobaron diferencias significativas en el riesgo de desarrollar
recurrencia local invasiva o no invasiva de acuerdo con la edad.
Las tasas de recurrencia local invasiva en los 4 grupos anteriores
ascendieron al 15%, 4%, 4% y 6%, respectivamente, mientras que las
de recurrencia local no invasiva alcanzaron el 19%, 9%, 4% y 1%.
El
tipo de márgenes pareció modular el impacto de la
edad. La incidencia cruda de fracaso local en las menores de 39
años ascendió al 11% con márgenes negativos,
80% con márgenes positivos, 67% con márgenes cerrados
y 40% con márgenes desconocidos. Por otra parte, Van Zee
y colaboradores actualizaron la experiencia de pacientes con CDIS
sometidas a terapia de conservación de mama en el Memorial
Sloan Kettering Cancer Center. Entre 1970 y 1990, 171 mujeres fueron
tratadas mediante lumpectomía sola o combinada con RT. Los
factores significativamente asociados con menores tasas de recurrencia
comprendieron mayor edad, subtipo no comedo, bajo grado nuclear,
márgenes negativos y empleo de RT. En otro orden, el grupo
del William Beaumont Hospital recientemente publicó su experiencia
en el tratamiento de pacientes con CDIS en quienes se conservó
mama.
Entre
1980 y 1993, 146 mujeres fueron tratadas mediante lumpectomía
y RT. La tasa de fracaso local ipsilateral en 10 años ascendió
al 26% en las menores de 44 años, con valores del 9% en las
de mayor edad. El riesgo de recurrencia local se asoció con
menor edad, tipo de márgenes, cantidad de focos de CDIS,
cancerización de lóbulos a menos de 5 mm del margen
y ausencia de calcificaciones patológicas. En esta experiencia,
los factores del tratamiento modificaron el impacto de la edad en
los resultados. Así, en las pacientes sometidas a reescisión,
el volumen total de la escisión fue el factor más
importante asociado con la respuesta al tratamiento. Por otra parte,
otros estudios no encontraron que la edad incrementara de manera
significativa el riesgo de recurrencia local. Finalmente, existe
información limitada respecto de la influencia de la edad
al momento diagnóstico en las tasas de fracaso local de la
mastectomía en pacientes con CDIS. No existen análisis
sistemáticos sobre la influencia de la edad, extensión
del CDIS, márgenes, índice mitótico, grado
nuclear, índice proliferativo en la recurrencia posterior
a la mastectomía. Sin embargo, algunas experiencias revelaron
que la mayoría de las pacientes que experimentaron fracaso
local tenían menos de 50 años.
Conclusión
El impacto de la menor edad al momento diagnóstico en el
tratamiento del CDIS es inconcluyente debido a la evidencia clínica
y patológica limitada. Sin embargo, la información
disponible indica que en las pacientes más jóvenes
este tipo de neoplasia con mayor frecuencia contiene factores patológicos
pronósticos adversos. En consecuencia, estas mujeres podrían
tener mayor carga de tumor residual luego de la escisión
inicial.
Los
autores consideran que la evaluación de mayor cantidad de
pacientes con seguimientos prolongados y revisión patológica
completa de los casos ayudará a establecer la importancia
del factor edad y a generar recomendaciones terapéuticas
firmes en las mujeres más jóvenes.
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