Guatemala encabeza los países centroamericanos con Covid-19
Prensa Latina, Ciudad de Guatemala, Guatemala 5 Agosto, 2020

La reapertura económica en un extremo, y en el otro, el costo humano sanitario, así se mueve hoy la balanza de la Covid-19 en Guatemala a 145 días de una epidemia que pone a los ciudadanos entre trabajar o sobrevivir.

El más reciente parte de la enfermedad desde su entrada aquí el 13 de marzo evidencia el fracaso de una estrategia que si bien convenció en sus inicios, se perdió en el camino por múltiples razones al punto de dejar en manos de los guatemaltecos la triste opción de 'sálvese quien pueda' ante un sistema de salud pública históricamente en colapso. 
Según el tablero en línea sobre la situación de la Covid-19, al corte de ayer había un acumulado de 53 mil casos registrados y 2.072 fallecidos, una cifra que sitúa al país a la cabeza de sus vecinos centroamericanos, cuando solo dos meses atrás el presidente Alejandro Giammattei ponía de ejemplo a Guatemala, incluso, a nivel de Latinoamérica.

En las últimas 24 horas, la herramienta en línea del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social contabilizó 1.145 nuevos positivos y 35 personas perdieron la vida.

El director ejecutivo de la Comisión Presidencial para la Atención de la Covid-19, el doctor Edwin Asturias, precisó ayer que en el área central de Guatemala, hasta ahora epicentro de la pandemia, se observa una tendencia a la baja de casos, pero otros departamentos transitan ahora hacia el pico.

Entre ellos, citó a Izabal, Quetzaltenango, San Marcos, Zacapa y Santa Rosa, todos bajo medidas de restricción vehicular en el último mes por sus ya altos índices de infección antes de que el Gobierno diera luz verde a una 'inteligente reapertura económica del país'.

Analistas continúan llamando la atención sobre un paso que consideran con proyecciones epidemiológicas sombrías a casi cinco meses de epidemia y varios Estado de Calamidad con sus toques de queda más o menos severos y algunos encierros parciales de sábados y domingos, pero sin cierre total de la economía.

A juicio de la consultora independiente y médica Karen Slowing, "el resultado es un recuento basado en estadísticas poco confiables porque, por una excusa u otra, no se ha expandido la capacidad de testeo a los niveles necesarios para tener certidumbre del comportamiento real de la pandemia. Con el mapa nacional teñido de escarlata y naranja (alertas máxima y alta en el vigente semáforo), un alza previsible de casos costará más vidas, estrés al sistema sanitario y a la economía, alerta en su columna 'Luz verde para el Covid-19. No es ser pesimista, basta con ver lo que ha ocurrido ya en otros países, pero impunemente quieren ahora endosar a la responsabilidad individual lo que acontezca", asegura Slowing. 
En un recuento de lo sucedido, se pregunta "por qué hay tanta gente padeciendo si el PIB todavía creció en 0,7 por ciento durante el primer trimestre y se inyectaron miles de millones por la vía de préstamos y endeudamiento con el Banco de Guatemala". En el ínterin, me doy algunas explicaciones: Fueron los sectores y empresas que más empleo generan (micro, pequeñas y medianas) los que más han sido afectados por los cierres parciales y los que menos ayuda han recibido a la fecha", puntualiza.

Los resultados de un reciente monitoreo de Oxfam, Paraíso Desigual y Pacto Ciudadano señalan que por ejemplo, el Bono Familia -un aporte de mil quetzales, casi 130 dólares-, por tres meses a más de dos millones de hogares, se distribuyó en su primera entrega de manera desigual, pues municipios con menos pobreza fueron los más favorecidos.

Ahora, se proyecta que la epidemia continuará activa por lo menos hasta marzo de 2021 y tendrá nuevos picos en las áreas rurales, las más desprotegidas en inversión de salud por décadas y con flagelos subyacentes como la desnutrición crónica infantil y la pobreza del 70 por ciento de su población indígena como puerta abierta al nuevo coronavirus.

Como advierte Slowing, "es al Sars-CoV-2 a quien le quedó la luz en verde para arrasar".