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Resúmenes SIIC |
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CURSO DE LA HEPATITIS C CRONICA EN LA INFANCIA Nápoles, Italia La hepatitis C crónica adquirida en la infancia es una enfermedad leve, con lenta progresión a la fibrosis. Clinical Infectious Diseases 41(10):1431-1437, Nov 2005 Autores: Iorio R y Colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Department of Pediatrics, University of Napoles "Federico II" Título original:
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Introducción Según diversos estudios realizados, la hepatitis C en los niños parece ser una enfermedad más leve y con un curso natural más favorable en comparación con la observada en los adultos. Los resultados a largo plazo de la hepatitis C crónica (HCC) no fueron completamente estudiados en niños tratados con interferón (IFN) o sin éste. El objetivo de este ensayo fue evaluar retrospectivamente los resultados a largo plazo de la infección por el virus de hepatitis C (VHC) en una amplia serie de niños con HCC ate ndidos en forma consecutiva en un único centro, así como comparar estos resultados entre los pacientes tratados y no tratados. Pacientes, materiales y métodos ¿Cómo fueron las tasas de negativización de la viremia y de normalización de los niveles de alanina aminotransferasa en los pacientes tratados con interferón en relación con aquéllos que no recibieron tratamiento al final del período de seguimiento? A. Similares. Respuesta Correcta
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LA INFECCION POR STAPHYLOCOCCUS AUREUS RESISTENTE A METICILINA New Haven, EE.UU. En la actualidad el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina es causa importante de infecciones intrahospitalarias y representa un importante problema clínico y de salud pública debido a las reducidas opciones de tratamiento, a la inminente resistencia a la vancomicina y al elevado número de fracasos terapéuticos. Lancet Infectious Diseases 5(10):653-663, Oct 2005 Autores: Boyce J y Colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Infectious Diseases Section, Hospital of Saint Raphael Título original:
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Las medidas de control de infección por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina incluyen: A. Higiene de manos. Respuesta Correcta
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LA INTERRUPCION DE INHIBIDORES DE LA PROTEASA NO REDUCE LA RESISTENCIA AL HIV Milán, Italia La interrupción de inhibidores de proteasa en el esquema de tratamiento de los pacientes con infección por HIV no reduce, en la mayoría de los casos, la resistencia establecida del HIV a esta clase de drogas. Aids Research and Human Retroviruses 21(6):545-554, Jun 2005 Autores: Gianotti N Institución/es participante/s en la investigación: Clinica di Malattie Infettive, Ospedale San Raffaele Título original:
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Introducción En pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) que presentan falla virológica, la interrupción del tratamiento puede permitir que las cuasiespecies de virus natural superen a las variantes resistentes, aun en caso de exp osición a drogas antirretrovirales (ARV) y múltiples fracasos terapéuticos. La reanudación del tratamiento puede conducir a respuesta virológica sostenida. Sin embargo, el cambio hacia una población predominante de virus natural en plasma se ha asociado con un pronunciado aumento de la carga viral plasmática y fuerte reducción del recuento de células T CD4+, lo que expone a los pacientes a mayor riesgo de padecer enfermedades oportunistas. Se ha propuesto una estrategia de interrupción parcial del tratamiento –retiro de los inhibidores de proteasa (IP)– en pacientes que presentan toxicidad por drogas, para mantener la supresión parcial de la replicación viral y su beneficio inmunológico, evitar la replicación de cepas salvajes de HIV, retrasar la evolución viral y reducir la toxicidad por drogas; pero esta estrategia parece tener escaso efecto sobre la resistencia a IP. Los autores realizaron un estudio prospectivo para evaluar la redist ribución de mutaciones relacionadas con resistencia a IP (mutaciones IP) luego de un esquema sin IP en pacientes previamente tratados con estas drogas. Materiales y métodos Al inicio se efectuó una prueba genotípica de resistencia a 25 pacientes tratados previamente con IP y a 3 pacientes con fracaso terapéutico con IP (ARN HIV > 1 000 copias/ml). Los participantes iniciaron terapia ARV con exclusión de IP y fueron segu idos por 24 semanas luego de la reanudación del tratamiento con IP. Muchos de los pacientes cambiaron uno o más de los inhibidores de la transcriptasa reversa (ITR) al momento de interrupción de la terapia con IP. Se determinó el recuento de linfocitos T CD4+ y los niveles de ARN HIV al comienzo y a intervalos de 12 semanas. La genotipificación se repitió al comienzo del estudio en los pacientes que iniciaron tratamiento con exclusión de IP, luego de la interrupción del tratamiento y al final del estudio. En caso de falla virológica o inmunológica (reducción de las células T CD4+) se reanudó el tratamiento que incluía IP. El final del estudio fue definido como la fecha de reanudación de la terapia con IP o la semana 48. Los genotipos registrados al inicio del estudio fueron comparados con los registrados al final de éste, para describir la redistribución de mutaciones aso ciadas con resistencia a IP. La secuencia del gen pol del HIV-1 fue analizada con empleo de ARN purificado de muestras de sangre, que fue retrotranscrito y amplificado con cebadores para el gen completo de la proteasa de HIV y los 233 codones de la secuencia de la RT. La geno tipificación se realizó mediante transcripción de ARN HIV a ADN complementario (ADNc) y posterior amplificación. Resultados Entre marzo de 2001 y julio de 2002 ingresaron al estudio 25 pacientes; el 88% de ellos recibía ritonavir; el 60%, lopinavir; el 40%, amprenavir; el 20%, indinavir; el 8%, saquinavir; y el 4%, nelfinavir. En 3 pacientes que presentaron toxicidad por drogas (N°: 23, 24 y 25), el inicio del esquema sin IP fue diferido luego de la interrupción del tratamiento. La mayoría de los pacientes modificó uno o más ITR de sus esquemas terapéuticos al momento de interrupción del IP. La mediana del recuento basal de linfocitos T CD4+ fue de 198 células/µl, y la mediana de ARN HIV fue de 82 000 copias/ml. Los pacientes habían recibido un promedio de 4.5 IP. La mediana del total de mutaciones IP fue de 8 y el de mutaciones m ayores fue de 2 (D30N, M46I/L, G48V, I50L/V, V82A/F/L/S/T, I84V y L90M). El esquema terapéutico con exclusión de IP consistió en 3 drogas promedio, con enfuvirtida (32% de los pacientes) o sin ella. La mediana de duración del esquema de tratamiento con e xclusión de IP fue de 53 semanas. Al final del estudio, la mediana de recuento de linfocitos T CD4+ fue de 150 células/µl; y la mediana de ARN HIV, de 61 000 copias/µl. La mediana de mutaciones totales y mayores asociadas con resistencia a IP fue de 6.5 y 2, respectivamente. L a mediana de modificación en el número de mutaciones IP fue -1. Todos los pacientes presentaban infección por el subtipo B de HIV. En 16 de 25 pacientes se observó un incremento del número de mutaciones para la transcriptasa reversa (TR) durante el tratamiento con exclusión de IP; en sólo 6 casos se trató de una sele cción verdadera de nuevas mutaciones, y en los restantes 10 pacientes fue una reselección de mutaciones originalmente seleccionadas por tratamientos previos. El número de mutaciones IP se redujo en el 52% de los pacientes, no se modificó en el 36% y aumentó en el 12%. El número de mutaciones IP perdidas fue de 1 en el 54% de los pacientes, 2 en el 8%, 3 en el 8%, 4 en el 8%, 6 en el 15% y 10 en el 8%. Ninguna mutación desapareció con mayor frecuencia que otra. No hubo relación entre la reducción del número de mutaciones IP al final del estudio y la carga viral inicial, el recuento de células T CD4+, el número de mutaciones IP, el número de IP util izados previamente, la presencia de la mutación M184V de la TR al inicio o la duración del esquema terapéutico con exclusión de IP. Esta reducción del número de mutaciones IP no se relacionó con mayor pérdida de células T CD4+ o mayor incremen to de la carga viral. Ninguna de las 9 variantes del codón 36 y de las 3 variantes del codón 53 revirtió al alelo normal en esta posición. El número de mutaciones IP aumentó luego del esquema terapéutico sin IP en 3 pacientes. En el paciente Nº 21, las s ustituciones no detectadas al discontinuar el tratamiento con IP fueron K20I, K20M y L90M; no se dispuso de los resultados de pruebas de resistencia previas para este paciente. Durante el tratamiento sin IP, el paciente Nº 8 presentó 2 mutaciones (A71V y V77I) no detectadas al inicio del estudio o en pruebas anteriores. En el paciente Nº 2 las mutaciones seleccionadas aparentemente durante el tratamiento que excluía a IP (K20I, M46I y I54V) habían sido identificadas durante un estudio genotípico previo. Tres pacientes iniciaron el esquema sin IP tras la interrupción del tratamiento. Todos los pacientes mostraron al inicio una reducción del número de mutaciones IP (-8, -3 y -10): la genotipificación mostró sólo la mutación V77I en el primer caso (Nº 23), sólo la mutación M46I y I84V en el segundo (Nº 24) y ninguna mutación IP en el tercero (Nº 25). No se observó modificación en las mutaciones IP en el primer paciente luego de 48 semanas de tratamiento con didanosina más lamivudina más tenofovir; después del esquema sin IP el nivel de ARN HIV del paciente fue de 19 000 copias/ml (reducción de 1.28 log10 copias/ml). En el segundo sujeto, ambas sustituciones desaparecieron y se identificó la nueva mutación L33I al final del esquema sin IP (teno fovir + abacavir + didanosina), momento en el cual el nivel de ARN HIV del paciente era de 12 000 copias/ml (reducción de 0.54 log10 copias/ml); la mutación L33I no había sido detectada en estudios previos de resistencia; por lo tanto, fue adq uirida durante el tratamiento con el esquema sin IP. El tercer paciente presentaba un gen natural para proteasa tanto al principio como al final del tratamiento que excluía a IP (lamivudina + tenofovir + didanosina); el nivel de ARN HIV de este paciente fue de 9 400 copias/ml (reducción de 0.47 log10 copias/ml). Luego del esquema terapéutico sin IP, 24 pacientes reanudaron terapia con un IP y 1 abandonó el tratamiento. Veinticuatro semanas después de la reanudación de la terapia con IP, la mediana del recuento de linfocitos T CD4+ fue de 120 células/µ l y la de ARN HIV resultó de 26 500 copias/ml. La mediana de cambio en la carga viral 24 semanas después de la reanudación de la terapia con IP fue -0.35 log10 copias/ml. No se observó relación entre la modificación del número de mutaciones as ociadas con resistencia a IP desde el inicio y el cambio de la carga viral luego de la reanudación de la terapia con IP. Sin embargo, 4 pacientes alcanzaron niveles de ARN HIV < 80 copias/ml 24 semanas luego de la reanudación de la terapia con IP: los 3 pacientes que interrumpieron el tratamiento antes del esquema sin IP y el paciente que perdió 10 mutaciones asociadas con resistencia a IP luego del esquema sin IP (Nº 11). Los esquemas con IP que recibieron estos pacientes fueron lopinavir/ritonavir; lo pinavir/ritonavir + tenofovir, lamivudina y didanosina; atazanavir + saquinavir, didanosina, estavudina y tenofovir; y aprenavir con una dosis de refuerzo de ritonavir + tenofovir, lamivudina y estavudina. En la semana 48 luego de la reanudación de IP, 2 de estos sujetos (N° 11 y 25) todavía presentaban una carga viral no detectable. En contraste, en la semana 48 el paciente N° 23 presentaba 122 copias/ml y el paciente N° 24, 26 000 copias/ml de ARN HIV. En la semana 12, los pacientes N° 11, 23 y 25 alc anzaron una carga viral indetectable, y el paciente N° 24, en la semana 24. Discusión El tratamiento con IP requiere la ingestión de varias píldoras y produce efectos colaterales –entre ellos, lipodistrofia y alteraciones metabólicas– que pueden reducir la adhesión al tratamiento. Esta situación y el fracaso terapéutico asociado por r esistencia a esta clase de drogas constituyen razones para interrumpir el tratamiento con IP. En la mayoría de los pacientes que interrumpen el tratamiento por falla virológica se ha informado un cambio hacia una población viral salvaje en plasma, por lo que se podría pensar que la interrupción de una sola droga podría revertir la resistencia previa a la misma. Sin embargo, los resultados de este estudio muestran que la interrupción de IP no conduce a una reducción significativa del número de mutaciones asociadas con resistencia a IP o a beneficio viroinmunológico. La reducción en la carga viral observada en la cohorte durante el período de interrupción parece deberse al cambio de tratamiento en ese momento. Se observó una reselección de mutaciones fre nte a la TR originariamente seleccionadas por esquemas previos o una selección de nuevas mutaciones contra la TR durante el esquema sin IP. El hecho de que algunos pacientes alcanzaran < 80 copias/ml de ARN HIV 24 semanas tras la reanudación de IP sugiere que esta estrategia terapéutica merece mayor investigación. Los resultados de este estudio muestran que la interrupción de IP mientras se continúa el tratamiento antirretroviral no permite la emergencia de cepas salvajes como cuasiespecies predominantes en plasma y no permite que variantes sin mutaciones IP superen a las variantes resistentes a IP. La continua presión selectiva de los IRT parece mantener la replicación de variantes con mutaciones IP seleccionadas por tratamientos previos. En la mayoría de los casos, la interrupción de IP no reduce la resistencia establecida a fármacos para el tratamiento del HIV a esta clase de drogas. En pacientes tratados previamente con IP en los que se interrumpe la administración de estas drogas, el número de mutaciones IP puede disminuir, permanecer estable o incluso aumentar. Los ITR, concluyen los expertos, al imponer una presión selectiva para las cuasiespecies virales con mutaciones en el gen de la TR, podrían mantener las mutaciones en el gen de la proteasa aun en ausencia de IP.
Indique cuáles de las siguientes drogas son inhibidores de proteasa: A. Ritonavir. Respuesta Correcta
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LOS ANTIRRETROVIRALES PUEDEN AFECTAR LA INTERPRETACION DE LA PERDIDA DE PESO Porto, Portugal Los pacientes infectados por el HIV que pierden 10% o más del peso corporal -según el sexo y el tipo de tratamiento- pueden presentar depleción simultánea de la masa libre de grasa. Por lo tanto, la composición corporal sería un mejor indicador de la influencia de la infección y del tratamiento. Clinical Nutrition 24(6):971-978, Dic 2005 Autores: Maia B Institución/es participante/s en la investigación: Faculty of Nutrition and Food Sciences, University of Porto Título original:
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Introducción La deficiencia de proteínas y energía es frecuente en pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV). El estado se asocia con pérdida variable de grasa y de masa libre de grasa (FFM [fat-free mass]). Varios es tudios anteriores relacionaron la pérdida de peso en pacientes HIV+ con evolución desfavorable, por ejemplo con mayor riesgo de muerte y con menor calidad de vida, fundamentalmente en términos de funcionalidad física. En la etiopatogenia de este tipo de desnutrición intervienen diversos factores y complicaciones específicas de la enfermedad que ocasionan alteraciones en la ingesta de calorías, en la absorción de nutrientes y en el gasto de energía. El resultado final es un equilibrio energético negativo . Diversos estudios en pacientes con sida sin tratamiento mostraron mayor pérdida de masa celular que de peso, mientras que trabajos más recientes revelaron una pérdida casi pareja de tejido graso y magro en hombres y una menor depleción de masa celular corporal, en comparación con los estudios anteriores. A diferencia de lo que sucede en los hombres, en las mujeres se produce una pérdida relativamente mayor de grasa que de tejido magro. Desde que se introdujo la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), la prevalencia de desnutrición se redujo considerablemente; sin embargo, en los sujetos tratados pueden aparecer alteraciones en la distribución de las grasas con depleción del tejido adiposo subcutáneo (lipoatrofia) y acumulación de grasa en vísceras, región dorsal y cervical y otras áreas. Debido a que la lipoatrofia puede asociarse con pérdida de peso en ausencia de disminución de la FFM, su interpretación clínica puede ser confusa. Diversos trabajos asociaron la lipoatrofia con el uso de antirretrovirales como los inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de los nucleósidos (ITRN) y los inhibidores de proteasa (IP). Sin embargo, los ITRN se han utilizado desde casi 10 años antes de que se introdujeran los IP y la TARGA, y la lipoatrofia se observó clínicamente sólo después de que se comenzó a emplear esta terapia. Sin embargo, es posible que algunos de los trastornos en la composición corporal en la era anterior a la TARGA obedecieran al tratamiento con ITRN. El propósito de la presente investigación consiste en analizar el efecto de la terapia antirretroviral sobre la relación entre la pérdida de peso y la depleción de la FFM, para lo cual se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes asistidos en un único centro desde 1984. Específicamente, se identificó la presencia o ausencia de 10% o más de pérdida de peso corporal y el tipo de tratamiento antirretroviral-monoterapia con ITRN, terapia con 2 ITRN y TARGA. Los resultados en pacientes con 10% o más de pérdida de peso se compararon con los de sujetos HIV+ sin este hallazgo y con los de un grupo control sano. Métodos El análisis retrospectivo y transverso de composición corporal se realizó en la Body Composition Unit del St Luke’s-Roosevelt Hospital Center. Se incluyeron pacientes infectados y adultos sanos de ambos sexos, de diversas edades y de variados orígenes raciales. Los pacientes infectados habían participado en investigaciones de estado nutricional entre 1984 y 2001. Se revisó la información concerniente a peso corporal actual, peso corporal habitual y terapia antiviral actual. La c ohorte de análisis estuvo integrada por 151 hombres y 45 mujeres infectados con 10% o más de pérdida del peso corporal. El grupo control lo formaron 29 hombres HIV+ que no habían recibido tratamiento y sin pérdida de peso y 109 adultos sanos (72 hombres y 37 mujeres). El grupo de pacientes con infección se clasificó en 4 categorías según el tratamiento: sin terapia, monoterapia con ITRN, tratamiento con 2 ITRN y TARGA. En todos los participantes se calculó el índice de masa corporal (IMC en kg/m2); el conte nido de grasa corporal total y la pérdida de peso se determinaron por absorciometría de rayos X con energía dual (DXA). En los pacientes evaluados antes de que se dispusiera de DXA, la composición corporal se estimó a partir de mediciones antropométricas . El porcentaje de grasa corporal se calculó con las ecuaciones de Durnin y Womersley, que consideran el pliegue cutáneo subcapsular y el suprailíaco en tríceps y en bíceps. La FFM se calculó a partir de la masa grasa corporal y el peso corporal; para el presente estudio, señalan los autores, la FFM abarcó la masa magra y el hueso. Los resultados de masa grasa y de FFM se presentan en valores absolutos y en relación con la estatura (índice de masa grasa [FMI, fast mass index] kg/m2) e índice de FFM (FFMI, fat-free mass index, kg/m2). Resultados La edad promedio y la estatura fueron semejantes en todos los grupos, mientras que el peso, el IMC y la composición corporal difirieron considerablemente de un grupo a otro. Los hombres sanos del grupo control tuvieron mayor peso y presentaron un IMC promedio mayor que los sujetos HIV+ con peso estable. A pesar de la pérdida de peso del 10% o más, el IMC promedio fue más alto en los hombres infectados y en las mujeres que recibían TARGA que en los otros grupos con infección y pérdida de peso, aunque más bajo que en los pacientes infectados con peso estable y que en los controles sanos. La masa grasa en valores absolutos y corregidos por estatura fue inferior en todos los pacientes con infección por HIV respecto de los controles. La FFM y el FFMI fueron significativamente más bajos en los hombres y las mujeres HIV+ que no habían recibid o tratamiento antiviral y en los varones infectados tratados con monoterapia con ITRN, respecto de los controles. Por el contrario, el contenido de FFM fue semejante en los hombres infectados que recibían 2 ITRN, en hombres y mujeres con TARGA y en contr oles. Con la finalidad de comprender mejor el tipo de pérdida de peso corporal en pacientes HIV+, que reducen en más del 10% su peso, se compararon distintos grupos de pacientes y se determinó la contribución de la grasa y de la FFM en la diferencia del peso. Así se comprobó que los varones infectados que no habían recibido tratamiento y que habían perdido el 10% o más del peso pesaban aproximadamente 18 kg menos que los controles sanos (p < 0.0001), y que la diferencia estaba integrada por 47% de grasa y 53% de FFM. En sujetos tratados con monoterapia con ITRN los resultados fueron muy semejantes. Por el contrario, los sujetos que recibían 2 ITRN pesaban 15 kg menos que los controles sanos (p < 0.0001), una diferencia formada por 75% de grasa y sólo un 25% de FFM. Los pacientes en TARGA con 10% o más de pérdida de peso pesaban 14 kg menos que los individuos sanos (p < 0.0001); la diferencia estaba compuesta por 82% de grasa y 18% de FFM. En pacientes HIV+ con peso estable, el peso fue aproximadamente 7 kg menos respecto de los controles, conformado por 71% de grasa y 29% de FFM. La diferencia en el peso entre los pacientes sin tratamiento, los que habían perdido 10% o más del peso y los que mostraban peso estable fue de 11 kg (p = 0.0003): 31% de grasa y 69% de FFM. Las proporciones relativas de la terapia con 2 ITRN y de la TARGA fueron de 78% de grasa y 22% de FFM y de 94% de grasa y de 6% de FFM, respectivamente. Los resultados en mujeres fueron muy parecidos a los que se observaron en hombres en rela ción con la terapia antirretroviral y en términos de diferencias relativas de grasa y FFM, en comparación con los controles. Las mujeres que no recibieron tratamiento presentaron un peso promedio de aproximadamente 22 kg menos que los controles, con una diferencia compuesta por 80% de grasa y 20% de FFM. En cambio, las pacientes con terapia con TARGA fueron en promedio 15 kg más delgadas que los controles (p < 0.0001) con una diferencia integrada por 98% de grasa y 2% de FFM. Al igual que lo observado e n hombres, las mujeres que no habían recibido tratamiento antiviral presentaron mayor depleción de FFM respecto de las tratadas con TARGA, al ser comparadas con controles. Por lo tanto, añaden los autores, el tipo de terapia influye considerablemente sob re la interpretación de la pérdida del 10% o más de peso; tanto la biterapia con ITRN como la TARGA afectan las pérdidas relativas de FFM y de grasa respecto de los pacientes sin tratamiento y de aquellos que sólo reciben monoterapia con ITRN. Discusión Los hallazgos de la presente investigación manifiestan que el número de fármacos antivirales afecta considerablemente la composición de la pérdida de peso del 10% o más, un parámetro clínico que por lo general se emplea para determinar desnutrición o emaciación. Diversos estudios previos sugirieron que tanto los IP como los ITRN tienen efectos sobre la composición corporal, con una interacción positiva. Si bien algunas investigaciones anteriores mostraron que la lipoatrofia puede presentarse en paci entes tratados con 2 ITRN, el presente trabajo es el primero en brindar estimaciones cuantitativas de grasa y de FFM en relación con la pérdida de peso. Además del fármaco, la duración del tratamiento y el período de estudio son otros puntos importantes a tener en cuenta. De hecho, la mayoría de los pacientes con monoterapia con ITRN fue estudiada entre 1989 y 1993, mientras que casi todos los sujetos tratados con terapia con 2 ITRN fueron evaluados entre 1994 y 1995, y los individuos que recibieron TAR GA, estudiados a partir de 1996. Las observaciones de la presente investigación resultan importantes desde el punto de vista clínico, dado que muestran que los hombres y las mujeres que pierden 10% o más del peso corporal presentan depleción asociada de FFM cuando no reciben terapia ant irretroviral o cuando son tratados con un único ITRN (en el caso de los hombres). En cambio, los pacientes con tratamiento con 2 ITRN (varones) o con TARGA no siempre presentan déficit de FFM. Por lo tanto, el peso no parece ser una medición confiable de FFM y de sus modificaciones en relación con la infección por HIV. La desnutrición es una situación patológica compleja con un componente estático y uno dinámico. El criterio de considerar una pérdida de peso del 10% o más como variable de desnutrición proteica y de energía no tiene bases sólidas y, de hecho, algunos es tudios mostraron que el descenso del peso de 5% también puede asociarse con efectos adversos. Los estudios en conjunto sugieren una mayor complejidad en las alteraciones de la composición corporal: además de la lipoatrofia –en la cual la depleción de tej ido adiposo aparece en ausencia de disminución de FFM–, en la sarcopenia hay depleción de músculo esquelético en ausencia de cambios en el peso. De nuevo, es probable que las modificaciones en el peso no sean suficientemente sensibles ni específicas para detectar cambios clínicamente relevantes en la masa magra. Las observaciones de este estudio parecen indicar que las mediciones de composición corporal, más que de peso corporal, serían más apropiadas para valorar el estado nutricional y predecir evoluc ión desfavorable en relación con la infección o con la terapia. Además, las mediciones seriadas serían de mayor utilidad. En conclusión, afirman los expertos, la terapia antiviral influye sobre la pérdida relativa de grasa y de FFM en los pacientes con i nfección por HIV que pierden el 10% o más del peso corporal. Sin embargo, las observaciones en conjunto sugieren que esta pérdida no estaría asociada con la depleción de FFM en los pacientes tratados con TARGA. ¿Qué parámetro permite valorar mejor los cambios inducidos por la terapia antirretroviral?
A. El descenso del peso del 10% o más.
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LAS FLUOROQUINOLONAS SON EL PRINCIPAL FACTOR DE RIESGO PARA DIARREA POR C. DIFFICILE Quebec, Canadá El tratamiento con fluoroquinolonas, independientemente de otros factores de riesgo, fue el principal determinante en la epidemia de diarrea asociada con Clostridium difficile en Quebec, Canadá, entre 2003 y 2004. Clinical Infectious Diseases 41(9):1254-1260, Nov 2005 Autores: Pépin J y Colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Departmen of Microbiology and Infectioues Diseases, University of Sherbrooke Título original:
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