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Resúmenes SIIC |
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LA DISMINUCION DE LA VARIABILIDAD EN LA PRACTICA ASISTENCIAL COMO METODO DE MEJORA DE LA CALIDAD DE LA PRACTICA COTIDIANA Barcelona, España Los instrumentos disponibles en la actualidad para la práctica asistencial deberían basarse en una revisión rigurosa de la mejor evidencia científica disponible, en el juicio de profesionales expertos en el tema y en el análisis del contexto sanitario específico en que se quieren aplicar. Revista de Calidad Asistencial 19(4):213-215, Jun 2004 Autores: Berenguer J, Esteve M y Verdaguer A Institución/es participante/s en la investigación: Consorci Sanitari del Maresme, Hospital de Mataró, Mataró, Barcelona, España Título original:
Uno de los principales retos que afrontan la mayoría de los sistemas sanitarios de países desarrollados es dar una respuesta de calidad a las necesidades sanitarias de una población, cada vez más envejecida y exigente, en el marco de las limitaciones impuestas por el contexto económico y presupuestario. Esta respuesta de calidad se ve dificultada, aún más, por la constante aparición de nuevas tecnologías médicas y por la diversidad de criterios asistenciales para atender una misma condición clínica. Además, cuando se estudian las variaciones regionales en el gasto sanitario, no se demuestran mejoras en la accesibilidad, calidad, resultados de salud y satisfacción del usuario en las áreas en que el gasto sanitario es mayor.
Durante los últimos años, probablemente bajo la influencia de la filosofía de la medicina basada en la evidencia, se ha considerado que la variabilidad en los estilos de práctica clínica es un verdadero problema asistencial, ya que las diferencias en el
tipo de cuidados sugieren la existencia de prácticas subóptimas. A pesar de que existe un acuerdo generalizado sobre la necesidad de establecer mecanismos que permitan su control, no existe un consenso amplio sobre la elaboración y conceptualización de estos mecanismos, habiéndose propuesto un amplio abanico de metodologías y herramientas de trabajo para disminuir esta variabilidad, lo que genera cierta confusión terminológica y conceptual, en ocasiones agravada por problemas idiomáticos. No es extraño
encontrar distintas definiciones para un mismo término o la utilización de distintos términos para un mismo concepto. A las guías de práctica clínica (GPC) (clinical practice guidelines), hay que añadir los protocolos clínicos (PC) (care protoc
ols), las trayectorias clínicas (TC) o vías clínicas (clinical pathways o critical pathways) y los mapas de cuidado (care maps). Otros términos utilizados han sido las vías de atención integradas (integrated care pathways),
vías de atención multidisciplinaria (multidisciplinary pathways of care), vías de alta anticipada (anticipated pathways of care) y vías de atención o gestión de casos clínicos.
La efectividad de los servicios que se prestan puede verse seriamente amenazada por la existencia, incluso dentro de un mismo grupo de especialistas, de una gran disparidad de criterios para atender una misma condición clínica. Las causas de la variabilidad son muy diversas y, en cuanto a las relacionadas con los profesionales sanitarios, además de la incertidumbre propia de la medicina se debe considerar la existencia ligada a la costumbre, en otras palabras, a la práctica habitual de cada día que, junto con un espíritu conformista, poco crítico y poco dado culturalmente a la necesidad de revisar permanentemente la práctica clínica, puede conllevar grados de disparidad de criterios francamente preocupantes.
La disminución de la variabilidad de la práctica asistencial debe ser un objetivo común de las organizaciones y no debe convertirse en un tema retórico y reincidente. Se debe traducir este objetivo a un método de trabajo que sea capaz de implementarse, e
valuarse y seguirse desde todos los ámbitos de la organización implicados en la producción asistencial. Para ello es imprescindible un profundo cambio cultural y una implicación del conjunto de profesionales de la institución, comenzando por la dirección
general del centro y toda la estructura directiva y de mandos asistenciales. En todo caso, hay que atreverse e iniciar el camino.
Entre los instrumentos de los cuales se dispone, los más significativos son las GPC, las TC y los PC. Según el criterio de los autores, estos instrumentos deberían basarse en una revisión rigurosa de la mejor evidencia científica disponible, en el juicio
de profesionales expertos en el tema y en el análisis del contexto sanitario específico en que se quieren aplicar. La evidencia científica y la valoración del costo de las distintas opciones terapéuticas deben ser los criterios fundamentales en que se b
asen las recomendaciones, los planes o las normas mencionadas, pero cuando no exista evidencia científica o ésta sea limitada o no concluyente, deberá complementarse con la opinión y el consenso de los especialistas. Debido a que cada día se genera nueva
evidencia científica, todos estos instrumentos requieren revisiones y actualizaciones. Es decir, la implementación de un trabajo asistencial con metodología requiere una planificación esmerada a mediano y largo plazo, perseverancia y tesón, y también es
necesario disponer de un liderazgo asistencial consolidado que crea con firmeza en el concepto de trabajo en equipo. Si se considera que las GPC tienen un marco de aplicación más amplio que las TC y éstas, uno más amplio que los PC, las primeras exigen
un equipo multidisciplinario que las elabore, mientras que las últimas requieren un equipo más especializado y las TC quedan en una situación intermedia.
Las GPC abordan distintos aspectos de una misma condición clínica, desde su prevención primaria a su tratamiento y rehabilitación y por lo tanto contemplan mecanismos de enlace y coordinación entre los diferentes niveles asistenciales. Dada la complejidad y el costo de estas GPC, los centros asistenciales de atención primaria o especializada suelen adoptar GPC ya existentes, avaladas por lo general por sociedades científicas, agencias de evaluación de la tecnología u otras agencias gubernamentales. Debido a que existen múltiples GPC para una misma condición clínica, instrumentos como AGREE (del inglés Assessment of Guidelines Research and Evaluation), diseñados para evaluar las distintas dimensiones de una GPC, pueden ayudar en la selección de l
a más idónea para la institución. Las TC planifican la atención sanitaria dirigida a un grupo de pacientes con una condición clínica bien definida y un curso clínico muy predecible, y estandarizan la actividad que debe realizarse. Por otro lado, los PC,
que son un conjunto de normas de actuación clínica que deben aplicarse en circunstancias clínicas concretas y no forzosamente asociadas a una única condición clínica, son de cumplimiento obligado.
Existe evidencia científica que muestra que las GPC pueden contribuir a mejorar la calidad de la atención prestada a los pacientes. Aunque la evidencia científica referente al efecto de las TC y los PC es más limitada, distintos trabajos, pocos según la
opinión de los autores, han estudiado su utilidad en la mejora de la adecuación de la instrumentación de los pacientes, la disminución de los efectos adversos asociados a ésta y la reducción de la estadía hospitalaria media.
Según el conocimiento de los autores, una correcta combinación y coordinación entre estos instrumentos (GPC, TC y PC), permite potenciar sus efectos y multiplicar sus resultados. De esta manera, el grupo que forman los autores defiende un modelo que integre y articule estos tres instrumentos y que, refiriéndose a una misma condición clínica, permitiría abordar distintos aspectos de ésta e intervenir en distintos lugares y momentos, de modo que, en la mayoría de sus contenidos, estos instrumentos se podr
ían complementar. En el caso de que existan áreas de intersección entre las GPC, la TC y el PC, agrupar estos instrumentos en un marco común y establecer relaciones entre ellos permite confirmar la concordancia entre las recomendaciones, los planes o las
normas o, en caso de discordancia, da la oportunidad de revisar los documentos y consensuar una nueva versión.
Una guía integral de atención de una determinada patología debería contemplar los distintos aspectos de su abordaje, esto es, la prevención primaria con la identificación y corrección de los factores de riesgo conocidos, la detección temprana, el diagnóstico, el tratamiento, el seguimiento y la rehabilitación. Para cada uno de estos abordajes puede existir uno o más procesos de atención susceptibles de estandarización, es decir puede haber distintas TC para una misma condición clínica. De igual manera,
una misma condición clínica puede derivar en numerosas situaciones o circunstancias clínicas que puedan ser objeto de un PC. Por los tanto, estas guías deben incorporar todas las TC y los PC que hagan referencia a la entidad nosológica en cuestión, así como especificar claramente en qué circunstancias deben aplicarse. Estas guías deberían establecer en qué nivel asistencial recae la responsabilidad de cada una de las etapas de la atención al paciente, lo que puede contribuir a mejorar la coordinación entre los distintos niveles asistenciales.
La tarea de integrar distintos instrumentos (GPC, TC y PC) y establecer los enlaces entre ellos en uno único puede ser de extraordinaria utilidad en la toma de decisiones clínicas, pero también en la formación de los nuevos especialistas y en la formación continuada de los profesionales.
El objetivo está claro y, creen los responsables de este trabajo, es compartido: disminuir la variabilidad de la práctica asistencial como elemento de mejora de la calidad y en beneficio de una buena asistencia. Es necesario poder contrastar experiencias
y depende de cada profesional que no quede todo en el plano teórico-conceptual y que sea una realidad culturalmente instaurada el abordar el trabajo asistencial en cada una de las organizaciones.
¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?
A. Las guías de práctica clínica no tienen medios para contribuir a mejorar la calidad de la atención prestada a los pacientes. |
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REQUERIMIENTOS PARA LA PUBLICACION DE ENSAYOS CLINICOS EN ONCE DE LOS MEDIOS DE DIVULGACION MEDICA MAS RECONOCIDOS Los miembros de trece editoriales médicas decidieron que aquellos ensayos que sean pasibles de publicación exigirán la inscripción previa en un registro público de ensayos. Annals of Internal Medicine 141(6):477-478, Sep 2004 Autores: De Angelis C, Drazen J, Frizelle F y colaboradores Institución/es participante/s en la investigación: Journal of the American Medical Association, The New England Journal of Medicine, Norwegian Medical Journal, Canadian Medical Association Journal, Journal of the Danish Medical Association, The Medical Journal of Australia, Annals of Internal Medicine, Dutch Journal of Medicine, Croatian Medical Journal, The Lancet, The New Zealand Medical Journal, y MEDLINE National Library of Medicine. Título original:
El altruismo y la confianza residen en el corazón de la investigación en seres humanos. Las personas altruistas se inscriben voluntariamente porque confían en que su participación contribuirá a mejorar la salud de otros individuos y que los investigadore
s disminuirán al mínimo los riesgos para los participantes. Como compensación para el altruismo y la confianza que hacen que la investigación clínica sea posible, los emprendimientos de investigación tienen la obligación de realizar los estudios de forma
ética y de informar los resultados honestamente, incluso aquellos que no favorecen a los patrocinadores de los productos investigados.
Desafortunadamente, se produce una publicación selectiva de los ensayos, lo cual distorsiona los datos disponibles para la toma de decisiones. Los investigadores (y los editores de las revistas) son, por lo general, más entusiastas con respecto a la publicación de ensayos que muestran un efecto importante de un tratamiento nuevo (ensayos positivos) o la equivalencia de dos alternativas de tratamiento (ensayos de no inferioridad), y están menos entusiasmados sobre la divulgación de estudios que evidencia
n que la terapéutica nueva es inferior al tratamiento estándar (ensayos negativos) y aun menos en estudios que no resultan claramente positivos o negativos, ya que los datos inconclusos no cambiarán la práctica clínica. Independientemente de su interés científico, es más probable que los resultados de ensayos que ponen en riesgo intereses financieros no sean publicados y que permanezcan ocultos de la visión pública. A pesar de los intereses del patrocinador o de los autores, cualquiera debería ser capaz
de conocer la existencia de cualquier ensayo y de sus características sobresalientes.
El caso en contra de la publicación selectiva es particularmente apremiante para la investigación que realiza pruebas sobre intervenciones que pudiesen formar parte de la práctica clínica habitual. Un “cuerpo de evidencia” compuesto por varios estudios e
s el que puede cambiar la práctica, en lugar de un solo estudio.
Cuando los patrocinadores de la investigación o los investigadores ocultan la presencia de ensayos seleccionados, éstos no pueden influir en el pensamiento de pacientes, médicos, otros investigadores y expertos que escriben guías de práctica o que decide
n sobre políticas de coberturas de seguros médicos. Si todos los ensayos son inscriptos en un registro público desde su inicio, la existencia de cada uno de estos ensayos será de dominio público y los diferentes grupos de interés en la investigación clínica podrán explorar el abanico completo de la evidencia clínica. En la actualidad, se está lejos de este ideal, ya que la inscripción de los ensayos es, en su mayoría, voluntaria; los datos de los registros y el acceso público a ellos es variable, y las
oficinas de registros sólo contienen una pequeña proporción de los ensayos.
En el editorial que origina este informe, que se publica simultáneamente en todas las revistas asociadas, el Comité Internacional de los Editores de Revistas Médicas (ICMJE, por sus siglas en inglés) propone la inscripción completa de los ensayos como un
a solución al problema del conocimiento selectivo y anuncia que las revistas que forman parte del ICMJE adoptarán una política de inscripción de los ensayos para promover este objetivo. Estas revistas requerirán, como condición de consideración para la publicación, la inscripción en un registro público de ensayos. Los ensayos deben registrarse en el momento de la inclusión de los pacientes o antes. Esta política se aplica para cualquier ensayo clínico que comience su reclutamiento luego del 1 de julio d
e 2005. Para aquellos ensayos en los que la inclusión de pacientes comenzó antes de esta fecha, las revistas que forman parte del ICMJE requerirán que la registración esté realizada al 13 de septiembre de ese mismo año, antes de la consideración para su
publicación. Los autores hablan por ellos mismos pero alientan a los editores de otras revistas biomédicas a que adopten políticas similares. Para este propósito, la ICMJE define como ensayo clínico cualquier proyecto de investigación que asigna prospect
ivamente seres humanos a grupos de intervención o de comparación para estudiar la relación entre la causa y el efecto entre la intervención médica y un resultado en la salud. Los estudios designados para otros fines, como el estudio de la farmacocinética
o de toxicología (fase I) estarían exentos.
La ICJME no es partidaria de un registro en particular, pero sus revistas requerirán que la inscripción de los ensayos sea efectuada en registros que cumplan varios criterios: debe ser accesible al público en forma gratuita, debe estar administrado por una organización sin fines de lucro, debe existir un mecanismo para asegurar la validez de los datos registrados, y se debe poder acceder al registro en forma electrónica. Un registro aceptable debe incluir, como mínimo, la siguiente información: un número único de identificación, una declaración de las intervenciones y comparaciones estudiadas, una declaración de las hipótesis del estudio, definiciones de los criterios de valoración primarios y secundarios, los criterios de elegibilidad, fechas clave de
l ensayo, número de participantes, origen del patrocinio, e información para el investigador principal. Según los autores, solamente la página web patrocinada por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, cumple con estos requisitos; en e
l futuro pueden existir otros registros que cumplan con todas estas condiciones.
Los patrocinadores de las investigaciones pueden argumentar que el registro público generará demoras de tipo burocrático y que permitirá a sus competidores el acceso completo a sus planes de investigación. Los autores sostienen que el aumento de la confianza pública en los emprendimientos de investigación compensarán los costos de la divulgación completa. Los pacientes que acceden a participar voluntariamente merecen conocer que su contribución a la mejoría de la salud estará disponible para informar de
cisiones en cuanto a la atención y el cuidado de la salud.
¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?
A. Es muy poco probable que los resultados de ensayos que ponen en riesgo intereses financieros no sean publicados y que permanezcan ocultos de la visión pública. |
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DESAFIOS QUE PLANTEA LA INVESTIGACION INTERNACIONAL MULTICENTRICA Barcelona, España La autora realiza un análisis acerca del papel actual de la investigación científica biomédica, las obligaciones durante la investigación y una vez finalizada ésta y el debate creciente acerca de la utilización de placebo. Revista de Calidad Asistencial 19(4):269-273, Jun 2004 Autores: Luna F Institución/es participante/s en la investigación: Observatori de Bioètica i Dret. Universitat de Barcelona, Barcelona, España Título original:
Introducción
¿Cuál de las siguientes es la afirmación correcta con respecto a la investigación científica biomédica?
A. La Declaración de Helsinki prohíbe los ensayos realizados con placebo en seres humanos. |
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