EE.UU.: ante la Covid-19, las escuelas demoraron la mejora de sus ambientes interiores pese a contar con recursos
The Washington Post, Washington, EE.UU. 21 Julio, 2022

El gobierno de Estados Unidos otorgó en los últimos dos años millones de dólares para mantener limpio el aire interior de las escuelas. Sin embargo, solo recientemente la mayoría de las instituciones comenzó a utilizarlos, aunque sin las orientaciones necesarias.
Los funcionarios interesados en mejorar el aire interior de sus escuelas advierten que se enfrentan a escasez en la cadena de suministro, restricciones de contratistas y precios altísimos.

El artículo de McKenzie Beard y Rachel Roubein, publicado por el diario The Washington Post, de EE.UU., afirma que la ciencia presentó durante más de un año evidencias referidas al papel clave de la ventilación para contener la propagación del virus, y responsabiliza a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en la demora por enfatizar en sus recomendaciones.

El informe hace referencia a que los funcionarios escolares -reacios a restablecer los requisitos de uso de máscaras cuando los estudiantes regresen al aula este otoño [boreal]- se apresuran a mejorar la calidad del aire interior para combatir la subvariante BA.5 de Ómicron, en prevención de la notable capacidad para evadir la inmunidad y reinfectar masivamente. 

Pese a que -según conversaciones del diario con ocho funcionarios escolares y expertos del país- los esfuerzos de limpieza del aire interior acaban de comenzar, en estos momentos las instituciones se enfrentan a cadenas de suministro tensas, costos elevados y escasez de mano de obra que podrían haberse evitado si la medida de control hubiera sido enfatizada por los funcionarios de salud pública a principios de la pandemia.

Asignación de fondos 
Las escuelas fueron un punto crítico durante la pandemia, ya que algunos distritos continuaron ofreciendo solo educación virtual durante meses mientras los funcionarios luchaban para bloquear la propagación del virus, proceso prolongado que extendió los efectos negativos de la educación remota, como la pérdida de aprendizaje para muchos estudiantes. 

Los autores del informe consideran que existen varias razones por las que las escuelas rehuyeron de la instrucción presencial durante tanto tiempo y acotan que los defensores de la educación alegan que el regreso a las aulas se hubiera visto facilitado con el gasto de los más de US$190 millones aportados por el gobierno federal en sistemas de ventilación aplicados a la limpieza del aire consumido por estudiantes y maestros.

Los beneficios, más allá de controlar la Covid-19, demuestran que el aire interior más limpio conduce a una mejor salud de los estudiantes, índices de asistencia más altos e incluso un rendimiento académico mejorado. 

Pero cuando las escuelas recibieron una afluencia de fondos en los primeros días de la pandemia, la mayoría de los distritos se negaron a utilizar el dinero para realizar inversiones en sus sistemas de ventilación, según Anisa Heming , directora del Centro para Escuelas Ecológicas del Consejo de Construcción Ecológica de EE.UU. 

“Rechazaron la importancia de esas medidas porque no hubo mucho énfasis en ellas por parte del gobierno federal”, dijo Heming. “Fue una verdadera oportunidad perdida.”

En cambio, según los autores, ese primer lote de fondos se gastó principalmente en medidas de control a corto plazo, como suministros de desinfección y equipo de protección personal. Pero a medida que fluía más dinero y la ciencia aclaró los efectos de la transmisión del virus en el aire, los funcionarios escolares argumentaron haberse quedado solos para descubrir la forma más efectiva de limpiar el aire interior. 

“Era problemático carecer de la orientación clara impartida por los niveles más altos del gobierno”, dijo Angelina Cruz, presidenta de Racine Educators United en Wisconsin. “Definitivamente generó mucha confusión”.

Los distritos escolares de todo el país enfrentan desafíos similares al decidir en qué tecnología invertir.
Una investigación realizada por Kaiser Health News esta primavera [boreal] descubrió que más de 2000 escuelas gastaron millones en productos para la calidad del aire obsoletos o ineficaces.

Beard y Roubein, hacen hincapié en que los mensajes mixtos, y a menudo contradictorios, del gobierno federal llevó a algunos distritos a continuar invirtiendo en medidas sanitarias que los científicos consideraron ineficaces desde el comienzo de la pandemia, como instalar barreras de plásticos transparentes alrededor de escritorios y limpieza constante de superficies. 

En este punto de la pandemia, limpiar el aire sigue siendo “una de las inversiones más inteligentes” que podrían hacer las escuelas, declaró en un comunicado Georgia Lagoudas, asesora principal de biotecnología y bioeconomía de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca. “Es realmente importante que las autoridades escolares entiendan que el dinero todavía está disponible”.

El informe señala que el país enfrenta un desafío gigantesco para abordar sus problemas de calidad del aire interior. Alrededor de 36,000 escuelas de EE.UU. necesitan actualizar sus sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (CVAC) para disponer de aire saludable. 

Pese a que la mayoría de las escuelas informan que los esfuerzos de limpieza del aire representan una de sus prioridades, un análisis publicado el mes pasado por los CDC encontró que desde el comienzo de la pandemia menos del 40 por ciento reemplazó o actualizó sus sistemas CVAC.