Autoevaluación de Lectura
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¿Con qué factor se
asoció el fracaso del tratamiento con lansoprazol en la enfermedad por
reflujo gastroesofágico?
A.
Alteraciones en la motilidad esofágica.
B. Peor puntaje en la evaluación clínica.
C. pH medio intragástrico.
D Porcentaje del tiempo con pH intragástrico <
4.
Respuesta
Correcta
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LA COMBINACION DE AMOXICILINA CON ACIDO CLAVULANICO AUMENTA LA POSIBILIDAD DE DIARREA ASOCIADA CON ANTIBIOTICOS
Lille, Francia
La diarrea asociada con antibióticos es más común en niños de menos de 2 años, y especialmente cuando se utiliza la combinación amoxicilina/ácido clavulánico
Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition
37(1):22-26 Jul 2003
Autores:
Turck D, Bernet JP, Marx J y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Division of Gastroenterology, Hepatology and Nutrition, Department of Paediatrics, Lille University Faculty of Medicine and Children's Hospital; Research and Study Group in Ambulatory Paediatrics of Northern France;
Título original:
[Incidence and Risk Factors of Oral Antibiotic-Associated Diarrhea in an Outpatient Pediatric Population]
Título en castellano:
Incidencia y Factores de Riesgo de Diarrea Asociada con Antibióticos Orales en una Población de Pacientes Pediátricos Ambulatorios
Introducción A menudo se prescriben antibióticos (ATB) orales a los niños, especialmente para infecciones pulmonares y del tracto respiratorio superior, por temor a una infección o sobreinfección bacteriana. Los efectos adversos de los ATB incluyen varios trastornos digestivos, entre los cuales la diarrea ocupa un lugar especial: causa ansiedad en los padres, la que se justifica ante el riesgo de deshidratación al que se asocia, especialmente en niños de menos de 2 años. Si bien la diarrea asociada a ATB (DAA) ha sido estudiada en adultos internados, existe poca información disponible acerca de las características epidemiológicas en los niños. Los estudios realizados en pacientes ambulatorios reducen las dificultades de interpretación de los realizados en un hospital, fuera del entorno de la vida diaria del niño. El objetivo de este estudio prospectivo fue evaluar la incidencia de DAA en niños ambulatorios y determinar los factores de riesgo de DAA. Métodos El estudio fue realizado por el Research Group in Ambulatory Paediatrics of Northern France, e incluyó niños de entre 1 mes a 15 años y 3 meses (definición legal francesa de fin de la infancia), ambulatorios, con sospecha de infección o infección comprobada que justificara el uso de ATB por al menos 5 días, cuyas familias parecieran ser capaces de participar en el estudio. Se excluyeron los niños que habían tenido diarrea o que hubieran consumido antibióticos en las 2 semanas previas al estudio, o que tuvieran deficiencias inmunes. El protocolo del estudio incluyó dos evaluaciones: una visita inicial cuando se enrolaba a los niños, y otra evaluación (podía ser telefónica) una semana después de suspender los ATB. Se registraron las siguientes variables: género, edad, peso, altura, antecedentes clínicos y quirúrgicos, diagnóstico que justificara el uso de ATB, tratamientos indicados antes y después del uso de los ATB, y tolerancia al tratamiento. Además, los padres llevaban un registro diario de la función intestinal durante el tratamiento y hasta una semana posterior. Se les preguntaba a los padres si consideraban cada deposición como normal, blanda o líquida. Se definió DAA como la producción de al menos 3 deposiciones blandas o líquidas por al menos dos días consecutivos. El análisis de los factores de riesgo de DAA se centró en la edad del paciente, sus antecedentes clínico-quirúrgicos, el tipo de infección que presentaban, el ATB indicado, y la duración de su administración. Resultados Fueron enrolados en el estudio 659 niños, y 650 con casos analizables se incluyeron durante un período de 11 meses consecutivos. Los 345 niños y las 305 niñas tenían en promedio 34.1 meses de edad. La duración promedio del tratamiento ATB fue de 8.6 días, con un período de control (desde el inicio del tratamiento hasta 1 semana luego de la terminación) de 15.2 días promedio. Doscientos doce niños tenían algún antecedente clínico además de la infección que llevó al uso del ATB en el estudio. El diagnóstico más común fue enfermedad infecciosa (160 niños, con compromiso del tracto respiratorio superior en 150 de ellos). Sólo 11 pacientes tenían algún antecedente digestivo de importancia: reflujo gastroesofágico (8 niños), diarrea del lactante (2 pacientes) y fibrosis quística (1 niño). Las principales causas de prescripción del ATB fueron amigdalitis o rinofaringitis en 310 pacientes (48%), otitis media aguda o sinusitis en 195 casos (30%), e infecciones pulmonares en 105 (16%). Otras causas fueron infecciones de la piel, infecciones del tracto urinario, y misceláneas. Los ATB más frecuentemente prescritos fueron penicilinas A y M, cefalosporinas y macrólidos. Se utilizaron 578 medicaciones en combinación con los ATB: teofilina (18%), mucolíticos (14.5%), antitusivos (14%), analgésicos/antipiréticos (12.5%), antiinflamatorios (10%), gotas nasales (6%), otros tratamientos sistémicos (22.5%), y otros tratamientos tópicos (2.5%). De los 650 niños, 71 (11%) tuvieron un episodio de DAA, que ocurrió en las siguientes circunstancias: sólo durante el tratamiento ATB (48; 68%), sólo durante la semana posterior a la suspensión del tratamiento (11; 15%), durante el uso de ATB y la semana posterior (12; 17%). El tiempo transcurrido entre el inicio del tratamiento y la presentación de la DAA fue de 5.3 días en promedio, con una duración de alrededor de 4 días. Si bien no se evaluó la gravedad de la DAA, ningún paciente requirió internación. En 4 de los 650 niños se suspendió el tratamiento debido a vómitos o diarrea. La incidencia de DAA fue significativamente superior en niños menores de 2 años (61 de 336 = 18% vs. 10 de 314 = 3%). En el grupo de niños de más de 2 años, la incidencia de DAA fue superior en los más pequeños (2-7 años: 9 de 253 = 4%) que en los más grandes (> 7 años: 1 de 61 = 2%), pero la diferencia no fue significativa. Los niños que tuvieron algún episodio de diarrea eran menores que los que no presentaron ninguno. La tasa de DAA varió mucho de acuerdo con el ATB utilizado: penicilinas G y V 3%, penicilinas A y M 11%, amoxicilina/clavulánico 23%, cefalosporinas 9%, macrólidos 8%, trimetoprima/sulfametoxazol 6%, eritromicina/sulfafurazol 16%. Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre la tasa de DAA asociada con amoxicilina/clavulánico comparada con la de todos los otros ATB cuando la diarrea se presentó mientras se realizaba el tratamiento, pero no si ésta se manifestaba en la semana posterior. El riesgo relativo de DAA en un niño que recibía esta combinación de ATB fue de 2.43, y de 3.5 si además el niño tenía menos de 2 años. Discusión En este estudio, en que el criterio diagnóstico de diarrea fue particularmente estricto porque sólo incluyó episodios que duraran al menos 2 días consecutivos, se encontró una incidencia de 11% de diarrea durante el tratamiento con ATB. Se identificaron dos factores de riesgo: la edad del niño y el tipo de droga usada. En otros estudios se observó DAA en niños que recibían amoxicilina/clavulánico o sultamicilina. En un ensayo controlado con placebo acerca del uso de microorganismos probióticos como el Lactobacillus GG para la prevención de DAA en niños de alrededor de 4 años, se observó DAA (definida como al menos 2 deposiciones líquidas en al menos 2 períodos de observación durante los 10 días del estudio) en 26% de los pacientes tratados con placebo. La definición de diarrea que utilizaron era menos estricta que la de las guías de la FDA y la OMS. En un ensayo realizado por autores que utilizaron la misma definición de diarrea que en la presente investigación, la incidencia de DAA fue del 16%. En adultos, los estudios realizados se limitaron a pacientes internados o a diarreas por C. difficile en pacientes ambulatorios. Algunos ATB se asocian con una particular incidencia elevada de diarrea. Desafortunadamente, la definición de DAA es a menudo imprecisa, o está totalmente ausente en los trabajos de investigación. El registro diario que realizaron los padres en este estudio proporcionó la observación más confiable de la aparición de diarrea. De todos modos, esto pudo haber sido subestimado por el corto período de observación. Se sabe que puede presentarse DAA hasta 6 semanas después de la suspensión del tratamiento ATB. Se eligió un perído de observación tan corto para evitar perder el seguimiento de los pacientes. La probabilidad de que la diarrea no se haya debido a los ATB es muy baja. La incidencia de DAA fue independiente del sitio de la infección, si bien fue influida por el tipo de antibiótico utilizado. La fisiopatología de la DAA es controvertida. La alteración de la flora intestinal inducida por los ATB puede predisponer a los pacientes a la colonización por microorganismos patógenos (C. difficile por ejemplo), o producir cambios en el metabolismo intestinal. Los datos acerca del papel del C. difficile en la diarrea de los niños son difíciles de interpretar, ya que a menudo los recién nacidos y los niños pequeños suelen ser portadores del microorganismo. En este estudio, las penicilinas A y M, con amplio espectro de acción, provocaron DAA con frecuencia. Se desconoce por qué el ácido clavulánico aumenta la incidencia de diarrea cuando se lo asocia con amoxicilina, concluyen los autores.
TERAPIA CON RETINOIDES ORALES EN PATOLOGIAS DERMATOLOGICAS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Los retinoides revolucionaron el tratamiento de diversas patologías cutáneas crónicas; en dosis adecuadas se asocian con un aceptable perfil de seguridad
Journal of the American Academy of Dermatology
49:171-182 2003
Autores:
Brecher AR* y Orlow SJ**
Institución/es participante/s en la investigación:
*Ronald O., Perelman Department of Dermatology; **Department of Pediatrics, New York University School of Medicine, Nueva York, EE.UU.
Título original:
[Oral Retinoid Therapy for Dermatologic Conditions in Children and Adolescents]
Título en castellano:
TRATAMIENTO CON RETINOIDES ORALES EN LA POBLACION PEDIATRICA
Introducción
Si bien los retinoides sintéticos han tenido un efecto sustancial en el tratamiento de diversas enfermedades de la piel, su uso en niños y adolescentes con acné, psoriasis o trastornos de la queratinización se encuentra limitado por los efectos adversos. En este artículo los autores revisan la eficacia y toxicidad de los retinoides en la población pediátrica. La toxicidad asociada con estos fármacos es similar a la observada en la hipervitaminosis A, y menos grave que la registrada en tratamientos con vitamina A en dosis altas. Historia
Los retinoides son compuestos naturales o sintéticos con actividad de vitamina A. Esta vitamina no puede ser sintetizada en el organismo, por lo que debe incorporarse con la dieta. En los mamíferos, la vitamina A existe en diversas formas intercambiables: retinol (forma alcohólica), retinal (aldehído) y ácido retinoico. La primera es la principal forma de almacenamiento; el retinal es el isómero 11-cis necesario para la visión. Las manifestaciones clínicas de la deficiencia de vitamina A ilustran la importancia de los retinoides en la diferenciación epitelial. Diversas enfermedades cutáneas -acné, psoriasis, ictiosis, enfermedad de Darier y pitiriasis rubra pilaris- se caracterizan por cambios histopatológicos de la queratinización. Originariamente se emplearon dosis altas de vitamina A en el tratamiento de estas patologías; pero las dosis terapéuticas se acompañan de efectos adversos no aceptables. El paso siguiente fue la introducción del ácido retinoico trans (tretinoína). Actualmente hay 3 generaciones de retinoides sintéticos. La primera está compuesta por la tretinoína, isotretinoína y alitretinoína; la isotretinoína, sintetizada por primera vez en 1955, se utiliza en Europa desde inicios de la década del setenta para tratar pacientes con acné noduloquístico. Los retinoides de segunda generación incluyen etretinato y acitretina -retinoides aromáticos-; si bien ninguno de estos fármacos ha sido aprobado para uso pediátrico, varios trabajos reflejan su utilidad. Entre los retinoides de tercera generación se encuentran el tazaroteno y el adapalene, aprobados para uso local en psoriasis y acné, respectivamente; el bexaroteno es un agente de tercera generación aprobado para el tratamiento sistémico de los linfomas cutáneos de células T en adultos. Uso de retinoides por vía oral en niños y adolescentes Acné La isotretinoína es el retinoide más eficaz en el tratamiento de acne vulgaris. Su mecanismo de acción no ha sido dilucidado con precisión; no obstante, se considera que normaliza la queratinización folicular, que reduce la producción de sebo y que disminuye la formación de 5-dihidrotestosterona y la unión de los andrógenos a sus receptores. La isotretinoína está indicada para el acné nodular resistente al tratamiento convencional. Aunque sólo está aprobada para pacientes mayores de 12 años, también ha sido utilizada en niños más pequeños. Las dosis habituales son de 0.5 a 1 mg/kg/día, en dosis divididas con las comidas, durante 20 semanas; los enfermos con acné quístico grave pueden requerir dosis más elevadas. Entre la segunda y la sexta semana de terapia, los pacientes pueden presentar agravamiento de las lesiones; en general, la respuesta clínica se hace evidente transcurridos los 2 meses de tratamiento. La recidiva del acné se relaciona en forma inversa con la dosis total. Se calcula que un tercio de los pacientes sufre una recaída tras la interrupción de la terapia; pero las recurrencias suelen ser menos graves y en la mayoría de los casos hay respuesta a los tratamientos convencionales. Psoriasis En casi una tercera parte de los pacientes la psoriasis comienza aproximadamente a los 15 años; en niños se caracteriza por compromiso de la cara y de los pliegues. La variante generalizada pustular no es frecuente en pacientes pediátricos, al igual que la artropatía psoriásica (común en adultos). El etretinato y la acitretina han sido aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para el tratamiento de la psoriasis en adultos. Estos fármacos parecen muy apropiados para las formas pustular y eritrodérmica. Trastornos de la queratinización Pueden ser graves y desfigurantes y comprometen considerablemente la calidad de vida. Las formas más graves pueden asociarse con ectropión, queratoderma palmoplantar con o sin dactilólisis espontánea (ainhum), infecciones secundarias y olor desagradable. El abordaje de estos pacientes cambió sustancialmente con la introducción de los retinoides sintéticos por vía oral, que ejercen su efecto más notorio sobre el componente hiperqueratósico. El primer estudio en 33 enfermos de 7 meses a 15 años de edad que recibieron etretinato entre 1 y 2 mg/kg/día mostró una mejoría sustancial de las lesiones. En la hiperqueratosis epidermolítica, el índice de mejoría fue del 70% al 80% y el tratamiento fue bien tolerado. Las manifestaciones adversas mucocutáneas desaparecieron finalizada la terapia. Cáncer de piel En adultos se utilizan retinoides en altas dosis para descender el nivel y frecuencia de neoplasias cutáneas en ciertos trastornos como xeroderma pigmentoso y síndrome de carcinoma de células basales, entre otros. Pero cuando se interrumpe la terapia con retinoides, el riesgo vuelve a los valores iniciales. Efectos adversos de los retinoides orales Manifestaciones cutáneas y mucosas La toxicidad mucocutánea, la cual depende de la dosis, es la más frecuente; en general, es tratable y reversible. La queilitis es el trastorno más común (afecta a prácticamente todos los sujetos tratados) y suele responder a la colocación de emolientes tópicos. Asimismo, el 80% de los pacientes padece sequedad de piel y casi la mitad prurito, epistaxis y conjuntivitis; algunos presentan adelgazamiento del cabello o fotosensibilidad. La tretinonía ocasionalmente se asocia con erupciones similares al granuloma piógeno. A largo plazo puede observarse xeroderma, síndrome de ojo seco, artralgias y exacerbación de eccema. La toxicidad del etretinato y de la acitretina es semejante, aunque los trastornos del cabello y uñas son más comunes con esta última. Manifestaciones oftalmológicas La blefaroconjuntivitis, visión borrosa y síntomas subjetivos de ojo seco son las más habituales. Algunos enfermos no toleran los lentes de contacto. Las opacidades de córnea, el edema de papila, cataratas y anormalidades de la función de la retina son trastornos más graves asociados con el tratamiento con retinoides. En ocasiones el síndrome de ojo seco puede persistir una vez interrumpida la terapia. Las alteraciones en la función de la retina (menor adaptación a la oscuridad, menor percepción del color) son consecuencia de los efectos de los retinoides sobre el ciclo de la rodopsina. Un estudio refirió que 11 de 140 pacientes, entre 17 a 42 años, presentaron ceguera nocturna permanente con el tratamiento. Los trastornos de la percepción del color remiten cuando se interrumpe la terapia. Teratogenicidad Los retinoides son potentes teratógenos. La embriopatía por ácido retinoico consiste en alteraciones del sistema nervioso central, anormalidades del oído externo, cardiopatía, malformaciones faciales y oculares y anormalidades del timo y hueso. Además, se refirió nacimiento prematuro, deficiencia de hormona paratiroidea y bajo coeficiente intelectual sin otras alteraciones del sistema nervioso central. La embriopatía puede ser distinta según el retinoide. La isotretinoína tiene una vida media en plasma de 10 a 20 horas y se elimina por completo del organismo al mes de interrumpida la terapia. El etretinato se almacena en el tejido adiposo con una vida media terminal cercana a los 100 días. Se lo puede detectar en suero en pequeña cantidad hasta 3 años de concluido el tratamiento. En cambio, la acitretina tiene una vida media de sólo 2 días. Alteraciones esqueléticas Se asemejan a los efectos óseos de la hipervitaminosis A, como remodelamiento de los huesos largos, trastorno de la calcificación, calcificación progresiva de ligamentos y tendones, hiperostosis cortical, engrosamiento del periostio, cierre prematuro de las epífisis y, posiblemente, osteoporosis. Los cambios inducidos por los retinoides sintéticos simulan la hiperostosis esquelética idiopática. En niños es muy infrecuente la calcificación de ligamentos. El cierre prematuro de las epífisis óseas que se acompaña de retardo del crecimiento es una manifestación de la intoxicación crónica por vitamina A; pero se lo ha observado muy ocasionalmente en niños tratados con retinoides. Se han referido varios casos de fracturas provocadas por trauma mínimo, aunque son muchas las investigaciones que no hallaron alteraciones óseas ni trastornos del crecimiento en niños tratados continuamente con retinoides por vía oral. La forma más eficaz de prevenir alteraciones consiste en utilizar la menor dosis posible. En la terapia de los trastornos de la queratinización la dosis de 1 mg/kg/día, y mejor aún de 0.5 mg/kg/día, minimiza el riesgo de efectos adversos a largo plazo. En un estudio que abarcó a 217 preadolescentes con acné noduloquístico, el tratamiento con 1 mg/kg/día de isotretinoína no se asoció con manifestaciones óseas secundarias. Hubo disminución de la densidad mineral ósea lumbar en el 8% de los enfermos y de la cadera en el 10% de los casos. Mialgias y artralgias El tratamiento con retinoides por vía oral se asoció con manifestaciones musculares y en menor escala articulares. En algunos casos, las modificaciones enzimáticas son compatibles con rabdomiólisis. Sin embargo, se considera que el aumento de la creatinfosfoquinasa (CPK), en el contexto del tratamiento con retinoides, es una alteración benigna. No se conoce la causa del dolor lumbar asociado con retinoides. Manifestaciones neurológicas En ocasiones el tratamiento con retinoides puede asociarse con cefaleas y fatiga. La presencia de cefaleas, náuseas y vómitos obliga a descartar pseudotumor cerebral. De hecho, aunque la terapia combinada con isotretinoína y tetraciclina, doxiciclina o minociclina aumenta el riesgo de esta patología, el uso de retinoides solos también se acompaña de mayor riesgo. Alteraciones psicológicas El acné afecta considerablemente la calidad de vida de los enfermos. El tratamiento con isotretinoína se ha asociado con bienestar general y con menor ansiedad y depresión. Estas manifestaciones, junto con intento de suicidio, también han sido registradas en el contexto del tratamiento con retinoides orales. No obstante, una revisión de trabajos publicados entre 1982 y 1999 no encontró que la terapia se asociara con mayor incidencia de depresión grave. La depresión inducida por isotretinoína se caracteriza por su persistencia a pesar de la interrupción del tratamiento y por la poca respuesta a los antidepresivos. Si bien varios estudios sugieren una relación biológica entre los retinoides y la transmisión neuronal dopaminérgica en el sistema nervioso central de ratones, se desconoce la importancia neurobiológica de estas observaciones. Dislipemia La dislipemia asociada con el uso de retinoides es dependiente de la dosis. La hipertrigliceridemia constituye un problema de particular importancia en pacientes con obesidad, diabetes o en sujetos que consumen alcohol en exceso; en niños resulta menos común. Efectos gastrointestinales El tratamiento con retinoides puede asociarse con elevación, en general leve y transitoria, de las enzimas hepáticas. En niños no hay registro de hepatitis grave. En muy pocas oportunidades el tratamiento se asocia con diarrea, náuseas y dolor abdominal. La isotretinoína ha sido administrada sin complicaciones a sujetos con enfermedad inflamatoria del intestino. Monitoreo del tratamiento. Conclusiones
Debe realizarse un hepatograma y un perfil de lípidos antes de la terapia y periódicamente durante el tratamiento. La educación destinada a la prevención del embarazo es fundamental. La evidencia general indica que el tratamiento durante 20 semanas con isotretinoína en pacientes con acné grave resulta bien tolerado.
Autoevaluación de Lectura
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¿Cuáles son los
efectos adversos más comunes en asociación con el tratamiento con
retinoides por vía oral?
A. Mucocutáneos.
B. Psicológicos.
C. Gastrointestinales.
D. Oseos.
Respuesta
Correcta
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Trabajos Distinguidos, Serie Factores
de Riesgo,
integra el Programa SIIC de Educación Médica Continuada
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