COVID-19
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LA OMS releva los servicios de salud de 129 países afectados por la COVID-19
Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza 12 Febrero, 2022

La OMS presentó la evaluación de la tercera ronda de su encuesta WHO Global Pulse Survey (Encuesta Pulso Mundial)* destinada a medir el alcance de los inconvenientes que en 129 países afrontaron los servicios de salud esenciales por efecto de la pandemia COVID-19.

Los resultados ofrecen información crítica sobre el impacto de la pandemia en los servicios y sistemas de salud esenciales que afectaron diagnósticos, terapias, vacunas  y equipos de protección personal. Detallan además la respuesta de los países para mitigar las interrupciones y recuperar o fortalecer a largo plazo los servicios de salud.


Resultados del informe
 
La evaluación de la encuesta remarca que a dos años de la COVID-19 el 92 % de los países todavía enfrentan importantes interrupciones en los servicios de salud.

El estudio que cubrió tanto países de ingresos bajos, altos y medios, confirma que a fines de 2021 se produjeron interrupciones en prácticamente todas las áreas de los servicios de salud casi al mismo ritmo que las del primer trimestre de 2021, período que abarcó la ronda de inicio de Global Pulse coincidente con el período en que las vacunas no estaban ampliamente disponibles.


Los problemas relacionados con el personal sanitario se destacan como el mayor obstáculo para ampliar el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación contra la COVID-19.

La OMS considera que la causa podría deberse al agotamiento del personal, las infecciones de la fuerza laboral y el abandono o renuncia de los trabajadores de la salud debido al estrés provocado por la pandemia.

Más de un tercio (35 %) de los países informaron los desafíos del personal sanitario más allá de los cuellos de botella en los servicios de atención de la salud.




Interrupciones de la atención médica
El informe da cuenta de las interrupciones o desatención en todas las principales áreas de salud:
salud sexual, reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente, inmunización, nutrición, oncológica, geriátricas, trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, VIH, hepatitis, TB, paludismo y enfermedades tropicales. 

Además, al tiempo que los países ampliaban la administración de las vacunas anticovid-19, aumentaban las interrupciones en los servicios de inmunización.
Más de la mitad respondieron en la encuesta que muchas personas aún no pueden acceder a los niveles de atención primaria y comunitaria.

Las cirugías electivas también se vieron interrumpidas en el 59% de los países; esta situación, según la OMS, afectaría a largo plazo la salud y el bienestar de las personas. 

Casi un tercio (32 %) informó dificultades para acceder a los servicios de la sala de emergencias.


Planes para la recuperación
Al mismo tiempo, los países trataron de reforzar sus respuestas para adaptarse y recuperarse de la crisis continua mediante la provisión de más atención domiciliaria y telemedicina, incremento de la contratación y capacitación de trabajadores de la salud, adquisición de productos básicos y más apoyo financiero público para la prestación de servicios como pruebas o vacunas COVID.


La mitad desarrolló planes de recuperación de sus servicios de salud con el objetivo de adecuarlos a futuras emergencias de salud.
Para el 70% de los países la puesta al día incluyó la asignación de fondos gubernamentales adicionales para fortalecer el plantel de salud, el acceso a los medicamentos y otros productos de salud, los mecanismos de salud digital, la infraestructura edilicia, el compromiso y la comunicación pública.

Como las respuestas de la encuesta se recopilaron hasta noviembre de 2021, los datos no reflejan los complejos impactos en los servicios de salud que la variante Ómicron provocó a fines de ese mismo mes.

Pese a que Ómicron alcanzó cifras sin precedentes en el mundo (incluyendo el gran número que afectó a trabajadores de la salud) las tasas de hospitalización fueron proporcionalmente inferiores a las registradas en oleadas anteriores.

Este hecho permitió a algunos países redirigir sus esfuerzos hacia diversos procedimientos hospitalarios de emergencia y rutina; sin embargo, otros vieron afectada su capacidad hospitalaria por los aumentos repentinos de pacientes con Covid-19 moderado y grave.