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INDICACIONES DE VANCOMICINA EN LAS INFECCIONES POR STAPHYLOCOCCUS AUREUS Tel Aviv, Israel El tratamiento con vancomicina de la bacteriemia provocada por el Staphylococcus aureus se asocia con persistencia y recurrencia del cuadro, independientemente de la resistencia a la meticilina. Este fármaco no debe considerarse para el tratamiento de las bacteriemias inducidas por el S. aureus sensible a la meticilina en ausencia de contraindicación para la cloxacilina. Scandinavian Journal of Infectious Diseases 37(8):572-578, 2005 Autores: Siegman-Igra Y, Reich P, Orni-Waeerlauf R, y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Infection Diseases Unit, Ichilov Hospital; Microbiology Laboratory, Tel Aviv Sourasky Medical Centre; Sacker School of Medicine, Tel Aviv University; Tel Aviv, Israel Título original:
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Introducción La bacteriemia provocada por Staphylococcus aureus (BSA) constituye un serio problema infectológico, con alta prevalencia de complicaciones, como la endocarditis, osteomielitis, infecciones de los catéteres intravenosos y formación de abscesos, lo cual eventualmente puede provocar la muerte. Si bien la persistencia y recurrencia de esta bacteriemia se encuentran bien documentadas y las complicaciones son frecuentes, pocos estudios han analizado los factores de predisposición y las consecuencias clínicas de la persistencia de la BSA durante el tratamiento. Algunos informes han vinculado a la vancomicina con estos cuadros pero, hasta el momento, no se ha podido establecer una asociación concreta entre estos factores. El propósito del presente estudio consistió en establecer las circunstancias en las cuales los hemocultivos permanecen positivos durante un tratamiento antiestafilocócico apropiado, analizar las consecuencias de la persistencia de la BSA e investigar su posible asociación con el tratamiento con vancomicina. Materiales y métodos Todos los episodios de bacteriemia analizados en este estudio en forma prospectiva ocurrieron en adultos entre 1997 y 2000. Durante los 2 primeros años del estudio todas las BSA fueron analizadas para determinar el foco o la fuente de la infección y evaluar el efecto del tratamiento antimicrobiano sobre la persistencia o recurrencia de este cuadro. La base de datos de la primera población incluyó a todos los casos de BSA ocurridos en 1997 y 1998. Durante el segundo año del estudio (1999-2000) se evaluaron sólo los episodios de persistencia y recurrencia de la BSA. De esta manera, la segunda población estuvo conformada por los pacientes con persistencia y recurrencia de la BSA durante los 4 años del estudio. Los pacientes que sobrevivieron al menos 10 días luego del tratamiento antiestafilocócico adecuado y volvieron a presentar desarrollo del germen en los hemocultivos fueron clasificados de la siguiente manera: grupo 1, persistencia por más de 3 días con el tratamiento adecuado; grupo 2, recurrencia de la BSA; y grupo 3, persistencia por 3 o menos días con el tratamiento adecuado. Las variables categóricas fueron comparadas mediante pruebas de chi cuadrado de 2 colas con corrección de Yates o la prueba exacta de Fisher. Las variables continuas se compararon a través de la prueba de la t de Student (programa SPSS) y se consideró significativo un valor de p < 0.05. Resultados Frecuencia de la persistencia y recurrencia de la BSA según el tipo de tratamiento en los datos de 1997-1998 En los 2 primeros años del estudio se presentaron 2 095 episodios de bacteriemia en adultos, 284 de los cuales (14%) se debieron a S. aureus. El 64% de las muestras (183) fueron susceptibles a la meticilina y el 36% (101) fueron resistentes. La mortalidad total fue del 42% (119/284), pero la mortalidad relacionada con la BSA resultó del 25% (72/284). Ciento veinticuatro pacientes (de los 284) recibieron por lo menos 10 días de tratamiento antiestafilocócico adecuado. En lo que se refiere a los restantes 160 episodios de BSA, 72 pacientes murieron en los primeros 8 días de la bacteriemia, 24 no recibieron el tratamiento adecuado y 64 fueron tratados brevemente (< 10 días). Veinte pacientes (36%) de los 55 tratados con vancomicina durante al menos 10 días presentaron persistencia o recurrencia de la BSA (independientemente de la resistencia a la meticilina); 2 (4%) de los que recibieron cloxacilina en el mismo período presentaron esta dificultad (p = 0.0001). Una de estas complicaciones fue la recurrencia de la BSA (grupo 2) y la otra, la persistencia < 3 días (grupo 3) en un paciente en el cual se habían omitido varias dosis de cloxacilina durante los 2 primeros días de tratamiento. En un análisis separado del S. aureus sensible a la meticilina (SAMS), la persistencia de la bacteriemia por más de 3 días resultó significativamente más frecuente en los pacientes tratados con vancomicina que con cloxacilina. Entre los 17 pacientes que recibieron otros tratamientos antiestafilocócicos, 9 tratados con cefalosporinas, 3 con asociaciones de betalactámicos e inhibidores de las beta lactamasas, 3 con clindamicina, 1 con trimetoprima-sulfametoxasol y 1 con ácido fusídico, el 29% (5 pacientes) presentó persistencia de la bacteriemia y todos habían sido tratados con cefalosporinas, 5 con cefuroxima y 1 con cefepime. Análisis de la persistencia y recurrencia de la BSA en 1997-2000 En los 4 años del período de estudio se presentaron 4 597 episodios de bacteriemia en adultos, 639 de los cuales (14%) se debieron a S. aureus. La persistencia por más de 3 días con el tratamiento adecuado (grupo 1) se produjo en 34 pacientes, 19 (incluidos 5 del grupo 1) presentaron recurrencia de la BSA luego de recuperación aparente (grupo 2) y 17 persistieron con el cuadro durante 3 días o menos (grupo 3). De los 48 casos con persistencia prolongada o recurrencia de la BSA (grupos 1 y 2), 20 pacientes adquirieron la infección en el hospital (17 por S. Aureus resistente a la meticilina [SAMR] y 3 por SAMS), 10 estaban en hemodiálisis (4 por SAMR y 6 por SAMS) y 14 posiblemente se infectaron en la comunidad (7 con infecciones por SAMR y 7 por SAMS). En este último grupo, 8 de estos pacientes –incluidos los 7 con SAMR– habían estado internados recientemente (dados de alta en los 4 a 77 días previos). Por último, 4 pacientes adquirieron la infección en hogares de ancianos, todos ellos con infecciones por SAMR. Consideraciones terapéuticas De las 34 infecciones observadas en el grupo 1, 24 de 25 causadas por SAMR fueron tratadas con vancomicina y 1 con trimetoprima-sulfametoxazol (por alergia a la vancomicina). De los 9 pacientes infectados con SAMS, 8 recibieron vancomicina y 1 cefepime. Dos de estos 8 pacientes continuaron en tratamiento con vancomicina –luego de los resultados de los cultivos– por alergia a la penicilina (4 y 28 días de persistencia), otros 2 por la conveniencia de su administración durante la diálisis (1 cambió a cloxacilina luego de 21 días de persistencia), y 4 pacientes cambiaron a cloxacilina luego de que se observara susceptibilidad (4 a 8 días de persistencia con vancomicina). El noveno paciente con SAMS recibió cefepime como tratamiento empírico y los cultivos volvieron a resultar positivos luego de 8 días, por lo que se le indicó cloxacilina. De esta manera, se observó que 32 pacientes de los 34 (94%) con BSA persistente por más de 3 días (grupo 1) habían recibido tratamiento con vancomicina, 1 con trimetoprima-sulfametoxasol y 1 con cefepime; no hubo ningún cultivo positivo en ningún paciente tratado con cloxacilina. Foco de infección Se identificaron 2 focos posibles de infección en casi todos los 48 pacientes de los grupos 1 y 2: en el primario, el foco de infección fue el catéter venoso central (25 pacientes, 52%), en el secundario, identificados como focos de persistencia y recurrencia, fueron la endocarditis y osteomielitis, seguidas de la localización pulmonar. Discusión En los primeros años de la década de 1980, cuando las infecciones por SAMR comenzaron a propagarse en los hospitales estadounidenses, la vancomicina fue el fármaco de elección para el tratamiento de estas infecciones y los beta lactámicos los antibióticos destinados a erradicar las infecciones por SAMS. Con el tiempo, varios estudios señalaron muchos casos de ineficacia terapéutica relacionada con la vancomicina y las infecciones por SAMR, en especial ante cuadros de endocarditis. Por otra parte, en otros estudios también se mostró la asociación entre la recurrencia de BSA y la terapia con vancomicina. Podría establecerse que la SAMR es más virulenta, dado que se asocia con mayor tasa de mortalidad que la SAMS –lo que se sugirió en un metaanálisis reciente– y que las cepas bacterianas causan la persistencia y recurrencia de la infección (en lugar del antibacteriano). Pero un análisis por subgrupos del presente estudio mostró que el tratamiento con vancomicina desempeña un papel fundamental en el fracaso terapéutico de la BSA, dado que se observó que se presentaron más casos de persistencia mayor de 3 días en los pacientes con bacteriemia por SAMS tratados con vancomicina que entre los tratados con cloxacilina. Los autores también plantearon la hipótesis de que si se hubiese administrado una droga más efectiva que la vancomicina (para erradicar la SAMR) al inicio de la bacteriemia, no se hubiesen producido los focos infecciosos secundarios observados con este fármaco. En conclusión, el tratamiento de la BSA con vancomicina se asocia con la persistencia y recurrencia de la bacteriemia, independientemente de la resistencia a la meticilina. Este fármaco, señalan los autores, no debe considerarse para el tratamiento de las bacteriemias por SAMS si no hay contraindicación para el empleo de cloxacilina.
Por su mecanismo de acción, la vancomicina es un fármaco: A. Bacteriostático. Respuesta Correcta
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CAMBIOS EN LA CARGA VIRAL Y VARIACIONES DE ENZIMAS HEPATICAS EN COINFECTADOS CON HIV Y VHC Cincinnati, EE.UU. El comienzo de la terapia antirretroviral de gran actividad se asocia con aumento en la carga viral del virus de la hepatitis C y en los niveles de la enzima alanina aminotransferasa, en pacientes que presentan infección simultánea con el virus de la inmunodeficiencia humana. Clinical Infectious Diseases 41(8):1186-1195, Oct 2005 Autores: Sherman K, Shire N, Cernohous P y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: University of Cincinnati College of Medicine, Cincinnati; Abbott Laboratories, Abbott Park, EE.UU. Título original:
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Introducción El virus de la hepatitis C (VHC) y el de la inmunodeficiencia humana (HIV) comparten mecanismos de transmisión como la vía parenteral, las transfusiones de sangre y el contacto sexual. En consecuencia, no resulta sorprendente que con frecuencia se observe la infección simultánea por ambos virus en personas con factores de riesgo compartidos. En los Estados Unidos, más del 20% de los pacientes infectados por HIV presentan además infección crónica por VHC. La coinfección por dichos virus provoca un incremento en la morbilidad y mortalidad asociadas con el compromiso hepático. Diversos estudios publicados sugieren que el inicio de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) está asociado con un incremento paradójico en los títulos de ARN del VHC. En algunas cohortes estudiadas este aumento ha sido transitorio, mientras que en otras resultó más prolongado. Los esfuerzos realizados para la identificación de subgrupos de pacientes con riesgo de incrementos en la carga viral del VHC han aportado resultados contradictorios. Chung y col. informaron que resultó más probable que las personas con un valor inicial de células T CD4+ menor de 350/ml presentasen incrementos en los títulos virales durante un período de 48 semanas, mientras que Cooper y col. notaron este resultado solamente en aquellos sujetos con una ingesta diaria de alcohol superior a 50 g diarios. Dada la hipótesis de que la TARGA puede asociarse con elevación de la cifra de transaminasas y con incrementos en los títulos de VHC, los autores buscaron evaluar el impacto de dos regímenes de TARGA basados en inhibidores de la proteasa sobre los niveles de enzimas hepáticas y la carga viral del VHC en pacientes con infección simultánea por VHC y HIV, que no habían recibido tratamiento antiviral previo mediante un ensayo prospectivo y aleatorizado. Participantes y métodos El estudio incluyó 653 pacientes de 93 centros en 13 países de América del Norte y del Sur, Europa, Africa y Australia. Los criterios de inclusión seleccionados fueron: edad ? 12 años, carga de ARN del HIV de al menos 400 copias/ml (según lo determinado por la prueba Amplicor HIV-1 Monitor), un puntaje de Karnofsky > 70, y ausencia de tratamiento previo con stavudina o lamivudina u otra terapéutica antirretroviral por > 14 días consecutivos. No existieron restricciones con respecto al recuento de células T CD4+. Los criterios utilizados para exclusión comprendieron el tratamiento de una infección oportunista en los 30 días previos al ingreso en el estudio, el embarazo, y los valores de alanina aminotransferasa (ALT) o de aspartato aminotransferasa (AST) mayores de 3 veces el límite superior normal. En todos los participantes se realizó la búsqueda del VHC mediante una prueba de ELISA; este ensayo posee una alta sensibilidad en pacientes infectados por HIV y es improbable que arroje reacciones falsamente negativas. Se determinó la presencia de infección simultánea por el virus de hepatitis B a través del método de enzimoinmunoanálisis y con el ensayo confirmatorio para la detección del antígeno de superficie de este virus (HBsAg) Los pacientes fueron aleatorizados, como parte de un ensayo multicéntrico de fase III, para recibir 400 mg de lopinavir y 100 mg de ritonavir dos veces al día más placebo de nelfinavir 3 veces diarias (n = 326), o 750 mg de nelfinavir tres veces al día más placebo de lopinavir-ritonavir dos veces diarias (n = 327). Todos recibieron 150 mg de lamivudina y 40 mg de stavudina, ambas dos veces por día. Estos dos últimos agentes pudieron reemplazarse por otros inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa si aparecían efectos colaterales asociados, según la opinión del facultativo investigador. Los participantes fueron evaluados al inicio, cada 4 semanas hasta la semana 24 del ensayo, y luego cada 8 semanas hasta la semana 48. La carga viral del VHC se determinó al inicio, en las semanas 24 y 48, y cuando los valores de ALT fueron superiores a 170 U/l en mujeres y 215 U/l en hombres. Al inicio del ensayo se realizó la genotipificación de este virus mediante la prueba de hibridación inversa InnoLipa. Se utilizó la prueba exacta de Fisher para la evaluación de las asociaciones entre las variables categóricas, mientras que la prueba t de Student se utilizó para el análisis de las variables continuas con una distribución normal. Se estableció el nivel de significación estadístico con un valor de p < 0.05. Resultados El 11% de los 653 participantes incluidos (70 casos) presentaba serología positiva para VHC según la prueba de ELISA y en ellos se basó el análisis realizado en este trabajo. De estos 70 pacientes, 57 (81%) tenían ARN del VHC detectable de acuerdo con la determinación cuantitativa o cualitativa; solamente en un caso la carga viral fue muy baja y detectable sólo a través de un ensayo cualitativo de reacción en cadena de la polimerasa. Los participantes asignados a ambas ramas de tratamiento presentaron descensos notorios en la carga viral del HIV. Para la semana 48, el 100% de los tratados con lopinavir-ritonavir y el 87% de los que recibieron nelfinavir alcanzaron un valor de dicha carga < 400 copias/ml (p = 0.274). Similares resultados se observaron cuando se empleó una cifra < 50 copias/ml como criterio de valoración. Como se esperaba, el descenso en la carga viral se acompañó de un incremento concomitante en el recuento de células T CD4+. Entre los pacientes asignados a tratamiento con lopinavir-ritonavir, el incremento medio en el recuento de estas células/mm3 fue de 234 a las 48 semanas, en comparación con 184 para los tratados con nelfinavir, diferencia que no resultó significativa desde el punto de vista estadístico. Sin embargo, entre los participantes infectados con carga viral para HIV < 100 copias/ml al inicio del estudio, el incremento medio entre el comienzo y la semana 48 fue de 221 células/mm3 en el grupo lopinavir-ritonavir y de 147 entre los asignados a nelfinavir (p = 0.049). No se detectó el virus de la hepatitis B en ningún participante. Los títulos del VHC para los pacientes asignados a tratamiento con lopinavir-ritonavir y nelfinavir fueron, respectivamente, los siguientes: al inicio, 6.07 y 6.22 log UI/ml; en la semana 24 de tratamiento, 6.68 y 6.48 log UI/ml; y en la semana 48, 6.32 y 6.44 log UI/ml. Es decir, la media de la carga viral del VHC se incrementó entre 6.1% (grupo lopinavir-ritonavir) y 9.6% (grupo nelfinavir) luego del inicio de la TARGA y hasta la semana 24, mientras que dicho aumento, para la semana 48, fue de 1.1% para los pacientes que recibieron lopinavir-ritonavir y de 8.0% para los asignados a tratamiento con nelfinavir. El inicio de la TARGA se asoció con incrementos más pronunciados de la carga viral del VHC en aquellos participantes con bajos recuentos iniciales de células T CD4+. El valor de la ALT aumentó un promedio de 45 U/l en la semana 24 (incremento del 111.4% con respecto al valor inicial) en el grupo de nelfinavir y disminuyó en 18 U/ml en promedio (descenso del 5.5% en relación con las cifras iniciales) en el grupo de participantes asignados al tratamiento con lopinavir-ritonavir. Luego de 48 semanas, los valores medios de ALT en ambos grupos no fueron estadísticamente diferentes en comparación con las cifras determinadas al inicio. Ocho de los pacientes tratados con nelfinavir (19.5%) y 2 del grupo de tratamiento con lopinavir-ritonavir (6.9%) presentaron elevaciones bruscas de grado 3 o 4 en los valores de ALT. Estas exacerbaciones tendieron a ocurrir en forma más precoz cuando se empleó nelfinavir (hazard ratio, 2.93; intervalo de confianza del 95%, 0.62-13.8; p = 0.18). En los 2 casos asociados con el uso de lopinavir-ritonavir pareció coexistir un incremento simultáneo > 0.5 log UI/ml en la carga viral del VHC. Entre los casos asociados con nelfinavir, en 5 de 8 participantes se observó un descenso ligero de la carga viral o esta última no presentó cambios, mientras que los restantes 3 presentaron aumentos claros en los niveles de la carga. Discusión La relación entre la TARGA y la infección por VHC y HIV es polémica. La TARGA parece disminuir la tasa de mortalidad asociada con patologías hepáticas en personas con infección simultánea por ambos virus. Sin embargo, las preocupaciones acerca de la hepatotoxicidad en pacientes coinfectados han provocado la renuencia de algunos facultativos a iniciar la TARGA en pacientes con infección por VHC. Además, el hecho de que en estos casos sea más probable la aparición de grados más importantes de toxicidad podría provocar la interrupción prematura de la terapéutica antirretroviral. Los autores comentan que este trabajo pudo demostrar diversos puntos importantes. La prevalencia de infección simultánea por VHC en esta cohorte de pacientes infectados por HIV fue del 11%, cifra diferente de la observada en otros estudios. Se pudo observar con claridad el incremento en la carga viral del VHC luego del inicio de la TARGA; este aumento se asoció con una reconstitución inmunológica apropiada. Además, los incrementos en la carga viral del VHC pueden estar acompañados de elevaciones agudas en los niveles de ALT. Estas últimas aportan un fundamento importante para efectuar la pesquisa de la infección por VHC en todos los pacientes infectados por HIV a quienes se les va a iniciar terapéutica antirretroviral. El hallazgo de incrementos diferenciales en las respuestas de la carga viral y de las enzimas hepáticas –en especial en aquellos pacientes con recuentos iniciales bajos de célulasT CD4+– justifica la realización de trabajos futuros que incluyan la evaluación histológica en el momento de la detección de la elevación aguda de las enzimas, para poder efectuar una correcta categorización del grado de daño hepático. Autoevaluación de Lectura El inicio de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en pacientes con coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC) y el HIV provoca: A. Marcado descenso de las cargas virales de ambos virus luego de 48 semanas de tratamiento. Respuesta Correcta
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TERAPIA ANTIRRETROVIRAL DE GRAN ACTIVIDAD Y RIESGO DE FIBROSIS HEPATICA Sevilla, España Los beneficios de la terapia antirretroviral de gran actividad exceden ampliamente el riesgo de potenciación para la fibrosis hepática progresiva en pacientes coinfectados con HIV y virus de la hepatitis C. Journal of Antimicrobial Chemotherapy 55(4):417-419, Abr 2005 Autores: Pineda J y Macías J Institución/es participante/s en la investigación: Service of Internal Medicine, Unit of Infectious Diseases, Hospital Universitario de Valme, Sevilla, España Título original:
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Introducción ¿Cuál de los siguientes signos se encuentra presente en la hepatitis crónica? A. Necrosis. Respuesta Correcta
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HEPATOTOXICIDAD EN PACIENTES CON COINFECCION POR HIV Y VIRUS DE LA HEPATITIS C BAJO TERAPIA ANTIRRETROVIRAL DE GRAN ACTIVIDAD Bethesda, EE.UU. En esta reseña se analizaron las causas de hepatotoxicidad en las personas con coinfección por HIV y virus de la hepatitis C bajo terapia antirretroviral de gran actividad. JAMA 292(2):243-250, Jul 2004 Autores: Kottilil S, Polis MA y Kovacs JA Institución/es participante/s en la investigación: Laboratory of Immunoregulation, National Institute of Allergy and Infectious Diseases, Critical Care Medicine Department, Warren G Magnuson Clinical Center, National Institutes of Health, Bethesda, EE.UU. Título original:
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Introducción
¿Cuándo debe comenzarse el tratamiento combinado con peginterferón alfa más ribavirina en pacientes con hepatotoxicidad y coinfección por HIV y virus de la hepatitis C (VHC) bajo terapia antirretroviral de gran actividad? A. Nunca. Respuesta Correcta
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