En comparación con los pacientes de América y Europa, los africanos y del sudeste asiático con enfermedades reumáticas, presentaron mayor dificultad para obtener medicamentos antipalúdicos durante la pandemia Covid-19; como consecuencia de ello, experimentaron niveles más altos de actividad de la enfermedad reumática como así también peor salud mental y física.
Estas conclusiones son expuestas por la encuesta presentada en el Convergencia 2020 del American College of Rheumatology (ACR), realizado entre el 5 y el 9 de noviembre de 2020.
Los resultados también indican que los medicamentos antipalúdicos para el tratamiento de enfermedades reumáticas no tenían un efecto protector contra la infección por COVID-19 o las hospitalizaciones por Covid-19.
Para evaluar el efecto de la escasez de medicamentos antipalúdicos durante la pandemia de COVID-19 en pacientes con enfermedades reumáticas, se distribuyó en línea a pacientes o padres de pacientes pediátricosla encuesta COVID-19 Global Rheumatology Alliance Patient Experience Survey. Los datos requeridos ingresaron de forma anónima, incluyeron: el diagnóstico de enfermedades reumáticas, medicamentos, estado de Covid-19 y consecuencias de la enfermedad.
La medida de resultado primaria fue el efecto de la escasez de medicamentos sobre la actividad de la enfermedad del paciente, la salud mental y la salud física.
De 9393 encuestados (edad media, 46,1 ± 12,8 años; 90% mujeres), 6334 (67,4%) eran blancos y 1576 (16,8%) latinoamericanos. La mayoría de los pacientes (70,9%) también recibían fármacos antirreumáticos sintéticos convencionales modificadores de la enfermedad ( csDMARD).
Entre 3872 encuestados que recibieron medicamentos contra la malaria, 230 (6.2%) interrumpieron el tratamiento debido a la escasez de medicamentos en las farmacias. Se vieron afectados por el suministro inadecuado de los fármacos antipalúdicos el 21,4% de pacientes del sudeste asiático y el 26,7% en las regiones africanas, en comparación con el 6,8% de las américas y el 2,1% de los países europeos, .
En general, hubo tasas similares de infección por COVID-19 entre los pacientes que recibieron medicamentos antipalúdicos frente a los que no los recibieron (6,7% frente a 4,7%, respectivamente).
De 519 pacientes que fueron diagnosticados con COVID-19, 68 (13,1%) indicaron que sus medicamentos antipalúdicos fueron prescriptos para tratar la infección por COVID-19.
Los pacientes que no pudieron obtener sus medicamentos antipalúdicos experimentaron niveles más altos de actividad de la enfermedad reumática como así también peor salud mental y física.
Se descubrió que los pacientes en ciertas regiones, particularmente África y el sudeste asiático, se vieron más afectados por la escasez de medicamentos antipalúdicos, situación ésta que recuerda la "consecuencia dañina no intencional de reutilizar los antimaláricos sin evidencia o beneficio adecuados", enfatizando "la importancia de mantener el rigor científico incluso en el contexto de una pandemia ”, concluyeron los autores del estudio.