Sociedad Iberoamericana
de Información Científica
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Volumen 14, Número 4, Mayo 2003
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Asociación
Argentina
del Cáncer
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INFECCION
POR HERPESVIRUS Y SU RELACION CON EL CANCER
Jarkov, Ucrania.
Este trabajo establece una
relación entre la presencia de anticuerpos antiherpesvirus y el
desarrollo de cáncer uterino.
Experimental
Oncology 24:120-122, 2002
Autores:
Martynov AV, Shmat'ko YV, Smelyanskaya MV y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Mechnikov Institute of Microbiology and
Immunology, AMS of Ukraine; Kharkov Regional Oncological Hospital,
Jarkov, Ucrania.
Título
original:
[Detection of Herpes Virus Type 1 Antigen in
Lymphocytes and Tumor Tissue of Patients with Cancer of Uterus]
Título en castellano:
Detección de Antígenos Antiherpesvirus Tipo 1 en Linfocitos
y Tejidos Tumorales de Pacientes con Cáncer de jtero
Introducción
Estudios recientes han aportado datos sobre la persistencia del
virus herpético en inmunocitos sin alteraciones citológicas
visibles, así como evidencia de linfotrofismo, y demostrado la
actividad carcinogénica de los herpesvirus. En células de
neuroblastoma, la presencia de Herpes simple tipo 1 (HSV-1, Herpes
simplex virus type 1) inhibe la apoptosis inducida por distintos
factores, aun en ausencia de reproducción activa del virus.
El HSV-2 es capaz de inhibir la actividad y expresión de Fas
ligando en células T, con lo cual éstas pierden su citotoxicidad.
La infección de células de neuroblastoma por citomegalovirus
(CMV) se acompaña de alteraciones en el citoesqueleto y en el nivel
de expresión de receptores de integrinas; de esta manera se
promueve la movilidad y diseminación celular.
Luego de la incubación prolongada de células de neuroblastoma
infectadas por CMV, éstas se volvieron resistentes al cisplatino y
al etopósido, a pesar de que no se detectó ADN viral en las células.
Pero después de usar ganciclovir para la inhibición de la
replicación viral, se recuperó la susceptibilidad a drogas
antitumorales.
El trabajo aquí presentado apuntó a revelar la existencia de
antígenos del HSV-1 en linfocitos, eritrocitos y células tumorales
de pacientes con cáncer de útero o fibromioma, comparándola con
la observable en linfocitos y eritrocitos de pacientes con infección
aguda por HSV sin signos de neoplasia.
Métodos
Las muestras fueron obtenidas de pacientes tratadas en el Hospital
Oncológico Regional de Jarkov. Los 3 grupos constituidos se
conformaron de la siguiente manera: el primero, 32 pacientes con cáncer
primario de útero que no habían recibido ningún tratamiento; el
segundo, 11 pacientes con fibromioma uterino; el tercero, de
control, 30 pacientes con signos clínicos de infección por HSV y títulos
elevados de anticuerpos anti HSV-1.
Durante el estudio no se utilizaron quimioterapia, radioterapia,
tratamiento con inmunomoduladores ni antibióticos.
El diagnóstico y estadificación del cáncer de útero se realizó
por examen de frotis de endometrio y mucosa del cérvix. Se hallaron
12, 14 y 6 pacientes en estadios I, II y III, respectivamente.
Diecinueve casos correspondían a adenocarcinoma bien diferenciado,
8 eran moderadamente diferenciados, 3 poco diferenciados, 2 casos
combinados con sarcoma uterino y 7 con fibrosarcoma. La estadificación
se realizó con los sistemas TNM y FIGO.
El estudio se llevó a cabo en biopsias de tejido tumoral del
endometrio, tejido normal de endometrio y miometrio adyacentes al
tumor, muestras de nódulos fibromatosos, y eritrocitos y linfocitos
obtenidos mensualmente durante 3 meses. La persistencia de HSV en
linfocitos y células tumorales fue determinda por la presencia del
antígeno HSV-1 tardío, detectado por inmunofluorescencia.
El resultado fue considerado positivo ante la detección de más
de 5 células morfológicamente inalteradas, con fluorescencia verde
intensa, en localizaciones típicas. Los resultados se calcularon
sobre la base de la fórmula Fl = A-B/A, donde Fl es el índice de
fluorescencia; A, el porcentaje de células no fluorescentes en el
control; y B, el porcentaje de células no fluorescentes en el espécimen.
Si Fl > 0.2, la reacción es cuantitativamente positiva.
Resultados
La determinación de antígenos del HSV-1 en pacientes con cáncer
uterino mostró que aquellos se detectan en linfocitos en el 72% de
los casos; en eritrocitos en el 66%; en tejido tumoral en el 50% y
en tejidos normales adyacentes al tumor en sólo un 17%.
Deberá confirmarse la especificidad de la marcación de glóbulos
rojos con anti HSV-1 para excluir la unión inespecífica de los antígenos
con estructuras de membrana.
La mayoría de estas pacientes no tenían signos de infección
por HSV, aunque en la anamnesis el antecedente de episodios de
fiebre con erupción herpética fue positivo. En el grupo control,
el antígeno se detectó en linfocitos de sólo el 23% de las
participantes, a pesar de haber sido examinadas durante el período
de infección aguda y su diagnóstico comprobado por
inmunofluorescencia y ELISA en frotis de mucosa.
La comparación entre los 3 grupos reveló que la positividad en
linfocitos en pacientes con fibromioma era 3 veces inferior que la
del grupo con cáncer y 3.4 veces menor en eritrocitos. Los nódulos
fibromatosos tenían una incidencia de antígeno 2.5 veces menor que
los tejidos del primer grupo.
Discusión
Muchos datos apuntan hacia una correlación entre la persistencia de
HSV en linfocitos y un marcado desequilibrio inmune en pacientes con
cáncer. A menudo la infección no presenta signos clínicos y la
terapia con inmunomoduladores sólo promueve la inmunosupresión.
La detección de antígenos anti HSV-1, concluyen los autores, es
más frecuente en linfocitos de mujeres con cáncer que con
fibromioma de útero. El hecho parece determinar alteración de las
funciones de esas células, con inhibición de su actividad citotóxica.
De este modo, los herpesvirus podrían ejercer considerable
influencia sobre el desarrollo de tumores
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COMPARAN
LA EVOLUCION DE PACIENTES CON HEPATOCARCINOMA SOMETIDOS A TRASPLANTE
O RESECCION DE HIGADO
Barcelona, España.
El trasplante de hígado y la
resección quirúrgica de la neoplasia son opciones igualmente válidas
de tratamiento en pacientes con hepatocarcinoma. La selección
adecuada de los enfermos contribuye con la buena evolución.
Medicina Clínica
(Barcelona) 118(11): 410-414, 2002
Autores:
Figueras J, Ramos E, Ibáñez L y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Unidad de Trasplante Hepático, Servicio de
Cirugía General, Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge.
L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España
Título
original:
[Resultados a Largo Plazo del Tratamiento Quirúrgico
del Hepatocarcinoma]
Título en castellano:
Resultados a Largo Plazo del Tratamiento Quirúrgico del
Hepatocarcinoma
Introducción
El hepatocarcinoma es un tumor frecuente pero su incidencia presenta
una enorme variabilidad geográfica. La etiología más común es la
infección por virus B y C de hepatitis.
La mayor parte de los trabajos publicados previamente trató de
demostrar la superioridad del trasplante o de la resección quirúrgica
en pacientes con hepatocarcinoma. Sin embargo, ciertos aspectos
metodológicos dificultaron la obtención de conclusiones
confiables. Los autores recuerdan que el programa de su institución
contempla la posibilidad de trasplante cuando el tumor se observa en
un hígado cirrótico y en ausencia de enfermedad extrahepática. En
cambio, la resección se reserva para pacientes con tumores únicos,
periféricos y con buena funcionalidad del hígado.
En esta revisión publican los resultados a largo plazo de la
serie de enfermos sometida a una u otra forma de tratamiento.
Señalan, sin embargo, que una de las limitaciones más
importantes del trabajo tiene que ver con la selección previa de
los pacientes de cada grupo.
Pacientes y métodos
Entre enero de 1990 y diciembre de 2000 se realizaron 121
trasplantes de hígado (grupo 1) y 52 hepatectomías (grupo 2) como
tratamiento de hepatocarcinomas, complicación habitual de las
infecciones virales.
Los pacientes del grupo 1 fueron más jóvenes, tenían mayor
compromiso funcional determinado por la clasificación Child-Pough y
un grado más avanzado en la clasificación de Okuda.
La distribución por sexos, infección por virus B y C hepatitis
y los valores de alfafetoproteína fueron semejantes en los enfermos
de ambos grupos.
El diagnóstico de cáncer de hígado se basó en la anatomía
patológica, niveles de alfafetoproteína superiores a 400 ng/ml y
hallazgos de la tomografía computada helicoidal con triple fase.
Aunque la punción aspiración con aguja fina se efectuó en forma
sistemática en los primeros años del estudio, en las últimas
etapas la disponibilidad de la tomografía redujo considerablemente
la necesidad de punción diagnóstica.
En el 77% de los enfermos (n: 93) del grupo 1 y en el 67% (n: 35)
del grupo 2 se realizó quimioembolización preoperatoria con
doxorubicina, lipiodol y partículas de esponja de gelatina. A los 7
y 30 días del procedimiento se realizó tomografía computada para
establecer, en forma prequirúrgica, el estadio TNM. El tiempo
promedio que transcurrió entre la quimioembolización y la resección,
en individuos del grupo 2, fue de 2.9 meses. Dos de los 121 enfermos
sometidos a trasplante habían sido intervenidos para resección en
forma previa.
En pacientes del grupo 1, el tiempo promedio en lista de espera
fue de 3.06 meses. Los sujetos sometidos a trasplante se
subdividieron en otros dos grupos: 1A y 1B según la intervención
se hubiera realizado entre 1990 y 1995 o entre 1996 y 2000. El
tiempo en lista de espera fue de 1.74 meses y de 3.84 meses en
pacientes de los grupos 1A y 1B, respectivamente. El tratamiento
inmunosupresor incluyó globulinas antitimocíticas y corticoides.
En sujetos con adecuada funcionalidad renal se indicaron fármacos
anticalcineurina (ciclosporina A o tacrolimus).
Resultados
El estadio tumoral fue más avanzado en sujetos del grupo 1. En este
grupo se constató además mayor incidencia de bilobularidad y un número
más elevado de nódulos. El estadio, según la clasificación pTNM,
fue más avanzado pero los pacientes del grupo 2 tenían tumores de
mayor tamaño.
La mortalidad operatoria fue del 4% y del 2% en enfermos de los
grupos 1 y 2, respectivamente.
La sobrevida a los 5 años fue del 68% en sujetos del grupo 1 y
del 63% en individuos del grupo 2. En forma similar, la sobrevida a
los 10 años fue del 42% y 45%, respectivamente.
La sobrevida libre de enfermedad a los 10 años fue
significativamente superior en pacientes del grupo 1 (42%) en
comparación con los del grupo 2 (29%, p= 0.032). Hubo recidiva
tumoral en el 10.6% y 65.5% de los enfermos del grupo 1 y 2,
respectivamente (p< 0.0001).
En el grupo 1, los factores que influyeron significativamente en
la aparición de recidiva fueron la invasión macroscópica o
microscópica, un valor de alfafetoproteína por encima de los 300
ng/ml y el estadio pT4. En el modelo de variables múltiples, la
invasión microscópica y el nivel de alfafetoproteína fueron
factores de recidiva tumoral.
En forma similar, en los enfermos del grupo 2, la invasión
microscópica y el estadio pT3-4 (incluye los dos tipos de invasión
vascular) fueron parámetros predictivos de reaparición del tumor,
aunque en el modelo de variables múltiples sólo el último mantuvo
significancia.
Discusión
Los pacientes cirróticos con hepatocarcinoma que pueden ser
sometidos a cirugía de resección o trasplante representan una
minoría. Habitualmente, las condiciones del enfermo y las características
de la neoplasia no permiten seleccionar el tipo de tratamiento. Sin
embargo, en un pequeño porcentaje de casos, puede optarse por
cualquiera de las alternativas.
Según los autores, los resultados de la investigación actual y
la experiencia global permitirían examinar dos posibles algoritmos
de terapia. El primero de ellos contempla la resección, siempre que
sea posible, en cualquier paciente con hepatocarcinoma. En caso
contrario puede evaluarse la posibilidad de trasplante. La principal
ventaja de esta conducta es la de "ahorrar" órganos
potencialmente trasplantables. El segundo algoritmo consiste en
considerar en primer lugar el trasplante (siempre que no haya
contraindicaciones). Aunque los trabajos no son categóricos en este
sentido, la información completa sugiere que la resección en
pacientes con buena función hepática, sin hipertensión portal y
con tumores de menos de 5 cm, se asocia con excelente evolución.
En conclusión, ambas alternativas se complementan; con una
adecuada selección de enfermos, los dos procedimientos se acompañan
de buena evolución
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Autoevaluación de Lectura
¿Cuáles son las indicaciones de
resección quirúrgica en pacientes con hepatocarcinoma?
A.
Nódulo único.
B. Nódulo de menos de 5 cm.
C. Nódulo periférico.
D. Todas ellas.
Respuesta
Correcta
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EVALUAN
ESTRATEGIA DE PESQUISA PARA LA PREVENCION DEL CANCER COLORRECTAL
Harrow, Reino Unido.
La sigmoidoscopia flexible única
permite la detección de pacientes con riesgo elevado de cáncer
colorrectal.
The Lancet 359:1291-1300,
2002
Autores:
Atkin WS, Cook CF, Cuzick J y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Cancer Research UK Colorectal Cancer Unit, St
Mark's Hospital, Harrow, Reino Unido y otros centros colaboradores
Título
original:
[Single Flexible Sigmoidoscopy Screening to
Prevent Colorectal: Baseline Findings of a UK Multicentre Randomised
Trial]
Título en castellano:
Pesquisa Mediante Sigmoidoscopia Flexible Unica para Evitar
el Cáncer Colorrectal. Hallazgos Iniciales de un Estudio Multicéntrico
Aleatorizado del Reino Unido
Introducción
Un estudio, controlado y aleatorizado, examina actualmente la hipótesis
de que la pesquisa mediante sigmoidoscopia flexible realizada en una
sola ocasión a los 60 años constituye un medio aceptable y económico
para reducir la incidencia de mortalidad por neoplasia colorrectal.
La escasa sobrevida que presenta la enfermedad, destacan los
autores, se debe a que el diagnóstico se efectúa en estadios
avanzados. Cuando la neoplasia es reciente, localizada y asintomática,
las tasas de curación exceden el 90%.
El cáncer colorrectal es potencialmente evitable mediante
pesquisa poblacional, debido a que la mayoría de los tumores
malignos se desarrollan a partir de pólipos adenomatosos. La
evolución de la neoplasia a partir de un adenoma es generalmente
lenta, requiere en promedio 10 años, por lo que se cuenta con
tiempo suficiente para la detección y remoción del adenoma
mediante la pesquisa en la fase preinvasiva. Los métodos de rastreo
por prueba de sangre oculta en heces y sigmoidoscopia se encuentran
en estudio en el Reino Unido para su implementación nacional.
Respecto de esta última, cabe destacar que 2 tercios de los
adenomas y neoplasias se localizan en recto y colon sigmoide, al
alcance del sigmoidoscopio flexible, y que el procedimiento sólo
tarda 5 minutos, sin necesidad de sedación. Debido a que la detección
de adenomas distales aumenta con la edad hasta los 60 años, la
evaluación única mediante el procedimiento en mayores de esta edad
puede ser eficaz y económica para reducir las tasas de incidencia.
El objetivo del estudio comprende la identificación de la edad
óptima de la pesquisa mediante la inclusión de sujetos con edades
comprendidas entre los 55 y 64 años. En el régimen de rastreo
propuesto, los pólipos pequeños son removidos durante la
sigmoidoscopia; se procede a la colonoscopia y vigilancia sólo ante
la detección de pólipos con características asociadas con riesgo
elevado de lesiones avanzadas.
Los autores evaluarán si su estrategia es más eficaz y económica
que la recomendada en EE.UU., que comprende la pesquisa a partir de
los 50 años por prueba de sangre oculta anual, sigmoidoscopia
flexible cada 5 años con colonoscopia en caso de pólipo
adenomatoso o colonoscopia cada 10 años. Las fases de inclusión en
el estudio y de pesquisa están completas y la cohorte será
controlada durante 15 años. La información reunida hasta el
momento permite el análisis de la tasa de detección de neoplasias,
aceptabilidad, seguridad y factibilidad del método.
Métodos
El estudio se realiza con la colaboración de 14 centros geográficos
de Inglaterra, Gales y Escocia. Todos los pacientes de los clínicos
participantes entre los 55 y 64 años fueron invitados integrar la
experiencia. Los sujetos aptos recibieron información sobre el cáncer
de colon y la prueba de pesquisa junto con un cuestionario con
preguntas sobre los antecedentes familiares de cáncer colorrectal,
trastornos intestinales, evaluaciones en los 3 años previos e interés
de ser evaluado por sigmoidoscopia. Los individuos con antecedentes
personales o familiares de cáncer colorrectal, adenoma, enfermedad
intestinal inflamatoria, sigmoidoscopia o colonoscopia en los 3 años
previos o problemas de salud fueron excluidos de la experiencia.
Las personas interesadas se distribuyeron de manera aleatorizada
en los grupos pesquisa y control. La preparación consistió en la
administración de un enema en la hora previa al estudio. Antes del
procedimiento los participantes recibieron más información y
completaron un cuestionario sobre antecedentes de enfermedades y
cirugías, tratamientos actuales y consumo de anticoagulantes o
aspirina. Luego del estudio recibieron una carta con los resultados
y limitaciones del procedimiento. Según el protocolo, los
endoscopistas removieron los pólipos pequeños e ignoraron los
menores de 3 mm de diámetro en los 5 cm distales del recto de
apariencia hiperplásica.
La colonoscopia se efectuó en pacientes con pólipos de diámetro
superior a 1 cm, más de 3 adenomas, histología tubulovellosa o
vellosa, displasia o malignidad significativas y más de 20 pólipos
hiperplásicos por encima del colon distal. Los autores intentaron
programar el procedimiento dentro de las 3 semanas posteriores a la
sigmoidoscopia. La aparición de efectos adversos de carácter físico
y psicológico fue cuidadosamente monitorizado.
El estado de ansiedad se evaluó 3 y 6 meses antes del estudio y
12 meses después. Los participantes completaron un cuestionario
sobre el grado de dolor esperado y experimentado, efectos adversos y
su experiencia con el examen. Otro cuestionario enviado a los 3
meses del procedimiento permitió conocer el grado de satisfacción,
el desarrollo de algún tipo de evento y el contacto con su médico
clínico o con la unidad de endoscopia.
Resultados
La inclusión de los participantes al estudio se efectuó entre 1996
y 1999. En total colaboraron 2 102 clínicos y 170 432 voluntarios
(113 178 en el grupo control y 57 254 en el intervención). El 71%
del grupo intervención se sometió al estudio; en el 72% de los
casos el procedimiento no reveló anomalías y los pacientes
recibieron el alta. El 22% recibió el alta luego del análisis
patológico de las muestras que reveló patología no significativa
o pólipos de escaso riesgo. El 5% del grupo fue evaluado mediante
colonoscopia; en 1 380 casos se confirmó riesgo elevado, 175
presentaron pólipos de bajo riesgo y en 69 no se confirmaron pólipos
distales. De los 2 051 sujetos evaluados mediante colonoscopia,
156 requirieron cirugía, 1 754 fueron sometidos a colonoscopia de
control y 150 recibieron el alta. Un total de 191 individuos fue
intervenido mediante cirugía debido a neoplasia, remoción de
lesiones y colectomía. En el 25% de los casos se extrajeron uno o más
pólipos distales. El 3% presentó pólipos con diámetro mayor de 1
cm, y la mayoría fue removido por colonoscopia. Al 12% se le
diagnosticó uno o más adenomas. En el 5% se detectó lesiones de
riesgo elevado y en el 0.3% se efectuó diagnóstico de neoplasia.
Las prevalencias de adenomas, lesiones de alto riesgo y neoplasias
de los hombres duplicaron a las de mujeres.
El 23% de los sujetos sometidos a colonoscopia presentó uno o más
pólipos en colon proximal. Aunque la mayoría de la muestra
evaluada por colonoscopia exhibió lesiones distales de riesgo
elevado en la sigmoidoscopia, los hombres presentaron con mayor
frecuencia pólipos proximales, adenomas o adenomas avanzados. La
tasa de detección de cáncer colorrectal fue de 3.5 por cada 1 000
procedimientos (142 neoplasias detectadas en 140 personas). El 62%
presentó neoplasia en estadio A de Duke. Se detectó cáncer
colorrectal avanzado en 36 sujetos; el 28% de los casos y el 10% de
los sujetos con tumores localizados refirieron hemorragia rectal o
incremento de la frecuencia evacuatoria en el cuestionario previo al
estudio. Hubo 5 perforaciones, una en el grupo sometido a
sigmoidoscopia y las otras 4 en los sujetos evaluados mediante
colonoscopia, en todos los casos posteriores a la polipectomía.
Luego de la sigmoidoscopia 12 pacientes debieron ser internados
por hemorragia; 8 de ellos con el antecedente de polipectomía.
Nueve sujetos sometidos a colonoscopia también fueron
hospitalizados por hemorragia luego de la polipectomía. Un total de
77 personas presentaron hemorragia dentro del mes posterior a la
sigmoidoscopia, fenómeno experimentado por 7 sujetos evaluados
mediante colonoscopia. El 0.2% se desvaneció o experimentó un
episodio vasovagal. De los 39 671 personas que completaron el
cuestionario, el 80% refirió no haber sufrido o sólo haber
experimentado dolor leve durante el estudio, mientras que el 3%
describió dolor intenso. La prueba fue menos dolorosa de lo
esperada en el 42% y más dolorosa en el 20% de los encuestados.
De los 36 865 individuos que completaron el cuestionario de
seguimiento a los 3 meses del procedimiento, sólo el 5% encontró
la prueba vergonzante, el 98% se mostró conforme de haberla
realizado y el 97% refirió que aconsejaría el examen. La cantidad
media de personas evaluadas en 3 horas ascendió a 12. La duración
media del procedimiento, con inclusión de la polipectomía, fue de
5 minutos. La repetición del procedimiento fue necesaria en el 5%.
Entre los sujetos derivados a colonoscopia, el promedio de retraso
ascendió a 6 semanas.
Conclusiones
Los resultados iniciales indican que la presente estrategia otorga
una elevada tasa de detección de pacientes con riesgo elevado, además
de ser aceptable, segura y factible. La introducción de la
pesquisa, señalan los autores, probablemente produzca reducciones
sustanciales en la incidencia de cáncer colorrectal.
Autoevaluación de Lectura
¿Qué porcentaje de la población
entre los 55 y 64 años sometida a sigmoidoscopia flexible presenta
lesiones de riesgo elevado de cáncer colorrectal?
A.5%.
B.15%.
C.25%.
D.0.5%
Respuesta
Correcta
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Trabajos Distinguidos, Serie
Oncología, integra el Programa SIIC-ASARCA
de Educación Médica Continuada
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