La primera dosis de la vacuna Covid-19 se asoció con una reducción de los síntomas prolongados de Covid, mientras la aplicación de la segunda evidenció una mejora sostenida durante el seguimiento medio de 67 días.
Desde la infección hasta la vacunación, los autores no hallaron diferencias en esta relación por características sociodemográficas, factores relacionados con la salud, tipo de vacuna o duración.
El estudio publicado en mayo por la revista British Medical Journal* incluyó 28 356 individuos de 18 a 69 años cuyos datos fueron extraídos de la National Statistics COVID-19 Infection Survey (Encuesta de infección por COVID-19 de la Oficina de Estadísticas Nacionales [del Reino Unido]).
Los participantes recibieron al menos una dosis de un vector de adenovirus o la vacuna de ARNm después de dar positivo al SARS-CoV-2. La edad media fue de 46 años, con un total de 55,6 % mujeres y 88,7 % de etnia blanca.
La primera vacuna tuvo un seguimiento de 141 días (entre todos los participantes) y de 67 a partir de la segunda (83,8 %).
Al menos una vez durante el seguimiento, 6729 personas (23,7%).informaron síntomas prolongados de Covid de diversa gravedad.
Resultados alentadores
La primera dosis de vacuna se asoció con una disminución inicial del 12,8 % en las probabilidades de Covid prolongado, con datos posteriores compatibles con aumentos y disminuciones en la duración.
La segunda aplicación se relacionó con una disminución inicial del 8,8 % en las probabilidades de Covid prolongado, con una merma posterior del 0,8 % por semana.
Las probabilidades de experimentar síntomas prolongados de covid persistentes durante al menos 12 semanas disminuyeron en un promedio de 13% después de la primera dosis de vacuna Covid-19.
La administración de la segunda dosis se asoció con una disminución adicional del 9 % en las probabilidades de covid prolongado. A su vez, la evidencia estadística sugirió una mejora sostenida al menos durante la media de seguimiento de 67 días.
Los autores arribaron a resultados similares cuando la atención se centró en un covid prolongado lo suficientemente grave como para provocar un deterioro funcional.
El artículo informa no haber encontrado evidencia estadística de heterogeneidad por las asociaciones entre la vacunación y los síntomas prolongados de Covid según el tipo de vacuna, la duración desde la infección hasta la primera vacunación, las características sociodemográficas (edad, sexo, etnia y privación del área), el estado de salud autoinformado o el ingreso hospitalario con Covid-19 agudo.
Limitantes y nuevos estudios
Sin embargo, dada la multiplicidad de pruebas los autores adjudican a su estudio observacional una escasa probabilidad de tener la potencia suficiente para detectar en particular estas asociaciones; en este sentido, aclaran que la falta de evidencia no implica necesariamente su ausencia.
Al finalizar, aconsejan nuevas investigaciones para evaluar la relación a largo plazo entre la vacunación y la Covid prolongada con centro en el impacto de la variante Ómicron que se ha vuelto dominante.
Asimismo, los autores recomiendan analizar los efectos de las reinfecciones y las dosis de refuerzo, en estos momentos ampliamente disponibles para la población adulta; también sugieren estudiar los mecanismos biológicos que sustentan cualquier mejora en los síntomas después de la vacunación.
* British Medical Journal
Trajectory of long covid symptoms after covid-19 vaccination: community based cohort study
Daniel Ayoubkhani, Charlotte Bermingham, Koen B Pouwels, Myer Glickman, Vahé Nafilyan, Francesco Zaccardi, et al.
18 de mayo, 2022
doi: https://doi.org/10.1136/bmj-2021-069676