PREFERENCIAS DE LOS CONSUMIDORES EN TORNO A LAS MODIFICACIONES GENÉTICAS EN LA CARNE BOVINA - Red Científica Iberoamericana (RedCIbe)

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PREFERENCIAS DE LOS CONSUMIDORES EN TORNO A LAS MODIFICACIONES GENÉTICAS EN LA CARNE BOVINA

Richard Avila1,Néstor Sepúlveda2,Horacio Miranda3,José Sepúlveda4,Denegri Marianela5,Berta Schnettier Morales6 y Bera Schnettler Morales7
1Estudiante De Agronomía, Estudiante, Facultad De Ciencias Agropecuarias Y Forestales. Universidad De La Frontera.
2Médico Veterinario, Académico, Facultad De Ciencias Agropecuarias Y Forestales. Universidad De La Frontera.
3Médico Veterinario, Académico, Facultad De Ciencias Agropecuarias Y Forestales. Universidad De La Frontera.
4Psicólogo, Académico, Facultad De Educación Y Humanidades. Universidad De La Frontera.
5Psicóloga, Académica, Facultad De Educación Y Humanidades. Universidad De La Frontera.
6, Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile
7Ingeniero Agrónomo, Académico, Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile

Temuco, Chile (SIIC)

Si bien los consumidores prefieren la carne bovina no transgénica, no rechazan todos los tipos de modificaciones genéticas y se muestran positivos hacia aquellas que incorporan beneficios para la salud.

La primera generación de alimentos genéticamente modificados o alimentos transgénicos comprende los productos derivados de plantas que han sido alteradas genéticamente para incorporar rasgos agronómicos, como resistencia a insectos o pesticidas. Como resultado, la primera generación de alimentos transgénicos ha sido percibida por los consumidores como más beneficiosa para los productores que para ellos, debido a que la asocian con una reducción en los costos de producción. La segunda generación incorpora nuevos caracteres con beneficios para el consumidor, como alimentos con diferente composición nutricional (ej. mayor aporte de vitaminas, antioxidantes, etc.). En tal sentido, la actitud del consumidor hacia los alimentos transgénicos está determinada en parte por los riesgos y beneficios percibidos, ya que normalmente los consumidores advierten más riesgos que beneficios asociados con el uso de la biotecnología en alimentos. No obstante, cuando los consumidores perciben beneficios sustanciales, por ejemplo relacionados con el cuidado de la salud, presentan mayor disposición a tolerar los riesgos. Varios estudios muestran una actitud positiva hacia los alimentos transgénicos que presentan un mejor contenido nutricional u ofrecen beneficios relacionados con la salud. Las actitudes respecto de la biotecnología también dependen del organismo sobre el cual se aplica y del tipo y objetivo de la modificación genética realizada. Por ejemplo, son más aceptadas las modificaciones genéticas para aplicaciones en medicina que en la producción de alimentos. Asimismo, las modificaciones genéticas en plantas o microorganismos son más aceptadas que las modificaciones en animales. Sobre la base de lo antedicho, en la ciudad de Temuco, capital de la Región de la Araucanía, Chile, se realizó una encuesta a los consumidores con el objetivo de determinar la importancia relativa del tipo de modificación genética y el precio en la compra de carne bovina. Paralelamente, se buscó identificar distintos segmentos de consumidores en función de sus preferencias hacia la carne de un animal sin manipulación genética frente a la carne de animales con distintos tipos de modificaciones genéticas.
Dicha encuesta consideró una muestra de 400 personas que fueran los responsables de la compra de carne para su hogar. Los consumidores encuestados dieron mayor importancia a la existencia/tipo de modificación genética que al precio en la elección de compra de carne bovina. Los consumidores encuestados prefirieron la carne no transgénica, pero a pesar de tratarse de una modificación genética en un animal, no rechazaron todos los tipos de manipulaciones genéticas y se mostraron positivos hacia carne de un animal manipulado genéticamente para reducir el contenido de colesterol. Es decir que los consumidores aceptarían una manipulación genética en un alimento de origen animal correspondiente a la segunda generación de alimentos transgénicos, que incorpora caracteres con beneficios para la salud de los consumidores. Este resultado podría ser atribuido a que el consumo de carnes rojas, entre ellas la carne bovina, ha sido asociado con el aumento del riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles.



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