La organización benéfica infantil canadiense Children First Canada declaró el estado de emergencia con respecto a la salud mental de los niños durante la pandemia de COVID-19 con el fin de crear conciencia sobre las emergencias pediátricas.
Los gobiernos provinciales del país mantuvieron las escuelas abiertas al aprendizaje presencial con la intención de mantener a los niños en las aulas tanto como fuera posible para que sus padres pudieran concurrir a sus trabajos.
Esta política continuó incluso cuando la COVID-19 se expandió durante la segunda ola del último invierno que se cobró la vida de más de 10,000 personas.
Las cifras que reporta la campaña #codePINK de Children First Canada son elocuentes:
? Durante el último año las admisiones hospitalarias por abuso de sustancias entre niños aumentaron el 200%.
? Aumento del 100 por ciento en los intentos de suicidio de niños durante el mismo período.
? El 70% de los niños con edades comprendidas entre 6 y 18 años dicen que la pandemia de alguna manera daño su salud mental.
? El 62% de los padres admite que la pandemia empeoró la salud mental de al menos uno de sus hijos.
? El 61% de los padres espera que los efectos residuales de la pandemia afecten la salud mental de sus hijos incluso con posterioridad a la pandemia.
La crisis de los servicios de salud mental locales determinan que los pacientes a menudo esperan meses para ver a especialistas y recibir apoyo.
Las décadas de austeridad también afectaron la educación pública con reducción del personal de apoyo y el aumento de las demandas de los maestros por exceso de trabajo.
Cuando las autoridades sintieron que no tenían otra opción que recurrir al aprendizaje a distancia los niños y sus familias, sin mencionar a los maestros, se vieron obligados a valerse por sí mismos. En estas circunstancias, prácticamente no se proporcionaron equipos o apoyos para facilitar la transición al aprendizaje en línea, incluido el muy necesario apoyo social para los estudiantes que enfrentan una situación inédita que influye sobre su salud mental.
En asociación con algunos de los principales hospitales infantiles y organizaciones pediátricas del país, Children's First Canada utiliza la plataforma #codePINK para que los gobiernos incrementen la inversión y el apoyo para lograr mejorar la salud mental.
Enfatizan que durante años, todos los gobiernos de Canadá han subfinanciado los apoyos de salud mental. Esta conducta sanitaria afectó en forma notable a las comunidades trabajadoras con el doble de probabilidades de hospitalizarse que sus contrapartes pudientes.
Sara Austin, directora ejecutiva de Children First Canada, considera que “no hemos visto las inversiones que realmente se necesitan en nuestro sistema de atención médica y en particular las referidas a la salud mental de nuestros niños y también en cosas simples como acceder servicios de rehabilitación o cirugías. Los niños son anotados en listas de espera a veces durante meses y ahora años. La situación empeora día a día".
Una característica destacada, pero inquietante, de su campaña es la denuncia del retorno al aprendizaje en el aula mientras la pandemia mundial se descontrola.
Children First Canada opina que el regreso al aprendizaje en el aula conduciría a miles de infecciones entre los niños, especialmente debido a sus bajas tasas de vacunación puesto que los menores de 12 años aún no son elegibles. Estos niños luego infectarían a los miembros de su familia y a la comunidad en general, con la consiguiente ampliación de la pandemia.
Hasta la fecha, se han registrado más de 271.000 casos de COVID-19 entre jóvenes de 19 años o menos, lo que representa el 19,2 por ciento de todas las infecciones. Esta cifra representa supera la proporción referida a cualquier otro grupo de edad.
La mayoría de los distritos escolares en Canadá permanecieron abiertos al menos para la educación parcial en el aula hasta el final del año escolar actual. Sin embargo, millones de trabajadores optaron por el aprendizaje remoto de sus hijos. Una encuesta realizada en junio reveló que el 59% de los encuestados se oponía al regreso a las aulas en otoño sin estar vacunados.
La campaña de reapertura de las instituciones escolares produjo el efecto deseado en un sector de la clase media, representada por pediatras y profesionales de la salud infantil. El 4 de junio, dirigieron una carta abierta al primer ministro conservador progresista de Ontario, Doug Ford, en la que exigían la reapertura inmediata de las escuelas y la provisión de instrucción en el aula para las clases de verano y otoño. Cartas similares recibieron los gobiernos provinciales de Canadá.
Firmada por más de 400 profesionales médicos, los argumentos de la carta para la reapertura de las escuelas reflejan la retórica de los defensores extremos de la política de “inmunidad colectiva”.
La pesadilla que se desarrolla en el Reino Unido muestra lo que le espera a Canadá si se sigue ese camino. Allí, el número de casos nuevos diarios impulsados ??por la variante Delta supera los 50.000.
En una columna reciente sobre el aumento actual en el Reino Unido, el BMJ (anteriormente British Medical Journal ) expuso claramente cómo la transmisión escolar ayudó a impulsar la cuarta ola de la pandemia.
Al examinar en mayo los brotes de la variante Delta, Public Health England identificó 140 brotes en las escuelas, la mayor cantidad de cualquier entorno.
Como dijo el BMJ, "Es probable que la propagación de la variante delta haya jugado un papel importante en los aumentos exponenciales de casos en Inglaterra y hospitalizaciones en el noroeste del país".