Novedades de la Especialidad
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FACTORES ASOCIADOS
CON EL TIEMPO DE INTERNACION DESPUES DE LA CIRUGIA TORACICA
Las complicaciones
quirúrgicas y los factores sociales se relacionan con el retraso
en el alta.
Montreal, Canadá
El tiempo de permanencia
en el hospital después de una cirugía torácica no cardíaca puede
prolongarse debido a factores médicos o sociales.
[Canadian Journal of Surgery 45(4):264-268, Ago 2002
- SIIC]
Las complicaciones posoperatorias (como la pérdida
de aire persistente, la neumonía o la fibrilación auricular) prolongan
el tiempo de internación luego de la cirugía torácica no cardíaca.
Además, algunos factores sociales, como la falta de apoyo familiar,
se asocian con el mismo fenómeno, de acuerdo con el doctor Irshad
y sus colaboradores del Departamento de Cirugía de la McGill University.
Este grupo de expertos llevó a cabo un estudio retrospectivo en
el cual evaluó la calidad de la atención en el Servicio de Cirugía
del Royal Victoria Hospital, de Montreal. Este trabajo, en el cual
se analizaron las historias clínicas de los pacientes intervenidos
entre 1986 y 1996, mostró deficiencias en el informe de la morbilidad
de los pacientes, que hacía imposible relacionar ésta con el tiempo
de internación de los pacientes. Por ello, los autores decidieron
llevar adelante un estudio prospectivo, que desarrollaron entre
febrero de 1999 y julio de 2000.
En ese período, 130 pacientes fueron sometidos a cirugía torácica
en el centro hospitalario. De este grupo se excluyeron aquellos
que no habían sido intervenidos por el equipo principal de cirujanos,
lo cual dejó un total del 98 casos para el análisis.
Todos los participantes fueron controlados en los días posteriores
a la operación por un mismo profesional. Para cada uno de ellos
se llevó un informe, en el cual constaban su edad, sexo, patologías
acompañantes, resultados de las pruebas de función pulmonar, tipo
de intervención y diagnóstico patológico.
Durante cada día de internación, el cirujano a cargo documentó
las complicaciones existentes, y evaluó si el paciente estaba en
condiciones de recibir el alta. Se determinó así una fecha de alta
médica, que no en todos los casos se correspondió con la fecha de
salida del paciente de la sala.
El motivo más frecuente de la internación fue la resección de
un neoplasma pulmonar (en 75 pacientes), seguida por la infección
pulmonar y la metástasis en este órgano.
Las complicaciones más frecuentemente registradas fueron las pérdidas
persistentes de aire (en 12 pacientes), las infecciones pulmonares
nosocomiales (6 casos) y la fibrilación auricular (5 casos). La
pérdida de aire incrementó el tiempo de estadía, en promedio, en
13 días. La neumonía, por su parte, prolongó la internación en 9.6
días, y la fibrilación, en 2.4.
El tiempo promedio de internación requerido por motivos médicos
se estimó en 6.9 días, mientras que el tiempo real de permanencia
fue de 7.35 días. Esta diferencia, comentan los autores, representa
44 días de internación adicionales por cada 100 pacientes. Las causas
más frecuentes de esta prolongación de la estadía fueron la falta
de apoyo en el hogar del paciente, y la falta de salas de convalecencia.
Además, la mayor permanencia en el hospital por causas no médicas
fue más frecuente en los individuos de mayor edad y de sexo femenino.
Los investigadores destacan que este tipo de recolección de datos,
en forma prospectiva, brindó información más completa que el trabajo
retrospectivo realizado anteriormente. El estudio demostró que los
pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas torácicas ven incrementado
su tiempo de internación principalmente debido a las complicaciones
de la cirugía, pero que también existen factores sociales que retrasan
su salida del hospital.
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LA MUPIROCINA PUEDE
EVITAR LAS INFECCIONES POSTOPERATORIAS POR STAPHYLOCOCCUS AUREUS
Efectos sobre las
infecciones en el sitio quirúrgico y las infecciones totales.
Iowa City, EE.UU.
La aplicación intranasal
profiláctica de mupirocina puede evitar las infecciones nosocomiales
por Staphylococcus aureus.
[New England Journal of Medicine 346:1871-1877, 2002
- SIIC]
En portadores de Staphylococcus aureus,
la administración de mupirocina intranasal en forma profiláctica redujo
las infecciones nosocomiales totales por el microorganismo, aunque
no disminuyó las infecciones en el sitio quirúrgico. Así lo indican
el Dr. Perl de la University of Iowa Hospitals and Clinics en Iowa
City, EE.UU. y colaboradores de otros centros norteamericanos.
Cada año más de 40 millones de pacientes
se someten a cirugía en EE.UU., y hasta el 20 % de los individuos
adquieren por lo menos una infección nosocomial en el período postoperatorio,
señalan los expertos. Se ha descripto que el S. aureus produce
el 25 % de las infecciones nosocomiales, contribuyendo en forma
importante a las complicaciones y costos de hospitalización. El
nicho ecológico de este microorganismo son las narinas anteriores,
y el 25 al 30 % de la población presenta colonización en algún momento.
Los portadores presentan un riesgo elevado de infecciones estafilocócicas
luego de procedimientos invasivos médicos o quirúrgicos, con respecto
a los no portadores. Además, los portadores de S. aureus
también presentan una probabilidad 2 a 9 veces mayor que los no
portadores de padecer infecciones en el sitio quirúrgico.
El grupo del Dr. Perl realizó un estudio
clínico para determinar si la aplicación preoperatoria intranasal
de mupirocina en forma de ungüento puede reducir la tasa de infecciones
por S. aureus en los sitios quirúrgicos. Además, se evaluó
si la mupirocina era capaz de disminuir la tasa total de infecciones
nosocomiales causadas por este microorganismo.
De los 4030 pacientes que se sometieron
a cirugía general, ginecológica, neurológica o cardiotorácica, 3864
se incluyeron en el análisis. En total, el 2.3 % de los tratados
con mupirocina y el 2.4 % de los que recibieron placebo presentaron
infecciones por S. aureus en los sitios quirúrgicos. De 891
individuos (23.1 % de los 3864 que completaron el estudio) que
presentaban este microorganismo en las narinas anteriores, 444 recibieron
mupirocina y 447 placebo. Entre los portadores nasales de S.
aureus, el 4.0 % de aquellos que
recibieron mupirocina presentaron infecciones nosocomiales por el
agente infeccioso, con respecto al 7.7 % de los que recibieron placebo
(relación de riesgo para la infección = 0.49, intervalo de confianza
del 95 % = 0.25-0.92, p = 0.02).
La aplicación intranasal profiláctica de
mupirocina no redujo en forma significativa la tasa de infecciones
por S. aureus en el sitio quirúrgico, aunque disminuyó en
forma significativa la tasa de infecciones nosocomiales totales
por este microorganismo en los portadores. Sobre la base de estos
estudios, los autores sugieren que el tratamiento preoperatorio
con mupirocina presenta una buena relación entre el costo y la eficacia
en portadores nasales de S. aureus. La terapia con mupirocina
es segura, protege a los portadores nasales, y constituye un agente
adyuvante para evitar las infecciones después de la cirugía, concluyen
los especialistas.
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DETERMINAN LOS REQUERIMIENTOS
DE AGUA Y SODIO EN EL PERIODO POSTOPERATORIO INMEDIATO
Comparación de dos
planes de hidratación en pacientes sometidos a cirugía de mediana
complejidad.
Buenos Aires, Argentina.
Considerando la retención
salina intraoperatoria y postoperatoria, es razonable restringir el
aporte salino en el período postoperatorio en casos de cirugía de
mediana complejidad.
[Revista Argentina de Cirugía 80:119-124, 2002 - SIIC]
En cirugías de mediana complejidad se aconseja restringir el aporte
salino para compensar la eventual retención ocurrida durante el período
intraoperatorio, señalan el Dr. Gastón y colaboradores del Policlínico
Bancario en Buenos Aires, Argentina.
El trauma quirúrgico genera alteraciones
neuroendocrinas, metabólicas y humorales, con aumento de hormonas
que influyen sobre la excreción de agua y sal. En la década del
'90 los criterios de reposición hidrosalina durante la cirugía han
sido guiados por parámetros hidrodinámicos que incluyen evitar la
oliguria. Sin embargo, no hay evidencias suficientes de que estos
criterios sean correctos, ni de que las medidas terapéuticas basadas
en su corrección sean eficaces. Los factores que pueden influir
sobre el metabolismo hidrosalino después de la operación son complejos
y no se ha estudiado lo suficiente acerca del concepto de equilibrio
como criterio de reposición.
El Dr. Gastón y su grupo se propusieron
establecer los requerimientos hidrosalinos durante el período postoperatorio
en individuos sometidos a cirugía de mediana complejidad.
Para ello se establecieron 2 grupos que
recibieron soluciones con diferentes volúmenes y composiciones,
efectuándose un estricto control del equilibrio, incluyendo la medición
de pérdida insensible y la variación de peso corporal.
Los especialistas estudiaron 20 pacientes
sometidos a cirugía electiva de mediana complejidad con anestesia
general. En el período postoperatorio se dividieron al azar en 2
grupos de acuerdo al plan de hidratación: un grupo recibió dextrosa
al 5 % y el otro 1.71 ml/kg/hora de solución salina isotónica Se
realizaron determinaciones de laboratorio, controles estrictos del
equilibrio hidrosalino y registros del peso corporal a las 12 y
24 horas.
En el grupo que recibió dextrosa el equilibrio
de agua del período intraoperatorio fue de -597 ±
637 ml y a las 24 horas fue de -184 ±
518 ml. En el grupo tratado con solución salina isotónica fue de
995 ± 646. La relación entre la osmolaridad
de la orina y la del plasma fue mayor a la unidad en ambos grupos,
pero la depuración de agua libre se hizo positiva en las últimas
12 horas en el primer grupo (-0.01 ±
0.27 vs 0.25 ± 0.29, p < 0.05),
mientras que se hizo más negativa en el segundo grupo (-0.35 ±
0.23 vs -0.87 ± 0.49,p < 0.05).
El equilibrio de sodio fue positivo, con 40 ±
43 mEq durante la cirugía, con retención del 51 % de lo administrado.
A las 24 horas del postoperatorio se hizo negativo en el grupo tratado
con dextrosa (60 ± 31 mEq) y positivo
en el que se le administró solución salina isotónica (214 ±
62 mEq), reteniendo el 46 % del sodio administrado. No hubo diferencias
significativas en los valores de uremia, creatininemia, diuresis
y depuración de creatinina entre grupos, ni en la natremia postoperatoria
en relación con el valor basal, aunque la natremia final del grupo
tratado con solución salina isotónica fue 143 ±
2.7 mEq/L y la del grupo que recibió dextrosa fue 139.8 ±
1.5 mEq/L (p = 0.005). A partir del equilibrio se calculó el requerimiento
hídrico durante el postoperatorio que fue de 1 ml/kg/hora.
La administración de 1 ml/kg/hora de solución
de dextrosa en el postoperatorio inmediato es adecuada para estas
cirugías, siendo aconsejable restringir el aporte salino para compensar
la eventual retención ocurrida durante el período intraoperatorio,
una etapa de manifiesta incapacidad renal para manejar excesos hidrosalinos.
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REPARACION QUIRURGICA
DE ANEURISMAS DE LA AORTA ABDOMINAL DE TAMAÑO REDUCIDO
Recomiendan esperar
a que su diámetro supere los 5.5 centímetros.
Minneapolis, EE.UU.
La cirugía de reparación
electiva no mejora la sobrevida de los pacientes con aneurismas
de la aorta abdominal de tamaño pequeño.
[New England Journal of Medicine 346(19):1437-1444,
May 2002 - SIIC]
Los cirujanos del Veterans Affairs Medical Center de Minneapolis desarrollaron
una investigación, en colaboración con otros centros de los Estados
Unidos, en la cual mostraron que la cirugía inmediata no es necesaria
en los pacientes con aneurismas de la aorta abdominal de menos de
5.5 cm de diámetro. En estos casos, recomiendan esperar y controlar
al paciente periódicamente.
En los Estados Unidos, cada año se registran
9.000 muertes causadas por la ruptura de aneurismas aórticos abdominales;
otros 33.000 pacientes son intervenidos para la reparación quirúrgica
de aneurismas asintomáticos, y más de 2.000 de ellos fallecen por
complicaciones de la operación.
Actualmente, se recomienda la reparación
quirúrgica cuando el aneurisma tiene un diámetro superior a los
4 centímetros, ya que se considera que su riesgo de ruptura es elevado.
Sin embargo, estos investigadores postularon que, cuando el aneurisma
no supera los 5 centímetros, el paciente puede ser controlado periódicamente,
sin necesidad de ser intervenido.
Para evaluar esta hipótesis, desarrollaron
un estudio de casos y controles de asignación al azar entre pacientes
de 50 a 79 años, con aneurismas abdominales de 4 a 5.4 centímetros
de diámetro.
Los casos asignados al tratamiento quirúrgico
inmediato fueron intervenidos mediante una reparación estándar con
un injerto sintético. El grupo restante fue controlado periódicamente
mediante tomografías computadas o ultrasonogramas, hasta que el
aneurisma alcanzara un diámetro superior a los 5.5 centímetros,
o su tamaño se incrementara en 0.7 centímetros en seis meses, o
en 1 centímetro en 1 año, en cuyo caso se procedió a realizar la
intervención. Todos los participantes fueron controlados cada seis
meses. El tiempo promedio de seguimiento fue de 4.9 años.
En total, 1.136 individuos participaron
del trabajo. La mayoría era de sexo masculino, de raza blanca y
fumador.
En el grupo no tratado inicialmente, el
61% había sido intervenido quirúrgicamente al finalizar el seguimiento;
en el 9% de los casos el procedimiento se había realizado a pesar
de no haberse cumplido los criterios del estudio. La tasa de intervenciones
en este grupo se relacionó directamente con el diámetro del aneurisma
en el inicio del trabajo; así, el 27% de los pacientes con lesiones
iniciales de menos de 4.4 centímetros fueron intervenidos posteriormente,
en comparación con el 53% de aquellos cuyo aneurisma medía 4.5 a
4.9 centímetro, y el 81% de los que presentaban aneurismas de diámetro
superior a los 5 centímetros.
No se observaron diferencias en la mortalidad
total entre los dos grupos; como tampoco entre los pacientes no
tratados de inmediato, en relación con el diámetro inicial del aneurisma.
La tasa de muertes relacionadas con el aneurisma no fue menor en
el grupo intervenido inicialmente. La tasa de mortalidad asociada
con la intervención fue del 2% en 30 días, y el 1.5% de los pacientes
debió ser operado nuevamente debido a una complicación.
Los autores concluyen que, en comparación
con un control periódico mediante tomografía o ultrasonido, la reparación
quirúrgica de los aneurismas de la aorta abdominal de menos de 5.5
centímetros de diámetro no mejora la sobrevida de los pacientes.
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TIPOS DE TRATAMIENTO PROFILACTICO CON ANTIBIOTICOS EN CIRUGIA
ELECTIVA DE COLON
Vías sistémicas y
orales combinadas.
Montreal, Canadá.
En sujetos sometidos
a cirugía de colon electiva la administración de antibióticos para
la profilaxis de infecciones en el sitio quirúrgico produce mayores
beneficios si se utilizan las vías sistémicas y orales combinadas,
con respecto al uso de la vía sistémica solamente.
[Canadian Journal of Surgery 45:173-178, 2002 - SIIC]
Los pacientes que se someten a cirugía de colon electiva y reciben
profilaxis con neomicina y metronidazol por vía oral, junto con amicacina
y metronidazol por vía intravenosa, muestran mayores beneficios que
aquellos tratados sólo por vía sistémica.
Así lo indican el Dr. Lewis del Royal Victoria
Hospital en Montreal, Canadá.
El uso profiláctico de antibióticos en pacientes
sometidos a cirugía electiva de colon se acepta universalmente,
afirman los autores. Las infecciones en el sitio quirúrgico ocurren
en el 40 % de los individuos que no reciben antibióticos en forma
profiláctica, y en sólo el 5 al 15 % de los tratados. Aun no está
claro cuál es la mejor vía de administración a utilizar. En EE.UU.
se tiende a combinar la administración oral y la sistémica.
El propósito del Dr. Lewis fue comparar
la eficacia de los antibióticos orales combinados con respecto a
los antibióticos sistémicos solos para evitar las infecciones en
el sitios de la cirugía en pacientes sometidos a cirugía de colon.
Los sujetos recibieron al azar neomicina
y metronidazol en forma oral (109 pacientes) o placebos idénticos
(106) en el último día preoperatorio. En todos los casos se administró
amicacina y metronidazol por vía intravenosa justo antes de la operación.
Se excluyeron del estudio 3 individuos en
el grupo al que se le administraron antibióticos sistémicos y 5
en el que recibió la terapia combinada. Se observaron infecciones
en la herida en 5 sujetos en el segundo grupo y 17 en el primero
(p < 0.01, relación de riesgo = 0.029, intervalo de confianza del
95 % 0.11-0.75). Las bacterias aisladas a partir de las heridas
infectadas y de la grasa subcutánea en el sitio de la cirugía fueron
similares a las encontradas en el colon. Estaban presentes con mayor
frecuencia en el colon en sujetos que recibieron las drogas por
vía sistémica (p < 0.001) y se encontraron en la grasa subcutánea
en el sitio de la herida en el grupo tratado por vía sistémica con
una frecuencia dos veces superior a la observada en el grupo que
recibió el tratamiento combinado (p < 0.001).
Además, la presencia de bacterias en la
grasa subcutánea en el sitio de la herida en la cirugía fue el predictor
más fuerte de infección postoperatoria en la heridas (p < 0.002).
Por otro lado, en el metaanálisis la diferencia de riesgo de infecciones
en el sitio quirúrgico entre grupos y el riesgo relativo favorecieron
a la profilaxis combinada (diferencia de riesgo = 0.56, intervalo
de confianza del 95 % 0.26-0.86, riesgo relativo = 0.51, intervalo
de confianza del 95 % 0.24-0.78, p < 0.001) En pacientes que se
someten a cirugía de colon el tratamiento con antibióticos en forma
combinada por vía oral y sistémica es más eficaz que la terapia
sistémica sola para evitar las infecciones en el sitio quirúrgico.
Los antibióticos administrados por vía oral mejoran el tratamiento
reduciendo la carga bacteriana en el colon y la contaminación de
la grasa subcutánea en el sitio de la herida, ambos factores asociados
con infección postoperatoria de las heridas. Los metaanálisis de
estudios realizados entre 1975 y 1995 están de acuerdo con estas
conclusiones, concluyen los investigadores.
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