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Asociación Argentina de Psiquiatras |
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ESTUDIOS SOBRE LA NATURALEZA AGRESIVA EN LOS SUICIDAS FALLIDOS La testosterona en líquido cefalorraquídeo no esta incrementada en estos pacientes Lund, Suecia En estudios realizados en
primates no humanos, demostraron una correlación positiva entre
testosterona en líquido cefalorraquídeo (LCR) y agresividad,
particularmente la dirigida hacia el exterior o agresión competitiva. No
encontraron correlación con impulsividad o agresión impulsiva.
También observaron en
primates no humanos, que un nivel bajo de ácido 5 hidroxiindolacético
(que es un metabolito de la serotonina) en LCR, se acompañaba de un
elevado nivel de agresividad, que aumentaba aún más si se incrementaba
el nivel de testosterona.
Otros estudios informaron
sobre una posible conexión entre los mecanismos reguladores de serotonina
y testoterona.
En un estudio basado en
alcoholistas con personalidades antisociales y que habían cometido ilícitos
de naturaleza impulsiva, observaron elevación de la testosterona en LCR
cuando se lo comparaba con voluntarios normales.
Los autores del trabajo
mencionado, llegaron a la conclusión, que un nivel elevado de
testosterona en LCR podría asociarse a agresividad dirigida hacia su
entorno o violencia interpersonal.
Esos mismos
investigadores establecieron que un patrón de agresividad repetitivo bajo
la influencia del alcohol, está asociado a niveles elevados de
testoterona.
En una publicación
reciente sobre serotonina y testosterona en personas responsables de
violencia familiar, pudo advertirse que aquellos con adicción alcohólica,
tenían un promedio de nivel de testosterona en LCR más elevado que en no
alcohólicos y controles sanos. Algo similar se constató en adictos a
otros productos y en personalidades violentas.
Por otro lado, se
sostiene que el suicidio es una conducta de autoagresión, y no existen
trabajos realizados sobre la relación de conducta suicida y niveles de
testosterona en LCR.
En el presente trabajo,
estudiaron a 43 varones, poco tiempo después de un intento suicida, la
mayoría reclutados a partir de salas de emergencia o de unidades de
terapia intensiva o pabellones psiquiátricos. A todos los pacientes les
extrajeron una muestra de LCR y determinaron el nivel de testosterona.
No encontraron correlación
entre niveles elevados de testoterona e impulsos agresivos. Esto contrasta
con lo demostrado por otros estudios.
La falta de diferencias
significativas entre niveles de testosterona, entre pacientes con
conductas suicidas y diferentes tipos de temperamento agresivo, y la falta
de correlación entre testosterona y personalidad agresiva parecerían
indicar, según la opinión de los autores, que la agresión expresada por
la conducta suicida es una agresión orientada "hacia adentro" ,
más que una agresión dirigida al exterior. Los aumentos de testosterona
observados en LCR por otros autores fueron en aquellos que manifestaban
agresividad orientada hacia el exterior.
Basados en esta aparente
falta de "agresividad hacia fuera" en los suicidas, sugiere a
los autores que el suicidio podría estar mediado por variables biológicas
diferentes al de la agresión.
La ausencia de casos
control de no suicidas, dificulta a los investigadores obtener
conclusiones definitivas sobre el tema.
Por otro lado, parecería
que los suicidas presentaban un nivel de testosterona menor que el
encontrado en sujetos normales por otro investigador, que realizó el
estudio en el mismo laboratorio que el utilizado en este trabajo.
En el varón , el estrés
psicológico, está asociado con niveles plasmáticos disminuidos de
testosterona, conforme lo informaron varios grupos de investigadores; esto
quizás también sea aplicable al líquido cefalorraquídeo. Los
autores postulan como explicación alternativa de su hallazgo, que los que
intentaron el suicidio, pueden haber sido víctimas del estrés, lo que
justificaría el bajo nivel de testosterona en LCR. |
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EFECTIVIDAD DE LA RISPERIDONA PARA TRATAR TRASTORNOS DE LA CONDUCTA EN NIÑOS
Y ADOLESCENTES Investigan la efectividad y tolerancia de la Risperidona para controlar niños y adolescentes con diagnóstico de déficit de la atención e hiperactividad (ADHD), desorden de oposición y desafío (ODD) y trastornos de la conducta (CD) Izmir, Turquía Los autores hacen
referencia a que en la niñez y adolescencia, los trastornos de la
conducta son muy frecuentes.
Generalmente estos
pacientes se caracterizan por presentar síntomas tales como, agresividad,
hurto, mitomanía y tendencia a la huida, acompañados de hiperactividad,
conductas impulsivas, trastornos en el aprendizaje y la concentración y
falta de adaptaci ón al medio social.
La cuarta edición del
manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV),
establece que cuando los síntomas se manifiestan en la niñez, los
pacientes tienen un peor pronóstico.
La Risperidona es una
droga de uso frecuente en el tratamiento de niños y adolescentes psicóticos,
no obstante, los datos referidos al tratamiento de los trastornos de la
conducta son limitados.
En el presente estudio
los autores incluyeron pacientes con CD severos y con diagnóstico de ADHD
y ODD de acuerdo a los criterios del DSM-IV.
Se utilizaron para el
diagnóstico, una lista de chequeo para evaluar el comportamiento de los
niños de 4 a 18 años (CBCL-4-18)desarrollada por Achenbach y Edelbrock,
el DSM-IV para trastornos de la conducta de niños y adolescentes
(T-DSM-IV) y la escala de impresión clínica global (CGI).
Todos los pacientes
fueron tratados en forma abierta con Risperidona, comenzando con una dosis
diaria de 0.25 o 0.50 mg/día, ajustada según el peso corporal y dividida
en dos tomas diarias.
El tratamiento fue de 8
semanas y los pacientes fueron evaluados por sus padres y sus educadores
utilizando el T-DSM-IV (basal y semana 8) y dos escalas de CGI (una de
severidad de la enfermedad y otra de mejoría global) al comienzo y en las
semanas 4ª. y 8ª.
También se controlaron
los efectos adversos, sobre todo los síntomas de extrapiramidalismo,
utilizando la escala para síntomas extrapiramidales (ESRS).
La dosis promedio de
Risperidona utilizada fue de 1.27 ± 0.42 mg/día.
Luego de las 8 semanas un
80% de los pacientes fue considerado respondedor (de acuerdo a los
criterios del CGI), observándose sobre todo, mejoras significativas en
los síntomas de falta de atención, hiperactividad y conductas
impulsivas.
En todas las evaluaciones
utilizadas, T-DSM-IV, CGI y escalas para ODD y CD, se detectaron mejoras
significativas en los pacientes (p < 0.001) y en ningún caso se reportó
eventos adversos serios ni síntomas relacionados con extrapiramidalismo.
Finalmente, los autores
llegan a la conclusión que los datos obtenidos en el presente estudio,
son coherentes con hallazgos previos reportados por otros autores y
sugieren que la Risperidona puede ser una herramienta efectiva y segura
para tratar los tra stornos de la conducta de los niños y adolescentes,
siendo necesarios estudios controlados contra placebo para definir mejor
los eventuales usos de esta medicación. |
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TECNICAS GRUPALES PARA EL TRATAMIENTO DE LA DEPRESION EN POBLACIONES
RURALES Resultados de un estudio controlado aleatorizado en una población rural de Uganda Baltimore, EE.UU Investigadores del Centro Internacional de Emergencias, Desastres y Refugiados de la Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health, desarrollaron una investigación para el análisis de la eficacia del grupo para el alivio de la depresión y de las manifestaciones disfuncionales, así como para la evaluación de la factibilidad de la conducción de ensayos controlados en Uganda. A los fines del estudio se seleccionaron entre febrero y junio 2002, 30 villas rurales de Uganda, distribuidas en forma aleatorizada para el estudio de hombres en 15 de ellas y mujeres en las 15 restantes. Los hombres y mujeres de cada villa, considerados por sus pares como víctimas de manifestaciones depresivas, fueron entrevistados por medio de una adaptación local del instrumento de síntomas del Johns Hopkins. Se obtuvieron datos de 248 personas y finalmente 108 hombres y 116 mujeres completaron el estudio y fueron entrevistados nuevamente. Las villas que participaron del estudio fueron asignadas en forma aleatorizada a un grupo de intervención y a otro grupo control. La intervención consistió en el ofrecimiento de psicoterapia grupal semanal para la depresión, en sesiones de 90 min por un período de 16 semanas. Ambos grupos, control e intervención no difirieron significativamente en relación con la edad, duración de los síntomas y años de educación. El estudio fue aprobado por el Comité de Revisión de la Universidad y por la autoridades gubernamentales locales de los distritos de Rakai y Masaka. Las manifestaciones de depresión fueron clasificadas y validadas según escalas locales y se basaron en los criterios del Manual de Diagnóstico de Alteraciones Mentales, Cuarta Edición, (DSM-IV). Los resultados de la investigación demostraron que en el grupo de intervención la media de reducción de la severidad de la depresión fue de 17.47 puntos y de 3.55 puntos para el grupo control (p<.001). La media de la reducción en la disfunción fue de 8.08 y 3.76 respectivamente(p<.001). Luego de la intervención el 6.5% del grupo de intervención cumplió con los criterios de depresión mayor, en comparación con el 85% que lo manifestó antes de la intervención grupal. El estudio mostró que la psicoterapia grupal fue efectiva para el alivio de los síntomas de depresión y de la disfunción asociada, con una elevada declinación en la severidad general de la depresión y de la proporción de personas con depresión mayor en comparación con los sujetos del grupo control. Un dato de importancia fue el hallazgo en el grupo control, de cierta reducción de los niveles de síntomas de depresión, que se explicó por la existencia de otras acciones de tratamiento, mediadas por sanadores. El uso de este tipo de selección del grupo control independientemente de si recibieron algún tipo de tratamiento fue adecuado en función que el propósito de la investigación fue el hallazgo de si la intervención del grupo fue o no efectiva. En relación al tiempo de duración de los efectos positivos de la intervención se planteó la necesidad de realización de una evaluación a los 6 meses y de planeamiento de cierto tipo de mantenimiento a fin de la disminución de la recurrencia. Los autores concluyeron que la terapia grupal fue ciertamente efectiva para la reducción de la depresión y de la disfunción y enfatizaron la necesidad de estudios implementados por coordinadores locales y con un mayor impacto en la población beneficiaria.
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EL CONOCIMIENTO Y LA COMPRENSION DE LAS ENFERMEDADES MEJORA SU EVOLUCION Resultados de un estudio que analiza las reacciones de los pacientes en relación con el diagnóstico de convulsiones Dublin,
Irlanda Las convulsiones diferentes de las epilépticas
representan un problema clínico importante y son motivo frecuente de
errores diagnósticos y de inadecuada interpretación.
Este tipo de episodios tiene un substrato
psicológico; sin embargo el mecanismo permanece poco claro y la evidencia
disponible sugiere que el mismo es variable.
Investigadores del Departamento de
Psicología del Hospital Nacional de Rehabilitación de Dublin,
desarrollaron un estudio para la exploración de las actitudes, la
comprensión y las reacciones de los pacientes frente al diagnóstico de
este tipo de convulsiones y la forma en que estos hallazgos influyen en la
evolución posterior de la patología.
Se registró información de 84 pacientes
que participaron del estudio, que presentaron inicialmente un diagnóstico
de epilepsia y que luego de una cuidadosa evaluación por el Centro de la
Sociedad Nacional de Epilepsia lo modificaron por el de convulsiones
diferentes a las epilépticas.
Se envió una carta a los sujetos
seleccionados con la explicación clara del propósito del estudio y la
solicitud del consentimiento informado.
Al inicio se realizó una entrevista
telefónica semiestructurada de aproximadamente 20 minutos de duración y
se envió asimismo a los médicos generalistas de los pacientes, un
cuestionario para la obtención de información referente a la prescripción
de drogas antiepilépticas y del estado convulsivo.
Los resultados del estudio demostraron
que en el momento de la participación la tercera parte de los sujetos
permanecieron libres de convulsiones.
El 63% de los participantes no comprendió
el diagnóstico de forma adecuada, la mayoría no entendió ni pudo
precisar los factores precipitantes.
La reacción que se observó con mayor
frecuencia frente al diagnóstico fue la confusión.
Las dificultades en el entendimiento de
que el factor emocional fue responsable en parte de las convulsiones, se
explicaron por la ausencia frecuente de un evento temporal con estrés
elevado relacionado con la aparición de las manifestaciones.
Un número importante de individuos
expresó que la presencia de convulsiones diferentes a las epilépticas
representaron un efecto negativo en sus vidas cotidianas.
El 65% de los sujetos recibió atención
psicológica en el seguimiento; sin embargo la cantidad de sesiones a las
que asistieron fueron escasas.
Las conclusiones de la investigación
determinaron que las reacciones al diagnóstico contribuyeron a la evolución
posterior de los pacientes; en particular el enojo se asoció con peor
pronóstico.
Los investigadores enfatizaron que el
estudio fue uno de los pocos que tomó en consideración las percepciones
de los pacientes y las reacciones al cambio en el diagnóstico de
epilepsia por el de convulsiones de diferente origen.
La utilización de entrevistas telefónicas
en vez de cara a cara pudieron influenciar en los hallazgos; sin embargo
las observaciones fueron suficientemente importantes para la recomendación
de la realización de nuevos estudios que relacionen especialmente los
beneficios de la terapia psicológica.
LA OLANZAPINA TENDRIA SIMILAR EFECTO AL HALOPERIDOL EN LA REDUCCIÓN DE LA
AGITACION
Estudio controlado en 311
pacientes con esquizofrenia, aleatorizado, doble ciego, realizado en 13 países,
para la transición de la terapia intramuscular a la oral. Surrey, Reino unido. Una formulación del antipsicótico atípico
olanzapina se desarrolló para el tratamiento de la agitación aguda
asociada con las enfermedades psiquiátricas. Los autores comentan que
previamente habían informado, en pacientes con esquizofrenia, que tanto
10 mg de olanzapina como 7,5 mg de haloperidol, ambos por vía
intramuscular, eran igualmente efectivos para calmar la agitación luego
de un periodo de 24 horas, si bien la olanzapina tenía un comienzo de
acción más rápido y un perfil de síntomas extrapiramidales más
favorable.
Los resultados de este ensayo demostraron
que una serie de 4 días de tratamiento oral con olanzapina, para la
transición desde la vía intramuscular, no presentó incidencia de distonía
aguda, por lo que podría mejorar el tratamiento de la agitación en la
esquizofrenia durante dicho período de transición.
Se incluyeron un total de 311 pacientes,
204 hombres y 107 mujeres, con una edad media de 38.2años +- 11.6 años.
Los datos provenían de Australia, Austria, Bélgica, Canadá, República
Checa, Francia, Grecia, Hungría, Israel, Sudáfrica, España, Reino Unido
y EE.UU. Todos ellos tenían diagnóstico de esquizofrenia, y medición
del grado de agitación mediante la Escala de Síndrome Positivo y
Negativo y del Componente de Excitación. Entre ellos, 131 recibieron
olanzapina, 126 haloperidol y 54 un placebo.
Para la comparación estadística entre
los grupos se utilizó un análisis de variación, y los datos categóricos
se evaluaron mediante el test exacto de Fisher, con un nivel de
significancia de p El hecho de poder calmar rápidamente la
agitación con un antipsicótico típico y de efectuar el pasaje
subsecuente hacia una formulación oral, puede reducir el riesgo de
aparición de los síntomas de transición del período de resistencia a
la psicoterapia, hacia actitudes más positivas de introspección, que
pueden ocurrir durante el cambio de los antipsicóticos, y reducir así el
riesgo de agitación e inquietud.
En conclusión, destacan los autores, la
combinación del tratamiento intramuscular con el tratamiento oral
mediante la olanzapina, puede mejorar el tratamiento de la agitación
aguda en los pacientes con esquizofrenia.
Además, la olanzapina presenta un perfil
de seguridad para los síntomas extrapiramidales, superior al haloperidol.
REVISION DE LOS FACTORES DE RIESGO INVOLUCRADOS EN LA AUTOAGRESION
DELIBERADA
Revisión extensa de la
literatura publicada en la materia Boston, EE.UU. Si bien algunas de las consecuencias del
auto-daño, retroalimentan negativamente el circuito (por ejemplo, la
reducción de tensión que sigue a esta conducta), otras pueden
incrementar el dolor emocional y el aislamiento del individuo que produce
daño a sí mismo. Por ejemplo, dado que la conducta autoagresiva genera
reacciones negativas entre otros (tanto médicos clínicos como población
en general), existe potencialmente el riesgo de alterar las relaciones
interpersonales, tanto dentro como fuera del contexto terapéutico,
contribuyendo así, a un mayor aislamiento y mayor angustia. La sensación
de vergüenza y culpa que siguen al acto de autoagresión, pueden
exacerbar las emociones negativas que aíslan aún más a estas personas.
Existen muchas investigaciones publicadas
sobre los factores de riesgo involucrados en actos de autoagresión, sin
embargo el tema aún dista mucho de encontrase agotado. Si bien, la
literatura sobre el desarrollo de la autoagresión y los desórdenes de
personalidad fronterizos, sugieren el papel de varias experiencias
estresantes durante la infancia, la atención empírica hacia estos hechos
ha sido limitada.
La investigación estuvo focalizada
principalmente en el rol del abuso infantil y el abandono emocional en el
desarrollo de la conducta autoagresiva, y los hallazgos sugieren que el
abuso sexual en la infancia y el abandono emocional, aumentan el riesgo de
daño a si mismo provocado deliberadamente en el adulto y que el abuso físico
en la infancia está asociado con autoagresión en el adulto, si bien, no
está claro en que medida aumenta el riesgo de esta conducta.
No está clara la relación de otros
episodios de la vida infantil, (tales como inseguridad en los afectos,
separaciones en la infancia, pérdidas, etc.) con el desarrollo de
conductas autoagresivas en la vida adulta, y el tema requiere mayor
investigación. En realidad ninguno de los factores de riesgo de
estudiados hasta el presente, demostró especificidad respecto a la misma.
Para poder ahondar en la materia, sería un requisito importante, contar
con modelos más complejos del desarrollo de la conducta autoagresiva, que
permitieran evaluar cuales son las experiencias que incrementan el riesgo
de padecerla.
Siguiendo la línea de pensamiento de
Linehan, la vulnerabilidad emocional en personas con desórdenes de la
personalidad fronterizas y la evidencia que la autoagresión podría
funcionar como la expresión de emociones superlativas, podrían
representar las bases para el entendimiento de esta conducta.
Un aspecto importante de la investigación
en esta patología psiquiátrica reside en el estudio de los fenómenos de
disociación involucrados en el proceso. Algunos autores proponen que la
disociación podría ser el mecanismo mediador entre trauma infantil y
conducta dañina deliberada contra sí mismo.
La literatura estudió extensamente el
tema en mujeres con alteraciones de personalidad fronterizas, pero sería
necesario extender la investigación a otros grupos de personas. La
experiencia clínica indica que la conducta autoagresiva es igualmente
patrimonio de hombres y mujeres. Poco han estudiado los factores de riesgo
vinculados al sexo del paciente, y es muy probable que haya notorias
diferencias de riesgo en función del género
DEFICIENCIAS DE LA INVESTIGACION EN FORMAS MENORES DE LA DEPRESION EN
ANCIANOS
Especialmente en sus
aspectos psicológicos y psicosociales. Manchester, Reino Unido. Las inquietudes que el autor intentó
contestar con esta investigación bibliográfica, fueron: ¿ cuánta
investigación original se llevó a cabo con relación a la depresión en
pacientes de edad avanzada?, ¿de qué tipo? y ¿cuáles eran los aspectos
y temas cubiertos? Utilizó en su investigación bibliográfica, 1002 artículos
publicados entre 1998 y 2001. Las condiciones para incorporar un
determinado artículo a esta búsqueda, eran: estar redactados en inglés,
o por lo menos contuvieran un resumen en dicho idioma, los pacientes
estudiados tuvieran más de 60 años, que fueran investigaciones
originales con cohortes y control de casos, el principal foco del estudio
fuese la depresión, o bien que el tema depresivo sea una parte importante
de la investigación, aunque estuviera ligado con otras patologías como
insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular.
El material sometido a escrutinio fue de
más de 2 000 artículos, pero muchos fueron excluidos ya que no cumplían
con todos los criterios especificados.
El 60 % de las publicaciones incluidas en
la revisión bibliográfica procedían de los EE.UU. y el Reino Unido que
tienen el 11 % de los habitantes de mayor edad del planeta.
Solamente encontró 23 trabajos sobre
depresión menor, y apenas 10 sobre distimia; el sindrome bipolar en la
edad avanzada solo mostraba 3 publicaciones.
La mayoría de los trabajos se referían
a farmacoterapia de la depresión y tratamiento electroconvulsivante.
Encontró, en cambio, muy pocas
investigaciones respecto a intervenciones psicosociales y sobre el rol de
los ejercicios físicos en la enfermedad depresiva. Las drogas más
comunmente estudiadas fueron floxetina, moclobemida, nortriptilina,
paroxetina, sertralina, tianeptina, buspirona, venlafaxina, milnacipram,
reboxetina y fluvoxamina.
Solo 14 trabajos estudiaron conductas
suicidas en pacientes depresivos, y 19 se enfocaron en ideas suicidas.
Respecto al pronóstico, también existen
escasa referencias: uno de ellos hacía hincapié en el pronóstico pobre
de estos pacientes en un contexto de atención primaria. El otro trabajo
relacionaba la enfermedad depresiva como un predisponente al cáncer.
Los métodos utilizados para
"medir" la depresión, fueron en su mayoría la Escala de
Depresión Geriátrica y la Escala del Centro Epidemiológico de la
Enfermedad Depresiva.
La población mundial está en
crecimiento, así como también la expectativa de vida. Aproximadamente un
7 % de los habitantes del planeta, tiene 65 años o más, y en algunos países
alcanza la cifra de 30 %. Este envejecimiento mundial, implica no
solamente un incremento de las enfermedades neurodegenerativas como la
enfermedad de Alzheimer, pero también el aumento de las depresiones, que
afectan a una de cada 8 personas de la tercera edad, transformando esta
patología en la más común de las enfermedades mentales en la vida tardía.
Mucho se ha debatido respecto a si la prevalencia de la depresión está
en retroceso o estable, luego de los 65 años de edad. Sin entrar en este
debate, puede presumirse, que el envejecimiento de la población, hará
inevitable el incremento de la depresión en los años venideros. La
depresión está transformándose en una de las principales causas de
incapacidad.
En personas ancianas, una depresión clínicamente
significativa, lleva a una seria alteración de la calidad de vida y
representa una causa fundamental del deterioro de la misma.
Mucho se investiga y publica en materia
de demencia, pero en los últimos años, se ha acelerado la investigación
sobre diversos aspectos de la depresión.
Un punto importante en todas las lineas
investigativas, consiste en definir claramente que se comprende
exactamente por depresión, ya que según lo resalta el autor, poco se ha
investigado y publicado sobre casos que podrían ser considerados como de
depresión menor. Este punto resulta muy importante a la luz de algunas
publicaciones que confirman que la cantidad de casos "menores",
superan ampliamente los casos de depresión mayor.
Resulta decepcionante para el autor, la
escasa importancia que se ha dado a las intervenciones psicosociales, a
pesar de las múltiples recomendaciones de autores importantes en este
sentido y a la falta de investigación en prevención primaria.
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