CARACTERISTICAS
DEL ANGIOEDEMA HEREDITARIO EN LA INFANCIA
Budapest, Hungría
El angioedema hereditario es una patología infrecuente pero potencialmente
fatal. El diagnóstico preciso y precoz es esencial para indicar el tratamiento
apropiado.
Pediatric Allergy and Immunology 13: 153-161, 2002
Autores:
Farkas H, Harmat G, Füst G y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Semmelweis University, Kútvölgyi Directory, ENT Allergology and Angioedema
Outpatient Clinic, Budapest, Hungría
Título
original:
[Clinical Management of Hereditary Angio-Oedema in Children]
Título en castellano:
Manejo Clínico del Angioedema Hereditario en Niños
Introducción
El angioedema hereditario (AEH) es consecuencia de la deficiencia del inhibidor
de esterasa C1-INH, una proteína que participa en la regulación de la vía clásica
de activación del complemento.
Aunque no se conoce con precisión
la prevalencia de la entidad en la población europea, se ha estimado una
frecuencia de 1 en 10 000 a 1 en 50 000. El gen del C1-INH se localiza
en el cromosoma 11 y el trastorno se hereda en forma autosómica dominante.
La deficiencia hereditaria del
C1-INH se asocia con AEH de dos tipos. El AEH tipo 1 se caracteriza por baja
actividad antigénica y bajos niveles séricos de la proteasa. En el AEH tipo 2,
en cambio, hay niveles séricos normales de una proteína funcionalmente anómala.
Los autores recuerdan que el
C1-INH regula la actividad de cuatro sistemas interrelacionados: el sistema de
la coagulación, el fibrinolítico, de quininas y del complemento. La falta de
actividad del C1-INH se acompaña de activación anormal del complemento por vía
clásica con reducción de los niveles circulantes de C2 y de C4. Los fragmentos
de C2 que se originan durante la activación generan sustancias vasoactivas símil
quininas (C2-quininas). Además, el daño tisular interviene en la transformación
de precalicreína en calicreína y en la formación de bradiquinina a partir del
quininógeno de alto peso molecular.
Estos mediadores aumentan la
permeabilidad capilar y parecen cruciales en el inicio de los ataques de
angioedema en estos pacientes. El angioedema puede aparecer en tejidos subcutáneos
(extremidades, genitales, cara o tronco) o involucrar membrana mucosa de vía aérea
alta y tracto gastrointestinal. El edema de la submucosa laríngea o de la
faringe puede ser causa de obstrucción respiratoria mientras que el compromiso
gastrointestinal puede motivar el diagnóstico erróneo de abdomen agudo.
Las recomendaciones actuales,
en relación con el tratamiento, establecen tres estrategias. Durante el
episodio agudo (emergencia médica), la administración de concentrado de C1-INH
es el tratamiento de elección. La profilaxis a corto plazo y a largo plazo se
realiza con andrógenos atenuados o con agentes antifibrinolíticos.A pesar de
que la literatura es amplia en relación con AEH en la población adulta, sólo
existen algunos trabajos en relación con la patología en niños. En la revisión,
los autores comentan los hallazgos más importantes de una serie pediátrica
asistida en su institución.
Pacientes y métodos
Entre 1987 y 2000 se registraron 90 pacientes en la base de datos del Centro de
Angioedema de Hungría. La revisión actual se basa en la información de 26 niños
pertenecientes a 19 familias. La relación hombre:mujer fue de 11:15 y la edad
en el momento del diagnóstico osciló entre los 2.5 y los 15 años.
La medición de la actividad
del complemento se realizó con eritrocitos de carnero sensibilizados con
anticuerpos, mientras que la concentración de C4 y de C1-INH se conoció por
inmunodifusión radial. La actividad del C1-INH se valoró por un método cinético
con un equipo comercial.
En todos los casos se efectuó
un estudio genealógico. Se indicó profilaxis a largo plazo en los pacientes
con uno o más episodios por mes o con antecedentes de un episodio grave que
comprometiera la vida. Se efectuó, además, profilaxis a corto plazo antes de
cirugías o de procedimientos diagnósticos en cabeza o cuello. En todos los
enfermos con compromiso abdominal se realizó ecografía.
Resultados
Las manifestaciones inciales de la enfermedad ocurrieron entre los 2.5 y los 12
años con una media de 5.9 años. Seis pacientes estaban asintomáticos en el
momento del diagnóstico, establecido a partir del antecedente familiar. En 24
enfermos de 19 familias se comprobó la ocurrencia familiar, mientras que en los
dos pacientes restantes no hubo antecedentes, por lo que el angioedema se
atribuyó a una nueva mutación genómica. En el 76% de los enfermos el
angioedema comprometió tejidos submucosos mientras que en el 53% se registró
afección gastrointestinal. En 26% de los niños hubo edema laríngeo. El edema
subcutáneo de extremidades y genitales habitualmente persistió durante 2 a 3 días
y luego remitió espontáneamente. En forma característica, el edema no se
acompañó de prurito pero en 8 niños apareció una erupción generalizada no
pruriginosa (eritema marginatum) antes de los ataques de AEH y durante su
transcurso.
Invariablemente se comprobó el
antecedente de trauma mecánico como desencadenante de los episodios agudos. Sin
embargo, las infecciones del tracto respiratorio superior también representaron
un factor común desencadenante de crisis aguda. Un total de 21 pacientes tenía
AEH tipo 1 mientras que los 5 restantes presentaban AEH tipo 2.
Todos los infantes con ataque
agudo fueron internados. El tratamiento consistió en la administración
parenteral de 500 U de concentrado de C1-INH en forma exclusiva, lo cual se
asoció con mejoría de los síntomas en el transcurso de los 30 a 60 minutos.
Sin embargo, la desaparición
completa del edema ocurrió entre las 24 y 48 horas posteriores. En dos enfermos
fue necesaria una dosis adicional de 500 U de concentrado de C1-INH.
Hubo ascitis en todos los
enfermos mientras que ecográficamente se comprobó edema de la pared intestinal
en el 80% de los pacientes. Los hallazgos abdominales desaparecieron por
completo con el tratamiento con C1-INH.
En once niños se comenzó el
tratamiento profiláctico con agentes antifibrinolíticos debido a la frecuencia
mensual o semanal de los ataques o por crisis graves. En tres niñas se logró
la remisión completa en relación con el tratamiento con 1 a 2 g de ácido
tranexámico por día. No obstante, en los restantes 8 pacientes los
antifibrinolíticos fueron ineficaces. La mejoría se obtuvo, en estos casos,
con el pasaje a danazol, en dosis de 100 a 200 mg diarios. El intervalo de la
dosis del andrógeno pudo alargarse en forma progresiva luego de 6 meses de
remisión clínica.
La profilaxis a largo plazo no
se acompañó de efectos adversos.
La edad ósea, el crecimiento
esquelético y el peso se desarrollaron normalmente y no difirieron en forma
significativa de los valores promedio para la población pediátrica húngara.
Asimismo, el desarrollo sexual
fue normal. Ningún enfermo desarrolló hirsutismo y la eficacia del tratamiento
con danazol quedó confirmada por el incremento en la concentración sérica de
C1-INH y de C4.
En dos pacientes fue necesaria
la profilaxis a corto plazo por procedimientos dentales. En ambos casos, una
dosis de danazol de 300 mg diarios, desde 4 días antes y hasta 4 días después
del procedimiento evitó eficazmente el desarrollo de ataques de AEH.
Discusión
Los autores recuerdan que el AEH es una patología infrecuente pero
potencialmente fatal. En casos sin diagnóstico, el índice de mortalidad por
episodios agudos puede llegar al 25% o 30%, lo que demuestra la importancia de
la deteción precoz de la patología.
En el 80% de los enfermos, el
diagnóstico se facilita por el antecedente familiar. En el 20% esto no ocurre,
ya que el AEH se atribuye a una nueva mutación genómica. Según la literatura,
el 85% tiene AEH tipo 1 y el 15%, AEH tipo 2.
En general, las manifestaciones
clínicas aparecen antes de los 6 años pero no se han registrado casos en recién
nacidos y sólo se ha publicado un paciente con diagnóstico a los 19 meses de
vida.
En la experiencia de los
autores, la adolescencia se acompaña habitualmente de cambios importantes en la
actividad de la enfermedad, particularmente en las niñas. Ello obliga a un
seguimiento más cercano durante este período. Asimismo recuerdan que los
anticonceptivos pueden desencadenar crisis agudas, por lo que no están
indicados en estas enfermas.
La incidencia y la gravedad de
las manifestaciones clínicas varía ampliamente de un sujeto a otro. Menos del
5% de los pacientes con AEH es asintomático y el 25% sólo tiene síntomas muy
esporádicamente. En cambio, las manifestaciones clínicas son comunes en el 70%
y graves en el 30% de los enfermos.
En niños, al igual que en
adultos, el edema de las extremidades es una manifestación habitual y los
ataques abdominales son más frecuentes que el edema de laringe.
Los fármacos tradicionalmente usados en otras formas de angioedema -antihistamínicos,
corticoides, epinefrina- son ineficaces, lo que pone de manifiesto una vez más
la importancia del diagnóstico preciso.
La presencia de fluido libre en
el peritoneo y el edema de la pared intestinal son hallazgos ecográficos de
mucho valor en la distinción de otras patologías que comúnmente generan
ascitis.
El tratamiento específico en
las crisis agudas es la infusión de concentrado de C1-INH. El plasma fresco
congelado -que también contiene C1-INH- puede asociarse con aloinmunización y
con mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Lamentablemente el costo
elevado del concentrado de C1-INH y su corta vida media no hacen posible el
tratamiento continuo.
En pacientes pediátricos, los
agentes antifibrinolíticos son de elección en la profilaxis a largo plazo, ya
que su perfil de seguridad es más favorable que el de los andrógenos. Los
efectos adversos asociados con los antifibrinolíticos incluyen debilidad
muscular, mialgias, elevación de la actividad de la creatinquinasa, trombosis
vascular, hipotensión vascular y mionecrosis. En la experiencia de los autores,
el ácido tranexámico se toleró mejor que el ácido épsilon-aminocaproico
que habitualmente se asocia con molestias gastrointestinales. Sin embargo,
cuando estas alternativas no son eficaces están indicados los andrógenos
atenuados. El danazol (17------etiltestosterona) se asocia con alivio sintomático
e incremento de la concentración de C4 y de C1-INH. Los efectos adversos
potenciales incluyen aumento de peso, mialgia, cefalea, cambios en la libido,
elevación de las transaminasas, microhematuria, irregularidades menstruales e
hirsutismo. En la serie presentada, esta terapia no se acompañó de
alteraciones en el desarrollo somático y mental, pero el control clínico y
bioquímico seriado es de rigor.
En la prevención de episodios
agudos asociados con procedimientos odontológicos o quirúrgicos de cabeza y
cuello, los antifibrinolíticos o el danazol son útiles si se los emplea en
dosis más altas que las convencionales. No obstante, la profilaxis con
concentrado de C1-INH es de elección en pacientes con historia de episodios
agudos graves.
Es importante que el paciente
lleve consigo una cartilla con el diagnóstico y con la forma adecuada de
tratamiento en caso de ataque agudo, ya que la patología no es familiar para la
mayoría de los profesionales.
Autoevaluación de Lectura
|
¿Cuál es el tratamiento de elección
durante el ataque agudo en pacientes con angioedema hereditario?
A. Epinefrina.
B.Hidrocortisona.
C.Concentrado de C1-INH.
D.Antihistamínicos de primera generación.
Respuesta
Correcta
|
RELACION
ENTRE VIRUS Y RINITIS
Pittsburgh,
Pennsylvania
Aunque la evidencia en conjunto indica que la infección
de la vía aérea reviste características particulares en sujetos con alergia
respiratoria, los resultados no son concluyentes y aún es necesaria una mayor
investigación.
Allergy and Asthma Proceedings 23:99-102, 2002
Autor:
Fireman P
Institución/es participante/s en la investigación:
University of Pittsburgh, School of Medicine, Pittsburgh, Pennsylvania
Título original:
[Virus-Provoked Rhinitis in Patients Who Have Allergies]
Título en castellano:
Rinitis Provocada por Virus en Pacientes con Alergia
Introducción
Las infecciones virales del tracto respiratorio son las enfermedades más
comunes en el hombre. Habitualmente cuando se limitan a la vía aérea alta se
denominan "resfrío común ". Los rinovirus (RV), el virus
respiratorio sincicial (VRS), el virus influenza, parainfluenza, coronavirus y
menos frecuentemente el adenovirus son los agentes más comunes. Originan
rinitis viral no complicada pero también son causa o exacerban otras patologías
del aparato respiratorio, como asma, sinusitis y otitis. Existe gran
variabilidad individual en la sintomatología del resfrío común así como en
el desarrollo de complicaciones. En dicha variabilidad intervienen mecanismos
virales y del huésped. La patogenia, fisiopatología y complicaciones de la
rinitis viral han sido estudiadas de manera epidemiológica y experimental. La
diferencia principal entre los estudios experimentales y los de infección
natural radica en que, en los primeros, se pueden controlar diversas variables
de confusión, como la salud previa del paciente, la respuesta inmune anterior
al agente, otros factores ambientales -alergenos, dosis del virus- y la producción
de citoquinas y de mediadores de inflamación. Sin embargo a pesar de protocolos
relativamente estandarizados en la inducción de infección por vía
experimental también se encontró variabilidad considerable en relación con la
gravedad de los síntomas respiratorios y sus complicaciones.
Los estudios epidemiológicos prospectivos sugirieron una asociación entre, por
un lado, la expresión de alergia documentada por los niveles séricos altos de
IgE y las pruebas cutáneas positivas frente a alergenos, y por el otro, el
desarrollo de asma en niños con infección viral, sibilancias y rinitis. Además,
los estudios clínicos de observación revelaron que los enfermos con rinitis alérgica
tienen síntomas más intensos durante las infecciones virales del tracto
respiratorio alto. En el artículo, el autor revisa los ensayos que evaluaron
los efectos de la infección experimental en voluntarios normales con y sin
rinitis alérgica.
Infección viral experimental y vía aérea superior
Doyle y colaboradores indujeron infección nasal por RV39 en sujetos con y sin síntomas
de rinitis alérgica estacional, confirmada por pruebas cutáneas positivas. Los
38 participantes fueron infectados con éxito (a juzgar por la eliminación
viral y por el aumento del título de anticuerpos). Con excepción de 6
individuos, los restantes desarrollaron síntomas típicos, con mayor expresión
entre el tercer y el cuarto día posteriores a lainfección. Los pacientes con
rinitis alérgica tuvieron inicio más precoz de las manifestaciones clínicas
pero la magnitud, frecuencia y duración global de los síntomas no difirieron.
Asimismo, los hallazgos de la rinomanometría y la función ciliar -determinada
por la prueba de la sacarina- fueron similares en pacientes con y sin alergia.
Aunque el inicio de la obstrucción de la trompa de Eustaquio fue más precoz en
enfermos alérgicos, la frecuencia y duración de la obstrucción fueron
similares a las de sujetos no alérgicos.
Serológicamente, los pacientes con rinitis alérgica e infectados por el RV39
tuvieron una elevación significativa del nivel sérico de IgE total y mayor
liberación de histamina in vitro luego de la inoculación de antiIgE.
Además, las células mononucleares periféricas de los individuos alérgicos
tuvieron un menor índice basal de proliferación en respuesta al RV39 aunque la
respuesta, en ambos grupos, fue intensa luego de 3 semanas de infección.
Seis a 8 semanas antes y 8 a 13 días después de la infección se efectuó
provocación nasal con histamina. La provocación preinfección se asoció con
mayor producción de síntomas en pacientes con alergia aunque los resultados de
la rinomanometría fueron semejantes en alérgicos y no alérgicos.
La infección por RV39 ocasionó un aumento marcado de los síntomas posdesafío
en alérgicos y no alérgicos. Sin embargo, la infección no originó cambios en
la función del pulmón -determinada por espirometría y prueba a metacolina- en
ningún enfermo.
Barodin y colaboradores indujeron infección por RV16. Los 22 participantes
incluían 11 sujetos no atópicos, 5 atópicos y otros 6 con atopía y asma. La
infección fue exitosa en todos los casos y 17 de los 22 individuos
desarrollaron síntomas. En presencia de anticuerpos neutralizantes antiRV16,
los pacientes sin alergia desarrollaron síntomas leves en comparación con los
enfermos alérgicos que presentaron manifestaciones intensas.
Paralelamente, en los sujetos con alergia se detectó una elevación
significativa en la concentración de albúmina en lavado nasal, en el contexto
de la infección viral.
En cambio, en ausencia de anticuerpos neutralizantes, tanto los pacientes alérgicos
como los no alérgicos desarrollaron síntomas característicos.
Los estudios comentados se realizaron fuera de la estación de polinización y
los participantes estaban asintomáticos antes de la infección experimental.
Avilla y colaboradores propusieron que la inducción de una reacción
inflamatoria alérgica antes de la inoculación del virus seguramente amplificaría
la respuesta local a la infección, en sujetos alérgicos. Para comprobar esta
teoría, evaluaron la respuesta posterior a la infección en 10 pacientes alérgicos
previamente sometidos a desafío nasal con el alergeno responsable y 10 enfermos
alérgicos sometidos a provocación nasal con placebo.
El índice de infección fue similar en ambos grupos (90%). Los síntomas fueron
semejantes pero el período de incubación fue más largo y la duración de los
síntomas fue más corta en los pacientes sometidos a la prueba con el alergeno.
No se registraron modificaciones en la funcionalidad pulmonar en ningún
enfermo. Inesperadamente, el estudio mostró que la "preparación" de
la mucosa nasal -mediante la inducción de una reacción inflamatoria específica-
antes de la infección experimental con el RV16 no se asoció con desarrollo de
síntomas más graves. Más aún, el inicio de las manifestaciones se demoró y
la duración de los síntomas se acortó. Los hallazgos corroboran la idea de
que la respuesta del huésped -y no el virus per se- es esencial en la
sintomatología.
Resumen
Las infecciones respiratorias virales tienen un gran impacto sobre la función
de la vía aérea alta y baja en pacientes de todas las edades. Las infecciones
a menudo son leves pero, en ciertas circunstancias exacerban la enfermedad asmática
preexistente. Así, la infección por el VRS aumenta el riesgo de asma durante
los primeros 10 años de vida, especialmente en niños con predisposición genética
de atopía.
El RV, recuerda el autor, es la principal causa de infección respiratoria en niños
de más edad y en adultos. La evidencia en conjunto confirma una estrecha
asociación entre infección y alergia tal como lo indicara la elevación de la
IgE total en pacientes alérgicos infectados experimentalmente, aún en ausencia
de síntomas nasales. Sin embargo, también se comprobó que la infección
artificial por RV16 generó menos síntomas que los esperados teniendo en cuenta
que la infección habitualmente es causa de exacerbación asmática. Una vez más
se demuestra la importancia de la respuesta del huésped en la patogenia de la
enfermedad. De hecho, la replicación viral en el epitelio respiratorio
desencadena mecanismos intracelulares de activación que culminan con la secreción
local de citoquinas, quemoquinas y moléculas de adhesión que potencialmente
reclutan y activan células inflamatorias relacionadas con la expresión clínica
de la alergia o el asma. La investigación futura será de gran ayuda en la
comprensión de los mecanismos que participan en la interacción entre infección
y alergia, señala por último el experto.
Autoevaluación de Lectura
|
¿Cuál es el efecto de la infección
experimental por rinovirus en pacientes con rinitis alérgica?
A. Los
síntomas siempre son más intensos.
B.Los síntomas nunca son más intensos.
C.La respuesta es sumamente variable de un estudio a otro.
D.Depende de la cantidad del inóculo.
Respuesta
Correcta
|
INMUNOGLOBULINAS
A Y G EN PACIENTES CON ALERGIA A LA LECHE DE VACA O DOLORES ABDOMINALES
RECURRENTES
Oulu,
Finlandia
Los síntomas abdominales en individuos con alergia a la
leche de vaca o con dolores abdominales recurrentes están relacionados con una
elevada respuesta inmune.
Pediatric Allergy and Immunology 13:129-136, 2002
Autores:
Kokkonen J, Tikkanen S, Karttunen T y Savilahti E
Institución/es participante/s en la investigación:
Department of Pediatrics, University Hospital of Oulu, Finlandia
Título original:
[A similar high level of immunoglobulin A and
immunoglobulin G class milk antibodies and increment of local lymphoid tissue on
the duodenal mucosa in subjects with cow's milk allergy and recurrent abdominal
pains]
Título en castellano:
Los Niveles Altos de Inmunoglobulinas A y G frente a la Leche y el Incremento
del Tejido Local Linfático de la Mucosa Duodenal son Similares para Individuos
con Alergia a la Leche de Vaca o Dolores Abdominales Recurrentes
Introducción
Las lesiones de la mucosa gastrointestinal asociadas con la alergia a la leche
de vaca (ALV) varían desde una atrofia de las vellosidades hasta una morfología
normal y se esparcen a lo largo del tracto gastrointestinal (TGI). El tiempo, la
duración y el grado de exposición al antígeno oral contribuyen con la reacción
inmune de la mucosa intestinal. La intensidad y naturaleza de la reacción están
dadas por el incremento en la permeabilidad de la mucosa con el consecuente
ingreso de material antigénico, y por la respuesta del huésped basada en la
tolerancia inmunológica de origen genético.
Además, los autores
determinaron en niños en edad escolar con ALV la existencia de hiperplasia
linfonodular del TGI. Luego de realizar una biopsia duodenal en niños con ALV
se vieron características histológicas totalmente distintas a las encontradas
en los que padecen de intolerancia a las proteínas de la leche de vaca. Los
autores de la presente revisión sugieren que la ALV demorada más allá de la
infancia puede deberse a anticuerpos de tipo IgG contra las proteínas lácteas.
Métodos
Para probar esta última hipótesis, se determinaron los niveles de anticuerpos
de tipo IgA e IgG contra todos los componentes de la leche de vaca en 22 niños
con diagnóstico de ALV sin tratamiento y en 14 diagnosticados de forma temprana
y bajo una dieta de supresión láctea. Los resultados fueron comparados con 44
sujetos de similar edad examinados por dolores abdominales recurrentes y sin
signos visibles de ALV, y con 54 niños control seleccionados al azar. Con
excepción de los últimos, todos fueron catalogados mediante
gastroduodenoscopia; las muestras para biopsia se obtuvieron de distintas
regiones del TGI.
La dieta de supresión consistió
en 2 semanas sin consumo lácteo seguidas por otras 2 con ingesta de leche de
bajo contenido en lactosa. Fueron considerados resultados positivos la presencia
de dolores abdominales, diarrea, pérdida de mucosa en heces y exacerbación de
dermatitis atópica.
Las determinaciones de
anticuerpos se efectuaron mediante enzimoinmunoensayo (ELISA). Se midieron
anticuerpos IgA e IgG contra todas las fracciones de la leche de vaca, y de
manera específica contra b-albúmina bovina, albúmina de suero bovino y caseína.
Para la inmunoglobulina E (IgE) se utilizó quimioluminiscencia.
En cuanto a los datos
obtenidos, cuando fue necesario, el error estándar se estimó mediante
intervalos de confianza del 95%; para establecer la significación de las
diferencias entre los subgrupos se empleó la prueba de chi cuadrado.
Resultados
El descubrimiento endoscópico más importante fue la determinación de
hiperplasia linfonodular en el 50% de los sujetos con ALV no tratada y en el 36%
de los que recibieron la dieta de supresión láctea. También fue hallada en 6
de los 44 integrantes del grupo con dolores abdominales recurrentes.
En comparación con el grupo
control, los sujetos con ALV sin tratamiento mostraron un nivel
significativamente mayor de anticuerpos tipo IgG contra b-lactoglobulina bovina
(p = 0.032), albúmina de suero bovino (p < 0.0001) y caseína (p <
0.0001).
También fueron altos los
niveles de IgA contra todos los componentes de la leche (p = 0.003) y
b-lactoglobulina (p < 0.0001).
En general, los niveles de IgA
e IgG contra proteínas específicas de la leche fueron inferiores en los
sujetos con ALV bajo tratamiento que en los casos no tratados.
Los pacientes examinados por
dolores abdominales recurrentes y los niños con ALV mostraron un incremento
similar en el nivel de anticuerpos contra todas las fracciones de la leche y
frente a proteínas específicas.
Los pacientes con hiperplasia
linfonodular, tanto los que presentaban ALV sin tratamiento como los que padecían
dolores abdominales recurrentes, tuvieron niveles elevados de IgG e IgA en
comparación con los controles.
Discusión
La presente revisión propone que los síntomas gastrointestinales están
asociados con elevada respuesta inmune a las proteínas de la leche de vaca y
sus fracciones, aun en niños de más de 3 años.
En estos pacientes se encontró
hiperplasia del tejido linfático, y pudo determinarse que los niños con ALV
sin tratar tienen niveles mucho mayores de IgA e IgG que el grupo control.
Otro dato interesante es que algunos pacientes con dolores abdominales
recurrentes, pero sin síntomas de ALV, presentaron hiperplasia linfonodular en
el duodeno y niveles de IgA e IgG similares a los sujetos con dicha alergia. El
hallazgo de dicha hiperplasia evidencia la actividad local inmunológica sobre
la mucosa del intestino delgado. Los anticuerpos contra la leche de vaca son
producidos por todos los individuos que la consumen. En los niños sanos, el título
de IgA e IgG se asocia con el tiempo de introducción en la dieta, llegando a un
valor máximo unos meses después de iniciada la ingesta. Normalmente, la
respuesta inmune humoral y celular comienza a disminuir luego del año de edad.
Los autores consideran que con la incorporación continua los niños comienzan a
tolerar estas proteínas.
En los pacientes con ALV dicha
tolerancia oral se encuentra disminuida, lo cual lleva a un aumento de la
respuesta inmune y puede asociarse con la patología intestinal. Otra teoría
habla de un incremento en la permeabilidad del intestino y en consecuencia en el
nivel de anticuerpos.
En la alergia a la leche
durante la infancia ocurre una reacción mediada por IgE contra sus proteínas,
pero su frecuencia disminuye después del año de edad. En ninguno de los
participantes del presente estudio se detectó IgE contra la leche de vaca.
En conclusión, los autores de
la presente revisión encontraron evidencia endoscópica e inmunológica
sugestiva de que la ALV puede ocasionar la hiperplasia linfonodular del duodeno
y los dolores abdominales recurrentes en niños.
Autoevaluación de Lectura
|
¿En qué grupo de individuos se
determinó mayor porcentaje de hiperplasia linfonodular en el duodeno?
A.
Grupo con dolores abdominales
recurrentes.
B.Grupo con ALV sin tratamiento.
C.Grupo control.
D.Grupo con ALV bajo tratamiento.
Respuesta
Correcta
|
MECANISMOS
DE TOLERANCIA EN ALERGIA
Davos, Suiza
La comprensión de los mecanismos
que intervienen en la inducción de tolerancia de las células T,
particularmente en forma extratímica, es esencial en el desarrollo de nuevas
estrategias terapéuticas en alergia
Allergy ( 57):762-768
2002
Autores:
Schmidt-Weber CB y Blaser K
Institución/es participante/s
en la investigación:
Swiss Institute of Allergy and
Asthma Research, Davos, Suiza
Título
original:
[T-cell tolerance in allergic response]
Título en castellano:
Tolerancia de Células T en la Respuesta Alérgica
Introducción
Las enfermedades alérgicas son alteraciones inmunológicas originadas por la
activación de subpoblaciones de linfocitos T productores de interleuquina (IL)
4, IL-5 e IL-13. La regulación de los linfocitos T específicos para alergenos
es una de las estrategias en el control de la patología. Los esteroides,
ampliamente utilizados, no son alergenos específicos y suprimen la actividad de
las células inmunológicas sólo temporariamente.
En cambio, la inmunoterapia (IT) específica (IT) puede restaurar la inmunidad
normal. La IT exitosa se caracteriza por la inducción de tolerancia periférica
de células T.
La tolerancia linfocitaria es un mecanismo complejo, esencial en el balance
normal de reactividad frente a lo propio y lo extraño.
Los linfocitos autorreactivos son eliminados durante su desarrollo tímico
(tolerancia central). Las células que escapan a este control están reguladas
por diversas formas de tolerancia periférica. La tolerancia de los linfocitos
es un proceso dinámico que se adapta a los distintos momentos del desarrollo.
Alteración de la tolerancia T como causa de alergia
Las respuestas inmunes normales frente a alergenos están sujetas al balance de
la actividad de los linfocitos T (Th) que expresan citoquinas supresoras (Th3 o
Tr), por un proceso que aún no se conoce con exactitud. Sin embargo, se sabe
que ciertas citoquinas supresoras, como la IL-10 y el factor transformante de
crecimiento beta (TGF-b) son esenciales en el
proceso. Los modelos experimentales mostraron que la interferencia funcional con
las moléculas T regulatorias -como TGF-b- induce síntomas
símil alérgicos y enfermedades autoinmunes.
Existen diferencias marcadas en la regulación de la tolerancia periférica
entre el hombre y el ratón. En este último, la expresión del gen de IL-10 está
ligada al locus de IL-4 y puede estimularse con la exclusiva presencia de
IL-4 aún sin participación del receptor específico de células T (TCR). En
cambio, en el hombre, la IL-10 también puede expresarse en células Th1 y no es
inducida por la IL-4 en ausencia de estimulación del TCR.
La IT específica con veneno de abejas parece actuar mediante la expresión de
citoquinas supresoras por las células T específicas del alergeno, monocitos y
linfocitos B. En el caso de alergenos que ingresan al organismo por vía mucosa,
el TGF-b interviene en forma esencial. La IT específica
contra ácaros también se asocia con la producción de IL-10 y de TGF-b,
cuya consecuencia es la menor proliferación de células específicas de
alergeno y menor producción de citoquinas. Además, estos factores modifican el
perfil de producción de inmunoglobulinas por parte de los linfocitos B, hacia
la secreción de IgA e IgG4, ambas supresoras de IgE. En forma llamativa, los
individuos que han sido picados múltiples veces por abejas están
hiperinmunizados contra el veneno. La IT exitosa en pacientes con alergia al
veneno reduce considerablemente el riesgo de anafilaxia ante una nueva picadura.
Mecanismos de tolerancia T
Hipótesis de las dos señales
A pesar de los notables avances en la comprensión de la IT aún se desconoce el
mecanismo por el cual dosis elevadas de alergenos pueden inducir la síntesis de
IL-10 por los linfocitos.
La falta de respuesta de las células T (anergia) puede inducirse in vitro
cuando las mismas se incuban con péptidos en ausencia de células presentadoras
de antígenos (CPA). En estas condiciones es posible que las células T se estén
presentando el antígeno a sí mismas, sin la participación de las señales de
coestimulación imprescindibles para la activación y proliferación. Los
autores recuerdan que para que ocurra estimulación exitosa se requieren dos señales
y la presencia de sólo una de ellas se asocia con el desarrollo de anergia.
Este estado puede revertirse con el agregado de IL-2 o de IL-15, lo cual
demuestra que la anergia es transitoria y superable.
La función efectora varía y puede depender en gran medida del estímulo
anergizante. Recientemente se ha demostrado que las células T CD25+ poseen
actividad supresora. La coexpresión del CD62 y de la molécula de superficie
CTLA-4 podría ser de ayuda en la identificación de esta subpoblación de células
T CD25+ con actividad supresora. Es posible, también, que el tratamiento con péptidos
induzca secreción de IL-10 y expresión de la subpoblación supresora de células
T CD25+, que muestran características de células anérgicas. De hecho, la
evidencia en conjunto apunta a que las células anérgicas y las supresoras
comparten algunas características e, incluso, podría tratarse de la misma
población celular.
Aunque en términos generales no hay duda acerca de la existencia de células T
supresoras, su origen es incierto. Es posible que se originen de una vía
alternativa de diferenciación (Th3) a partir de una célula nativa que luego se
desvía hacia la producción predominante de IL-10 en presencia de ciertas señales,
como interferón alfa (IFN-a). Sin embargo, también
hay evidencia de que en cualquier respuesta T se produce IL-10, aunque en
diferentes momentos.
Supresión
Las células T, para su activación plena, requieren un conjunto de señales que
derivan de las CPA. Las células dendríticas -residentes en los ganglios linfáticos
y en tejidos periféricos- son las CPA más potentes. La capacidad de presentación
antigénica puede reducirse en presencia de citoquinas supresoras; además, la
IL-10 puede afectar o evitar la diferenciación a CPA maduras.
Otra forma de presentación ineficiente ocurre cuando participan CPA no
profesionales, como las células endoteliales que pueden utilizar otras moléculas
coestimulatorias capaces de inducir tolerancia.
Supresión directa de las células T
Aunque el efecto directo de las citoquinas supresoras sobre los linfocitos T se
discutió durante mucho tiempo, los estudios recientes confirmaron que la IL-10
y el TGF-b suprimen directamente a los linfocitos T
en ausencia de CPA. La deleción genética de los genes de IL-10 y de TGF-b
se asocia con reacciones inflamatorias graves.
La IL-10 parece suprimir la proliferación linfocitaria antes de la participación
del TCR. En cambio, el TGF-b actuaría también sobre
células T ya activadas porque, durante la estimulación de dichas células, las
moléculas que participan en la cascada de señalización a partir de la
interacción con el TGF-b aumentan su expresión.
Asimismo, hay evidencia de que las citoquinas supresoras intervienen en la
diferenciación de las células T. La estimulación repetida en presencia de
dichas citoquinas aumenta la expansión de células productoras de IL-10 y de
TGF-b. A su vez, el IFNa
en combinación con IL-10 promueve también la diferenciación a células
productoras de IL-10. Este hecho es importante, señalan los autores. El IFN----
comparte con la IL-12 el mecanismo de activación pero, a diferencia de ésta última,
es seguro en el tratamiento sistémico de las enfermedades alérgicas.
Además, el IFN---- per se regula en forma negativa a las células T
posiblemente al reducir la expresión del TCR y del CD28.
Mecanismos intracelulares en la supresión de células T
La regulación de la tolerancia periférica y de la supresión está ligada a la
coestimulación de estas células. La fosfatidil inositol 3-quinasa (PI3K)
interviene en forma crucial en este proceso. La IL-10 suprime la asociación de
la PI3K con la molécula accesoria CD28 e inhibe directamente la señal de
coestimulación. La PI3K transforma el fosfatidil inositol 2 fosfato a
fosfatidil inositol 3 fosfato (PIP2 a PIP3).
Uno de los blancos más importantes del PI3K es la quinasa Akt que regula
diversos procesos celulares, como la proliferación y apoptosis. La PI3K también
es blanco de señales mediadas por factores de crecimiento, como la IL-2 y la
IL-4. Por lo tanto, los niveles de PI3K pueden afectar múltiples señales en el
ambiente de las células T que pueden influir en los mecanismos supresores.
Supresión de las respuestas alérgicas
Las respuestas alérgicas se caracterizan porque las células específicas de
alergenos son Th2 y porque la mayoría de los alergenos se reconoce a nivel de
mucosa. En ratones, la IL-4 producida por los Th2 también promueve la producción
de IL-10 (aún en ausencia de la participación del TCR) y la diferenciación a
células productoras de TGF-b. Este último actúa
sinérgicamente con la IL-4 en la inducción de Th1, independientemente de la
presencia de IL-12. Es posible que estos mecanismos en conjunto controlen la
tolerancia periférica.
En el contexto de las respuestas alérgicas, las células efectoras -células
cebadas, basófilos y eosinófilos- liberan proteasas, citoquinas, leucotrienos,
histamina y prostaglandinas cuando el alergeno se pone en contacto con la IgE
unida a la superficie de las células. Estos factores pueden modular las
respuestas de las células T. Recientemente se ha visto que la histamina induce
proliferación de Th1 e inhibe la de Th2. Además, la histamina interviene en la
diferenciación de las células dendríticas maduras a un fenotipo productor de
IL-10.
Las prostaglandinas (PG) también han sido involucradas en el desarrollo de
anergia. En combinación con esteroides, la PGE2 induce anergia de las células
T cuando estas son estimuladas con antiCD3. A su vez, la PGE2 puede inducir
anergia per se cuando las células T fueron estimuladas con el antígeno.
El aumento de la expresión de la PGD sintetasa -en animales transgénicos-
promueve la liberación de citoquinas Th2 y regula negativamente la producción
de IFN-gamma. En conjunto, la evidencia sugiere que la histamina y la PGE2 en
forma combinada desvían la expresión de citoquinas y afectan la tolerancia
periférica a alergenos.
Los autores recuerdan que el TGF-b es abundante en
los tejidos en reparación, particularmente cuando se sintetiza matriz
extracelular ya que el TGF-b regula la síntesis de
colágeno. Las células T que infiltran la piel tienen protección contra la
supresión de este factor mediante la expresión de la endoglina, CD105. Aunque
aún se desconoce en gran parte esta y otras formas de regulación negativa de
las vías de supresión, es evidente que todos estos mecanismos son importantes
en la inducción de tolerancia periférica en patología alérgica. En el
desarrollo de nuevas estrategias de tratamiento, todos estos procesos deberán
ser específicamente considerados.
Autoevaluación de Lectura
|
¿Cuál de los siguientes factores es
esencialmente supresor de respuestas inmunes y alérgicas?
A. Interleuquina
(IL) 10.
B.IL-2.
C.IL-4.
D.Factor transformante de crecimiento alfa (TGF-Ó).
Respuesta
Correcta
|
|