EE.UU.: expectación por los avances de las subvariantes BA.4 y BA.5 que también acosan a Europa
The New York Times, Nueva York, EE.UU. 8 Julio, 2022

La subvariante BA.5 de Ómicron, transformada en la más transmisible del coronavirus, amenaza con una nueva ola de infecciones incluso entre las personas poco tiempo atrás recuperadas del virus. Según estimaciones oficiales de EE.UU., junto con su par la BA.4, la subvariante BA.5 alimenta brotes y hospitalizaciones.

Por Lauren Leatherpor

Síntesis del informe periodístico publicado el 7 de julio por la versión impresa del diario The New York Times de EE.UU. 
aSNC

Si bien las pruebas masivas en el hogar representan una subestimación significativa de casos, la proporción de positivos se está disparando y ahora es más alta que durante la mayoría de las otras olas de la pandemia. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., consideran que crece el riesgo de Covid-19 en gran parte del país.

“Creo que hay una subestimación de las consecuencias locales que acarreará, y ya se están observando”, dijo Eric Topol, profesor de medicina molecular en Scripps Research.

Las subvariantes  BA.5 y BA.4 de la variante Ómicron avanzaron por el mundo [occidental] durante el invierno [boreal], transformándose en las versiones del SRS-Cov-2 con mayor capacidad para evadir la inmunidad de infecciones y vacunas anteriores.

 Ambas subvariantes contienen mutaciones en sus proteínas de pico cuyas diferencias respecto a versiones anteriores del virus les permite eludir varios anticuerpos.

Las oleadas de infección, y la subsiguiente inmunidad que las acompaña, varían de un país a otro y determinan la imperfección de las comparaciones. Las tasas de vacunación también varían. 

Pero en lugares donde BA.4 y BA.5 fueron dominantes durante semanas o meses, provocaron aumentos de casos y hospitalizaciones, a pesar de cierta inmunidad adquirida por la población en oleadas anteriores.

Los CDC dicen que hasta el momento no hay evidencia de que BA.4 o BA.5 sean esencialmente más graves que otras subvariantes de Omicron, pero cuando más personas se infectan, la cantidad de hospitalizaciones también suele aumentar.

La infección previa con otra forma de la variante Ómicron confiere cierto grado de inmunidad, dijo el Dr. Topol, y eso puede explicar porqué los casos aún no despegaron con fuerza en EE.UU. “Pero en nada se parece a lo que suponíamos”, dijo. 

Las subvariantes de Ómicron representarían una desviación de las oleadas anteriores del virus, cuando era una creencia extendida que la infección protegía contra la reinfección.

En Portugal, donde las tasas de vacunación son más altas que en los Estados Unidos, los casos aumentaron considerablemente después de que BA.5 se volvió dominante en mayo, y las hospitalizaciones se acercaron a su pico anterior de Ómicron.

Antes de que en abril las BA.4 y BA.5 fueran dominantes en Sudáfrica, las investigaciones sugirieron que el 98 por ciento de la población disponía de algunos anticuerpos obtenidos por vacunación o infección previa o ambas.

Incluso con esos anticuerpos protectores, muchas personas se infectaron con BA.4 y BA.5, y las subvariantes causaron un pequeño aumento de casos, hospitalizaciones y muertes.

Es posible que tampoco se salven los lugares que acaban de emerger de importantes oleadas primaverales del virus. Varios países de Europa tuvieron grandes brotes de una subvariante diferente de Omicron, BA.2, causante de nuevas oleadas de hospitalizaciones y muertes que alcanzaron su punto máximo en abril. Sin embargo, en esos países, los casos están aumentando nuevamente a medida que BA.5 se vuelve dominante.

Los expertos dicen que es prematuro predecir por completo lo que las últimas subvariantes acarrearían a EE.UU., después de la reciente ola de mayo y junio, impulsada tanto por BA.2 como por otra subvariante llamada BA.2.12.1. 

Las altas proporciones de infecciones últimas por BA.2.12.1 como la de EE.UU. fueron poco comunes en aquellos países donde ahora padecen importantes infecciones de BA.4 y BA.5.

EE.UU. también tiene una tasa de vacunación más baja que muchos de esos países, y una proporción aún menor de personas mayores que recibieron una o ambas vacunas de refuerzo.

“Hay una ola en marcha, no hay duda al respecto”, dijo el Dr. Topol. “Mi preocupación es la duración”.