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Australia: siguieron los ejemplos de Asia; ningún contagio en 6 días

por Marta Aguirregomezcorta


Desde el inicio de la pandemia Australia, con unos 25 millones de habitantes, ha contabilizado 28.750 contagios y 909 fallecidos. A los viajeros que vienen de fuera se les obliga a confinarse en un hotel, pagado por ellos mismos, durante 14 días

Australia ha logrado esta semana casi un milagro. El sueño de cualquier país: tener cero nuevos contagios por covid-19 en todo su territorio. Y así lleva seis días. Solo en la primera ola tuvo máximos de más de 530 casos diarios, pero lo cierto es que desde septiembre en ninguna jornada se han detectado más de 40.

La pregunta es obligada: ¿Qué está haciendo Australia para contener la pandemia? ¿Qué medidas está aplicando? ¿Cómo lo han conseguido? Hay varias medidas que han sido fundamentales y la primera fue, sin duda, cerrar las fronteras. A día de hoy, todavía no se han abierto. Si algún viajero entra en el país, se le obliga a guardar una cuarentena de 14 días en un hotel. Da igual que vengas con una PCR negativa. "Cuando empezó la pandemia el Estado te pagaba el hotel, pero a los dos o tres meses ya se lo tenía que pagar uno mismo. En total, 3.000 dólares australianos (casi 2.000 euros) por persona por pasar dos semanas en un hotel que las autoridades eligen y 5.000 dólares (3.2000 euros) por una pareja con un hijo", asegura en una entrevista telefónica Gonzalo A., periodista español que vive en Australia desde hace unos años. "El cierre de fronteras fue fundamental porque evitó que entrase el virus de fuera y se concentraron en atajar el virus desde dentro", señala.

Lo más llamativo quizás es que en Australia no han esperado a que la situación se complicase para tomar medidas. Al primer brote, han confinado de forma estricta a la población, sin miramientos. El último escollo superado ha sido uno con 97 casos detectados a mediados de diciembre en las playas del norte de Sidney que obligó a confinar a unos 250.00 habitantes durante al menos dos semanas.
"El sistema de rastreo es muy efectivo. Aquí el virus solo se ha ido de control en el estado de Victoria hace un par de meses y cerraron sin contemplaciones hasta que erradicaron el virus. Luego, poco a poco, fueron abriendo", asegura. 
El estado de Queensland lleva diez días sin registrar tampoco ni un solo contagio tras aislar a los 2,8 millones de habitantes de Brisbane, la tercera ciudad más poblada del país, a raíz de que una trabajadora de un centro de cuarentenas se contagiara con una nueva cepa altamente contagiosa.
Tras cada brote que se detecta, los rastreadores trabajan exhaustivamente hasta trazar todos los contactos y llegar al origen de éste. Ningún cabo queda suelto. Además de test masivos, las cuarentenas son estrictas. Es imposible saltárselas.

En cuanto a los desplazamientos entre estados, también han estado prohibidos, aunque han comenzado a levantarse con cautela. "Australia ha seguido muchas de las medidas que se han llevado a cabo en Asia y se les ha hecho muchísimo caso a los científicos desde el principio. Tampoco se ha politizado demasiado las decisiones que se han ido tomando. Ha habido mucho más consenso que en España. Todos han remado en la misma dirección, salvo algunas excepciones, y eso ha facilitado mucho las cosas", señala Gonzalo A.

Los test gratuitos, como las PCR, son otras de las claves del éxito. "Es el Gobierno el que ha pedido a la población que con cualquier síntoma, por poco que fuera, fueran a hacerse un test", cuenta. 

Ahora mismo Australia empieza a disfrutarse la vida casi como la conocíamos antes. "Hay que llevar mascarilla, por supuesto, en lugares cerrados pero no es por ley, sino que cada uno decide llevarla porque quiere. Hay pocos sitios donde te obligan a ponértela", asegura Gonzalo A. "Lo único malo es que es muy difícil salir del país, necesitamos un permiso especial, y desconozco, por ejemplo, si a mí me lo darían. En todo caso, a la vuelta tendría que quedarme en el hotel 14 días sin salir con mi mujer y mi hijo, de un año, y encima pagar 5.000 dólares", lamenta.

En Australia todavía no ha comenzado la campaña de vacunación. Lo harán este febrero. Su objetivo es inocular cuatro millones de dosis en dos meses. Mientras el país se encuentra, por ahora, a salvo de este virus que ha puesto patas arriba a todo el planeta.