|
|
|
Resúmenes SIIC |
|
CARACTERISTICAS DE LAS BACTERIAS GRAMNEGATIVAS MULTIRRESISTENTES Atenas, Grecia La implementación de metodologías de prevención y de políticas de regulación del tratamiento antibiótico es fundamental para lograr el control de la propagación de las cepas de bacterias productoras de betalactamasas con espectro extendido. Clinical Microbiology and Infection 11(Supl. 4):1-16, Jul 2005 Autores: Giamarellou H Institución/es participante/s en la investigación: 4th Department of Internal Medicine, Athens University Medical School, University General Hospital "Attikon", Atenas, Grecia Título original:
|
Introducción
¿Cómo se define a las beta lactamasas de amplio espectro? A. Beta lactamasas resistentes al ácido clavulánico. Respuesta Correcta
|
|
PREVALENCIA Y RIESGO DE CONTRAER TOXOPLASMOSIS DURANTE EL EMBARAZO Ashford, Reino Unido Dado que la infección puede provenir de fuentes alimentarias o ambientales, debería ponerse énfasis en la implementación de medidas preventivas, especialmente entre los grupos de mayor riesgo. Epidemiology and Infection 133(3):475-483, Jun 2005 Autores: Nash JQ, Chissel S, Jones J y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: East Kent Microbiology Service, William Harvey Hospital, Ashford, Reino Unido Título original:
|
Introducción Aunque en los adultos inmunocompetentes la toxoplasmosis es una infección por lo general autolimitada, eventualmente puede ocasionar una infección congénita. Esta infección es causa de una importante morbimortalidad fetal cuando la infección primaria se produce durante la etapa gestacional; asimismo, los niños asintomáticos en el momento del nacimiento, posteriormente pueden presentar una coriorretinitis y disminución de la agudeza visual. La fuente de infección son los ooquistes excretados en las heces felinas, o los quistes tisulares presentes en la carne de animales infectados que se ingiere sin cocción suficiente. La relevancia de estos dos factores en el Reino Unido (RU) no está clara, y constituye el fundamento de este estudio. En el RU no se realiza la pesquisa rutinaria de toxoplasmosis durante el embarazo, a diferencia de otros países europeos, donde esta enfermedad es frecuente. No obstante, se aconseja a las embarazadas evitar la exposición ambiental y por alimentos al toxoplasma. Algunos estudios recientes confirmaron la escasa prevalencia de la enfermedad en el RU, y una asociación significativa entre seropositividad para toxoplasmosis y el país de nacimiento o grupo étnico. Los autores señalan que no se cuenta con datos recientes sobre las fuentes alimentarias y ambientales de toxoplasmosis que prevalecen en el RU. Métodos Entre octubre de 1999 y noviembre de 2001 se invitó a participar en este ensayo a las mujeres embarazadas que concurrían a centros de control prenatal en las áreas de Ashford, Folkestone y Dover de East Kent, Reino Unido. Se evaluó la seropositividad para toxoplasmosis de estas mujeres, que además contestaron un cuestionario sobre sus hábitos de exposición por alimentos y ambiental al parásito hasta el momento inmediatamente anterior a saber que estaban embarazadas. En principio, se realizó una pesquisa de anticuerpos de tipo IgG antitoxoplasma en las muestras de sangre; en los casos positivos, se realizó la pesquisa de anticuerpos de tipo IgM como indicador de infección reciente. Todas las muestras positivas para IgM fueron referidas al PHLS Toxoplasma Reference Laboratory, donde en pacientes seleccionadas se realizó reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en líquido amniótico para detectar infección activa. Los resultados de los cuestionarios fueron equiparados con estos valores de laboratorio. Método estadístico Se realizó un análisis de las variables individuales, que compraró a las mujeres seropositivas para Toxoplasma gondii con las mujeres seronegativas. Este análisis tuvo por objetivo la detección de diferencias significativas entre casos y controles en la exposición a factores de riesgo hipotéticos para contraer la infección por T. gondii. Resultados Para la realización del estudio se contó con 1 897 mujeres. La media de serología reactiva para toxoplasmosis fue de 9.1%. En 2 de los casos de serología positiva con anticuerpos de tipo IgM antitoxoplasma, el Toxoplasma Reference Laboratory estimó un riesgo incrementado de infección congénita. En una de estas mujeres se realizaron análisis en el líquido amniótico, pero los resultados de la PCR para detectar ADN toxoplásmico fueron negativos. La otra mujer con indicios de infección reciente por toxoplasma interrumpió su embarazo por razones independientes de su seropositividad para el toxoplasma. Análisis estadístico Se realizaron análisis estadísticos sobre la frecuencia de actividades de jardinería, el uso de guantes durante la manipulación de la tierra, tiempo de estadía en el domicilio vigente, frecuencia de manipulación de carne sin cocción apropiada y frecuencia de consumo de comidas preparadas para llevar. Ninguno de estos factores mostró riesgo de significación estadística; además, la frecuencia de consumo de alimentos como bifes de lengua, costillas de cordero, hamburguesas y fiambres, tampoco constituyó un factor de riesgo significativo para contraer la infección. La localización y las características del hogar materno, la edad de la mujer en el momento de la concepción y el hecho de alimentar a un perro con carne cruda mostraron una asociación significativa con la toxoplasmosis. Factores atribuibles a la población La edad superior a los 35 años, el hogar materno localizado en algún país europeo distinto del RU, o bien en el campo o en una granja, y la alimentación de un perro con carne cruda fueron factores de riesgo de significación estadística. Edad y seropositividad La seropositividad mostró un incremento junto con la edad. En distintos análisis estadísticos la asociación existente entre seropositividad y edad superior a los 35 años fue significativa. Contacto con gatos y perros durante la infancia De acuerdo con algunos análisis estadísticos, haber tenido perro o gato en el hogar durante la infancia no constituyó un factor de riesgo significativo; no obstante, la seropositividad fue mayor en las mujeres que habían crecido en el campo o en una granja en compañía de gatos. Por el contrario, aquellas que durante su infancia habían vivido con perros tuvieron índices estándar de seropositividad para toxoplasmosis. Actividades de jardinería No se hallaron asociaciones entre el tipo de jardín y la toxoplasmosis, ni entre esta última y la frecuencia de estas actividades o la utilización de guantes. Los autores destacan que la prevalencia de toxoplasmosis fue menor entre las que "siempre usaban guantes" para manipular la tierra. Contacto físico con carne cruda No se verificaron asociaciones entre toxoplasmosis y la manipulación de carne cruda. Sin embargo, los autores verificaron una asociación no significativa entre el hábito de fumar mientras se manipula carne cruda y la seropositividad para el toxoplasma. Alimentación Se constató que las asociaciones entre seropositividad para toxoplasmosis y consumo de hamburguesas, bifes de lengua, costillas de cordero y fiambres no fueron de carácter significativo. Preferencia por alimentos frescos o congelados Quince de los 18 alimentos analizados que se adquirían preferentemente congelados mostraron un riesgo relativo menor de seropositividad para la toxoplasmosis en comparación con los productos frescos. Los tres productos congelados que conllevaron mayor riesgo fueron el bife de lengua, el cerdo asado y el cordero asado. No obstante, no se verificó ninguna significación estadística en estas asociaciones. Discusión Los autores hallaron que alimentar a un perro con carne cruda, haber transcurrido la infancia en el campo, en una granja o en un país europeo distinto del RU, y la edad superior a los 35 años resultaron antecedentes que tuvieron una relación estadísticamente significativa con la seropositividad para toxoplasmosis. Además, haber vivido con gatos durante la infancia, en el campo o en una granja, podrían constituir un riesgo de mayor seropositividad para la enfermedad. La prevalencia general de toxoplasmosis verificada en este estudio (9.1%) se corresponde con algunos informes previos sobre el descenso de la seropositividad en el RU desde la década del sesenta. Esto difiere de los índices de Francia, Italia y Grecia, que son mayores del 40%. La inexistencia de un factor de riesgo alimentario significativo probablemente sea el hallazgo más sorprendente de este ensayo. Los resultados varían con respecto a los de estudios similares realizados en otros países europeos, que mostraron una asociación del 30-60% entre infecciones recientes por toxoplasmosis y el consumo de carnes poco cocidas y fiambres. De todos modos, cabe la salvedad de que el consumo de ese tipo de alimentos no es frecuente en el RU. Esto alerta sobre la posibilidad de contraer la infección en caso de adquirir los hábitos alimentarios de otros países, o su afición por algunos alimentos exóticos. Por otra parte, los resultados sugieren que en los países de baja prevalencia de toxoplasmosis, como el RU, la exposición ambiental durante la infancia es el factor más importante de seropositividad. Importancia de los controles prenatales Dada la baja prevalencia de seropositividad, este estudio no brinda datos que sugieran la necesidad de realizar la pesquisa de la infección por toxoplasma en las mujeres embarazadas del RU. No obstante, la recomendación de evitar el contacto con tierra contaminada por heces felinas y el consumo de carne cruda o poco cocida, o de vegetales que no fueron lavados apropiadamente, debería continuar vigente. Además, señalan los expertos, debe contarse con los instrumentos para detectar un eventual incremento de la prevalencia de toxoplasmosis originado por modificaciones alimentarias o en la edad de fertilidad. Conclusiones La localización del hogar materno en un país europeo distinto del RU, en el campo o en una granja, y el hecho de alimentar a un perro con carne cruda, mostraron una asociación significativa con la seropositividad para toxoplasmosis. El haber tenido gatos durante la infancia también resultó un factor de riesgo incrementado. La mayoría de las mujeres embarazadas del RU son susceptibles de infección por T. gondii; por lo tanto, concluyen los autores, los programas educativos sobre fuentes alimentarias y ambientales deberían seguir implementándose en esta población. ¿Cómo puede definirse la toxoplasmosis?
A. Como una infección de los adultos inmunosuprimidos.
|
|
MECANISMOS BACTERIANOS INVOLUCRADOS EN LA ENFERMEDAD POR ESCHERICHIA COLI Londres, Reino Unido Resumen de los aspectos más importantes relacionados con la etiopatogenia de las infecciones por Escherichia coli enteropatógena y enterohemorrágica, con especial énfasis en los mecanismos que utilizan estos gérmenes mientras permanecen en ubicación extracelular. Infection and Immunity 73(5):2573-2585, May 2005 Autores: Garmendia J, Frankel G y Crepin VF Institución/es participante/s en la investigación: Centre for Molecular Microbiology and Infection, Department of Biological Sciences, Imperial College London, Londres, Reino Unido Título original:
|
Escherichia coli es la bacteria gramnegativa anaeróbica facultativa más abundante de la microflora intestinal. Las cepas comensales y patogénicas comparten una estructura genómica central conservada en las bacterias patogénicas y en este centro existen islas y pequeños agrupamientos de material genético asociados con incremento de la virulencia. Estos nuevos genes aportan al germen una mayor capacidad de adaptación y la posibilidad de dirigirse hacia otros blancos titulares, con lo cual se generan nuevos nichos ecológicos y se facilita la diseminación eficaz a otros huéspedes. Un ejemplo de adquisición de elevada capacidad de adaptación, por transferencia génica horizontal, lo representan los patógenos intestinales extracelulares que evolucionaron para utilizar un sistema de formación de lesiones que involucra el amarre y el borrado (A/E [attaching and effacing]) como mecanismo principal de infección y daño tisular. Entre las bacterias patogénicas cabe mencionar E. coli enteropatogénica (EPEC) y enterohemorrágica (EHEC), ambas causa de gastroenteritis en los seres humanos. En general, EPEC –el primer tipo de E. coli asociado con enfermedad en seres humanos– origina diarrea infantil en países en vías de desarrollo; mientras que EHEC es un patógeno zoonótico emergente que ocasiona un amplio espectro de patologías, desde diarrea leve a enfermedades graves como colitis hemorrágica y síndrome urémico hemolítico, una de las principales causas de insuficiencia renal aguda en niños en países desarrollados. Además, acompaña la producción de potentes toxinas Shiga; en general, EHEC del serogrupo O157 se asocia con enfermedades graves en los seres humanos. Los mecanismos por los cuales EPEC y EHEC se adhieren estrechamente a las células epiteliales han sido muy estudiados para comprender la patogenia de dichas enfermedades. Luego de la adhesión a las células del intestino, las bacterias comprometen las funciones del citoesqueleto y originan las lesiones características A/E: destrucción de las microvellosidades y adhesión estrecha de las bacterias a la membrana plasmática de las células huésped. La capacidad de ocasionar lesiones A/E depende del locus of enterocyte effacement (LEE) pathogenicity island (PAI) . La regulación del gen LEE es compleja, depende de factores ambientales y de diversos elementos de regulación. Además, el gen codifica los componentes estructurales del sistema de secreción tipo III (TTSS [type III secretion system]), habitualmente presente en bacterias patogénicas gramnegativas. La parte central del LEE también codifica la intimina de la membrana externa y el receptor de intimina (Tir [transmembrane intimin receptor]). Sistema filamentoso TTSS La vía dependiente del TTSS se encuentra involucrada en la virulencia de muchas bacterias patógenas gramnegativas que infectan a los seres humanos, los animales, los insectos y las plantas. Los gérmenes la utilizan para translocar directamente los factores de virulencia desde la bacteria a la célula blanco en un único paso. El aparato TTSS es una organela que integran varios componentes, codificados aproximadamente por 20 genes, muchos de los cuales están muy conservados. El proceso de ensamblaje es secuencial. El cuerpo basal del TTSS está compuesto por la secretina EscC, las proteínas de la membrana interna – EscR, EscS, EscT, EscU y EscV– y la lipoproteína EscJ del espacio periplásmico que conecta las estructuras de la membrana interna y de la membrana externa bacterianas. EscF constituye la estructura en aguja, mientras que las subunidades de EspA se polimerizan para formar el filamento EspA. EspB y EspD forman el poro de translocación en la membrana de la célula huésped que conecta ambas células a través de los filamentos EspA. EscJ es una estructura altamente conservada dentro del aparato TTSS de diversos gérmenes gramnegativos. Su función es esencial para la secreción de los componentes más distales del aparato de secreción a través de la membrana externa; las mutantes deficientes en escJ no pueden ensamblar de manera adecuada la maquinaria TTSS. Los filamentos maduros EspA son factores importantes de adhesión y establecen una conexión transitoria entre la bacteria y la célula del huésped que permite la translocación de las proteínas efectoras. Luego de este proceso, los filamentos y el complejo en aguja (NC [needle complex]) se eliminan de la superficie celular. Chaperones tipo III Los chaperones son esenciales para que se produzca la secreción y translocación de muchas proteínas. Los chaperones tipo III demuestran poca homología de secuencia, pero algunas similitudes estructurales. Se los clasifica en 4 clases según la secuencia y las propiedades funcionales. Hasta la fecha, se describieron 5 chaperones tipo III en EPEC y EHEC. Sus funciones incluyen, entre otras, intervenir en la translocación de la proteína efectora Tir y en la estabilización y biogénesis del filamento EspA. Evolución de la translocación de proteínas efectoras El rasgo patognomónico de las infecciones por EPEC y EHEC es la inducción de lesiones A/E, caracterizadas por la pérdida local de las microvellosidades y la adhesión estrecha de las bacterias a la membrana de las células del huésped. Mientras permanecen en el espacio extracelular, EPEC y EHEC comprometen la funcionalidad de los microtúbulos del citoesqueleto, los filamentos intermedios y las redes de filamentos de actina de las células del huésped. Además, alteran la función de barrera intestinal con descenso de la resistencia transepitelial, originan la pérdida del potencial de la membrana mitocondrial, inhiben el pasaje del ciclo celular de G2/M e inducen apoptosis celular. Las consecuencias fisiológicas de la infección incluyen, entre otras, la producción de interleuquina 8 por células inflamatorias –en general, neutrófilos– en el sitio de infección y diarrea. Intimina: la molécula de adhesión de la membrana externa de EPEC y EHEC La intimina se exporta por la vía secretoria general hacia el periplasma y se inserta en la membrana externa por un mecanismo de autotransporte. La proteína posee 2 sitios funcionales: la región N-terminal –altamente conservada en diferentes cepas de EPEC y EHEC– entra en la membrana bacteriana externa e interviene en la dimerización, y la región C-terminal –variable– define los diversos tipos de intimina. Esta última se extiende desde la bacteria e interactúa con receptores en la membrana de la célula huésped. A su vez, la región C-terminal posee 3 dominios globulares: 2 zonas símil inmunoglobulina y 1 dominio parecido a la lectina tipo C. Efectores codificados por LEE Map (proteína asociada con mitocondrias). Interfiere con la capacidad celular de mantener el potencial de membrana de esta organela, por lo que se produce edema y daño mitocondrial; además, interviene en los primeros pasos de la infección por EPEC y EHEC y es crucial en la alteración de la función de barrera intestinal y de las uniones firmes. Sin embargo, algunos estudios en modelos murinos mostraron que la Map no es fundamental para la colonización y la aparición de enfermedad. EspF. Es una proteína efectora rica en prolina, induce anormalidades en la función de barrera intestinal y aumenta la permeabilidad de la mucosa. Actúa en forma independiente de la Map pero ambas requieren la presencia de intimina en la superficie. EspF también participa en la alteración de la membrana mitocondrial e induce la liberación de citocromo c en el citosol y la fragmentación de las caspasas 3 y 9, fenómenos que sugieren que la proteína desempeña un papel importante en la muerte celular por apoptosis. También tiene una función esencial en la remodelación del borde en cepillo de las células intestinales. Aunque se consideraba que no intervenía de manera sustancial en la colonización, un estudio reciente reveló que las cepas mutantes son avirulentas. EspG, EspH, SepZ y EspB. EspG desencadena la formación de fibras de estrés de actina y la destrucción de las redes de microtúbulos por debajo de las bacterias adheridas, interactúa con tubulinas y estimula la desestabilización de los microtúbulos. EspH modula la estructura del citoesqueleto de actina con alteración de la formación de pedestales. Tiene poca acción in vivo, dado que se observó que las cepas mutantes en esta proteína sólo presentan una leve atenuación de la virulencia. Por el momento, la translocación de Sepz no se relacionó con un fenotipo o una función específicos. EspB, además de su participación en la translocación, ejerce actividad efectora. La proteína citosólica se localiza en la región de agregados bacterianos; las células transfectadas con EspB tienen morfología anormal con menor número de fibras de estrés. Además, compromete el citoesqueleto de la célula huésped. Tir (transmembrane intimin receptor). El Tir de EPEC, luego que lo liberan las células huésped, se fosforila en 2 residuos de serina por quinasas del huésped, con lo cual se modifica la masa molecular. Se sugirió que el agregado de 2 grupos de fosfato desencadena cambios conformacionales en la estructura Tir, que le permiten su inserción en la membrana plasmática. El Tir de EPEC también se fosforila en el residuo de tirosina 474; esta modificación es crucial en la inducción de la polimerización de actina luego de la infección de células epiteliales. Sin embargo, algunos trabajos más nuevos revelaron una vía de polimerización de actina independiente de la fosforilación de tirosina en 474. Los autores comentan que Tir y Map –que comparten el chaperón CesMT– realizan acciones antagónicas en la regulación de la formación de filopodia y pedestales, mientras que son sinérgicas en términos de estimulación de invasión; por lo tanto, la función de ambos efectores debe estar coordinada durante la infección. Efectores portados por profagos Cada vez se reconoce más la existencia de proteínas efectoras adicionales (no codificadas por LEE) portadas por profagos o por otros PAI que también se translocan en la célula huésped. Sin embargo, hasta la fecha sólo se caracterizaron 4 de ellas: 1) Cif (cycle inhibiting factor), portada por el profago lambda y presente en un grupo de cepas EPEC. Es necesaria para la inducción de efectos citopáticos irreversibles que incluyen reclutamiento progresivo de placas focales de adhesión, ensamblaje de fibras de estrés e inhibición de pasaje del ciclo celular. 2) EspI, portada por el profago CP-933P. No es necesaria para la formación de lesiones A/E pero existe una asociación significativa entre su presencia y el aislamiento de cepas EHEC de pacientes con infección sintomática. 3) EspJ, localizada en el profago CP-933U, tampoco es necesaria para la formación de lesiones A/E. Sin embargo, mutaciones en esta proteína influyen en la dinámica de depuración del patógeno del tracto intestinal del huésped, tal como se observó en modelos animales. 4) La última proteína caracterizada es la TccP/EspFu, rica en prolina y portada por el profago CP-933U. Integración de la función de las proteínas efectoras Alteración del equilibrio normal entre huésped y cepas comensales. Varios factores contribuyen con la diarrea acuosa y persistente característica de la infección por EPEC y EHEC, entre ellos, la pérdida de las microvellosidades intestinales y la mala absorción. EPEC activa varias vías que contribuyen con estas anormalidades. Entre ellas, cabe mencionar 1) redistribución y activación de ezrina, en general localizada en las microvellosidades de las células intestinales, participa en la unión de la membrana al citoesqueleto. Durante la infección, la ezrina se redistribuye y se acumula debajo de las bacterias adheridas y se activa por fosforilación en residuos de treonina y tirosina, con lo cual compromete las uniones intercelulares ajustadas. 2) Redistribución de las proteínas de unión intercelular. 3) Fosforilación de la cadena liviana de la miosina, fenómeno que se asocia con contracción del anillo de las proteínas del citoesqueleto que se encuentra por debajo de las uniones firmes intercelulares. Y 4) EPEC induce la fosforilación de la proteinquinasa C, asociada con cadherinas, con lo cual se produce una disociación del complejo cadherina/beta-catenina, que constituye las uniones firmes. Los factores bacterianos involucrados en estos efectos incluyen EspF, proteínas de la membrana externa, TccP/EspFu y Map. Además de comprometer la función de barrera intestinal, EPEC y EHEC inducen cambios en el transporte de electrolitos de la célula del huésped que contribuyen con la aparición de diarrea secretoria. En células infectadas por EPEC se observa un descenso en el potencial de reposo de la membrana, cambios en el transporte de cloro dependiente de bicarbonato y estimulación de la secreción de cloro. Estos fenómenos dependen de un aparato TTSS funcional. Por su parte, EPEC induce la fosforilación de tirosina de la fosfolipasa C, la cual – una vez activada– interactúa y fragmenta al fosfatidil inositol 4,5 bifosfato en inositol 1,4,5 trifosfato y diacilglicerol, segundos mensajeros involucrados en la activación de la proteinquinasa C que desencadena secreción de iones y fluidos. Anormalidades en el citoesqueleto de la célula huésped. En los primeros momentos de la infección por EPEC (alrededor de 5 minutos luego de la infección) se forman extensiones similares a filopodia en el lugar de adhesión bacteriana. Estas estructuras se extienden, retraen y movilizan de un lado hacia otro durante unos 20 minutos; luego se repliegan en la célula huésped y desaparecen. En el proceso participa la Map y la proteína del huésped ligadora de GTP, Cdc42. Algunas investigaciones recientes mostraron cambios muy importantes en la arquitectura de la red de filamentos intermedios en las células intestinales infectadas por EPEC y EHEC. EspF y EspG2 son responsables de la destrucción de los microtúbulos. Uno de los hallazgos más importantes, luego de la infección por estos gérmenes, consiste en la alteración masiva de los microfilamentos de actina, con lo cual se forman las lesiones A/E y se produce la unión estrecha de las bacterias a la membrana de las células intestinales; además, las microvellosidades desaparecen en forma localizada. La célula intestinal por debajo de la bacteria se eleva en forma de pedestal. Las estructuras de este tipo, inducidas por EPEC o EHEC, se forman con actina polimerizada, filamentos intermedios y otras proteínas que normalmente integran el citoesqueleto, entre ellas, proteínas de adhesión focal. Tir es el único efector tipo III esencial en la formación de lesiones A/E por EPEC e interactúa a través de su dominio N- terminal con varias proteínas de adhesión (alfa-actinina, talina, vinculina). En general, estas proteínas unen la actina del citoesqueleto con la membrana. La región C-terminal de Tir de EPEC es crucial en la formación de pedestales. Entre las proteínas del huésped reclutadas en el sitio del daño, cabe mencionar CD44 y calpactina, tropomiosina y ezrina, activadas en forma independiente de la fosforilación de tirosina de Tir. Hallazgos concluyentes El descubrimiento de TccP/EspFu permitió comprender el misterio de la inducción de polimerización de actina por EHEC, sin que exista fosforilación de tirosina. Por su parte, el uso de sistemas celulares particulares reveló la existencia de un mecanismo en el cual no interviene la fosforilación de tirosina en el residuo 474 de Tir en la polimerización de actina, en células infectadas por EPEC. Aun así, existen numerosos aspectos que la investigación venidera deberá responder, concluyen los autores. Autoevaluación de Lectura ¿Cuál de los siguientes mecanismos es esencial en la etiopatogenia de las infecciones por E. coli enteropatógena y enterohemorrágica? A. La desaparición de la microvellosidades intestinales. Respuesta Correcta
|
|
LA SIFILIS EXISTIA EN AMERICA ANTES DE LA LLEGADA DE COLON Rootstown, EE.UU. La evidencia ósea documenta la existencia de sífilis en República Dominicana donde desembarcó Cristóbal Colón, con posterior diseminación de la enfermedad en Europa. Clinical Infectious Diseases 40(10): 1454-1463, May 2005 Autores: Rothschild BM Institución/es participante/s en la investigación: The Arthritis Center of Northeast Ohio, Youngstown and Northeastern Ohio Universities College of Medicine, Rootstown; Carnegie Museum of Natural History, Pittsburgh; University of Kansas Museum of Natural History, Lawrence; EE.UU. Título original:
|
Introducción
Con relación a las treponematosis, seleccione la opción correcta: A. El pian no compromete manos y pies. Respuesta Correcta
|
|
ASOCIACION ENTRE INFECCION POR VIRUS DE HEPATITIS C Y MARCADORES DE AFECTACION DEL SISTEMA NERVIOSO Toronto, Canadá Las anomalías cognitivas dependerían más de factores comórbidos que de la acción directa del virus de la hepatitis C sobre el sistema nervioso. Hepatology 41(4):801-808, Abr 2005 Autores: McAndrews M, Farcnik K, Carlen P y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Divisions of Psychology, Psychiatry, Medicine y Radiation Physics, University Health Network, Toronto, Canadá Título original:
|
Introducción Las personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) se quejan de dificultades en la concentración, cansancio, depresión y falta de memoria, aun en ausencia de patología hepática clínicamente significativa. La reciente detección de secuencias virales en tejido cerebral post mortem da crédito a la hipótesis de que la infección directa del sistema nervioso central podría ser la causa de los cambios neurocognitivos y metabólicos observados en estos pacientes. Dada la escasez de estudios realizados hasta la fecha, el pequeño número de pacientes incluidos en los trabajos y la falta de control sobre las variables de confusión, el primer objetivo de los autores fue el empleo de criterios estrictos de búsqueda con el fin de excluir a aquellos individuos con factores de riesgo conocidos de deterioro cognitivo. Para ello emplearon dos medidas diferentes de la integridad del sistema nervioso central –las neuropsicológicas y la espectroscopia por resonancia magnética protónica (ERMP)– para probar la hipótesis de que existe un patrón distintivo de anormalidades neurocognitivas y metabólicas asociadas con el VHC que no están relacionadas en forma directa con la gravedad de la hepatopatía o con factores psicosociales comórbidos. Pacientes y métodos Se incluyeron 37 pacientes con infección por VHC y 46 controles formados por familiares o seleccionados de la comunidad. Entre los participantes se identificaron factores de riesgo de deterioro cognitivo a través de un interrogatorio minucioso. Se excluyeron aquellos casos con antecedentes de abuso de drogas inyectables o de dependencia a las drogas en los últimos 7 años; depresión grave u otro trastorno psiquiátrico en los 2 años previos; uso de fármacos antidepresivos u otros compuestos capaces de afectar la función cognitiva; coinfecciones por HIV o virus de la hepatitis B; cirrosis diagnosticada por biopsia en los últimos 18 meses; crioglobulinemia mayor del 1%; antecedente de traumatismo de cráneo con pérdida del conocimiento durante más de 30 minutos; accidente cerebrovascular; demencia; convulsiones; hipotiroidismo; diabetes; deficiencia de vitamina B12; sífilis; trastornos del aprendizaje; coeficiente intelectual menor de 70; u otras patologías activas sin tratamiento. Las pruebas neuropsicológicas y las imágenes por ERMP se realizaron en 31 y 33 pacientes, y en 42 y 34 controles, respectivamente. Las primeras consistieron en diversas pruebas sensibles para la detección de disfunción cerebral y que se emplean para la pesquisa de deterioros cognitivos. Para las imágenes por ERMP se utilizó una técnica de vóxeles simples para evaluar los metabolitos en tres regiones cerebrales: ganglios basales, sustancia blanca (en el centro semioval) y en la sustancia blanca mediofrontal. Los datos obtenidos se analizaron en el programa SPSS 10.1. Se emplearon pruebas t para la valoración de los efectos de grupo y ANCOVA, en caso necesario, para las covariables. Resultados La distribución de los puntajes de fibrosis fue variable: en 1 paciente la fibrosis se catalogó como estadio 0 según la escala Metavir, 8 tenían fibrosis de estadio 1, 17 de estadio 2, y 11 de estadio 3. En la cohorte de pacientes infectados, el 29% presentó síntomas de depresión que pudieron categorizarse como clínicamente significativos, en comparación con el 2% de los controles. Los puntajes de la subescala que evaluó la gravedad del cansancio (subescala 1 del Fatigue Assessment Inventory) se encontraron significativamente más elevados en el grupo de pacientes (p < 0.001). Se valoró el efecto potencial de estas variables sobre las mediciones neuropsicológicas, y las únicas asociaciones significativas fueron entre el puntaje de la escala que valoró el rendimiento o eficiencia del aprendizaje –California Verbal Learning Test, 2nd Edition (CVL T-II)– y la educación (p <0.01), y entre esta última y la escala empleada para el análisis del funcionamiento intelectual general (Weschler Abbreviated Scale of Intelligence). Con respecto a los datos del estudio por ERMP, la edad se asoció con la creatina presente en la sustancia blanca (p < 0.01) y con mioinositol (p < 0.01). La única medida neuropsicológica para la cual existió un efecto significativo de grupo fue el puntaje total de aprendizaje del CVLT-II (p < 0.05). En el grupo de pacientes con infección por VHC se observó menor aprendizaje en comparación con los controles, aun al retirar el efecto de la educación. Ninguna otra diferencia alcanzó significación estadística. Mediante el análisis de las imágenes, en el grupo de pacientes infectados se observó un incremento en los valores de colina (p < 0.05) y una disminución en los de N-acetil aspartato (p < 0.01). No se observaron diferencias en los valores de los marcadores en los pacientes con fibrosis de estadio 3 en comparación con los de estadio 0 a 2.Tampoco se hallaron diferencias entre las variables de la ERMP y el puntaje del CVLT-II. Discusión La prevalencia y el significado funcional limitados de las anormalidades neurocognitivas halladas en una muestra seleccionada con criterios rigurosos sugieren que la sensación de "confusión cerebral" descrita en asociación con la infección por VHC podría ser más una función de factores comórbidos que del impacto directo del virus sobre el sistema nervioso central. Mientras que los datos hallados avalan la existencia de una asociación entre la hepatitis C e indicadores de compromiso del sistema nervioso central en esta cohorte de pacientes, el significado clínico de estos efectos es limitado. Específicamente, se halló una diferencia significativa entre los pacientes y los controles en las mediciones del rendimiento del aprendizaje. No se encontraron deterioros en otras pruebas que evaluaron atención, velocidad de procesamiento, solución de problemas, atención y aprendizaje no verbal. Posteriormente a la aceptación de la publicación de este trabajo, un grupo de investigadores informó la disminución de N-acetil aspartato en la sustancia gris cortical y el deterioro de la función cognitiva en una cohorte de pacientes infectados por VHC. Autoevaluación de Lectura ¿En cuál de las siguientes pruebas se hallaron diferencias significativas entre pacientes infectados con VHC en relación con personas sin infección? A. Velocidad de procesamiento. Respuesta Correcta
|
|
LA INTERACCION ENTRE ACIDO VALPROICO Y MEROPENEM PUEDE TENER EFECTOS ADVERSOS GRAVES Elche, España La potencial interacción entre el ácido valproico y el meropenem puede asociarse con serios efectos adversos debido a la disminución de la concentración sérica de ácido valproico. Annals of Pharmacotherapy 39(3):533-537, Mar 2005 Autores: Coves-Orts FJ, Borrás-Blasco J, Navarro-Ruiz A y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Intensive Care Unit, Hospital General Universitario de Elche, Elche, España Título original:
|
Introducción ¿Cuál es el potencial de interacción del ácido valproico con otros fármacos? A. Alto. Respuesta Correcta
|
|
REVISION SOBRE EL SINDROME DE RECONSTITUCION INMUNOLOGICA Ciudad del Cabo, Sudáfrica La enfermedad por reconstitución inmunológica en pacientes infectados por HIV es una consecuencia adversa de la restauración de la respuesta inmune específica frente a diversos patógenos durante los primeros meses del tratamiento antirretroviral de alta eficacia. Lancet Infectious Diseases 5(6):361-373, Jun 2005 Autores: Lawn SD, Bekker L-G y Miller RF Institución/es participante/s en la investigación: Desmond Tutu HIV Centre, Institute of Infectious Diseases and Molecular Medicine, University of Cape Town, Cape Town, República de Sudáfrica; Clinical Research Unit, Department of Infectious and Tropical Diseases, London School of Hygiene and Tropical Medicine; Centre for Sexual Health and HIV Research, Department of Primary Care and Population Sciences, Royal Free and University College Medical School, University College London, Londres, Reino Unido Título original:
|
Introducción
¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta en relación con la enfermedad por reconstitución inmunológica? A. La infección oportunista asociada en forma más frecuente es la toxoplasmosis cerebral. Respuesta Correcta
|
Trabajos Distinguidos, Serie Infectología, integra el Programa SIIC de Educación Médica Continuada |
Bienvenidos
a siicsalud
Acerca de SIIC Estructura de SIIC
Sociedad Iberoamericana de Información
Científica (SIIC)
Av. Belgrano 430, (C1092AAR), Buenos Aires, Argentina
atencionallector@siicsalud.com;
Tel: +54 11 4342 4901; Fax: +54 11 4331 3305.
Casilla de Correo 2568, (C1000WAZ) Correo Central, Buenos
Aires.
Copyright siicsalud© 1997- 2005, Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)