ANALIZAN EL EFECTO DEL INTERFERON BETA-1b EN ESCLEROSIS MULTIPLE
Pennsylvania, EE.UU.
La administración subcutánea de interferón-β-1b en dosis de 250 μg en días alternos reduce la frecuencia y gravedad de las recidivas y los hallazgos de actividad de la enfermedad en la resonancia magnética nuclear; el esquema sería más eficaz y presentaría igual tolerancia que el interferón-β-1a en dosis de 30 μg 1 vez por semana.
Biodrugs 18(5):343-347, 2004
Autores:
McCormack PL y Scott LJ
Institución/es participante/s en la investigación:
Adis International Inc., Yardley, Pennsylvania, EE.UU.
Título original:
[Spotlight on Interferon-β-1b in Relapsing-Remitting and Secondary Progressive Multiple Sclerosis]
Título en castellano:
Focalización sobre el Interferón β-1b en la Esclerosis Múltiple Remitente-Recidivante y Secundaria Progresiva
Propiedades farmacodinámicas
El mecanismo de acción del interferón-β-1b (IFN-β-1b) en esclerosis múltiple (EM) no es conocido con exactitud; podría involucrar a cualquiera de las acciones del interferón, entre ellas antiviral, antiinflamatoria, antiproliferativa e inmunomoduladora. Dada la naturaleza autoinmunitaria de la EM, las hipótesis actuales favorecen las propiedades inmunomoduladoras del IFN-β-1b para la eficacia terapéutica en EM. Se considera que este agente interfiere en la activación de las células T,
en la producción de citoquinas y en las actividades celulares que producen los procesos inflamatorios y destructivos en el sistema nervioso central. También es posible que el IFN-β-1b sea muy importante para mantener la integridad de la barrera hematoencefálica y, por lo tanto, para evitar la penetración en el cerebro de células T autoinmunes activadas.
Sin embargo, el IFN-β-1b es inmunogénico; en numerosos pacientes surgen anticuerpos contra él, muchos de los cuales tienen actividad neutralizante que inhibe su función biológica. La prevalencia de estos anticuerpos oscila entre un 28% y 38%; aparecen al principio de la terapia y el pico máximo se produce entre el año y medio y los dos años de tratamiento; después se observa una declinación y con frecuencia desaparecen. Sin embargo, las consecuencias clínicas de los anticuerpos antiinterferón aún n
o han sido totalmente establecidas; tienen reacción cruzada con IFN-β-1b y 1a. En la práctica clínica, señalan los autores, las decisiones deben tomarse en función de la respuesta del paciente y no de los hallazgos de laboratorio.
Propiedades farmacocinéticas
Aún no han sido bien caracterizadas debido a la dificultad para cuantificar la concentración sérica de la droga. Luego de la administración subcutánea de una dosis de 500 μg (16 millones de UI), la concentración sérica pico se logra entre 1 a 8 horas, con una biodisponibilidad del 51%. No se registra acumulación plasmática luego de esa dosis durante 8 días. La administración intravenosa en 9 voluntarios sanos se asoció con una vida media de eliminación de 4.29 horas, una depuración de 0.76 l/h/kg
y un volumen de distribución de 2.88 l/kg.
Por lo general, la cinética de la actividad del IFN-β-1b se evalúa mediante la determinación de marcadores biológicos de respuesta; entre ellos, neopterina, β2-microglobulina y proteína A de mixovirus humano (MxA). Después de la administración de una única dosis de 250 μg de IFN-β-1b en 5 voluntarios, el pico de estos marcadores ocurrió entre las 24 y 48 horas para luego declinar entre las 120 y 168 horas.
Eficacia terapéutica
Un estudio en 30 pacientes con EM en remisión y recidiva (EMRR) indicó que el IFN-β-1b administrado en días alternos constituye un esquema apropiado en función de su eficacia y tolerancia. La investigación central (IFNB Multiple Sclerosis Gro
up, 1993) realizada en 338 enfermos con EMRR demostró que esta estrategia de terapia se asocia con reducción sustancial del índice anual de recidiva y con aumento del porcentaje de pacientes libres de recaída en comparación con el placebo. Además de
estos dos puntos primarios de evaluación, el agente fue superior al placebo en otras variables de análisis; entre ellas, el tiempo transcurrido hasta la primera recaída, disminución de la gravedad de las exacerbaciones y hospitalizaciones relacionadas con EM y mejoría de las lesiones de actividad observada en la resonancia magnética nuclear (RMN). El beneficio se mantuvo a lo largo de los 5 años de observación. En cambio, respecto del placebo, el tratamiento no redujo sustancialmente el índice de progre
sión de la patología al cabo de los 5 años, según lo refirieron los cambios en la escala Kurtzke’s Expanded Disability Status Scale (EDSS).
En el único estudio comparativo de interferones, el Independent Comparison of Interferons (INCOMIN, 2002) en pacientes con EMRR, el IFN-β-1b por vía subcutánea en dosis de 250 μg por día con un día alterno durante 2 años (n: 96) fue superior al IFN-β-1a en dosis de 30 μg 1 vez por semana por vía intramuscular en todos los parámetros de eficacia analizados, incluida la proporción de sujetos libres de recaída después de 2 años. El índice anual promedio de recurrencia, la progresión
de la incapacidad (según la EDSS) y los parámetros de actividad en la RMN fueron todos significativamente inferiores en el grupo asignado a IFN-β-1b.
En el European Study Group on Interferon -beta-1b in Secondary Progressive, un trabajo aleatorizado y efectuado a doble ciego, de 3 años de duración, el IFN-β-1b en dosis de 250 μg en días alternos en pacientes con esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP), el agente demoró considerablemente el tiempo de progresión de la patología según las modificaciones de la EDSS y redujo de modo sustancial la proporción de pacientes que requirió el uso de silla de ruedas. Asimismo, el IFN-&bet
a;-1b aumentó notoriamente el período hasta la primera recaída y disminuyó el índice anual de recurrencias, la proporción de recidivas moderadas o graves, la necesidad de internación, el uso de corticoides, la aparición de nuevas lesiones activas en la R
MN y la carga total de lesiones.
En cambio, un estudio a doble ciego y aleatorizado realizado en Norteamérica (2000) en pacientes con EMSP mostró que el IFN-β-1b en dosis de 250 μg o 160 μg/m2 día por medio durante 3 años no tuvo efecto sustancial sobre la progresión de la enfermedad, aunque en la dosis fija de 250 μg el índice anual de recidiva se redujo considerablemente. Ambas dosis redujeron de modo sustancial las lesiones evaluables con RMN en comparación con el placebo. Sin embargo, ninguno de los esquema
s afectó la proporción de recidivas moderadas o graves, el número de internaciones o la cantidad de pacientes que requirió tratamiento con esteroides (aunque se registraron menos cursos de estas drogas en los pacientes asignados a 250 μg de IFN-β
-1b). Los pacientes con EMSP tratados con este régimen durante 3 años presentaron un puntaje total en la escala Sickness Impact Profile que no fue significativamente distinto del observado en los individuos del grupo placebo. No obstante, algunos
dominios de la escala de calidad de vida favorecieron al tratamiento activo.
Consideraciones farmacoeconómicas
Las estimaciones al respecto permiten considerar que el tratamiento con IFN-β-1b, tanto en pacientes con EMRR como en los que presentan EMSP es eficaz desde el punto de vista económico, una ventaja menos probable con el uso de otros esquemas con
interferón o acetato de glatiramer. En comparación con la falta de terapia, el IFN-β-1b parece asociarse con una relación costo-eficacia beneficiosa a lo largo de 10 años y con ahorro sustancial al cabo de 15 a 25 años en términos de progresión de
EMRR a EMSP. Sin embargo, por ahora parece imprudente establecer conclusiones definitivas.
Tolerancia
En general, el interferón por vía subcutánea en la dosis y el esquema recomendados es bien tolerado. Los efectos adversos más frecuentes, que se observan en aproximadamente el 30% de los pacientes, incluyen reacciones en el sitio de la inyección, astenia, síntomas similares a la gripe, cefaleas, dolor, hipertonía, miastenia, fiebre y artralgias. En el 5% de los pacientes se produjo necrosis en el sitio de inyección. La linfopenia es la alteración de laboratorio más común, pero habitualmente es leve
e intermitente. En el 3% al 10% de los casos hay aumento de las enzimas hepáticas. Una minoría sufre enfermedad autoinmunitaria o presentan autoanticuerpos, que se reflejan clínicamente como trastornos tiroideos o hepáticos. En algunos trabajos se ha descrito mayor incidencia de depresión producida por el tratamiento con interferón; pero el IFN-β-1b no parece inducir esta alteración con mayor frecuencia que el placebo.
En el estudio INCOMIN, el cual lleva 2 años de evolución, el IFN-β-1b administrado a 186 pacientes con EMRR en dosis de 250 μg en días alternos mostró un perfil de seguridad similar al del interferón-β-1a en dosis de 30 μg 1 vez por semana por vía intramuscular, con la excepción de mayor frecuencia de reacciones en el sitio de inyección en sujetos del primer grupo. Sin embargo, otra investigación mostró que el IFN-β-1b originó casi un tercio menos de reacciones locales en comparación con las inyecciones de IFN-β-1a en dosis de 44 μg 3 veces por semana.
Dosis y administración
El IFN-β-1b está aprobado en los EE.UU. para el tratamiento de la esclerosis múltiple con el fin de reducir la frecuencia de recaídas clínicas, y en Europa para el tratamiento de la EMRR y EMSP activa. La dosis recomendada en ambos continentes e
s de 250 μg por vía subcutánea en días alternos. En los EE.UU., la dosis puede aumentar gradualmente hasta llegar a este nivel en el transcurso de 6 semanas. La duración del tratamiento no está establecida, pero por consenso se considera que debe mantenerse indefinidamente, siempre que sea posible. El tratamiento debe limitarse a pacientes entre 18 y 64 años.
El IFN-β-1b, concluyen los expertos, está contraindicado en pacientes con antecedente de hipersensibilidad al interferón-β recombinante o natural, en mujeres embarazadas o en madres que amamantan; también es necesario tener cuidado especial en
sujetos con depresión. No se conocen interacciones farmacológicas con otras drogas.
Autoevaluación de Lectura
¿Cuál es la dosis recomendada de interferón-β-1b en esclerosis múltiple?
A. 250 μg día por medio, por vía subcutánea.
B. 350 μg todos los días, por vía subcutánea.
C. 250 μ todos los días
D. 250 μg día por medio, por vía intravenosa.
Respuesta
Correcta
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