Asociación Argentina
de Cirugía
 Volumen 1, Número 6, Septiembre 2003

Informes SIIC 


SÍNTOMAS Y COMPLICACIONES BILIARES EN LOS PACIENTES QUE ESPERAN LA COLECISTECTOMIA LUEGO DE LA PANCREATITIS AGUDA

Es mejor proceder a la resección de la vesícula en la internación original

Calgary, Canadá:
La sabiduría quirúrgica tradicional recomienda realizar la colecistectomía a los pacientes con pancreatitis aguda durante la misma internación. Sin embargo, muchos enfermos son dados de alta mientras esperan turno de quirófano. El 20% de dichos sujetos requieren reinternaciones de urgencia por síntomas biliares antes de ser operados.

Fuente científica:
[HPB 5(2):96-99 2003] –aSNC 

Autores
McCullough LK, Sutherland FR, Preshaw R y Kim S

El manejo ideal de las personas internadas por pancreatitis leves de origen biliar incluye la colecistectomía durante la estadía hospitalaria.
Científicos canadienses recomiendan no demorar la cirugía una vez que cede el ataque inicial. Además de evitar complicaciones biliares, este enfoque disminuye los efectos psicológicos sobre las personas que aguardan la cirugía, economiza costos de reinternaciones de urgencia y mejora la productividad de personas con síntomas recurrentes que no consultan al médico.
Varias publicaciones establecieron que la colecistectomía aminora el riesgo de pancreatitis aguda en los pacientes con cálculos vesiculares hasta hacerlo similar al de la población general. El momento ideal del procedimiento quirúrgico es controvertido. El consenso parece indicar que los mejores desenlaces se logran al resecar la vesícula luego de que la inflamación pancreática inicial ha cedido, pero antes de que el paciente regrese al hogar.
Sin embargo, desde los primeros años de la década de 1990, muchos cirujanos alteraron dicha práctica. Los enfermos con pancreatitis aguda biliar esperaban internados a la espera de turno en quirófano por largos períodos. Por lo tanto, comenzaron a dar de alta a sus pacientes para reinternarlos en el momento en que pudieran ser operados. Investigadores de la Universidad de Calgary estudiaron las historias clínicas de las personas tratadas por un primer evento de pancreatitis aguda biliar durante los cinco años en que se produjo la transición mencionada.
El período se extendió desde 1992 hasta 1996. El Foothills Hospital recibió en dicho intervalo 164 sujetos con pancreatitis aguda biliar. La edad media fue de 53 años, y el sexo femenino predominó en relación de 2 a 1. Fueron colecistectomizados a lo largo de la primera internación 74 individuos, mientras los otros noventa fueron dados de alta para programar la cirugía. A lo largo del intervalo evaluado la proporción de pacientes externados antes de ser operados creció marcadamente desde 27% hasta 67%. El tiempo medio hasta la resección quirúrgica fue muy superior en los dados de alta, en quienes alcanzó los 40 días. Por su parte, en las personas operadas a lo largo de la misma internación la demora promedio fue de 8 días.
En cuando al total de días de internación, la tendencia mostró que los operados sin ser dados de alta permanecieron en el hospital 15.5 días en promedio, mientras quienes aguardaron la cirugía en su hogar solamente estuvieron en la institución sanitaria 10.7 días. Sin embargo, el dato más importante es que el 20% de los sujetos que dejaron el hospital antes de ser colecistectomizados sufrieron episodios adversos que requirieron la reinternación antes de llegar a la cirugía. Los cuadros incluyeron tres pancreatitis agudas recurrentes, diez eventos de dolor que no cedía con medidas comunes y cinco colecistitis agudas.
Los autores consideran que la tasa mencionada seguramente subestima la verdadera incidencia de síntomas, ya que solamente fueron tomados en cuenta los sujetos reinternados. Las consultas ambulatorias y los ataques de dolor que no forzaron la visita al médico no fueron detectadas. No ocurrieron fallecimientos en ninguno de los grupos.
A medida que más operaciones son realizadas en forma programada y la presión económica aumenta, el sistema de salud de Canadá ha mostrado cambios marcados en el manejo clínico de los pacientes. La British Society of Gastroenterology recomienda que los sujetos con pancreatitis aguda biliar sean operados dentro de los 28 días del episodio inicial. Los pacientes dados de alta en el trabajo canadiense claramente quedan afuera de las pautas citadas. El riesgo de la demora es el aumento de las probabilidades de reinternaciones de urgencia. Por otro lado, la morbilidad perioperatoria no mostró incrementos en los individuos que esperaron internados la cirugía.
En conclusión, el manejo ideal del primer episodio de pancreatitis aguda biliar incluye la colecistectomía laparoscópica durante la internación inicial. El momento ideal es cuando el dolor ha desaparecido. Además de disminuir las internaciones de urgencia, mejora aspectos psicológicos, económicos y productivos de las personas sintomáticas.

 


ES INNECESARIO EL ESTUDIO ANATOMOPATOLÓGICO RUTINARIO DEL SACO HERNIARIO EN NIÑOS

Debería reservarse para casos específicos y seleccionados por el cirujano

Saskatchewan, Canadá:
El estudio anatomopatológico del saco herniario en niños es un gasto innecesario, ya que los posibles hallazgos no resultan de importancia. El estudio debería reservarse para casos seleccionados a discreción del cirujano.

Fuente científica:
[Canadian Journal of Surgery 46:117-119 Abr 2003] –aSNC

Autores
Miller GG, McDonald SE, Milbrandt K y Chibbar R.

Es una práctica habitual, enviar tejido obtenido del saco herniario para su examen anatomopatológico, si bien en los niños no es común encontrarse frente a enfermedades inesperadas. Cuando esto se produce, el problema está limitado al hallazgo de alguna parte de la estructura de los conductos genitales junto al saco.
Estos usos y costumbres del envío del saco herniario en niños para su estudio histológico, fue desafiado por 2 publicaciones realizadas en 1998, realizadas por hospitales pediátricos, y que demostraban que no podía obtenerse ninguna información clínica de utilidad a partir de dicha conducta.
Esto llevó a los autores a realizar una revisión de los casos reunidos en un hospital escuela universitario en un lapso de 10 años. No solo analizaron la información que el estudio histológico había producido, sino que también enfocaron la investigación sobre el costo que dicha práctica había insumido.
Partieron de la hipótesis que no existe justificación clínica para realizar rutinariamente el examen anatomopatológico del tejido de saco herniario obtenido en cirugía infantil, y que omitir esta práctica, ahorraría costos sin causar daño a los pacientes.
La revisión recogió la información de todos los casos de hernia operados en menores de 20 años entre 1988 y 1997. En dicho lapso hubo 488 reparaciones herniarias en 371 niños, ya que en 117 casos, la cirugía fue bilateral. La edad promedio de los operados fue de 2,1 años con escaso desvío standard. De los 371 niños, 325 fueron varones.
En el 93.4 % de los casos (456 hernias) pudo disponerse de la información proveniente de Anatomía Patológica. Sobre este total, en solo el 1.1 % (5 casos), el informe describió el hallazgo de estructuras de tipo tubular o conductos y glandular. En 4 de estos 5 casos fue posible diagnosticar que la estructura encontrada correspondía al epidídimo.
La reparación de una hernia infantil es, generalmente, una situación sin complicaciones en las manos de un cirujano experimentado. Resulta sumamente infrecuente encontrar anormalidades inesperadas en el saco herniario de un niño. Pueden encontrase algunas curiosidades tales como restos de tejido suprarrenal, o implantes gliales en infantes con shunts ventriculoperitoneales, pero tienen carácter anecdótico y carecen de importancia clínica.
En muy contadas ocasiones, publicaron casos de neoplasias tales como tumor de Wilms extrarenal, linfomas, sarcomas, neoplasias vasculares y tumores fibrosos, pero en ningún caso estos tumores estaban ocultos en el saco herniario. En el adulto solamente encontraron tejidos malignos en el 1 % de los sacos herniarios, pero no existe estadística en infantes.
La literatura recoge una incidencia entre 0.33 y 1.66 % de lesión del conducto deferente.
La interpretación histológica de las estructuras ductales encontradas en el saco herniario de manera casual, puede fácilmente prestarse a confusión, ya que existe la posibilidad, de remanentes de los conductos de Muller y conductos deferentes duplicados.
Estos remanentes, habitualmente adoptan una estructura de pequeños conductos compuestos de tejido epitelial ciliar con algunas células claras entremezcladas, pero sin la presencia de células musculares rodeando la estructura. El diámetro de los conductos suele oscilar entre 0.07 y 0.20 mm y aparecen en pequeños racimos. El conducto deferente, en cambio, suele presentar un diámetro de 1 mm y una capa muscular prominente.
En el estudio de los autores, encontraron 4 casos de posible epidídimo incluido en el saco. En los 4 casos mencionados, había un hidrocele comunicante asociado. Existen controversias sobre el manejo adecuado del hidrocele comunicante. Algunos cirujanos lo resecan o lo reparan, mientras que otros prefieren un tratamiento conservador. Los hallazgos de los autores (epidídimo incluido en los sacos herniarios cuando existía hidrocele comunicante asociado), refuerzan la idea que el tratamiento debería ser conservador.
Una opción que proponen, consiste en examinar macroscópicamente los sacos herniarios, y solicitar el examen histológico en aquellos casos en que encuentren alguna anormalidad.
Dado que solo encontraron 0.88 % de anormalidades, sin mayor importancia clínica, en el examen histológico, a un costo total de 6988 dólares canadienses, consideran que este monto no resulta una erogación necesaria ni justificada.


EVOLUCION FAVORABLE DE LA REPARACION QUIRURGICA EN LAS LESIONES DEL PLEXO BRAQUIAL

Revisión de la exploración por medio de la cirugía en 1019 lesiones durante un período de 30 años.

Nueva Orleans, EE.UU.

Los análisis de este amplio estudio retrospectivo revelan que las intervenciones operatorias de las lesiones del plexo braquial, incluyendo los tumores, son técnicamente posibles y tienen evolución favorables si los pacientes son correctamente elegidos, aunque pueden aparecer complicaciones y el curso está lejos de ser el óptimo.

[Journal of Neurosurgery 98: 1 005-1 016, May 2003 - SIIC]

Las injurias del plexo braquial tienden a ocurrir en individuos jóvenes, sanos y en plena actividad; si bien no son mortales, causan discapacidad y son muy difíciles de revertir, ya que los resultados iniciales de las cirugías para dichas lesiones no eran promisorias. El refinamiento de los implantes microquirúrgicos y el uso de estudios electrofisiológicos intraoperatorios, ha renovado el interés en el tratamiento ya que, al día de hoy, sólo el 60% de los pacientes afectados por esas injurias siguen un curso favorable. Esta cifra debe y puede ser mejorada, si bien aún, la cirugía para los tumores del plexo continúa siendo un desafío.El objetivo de este estudio fue el de proveer pautas para la evaluación, el seguimiento y el abordaje operatorio, analizando una amplia selección de lesiones, atrapamientos y tumores del plexo, tratados quirúrgicamente entre 1 968 y 1 998 en pacientes con edades que iban de los 4 a los 73 años, con una media de 34.

Las injurias fueron categorizadas como estiramientos globales, de los nervios C5 y C6, de C5, C6 y C7, de C5 a T1, lesiones de la región infraclavicular, heridas por armas de fuego, lesiones lacerantes y tumores.

Estiramientos globales: son los más comunes y los más difíciles de tratar. La mayoría son secundarios a accidentes vehiculares, especialmente a aquéllos que involucran motocicletas, y la fuerza torsional que se genera durante la colisión, lleva la cabeza y el cuello en una dirección y el hombro y el brazo en otra, lo que resulta en estiramiento severo de las partes blandas incluyendo los nervios y, menos frecuentemente, los vasos sanguíneos, pudiendo producirse la separación de 1 o más raíces nerviosas.Históricamente, predominaba la idea de hacer un abordaje conservador no quirúrgico, ya que, cuándo y cómo tratar estas injurias fue y sigue siendo controvertido. De todas maneras, si no hay evidencia clínica o electrodiagnóstica de curación en 3 a 4 meses, se asume que es una lesión severa y el paciente es un candidato para la cirugía.

Estiramiento de los nervios C5 y C6: el 30% recupera espontáneamente la funcionalidad en los primeros 3 meses y el resto presenta un curso favorable tras la reparación quirúrgica directa.
Estiramiento de C5, C6 y C7: en estos casos, la pérdida de función incluye al tríceps y a los músculos del hombro, por lo que un bajo porcentaje, que no excede el 12%, presenta reparación espontánea en los meses iniciales y el resto es transferido a cirugía. La reparación funcional del tríceps es parcial, pero la relajación del bíceps produce extensión del codo debido a la acción de la gravedad.

Estiramiento de C5 a T1: el patrón más frecuente es el de un brazo completamente paralizado y el porcentaje de recuperación espontánea no es de más del 4%, ya que se separan casi la mitad de los nervios espinales. Un injerto de emergencia puede ofrecer cierta esperanza para un paciente con un irreparable brazo fláccido.

Lesiones de la región infraclavicular: ocurren menos frecuentemente que las supraclaviculares, pero la pérdida funcional es igualmente severa y no se revierte con el tiempo. Se encuentran generalmente asociadas con lesión de la arteria axilar, dislocación o fractura del hombro y fractura humeral, lo que dificulta técnicamente la exploración quirúrgica. La cirugía es de elección si en 3 a 4 meses persiste la pérdida funcional de 1 o más elementos para los que se estimaba una potencial reparación.

Heridas por armas de fuego: si bien dependen del calibre de la bala y de su aceleración, generalmente se producen lesiones en continuidad y por transección del plexo braquial, por lo que está indicada la cirugía si existe una pérdida completa o persistente de la función de 1 o más elementos o, si aún siendo ésta incompleta, el dolor no puede ser aliviado por métodos conservadores.
Lesiones lacerantes: la mayoría de los autores concuerdan en que está indicada una urgente reparación quirúrgica si existen lesiones desgarrantes del plexo, especialmente si hay pérdida total de la funcionalidad.
Tumores: se revisaron los abordajes quirúrgicos de 161 tumores del plexo, de los cuales 141 eran benignos y sólo 20 malignos. La mayoría de los benignos son factibles de ser removidos, pues se presentan como una masa solitaria, pudiendo ser luego aspirados en forma ultrasónica; los malignos tienden a crecer rápidamente en un período de semanas o meses y son relativamente grandes en el momento de su diagnóstico; por lo tanto, y debido a que plantean desafíos técnicos complejos, cada tratamiento debe ser individualizado.

Las lesiones, atrapamientos y tumores del plexo braquial pueden causar discapacidad importante aún en gente joven y, debido a ello, requieren no solamente hábiles procedimientos quirúrgicos, sino también un buen conocimiento de la anatomía y la fisiología de la región. Las evoluciones funcionales de las reparaciones quirúrgicas, concluyen los autores, son esperanzadoras, dependiendo del momento de la cirugía, de los elementos del plexo involucrados y del tipo de lesión o patología. Los retrasos de más de 6 meses luego de la injuria disminuyen las posibilidades de una recuperación funcional; los traumatismos que producen lesiones en continuidad son los de evolución más favorable; los mejores resultados para los injertos se observan en las lesiones de los nervios C5, C6 y C7.

Si bien suelen aparecer complicaciones y los resultados distan aún de ser los óptimos, los individuos con lesiones del plexo braquial pueden tener un curso positivo si los pacientes a quienes se les practica una cirugía son correctamente seleccionados; de todas formas, se requieren más ensayos clínicos y experimentales

 


USO DE DEXAMETASONA PARA LA DISMINUCION DE LOS EFECTOS ADVERSOS LUEGO DE CIRUGIA CORONARIA

Resultados de un estudio aleatorizado que evalúa los beneficios de la terapia corticoesteroidea en la recuperación de los pacientes luego de la cirugía de revascularización coronaria

Oslo, Noruega:
Las indicaciones de dexametasona son efectivas para la reducción de las manifestaciones posquirúrgicas en pacientes con cirugía cardíaca, en particular los síntomas digestivos y el incremento del apetito. Las dosis consideradas en el estudio no ofrecieron propiedades antiarrítmicas o analgésicas.

Fuente científica:
[Anesthesia Analgesia 96:1578-1583 2003] – aSNC


Autores
Halvorsen P, Ræder J, White P y colaboradores

Los corticoesteroides ofrecen numerosas ventajas en la recuperación del posquirúrgico de algunos pacientes. En una revisión sistemática fue posible la observación que la dexametasona redujo las náuseas y vómitos y elevó el apetito en los días posteriores al procedimiento quirúrgico.
Las observaciones fueron efectuadas en cirugías programadas no cardíacas.
Investigadores del Departamento de Cirugía y Anestesiología de la Feiring Heart Clinic de Oslo en Noruega plantearon la hipótesis que dosis habituales de dexametasona (4mg x2)pueden reducir las náuseas en el posoperatorio, los vómitos y el dolor, así como la disminución de la incidencia de fibrilación auricular y el mejoramiento del apetito luego de la cirugía, determinantes todos de la facilitación del proceso de recuperación.
A los fines de la investigación se incorporaron al estudio 300 pacientes que fueron sometidos a cirugía de revascularización coronaria. La indicación anestésica fue estándar en todos los pacientes . Luego de la inducción de la anestesia se indicó dexametasona (4mg/ml)o solución salina (1ml), y una segunda dosis de la misma droga fue administrada en la mañana siguiente a la cirugía. La incidencia de fibrilación auricular fue determinada por el análisis de las primeras 72 hrs con el registro continuo electrocardiográfico luego de la cirugía cardíaca.
Los pacientes fueron evaluados a intervalos de 24-48 hrs luego de la intervención, así como al tiempo de egreso del hospital, para la determinación de la incidencia y severidad de los efectos adversos del posoperatorio y los índices de satisfacción.
Los resultados de la investigación permitieron la observación que la dexametasona redujo significativamente la necesidad de medicación antiemética de rescate en el primer día del posoperatorio (30% versus 42%), y la incidencia de náuseas (15% versus 26%) y vómitos (5% versus 16%), en el segundo día del posoperatorio (p<0.05).Otro dato adicional fue que la dexametasona disminuyó el porcentaje de pacientes con una disminución del apetito en el segundo día del posquirúrgico.
Sin embargo los corticoesteroides fallaron en la reducción de la incidencia de fibrilación auricular (27% versus 32%), y en las dosis totales de medicación opioidea administrada.
Los efectos beneficiosos de la dexametasona administrada resultaron en una disminución significativa de los síntomas en la población analizada. Estos hallazgos fueron consistentes con otras investigaciones anteriores.
Las diferencias observadas con los resultados de otros estudios que parecieron disminuir la incidencia de fibrilación auricular se relacionó con las dosis mayores de dexametasona empleadas (0.6 versus 0.12 mg/kg).
Los autores fueron reacios a el uso de dosis elevadas mayores a 0.12mg/kg, por los posibles efectos adversos que incluyeron complicaciones infecciosas y gastrointestinales, hiperglucemis, disforia y reacciones psicóticas. Los efectos favorables de la dexametasona ocurrieron a dosis menores que las necesarias para el logro del efecto antiarrítmico.
Los investigadores sugirieron la realización de estudios que analicen y comparen diferentes dosis de drogas, sus beneficios y potenciales efectos deletéreos


NUEVO METODO DE TRATAMIENTO DE LA FISURA ANAL COMPLICADA CON CIRUGÍA DE RADIOFRECUENCIA

Experiencia con 283 pacientes portadores de fisura anal crónica complicada intervenidos mediante dilatación anal y radiocirugía.

Nagpur, India:
La radiocirugía de la fisura anal permite solucionar las patologías concomitantes que pueden observarse con esta afección y permite el alta de los pacientes dentro de las 24 horas. Comentan y analizan los buenos resultados obtenidos.

Fuente científica:
[The Internet Journal of Gastroenterology 2(1) 2003] –aSNC 

Autores
Gupta PJ.

El autor obtuvo buenos resultados con el abordaje combinado de la fisura anal, con dilatación anal y radiocirugia. La dilatación redujo el espasmo y la radiocirugía eliminó las patologías concomitantes que suelen acompañar a las fisuras crónicas.
La fisura anal es una afección muy común y aunque no la consideren una enfermedad importante, es necesario prestarle debida atención por que es dolorosa pero tiene tratamiento simple y efectivo. Normalmente, el abordaje habitual de la fisura anal, consiste en el clásico procedimiento que tiene por objetivo disminuir el espasmo anal y minimizar la presión del esfínter anal. Sin embargo, es frecuente que patologías concomitantes, como pequeñas hemorroides, papilas anales hipertrofiadas, pólipos fibrosos, fístulas postfisura, y otras, sean ignoradas y no reciban tratamiento alguno.
Las fisuras simples y agudas pueden manejarse de manera conservadora, mediante una dieta no constipante, uso de laxantes, adecuada higiene personal, y baños de asiento, consiguiendo de esta manera minimizar los síntomas y una defecación indolora.
Una fisura puede considerarse crónica o complicada, cuando no responde al tratamiento conservador, está asociada a un pólipo anal fibroso, existen hemorroides, o induración de los bordes, o exposición de las fibras del esfínter interno. También la presencia de infección o de una fístula o granuloma la clasifican como complicada.
Los estudios realizados, han demostrado que una fisura, presentando alguna de las complicaciones mencionadas, no cicatriza espontáneamente y la respuesta al tratamiento conservador es poco satisfactoria y de breve duración.
Para estas fisuras crónicas han propuesto diversos tratamientos como la inyección de toxina botulínica, pomadas con nitroglicerina, dilatación endoscópica, crioterapia y procedimientos quirúrgicos como la fisurectomía, fisurotomía y esfinterotomía. Muchos de estos métodos resultan suficientes para aliviar los síntomas de la fisura anal, pero no los de las patologías asociadas.
El autor, ha combinado la dilatación anal para disminuir el espasmo y la radiocirugía para eliminar las patologías asociadas. Mediante esta combinación las lesiones concomitantes son extirpadas.
Realizó la radiocirugía combinada con dilatación anal en 283 pacientes con fisura anal crónica y con patologías acompañantes.
La radiocirugía es un método de corte y coagulación de tejidos, usando una corriente alterna de alta frecuencia. El efecto de corte de alta frecuencia, es realizado sin presionar o aplastar los tejidos. El corte se alcanza mediante el calor desarrollado por la resistencia del tejido al pasaje de la onda de alta frecuencia, emanada de la unidad de radiofrecuencia. El calor hace hervir el agua intracelular, lo que aumenta la presión intracelular a punto tal que produce una ruptura celular desde adentro hacia fuera (explosión). Este fenómeno es denominado volatilización celular.
Las dos patologías asociadas, más frecuentemente encontradas en la cohorte de pacientes tratados por los autores, fueron la presencia de papilas anales hipertrofiadas y paquetes hemorroidarios.
Las papilas hipertrofiadas suelen ser responsables de la sensación de cuerpo extraño anal y secreción, y la presentaban casi la mitad de los pacientes de la serie.
La hemorroides centinela, también presente en más de la mitad de los casos, suele no extirparse en muchos casos, pero ello tiene como consecuencia una dificultad en la cicatrización de la fisura, por lo que los autores aconsejan su extirpación rutinaria.
Todos los pacientes operados fueron dados de alta dentro de las 24 horas y la aparición de complicaciones como dolor al defecar, sangrado menor y prurito fueron mínimas.
El seguimiento de los pacientes a las 4 semanas del postoperatorio, no registró ningún caso de incontinencia fecal, pero el 12 % presentó incontinencia a los gases en los primeros días del postoperatorio.
A los 18 meses, el 93 % de los operados no mostró recurrencia de la fisura o patologías asociadas. 4 % fue el nivel de recurrencia de la patología y 3 % desarrolló hemorroides.
El autor advierte que la cirugía por radiofrecuencia no debe ser confundida con electrocirugía, diatermia o electrocauterio.
La radiocirugía permite una estadía hospitalaria más breve que la cirugía convencional.


BUENOS RESULTADOS DE LA TIROIDECTOMIA MINIMAMENTE INVASIVA EN PACIENTES JOVENES

 

Estudio efectuado en 13 pacientes sometidos a cirugía tiroidea mínimamente invasiva

Pisa, Italia:
La técnica de tiroidectomía asistida por video puede ser apropiada en patologías tiroideas que presentan nódulos de tamaño reducido y ciertas características histológicas. Su uso ofrece en pacientes jóvenes mejor resultado estético, menos días de internación y menos dolor.

Fuente científica:
[Pediatric Endosurgery & Innovative Techniques 7(2):131-134 2003] -aSNC
Autores
Spinelli C, Bertocchini A, Donatini G y otros


Palabras clave
Tiroidectomía, técnica mínimamente invasiva, nódulos tiroideos, pacientes jóvenes
Key Words
Thyroidectomy, minimally invasive video-assisted technique, type of the nodule, young patients

La indicación de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas fue siempre objeto de estudio y algunas controversias.
Investigadores del Department of General Surgery, University of Pisa, en Italia desarrollaron un estudio basado en la experiencia obtenida de 13 pacientes jóvenes, sometidos a una tiroidectomía mínimamente invasiva asistida por video (TMIAV).

Entre octubre 1998 y noviembre 2001, 13 pacientes (11 mujeres y 2 varones), con edades de 20 años y menos y peso medio de 48 kg, se sometieron a una cirugía con técnica mínimamente invasiva, para el tratamiento de la patología tiroidea.
Antes del procedimiento se efectuó una evaluación preoperatoria de los pacientes con estudios de laboratorio, imágenes del tipo de ecografía y centellografía y punción - aspiración con aguja fina de la lesión tiroidea.
Los criterios de selección de los pacientes para la cirugía fueron la existencia de un nódulo con un diámetro máximo de 35 mm, ausencia de cirugías previas o radiaciones en el área cervical y signos de tiroiditis, volumen tiroideo no mayor de 20 ml y falta de sospecha de compromiso ganglionar.

Los resultados de la investigación determinaron que el análisis histológico de las piezas extraídas reveló una condición benigna en 11 casos (84.6%) y una lesión maligna de tipo papilar en dos casos (15.4%).
En 12 pacientes se realizó lobectomía y en un paciente una tiroidectomía total.
En ninguno de los 13 pacientes el procedimiento de TMIVAV fue seguido por una cirugía abierta. En los 12 pacientes con lobectomía, en dos de ellos fue necesaria la realización de una segunda intervención asistida con video para la realización de tiroidectomía total, por el hallazgo de un resultado falso negativo, obtenido durante el primer procedimiento.
La técnica utilizada en estas cirugías fue diferente a otras en relación con la vía de acceso, a través de una incisión central de 1.5 a 3 cm por arriba del esternón.

Los autores destacaron las ventajas del uso de esta técnica por los menores días de internación, el dolor de característica más leve y los mejores resultados estéticos obtenidos; sin embargo enfatizaron la importancia de la adecuada selección de los pacientes, en especial con nódulos foliculares pequeños o adenomas con 3.5 cm o menos y su uso pudo ser justificado en cánceres papilares pequeños y bien diferenciados.
Este procedimiento no presentó ninguna indicación en pacientes con cánceres indiferenciados o medulares, a menudo asociados con infiltración de tejidos vecinos y compromiso de adenopatías centrales y laterales.

Los investigadores concluyeron que esta técnica al igual que otras mínimamente invasivas requiere un equipo entrenado; en la experiencia de los autores la TMIAV demostró ser segura, con una reducida tasa de morbilidad, corta estadía hospitalaria y adecuados resultados estéticos.


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