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El deterioro olfativo representaría un marcador de riesgo importante para la salud general y el envejecimiento
JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, Singapur, Singapur 8 Abril, 2022

El deterioro de la función olfativa se relacionaría con una variedad de enfermedades crónicas y representaría "un marcador de riesgo importante para la salud general y el envejecimiento".

"Hasta la fecha, las características fisiopatológicas exactas que vinculan la DO y la mortalidad aún no se conocen por completo", informó Neville Wei Yang Teo del Singapore General Hospital y coautores en JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery*.
"La confusión es probable y puede incluir factores como trastornos neurodegenerativos, enfermedades sistémicas, depresión, envejecimiento biológico avanzado y contaminación ambiental, entre otros".

El análisis de 21.600 pacientes arrojó un índice de riesgo de mortalidad combinado de 1,52 para adultos mayores con función olfatoria alterada frente a aquellos con olfato intacto. 

Después del ajuste estadístico por las variaciones en el diseño del estudio y otros factores, el deterioro del olfato siguió siendo un predictor significativo de muerte prematura.

Los hallazgos se suman a una creciente cantidad de evidencias que relacionan el deterioro de la función olfativa con una variedad de enfermedades crónicas; en consecuencia opinan que la pérdida del olfato es "un marcador de riesgo importante para la salud general y el envejecimiento", informó Neville Wei Yang Teo del Singapore General Hospital, y coautores en JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery*.

En sus conclusiones el artículo señala que "el deterioro del olfato (DO) es un problema frecuente, especialmente entre las personas mayores. Por lo tanto, los médicos deben considerar la relevancia de la DO para la salud general y el envejecimiento. Se debe educar a los pacientes en la importancia que reviste y en cómo manejar sus comorbilidades médicas subyacentes."

Los autores recomiendan que investigaciones futuras determinen el mecanismo exacto que subyace a la asociación entre la DO y la mortalidad y el alcance de las intervenciones.

Una editorial que integra el número destaca las limitaciones del estudio y enfatiza que como acontece con cualquier metanálisis, "muchas variables no medidas pueden ejercer efectos significativos en los resultados. Al estudiar el olfato, aún se desconocen muchas de las variables que lo vinculan con estados patológicos que conducen a la mortalidad", afirman afirman John Schneider y coautores

Al referirse al trabajo que evalúan, escribieron: "aunque los investigadores verificaron cuidadosamente los efectos de las covariables, es importante darse cuenta que todavía faltan estudios que muestren las relaciones causales entre el olfato y otros estados patológicos. En particular, la asociación entre las enfermedades neurodegenerativas y la DO ha preocupado a médicos e investigadores durante años".

A pesar de limitaciones y advertencias, el estudio motivó una notable atención por su relación con la COVID-19 porque permite entrever los defectos ocasionados por los potenciales deterioros del olfato.

"La mortalidad asociada con la DO puede no estar en la mente de los médicos de todas las especialidades médicas", continuaron Schneider y sus colegas. "En parte, antes de la pandemia de COVID-19, la DO no era una preocupación importante para la mayoría de los médicos. Aunque se conocían sus efectos en la calidad de vida, hay poca información que sugiera un efecto más grave, como se encuentra en este estudio."

Los autores consideran que es necesario más investigación sobre el diagnóstico, el tratamiento y el efecto de la DO: “seguimos limitados en nuestros tratamientos potenciales para la DO, aunque muchos están trabajando para mejorar las opciones de tratamiento".

El deterioro del olfato afecta una cuarta parte de los adultos, incluidas las estimaciones de prevalencia que superan el 50 % en personas de 65 a 80 años y 80 % en aún mayores. 

Varios estudios han relacionado la afección con trastornos neurodegenerativos, cardiovasculares, nutricionales e inmunitarios, señalan Yang Teo y colegas basándose en las referencias del artículo.

En particular, un creciente cuerpo de evidencia sugiere que el deterioro del olfato es un signo temprano de afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y el deterioro cognitivo, todas las cuales están asociadas con un mayor riesgo de mortalidad. 

El DO también se asocia con una variedad de condiciones comórbidas como diabetes, enfermedad renal y epilepsia, continuaron los autores.

Varios estudios han sugerido que el DO se asocia con un exceso de mortalidad por todas las causas en adultos mayores, pero la literatura ha sido inconsistente. 

Los autores del estudio de JAMA buscaron aclarar la asociación y el papel de los posibles factores de confusión, incluidos la demografía, el nivel socioeconómico y las comorbilidades médicas.

Una revisión sistemática de la literatura identificó 10 estudios de cohortes prospectivos y otro retrospectivo con 21.601 pacientes involucrados; siete de ellos eran de América del Norte, dos de Europa, uno de Australia y otro de China. 

Varios definieron al DO como la incapacidad para reconocer dos de tres olores, más de dos de ocho, al menos nueve de trece o dos de 12 olores. La edad de los participantes osciló entre 59 y 81 años.

La mayoría de los análisis se ajustaron por covariables aunque éstas variaron entre ellos. La prueba de heterogeneidad mostró diferencias  significativas entre los análisis.

La evaluación primaria mostró que las personas con DO tenían un cociente de riesgos instantáneos combinado significativamente más alto para la mortalidad por todas las causas en comparación con aquellos sin deterioro del olfato. 

Un análisis posterior mostró que la duración del seguimiento afectó en forma notable los resultados y representó más del 90 % de la heterogeneidad entre los estudios. 

El cociente de riesgos instantáneos combinado disminuyó en un factor de 0,95 por cada año adicional de seguimiento. Ninguna otra característica afectó significativamente los resultados.

"Hasta donde sabemos, esta es la primera revisión sistemática y metanálisis de la asociación epidemiológica entre la DO y la mortalidad", dijeron los autores sobre sus hallazgos. "Pese a demostrar la existencia de esta asociación, nuestro estudio no puede deducir definitivamente una relación causal entre la DO y la mortalidad".