Resumen
La incompetencia cervical ha motivado creciente controversia.
Un feroz debate puso en teja de juicio la real existencia
de la entidad. También hay controversia respecto de
si el cerclaje profiláctico debe ser indicado siempre,
o solamente cuando por ecografía transvaginal se obtiene
una medición cervical que indica cuello corto. Nosotros
postulamos que la incompetencia cervical es una variable continua
y no categórica: es decir, hay varios grados de competencia
cervical. El acortamiento del cuello en la última parte
del segundo trimestre y en el inicio del tercero parece ser
un parámetro útil para la predicción
del parto pretérmino. En un estudio previo efectuado
sobre 80 mujeres, hemos observado que la colocación
de un cerclaje producía aumento estadísticamente
significativo de la longitud cervical durante el posoperatorio.
Mientras que el grado de alargamiento observado inmediatamente
después de la colocación del cerclaje no fue
predictivo de un parto a término, el progresivo acortamiento
del cuello luego del cerclaje sí fue predictivo de
parto pretérmino. Hasta que se lleven a cabo adecuados
estudios aleatorizados, sugerimos la realización de
ecografías transvaginales seriadas para medir la longitud
cervical en las mujeres con factores de riesgo para incompetencia
cervical y parto pretérmino temprano. El cerclaje debería
efectuárseles a aquellas mujeres que realmente se encuentren
en riesgo de parto pretérmino y cuya longitud cervical
se halle acortada (por ejemplo, largo inferior a 15-25 mm).
Introducción
El parto pretérmino es definido como el que ocurre
antes de finalizar las 37 semanas gestación y constituye
la principal causa de morbimortalidad neonatal.1,2
La entidad representa entre el 7% y el 11% de todos los nacimientos
en los países occidentales.3
El parto espontáneo pretérmino incluye el trabajo
de parto pretérmino con membranas íntegras (~
40%) y con rotura prematura de membranas (~ 40%). El parto
pretérmino programado por indicación médica
debido al deterioro de la salud materna o fetal representa
aproximadamente el 20% de los casos.4
Los intentos para prevenir el parto pretérmino espontáneo
han producido, hasta ahora, resultados desalentadores: el
aumento de su prevalencia durante la última década
se ha registrado en forma sostenida. Entre las razones de
la creciente incidencia de parto espontáneo pretérmino
se cuentan el aumento del número de embarazos múltiples
por utilización de drogas y procedimientos para mejorar
la fertilidad y el incremento de la edad materna en muchos
países occidentales.5 Más
aún, las pruebas utilizadas para definir el riesgo
poseen escaso valor predictivo positivo, y es posible observar
deficiencias en las modalidades de intervención.6
El cérvix humano se comporta como un órgano
dinámico a lo largo de la gestación, variando
marcadamente tanto en forma como en longitud. A medida que
se aproxima el parto, el cuello comienza a acortarse, a la
vez que sufre borramiento y dilatación. En el caso
de utilizarse un cambio cervical como predictor de parto pretérmino
espontáneo, es necesario emplear un método estandarizado
para la evaluación del cérvix.8,9
Durante los últimos veinte años, la determinación
ultrasónica de las características cervicales
ha avanzado desde su empleo como herramienta de investigación
hasta constituir un elemento estándar de la imagenología
diagnóstica obstétrica.
Una de las pocas intervenciones diseñadas para prevenir
el parto espontáneo pretérmino es la colocación
de cerclaje cervical en una subpoblación de riesgo
bien definida.10 Sin embargo, no se
sabe a ciencia cierta si este procedimiento es eficaz y, en
el caso de que lo fuese, a quiénes beneficiaría.
Recientemente publicamos el trabajo «Cambios en la longitud
cervical luego del cerclaje como predictor del parto pretérmino».11
Hemos recibido el honor de ser invitados para resumir los
resultados de dicho estudio así como para realizar
una exposición, en el más amplio contexto de
la incompetencia cervical, acerca del diagnóstico por
ultrasonido, tratamiento y seguimiento.
Síntesis del trabajo «Cambios en la longitud
cervical luego del cerclaje como predictor de parto pretérmino»
Las mujeres que son sometidas a cerclaje cervical por sospecha
de incompetencia cervical permanecen en riesgo aumentado de
trabajo de parto y parto pretérmino. Históricamente,
dichas mujeres eran seguidas luego del cerclaje utilizando
la evaluación digital o mediante especuloscopia, pese
a que algunos médicos evitan el examen vaginal.10
En la actualidad, el resultado del cerclaje sobre la longitud
cervical puede ser observado mediante ecografía transvaginal.
Los estudios efectuados acerca del cerclaje poselectivo han
demostrado alguna correlación con el resultado del
embarazo.10,12 Andersen y colaboradores10
informaron que la presencia de un segmento cervical superior
corto antes de las 30 semanas de gestación se relaciona
con riesgo significativamente alto de parto pretérmino
antes de las 36 semanas. Rana y colaboradores12
señalaron también la importancia del seguimiento
ultrasonográfico luego del cerclaje. Cuando se detectaron
signos tempranos de fracaso del cerclaje o de embudización,
la inmediata intervención con hospitalización
y uteroinhibición logró mejorar el resultado
del embarazo. Estudios recientes sugieren que los cerclajes
profiláctico, urgente y de emergencia producían
un alargamiento cervical mensurable.13-15
Sin embargo, no se supo si la relativa restauración
de la anatomía cervical luego del cerclaje profiláctico
o urgente predecía el resultado del embarazo. Fue nuestro
propósito determinar si el grado de alargamiento cervical
luego del cerclaje predice un parto a término. El segundo
propósito del estudio fue evaluar la utilidad de las
mediciones seriadas de la longitud cervical luego del cerclaje
hasta las 32 semanas gestación, en cuanto a la predicción
de los resultados del embarazo.11
Nosotros evaluamos el papel de las mediciones de la longitud
cervical por ecografía transvaginal en mujeres con
incompetencia cervical. La población del estudio estaba
constituida por 80 mujeres con riesgo de incompetencia cervical
cuyos médicos de atención primaria les habían
indicado un cerclaje profiláctico (n = 50) o urgente
(n = 30). El cerclaje profiláctico fue colocado a las
14.3 ± 2.8 semanas según los antecedentes de
incompetencia cervical. El cerclaje de urgencia fue colocado
a las 19.7 ± 3.1 semanas en mujeres cuya longitud cervical
era menor de 25 mm, confirmado por ecografía transvaginal
antes de las veinticuatro semanas de gestación. Las
mediciones de la longitud cervical fueron efectuadas antes
y después del cerclaje hasta las 32 semanas de gestación.
Nosotros hallamos un aumento estadísticamente significativo
de la longitud cervical luego del cerclaje (longitud precerclaje:
27.2 ± 10.3 mm; longitud poscerclaje: 34.1 ±
9.9 mm; p < 0.001). Sin embargo, el grado de alargamiento
luego del cerclaje no fue predictivo de parto a término.
El seguimiento seriado de la longitud cervical en la última
parte del segundo trimestre y al inicio del tercero predijo
el parto pretérmino en los casos en que había
acortamiento progresivo del cérvix. En nuestro estudio
se definió como parto pretérmino a aquel que
tiene lugar antes de completarse las 37 semanas de gestación
(definición de la Organización Mundial de la
Salud). Sin embargo, el 50% de los partos pretérmino
ocurren a las 35 y 36 semanas de gestación, y ello
no posee connotaciones clínicas importantes.16
Así, nosotros analizamos nuevamente nuestro estudio
acerca del parto espontáneo pretérmino redefiniéndolo
como el ocurrido antes de las 35 semanas. Estos análisis
no fueron incluidos en el trabajo original. Los resultados
muestran que las mujeres con acortamiento progresivo del cérvix
tuvieron mayor riesgo de parto pretérmino en comparación
con las mujeres cuyos cuellos uterinos disminuyeron sólo
gradualmente a lo largo de la gestación, no sólo
cuando parto espontáneo pretérmino es el ocurrido
antes de las 37 semanas sino también cuando se lo define
como el que se desencadena antes de las 35 semanas.
Diagnóstico ecográfico de incompetencia cervical.
El papel de la ecografía transvaginal en la predicción
del parto pretérmino
La medición de la longitud cervical mediante ecografía
transvaginal ha sido empleada para determinar el riesgo de
parto pretérmino en mujeres con antecedentes obstétricos
adversos, con probabilidad de iniciar un parto pretérmino,
con embarazos múltiples y con incompetencia cervical.
Algunos investigadores han estudiado las relaciones existentes
entre la longitud cervical medida por ecografía y el
parto espontáneo pretérmino. Cuanto más
corta la longitud cervical, mayor el riesgo de parto espontáneo
pretérmino y viceversa.8,9 Iams
y colaboradores concluyeron que la longitud cervical menor
de 25 mm a las 24 semanas de gestación o la presencia
de embudización que represente el 50% de la longitud
cervical constituyen marcadores de riesgo aumentado de parto
espontáneo pretérmino: riesgo relativo de 6.2
y 9.6, con bajos valores predictivos positivos de 17.8% y
11.3% en mediciones efectuadas a las 24 y 28 semanas, respectivamente.9
Hassan y colaboradores informaron que las pacientes con una
longitud cervical por ecografía menor o igual a 15
mm tienen un riesgo cercano al 50% de parto espontáneo
pretérmino temprano.17
Las limitaciones de los estudios efectuados acerca de la longitud
cervical y el riesgo de parto espontáneo pretérmino
fueron los valores predictivos positivos bajos, la considerable
variabilidad en las mediciones de la longitud cervical, las
diferencias en cuanto a poblaciones estudiadas y la ausencia
de estandarización de la edad gestacional de las investigaciones.
Se ha hallado recientemente que el acortamiento del cérvix
es particularmente predictivo de parto espontáneo pretérmino
en las mujeres afroamericanas en comparación con otros
grupos raciales.18,19 Además,
las diferencias en cuanto a poblaciones de riesgo para incompetencia
cervical hacen que la interpretación de los resultados
sea dificultosa (algunos estudios están basados en
mujeres con incompetencia cervical, otros en una población
general o una población en riesgo de parto espontáneo
pretérmino). Aún más, la variación
en los valores de corte de las dimensiones cervicales utilizados
para definir la necesidad del cerclaje hace que, por el momento,
los resultados sean difíciles de interpretar e imposibles
de traducir en lineamientos clínicos claros. Mientras
algunos estudios han utilizado una longitud cervical inferior
a 30 mm,8,9 otros han empleado 25,20-23 2024 o 15 mm.17,25
La edad gestacional en estos estudios variaba entre catorce
y treinta semanas.5
Tratamiento: cerclaje electivo vs. cerclaje indicado por
ecografía (por el acortamiento progresivo del cérvix)
El riesgo relativo de parto pretérmino aumenta a medida
que se acorta la longitud cervical, de modo que es razonable
la hipótesis de que un cerclaje profiláctico
puede reducir este riesgo al restaurar la anatomía
cervical. Un cérvix más largo podría
también producir una mayor barrera para las infecciones
ascendentes. En este estudio, la respuesta del cérvix
al cerclaje definida como el aumento de la longitud
del canal endocervical, la que podría verse como una
restauración de la anatomía cervical no
predijo los resultados del embarazo. Iams y colaboradores26
propusieron el concepto de que la incompetencia cervical es
una variable continua más que categórica, en
la cual muchas mujeres no poseen el clásico antecedente
de pérdidas indoloras de embarazos durante el segundo
trimestre, pero tienen cuellos uterinos más o menos
competentes en diverso grado. Estas mujeres, y aquellas con
cuellos cortos congénitos o quirúrgicos, poseerán
un riesgo mucho mayor de que la barrera cervical sea traspuesta.
Una vez que se produce inflamación, ocurrirá
subsecuentemente borramiento cervical, lo cual llevará
a un círculo vicioso de acortamiento y embudización
cervicales y a un riesgo aumentado de parto espontáneo
pretérmino. La incompetencia cervical y el trabajo
de parto pretérmino no son entidades distintas, sino
que más bien forman parte de un espectro que conduce
al parto espontáneo pretérmino.27
Debemos cuestionar la indicación de cerclaje profiláctico
en nuestro estudio, dado que la longitud cervical promedio
antes de efectuar el procedimiento era de 27 mm. Los médicos
de atención primaria habían utilizado como criterios
antecedentes de incompetencia cervical (basados en uno o más
de las siguientes condiciones: antecedentes de pérdidas
de embarazos del segundo trimestre, de exposición intrauterina
al dietilestilbestrol, de conización cervical o de
anomalías uterinas) o antecedentes de parto pretérmino
antes de las 24 semanas, con dilatación cervical temprana
en ausencia de contracciones uterinas. Podría ser que
la mayoría de las mujeres de esta población
que fueron sometidas a cerclajes profilácticos tuviesen
un cérvix fisiológicamente normal. La indicación
del cerclaje profiláctico se encuentra en discusión
también en la literatura reciente internacional. Althuisius
y colaboradores informaron que los antecedentes solos no constituyen
indicación de cerclaje profiláctico27
y proponen el seguimiento con ecografía transvaginal
de las mujeres con factores de riesgo para incompetencia cervical
en sus antecedentes ginecológicos u obstétricos.
Estudios aleatorizados y controlados recientes20-23
que evaluaron el empleo del cerclaje cervical en la prevención
del parto pretérmino muestran resultados contradictorios.28-29
Rust y colaboradores hallaron que el cerclaje para la dilatación
cervical pretérmino detectada por ecografía
durante el segundo trimestre no mejora el resultado perinatal.20
Althuisius y colaboradores demostraron el beneficio del cerclaje
terapéutico en mujeres en riesgo, con longitudes cervicales
menores que en 25 mm antes de las 27 semanas de gestación.21-23
Estos resultados conflictivos pueden ser explicados
por la utilización de diferentes poblaciones de pacientes
y las diferentes intervenciones utilizadas (por ejemplo, amniocentesis
precerclaje, tiempo de demora entre el diagnóstico
y el cerclaje, y diferentes materiales de sutura en el estudio
de Rust). To y colaboradores también concluyeron que,
entre las mujeres cuyo riesgo aumentado de parto espontáneo
pretérmino estaba basado en los antecedentes obstétricos,
el seguimiento ultrasonográfico seguido de cerclaje
en las de longitud cervical igual o menor que 25 mm reducía
la necesidad de intervenciones quirúrgicas sin desmejorar
los resultados obstétricos.30
Seguimiento
Aún persiste la discusión en la literatura acerca
de la frecuencia óptima de las ecografías transvaginales
para el seguimiento. En el estudio de To y colaboradores,
el grupo manejado en forma expectante fue sometido a ecografías
cada cuatro semanas, comenzando a partir de la semana 11 de
gestación. Guzmán y colaboradores describieron
una tasa de acortamiento cervical de 4-8 mm por semana entre
las 15 y 24 semanas de gestación en mujeres con cérvix
incompetente.31 Ellos sugieren efectuar
el seguimiento de las pacientes de alto riesgo cada dos semanas,
permitiendo así una intervención más
pautada. Sin embargo, debe notarse que en el estudio de Guzmán
casi el 50% de la población con incompetencia cervical
era de origen afroamericano. Dado que sabemos que las mujeres
de esa etnia poseen un mayor grado de acortamiento cervical,
nosotros no podemos estar de acuerdo con la frecuencia de
una ecografía cada 2 semanas para todos los grupos
étnicos. Sugerimos que el seguimiento ecográfico
transvaginal se comience al final del primer trimestre, continuándolo
cada 2-3 semanas hasta las 30-32 semanas de gestación
en las mujeres con incompetencia cervical (y luego del cerclaje
terapéutico), lo cual coincide el con el punto de vista
de Althuisius y colaboradores.20-23
Nosotros demostramos que las medidas seriadas de la longitud
cervical en la última parte del segundo trimestre y
en el inicio del tercero predicen el parto espontáneo
pretérmino. Un estudio reciente de Groom y colaboradores
confirmó nuestros hallazgos acerca de que un significativo
incremento de la longitud cervical mediana luego del cerclaje
no predice el parto pretérmino.25
Ellos señalaron que la longitud cervical preoperatoria
parece mejor predictor del resultado que la longitud completa
posoperatoria. Aún más, la presencia de membranas
fetales visibles al momento de la colocación de la
sutura, independientemente de la longitud cervical preoperatoria,
se asociaba a malos resultados. Las membranas fetales no eran
visibles en ningún caso cuando la longitud preoperatoria
era mayor de 15 mm. Estos hallazgos sugieren un punto de corte
de 15 mm para la colocación del cerclaje.
Conclusión
Nosotros concluimos que el aumento significativo de la longitud
cervical luego de la colocación del cerclaje no tiene
implicaciones clínicas. Más aún, advertimos
que los debates acerca de la utilidad del cerclaje no terminarán
pronto.29 Respecto de las mujeres en
riesgo de incompetencia cervical, es importante el seguimiento
de la longitud del cérvix. Las mediciones ecográficas
transvaginales seriadas de la longitud cervical22-24
en mujeres con factores de riesgo pueden identificar las que
realmente están en riesgo de parto espontáneo
pretérmino. En primer lugar, la población en
riesgo debe estar bien definida. En segundo lugar, la raza
de las pacientes debe ser tenida en cuenta al interpretar
los resultados. Es necesario efectuar una primera medición
cervical al final del primer trimestre, seguida de otras mediciones
seriadas cada 2 o 3 semanas en las poblaciones de alto riesgo.
En las poblaciones en riesgo, el cerclaje cervical terapéutico
puede ser colocado antes de las veinticuatro semanas en mujeres
cuyas longitudes cervicales sean menores de 15-20 mm. Luego
de la colocación del cerclaje, el acortamiento progresivo
del cérvix en la última parte del segundo trimestre
o en el inicio del tercero aumenta el riesgo de parto espontáneo
pretérmino. Este acortamiento debería alertar
al médico para que considere profundizar el seguimiento
en busca de signos y síntomas de trabajo de parto pretérmino,
utilizar la prueba de fibronectina fetal y limitar la actividad
física. También sería necesario considerar
la administración de corticoides para aumentar la maduración
pulmonar fetal.
Se necesitan grandes estudios aleatorizados para evaluar la
utilidad del cerclaje en comparación con la restricción
de la actividad física para el tratamiento del cuello
corto. Es importante que estos estudios sean estandarizados
en cuanto a la población, edad gestacional y punto
de corte de la longitud cervical.32 Mientras
algunos autores aseguran que tales estudios no son éticos,
al privar a las pacientes de la cirugía estándar,
otros ven como no ética la colocación de un
cerclaje cuando no existen beneficios científicamente
avalados.
Copyright © SIIC 2003
Dra.
Karolien Dijkstra
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