COVID-19
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La agencia Sistema de Novedades Científicas (aSNC), difunde informes de organismos de Estado, sociedades científicas, empresas públicas o privadas, etc. y noticias veraces emitidas por medios masivos
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La OMS propone "higienizar la información" para deshechar ´información errónea´ y desinformación maliciosa
Organización Mundial de la Salud (OMS), Ginebra, Suiza 23 Octubre, 2020

El trabajo Let’s flatten the infodemic curve (Alisemos la curva de la infodemia) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre los tres tipos de novedades que circulan en la mayoría de los países: información, ´información errónea´ o desinformación, ésta última propalada con fines maliciosos, sean privados o públicos. 

En coincidencia con el punto "4. Verifique la fecha" y como es costumbre de SIIC, junto a la cita que deriva al texto completo* hubiéramos incluido la fecha de publicación por la OMS pero lamentablemente el informe no la menciona. De todas formas, la vigencia y calidad de las recomendaciones permiten obviar el detalle.

Deseamos contribuir a la difusión del informe de la OMS entre los profesionales de la salud, expuestos como la población, a la información mediática dañina y, en particular, a la científica irresponsable.
Creemos que la ´información errónea´ o la desinformación retransmitida por especialistas representarían avales que las convertirían en aún más peligrosas. 


Dirección editorial
SIIC


Resumen objetivo redactado en castellano por la Sociedad Iberoamericana de Información Centífica (SIIC).

Estamos expuestos a una gran cantidad de información COVID-19 a diario, y no toda es confiable. A continuación, se ofrecen algunos consejos para diferenciar y detener la difusión de información errónea.

Debido al COVID-19, la mayoría de nosotros tenemos una nueva palabra en nuestro vocabulario: epidemiología. Es la rama de la ciencia médica que se ocupa de las formas en que las enfermedades se transmiten y pueden controlarse en una población. Ahora es el momento de aprender otra palabra nueva: infodemiología .

Como humanos, somos una especie curiosa e innovadora. Queremos comprender el mundo que nos rodea y estar al día sobre los desafíos que enfrentamos y cómo superarlos. Una de las formas en que hacemos esto es buscando y compartiendo mucha información. Incluso los científicos de todo el mundo están trabajando duro para mantenerse al día con los miles de estudios que circulan desde que apareció la COVID-19.
Pero no son únicamente estudios científicos; también hay comunicaciones oficiales de gobiernos y agencias de salud de todo el mundo. En otro orden, abundan los artículos de noticias y de opinión, mensajes de bloggers, podcast, videos, webinares y los emitidos en las redes sociales y aplicaciones donde amigos y familiares comparten información. 
Esta avalancha de información sobre la pandemia de COVID-19 se llama infodemia:. La infodemiología es el estudio de esa información y cómo gestionarla.

Con el fin de dotarnos de prevenciones para decidir en quién y en qué confiar, la OMS recomienda atender siete pasos para navegar con brújula por el tsunami informativo:

1. Evaluar la fuente
¿Quién compartió la información contigo y de dónde la obtuvieron? Incluso si se trata de amigos o familiares, aún debe investigar su origen. Para buscar cuentas de redes sociales falsas, mira cuánto tiempo han estado activos los perfiles, su número de seguidores y sus publicaciones más recientes.
Para los sitios web, consulte las secciones "Acerca de nosotros" y "Contáctenos" para conocer los antecedentes y detalles de quienes elaboran las páginas en consulta. 
Cuando se trata de imágenes o videos, convierta en un hábito la verificación de su autenticidad. Para las imágenes, puede utilizar las herramientas de búsqueda de imágenes inversas proporcionadas por Google y TinEye . Para los videos, puede utilizar el DatViewer de YouTube de Amnistía Internacional , que extrae miniaturas que puede ingresar en las herramientas de búsqueda de imágenes inversas.

2. Vaya más allá de los titulares
Los titulares pueden ser intencionalmente sensacionales o provocativos para obtener un gran número de clics. Supere el título de un artículo, vaya más allá y lea, vea o escuche el contenido completo.
Busque más información que la circulante en las redes sociales: indague en fuentes impresas como periódicos y revistas y fuentes digitales como podcasts y sitios de noticias en línea.
La diversificación de sus fuentes le permite tener una mejor idea de lo que es o no confiable.

3. Identifique al autor
Busque el nombre del autor en línea para ver si es real o creíble.

4. Verifique la fecha
Cuando encuentre información, hágase estas preguntas: ¿Es reciente? ¿Está actualizada y es relevante para los el momento actual? ¿Utiliza un titular, imagen o estadística fuera de contexto?

5. Examine la evidencia de apoyo
Historias en apariencia creíbles respaldan sus afirmaciones con supuestos hechos, citas de expertos o enlaces a ciertas estadísticas o estudios. Verifique que esos datos o citas sean confiables y que los enlaces realmente respalden lo afirmado en el relato que consultó.

6. Verifique sus propios sesgos
Todos tenemos prejuicios, y estos influyen en la forma en que vemos lo que sucede a nuestro alrededor. Evalúe sus propios prejuicios y la razón por la que haya sentido particular atracción por un titular o crónica.
¿Cuál es su interpretación al respecto? ¿Por qué reaccionó de esa manera? ¿Desafía sus suposiciones o le informa lo que quiere escuchar? ¿Qué aprendiste sobre tu propia interpretación o reacción?

7. Acude a verificadores de hechos
En caso de duda, consulta a organizaciones confiables de verificación de datos, como la International Fact-Checking Network y otras.

Información, información errónea y desinformación
LLamamos información a los acontecimientos que consideramos precisos según nuestro conocimiento. Por ejemplo, la COVID-19 significa enfermedad por coronavirus 2019 y es causado por el virus SARS-CoV-2. Una de las dificultades con cualquier patógeno nuevo, como este coronavirus, es que la información cambia con el tiempo a medida que la ciencia nos permite aprender más.

La información errónea, por otro lado, es información falsa. Es importante destacar que es información falsa que no fue creada con la intención de lastimar a otros. Suele comenzar por alguien que realmente desea comprender un tema y le interesa compartirlo con otras personas quienes a su vez también pueden replicar la conducta del que inició la ronda.
Pese a que todos creen compartir buena información, desafortunadamente puede no ser así; en estos casos, la información errónea, resultará dañina.

En el otro extremo del espectro está la  desinformación. A diferencia de la información errónea, esta es información falsa creada con la intención de obtener provecho personal o dañar a una persona, grupo, organización o incluso un país.
La desinformación generalmente sirve a algún proyecto y puede ser peligrosa. Durante esta pandemia, vemos que se utiliza para intentar erosionar la confianza mutua, la dispensada a nuestro gobierno y a las instituciones públicas.

Cómo navegar por la información errónea y la desinformación
Es recomendable considerar que la información errónea y la desinformación se propagan de la misma manera que los virus: una persona puede compartir noticias falsas con amigos y familiares, luego algunos de ellos las comparte con más amigos y familiares, y antes de que te des cuenta, la información potencialmente dañina o peligrosa se instaló en todos.

Así como nos protegernos contra la COVID-19 (lavado de manos, distanciamiento físico, máscaras) podemos frenar la propagación de información errónea y desinformación practicando cierta "higiene de la información".

Antes de compartir algo, hágase estas preguntas:

¿Cómo me hace sentir esta información?

¿Por qué la estoy compartiendo?

¿Cómo sé que es verdad?

¿De dónde provino?

¿Al compartirla, qué proyecto o agenda podría estar convalidando?

Si sabes que algo es falso o si te enoja, no lo compartas para desacreditarlo o burlarte. Esa conducta solo incrementa la información errónea o desinformación.


* Texto completo en inglés disponible en
https://www.who.int/news-room/spotlight/let-s-flatten-the-infodemic-curve