Reino Unido: mayor vacunación hospitalaria en el personal de salud de raza blanca
The Guardian, Londres, Reino Unido 17 Febrero, 2021

Entre los trabajadores de la salud de Inglaterra, las notables disparidades en la aceptación de vacunas pueden afectar el despliegue y capacidad del país para controlar la pandemia de coronavirus.
Las tasas de vacunación que se registran son mucho más bajas entre el personal negro y del sur de Asia, los trabajadores menores de 30 años y los que viven en las áreas más desfavorecidas.

Los médicos de los hospitales universitarios de Leicester integrados al National Health Service - NHS (Servicio Nacional de Salud), constituyen una de las fuerzas laborales de atención médica más grandes y diversas del país. El domingo último plantearon los inconvenientes después de que se publicaran los primeros datos sobre las tasas de vacunación entre los trabajadores de la salud.

La evaluación de casi 20.000 empleados que recibieron la oferta de una aplicación, encontró las tasas más altas de vacunación entre la población blanca, administrativos y ejecutivos.
Los índices fueron mucho más bajos entre los menores de 30 años, residentes en áreas desfavorecidas y el personal BAME (Nota de aSNC: abreviatura de uso común en Inglaterra que define al grupo de personas "Black, Asian, and minority ethnic", es decir, negros, asiáticos o pertenecientes a minorías étnicas).

Los hallazgos del estudio tienen serias implicaciones para el programa de vacunación en curso, tanto en los trabajadores de la salud como en la población en general.
El profesor Kamlesh Khunti, miembro del Scientific Advisory Group for Emergencies - Sage (Grupo Asesor Científico para Emergencias) de la Universidad de Leicester, considera que deben adoptarse medidas urgentes.

El lanzamiento de vacunas por medio del NHS comenzó en la segunda semana de diciembre de 2020, alcanzó su punto máximo a mediados de enero y desde entonces comenzó a disminuir.
Khunti y sus colegas encontraron que el 65% de 19 044 trabajadores de la salud habían recibido al menos una dosis de la vacuna Covid, pero la cifra enmascara diferencias sustanciales: recibieron la vacuna el 71% del personal blanco, solo el 59% de los asiáticos del sur y el 37% del personal negro.

Casi un tercio (el 32%) del personal no vacunado tenía menos de 30 años, en comparación con el 19% de los vacunados, lo que sugiere que los trabajadores de la salud más jóvenes pueden no apreciar la importancia de estar vacunados o son más reacios a las inyecciones. Otras cifras mostraron que el personal no vacunado tenía más probabilidades de vivir en áreas desfavorecidas que los vacunados.

Uno de los resultados más sorprendentes del estudio -cuya revisión por pares aún se encuentra pendiente- provino del análisis de la vacunación por función laboral. Si bien la aceptación más alta del 73%, correspondió a los puestos administrativos y ejecutivos, los médicos tuvieron la tasa más baja, con solo el 57%.
El estudio señala que los médicos son el único grupo del NHS en el que los individuos étnicos minoritarios constituyen la mayoría. Las tasas para el personal de mantenimiento fueron ligeramente mejores con un 61%; respecto a enfermeras y diversos asistentes de salud alcanzó el 63%.

"Esperábamos diferencias, pero no estas enormes disparidades, como se ven especialmente en los trabajadores de la salud negros", dijo Khunti. “Sabemos que las poblaciones negras tienen menos probabilidades de tomar alguna vacuna, pero ver esto en los trabajadores de la salud constituye una sorpresa y también preocupación”.

Razones diveras, como la discriminación de larga data, la desinformación y los bajos niveles de confianza, complican la aceptación de las vacunas entre las personas de raza negra y los del sur de Asia.
Khunti dijo que se comenzará a trabajar en las razones que influyen en los trabajadores de la salud no vacunados.

Los documentos publicados por SAGE anticipan más dudas sobre las vacunas entre los grupos étnicos minoritarios, pero también entre las personas más jóvenes, que pueden sentir menos riesgo en contraer la enfermedad.
"La desinformación flagrante" se suma al problema, dijo Khunti, al alimentar preocupaciones infundadas sobre el impacto de la vacunación en la fertilidad. Jonathan Van-Tam, subdirector médico de Inglaterra, ha descrito el cuestionamiento como "una historia de miedo, desagradable y perniciosa". “Además de todas las demás intervenciones de salud pública, como el distanciamiento social, la higiene de las manos, cubrirse el rostro y realizar pruebas y rastrear, la vacunación es crucial si vamos a salir de esta pandemia, y este riesgo no es solo para ellos mismos. y sus familias, sino también para los pacientes. Es fundamental que logremos una aceptación lo más alta posible por parte de los trabajadores sanitarios”, agregó Van-Tam.