Sociedad Iberoamericana
de Información Científica |
Volumen 10, Número 2, 2002
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Novedades de la Especialidad
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IDENTIFICAN
DETERMINANTES MODIFICABLES DEL ESTADO OSEO EN MUJERES JOVENES
Relación con factores
relacionados con el estilo de vida.
Hershey, EE.UU.
Niveles moderados
de ejercicio presentan un efecto favorable sobre la densidad mineral
ósea, el cuello femoral y la diáfisis femoral en mujeres adultas
jóvenes.
[Bone 30(2):416-421, 2002 - SIIC]
Una ingesta diaria de calcio superior a los
500 mg en mujeres adolescentes parece tener escaso o ningún efecto
sobre el estado del hueso, señalan el Dr. Lloyd de la Pennsylvania
State University en Hershey, EE.UU. y colaboradores de otros centros
norteamericanos y de Australia.
En la segunda década de vida las mujeres alcanzan la máxima masa
ósea, y se cree que este parámetro es un predictor del riesgo de
osteoporosis en la vida adulta, señalan los expertos. Dado que las
mujeres adquieren 1000 g de minerales en los huesos o el 40-50
% de la masa esquelética adulta y alcanzan la máxima densidad mineral
ósea de la cadera durante la adolescencia, es importante comprender
las contribuciones sobre el desarrollo del hueso de los factores
relacionados con el estilo de vida que pueden modificarse, como
el ejercicio, la composición corporal y la ingesta de calcio.
El objetivo del Dr. Lloyd y su equipo fue evaluar la asociación
de los factores relacionados con el estilo de vida con la masa ósea
y otros parámetros del hueso en mujeres.
Se incluyeron 75 mujeres sanas, que comenzaron el estudio antes
de la menarca, con 11.9 ± 0.5 años
de edad. Todas ellas continuaron en el estudio 8 años después y
se contaba con sus registros dietarios ininterrumpidos y con los
resultados de la exploración de cadera realizada a los 21 años.
Las relaciones (R2) de los parámetros del hueso no
ajustados (densidad mineral ósea u otros parámetros del hueso) para
el cuello y la diáfisis femoral se correlacionaron con mediciones
de la masa corporal magra (R2 = 0.13-0.57, p < 0.05)
pero no con la composición corporal (% de masa corporal magra y
de grasa corporal) o la ingesta de calcio en la adolescencia. Luego
de la correción por el tamaño corporal se observaron asociaciones
significativas entre los parámetros del hueso y el % de masa corporal
magra (R2 = 0.09-0.29, p < 0.05), el % de grasa corporal
(R2 = 0.06-0.30, p < 0.05), los abdominales (R2
= 0.09-0.20, p < 0.05) y el VO2 max (R2 =
0.07-0.81, p < 0.05).
Por otro lado, la ingesta espontánea de calcio promedio entre
los 12 y los 20 años en estas mujeres fue de 959 ±
377 mg/día, con un rango de 480-1958 mg/día. La ingesta de calcio
total promedio, que incluyó el suplemento de calcio fue 1058 ±
440 mg/día.
Además, se estudió la posible relación de la ingesta individual
de calcio en la adolescencia con la densidad mineral ósea corporal
total, de las piernas y la cadera a los 20 años de edad; el aumento
mineral óseo en las piernas y en todo el cuerpo a los 12-20 años;
y con el incremento mineral en los huesos ajustado por diferencias
en el tamaño corporal. No obstante, no se encontraron asociaciones
(p < 0.05) entre ninguna de las mediciones óseas y la ingesta de
calcio.
En este estudio se demostró una asociación positiva de la densidad
mineral ósea de la cadera y la estructura del hueso con las mediciones
del ejercicio, pero no con la ingesta de calcio.
Las medidas del ejercicio, el número de abdominales y el VO2
max se asociaron con efectos beneficiosos en el cuello y la
diáfisis femoral, independientemente del tamaño corporal, sugiriendo
que el mejor estado físico, además de los factores genéticos y los
factores ambientales tempranos, es importante en el desarrollo de
una fuerza musculoesquelética óptima, concluyen los investigadores.
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LA ISOFLAVONA SERIA BENEFICIOSA EN MUJERES POSMENOPAUSICAS
Efectos de la suplementación
sobre el metabolismo óseo y los lípidos séricos.
Kobe, Japón.
La suplementación
con isoflavona de soja durante 4 semanas mostró efectos posiblemente
beneficiosos sobre el metabolismo del hueso y los lípidos séricos
en mujeres perimenopaúsicas.
[Journal of the American College of Nutrition 21(2):97-102,
2002 - SIIC]
La isoflavona de la soja redujo las concentraciones
de LDLc y colesterol total, así como también los niveles de los marcadores
de resorción ósea piridinolina y desoxipiridinolina.
Así lo indican el Dr. Uesugi de Fujicco Co. en Kobe, Japón y colaboradores
de otros centros japoneses.
La osteoporosis posmenopáusica se asocia con deficiencia de estrógenos
y puede evitarse mediante la terapia de reemplazo con hormonas.
Sin embargo, esta terapia puede producir efectos colaterales graves.
Por esta razón sería útil identificar moduladores selectivos del
receptor de estrógenos que produzcan efectos beneficiosos sobre
el hueso, sin aumentar el riesgo de cáncer de mama. Las isoflavonas
constituyen moléculas estrogénicas con estas propiedades. La soja
presenta un alto contenido de isoflavonas, incluyendo daidzeina
y genisteina, además de sus glucósidos dadidzina y genistina, a
las que se les han adjudicado propiedades estrogénicas y anticarcinogénicas.
El propósito del equipo del Dr. Uesugi fue evaluar si la ingesta
de isoflavonas suplementarias puede reducir el recambio de hueso
y alterar los lípidos sanguíneos en mujeres japonesas posmenopáusicas.
Un total de 23 mujeres perimenopáusicas recibieron al azar placebo
o extractos de isoflavona de soja (n = 12, 61.8 mg de isoflavonas)
durante 4 semanas. Se midió la excreción urinaria de isoflavona
en las semanas 0, 2 y 4, además de la excreción de piridinolina,
desoxipiridinolina, la rigidez ósea y los niveles de colesterol
séricos, triglicéridos y fracciones de colesterol en las semanas
0 y 4.
No se encontraron diferencias significativas entre grupos en la
ingesta diaria de daidzina y genistina en la línea de base. La excreción
urinaria de daidzeina aumentó en forma significativa en las semanas
2 y 4 en el grupo tratado, no así la de genisteina.
La excreción de piridinolina y desoxipiridinolina disminuyó significativamente
a las 4 semanas en el grupo tratado. También se notó una diferencia
significativa entre los 2 grupos para la excreción de piridinolina
a las 4 semanas, aunque no fue significativa para la desoxipiridinolina.
En cambio, los niveles de osteocalcina intacta, un marcador de osteogénesis,
no fueron significativamente diferentes entre los dos grupos en
la línea de base o al final del estudio. La rigidez ósea tampoco
cambió entre grupos durante las 4 semanas. Con respecto a los resultados
de los parámetros bioquímicos séricos, las concentraciones de colesterol
total y LDLc se redujeron en forma significativa desde la línea
de base sólo en el grupo suplementado con isoflavona y fueron menores,
aunque no en forma significativa con respecto al grupo placebo.
Además, no se observaron cambios en los niveles de HDLc, VLDLc y
triglicéridos durante el estudio en ninguno de los grupos. Por otro
lado, las concentraciones de aspártico aminotransferasa, alanina
aminotransferasa, h-GTP y hemoglobina
A1 y A1c (indicadores de laboratorio de injuria de células hepáticas
o de tendencia de diabetes) fueron normales y no mostraron cambios
en los grupos. Además, no se evidenciaron efectos colaterales.
Estos resultados demuestran que la adminsitarción suplementaria
de isoflavona de soja a mujeres perimenopáusicas durante 4 semanas
puede producir efectos posiblemente beneficiosos sobre el metabolismo
del hueso y los lípidos séricos.
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TRATAMIENTO DEL DOLOR AGUDO EN LA OSTEOARTRITIS
Evalúan la eficacia
de la combinación de tramadol y acetaminofeno.
Tampa, EE.UU.
Una combinación de
tramadol y acetaminofeno mostró ser eficaz para atenuar el dolor
agudo en pacientes con osteoartritis tratados con antiinflamatorios
no esteroides.
[Clinical Therapeutics 24(2): 282-297, Feb 2002 - SIIC]
El dolor agudo en la artritis reumatoidea, que
no cede con el tratamiento habitual con antiinflamatorios no esteroides
(AINE) o inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa de tipo 2 (COX-2),
se reduce con la administración de tramadol y acetaminofeno, de acuerdo
con el doctor Silverfield y sus colaboradores del Tampa Medical Group.
La osteoartritis afecta a más del 50% de los individuos mayores
de 65 años, y a más del 80% de los que pasaron los 75. El síntoma
más frecuente es el dolor agudo, que en general se exacerba con
el movimiento. La enfermedad es tratada con fármacos del tipo de
los AINE o de los inhibidores selectivos de la COX-2; sin embargo,
los episodios agudos de dolor continúan siendo frecuentes aún con
el uso de estos medicamentos.
El aumento de las dosis de antiinflamatorios no está recomendada
en estos casos, debido a sus efectos adversos. Una aproximación
razonable sería la adición de otros analgésicos, que actuasen por
mecanismos diferentes. Estos investigadores propusieron, para los
pacientes con dolores agudos, la administración de una combinación
de tramadol (un agonista suave de los receptores g
a opioides e inhibidor de la recaptación de serotonina) y de acetaminofeno
(un analgésico que aparentemente actúa mediante el sistema del óxido
nítrico). Esta combinación, explican, se utiliza con eficacia en
el dolor odontológico agudo.
La combinación se probó en un estudio multicéntrico, que incluyó
a 308 pacientes de 35 a 75 años, con osteoartritis sintomática de
más de un año de evolución, tratados con AINE o inhibidores de la
COX-2, y que habían padecido dolores agudos en los 2 a 5 días previos.
Los participantes fueron asignados al azar a recibir la combinación
de tramadol y acetaminofeno en dosis de 37.5 y 325 mg respectivamente
o en dosis de 75 y 650 mg, o un placebo. La intensidad del dolor
se evaluó periódicamente en las 4 horas siguientes. Posteriormente,
los pacientes pudieron tomar los medicamentos o el placebo según
fuese necesario, durante 10 días.
La intensidad del dolor en los primeros cinco días del tratamiento
mejoró significativamente en los grupos tratados, en comparación
con los pacientes que recibieron el placebo. Por otra parte, se
observó una relación entre la dosis y la respuesta, al comparar
ambos grupos bajo tratamiento; los pacientes que recibieron inicialmente
la mayor dosis experimentaron un alivio del dolor significativo
en las primeras 4 horas, a diferencia de los que recibieron la dosis
menor.
Los individuos tratados mostraron además mejorías en las evaluaciones
de la función física. La rigidez articular se redujo tanto en los
tratados como en los controles. Finalmente, la evaluación general
del tratamiento fue buena, tanto por parte de los pacientes como
por parte de sus médicos.
El 24% de los individuos tratados experimentó algún efecto adverso
relacionado con la terapia, en comparación con el 8.1% de los controles.
Los síntomas más frecuentes fueron las náuseas, los mareos y los
vómitos.
Los investigadores concluyen que la adición de una combinación
de tramadol y acetaminofeno es beneficiosa para el control del dolor
agudo en los pacientes con osteoartritis, tratados con AINE o inhibidores
de la COX-2. Los fármacos son en general bien tolerados, y mejoran
significativamente el bienestar y las funciones físicas de los afectados.
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EL DOLOR POSTERIOR A LA FIJACION DE FRACTURAS INTERTROCANTERICAS SE
ASOCIA CON NECROSIS AVASCULAR Y FRACTURA SUBCAPITAL
Presentación de 10
casos.
Jerusalem, Israel
Es recomendable el
control de los pacientes sometidos a fijación de fracturas intertrocantéricas
por un período mínimo de 5 años ante el posible desarrollo de necrosis
avascular.
[Israel Medical Association Journal 4:434-437, Jun
2002 - SIIC]
El dolor posterior a la fijación de fracturas
intertrocantéricas puede ser indicativo de necrosis avascular o de
fractura subcapital. Así lo afirman investigadores del Hospital Universitario
Hadassah quienes describieron 10 casos de necrosis avascular posteriores
a la fijación de fracturas intertrocantéricas. Cabe destacar que ningún
paciente presentó factores de riesgo asociados con necrosis avascular
(terapia con esteroides, alcoholismo, lupus eritematoso sistémico,
entre otros). Ocho individuos evolucionaron favorablemente, podían
caminar y experimentaron períodos sin dolor (entre 1 a 4 años).
La evaluación radiográfica reveló necrosis avascular en este grupo,
con fractura subcapital en un caso. Cinco sujetos fueron sometidos
a cirugía de reemplazo de cadera, y la evaluación histológica de
la cabeza femoral fue compatible con necrosis avascular. Por otra
parte, como resultado de una caída 2 meses después de la fijación
intertrocantérica, un individuo mantuvo una fractura intertrocantérica
ipsilateral. Una radiografía de seguimiento reveló necrosis avascular
con fractura subcapital, ausente en las radiografías previas. Por
otra parte, otro paciente continuó experimentando dolor luego de
la fijación, cuyas radiografías realizadas a las 6 semanas de la
cirugía mostraron signos de necrosis avascular en la cabeza femoral
con deformación y protrusión del clavo hacia la articulación. Debido
a su posible asociación con el dolor, el elemento fue retirado a
los 7 meses de la fijación. El dolor persistió y las radiografías
revelaron fractura subcapital.
En pacientes con fracturas intertrocantéricas curadas, las complicaciones
tardías de necrosis avascular y fractura subcapital con infrecuentes.
Según la bibliografía, la tasa de la primera asciende al 0.8%; sin
embargo, los autores consideran que las cifras son superiores, ya
que los afectados tienden a no consultar ante la aparición del dolor.
Generalmente, los pacientes son controlados sólo hasta el momento
en que se comprueba la unión, quienes muchas veces experimentan
limitaciones económicas o físicas que dificultan la consulta al
médico. Por lo tanto, los autores recomiendan la investigación profunda
del dolor posterior a la fijación de una fractura intertrocantérica.
Aunque infrecuentes, el médico debe considerar la posibilidad de
estas complicaciones tardías. Por último, aconsejan el seguimiento
de estos pacientes por un período mínimo de 5 años.
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