La infoxicación (sobrecarga de información) en salud debida a la sobresaturación informativa de la web conlleva el riesgo de que lo importante se haga invisible. Por tanto, las instituciones sanitarias deberían implantar estrategias de gestión del conocimiento.
"Ahora, es el momento del consenso en estrategias y políticas coherentes, tanto sanitarias, económicas como sociales, del equilibrio entre el derecho a la información y la información útil, que permita a la población dimensionar el problema en su justa medida", escribe Javier Sanz Valero en la editorial* del número de marzo 2022 de la revista Hospital a Domicilio.
Las tecnologías de la información y la comunicación han permitido, a través de la infodemiología (información + epidemiología), conocer los comportamientos de las poblaciones en relación a temas de salud. A su vez, el manejo del exceso de información puede producir, como infodemia, la desinformación o incluso el engaño.
El importante incremento de contenidos falsos y la desinformación originada durante la COVID-19 ocasionó la peor ola de desinformación de la historia.
En base a la literatura consultada, Sanz Valero considera que "si bien los contenidos falsos, sin contrastar y bulos han existido siempre, se puede decir que son un problema que ha proliferado en el entorno digital, entre otras cuestiones porque en la segunda década del siglo XXI la verdad ya no es tan relevante, porque importan más los seguidores o las entradas que el prestigio de la fuente o del profesional que firma.
Entre los problemas de la lucha contra las noticias falsas, el autor destaca que la persisitencia de los rumores virales sería consecuencia de la falta de pruebas definitivas y disponibles para refutarlos.
Por ejemplo, no está absolutamente confirmado, con ensayos clínicos rigurosos, las medidas de protección (distanciamiento social, mascarilla, etc.), puesto que los trabajos publicados al respecto tienen numerosos sesgos.
Sin embargo, la falta de evidencia científica sobre la efectividad de algunas medidas no presupone que sean ineficaces. En otras palabras, si los ensayos todavía no demuestran que una medida es totalmente eficaz, ello no significa que sea incapaz de prevenir y, más aún, que al adoptarla salve muchas vidas en situaciones críticas como la actual.
Las noticias falsas no son un fenómeno nuevo, pero sí lo es la amplitud con que pueden reproducirse en las redes sociales, afirma Sanz Valero.
La facilidad de propagación y “viralización” de la información conduce a la necesidad de alfabetización mediática, ya que la información vertida por redes sociales y otros recursos en línea requieren aprender a decodificar lo que se lee.
Los principales factores que contribuyen al desarrollo de la infodemia se encuentran principalmente asociados a la falta de programas de alfabetización digital.
Por tanto, la infodemia impacta de forma negativa en la salud y el bienestar, además de polarizar el debate público. "Campañas en contra de las medidas de salud pública, datos epidemiológicos imprecisos o alterados y evidencia falsa o sesgada potencialmente podrían modificar el comportamiento de la población. Esto agrega una presión extra sobre el sistema de salud, ya que perjudica el alcance y la eficiencia de los diversos programas de intervención sanitaria", advierte la editorial de Hospital a Domicilio.
Las tecnologías facilitan el acceso a la información, facilitando el cumplimiento de la secuencia datos - información - conocimiento.
La información ya no es un producto final, sino que representa una materia prima que es necesario someter a un proceso de transformación con el objetivo de extraer los conocimientos que pueden contribuir a comprehender una situación y la toma de decisiones estratégicas en un determinado campo de actividades.
* Hospital a Domicilio
Enfermedad por coronavirus: pandemia e infodemia
Coronavirus disease: pandemic and infodemic
Javier Sanz Valero (Editor jefe de la revista)
Vol.6 no.1, ene./mar. 2022
14 de Marzo, 2022
https://dx.doi.org/10.22585/hospdomic.v6i1.156