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Novedades de la Especialidad |
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CARACTERISTICAS
DE LAS ADOLESCENTES EMBARAZADAS FUMADORAS QUE VIVEN EN AREAS MARGINALES Se evalúan características y variables como predictores de abstinencia del tabaco a largo plazo. Pittsburgh, EE.UU El uso de tabaco ha sido designado como un problema pediátrico, debido
a que el inicio del hábito comienza durante la adolescencia. Asimismo,
las adolescentes tienen alto riesgo de complicaciones asociadas con el
embarazo como: recien nacidos de bajo peso al nacer y prematuros, debido a
la escasa nutrición prenatal. Pero el riego de complicaciones se duplica
cuando el tabaquismo es un factor conocido en el perfil de salud de la
adolescente embarazada. Los riesgos de salud durante el embarazo
relacionados con el tabaquismo son: embarazo ectópico, placenta previa y
abruptio placentae. Los resultados adversos asociados con el tabaquismo
son: nacimiento pretérmino y mortalidad perinatal.
Un estudio intenta describir las características de estas adolescentes
y examinar variables como predictores potenciales de abstinencia a largo
plazo. Según los autores, el análisis de predictores de tabaquismo a
largo plazo sugiere que las diferencias entre actitudes parentales y de
pares, así como el uso de alcohol previo al embarazo, incrementa la
probabilidad de tabaquismo después del alumbramiento. Por su parte, la
evidencia fue mucho menos concluyente acerca de la influencia de estas
variables sobre la abstinencia al tabaco a largo plazo.
Aunque estas adolescentes fumadoras informan consumo moderado de tabaco
previo al embarazo, más de la mitad intentarom disminuir el consumo
durante el embarazo, al igiual que lo que se observa en embarazadas de
mayor edad. Agregado a ello, a pesar de que estaban muy interesadas en
dejar de fumar, reconocieron que su interés era primariamente por el bebé
y no por su propia salud, hallazgo similar al que se encuentra en
embarazadas adultas. Por su parte, el impacto de factores ambientales,
como la actitud de los padres y de los pares, los modelos de desempeño,
relaciones, como variables protectoras para prevenir o cambiar las
conductas de riesgo para la salud, se han podido demostrar en otros
estudios. En general, las adolescentes en estudio vivían primariamente
con una solo padre y percibían su ámbito social (compuesto en general
por su madre, su novio, y sus amigos más cercanos) como continente y
apoyando su interés en dejar de fumar; sin embargo, la mayoría de ellos
eran fumadores. Asimismo, estas adolescentes tampoco tenían modelos
cercanos de ex fumadores. Esta muestra de adolescentes a su vez estaban
involucradas en 3 ó 4 problemas de conducta: promiscuidad sexual, además
de consumo de alcohol, cigarrillos y marihuana previo al embarazo. En
muchos casos, resultó alarmante comprobar que no sólo continuaron
fumando sino bebiendo alcohol durante el embarazo, lo cual responde a la
teoría de que las conductas desviadas en la adolescencia se suman. Menos
de la mitad de las adolescentes consideraron que las enfermeras fueron
continentes con un cambio en cuanto al hábito de fumar. Lamentablemente
estos hallazgos son compatibles con la evidencia de que las enfermeras no
preguntan a los pacientes de un modo adecuado si fuman, si quieren dejar
de fumar o si requieren asistencia |
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ACTITUDES Y CONOCIMIENTO DE LAS COMPLICACIONES CARDIOVASCULARES EN LA
DIABETES Encuesta en médicos y pacientes. California, EE.UU. Entre los médicos, el 91% consideró que sus enfermos diabéticos son
muy propensos o extremadamente propensos a tener eventos cardiovasculares.
Si bien el 88% de los profesionales afirma que les comunica los riesgos de
enfermedades cardiovasculares, simultáneamente dicen percibir que los
diabéticos son apenas moderadamente concientes del aumento de estos
riesgos.
Entre los pacientes consultados, el 68% no consideró a las
enfermedades cardiovasculares como complicaciones importantes de la
diabetes; en cambio, manifestaron mayor conocimiento de otras
complicaciones como la ceguera (65%) o la amputación (36%), que superaron
a la enfermedad cardíaca (17%), el ataque cardíaco (14%) o el accidente
cerebrovascular (5%). Los médicos opinan que la falta de aceptación de
los cambios de conducta y regímenes de tratamiento son los principales
obstáculos en el manejo de los riesgos cardiovasculares en estos
enfermos.
Los autores subrayan que la enfermedad cardiovascular es la principal
causa de muerte relacionada con la diabetes, pero que los diabéticos dan
mayor importancia a otras complicaciones. Tres cuartas partes de los
consultados manifestaron la presencia de una complicación cardiovascular
(tal como hipertensión, hipercolesterolemia o accidente cerebrovascular)
pero no supieron vincular estas enfermedades con su diabetes. Los médicos
dicen hablar sobre el aumento de los riesgos cardiovasculares en esta
enfermedad, pero su mensaje no parece llegar a destino. Los autores
advierten sobre la necesidad de mejorar la información brindada a los
diabéticos, comunicándoles que el objetivo del tratamiento no debe
limitarse al control de la glucemia, sino que es necesario mantener
valores normales de hemoglobina glucosilada, tensión arterial y
colesterol.
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LA PREVALENCIA DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL ES MAYOR EN EUROPA QUE EN NORTEAMÉRICA El país con niveles más altos de presión arterial es Alemania Maywood, EE.UU. Los criterios de inclusión de los estudios requerían que fueran de
carácter nacional, llevados a cabo desde 1990 en adelante. Los autores de
los artículos originales fueron consultados y entregaron las tablas de
datos en los que basaron sus trabajos. El número de participantes en cada
estudio varió entre 1 823 y 23 129.
La PA promedio en Europa fue de 136/83 mmHg, mientras en Canadá y
Estados Unidos apenas alcanzó los 127/77 mmHg. Esta diferencia se observó
también en los sujetos más jóvenes (entre 35 y 39 años), en quienes el
tratamiento antihipertensivo era infrecuente. En este grupo etario los
valores fueron de 124/78 mmHg y 115/75 mmHg en Europa y América del Norte
respectivamente. La pendiente se hizo más abrupta en los países europeos
a medida que progresaba la edad. En todas las edades, las mediciones de PA
en Estados Unidos fueron las menores, mientras Alemania presentó las más
altas. La prevalencia de hipertensión ajustada por edad y sexo fue de 28%
en los países norteamericanos.
En los europeos ascendió a 44%, tomando un límite de 140/90. No se
identificaron variaciones según el sexo de los participantes.
Las diferencias en el patrón de prevalencia de la hipertensión tiene
una correlación estrecha con las tasas de muerte por accidente
cerebrovascular.
Dicha enfermedad es la que tiene el riesgo relativo más alto ante la
hipertensión. A pesar de que algunas de las variaciones podrían deberse
a sesgos de las investigaciones, el hecho de incluir sólo estudios que
representen países enteros o regiones extensas hace difícil pensar que
las desviaciones se observen únicamente en ciertas zonas. En efecto, una
de los puntos fuertes del trabajo norteamericano es que analiza
poblaciones del sur, centro y norte de Europa.
Diversas publicaciones sugirieron en el pasado esta menor prevalencia
de hipertensión en los norteamericanos, así como un gradiente Norte Sur
en Europa.
Sin embargo, algunas de ellas presentaban inconsistencias. Por ejemplo,
un estudio español únicamente utilizaba dos tamaños de manguitos. Además,
los estudios de los primeros años de la década de 1990 podrían
confundir las interpretaciones, ya que la incidencia puede haberse
modificado en más o en menos desde ese momento. Sin embargo, los autores
consideran que las diferencias que detectaron son reales y de una magnitud
sustancial.
La alimentación podría ser una de las causas de las altas tasas de
hipertensión en Europa. El consumo de alcohol y el tabaquismo son más
frecuentes en los países europeos, mientras en Norteamérica ingieren más
frutas. La actividad física también podría tener influencia, aunque los
datos relevados por los científicos de Illinois no permiten asegurar
dicha relación. Otro factor destacable es que los parámetros de PA
normal son inferiores en los países norteamericanos, por lo que más
pacientes reciben tratamiento que sus pares del viejo continente.
Es difícil encontrar causas que expliquen que la variación de PA
entre las poblaciones de los dos continentes no haya sido detectada con
anterioridad. En EE.UU. las diferencias entre las razas negra y blanca ha
recibido la mayor atención. Y en todo el mundo la investigación de
factores genéticos pudo haber distraído la atención de los expertos.
Estudios epidemiológicos muestran que la hipertensión declinó 16% en
Estados Unidos en los últimos 20 años. Parte de esta disminución se
debe a una reducción en los factores de riesgo (aunque otros, como la
obesidad, han aumentado). La menor tasa de hipertensión se asocia a un
menor número de accidentes cerebrovasculares. Las consecuencias de los
hallazgos citados para el diseño de estrategias nacionales de prevención
deben ser consideradas atentamente por las autoridades de salud pública
de todos los países.
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LA FALTA DE ACTIVIDAD Y EL DESCENSO DE PESO EN EL ANCIANO: DOS INDICADORES
DE RIESGO Estudio comparativo entre ancianos no internados La falta de
actividad física, con o sin descenso de peso, constituye un criterio
efectivo y económico de pesquisa para la identificación de un subgrupo
de ancianos que presenten condiciones desfavorables de salud y nutrición. El porcentaje de hombres y mujeres (50%), y la edad media (77 años,intervalo
75-80) fueron semejantes entre los cuatro grupos; el análisis no fue
corregido para sexo y edad.En la definición de los participantes como
inactivos se consideró el tercio más bajo de la puntuación total para
la actividad.
Los resultados de la investigación indican que la falta de desempeño
físico en forma aislada o en combinación con la pérdida de peso, es un
método efectivo para identificar subgrupos con cierta
"fragilidad",entre los ancianos que viven en la comunidad y que
exhiben condiciones desfavorables de salud, nutrición y menores
posibilidades de rendimiento físico. La pérdida de peso aislada no se
asocia con una menor condición de salud, nutrición o estado funcional.Éstos
hallazgos sugieren que la ausencia de ac tividad física puede
considerarse un importante factor de riesgo para el deterioro de la salud
entre la gente anciana y la pérdida de peso sólo se asocia con deterioro
de la salud, cuando aparece en combinación con la falta de actividad, según
datos del estudio.Las modificaciones ponderales pueden ser el resultado de
cambios positivos en los hábitos de vida con modificaciones dietéticas o
incremento de la actividad física; o bien por deterioro de la salud en
función de una enfermedad previa o efectos ad versos de ciertas
medicaciones.
Los sujetos ancianos que participaron de ésta investigación son
grupos especiales que tienen mejores condiciones socio-económicas,mayor
educación y menor cantidad de problemas de salud;los sujetos que
respondieron en el seguimiento de 1993 fue el segmen to más saludable de
la población original.Es de destacar que aún entre el grupo de población
con esas características las variables consideradas identifican un
sugrupo con mayor labilidad.
Estudios amplios de seguimiento son necesarios a fin de hallar si la
inactividad aislada o en asociación con la pérdida de peso son
predictores de deterioro posterior de la salud y del estado
nutricional.Los datos aportados son esenciales en función que ambos,la
inactividad y la pérdida de peso,son factores de riesgo modificables.
Ensayos controlados pueden ofrecer información adicional de la
efectividad de la indicación de actividad física y la introducción de
modificaciones en la dieta a fin de mejor ar la salud en la población
anciana y prevenir así la discapacidad
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