RELACION ENTRE EL ESTRES Y EL SINDROME POR DEFICIT EN LA ESQUIZOFRENIA
Kent, Ohio, EE.UU.
Los síndromes por déficit en la esquizofrenia se asocian con menores niveles de estrés en la condición afectiva negativa.
Psychiatry-Interpersonal and Biological Processes 66(4):308-16, 2003
Autores:
Cohen AS, Docherty NM, Nienow T y colaboradores
Institución/es participante/s en la investigación:
Department of Psychology, Kent State University, Kent, EE.UU.
Título original:
[Self-Reported Stress and the Deficit Syndrome of Schizophrenia]
Título en castellano:
Estrés Autoinformado y Síndrome por Déficit en la Esquizofrenia
Introducción
Las investigaciones de las experiencias emocionales subjetivas de los pacientes
esquizofrénicos han hallado que éstos, como grupo, informan niveles disminuidos de síntomas
emocionales positivos y aumentados de los síntomas negativos. La sintomatología negativa
abarca desde el embotamiento afectivo, afasia, hasta el empobrecimiento de la gesticulación
expresiva y es bastante frecuente en estos pacientes. Cuando el enfermo con afectividad
aplanada es comparado con aquellos que no la presentan, existen algunas diferencias en la
intensidad de las emociones tanto positivas como negativas informadas, aun cuando no se
encuentren medicados. Más aún, dicen los autores, los pacientes han comunicado que ciertos
síntomas negativos en ellos no provocaban estrés. Así, aunque muchos aparecen como
aplanados afectivamente, ellos a menudo comunican emociones más intensas. Esto ha llevado
a postular que la sintomatología negativa es un pobre reflejo del estado emocional real del
paciente. Sin embargo, es importante apuntar que los síntomas negativos son etiológicamente
heterogéneos. Así, mientras un grupo de pacientes con esta sintomatología no exhibe
afectividad disminuida, es posible que otro subgrupo sí la presente. El objetivo de este trabajo
es estudiar si las experiencias estresantes subjetivas se reducen en un subgrupo de pacientes
con esquizofrenia con importantes y permanentes síntomas negativos. En términos históricos,
el agrupamiento de los síntomas esquizofrénicos ha sido esencial en los intentos de describir
distintos procesos de la esquizofrenia. El concepto de síndrome negativo ha sido incorporado a
las definiciones operativas de Kraepelin de "pérdida de la volición" (1919), de Andreasen y
Olsen de "esquizofrenia negativa" (1982) y de la esquizofrenia tipo II de Crow (1985). Mas
recientemente, se propuso la denominación de "síndrome por déficit" (Carpenter y otros,
1988). Esta denominación proviene de una importante revisión de conceptos previos del
síndrome negativo, en la que se distingue entre los síntomas negativos primarios (idiopáticos)
y los secundarios (que resultan de la medicación, depresión o factores ambientales). Se
establece que el síndrome por déficit es una variedad fisiopatológica distinta de la
esquizofrenia y el diagnóstico de certeza se realiza sobre la base de presencia o ausencia
permanente de síntomas negativos primarios. Estos síntomas incluyen el embotamiento
afectivo, la capacidad disminuida de experimentar tanto emociones positivas como negativas,
lenguaje empobrecido, poco interés en las actividades y en las relaciones sociales. Aunque el
síndrome por déficit se define, en parte, por la disminución permanente de experimentar
emociones, la literatura empírica que apoya este concepto es algo confusa. Resumiendo, los
estudios que han evaluado las emociones en la esquizofrenia por déficit a través de
cuestionarios a cumplimentar por los propios pacientes o a través de puntajes clínicos, apoyan
la noción de que estos pacientes tienden a experimentar una afectividad disminuida, mientras
que otro estudio, que empleó un paradigma análogo de laboratorio, no encontró tal
asociación.
En el presente estudio se exploró la relación entre los síndromes por déficit o negativos y la
experimentación de estrés situacional utilizando un paradigma de inducción de las emociones.
Específicamente, la hipótesis de los autores es que el déficit, pero no las escalas que evalúan
el síndrome negativo, se correspondería de manera importante e inversamente proporcional
con los puntajes a completar por los propios pacientes durante una manipulación de
laboratorio generadora de estrés.
Métodos
Se escogieron 36 pacientes estables, ambulatorios, con diagnóstico de esquizofrenia
según el DSM-IV, y fueron asignados a un programa de investigación familiar multipropósito.
Se excluyeron aquellos pacientes con puntajes por debajo de 35 así como los que
cumplimentaron criterio diagnóstico, según el DSM-IV, de abuso y dependencia de sustancias.
Los participantes que no hablaban adecuadamente el inglés y presentaron evidencias
sugestivas de algún daño orgánico también fueron excluidos. La muestra consistió en 25
pacientes del sexo masculino y 11 del femenino, 28 de los cuales eran de raza blanca y 8 de
raza negra, con una edad promedio de 33 ± 8 años y una educación de 13 ± 2 años. También
se emplearon puntajes y escalas para evaluar el estado psicosocial e intelectual de los
pacientes.
Escalas de clasificación de síntomas. Para evaluar la sintomatología del
pacientes se empleó la Escala Breve Psiquiátrica de Clasificación de Síntomas (BPRS).
Clasificación de los síndromes por déficit. Se realizaron utilizando el
programa PDS (Proxy for Deficit Schedule), medición que deriva del BPRS. La
clasificación PDS, aunque proviene de clasificaciones que cruzan múltiples síntomas, se
corresponde de manera importante con el SDS (Shedule for Deficit Syndrome), la
herramienta longitudinal más importante para evaluar el síndrome por déficit. Esencialmente,
el PDS se basa en dos síntomas deficitarios: el embotamiento afectivo (medido con la escala
BPRS) y la afectividad disminuida (medida con la escala AFFSCALE, la cual es la suma de las
escalas BPRS para la depresión, la ansiedad, culpa y hostilidad). El PDS se computa
sustrayendo los resultados obtenidos con la escala de embotamiento a los de la escala
AFFSCALE.
Mientras el PDS se diseñó para distinguir categóricamente a los pacientes que presentaban
formas de esquizofrenia con déficit de los que no, aquí se empleó como una medición continua
para evitar el riesgo de mal categorización. Para los análisis por categorías, el grupo con
síndrome por déficit consistió en aquellos que presentaron el 19% más alto de la escala PDS
(PDS > 0, n = 7) y el grupo sin déficit fue el que alcanzó el 42% más bajo de la misma escala
(PDS < -1, n = 15). El 39% restante se sacó del análisis por categorías (PDS = 0, -1, n =14).
Clasificación de los síndromes negativos. La severidad del síndrome
negativo se calculó a través de la suma de las escalas de embotamiento afectivo,
enlentecimiento motor y tranquilidad emocional derivados del BPRS.
Escala de psicosis. Se realizó sumando cuatro aspectos derivados del BPRS:
la desorganización conceptual, sospecha, comportamiento alucinatorio y pensamientos con
contenido inusual.
Inducción del estrés y su medición. Se pidió a los participantes que
realizaran tres narraciones distintas, de diez minutos de duración cada una. En la primera se
tocaron temas emocionalmente neutros como las aficiones, las rutinas diarias, etc. La segunda
consistió en que el paciente relatara hechos con contenido afectivo. Luego fueron requeridos
que relataran recuerdos agradables, no estresantes (condición afectiva positiva) y aquellas
experiencias desagradables, generadoras de estrés (condición afectiva negativa). Para
contrabalancear las narraciones positivas y negativas, éstas se tomaron en días separados
para eliminar el efecto emocional de arrastre. Inmediatamente después de cada relato, se
pidió a los pacientes que comunicaran el nivel de estrés que experimentaron utilizando una
escala analógica que partía de cero (sin estrés) hasta 100 (totalmente estresante). Tanto los
entrevistadores como los participantes desconocían los propósitos de la hipótesis del presente
estudio.
Análisis. El análisis se llevó a cabo en tres etapas. En la primera, las correlaciones
bivariadas calculadas se compararon utilizando el test de Fisher. En la segunda, las escalas de
estrés de las condiciones afectivas negativas y positivas se computaron dentro de una
regresión jerárquica para evaluar la contribución relativa de cada una a la varianza en las
escalas de los síndromes por déficit. De manera conceptual, las escalas de estrés del primer
paso aproximan una medida basal del estrés situacional asociado a la narración de un hecho;
el segundo paso muestra la contribución adicional del estrés experimentado debido al
contenido afectivamente negativo del relato del paciente. En la tercera etapa, los pacientes
fueron divididos en grupos con déficit y en grupos sin déficit, realizándose tests-t para
muestras independientes con el fin de comparar estos dos grupos. Los niveles de significación
fueron de dos colas para todas las comparaciones.
Resultados
Se calcularon la media y la desviación estándar para las escalas de déficit (-1.58 ? 2.70),
síntomas negativos (3.19 ? 2.94) y psicosis (5.67 ? 4.00). También se calcularon el promedio
de las escalas de estrés experimentados durante los relatos afectivos positivos y negativos,
con valores de 33.82 ? 22.60 y 42.06 ? 26.47, respectivamente. El sexo, raza, educación,
edad, coeficientes de inteligencia, escalas de evaluación del funcionamiento global y la
severidad de la psicosis no estuvieron significativamente relacionados con los informes
individuales en cada caso. Es más, las escalas de los síndromes por déficit no estuvieron
significativamente relacionadas con el sexo, raza, educación o edad ni lo estuvieron con los
síntomas negativos (r = 0.26, p = 0.13). Sin embargo, estas escalas demostraron estar
significativamente e inversamente relacionadas con las escalas de psicosis (r = -0.37, p =
0.03) y los coeficientes de inteligencia (r = -0.44, p = 0.01). El síndrome por déficit se asoció
con menos psicosis severa y coeficientes de inteligencia más bajos.
Las escalas de síndrome por déficit no se relacionaron significativamente a las escalas de
estrés en la condición positiva pero sí lo estuvieron y de manera inversa en la condición
negativa. Esto indica que, en esta última condición los pacientes con síndrome por déficit más
alto tienen menores niveles de estrés. Las escalas de estrés de la condición negativa
contribuyeron de manera importante con la porción de la varianza asociada con el síndrome
por déficit más allá de toda contribución de aquellas de la condición positiva.
Los pacientes con síndrome por déficit informaron menores niveles de estrés en la condición
negativa que aquellos pacientes con esquizofrenia sin déficit.
Discusión
Existe alguna evidencia que sugiere que el síndrome por déficit se relaciona con menores
niveles de desorganización y síntomas positivos. Por lo tanto, este síndrome parece asociarse
a niveles más bajos de sintomatología reactiva así como a menores niveles de estrés
situacional informado por los pacientes. La capacidad disminuida para experimentar estrés
quizá represente un fenómeno defensivo psíquico y fisiológico, una respuesta de
autoprotección que ocurre en pacientes crónicamente enfermos y graves.
Conclusión
Si los pacientes con síndrome por déficit exhiben capacidad disminuida para
experimentar estrés, entonces no contribuirá demasiado en las recaídas por esquizofrenia por
déficit. Investigaciones futuras revelarán si existen propiedades resistentes al estrés asociadas
con el síndrome por déficit.
Autoevaluación de Lectura
¿Cómo se encuentra en los pacientes con esquizofrenia por déficit la capacidad para experimentar estrés?
A. Aumentada.
B. Disminuida.
C. No varía.
D. Se desconoce.
Respuesta
Correcta
|
|