Una mutación temprana del SARS-Cov-2 habría influido en la difícil detención de la pandemia
The New York Times, Nueva York, EE.UU. 24 Noviembre, 2020

La variante original del virus SARS-Cov-2 detectada en Wuhan, China, a fines de 2019 ya era altamente contagiosa. Pero su mutación parece haber hecho que la pandemia se extendiera más rápido de lo que lo habría hecho sin ella.

Por James Glanz, Benedict Carey y Hannah Beech

A medida que el coronavirus se extendió por todo el mundo, detectó alteraciones aleatorias en su secuencia genética. Al igual que los errores tipográficos sin sentido en un script, la mayoría de esas mutaciones no marcaron ninguna diferencia en el comportamiento del virus. 
Sin embargo, recientes hallazgos indicarían que al haberlo conseguido una mutación producida cerca del comienzo de la pandemia, contribuyó a que el virus se propagara más fácilmente de persona a persona y dificultó la detención de la pandemia.

La mutación, conocida como 614G, se detectó en enero por primera vez en el este de China y luego se extendió rápidamente por Europa y la ciudad de Nueva York. En unos meses, la variante se apoderó de gran parte del mundo, desplazando a otras.

Los investigadores del Laboratorio Nacional de Los Alamos argumentaron en mayo que la variante local habría desarrollado la capacidad de infectar a las personas de manera más efectiva. Muchos se mostraron escépticos, argumentando que la variante pudo haber sido simplemente afortunada, apareciendo más a menudo por casualidad en grandes epidemias, como la del norte de Italia, que sembró brotes en otros lugares.

Pero una gran cantidad de nuevas investigaciones, que incluyen un análisis genético detallado de los brotes y el trabajo de laboratorio con hámsteres y tejido pulmonar humano, han respaldado la opinión de que el virus mutado sí tenía una clara ventaja, infectando a las personas más fácilmente que la variante original detectada en Wuhan, China.

Cómo se propagó la mutación
La mutación 614G, detectada por primera vez en el este de China, comenzó como un pequeño porcentaje de todas las muestras genéticas, pero se extendió rápidamente por todo el mundo, desplazando a otras variantes.

No hay evidencia de que un coronavirus con la mutación 614G cause síntomas más severos, mate a más personas o complique el desarrollo de vacunas. Los hallazgos tampoco cambian la realidad de que los lugares que rápida y agresivamente promulgaron bloqueos y alentaron medidas como el distanciamiento social y las máscaras han tenido mejores resultados que los que no lo hicieron.

Pero el sutil cambio en el genoma del virus parece haber tenido un gran efecto dominó, dijo David Engelthaler, genetista del Instituto de Investigación de Genómica Traslacional de Arizona. "Cuando todo está dicho y hecho, podría ser que esta mutación sea lo que provocó la pandemia", dijo.

Los primeros brotes del virus se habrían extendido por todo el mundo incluso sin la mutación, creen la mayoría de los investigadores, incluido el Dr. Engelthaler. La variante original detectada en Wuhan, China, a fines de 2019 ya era altamente contagiosa, dijo. Pero la mutación parece haber hecho que la pandemia se extendiera más y más rápido de lo que lo habría hecho sin ella.

Los científicos son especialmente cautelosos en esta área de la virología. Los estudios de laboratorio encontraron que las mutaciones del virus del Ébola, que se propagó en África occidental a partir de 2013, aumentaron la infectividad en los cultivos de tejidos. Pero en estudios de laboratorio con animales esa conclusión no se tradujo en una mayor transmisión. Y algunos expertos dijeron que el efecto de la mutación 614G podría ser modesto en comparación con otros factores, como las tasas de distanciamiento social.

Pero la nueva evidencia, de grupos de investigación en el Reino Unido y los Estados Unidos, ha cambiado las perspectivas de muchos científicos inicialmente escépticos.

Un estudio encontró que los brotes en las comunidades del Reino Unido crecieron más rápido cuando fueron sembrados por la variante 614G que cuando fueron sembrados por su antecedente de Wuhan. Otro informó que los hámsteres se infectan entre sí más rápidamente cuando se exponen a la variante. Y en un tercero , la variante infectó tejido nasal y bronquial humano en una placa de cultivo celular de manera mucho más efectiva que su antecesor.

Trevor Bedford, profesor asociado del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson y la Universidad de Washington, dijo que la recopilación de hallazgos de diferentes líneas de investigación lo había convencido. “Mi convencimiento proviene de ver lo mismo repetidamente”, dijo el Dr. Bedford. "Creo que en este punto es real".

Aunque impresionados con el nuevo trabajo, el Dr. Bedford y otros científicos dijeron que aún no estaba claro si una ventaja inherente era la razón principal del dominio global de la variante.

Kristian Andersen, genetista de Scripps Research, La Jolla, dijo que la investigación mostró que la variante es más transmisible, pero cree que la diferencia es sutil.

Aun así, el Dr. Andersen dijo que la mayor transmisibilidad de la variante podría ayudar a explicar por qué algunos países que inicialmente tuvieron éxito en contener el virus se volvieron susceptibles a él más tarde. El virus puede haber sido "más difícil de contener que la primera vez", dijo.

En todo el mundo, la aparición de 614G generó tanto un debate científico serio como una evasión de las responsabilidades en el campo de la política.
Los funcionarios gubernamentales de Vietnam y Tailandia, a los que les fue bien en contener la cepa ancestral a pesar de la afluencia de visitantes chinos a principios de año, han sugerido que los brotes posteriores en parte pudieron ser consecuencia del virus 614G.

Tailandia ha mantenido bajo control ambas variantes del virus durante el año pasado mediante la estricta cuarentena de los repatriados, la prohibición de turistas extranjeros, máscaras y otras medidas, dijo Thira Woratanarat, profesora asociada de la facultad de medicina de la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok. Aún así, dijo, los resurgimientos en la región son preocupantes.

“Hemos visto varios países, como Vietnam, Corea del Sur y Japón, que parecían tenerlo bajo control”, dijo el Dr. Thira. "Pero luego padecieron una segunda ola".