EL
AUMENTO DE TRIGLICERIDOS ESTARIA ASOCIADO CON MAYOR SÍNTESIS Y BAJA
ABSORCION DE COLESTEROL
Estudio
en 868 pacientes divididos en 2 subgrupos.
Kuopio, Finlandia.:
Los resultados de este estudio
mostraron que el grupo de pacientes con nivel alto de triglicéridos
y bajo de colesterol HDL, se asoció con aumento de síntesis y baja
absorción del colesterol, eventos opuestos a los observados en el
grupo de aquellos pacientes que presentan aumento aislado del
colesterol LDL.
Fuente científica:
[Atherosclerosis
168(2): 343-349 Jun 2003] –aSNC
Autores
Miettinen T y Gylling
H.
El Estudio Escandinavo de Sobrevida
con simvastina mostró marcada reducción del riesgo de eventos de
enfermedad coronaria en pacientes hipercolesterolémicos sometidos
al tratamiento con dicha droga, y recientes análisis posteriores al
estudio, comprobaron que los pacientes con altos niveles de triglicéridos
basales y bajo colesterol HDL versus aquellos con alto colesterol
LDL aislado, tenían características del síndrome metabólico,
riesgo de eventos coronarios aumentado con respecto a la
administración del placebo, y eran más beneficiados por el efecto
de la simvastatina.
En ese estudio, los pacientes en el cuartil más bajo del índice
basal entre el colestanol y el colesterol, mostraron más respuesta
frente a la droga, lo que no sucedió en aquellos en los cuartiles más
altos.
Los resultados del presente ensayo demostraron que la síntesis del
colesterol es reducida más efectivamente en pacientes con altos
triglicéridos y bajo colesterol HDL, que en aquellos que presentan
solamente aumento del colesterol LDL, a pesar de reducción similar
del colesterol sérico.
Los pacientes hipercolesterolémicos incluídos fueron seleccionados
del Estudio Escandinavo de Sobrevida y divididos en 2 subgrupos: los
que presentaban los valores más altos de triglicéridos y más
bajos de colesterol HDL, y los que tenían triglicéridos y
colesterol HDL normales, con incremento aislado del colesterol LDL.
Para los valores estadísticos de los grupos, se calcularon los
valores de la media con sus errores estándares, y las diferencias
entre los grupos y los tratamientos se evaluaron
mediante el test t de Student en 2
dimensiones, el test t apareado y los análisis de varianza.
Los datos basales mostraron que los valores más bajos de absorción
de colesterol, con respecto a la producción más alta, se
observaron en el grupo con triglicéridos altos y bajo colesterol
HDL, en el cual también el grupo con placebo en el estudio de base,
había mostrado incremento del índice de eventos coronarios y
reducción importante de patologías cardíacas con la simvastatina.
Los pacientes con absorción basal de colesterol baja y síntesis
alta, tuvieron menos eventos coronarios también en el estudio
previo con simvastatina. Por otro lado, en el grupo con aumento
aislado del colesterol LDL, se observó alta absorción y baja síntesis
del colesterol. Estos pacientes en el estudio principal y aquellos
en el cuartil más alto de colestanol, no se beneficiaron con el
empleo de la droga reductora del colesterol.
Los estudios de seguimiento han demostrado que el riesgo coronario
es alto en individuos con una triada lipídica: triglicéridos séricos
elevados, bajo colesterol HDL y alto colesterol LDL o total.
Hallazgos similares se han encontrado en estudios clínicos de
prevención, demostrando también que la reducción lipídica
produce la mayor disminución de los eventos cardíacos y de
progresión de la ateroesclerosis coronaria en los estudios angiográficos.
Los beneficios más importantes del tratamiento con fibratos para la
reducción de esos
eventos coronarios, se han observado
en los pacientes con bajo colesterol HDL y altos valores de triglicéridos.
Finalmente, el análisis posterior del estudio escandinavo, mostró
que los pacientes con la triada lipídica tenían comorbolidad basal
aumentada, variables del síndrome metabólico y colesterol total y
LDL levemente incrementado, cuando se lo comparaba con el grupo de
alto colesterol LDL aislado y con el de valores normales de triglicéridos
y colesterol HDL. Además, los pacientes con dicha triada lipídica
presentaban índices elevados de eventos coronarios con el placebo,
y mayor reducción de esos eventos durante los 5 años de
tratamiento con simvastatina, cuando en realidad, el riesgo relativo
del subgrupo con colesterol LDL elevado aislado, disminuyó sólo de
forma no constante.
En conclusión, señalan los autores, la síntesis del colesterol es
reducida más eficazmente por la simvastatina en los pacientes con
triglicéridos altos y colesterol HDL bajo, que en aquellos
pacientes con aumento aislado del colesterol LDL, a pesar de
observarse similar reducción del colesterol total. Los pacientes
definidos por los índices marcadores basales de absorción más
altos de dicho colesterol, en el grupo que presentaba elevación
aislada del colesterol LDL, redujeron escasamente sus eventos
coronarios, aún con tratamiento regular a base de simvastatina.
AUMENTO
EN LA PREVALENCIA DE FIBRILACION AURICULAR EN LOS ULTIMOS 30 AÑOS
Fue
similar en ambos sexos e independiente de la edad
Rochester, EE.UU.:
El número de casos de
fibrilación auricular se ha incrementado desde 1960 y los expertos
proyectan que continuará aumentando. Dicha patología es predictora
independiente de mortalidad y causa de importante morbilidad, como
el accidente cerebrovascular. Su impacto sobre los costos de atención
sanitaria es elevado.
Fuente científica:
[Journal
of the American College of Cardiology 42(1):93-100
Jul 2003] – aSNC
Autores
Tsang TMS, Petty GW,
Barnes ME y otros
Palabras clave
Fibrilación
auricular, accidente cerebrovascular, prevalencia, edad, Framingham,
atrial fibrillation, stroke, prevalence, age, FA
Científicos
norteamericanos demostraron que la prevalencia de fibrilación
auricular (FA) aumentó marcadamente en Rochester, Minnesota, entre
1960 y 1989.
Dichos datos fueron extraidos de 1 871 historias clínicas de
accidentes cerebrovasculares isquémicos y sus controles utilizados
en un trabajo realizado en la renombrada Mayo Clinic. La edad media
fue de 75 años y 45% de ellos eran de sexo masculino.
Al analizar los datos obtenidos en el estudio previo, los
investigadores comprobaron que para los hombres del grupo de casos
la prevalencia de FA fue 11% entre 1960 y 1969, 13% entre 1970 y
1979 y 16% entre 1980 y 1989. Los porcentajes entre las mujeres
pertenecientes a la misma cohorte fueron 13%, 16% y 20%,
respectivamente, en los períodos de tiempo citados. En el grupo
control la prevalencia fue 5% y 4% en la década de 1960, 8% y 6% en
la década de 1970 y 12% y 8% en la década de 1970, para el sexo
masculino y femenino respectivamente. La evaluación estadística
demostró que el aumento de la prevalencia de FA se asoció con el
incremento de la edad y con el tiempo calendario. Cada década
sumada a la edad duplicó el riesgo de padecer FA. Las tasas de
aumento con el paso del tiempo calendario fueron significativas
tanto en los casos como en los controles.
Los investigadores del estudio Framingham identificaron un aumento
significativo del número de casos de FA en hombres entre 1968 y
1989, aunque no sucedió lo mismo con las mujeres. Los autores no
conocen otras publicaciones que indiquen resultados similares, a
pesar de que consideran que los valores alcanzan para describir el
fenómeno como una epidemia de FA. Una de las causas que explican la
elevación de la prevalencia es el incremento de la edad de la
población general.
Otra explicación podría ser el cambio en la incidencia de
enfermedades comórbidas. Entre ellas están la hipertensión,
enfermedad coronaria, diabetes mellitus e insuficiencia cardíaca.
El nexo fisiopatológico entre las patologías enumeradas y la FA
podría ser la disfunción diastólica.
La comunidad de Rochester es muy adecuada para la realización de
estudios poblacionales. Geográficamente se encuentra aislada de
otras urbes. La atención médica es llevada a cabo por pocos
centros de salud. Entre ellos se encuentra la Mayo Clinic y sus dos
hospitales afiliados, los que proveen atención primaria hasta
terciaria en todas las especialidades y subespecialidades. La mayor
parte de la población concurre a la Mayo Clinic, donde por los últimos
80 años se ha mantenido un registro médico unificado que contiene
detalles de todas las prácticas ambulatorias e internaciones. Entre
las limitaciones del trabajo se puede citar que la mayoría de los
participantes eran de raza blanca, por lo que la generalización a
otras etnias debe ser cuidadosa.
El análisis de tendencias en las que influyen múltiples factores
es un proceso muy dificultoso. Las interpretaciones de causa y
efecto muchas veces no son posibles. Sin embargo, las evaluaciones
descriptivas son base fundamental del esfuerzo para mejorar la
atención de la población. Las estimaciones estadísticas
pronostican que la prevalencia de FA seguirá aumentando por lo
menos hasta el año 2050. Dicha observación es alarmante y podría
tener consecuencias de largo alcance, con incremento del número de
accidentes cerebrovasculares, disminución de la calidad de vida de
los ancianos y alteración de variables socioeconómicas.
Los autores consideran que la reducción agresiva del riesgo de FA
es primordial para contener la epidemia.
ALTOS NIVELES DE
TRIGLICERIDOS Y COLESTEROL HDL NO SIEMPRE CONSTITUYEN UN FACTOR DE
RIESGO DE ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Estudio
comparativo entre una población con dietas ricas en carbohidratos y
otra con ingesta de nutrientes más balanceada.
Lund, Suecia:
La correlación entre los
niveles de triglicéridos (TG) y colesterol HDL (C-HDL) o colesterol
no-HDL (C- no HDL) en la población de Kitava, sin antecedentes de
afección cardiovascular, fueron similares a los observados en una
población caucásica. Esto sugeriría que estos marcadores no
siempre serían determinantes de este tipo de patología.
Fuente científica:
[The
Scandinavian Journal of Clinical & Laboratory Investigation
63(3):175-180 2003] –aSNC
Autores
Lindeberg S, Ahrén B,
Nilsson A y colaboradores
Palabras clave
Triglicéridos,
Colesterol HDL, Lipoproteínas, Desórdenes metabólicos,
Diferencias étnicas, Islas Trobriand, Insulina
Key Words
Cardiovascular
disease, Diet, Epidemiology
En las poblaciones occidentales está
descripto un riesgo incrementado de enfermedad cardiovascular en
personas que tienen altos niveles de TG y por el contrario bajos
niveles de C-HDL. Sin embargo se desconoce si estos marcadores serían
los causantes de la patología o simplemente reflejarían una serie
de desórdenes metabólicos asociados a sobrepeso y resistencia a la
insulina, considerados éstos también factores de riesgo
cardiovascular. Los autores proponen la comparación de poblaciones
con distinto grado de sobrepeso, distinta composición dietaria y
por lo tanto variado riesgo de sufrir este tipo de enfermedades.
Para ello, investigadores de la Universidad Lund en Suecia
realizaron un estudio en una población que incluyó 122 hombres y
46 mujeres entre 20 y 86 años de edad provenientes de Kitava, Islas
Trobriand, Papua Nueva Guinea.
Esta población se caracteriza por una alta ingesta de
carbohidratos, representando aproximadamente el 50% de su energía
dietaria y ausencia de enfermedad cardiovascular o síndrome de
resistencia a la insulina. Esta cohorte se comparó con un grupo
control de 729 hombres y mujeres caucásicos sanos entre 20 y 66 años
de edad provenientes de Upsala, Suecia, cuya dieta es más
balanceada en contenido nutricional. Estudiaron la relación
existente entre los niveles de TG y C-HDL y su posible asociación
con distintos factores de riesgo cardiovasculares, incluyendo la
medición de lipoproteínas séricas, apolipoproteínas, insulina,
presión arterial y medidas antropométricas.
Al igual que en los individuos caucásicos, se observó una
correlación negativa entre los niveles de TG y C-HDL, mientras que
los TG se asociaron positivamente con el C-noHDL y apolipoproteína
B en la población de Kitava.
Por otro lado, el valor de TG y C-HDL no se relacionó con el índice
de masa corporal, el valor de glucemia, insulina o la presión
arterial sistólica en los individuos de Kitava a diferencia de lo
observado en la población caucásica sueca. Ambas cohortes
presentaron resultados similares de asociación positiva entre el
C-HDL y la apolipoproteína A1 y negativa entre C-HDL y el cociente
apolipoproteína A1/C-HDL.
Los hallazgos de este estudio permitieron concluír que la medición
de TG y C-HDL adquieren distinto significado patogénico de acuerdo
a la población analizada. Mientras que serían importantes
condicionantes de enfermedad cardiovascular en individuos caucásicos
provenientes de occidente, no parecen afectar de la misma forma a la
población de Kitava, a pesar de sus hábitos alimentarios, que
inducirían niveles desfavorables de estos lípidos. Por lo tanto,
una dieta enriquecida en carbohidratos no necesariamente incrementaría
el riesgo de afección cardiovascular.
LA
HIPERHOMOCISTEINEMIA ES UN FACTOR DE RIESGO PERO NO GUARDARIA
RELACION CON LA GRAVEDAD DE LA CORONARIOPATIA
Estudio
controlado prospectivo basado en 341 pacientes sometidos a
coronariografía
Adana, Turquía:
Si bien la elevación de
la homocisteina plasmática es un factor independiente de riesgo
coronario en la región sur de Turquía, no parece estar vinculado
con la gravedad y la extensión de la enfermedad coronaria.
Fuente
científica:
[Japanese
Heart Journal 44:357-368
2003] – aSNC
Autores
Bozkurt A, Toyaksi H,
Acartürk E y colaboradores.
Dado que el nivel de
homocisteina plasmático está vinculado con factores como raza,
edad, y nutrición, la investigación realizada por los autores en
población de la zona sur de Turquía, permitió confirmar que la
homocisteina es un factor de riesgo independiente para la enfermedad
coronaria, pero no encontró relación entre niveles plasmáticos de
homocisteina y extensión y severidad de la enfermedad coronaria.
Existen varios factores de riesgo coronario. En años recientes, el
nivel elevado de homocisteina (H) ha sido propuesto como otro
importante factor de riesgo. El mecanismo por el cual la H elevada
lleva a la enfermedad coronaria, permanece en la nebulosa. Algunos
investigadores sugieren mecanismos tales como efecto deletéreo de
la H sobre el endotelio, plaquetas, factores de coagulación, músculo
liso de la pared vascular y modificación oxidativa del LDL
colesterol.
Los principales factores que afectan el nivel plasmático de H son
edad, sexo, consumo de cigarrillos, actividad física, alteraciones
enzimáticas genéticas, raza y nutrición. Existen controversias
sobre la H como un factor de riesgo independiente y respecto a sus
efectos sobre la extensión y severidad de la enfermedad coronaria.
El presente estudio fue realizado para investigar la relación entre
los niveles plasmáticos de H y la enfermedad coronaria en pacientes
del sur de Turquía.
Estudiaron 341 personas que fueron sometidas a coronariografía: 195
presentaban enfermedad coronaria (grupo enfermo) y 146 tenían
coronariografías normales (grupo control). Definieron enfermedad
coronaria, como el hallazgo de una obstrucción de la luz mayor a 50
% en la descendente anterior izquierda o coronaria derecha, o la
circunfleja o las ramas primarias. La extensión de la lesión fue
clasificada de acuerdo al concepto publicado por Negri y
colaboradores y la severidad de la lesión según el índice
publicado por Gensini y colaboradores.
Todos los factores de riesgo para enfermedad coronaria, estaban
incrementados en el grupo enfermo en comparación con el grupo
control. El nivel plasmático promedio de la H también estaba
incrementado en el grupo enfermo. No encontraron relación entre
nivel plasmático de H y extensión y severidad de la lesión
coronaria. De acuerdo a los autores, la elevación de H es un factor
independiente de riesgo coronario y este incremento, aumenta la
posibilidad de enfermedad coronaria 3.69 veces. Estos resultados son
coincidentes con la literatura, ya que las distintas publicaciones
colocan el incremento de riesgo por hiperhomocisteinemia entre 1.3 y
5.2 veces más. Por otro lado los autores observaron que la elevación
de la H era un factor independiente de riesgo coronario en ambos
sexos.
Todavía existen, sin embargo, controversias sobre el papel de la H
en el riesgo cardiovascular. Esto es explicado por los
investigadores, sobre la base que los niveles de H pueden estar
afectados por factores tales como nutrición, hábitos, factores genéticos,
estilo de vida y raza. Un buen ejemplo de esta relación
multifactorial puede observarse en un trabajo realizado en la India,
en el cual encontraron que los personas con y sin enfermedad
coronaria tenían niveles similares de H plasmática (alrededor de
18 micromoles/l), pero en las personas de origen indio que vivían
en el Reino Unido, la H demostró ser un factor independiente de
riesgo coronario. Ambos grupos, sanos y enfermos, de indios que vivían
en el Reino Unido exhibieron niveles promedio de H bastante
inferiores a los observados en la India, pero era superior en
enfermos comparados con controles.
Un segundo factor que contribuye a generar confusión es la
diferente metodología empleada en los estudios.
Por ejemplo en algunos casos consideran que existe enfermedad
coronaria cuando la estenosis supera el 50 % y en otros exigen que
supere 70 a 75 %.
Un tercer elemento, es el nivel de H plasmático considerado como
normal. Algunos aceptan valores entre 5 y 15 micromoles/l y en otros
establecen 8.5 a 13.5 micromoles/l.
A pesar de todos estos factores de confusión, los autores confirman
el rol de la H como factor independiente de riesgo coronario, pero
niegan que el nivel del mismo guarde relación con extensión y
severidad de la coronariopatía.
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