COVID-19
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Resultados cardiovasculares a largo plazo de la COVID-19
Nature Medicine, St, Louis, EE.UU. 8 Febrero, 2022

Después de los primeros 30 días de la infección, las personas con COVID-19 tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos trastornos cerebrovasculares, arritmias, cardiopatía isquémica y no isquémica, pericarditis, miocarditis, insuficiencia cardíaca y enfermedad tromboembólica.

Dayron González, «Definitivo», técnica mixta sobre tela, 2011.
Dayron González,
«Definitivo», técnica mixta sobre tela, 2011

Estos riesgos y cargas fueron evidentes incluso entre las personas que no fueron hospitalizadas durante la fase aguda de la infección y aumentaron en forma gradual según la atención recibida (no hospitalizados, hospitalizados e ingresados ??en cuidados intensivos).

La revista Nature Medicine* del 7 de febrero publica un extenso artículo que trasciende las bien descriptas complicaciones cardiovasculares de la enfermedad aguda por (COVID-19 para investigar en profundidad sus manifestaciones postagudas aún no caracterizadas de manera exhaustiva.

Para calcular los riesgos y cargas de 1 año de un conjunto de resultados cardiovasculares incidentes preespecificados, los autores recurrieron a las bases de datos de atención médica del Department of Veterans Affairs de Estados Unidos para crear una cohorte de 153 760 personas con COVID-19, así como otras dos compuestas por 5 637 647 y 5 859 411 personas, agrupadas como cohortes de control contemporáneo e histórico, respectivamente. 

Fueron evidentes los riesgos de resultados cardiovasculares incidentes en todos los subgrupos por edad, raza, sexo, obesidad, tabaquismo, hipertensión, diabetes, enfermedad renal crónica, hiperlipidemia y enfermedad cardiovascular.
En la cohorte de personas sin ninguna enfermedad cardiovascular al inicio del estudio, los riesgos y las cargas de los resultados preespecificados fueron consistentes con los que se muestran en los análisis primarios.

Los autores que se desempeñan en el Clinical Epidemiology Center, Research and Development Service, St. Louis, EE.UU., también examinaron los riesgos y las cargas de las enfermedades cardiovasculares en grupos de personas no hospitalizadas ( n = 131 612  ), hospitalizadas ( n  = 16 760) o ingresadas en cuidados intensivos ( n  = 5.388) durante la fase aguda de COVID-19.

La evaluación de covariables después de la aplicación de pesos sugirió que estaban bien balanceadas. En comparación con el grupo de control contemporáneo, los riesgos y las cargas de 12 meses de los resultados cardiovasculares preespecificados aumentaron según la gravedad de la infección aguda.

Las asociaciones entre COVID-19 y los resultados del estudio preespecificados basados ??en el entorno de atención de la infección aguda también se evaluaron con la utilización del grupo de control histórico como categoría de referencia.
En este caso, los riesgos y las cargas de 12 meses fueron consistentes con los que se muestran en los análisis que consideraron COVID-19 versus control contemporáneo.

Los autores consideran que "más allá de los primeros 30 días de infección, las personas con COVID -19 exhibieron mayores riesgos y cargas de 12 meses de diversas enfermedades cardiovasculares incidentes".

Los riesgos fueron evidentes con independencia de la edad, la raza, el sexo y otros factores de riesgo cardiovascular como obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedad renal crónica e hiperlipidemia; además, se manifestaron con nitidez en personas sin ninguna enfermedad cardiovascular previa a la exposición a la COVID-19, proporcionando evidencia de que estos riesgos podrían producirse incluso en pacientes con bajo riesgo de enfermedad cardiovascular.


Los análisis de los riesgos y las cargas de los resultados cardiovasculares en los entornos de atención de la infección aguda revelan dos hallazgos clave, según los investigadores:
(1) que los riesgos y las cargas asociadas fueron evidentes entre aquellos que no fueron hospitalizados durante la fase aguda de la enfermedad; este grupo representa la mayoría de las personas con COVID-19 y
(2) que los riesgos y las cargas asociadas exhibieron un aumento gradual en el espectro de gravedad de la fase aguda de COVID-19 (desde personas no hospitalizadas hasta hospitalizadas e ingresadas en cuidados intensivos).

Los riesgos y las cargas asociadas fueron consistentes en los análisis que consideraron el grupo de control contemporáneo y, por separado, el grupo de control histórico como categoría de referencia.

En conjunto, los resultados muestran que a un año los riesgos y las cargas de enfermedades cardiovasculares son sustanciales entre quienes sobreviven a la fase aguda de COVID-19 y abarcan varios trastornos.


Estrategias de prevención
Los hallazgos enfatizan la necesidad de una optimización continua de las estrategias para la prevención primaria de las infecciones por SARS-CoV-2.


En primer lugar, prevenir la infección por SARS-CoV-2 es la mejor manera de prevenir COVID Prolongado (CP) y sus innumerables complicaciones, incluido el riesgo de secuelas cardiovasculares graves.
En segundo lugar, dado el número grande y creciente de personas con COVID-19 (más de 355 millones en el mundo), los riesgos y las cargas de 12 meses de las enfermedades cardiovasculares informadas por el estudio podrían traducirse en un gran número de pacientes potenciales afectados.

Los gobiernos y los sistemas de salud del planeta deben prepararse para enfrentar el probable  aumento de las enfermedades cardiovasculares producto de la pandemia.
Debido a la naturaleza crónica de estas condiciones, es posible que tengan consecuencias duraderas para los pacientes y los sistemas de salud con probables implicaciones en la productividad económica y la esperanza de vida.

Abordar los desafíos planteados por la CP requerirá una necesaria estrategia (hasta ahora inexistente) de respuesta mundial  urgente y coordinada a largo plazo.

No están del todo claros los mecanismos que subyacen a la asociación entre la COVID-19 y los desarrollos de enfermedades cardiovasculares en la fase posaguda de la enfermedad.

Los mecanismos rectores aparentes incluyen daño persistente por la invasión viral directa de los cardiomiocitos y la subsiguiente muerte celular, infección de células endoteliales y endotelitis, alteración transcripcional de múltiples tipos de células en el tejido cardíaco, activación del complemento y coagulopatía y microangiopatía mediadas por complemento, regulación a la baja de ACE2 y desregulación de la renina –sistema angiotensina-aldosterona, disfunción autonómica, entre otros mecanismos.

El examen de las asociaciones utilizando dos grandes grupos de control (contemporáneo e histórico) permitió deducir que las asociaciones entre COVID-19 y los riesgos de resultados cardiovasculares no se relacionan con los amplios cambios temporales entre las instancias prepandémica y pandémica sino con la exposición en sí a COVID-19.

Al finalizar, el artículo remarca que en personas con COVID-19 el riesgo y la carga de 12 meses de enfermedad cardiovascular incidente son sustanciales, abarcan varias categorías (cardiopatía isquémica y no isquémica, arritmias y otras) y fueron evidentes entre aquellos cuyo COVID-19 agudo no requirió hospitalización.



* Nature Medicine
Long-term cardiovascular outcomes of COVID-19
Yan Xie, Evan Xu, Benjamin Bowe & Ziyad Al-Aly 

7 de Febrero, 2022
https://www.nature.com/articles/s41591-022-01689-3#Sec19