Exitosa vacunación masiva en la Ciudad del Vaticano
Agencia Sistema de Noticias Científicas (aSNC), Ciudad del Vaticano, Vaticano 20 Marzo, 2021

La exitosa campaña de vacunación masiva de residentes, trabajadores, jubilados y familias  permitió el control de la propagación de la infección en la Ciudad del Vaticano. Al mismo tiempo, la oferta de asistencia médica gratuita, diagnóstico de COVID-19, prevención y vacunación a poblaciones vulnerables contribuyo al objetivo de asegurar a todos la asistencia sanitaria.

El Estado de la Ciudad del Vaticano, el Estado independiente de la Santa Sede ubicado como un enclave amurallado dentro de la ciudad de Roma, Italia, es una entidad soberana de derecho internacional con un área de 48 hectáreas y una población de 802 habitantes.

Un informe publicado por The Lancet Regional Health - Europe¹ da cuenta que la Ciudad del Vaticano se ha visto afectada por la pandemia de la enfermedad del Coronavirus 19 (COVID-19) con 42 casos reportados al 7 de enero de 2021; de estos, 12 ocurrieron durante el primer bimestre de la pandemia, 17 en los meses de octubre y noviembre, 12 en diciembre de 2020 y 1 en enero de 2021, mientras que no se registraron casos entre el 7 de mayo y el 10 de octubre.

Los pilares de la gestión de la pandemia por parte de los servicios de salud de la Ciudad del Vaticano incluyen la adopción de estrictas medidas de prevención para limitar el contagio, la ejecución de una campaña masiva de vacunación COVID-19 para residentes, trabajadores, jubilados y sus familias, y una rigurosa implementación de asistencia a poblaciones vulnerables.
En esta medida, la pandemia representó un desafío para la Dirección de Salud e Higienelocal, sistema de salud interno que brinda servicios de salud a la comunidad y ayuda a las poblaciones frágiles. Entre sus acciones se destacan: medidas preventivas como el distanciamiento social, la desinfección de manos, el uso obligatorio de mascarillas, la medición de la temperatura corporal y el cribado de síntomas, además de protocolos de aislamiento para individuos sintomáticos, pruebas serológicas para la detección de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 y pruebas rápidas de antígeno y reacción en cadena de la polimerasa (PCR) mediante hisopado nasofaríngeo a residentes y trabajadores.
Estas acciones comenzaron inmediatamente después de la declaración de la pandemia de COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020 y continuaron ininterrumpidamente durante la primera y segunda ola.
Las estrategias de prevención adoptadas en el Vaticano estuvieron estrictamente ligadas, tanto en tiempo como en dinámica, a las realizadas en Italia; sin embargo, el contexto italiano experimentó un impacto más dramático de la pandemia, especialmente en algunas regiones como Lombardía, donde el retraso en la respuesta de salud pública y la transmisión descontrolada entre casos asintomáticos condujeron a altas tasas de mortalidad.

A partir de mediados de enero de 2021, comenzó una campaña masiva de vacunación a la población vaticana aludida. Durante el mes de diciembre, las autoridades sanitarias adoptaron la vacuna mRNA BNT162b2 producida por Pfizer y BioNTech.
Es muy importante alcanzar altas tasas de vacunación entre la población y los trabajadores del Estado y sus familias, ya que una campaña de vacunación constituye la extensión del principio de solidaridad sobre el que se asientan las bases de la convivencia en comunidad, y responde a las necesidad de proteger la salud colectiva y, por tanto, también la del individuo. De hecho, el derecho a la salud es un derecho fundamental del ser humano, pero también es la expresión de un interés colectivo por asegurar que todos los miembros de una comunidad disfruten de este derecho. Amplias campañas de vacunación actúan en la dirección de un interés colectivo, y esto es extraordinariamente importante durante la pandemia de COVID-19.

Además de la atención a residentes y trabajadores, la Ciudad del Vaticano reforzó la asistencia médica gratuita a poblaciones vulnerables como migrantes y personas en situación de pobreza y falta de vivienda que, debido a su entorno de vida y posibles comorbilidades, se han visto especialmente afectadas por la pandemia.
Estos servicios fueron proporcionados mediante unidades móviles dedicadas. Las personas asistidas procedían de más de 60 países diferentes, principalmente de Europa del Este (Rumania, Ucrania y Polonia), pero también de África, América del Sur y Asia. El número de pacientes italianos aumentó con el tiempo como consecuencia del impacto severo en la economía y la pérdida de empleo causada por la pandemia. Muchas de estas personas fueron alojadas en refugios en los barrios que rodean la Ciudad del Vaticano. Los hombres fueron ligeramente prevalentes; los grupos de edad más representados fueron los de 30 a 40 años y de 50 a 60 años.

Las actividades médicas hacia poblaciones frágiles incluyeron procedimientos generales y especializados, pruebas de diagnóstico, distribución de medicamentos y diagnóstico de COVID-19 con monitoreo diario de temperatura, verificación de síntomas, pruebas rápidas de antígeno y PCR mediante hisopado nasofaríngeo y detección serológica de IgG de SARS-CoV-2 e IgM. Al 7 de enero de 2021, 694 personas pertenecientes a poblaciones vulnerables fueron examinadas en los servicios de atención primaria; 48 tuvieron una prueba de PCR positiva para la infección por SARS-CoV-2 (6,92%).
Los síntomas más notificados fueron fiebre, tos, cansancio, dolores musculares y diarrea (13 pacientes, 27,08%), mientras que la mayoría de los pacientes permanecían asintomáticos (72,92%). La incidencia acumulada de COVID-19 en esta población fue ligeramente superior a la encontrada en poblaciones frágiles similares en diferentes países, mientras que el gran número de pacientes asintomáticos fue consistente con otros estudios. Además, la Eleemosynaria Apostolica ofreció vacunas contra la gripe estacional a personas frágiles para protegerlas contra los virus de la influenza que podrían tener efectos graves en estas poblaciones; cerca de 300 personas fueron vacunadas contra la influenza en el invierno de 2020. Por último, en el sentido de que la vacunación COVID-19 esté al alcance de todos, la Santa Sede decidió incluir a las personas sin hogar alojadas en albergues administrados por el Estado en la campaña de vacunación. Estos esfuerzos combinados permitieron apoyar el estado de salud y la calidad de vida de las poblaciones vulnerables, además de la identificación temprana de casos sintomáticos y asintomáticos de COVID-19, inmediatamente aislados en instalaciones específicas y asistidos hasta su completa recuperación.


1- Mass vaccination campaign for residents and workers and assistance to vulnerable populations during COVID-19 pandemic: The experience of the healthcare services of the Vatican City
Massimo RalliFabio De-GiorgioPaolo Maurizio SoaveLucia ErcoliAndrea Arcangeli
The Lancet Regional Health - Europe
Vol. 2, Marzo 2, 2021

https://www.thelancet.com/coronavirus/archive?startPage=&Ppub=%5B20201204%20TO%2020210304%5D